Partida Rol por web

Callé por un segundo ante lo que pedía la dragón. Era cierto lo que decía, pero no sabía si nuestros superiores nos estarían observando incluso ahora. Prefería no pensar en eso, de todas formas, ya que si era así, era probable que supieran lo de los objetos robados.

-Muy bien.- Acepté, con tal de liquidar rápidamente el asunto. -Entonces Chumoku y yo nos separamos. Sugiero que alguno de los bushi venga conmigo, para equilibrar las balanzas un poco.- Agregé, mirando a los guerreros samurai dragón.
 

Asentí y miré a los dos Mirumoto, prefería que decidieran entre ellos quién acompañaría a la escorpión. Fuese como fuese, era el momento de continuar. 

- Gracias por entenderlo. Podemos colaborar para conseguir los objetivos comunes. - respondí con suavidad. 

Era cierto que las leyendas sobre los escorpiones decían que estaba en su naturaleza herir a otros aunque les perjudicase, pero yo no lo creía. Una cosa es que fuesen a usarnos y otra que lo hicieran sin motivo. Incluso empezaba a pensar que había... disensiones entre los propios escorpión de la ciudad. Después de todo, el comportamiento de esos etas tenía mucho más sentido si seguían las ordenes de otro samurai más poderoso. Distraían la atención de su señor. Eso de algún modo estaba ligado a las prácticas de Agasha Iesada. Aún había detalles que se me escapaban, pero era probable que también tuviera que ver con el Opio. No sólo se usaba en medicina, también movía mucho dinero... y esa parecía ser la motivación de muchos de los habitantes de la ciudad... 

- Entonces vamos. Quedaremos a una hora y lugar determinados para volver a intercambiar información. 

Shiro se queda con Hitomi. Dado que los numeros son impares de necesidad, mejor que sea el, que va completamente armado y puede por eso ser mas imponente. El segundo grupo queda formado pues, por Aiko, Kazumi y Chumoku.

El distrito es amplio, realmente equivale a un tercio de la ciudad propiamente dicha, por lo que mejor apurarse. Y no olvidar que deberian estar antes que cierre la noche, frente a Osako-san los escorpion, y el Embajador los Dragon. No tienen demasiado tiempo.

Mala señal, seguro que le han llegado noticias mías a lo largo de todo el día, aunque bien podrían haberle llegado de mis compañeros, porque gracias a ellos me encontraba todas las puertas cerradas a cal y canto. Sólo había una manera de averiguarlo, por lo que acabé sentándome.

- Buenas noches. El comandante de la guardia le envía saludos.

Comienzo quizás con lo única cosa que había conseguido hacer sin problemas.

- Le entregué la descripción descripción de la niña dada por Kitsuki Rei, aunque intuyo que Kazu-san tendría más opciones de toparse con ella, pues parece haber desaparecido junto a un joven eta. Revisé las cartas y descubrí que el difunto mantenía una relación con algún Mirumoto, es por ello que me sorprendió ligeramente encontrarme con Kitsuki Jotomón en la casa de Izaru más si cabe cuando me cortó en seco al preguntarle por él, aunque no le dí más importancia dado que aún tenía material para leer y andaba inutilmente esperando al resto del grupo. Entre las cartas también había algunas amenazantes, así como un listado de plantas que actualmente nos están investigando en la Torre de Guardia, decidí dejarles tiempo para ello mientras buscaba a los Bayushi y Dragón. Los encontré en Tesoros Sureños, discutiendo en la puerta. El mercader vestía un chaleco que encajaba en la descripción que el kami le dió a Kitsuki-san, entre sus mercancías también tenía un bo que bien podría haber sido el arma del asesino. Como ya intuíais, no estaba solo y a falta de pruebas o testimonios más sustanciales no quise detenerle. Al parecer contaba con los servicios de dos ronin, yo perdí a uno, el otro siguió al resto del grupo. Parece ser que tenían quehaceres más importantes que su trabajo.

Omito inicialmente el detalle de que Hitomi había perdido su wakizashi, esperando usarlo a modo de distracción con Osako si me era necesario para minimizar el efecto de alguno de mis fallos.

- Aunque por mi parte así lo prefiero así. El eta Chillon fue él único con quién conseguí hablar una vez ya habían pasado ellos.

Kasumi miró a Aiko, indecisa sobre tomar la iniciativa. Aiko parecia más adecuada para decidir la siguiente acción. Era quien estaba al cargo de la investigación.

- Volveremos aquí cuando se enciendan la calles*, es lo más que podemos aguardar - sugirió Kasumi. Volvió de nuevo la vista a Aiko, esperando que decidiese el siguiente curso de acción. Definitivamente, tengo mucho que aprender, no todo es la lucha.

Miré a Bayushi Hitomi y luego a Mirumoto Shiro antes de confirmar lo acordado. 

- Estoy segura de que protegerás adecuadamente a Bayushi san y la traerás aquí a la hora acordada. - dije antes de girarme hacia Bayushi Chumoku y Mirumoto Kasumi.

Después intenté organizar lo poco que sabía para determinar un curso de acción, aunque no fuese optimo. Tardar demasiado en tomar decisiones podía ser tan malo como equivocarse. Tras unos instantes hablé de nuevo. 

- Creo que deberíamos empezar por la puerta que accedimos al distrito. Sospecho que quien nos robó nos seguía desde el distrito curtidor. - dije con voz suave, casi un susurro.

La puerta en cuestion no esta muy lejos como ya saben, solo unos cientos de metros por la misma calle del puente. A no tardar, se encuentran los 3 en ese lugar, donde se crea una intersección importante en el distrito. La actividad no ha menguado un apice, quizas incluso es mayor que hoy al mediodia, pero de salida. La gran mayoria son etas que regresan al distrito Curtidor, sin duda luego de terminar sus labores diarias, y sin dinero para disfrutar ni siquiera los magros, por no decir dudosos, placeres que este distrito brinda a los noctambulos.

Los guardias ya han cambiado, pero el funcionamiento parece seguir siendo el mismo que durante el dia, con poco o ningun interes en los etas, solo deteniéndose en las carretas y personas de aspecto mas elegante. Es obvio que les miran con recelo, ya que los 3 son los unicos samurai en el gentio (aparte de vuestros dos compañeros separados). 

Me quedo observando el torrente de etas que van saliendo y, por un momento, presto atención a quienes van hacia el distrito curtidor con carretas y paquetes, si los ladrones no eran tontos, intentarían no llamar la atención, por lo que no podrían salir con ambos objetos a la vez, tendrían que hacerlo separados y en turnos, lo cual dificultaba la búsqueda.
-Los guardias seguramente han estado un buen tiempo en la entrada, por lo que podrían saber algo, tanto del caso de Iesada-Sama como del nuestro, pero si preguntamos a quienes van saliendo con carretas y paquetes podría ser que tengan conocimiento a proporcionarnos acerca del movimiento interno-.
no nos queda mucho tiempo y no eramos demasiados para poder barrer con éxito la salida masiva de etas *si no estuviesen esos guardias... pero a lo mejor los necesitamos* pensaba mientras me acomodaba la máscara -¿que prefieren ustedes?- dije a las dragón, esperando ver como acostumbraban proceder en estos casos.

Luego de despedirnos temporalmente de los otros dragón y Chumoku, nos dirigimos hacia el lado contrario al que se fueron por el distrito. -Creo que ya se cómo debemos abordar esto.- Le dije a mi nuevo compañero. -No podemos ir por el distrito preguntando qué saben acerca sobre los objetos robados con estas pintas.- Tenía cuidado de decir "objetos robados" y no sobre la "wakizashi", ya que era obvio que el Mirumoto no tenía mi espada como prioridad. -Pero no hay que preocuparse por eso. Tengo unas personas mejor en mente para que cumplan el objetivo por nosotros.-

Así es como dirigí al dragón hacia los callejones de la ciudad, donde los vagabundos se reunían a mirarse los unos a los otros con los estómagos sonando y ahogarse en el poco sake que podían para ayudarse a olvidar sus problemas, fingiendo que era una droga.

-¿Cómo debería abordarlos?- Pensé. -¿Uno por uno o todos a la vez?- Decidí que lo mejor era ir uno por uno, ya que no quería causar una gran conmoción. ¿Quién sabe quién estaba oyendo esto? Me acerqué a uno de los que no parecía borracho. Me arrodillé a su lado, con cuidado de que note a Shiro, para asegurarme de que no haga nada estúpido con lo que le iba a decir.

-He, amigo.- Empecé. Nunca había hecho esto, así que las palabras no salieron muy naturales. -Tengo una propuesta para hacerte. ¿Te gustaría conseguir un trabajo temporal?- Le pregunté.

Medité por un momento. Si eran varios ladrones y trabajaban juntos, ya sería tarde. El pergamino era fácil de ocultar, aunque tan imposible de explicar para un eta como un wakizashi. Tal vez, la única alternativa que teníamos de localizarles era intentar pensar como ellos. Y si no podían permitirse responder preguntas, ¿cómo lo harían? Debía considerar todas las alternativas posibles. Miré a Bayushi Chumoku por un segundo, dudando hasta qué punto confiar mis ideas. Por otra parte, tampoco tenía elección. 

- En vuestra opinión, si tuvierais que pasar la puerta sin ser registrado ¿cómo lo haríais? ¿Cuál es el momento de menos vigilancia o... de control más... distendido - era un eufemismo por recibir sobornos, pero supuse que lo entendería - No creo que sea la primera vez que roban, tendrán las rutas de escape ya previstas. Puede que hasta comprador o a quién entregarlo. Tal vez aprovechen el cambio de guardia o, tal vez, conozcan a alguien. Lo que necesitamos es anticiparnos - le miré a los ojos, apenas visibles tras la máscara. - ¿Cómo podrían hacerlo?

Kasumi se interesó por el detalle de aquellos guardias, parecían no querer cuentas con ningún eta. La mención de Aiko le hizo darse cuenta de aquel detalle, esperó la respuesta del Bayushi. Pero aprovechando su posición en el grupo podía ver sin problemas la puerta, era ciertamente extraño. Si bien veía lógico detener los carros elegantes, deberían prestar más atención a los etas, a menos que alguien les haya 'sugerido' no hacerlo.

- ¿Qué órdenes tienen los guardias de estas puertas? - pregunto sin cambiar la vista. Había visto algo peculiar, quizás podría darse cuenta de algo si no perdía de vista la puerta, un bulto alargado por ejemplo. Cualquier cosa que se pudiera parecer o que pudiera contener de forma sencilla alguna de las dos cosas. El problema era con los pequeños carros que podrían llevar los etas. No creo que haya mucha mercancía que se transporte ahora.

La magistrada escucha impasible, solo cambiando su postura para beber un poco de te, o pedir mas con un gesto a Kazu.

-Ya veo. O sea que, en resumen, los progresos podrian calificarse como nulos. Hay un sospechoso heimin, que resulta ser uno de los mercaderes mas detestables de la ciudad, pero tambien un cobarde servil... No hay un motivo aparente, solo vagas posibilidades que se estan investigando. Y ningun testimonio valido. Por si fuera poco, parece que el grupo tiene una forma bastante "extraña" de trabajar o entender las ordenes que se les dan.

Deja la taza en la mesita, sin el menor temblor en su pulso.

-No puedo decir que este complacida en la forma que esto marcha, Sichi-kun. ¿Hay ALGO, algun rastro concreto, pista o idea certera? ¿O la hipotesis es que Sasayaku cobro alguna clase de valor descomunal, fue al distrito eta, y le pego con un bo a Iesada-san hasta matarlo? Por cierto, espero que halla alguna señal mas que su ropa y el arma en cuestion... Todos los mercaderes que los Unicornio patrocinan usan esos colores.

- Tesoros Sureños pertenece a los Yasuki, a Yasuki Nobuko para ser más exactos.

Le recuerdo sin querer contradecirla en nada o siquiera alegar algún tipo de disculpa por ello. No obstante, habían sido muchas complicaciones desde el inicio y quizás fuera ese el detalle que relacionaba todo.

-Ahora si. +admite+ He tenido el placer de conocer a Nobuko-san. Es tan encantadora como Sasayaku. No me cabe duda que han congeniado perfectamente. Pero el cambio de patronazgo es reciente, y la zona de las 2 Puertas pertenece mayormente a los Unicornio. Es de sentido comun no malquistarse con los antiguos patrones, ni con los vecinos. Más aun un hombre de la clase que es Susurro...

La sequedad de su tono es bastante clara. Kazu incluso se permite esbozar una sonrisa de comprension, una de esas libertades que puede tomarse un ronin... Osako no continua con el tema no obstante.

-En fin. Continua explicando lo que hallas averiguado. Si eso es todo, me temo que sea un callejon sin salida, o peor, un burdo intento de inculpar a un detestable infeliz. En otra circunstancia, no tendria inconveniente en usar su cabeza, pero los Dragon no se conformaran tan facilmente... ¿Donde estan sus bushi, a todo esto?

- Imagino que con Kitsuki-san y los Bayushi. Tenían los mismos intereses cuando los encontré y no le agradará el saberlos.

Contesto evitando darle una respuesta más directa, por si prefería permanecer desinformada. No creía que fuera a quedar así.

Entrecierra los ojos ligeramente, bebiendo de su te y asintiendo levemente. Kazu se envara.

-Entiendo. Bien, no los esperare demasiado, asi que espero esos "intereses" no los entretengan tanto... +comenta al cabo de unos segundos, en tono perfectamente tranquilo. Por alguna razon, eso no se siente bien. Pero antes de replicar algo, añade...+ Si no hay mas, puedes retirarte Sichi-kun. Mañana a primera hora nos volveremos a ver.  Descansa.

Y algo en su ultima palabra suena a que lo necesitaras.

En verdad mañana iba a ser un día mucho más complicado, no tenía ningua duda sobre ello, pero el regreso de Hitomi y Chumoku si que iba a resultar peliagudo, porque a pesar de no haberle contado lo que ocurrido no quedaría el asunto cuando les echara el guante.

- Hai.

Respondo con algo de preocupación por lo que pudiera pasar mañana. Aunque posiblemente fueramos en busca de la Yasuki, pero también tenía pendiente el regresar a la torre de guardia para averiguar que habían encontrado. Definitivamente iba a ser un mal día, por lo que siguiendo su consejo me retiré a mi habitación.

La habitación era realmente austera. Un futón, un arcón y mesa sobre la que descansaba la estatua de Soshi, una pequeña pila de pergaminos en blancos perfectamente ordenados y pisados con una pequeña caja de sumi-e, destinados principalmente a la redacción de informes para Osako que de seguro debía esforzarse por descifrar por mi mala caligrafía, aunque también los aprovechaba para escribir cartas a la única persona que aún consideraba mi familia. Hoy iba a escribirle, por lo que cogí uno de los pergaminos y preparé el equipo para escribir antes de embarcarme a ello.

Cita:

Concluí la pequeña carta, lamentando el tener que hacerme pasar por un sencillo compañero de estudios y no poder plasmar su nombre en el papel. Y eso que cualquier que la leyera sabría enseguida que el auténtico remitente jamás había pisado ninguna escuela de cortesanos. De todos modos, siempre era mejor eso que proclamarlo a los cuatro vientos. O eso me gustaba a mi pensar cuando la sellaba y mandaba con el resto del correo. Después, puse en práctica el consejo de Osako y me fuí a dormir.

- Buenas noches onii-san.

Pronuncié como todas las noches.

Las palabras casi hicieron saltar al mendigo ni bien observo quien se las dirigia, retrocediendo aterrado. Sus uñas por poco escarbaban la tierra, como si deseara meterse en ella... Luego giro sobre si mismo, arrodillandose y pegando la cabeza al suelo.

-a.. am... amigo?? Mil perdones sama, pero os confundis... no tengo el honor de conoceros. Por favor perdonadme por señalaroslo, tengo esposa e hijos... Os lo suplico!...

Ya en este punto, las lagrimas del hombre empiezan a enturbiar su voz, pero queda bastante claro que le haz dado un susto de muerte... y eso mismo es lo que ahora espera, por haberle señalado un error a un samurai.

Mueve la cabeza enmascarada, mientras mira a los guardias.

-Su deber es proteger las puertas, controlar las mercancias que entran y salen, revisar permisos de viaje, impedir alborotos... lo usual. Ignoran a los etas, como cualquier otro bushi haria. Los heimin o peor, los samurai que quieran tener tratos con ellos es distinto. Eso si llamaria su atencion. +responde en tono pausado, luego de pensarlo.+ Pero si nuestros ladrones eran eta o estaban disfrazados de tales y pudieron camuflar los objetos, habran salido sin mas.

Suspiré hondo. -Calla de una vez.- Le dije bruscamente. -Estás llamando la atención.- Volví a suspirar. -Mira, se que no nos conocemos y no somos amigos, pero, podríamos, ¿no es así?- Le dije con una sonrisa. -Solo tendrías que llevar a cabo un trabajo para mi, y yo estaría enormemente agradecida.- Puse énfasis en la palabra "enormemente", tomándome tiempo para pronunciar cada sílaba. -Además, también te lo recompensaría, claro está.- Esperé un segundo para ver la reacción del mendigo.