Partida Rol por web

Me sorprendió la actitud Mirumoto. ¿Estaba dispuesto a entorpecer la investigación solo porque a sus protegidos les cayeron algunas palabras rudas? De todas formas no hice ningún comentario.

Sobre la Torre Dragón, tendría que preguntarle a Sichi qué es lo que buscábamos exactamente. Esperaba que sea totalmente sincera conmigo. Cierto era que ya había compartido conmigo detalles que no les dijo a los Dragón y no estaba segura de que se lo haya comentado a Chumoku, pero eso no dejaba de hacerme agarrar sus palabras con pinzas.

Por último vino el comentario de la Yogo. -No se me hubiese ocurrido pensarlo.- Le contesté, sincera. Era obvio que ella estaría esperando que cambiemos nuestra actitud con respecto de ayer. Ibamos a tener que hacerle la visita antes de seguir con nuestra investigación propia. -De todas formas, necesitamos conseguir ropas de eta para pasar inadvertidos por ahí.-

Tuve que recordar todos los años de entrenamiento y meditación para reprimir el llanto. No solo había perdido el tiempo, sino que había sido despojada de dos pergaminos. Y ahora estoy delante del embajador, quien había confiado en mí para esta tarea y no sé por dónde empezar. Tras respirar lentamente y permitir que mi cuerpo de relajase, comencé a hablar de manera segura. No podía defraudar la confianza que Eikatsu-sama había depositado en mí.

- Mirumoto-sama, tal y como ha dicho Mirumoto Kasumi-san no hemos podido averiguar la identidad o los motivos del asesino de Agasha-sama, aunque sí que hemos hecho avances significativos. - bajo la cabeza para sonreírme a mí misma. Necesitaba esa confianza - En primer lugar sabemos que Agasha-san recibía visitas frecuentes en su casa. Nuestras indagaciones nos hacen suponer que el mercader Susurro era quien lo visitaba y la actitud que ha demostrado ante nuestras preguntas no hace sino que reforzar mis sospechas de que si bien no sea el asesino, sepa quién es o lo sospeche. - tomo un poco de aire - Mis sospechas en este sentido se agravan debido a que el asesino no usó un arma propia de un samurai, sino de campesino, seguramente un bo o algo semejante, fácilmente justificable si eres un mercader conocido. - inclino la cabeza antes de continuar - Además... según parece lo guardias del distrito del Curtidor son propensos a recibir sobornos, así que podrían haber pasado desapercibidos. Por ahora pienso que esa es la línea más sólida que tenemos.

Dejo de hablar esperando la reacción de Mirumoto Eikatsu, necesito escuchar su respuesta antes de... antes de probar mi fracaso.

El Embajado bebe suavemente un poco de su te. La brisa acaricia las mangas de su elegante kimono, mientras escucha las palabras de Aiko, asimilandolas inmutable. Cuando la joven termina, vuelve a dejar la taza en la mesa con total cuidado. Ni una gota se derrama, ni del vaso ni de su boca.

-Entiendo. Resulta algo dificil de concebir... un mercader asesinando a un shugenja. No es como si pudiera salvarse con los kokus, si una acusacion de tal gravedad cae sobre el. Pero hay toda clase de maldades en esta tierra. De un modo u otro... ¿Cual seria el motivo de la lamentable muerte de Iesada-san?.

Kitsuki-sama tambien asiente a la pregunta de su esposo, volviendo la atencion a los rostros de los jovenes bushi de inmediato. 

Sin mas que discutir al parecer, por ahora, los tres quedan librados con un gesto de Osako-sama, si bien pueden sentir su mirada en vuestras espaldas al retirarse.

Dificil es que no halla notado la falta que hay en el obi de Hitomi, pero por alguna razon no ha hecho mencion a ello. Y la falta de anoche solo ha parecido una advertencia. Ninguna de las dos cosas es un buen augurio. 

Pero ahora, solo queda obedecer las ordenes. La torre del Dragon espera, donde la guardia del Trueno quizas tenga novedades, sea sobre la hija de Iesada-san o sobre los encargos que les hiciera Sichi anoche.

-Bueno. Otra vez juntos.- Le dije a Sichi cuando salimos. -Exactamente ¿qué vamos a buscar ahí?- Pregunté. Se me ocurrían un par de preguntas para hacerle a la guardia, pero quería saber qué había encontrado mi compañero mientras nosotros buscábamos mi wakizashi.

Pensar en la wakizashi también me hizo recordar que necesitaba ropa de eta. -Tal vez Chumoku pueda matar uno o dos para conseguirlas.- Era la forma más facil, sin duda.
 

Suspiro nerviosa y llena de dudas. El momento que tanto temía estaba a punto de llegar y no estaba preparada. No importaba lo mucho que me hubiese preparado la noche anterior. La realidad era siempre más dura. Con la cabeza gacha y un tono casi de súplica comencé a hablar. - Me temo, Mirumoto-sama, que no hemos sido capaces de encontrar una razón que explicase por qué alguien querría matar a Agasha Iesada-san... pero hemos encontrado ciertos indicios que muestran que, posiblemente, fuese algún asunto turbio. Es posible que relacionado con el opio con fines medicinales que cultivaba en su jardín - tomo aire y respiro con tranquilidad. - Me temo que no hemos descubierto mucho más aunque... - no me atrevo a contar el final de la historia y noto como mis manos me sudan. - ... Hay un asunto, algo que me preocupa y que hace que esta investigación sea cada vez más difícil. Si me dais vuestro permiso para contarlo. Es algo de lo que no estoy segura, pero que temo que debo decir antes de evitar un mal mayor...

Guardo silencio durante la reunion, sin nada mas que aportar a sus informes anteriores. Ni siquiera hizo mencion a la levedad con que Yogo-sama trato a los dos infractores. Despues de todo...

-Deje instrucciones de que buscaran alguna informacion para mi.-responde a la pregunta de Hitomi en tono suficiente, para luego mirarlos de reojo.- algunos no tenemos que perder el tiempo con cuestiones personales. Ahora vamos. el gunso debe tener las cosas listas, si no es un incompetente.

Seguidamente acelero el paso hacia la torre del Dragon, sin esperar por los otros dos.

-Habla con libertad.+interviene serenamente la honorable dama, extendiendo su mano.+ Las paredes de esta casa no tienen los oidos de un palacio Escorpion. Al parecer, es algo que te turba mucho, por ende es mejor dejarlo salir cuanto antes.

Su tranquilo tono te invita a continuar exponiendo tus conocimientos sin miedo. Es verdad. Aunque esta sea una ciudad Escorpion, la embajada todavia es un refugio, una pequeña porcion del hogar, trasladada a estas tierras llanas y fertiles. Si no puedes expresarte abiertamente aqui...¿donde?

Había guardado silencio durante el reencuentro con Yogo-Sama, pues se sentía avergonzado del poco éxito de su primer día en la investigación asignada *ahora solo queda seguir adelante, trabajar con lo que proporcione el informante de Sichi-san y seguir en la búsqueda del wakizashi de Hitomi-san*.
*hora debo anticiparte más, no puedes trabajar solo cuando tienes algo de información, tengo que ser más precavido* pienso para mi mismo mientras sigo a Sichi-san hasta la Torre del Trueno.

Aprieto los dientes y le lanzo una mirada de enojo a Sichi, pero sin decir nada. -Como si fuese mi culpa.- Pienso irritada mientras camino rápidamente a su lado, pues no me quedaría atrás. -Sería bueno si nos dijeses qué tipo de información les pediste que busquen.- Le dije mientras apuraba el paso, más que nada para molestarlo para que me de una respuesta.

Sichi ni tan siquiera se digna a mirarlos, mientras llegan a la Torre del Dragon, y pasan la guardia para ver al gunso encargado del turno de hoy. El ambiente fuerte y militaresco del lugar es mas relajado en la oficina de este hombre, mas un burocrata que un guerrero, pero como bien saben las espadas no son siempre las armas mas letales.

Tras saludar con formalidad, el arisco Shosuro toma la palabra. 

-Buenos dias. Hemos venido en nombre de Yogo Osako-sama, para saber si hubo algun progreso en la busqueda de una joven Mirumoto. El comandante Jocho debio dar ese aviso ayer.

-Buenos dias. Hai hai... Jocho-sama dio la orden y le fue transmitida a las patrullas. +responde con displicencia el hombre, acomodando a un lado los papeles para dedicaros unos minutos de su tiempo+ Pero hasta ahora sin muchos resultados. Hemos detenido a varias jovenes que podian encajar en la descripcion, pero todas enseñaron salvoconductos en regla, y ninguna era Mirumoto. Las patrullas del camino tampoco informaron novedad, aunque algunas recien vuelven esta noche, o dentro de un par de dias. Lo mas seguro es que su muchacha siga en la ciudad. O bien saliera mucho antes.

Hago una reverencia ante Kitsuki-sama y busco en mi interior la fuerza de mis ancestros para que me guíen en lo que estoy a punto de decir. - Kitsuki-sama, Mirumoto-sama, lo que estoy a punto de decir es fruto de mis sospechas y no dispongo más pruebas que mis propias palabras. Sospecho que la investigación por parte de nuestro Clan y por parte del Clan de El Escorpión ha estado siendo saboteada desde dentro desde el principio. - Tomo aire, segura de lo que voy a decir. - Desde un primer momento la delegación Escorpión puso trabas no solo a la investigación, sino al uso de los kami para que nos aclarasen dudas. Uno de ellos en especial, Shosuro Sichi-san, se mostró reticente a ello e incluso llegó a amenazarme para que no lo hiciera. Si no llega a ser por el valor de Mirumoto Kasumi-san y de Mirumoto Shiro-san tal vez ahora no podría estar hablando aquí. - Dirijo una mirada de agradecimiento y respeto a ambos Yojimbos. - Mientras que Shosuro-san se preocupaba más de ponernos trabas que de encontrar algo útil, Bayushi Hitomi-san colaboró con nosotros, al menos tanto como puede hacer un Escorpión, y ambas descubrimos ciertos elementos útiles. - Respiro hondo y me preparo para desvelar el deshonor.

- Durante la investigación ha sucedido un hecho nefasto que ha hecho caer la vergüenza sobre mí y sobre Bayushi-san: unos plebeyos nos han robado ciertas pertenencias. - Apenas logro mantener la compostura. - He sido despojada de dos pergaminos que me fueron concedidos y creo que el instigador de todo ello  ha sido el propio Shosuro Sichi-san, ya que antes del robo vimos a un grupo de eta que ya habíamos visto en el Distrito del Curtidor, es decir, alguien les había ordenado que nos siguiesen. - Vuelvo a levantar la cabeza a pesar del deshonor que recorre todo mi cuerpo.- Al haber neutralizado el ánimo de los dos samurai que más han ahondado en el asesinato, Bayushi-san y yo misma, Shosuro-san cree que dejaremos de buscar al culpable y que eso nos servirá de disuasión. Todavía no he descubierto la vinculación de Shoshuro Sichi-san con el asesinato, pero estoy segura de guarda alguna relación. Vuelvo a bajar la cabeza, hasta el suelo, como símbolo de humildad. - Estoy preparada ante cualquier consecuencia y castigo que consideréis oportuno por mi fracaso.

Me quedo en silencio en esa posición pidiéndole perdón mentalmente a mi madre por no haber sido capaz de casarme a pesar de que ese fuese su deseo.

Los dos embajadores escuchan con atencion, sin decir palabra que interrumpa a la joven. Ni tan siquiera con la mencion del robo alteran su temple. Una vez Aiko termina de hablar, los dos se miran, pensativos. Finamente, Rei-sama toma la palabra.

-Esas... son acusaciones muy serias, Aiko-san. De comprobarse, podria tener serias repercusiones en la alianza entre nuestro clan y el Escorpion. Por el momento, sera mejor no hacerlas patentes pues, y continuar colaborando en lo posible en la investigacion, pero con una mirada puesta sobre ese hombre. Retirarte del asunto solo crearia mayor confusion, ademas de apartar cualquier posibilidad de aclararlo, si resultan ser ciertas las sospechas. Ayer estuvo aqui, y tuve el dudoso honor de conocerle... Sin duda, su carencia de modales resulta bastante ofensiva. Bien puede que tus suspicacias sean exacerbadas por sus insufribles maneras. No obstante, si encuentras algun indicio firme que compruebe tus ideas, regresa de inmediato. Le plantearemos la cuestion directamente a Osako-san, o a la gobernadora.

Sus dedos se deslizan dentro de las mangas del kimono. Seguidamente, mira tanto a Shiro como a Kazumi.

-Ustedes estuvieron a su lado, y en vosotros recae la responsabilidad de custodiarla. Sin duda, han tenido tiempo de observar a los magistrados Escorpion. Quisiera escuchar sus impresiones sobre esta posibilidad que sugiere Aiko-san.

Kasumi ahondó en su mente mientras escuchó el "poco más" que no habían descubierto. Demasiadas conjeturas expuestas para su gusto, demasiados pensamientos sin base sólida. Igualmente su pensamiento tenía poca base así mismo. Podría ser cierto, sí, pero era una probabilidad que actualmente veía ínfima.

Quizás el movimiento de los agresores pretendía exactamente eso, disuadir sus intentos o sencillamente querían que no se descubriese más. Igualmente, era su primera vez fuera de las montañas y desconocía el comportamiento del mundo. Lo más que le llegaban eran ideas precipitadas de cómo era cada clan. Ideas que ella misma había podido negar y afirmar, cosas ciertas y cosas falsas.

- No creo que Soshuro tenga nada que ver. Se fue antes de saber a dónde íbamos, y por tanto, antes de poder prever nuestros movimientos y actuar. - comentó sin apenas levantar la cabeza en su señal de reflexión respetuosa.

Luego le volvió la idea del porqué un no samurai querría un wakizashi, era extraño. Los guardias que dejaban pasar a los etas o aquellos que pudieran parecer uno. Por otro lado si Soshuro hubiera recibido ayuda, hubiera sido posible aquello. Pero para recibir ayuda tendría que pertenecer a una conspiración. Para que le hayan hecho caso unos ladrones con tanta facilidad deberían haberse conocido y haber trabajado juntos. Era algo complicado. La idea no la convencía completamente.

- Sin embargo, es probable que alguien de influencia en la ciudad tenga que ver con el asunto. O que haya algún heimin que pueda influir de algún modo. - recalcó el tener que ver cuando lo dijo, haciendo entender que se refería a tener que ver, directa o indirectamente. Las personas podían no saber que alguien a quien regían estaba realizando aquello que se le había ordenado, pero de maneras que no eran las que correspondían.

Inclina la cabeza, cerrando los ojos. Apoya las manos en el suelo frente a el.

-Me temo que no podria opinar. Siento que he dejado pasar cosas por alto, y circunstancias como mi fallo al salvaguardar las pertenencias de Aiko-san en el distrito Pescador, me hacen dudar de la idoneidad para esta tarea. Menos para emitir un juicio al respecto de cual de las dos esta acertada si, ella o Kazumi-san. Prefiero guardar silencio, sama.

Responde suavemente, con la mirada fija en el piso.

-Entiendo... Veo que la cuestion aun sucita dudas incluso entre vosotros mismos. Bien, puesto que nada mas equivocado que la absoluta certeza. De momento entonces, continuaran colaborando con los Escorpion, y lo mismo que Aiko-san, vigilandolos discretamente para sustentar o descartar del todo esta sospecha.  Tambien les dara oportunidad de reparar el error del robo...+su mirada va a la joven shugenja+ Esto no es algo por lo que nosotros tengamos potestad, pero si tus superiores en la orden. Es a ellos a quienes deberas responder, si no los recuperas. Eso ya debe bastar para ser un incentivo, si todavia necesitas alguno ademas del propio orgullo.

En eso viene un sirviente. Discretamente dice algo al oido de los superiores durante un minuto y se retira.

-.. ya veo. Osako-san esta aqui. Parece que la carta tuvo efecto. Pide que se reunan con sus magistrados en la puerta de la Condescendencia, donde este distrito conecta con el Mercader. ¿Queda alguna cuestion que deseen expresar?

Mientras Kasumi-san hablaba intenté ocultar mi desconcierto. ¿Acaso podía asumir la existencia de un conspirador en la ciudad pero no que Shosuro Sichi trabajase para él o fuese él mismo el instigador? Reprimí mis sentimientos de protesta y me limité a permanecer callada.

Al escuchar las palabras de Kitsuki-sama no puedo más que sentir agradecimiento por sus palabras. Dejaba claro que había fracaso, pero me daba la oportunidad de reparar mi error, aunque en el fondo sé cuál será mi final. No pienso dejar que aquél que ha asesinado a Agasha-san se quede sin su justo castigo antes de que eso pase.

Con determinación comienzo a hablar, levantando la cabeza desde el suelo, donde reposaba en señal de respeto.- Por mi parte no hay más cuestiones salvo la posibilidad de pedir una audiencia con la señora del mercader. Si podemos actuar de ese modo entonces estoy lista, Kitsuki-sama, Mirumoto-sama.- inclino mi cabeza en señal de respeto ante cada uno y espero a que me den permiso para marcharme.

-¿Estas detenciones se hicieron en todos los distritos?- Pregunté al gunso. No me habría sorprendido que la guardia omitiese el distrito del curtidor por dar por sentado que ningún samurai sería encontrado ahí. Aunque, conociendo a Sichi, es posible que les haya dicho que busquen especialmente ahí. Después de todo, si la joven visitaba a su padre, era muy probable que conociese bien el distrito.