Partida Rol por web

Las Tierras de los Valles

24. Conjurar la Maldición.

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18/12/2010, 16:21
Áscalon

 

Áscalon llegó corriendo hasta el necrario y saltó sobre él derribándolo sobre el suelo y comenzando a morder a diestro y siniestro entre gruñidos, arrancarndo algún trozo de carne podrida por donde pillaba... por muy desagradable que fuese morder algo como aquello mientras Rengar llegaba.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Orden de Iniciativas

23 Kanizhar (16/17, indispuesto 7 minutos)
22 No-Muerto A (Muerto) 
22 No Muerto B 
(4 daños, expulsado durante 8 asaltos)
20 Hanna (17/17)
18 Áscalon (30/32, indispuesto 8 minutos)
18 Galatea (21/21)

15 Rengar (13/33)
14 Khaila (31/35, ciega, último asalto paralizada e indispuesta por 9 minutos)
11 Volo (11/11, indispuesto 5 minutos)

 

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18/12/2010, 17:36
Rengar

Rengar frenó al llegar hasta el necrario. Levantó el hacha sobre su cabeza y soltó un gruñido de triunfo al descargarla sobre el muerto viviente. La hoja penetró en su cara e hizo que trozos de hueso y carne saliesen despedidos por el formidable golpe. No dijo nada, pues no había nada que decir. Había enviado a una de aquellas cosas al infierno, al fin, y había mantenido a salvo a sus compañeros.

Desclavó el hacha del cuerpo muerto y se giró. Había oído a Galatea decirle algo que hasta ahora no había comprendido. Khaila. Corrió hacia ella soltando hacha y escudo en el proceso y la sujetó por las axilas para inmovilizarla.

-¡Necesito leche! ¡O vino! -exclamó a sus compañeros-. ¡Si alguien tiene algo de eso, por Ilmáter, que lo eche en el altar! ¡Hay un agujero para eso!

- Tiradas (1)
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18/12/2010, 17:41
Director
- Tiradas (2)

Notas de juego

+350 px cada uno.

Esti, sube de nivel la ficha cuando puedas.

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19/12/2010, 15:25
Galatea

 

Galatea llegó con la lengua fuera junto al altar, por lo pronto se conformó con no chocar con la humana invisible... aunque por desgracia y como era de esperar no recordaba haber visto aquel artefacto antes en su vida, al margen de que hubiera sido así o no...

Escuchó el sonido del hueso al crujir y cuando giró la cabeza vio que Rengar había rematado al necrario y que Áscalon volvía trotando por la sala hacia ella. La elfa soltó un hondo suspiro, apoyó la espalda en la pared y se dejó resbalar hasta sentarse en el suelo, luego miró al techo pero con los ojos cerrados resoplando entre jadeos.

No quiero volver a ver un maldito no-muerto en mi vida...

El paladín, no obstante, dijo algo curioso que provocó que volviera a abrirlos bajando la vista hacia él, y hacia Khaila que por lo visto se había liberado ya de la parálisis pero seguía poseída.

¿Leche o vino en el altar?

Parpadeó levantando una ceja, como mucho podía asociar el vino a las celebraciones... pero poco más. Lo que le despertaba curiosidad pues era qué sabía el semiorco sobre qué clase de celebraciones hacían uso de aquél altar en cuestión, porque era evidente que algo había reconocido.

Áscalon llegó a su lado emitiendo un aullido sordo y se puso a lamerle una mano.

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19/12/2010, 17:40
Hanna

Hanna suspiró viendo que la cosa había acabado por fin... bueno, aún faltaba Khaila por dominar, pero esperaba que el paladín lo resolviera rápido o que si Galatea bendecía el lugar, sirviera de algo

Por lo pronto, trató de hablar con la guerrera por si servía para sacarla del hechizo.

Khaila! Gritó. Somos nosotros, tus amigos! No hay aquí ningún sharino!! Al menos oficialmente.. ¡Estás atacando a tus propios compañeros! Es Rengar quien te está cogiendo!

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21/12/2010, 15:28
Volo

 Volo prudentemente se mantuvo a distancia de Khalia. No le apetecía recibir un golpe de la guerrera. Además, entre Rengary Galatea consideraba que iba a ser suficiente para retenerla. A pesar de la situación, el mago sonrió, dado que podía ser útil.

¡Jojojo, el gran Volo entra en acción!- gritó mientras comenzó a rebuscar entre su bolsa- donde habré puesto la botella...- murmuró- aqui. ¡Jaja!- dijo mientras sacaba de la bolsa... una botella de vino. A pesar de que la botella era de una exquisita marca, la situación requería que se derramase, por el bien común - apartaos, que voy- corrió hacia el altar y estuvo a un tris de caerse con la botella. Afortunadamente tuvo suficientes reflejos para mantenerse en pie- uff, con cuidado- ya cerca del altar, comenzó a vertir el contenido dentro del mismo- Rengar, esto ya esta. Tu turno.

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21/12/2010, 16:23
Rengar

El semiorco, arrastrando a Khaila con un brazo, llegó hasta el altar con gran esfuerzo. La guerrera no hacía más que intentar golpearle, y ahora que la sujetaba con menos fuerza había empezado a manotearle el yelmo. Apretó los dientes y levantó la mano sobre el vino en el altar.

-Selûne -dijo mientras Khaila metía los dedos por las rendijas del yelmo y trataba de sacarle los ojos-, no soy tu servidor más fiel, pero mi dios y tú sois parecidos. Los dos amáis el bien. Y es bien lo que quiero hacer. Bendice este vino y ayúdame a limpiar tu templo.

Esperaba que con eso bastara. Nunca había rezado a Selûne y no conocía el mejor modo para acercarse a ella.

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21/12/2010, 16:38
Director

Todos contuvieron el aliento, y por unos latidos de corazón sólo se escuchaban los gruñidos de Khaila tratando de desembarazarse de la presa de Rengar.

Después, el vino empezó a burbujear y a echar humo. La concavidad del altar estalló con un fuego plateado, cuya luminosidad creció hasta abarcar toda la estancia.

Para cuando los aventureros pudieron abrir los ojos, Khaila se había derrumbado en el suelo, salían volutas de humo de los cuerpos inertes de los necrarios y había un medallón de plata donde habían vertido el vino. Representaba unos ojos de mujer rodeados de estrellas: el símbolo sagrado de Selûne. El modo en el que aún soltaba chispas plateadas quería indicar a todas luces que era mágico.

Pero lo más prodigioso llegó cuando escucharon los gruñidos del pasillo. Gruñidos que sabían a qué garganta pertenecían: a la Ivelios.

A todos les dio la sensación de que había pasado algo único en ese momento, como si la misma diosa los hubiera estado observando.

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21/12/2010, 16:47
Director

Durante la visión, perdiste la conciencia de ti misma.

Eras Kalonos, un elfo sacerdote guerrero consagrado a Selûne. Una vocecita dentro de ti te dijo que recordabas ese nombre, que una de tus compañeros lo había mencionado. Pero hablaba tan bajito que apenas la oías.

Creías fervientemente que Shar y Selûne eran dos caras de la misma diosa. Igual que no hay luz sin oscuridad, no se podía entender una sin la otra. Eras proclive a que hubiera un acercamiento de las posturas entre ambas religiones, por tradición enfrentadas. Por eso, pese a que muchas voces te habían avisado, habías invocado a los sharinos aquella noche. Habría oportunidad de hablar y acercar posiciones.

Pero los peores presagios se cumplieron. Los sharinos no habían venido a hablar, sino a matar. Tuya iba a ser la responsabilidad de la muerte de toda la congregación... y de tus seres queridos. Moriría tu mujer, Aurana, y morirían tus dos hijas, Aleera y Galatea. Todo por tu ingenuidad.

Una culpa terrible, como jamás habías sentido inundó tu corazón de dolor. Aquella noche morirías matando sharinos. Y cuando la muerte te llevase...

regresarías para vengarte.

Notas de juego

Ya vuelves a ser tu misma. A rolear!

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21/12/2010, 17:14
Galatea

 

Galatea emitió un gruñido haciendo un esfuerzo por levantarse apoyando las manos en la pared cuando Volo se acercó con la botella, aquella palidez antinatural que mostraba resultaba inquietante pero cuando el mago tropezó y estuvo a punto de caerse directamente soltó un respingo y se tapó los ojos con las manos.

"¡Por los dioses! ¡Acabará logrando que me de un infarto!".

Por suerte el mago no se fue de narices y la botella llegó sana y salva junto con su contenido justo para que Rengar pudiera bendecirlo, a la elfa le habría gustado poder ayudarlo a sostener a Khaila pero estaba agotadísima... Aunque por otra parte, aún sin estarlo dudaba enormemente que pudiese ganarle en un pulso de fuerza a la guerrera.

El paladín pronunció aquellas palabras y el fogonazo de luz plateada hizo que se cubriera el rostro con los brazos, sacudió la cabeza y parpadeó cuando escuchó el ruido de algo caer al suelo, era Khaila y Áscalon acudió a su lado a olisquearle la cabeza ansioso, emitiendo aullidos sordos y comenzando a lamerle insistentemente una mejilla. Galatea por su parte no pudo evitar fijarse en el resultado que aquello había tenido en los cuerpos de los necrarios... ¿luz sagrada? aquello era un soplo de aire fresco, al menos aún había lugar para lo puro dentro de aquellos muros malditos.

¿Qué... ?—levantó una ceja asomándose al altar, allí había aparecido algo: un símbolo Sagrado se había materializado de la nada. Por una vez a la druida le costaba creerse lo que le mostraban sus ojos así que en un principio acercó una mano dubitativa, lo tocó con un dedo, no pasó nada, lo cogió despacio en la palma de esa mano y se lo quedó mirando—¿y esto?

Era el emblema de Selûne, de eso estaba segura, al igual que también estaba segura de que aquello no era fortuito; todo ocurría por alguna razón.

El amuleto estaba frío al tacto, se encontraba contando las estrellas inconscientemente cuando en ese mismo instante escuchó algo todavía más inquietante, alguien gruñía en el pasillo... espera, ¿esa era la voz de Ivelios? en un principio sólo miró a los presentes (o a los presentes visibles más bien) con las dos cejas enarcadas en expresión interrogante, sus ojos pasaron de Rengar a Volo y de Volo a Rengar, era como si todos estuvieran pensando lo mismo en aquél instante y no hiciera falta hablar.

Benditos Seldarine... No puede ser.

De pronto sacó fuerzas de la nada y echó a algo que era medio trote medio paso apurado, renqueando un poco por el camino. Dio un traspié en  la entrada y a punto estuvo de irse de bruces aunque atinó a aferrarse al borde, giró la esquina entre jadeos y se acercó a agacharse junto al ¿cadáver? del embajador de Siempreunidos.

¡Ivelios!—resolló agitándolo ligeramente por los dos hombros. Curiosamente y pese al milagroso evento, la serena elfa seguía manteniendo "la esencia", no parecía ni sonaba escandalizada, pero sí muy sorprendida—Ivelios, ¿me oyes?

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21/12/2010, 18:58
Ivelios

 Oscuridad. Era lo único que podía ver. Oscuridad. Ese era el lugar en el que se encontraba. ¿Como había llegado allí? Lo desconocía, pero no por ello sentía miedo, simplemente, tranquilidad. Era extraño, pero así era. 

Una ligera voz comenzó a susurrarle al oído, mas no había nadie a su lado. Era una voz de mujer, o eso le parecía a él. Le hablaba con familiaridad, como si le conociese de toda la vida, cuando la realidad era que Ivelios no podía reconocerla. A pesar de ello, él tenia la sensación de conocerla desde siempre. Era una voz suave, agradable, que solo le transmitía un único mensaje: no había llegado su momento. Tras estas palabras, una luz cegadora envolvió al elfo... era abrasadora, pero no quemaba, ni sentía dolor alguna, solo paz y calma. Lentamente su cuerpo parecía que ascendía y comenzó a escuchar una voz lejana. Parecía que le llamaban...

***********

Ivelios abrió lentamente los ojos. No distinguía donde se encontraba. Al parecer se encontraba tumbado en algo. La cabeza le dolía a horrores y no podía levantarse.

Argg- solo pudo decir. Lentamente comenzó a incorporarse...

Cita:

Ivelios, ¿me oyes?
 

Galatea,... ¿eres tu?- preguntó, confuso. Intentó dar varios paso, mas no pudo. Se encontraba débil- ¿que... ha pasado?- solo pudo preguntar mientras esperaba que sus ojos se adaptasen al lugar.

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21/12/2010, 19:07
Volo

 Volo no entendía mucho lo que había ocurrido exactamente. Solo podía hacer conjeturas. El vino había sido utilizado como herramienta para una especie de bendición, eso estaba claro. Lo que no podía entender era como Rengar había logrado tal espectacular hazaña.

Khalia curada y Ivelios resucita de entre los muertos- pensó- desde luego este grupo tiene potencial- sonrió para sus adentros. ¿Habían hallado después de todo a un posible grupo de héroes? Volo consideraba que si.

Tranquilo Ivelios. Ya vamos para allá- le gritó al mago mientras miraba hacia Galatea- será mejor que vayas a echarle una mano. Lo más seguro es que el pobre este confuso. Tendrá muchas preguntas en su mente y querrá respuestas.

Dicho esto, el mago se acercó al  lugar donde se encontraba el símbolo de Selune, observándolo, pero sin llegar a tocarlo. Le hizo un gesto a Rengar para que se acercase.

Creo que eso te pertenece, muchacho. Alguien de arriba te esta haciendo un regalo y es mejor que no lo rechaces.

 

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21/12/2010, 20:02
Rengar

Rengar dejó que Khaila se derrumbase en el suelo. Jadeando, con los brazos doloridos por el esfuerzo, le costó percatarse del motivo por el cual Galatea había echado a correr despavorida hacia Ivelios. Pero sí, el elfo respiraba. Respiraba como él mismo. Había resucitado.

Incrédulo y maravillado al mismo tiempo, se quitó el yelmo. Tenía sangre seca en la mejilla y no sabía de quién o de qué. Un ligero escozor le hizo percatarse de que Khaila le había hecho un arañazo en el pómulo, pero no era nada comparado con lo que le habían dañado los necrarios. Sonrió como un niño grande, con el corazón henchido por la magia de los dioses del bien.

Miró al agujero en el techo sobre el altar y se dirigió a la diosa de la luna.

-Gracias. Nos has... nos has ayudado mucho. Mi deidad patrona no eres tú, pero juro que a partir de ahora te rezaré a ti también. Daré un donativo a todos los templos de ti que vea y haré lo posible por recuperar este.

Con todo el respeto que pudo, dio un paso atrás para apartarse de la luz que caía del techo. Giró sobre sus talones y se dirigió a ver cómo estaba el elfo. Imaginaba que a Khaila no le importaría mucho echarse un sueñecito en el suelo del templo.

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22/12/2010, 01:40
Hanna

Cuando aquella luz bañó la estancia, Hanna sonrió, invisible aún. Se había fijado en el humo de los necrarios, en todo, como si no fuera con ella, desde su posición cerca del centro de la sala. Al oír a Ivelios, abrió los ojos con sorpresa y también corrió hacia allí.

¿Pero qué....!?

Inadvertidamente para la elfa que se agachó junto al congénere, Hanna ya estaba junto a Ivelios cuando ella llegó, con ambas manos apoyadas en las rodillas mirándole.

Entonces llegó Rengar también, y Hanna se quedó entre ambos, mirándoles a uno y otro alternativamente. Y sonrió otra vez.

O ahora o nunca, y de mejor humor no les voy a pillar...

Galatea estaba ocupada con Ivelios, y Rengar le miraba, pero en un momento que Rengar mirase a Khaila...  La armadura del paladín era un problema, así que Hanna agarraró el trasero de la elfa y le dio un enérgico apretón hacia arriba, y a Rengar una suave y tierna caricia con un par de dedos a través de unas rendijas, en el costado.

Luego aguantaría la risa y se iría a otro rinconcito a mirar libros, hasta que se le pasase el efecto del conjuro

JJJAJAJJAJAJAJAAAA

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22/12/2010, 01:53
Rengar

Súbitamente, algo se movió dentro del paladín. Fue como si alguien le hubiese dado un tirón de las tripas, y la sensación, entre placentera y desagradable, se extendió por su cuerpo erizándole el vello y dándole algo de vértigo. Parpadeó y bajó la cabeza. ¿Galatea acababa de acariciarle? No lo sabía, pero estaba casi seguro. Un denso rubor se extendió por las mejillas al tiempo que se le secaba la boca.

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22/12/2010, 02:02
Galatea

 

Mi'hir Searannass... —suspiró Galatea con alivio en aquél lenguaje musical de su raza cuando vio que Ivelios le contestaba preguntando qué había ocurrido—esperaba que me lo dijeras tú. ¿Estás bien?

"Bendita Selûne... no sé qué ha pasado aquí, pero bendita Selûne... ".

La druida tiró de uno de los brazos del elfo para ayudarlo a que se enderezase y se sentara por lo menos...

...solo que en ese momento sintió tal pellizco en el trasero que se levantó de un brinco como impulsada por un resorte.

"¡A-AH!".

Se giró con las dos manos atrás y los ojos muy abiertos, tan abiertos que parecían completamente azules puesto que las pupilas eran dos puntitos negros del tamaño de dos cabezas de alfiler.
Lo que se topó detrás suyo fue a Rengar mirándola cabizbajo con el rostro colorado. La cara de la elfa se había tornado un poema; era difícil saber si estaba enfadada, estupefacta o si por el contrario estaba pensando en lo mucho que deseaba que se la tragase la tierra... a excepción de la ceja derecha, que sufrió un extraño tick, el resto de su rostro se había quedado congelado en una expresión tensa, algo cómica .

¡Pero bueno! ¿Había sido el paladín el que acababa de hacer aquello? francamente le era imposible imaginarlo artífice de tal cosa, vale que no había nadie más pero es que no lo... concebía, así que por una vez en su vida no parecía saber cómo reaccionar al enigma.

"Debo... de estar imaginando cosas... ".

Tras varios segundos de silencio se dio cuenta de que parecían idiotas mirándose sin decir nada así que carraspeó diplomáticamente y se cruzó de brazos (por hacer algo con las manos) aunque sin brusquedad. Giró la cabeza para mira hacia un lado distraídamente aunque con un leve rubor coloreándole las mejillas.

.......

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22/12/2010, 09:13
Khaila

 

No… ¿qué es lo que he hecho? Todos van a morir por mi culpa. ¿Cómo he podido ser engañado de esta forma? Veo a esas personas que yo creía iguales matando a mi gente… Lucho, siento como el dolor desgarra mi corazón al ver caer bajo el filo de una espada a mi mujer Aurana… Un grito desgarrado sale de mi garganta mientras alzo la espada e invocando el nombre de Selûne me lanzo al ataque…

- ¡Malditos sharinos! – Mi voz está cargada de odio, he sido traicionado y por culpa de eso TODOS vamos a morir… - ¡Confiamos en vosotros y nos traicionasteis! ¡Por la Señora de la Plata! –

De repente todo se ha vuelto oscuro. Han utilizado sus trucos sucios e invocando a Shar me han dejado ciego. Pero eso no me va a impedir luchar con todas mis fuerzas. Siento sus golpes, pero es tal la rabia y el dolor que me inunda que no me detienen. Grito con más fuerza invocando nuevamente a Selûne e intento seguir en pie… Aunque no vea escucho las voces de mis seres amados llamándome, suplicando clemencia y lágrimas ardientes inundan mis ojos aunque continúo golpeando desesperado. Mientras todavía me quede un mínimo de aliento no me voy a rendir, y voy a continuar luchando hasta que la muerte me detenga y pueda suplicarle a mi Señora que me perdone…

Caigo… Finalmente mis fuerzas flaquean… Mis últimos pensamientos son para mis pequeñas y mientras siento como el frío filo de la espada me atraviesa elevo una oración suplicándole a Selûne que las proteja…

                                                                  ************************

Todo estaba oscuro... Khaila abrió los ojos, aunque escuchaba las voces de sus compañeros no podía verlos. Se incorporó como pudo, su cuerpo temblaba tras lo que acababa de vivir. No terminaba de entender qué había pasado pero sentía todavía un dolor que la desgarraba por dentro.

Alzó la cabeza intentando escuchar lo que hablaban, aunque todavía sentía en su interior los gritos y súplicas de toda esa gente que allí había muerto. Una lágrima empezó a deslizarse por su sucia mejilla, la secó con un movimiento brusco e intentó levantarse a ciegas. Tenía que llegar a donde se encontraban sus compañeros. ¿Qué ha pasado aquí? Se preguntó sintiendo como su cabeza parecía estar a punto de estallar.

Aquella... ¿Había sido la voz de Ivelios? Khaila se había quedado de rodillas, se encontraba completamente desorientada y todavía confusa por lo que acababa de experimentar.

- ¿Qué... Qué ha pasado ? - Preguntó con un hilo de voz desde donde se encontraba. Había conseguido levantarse pero se sentía torpe, así que se mantuvo quieta. Su cuerpo todavía temblaba y su rostro reflejaba el dolor y el sufrimiento que todavía la embargaban...

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22/12/2010, 09:31
Hanna

Hanna se acercó a ella y le cogió la mano para ayudarla a levantar. Era como poco irónico que una mujer invisible ayudase a levantarse a una cegada.

Has sufrido otra de esas... posesiones. Como la de Galatea o mi pesadilla. Una vez de pie, le dio un par de palmaditas en el hombro. Nos has dado un buen susto... pero sabes? Todo ha salido a pedir de boca... Ivelios ha... resucitado.

Kanizhar! Deshazle el conjuro, ya ha vuelto en si! Dijo desde al lado de la guerrera.

¿Cómo estás? ¿Qué has visto?

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22/12/2010, 10:47
Kanizhar

Cuando Hanna lo interpeló, las miradas recayeron en el sacerdote sharino. Fue entonces cuando descubrieron que el joven clérigo estaba postrado de hinojos, sollozando por lo que había sucedido. Cómo había afectado aquella intervención divina a alguien como él, no quedaba claro.

Kanizhar asintió y agitó la mano e inmediatamente recuperó la visión.

Notas de juego

Ish, Px is in the air. Has empezado roleando genial esta escena. Cuéntales lo que has visto, termínala igual de bien y te subo de nivel ^_^.

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22/12/2010, 11:33
Khaila

Al sentir la mano de Hanna, Khaila, justo en aquel momento, fue consciente de que estaba completamente ciega. Asustada movió la cabeza a diestro y siniestro, cerró con fuerza los ojos y los volvió a abrir para comprobar que todo seguía negro... ¿Qué había ocurrido? Dirigió sus ojos ciegos a donde se encontraba la acólita de Mystra y alzando una de sus manos intentó tocar lo que creía debía ser su hombro... - No veo... - Susurró con voz temblorosa. Entonces recapacitó en lo que estaba diciendo Hanna... ¿Conjuro? ¿Kanizhar? Pero... Por Selûne... ¿Qué había ocurrido? Sin ser consciente, la guerrera acababa de nombrar en su interior a la doncella Luna

En aquel momento, la luz volvió a los ojos de la guerrera. Rápidamente los entrecerró cubriéndolos un instante con el dorso de su mano. Tras aquella oscuridad, la luz que había en aquella sala dañaron sus pupilas, que no tardaron en recuperarse y acostumbrarse nuevamente a la claridad. Parpadeó un par de veces y dirigió su mirada hacia Hanna, aunque enseguida comprobó que a pesar de poder sentirla no la  podía ver.

Se sentía cansada, y todavía un leve temblor sacudía su cuerpo. Aquellas imágenes que había vivido habían sido demasiado reales. Sus oscuros ojos se dirigieron hacia donde se encontraban el paladin y la druida. Una sonrisa triste asomó a sus duras facciones al ver como efectivamente, Ivelios había vuelto del mundo de los muertos, aunque en su interior sintió como sus tripas se revolvían, al ser consciente de que si hubieran hecho lo que ella sugirió aquel milagro no habría ocurrido...

Pero cuando su mirada se posó en Galatea, esa sonrisa se borró dando paso a una expresión de infinita tristeza. La guerrera, incapaz de sostenerse, se dejó caer con pesadez quedándose nuevamente sentada en el suelo. - He visto lo que ocurrió aquí... - Empezó a decir Khaila, pero parecía que sólo se dirigía a la elfa... - Lo he vivido como si yo hubiera sido kalonos. Yo... Siento haber dudado antes de ti - . Había apartado por un momento la mirada avergonzada. Aunque, tragando saliva, volvió a enfrentarse a los ojos azules de la elfa. - Tu padre intentó convivir en paz con los seguidores de Shar. Creyó que Shar y Selûne eran dos caras de una misma diosa. Intentó acercar posiciones y los convocó para poder hablar. Pero los sharinos no vinieron con esa intención. Tú misma, en tu visión, viste lo que aquí ocurrió... - No podía seguir hablando de aquello, todavía era demasiado reciente y no había dejado de temblar mientras su voz, cada vez más débil, había ido relatando lo que acababa de vivir...