Partida Rol por web

¡Qué, qué! ves algo, ¿hay alguien ahí afuera? ¿un coche o una furgoneta tal vez?

Dice Jimmy mientras abriga y trata de asistir a su hermano mayor, tumbado y convaleciente.

El mediano de los Skilton le pasa una manta por encima a Greg, más pendiente de las noticias que tiene que dar el benjamín que de otra cosa.

Diamante no dice nada. Busca a tientas algo en la pared para desesperación de Jimmy.

De repente...

Click.

El sonido característico de una llave de luz.

Tímidamente, dos viejos bombillos colgados del techo comienza a emitir una tenue luz que va in crescendo a medido que el filamento se calienta.

Sin saber muy bien el origen ni el por qué, de repente la biblioteca tiene luz.

Asiento a las palabras del arquitecto, aunque lo importante ahora mismo es que estamos en un puto sótano lleno de maniquis, ataúdes, un salón victoriano y la casa de bricomanía y con una bombilla fundida...

Puede que sí, Mark.

En esto veo a Rick como se aleja a la puerta de salida, o por donde hemos entrado. Me encogo de hombros algo desalentada; supongo que eso significa que ha decidido volver por donde ha venido.

Ya hemos comprobado que la luz funciona y hemos cogido algún cacharro para protegernos, y parece que la única salida es por donde hemos venido. Voto por volver e ir a la biblioteca, creo que todos nos sentiremos más seguros allí. Y puede que a los hermanitos Skilton ya se les haya pasado la tontería.

Las palabras de Rubí parecen ser coherentes. A falta de una exploración más profunda que ciertamente puede ser peligrosa, quizás lo mejor es subir a la planta baja y regresar a la biblioteca.

Es difícil predecir el paso del tiempo aqui abajo. Pero el amanecer no debe estar muy lejos.

Mark regresa con una escopeta y Fabiano con un hacha de mano. Eliz sigue con su muñeco de vudú, y Rubí sale del cuarto sin nada que no entrara previamente.

Regresan al extraño salón victoriano de muebles tapados por sábanas.

Las miradas evitan las extrañas y sugerentes formas. Llegan a la zona de los ataúdes. Silenciosos lugares fúnebres de descanso eterno. Unos de pie y otros apoyados contra la pared que ahora queda a la derecha. Unos abiertos y otros cerrados.

Los maniquíes esperan cortando el paso a los compañeros. Rick encabeza la marcha casi a oscuras. Por alguna razón, la castigada mente del grandullón parece haberse vuelto inmune al terror psicológico de la casa.

Con el corazón encogido y el aliento contenido dejan atrás los maniquíes.

Un rápido vistazo a la trampilla que da acceso al exterior del sótano deja claras dos cosas: una es que nadie ha venido a cerrarla para siempre dejándoos atrapados por los siglos de los siglos. Y la otra cosa es que ahí arriba hay luz. 

Hey! chicos! Hay luz!! Vamos arriba!!!

Y con paso decicido empiezo a subir por la escalera animada ante la perpectiva de poder estar en un lugar tranquilo como puede ser la biblioteca y allí leer tranquilamente el diario de la miroslava y enterarnos de qué va todo esto...

- Ya hay luz...- responde el rubiales, parado en mitad de la biblioteca con las palmas hacia arriba y encogiengo los hombros, observando con la mirada los rincones que la oscuridad había dejado escapar

¿Si? No lo había notado, pensé que fumar hierba me daba superpoderes como ver en la oscuridad...

Apunta Jimmy volviendo a ser el capullo de siempre mientras observa a us hermano. Unos segundos después le dice a Steve.

Lo siento por la gilipollez, pero estoy nervioso, Greg esta jodido. Si lo que le hace esto es el veneno irá a peor y encima hemos sido tan capullos de calentarlo. Con la temperatura el pulso va más deprisa y el veneno se extiende más rápido... Hay que llevarlos a un hospital Steve, no podemos hacer otra cosa...

Aquí abajo parece que ya no hay más salida, ni más camino que recorrer.. Habrá que volver sobre nuestros pasos Con la escopeta en las manos, y cargada, giro sobre los talones y sigo a Rubi y a Rick, que ya han tomado la iniciativa y el camino hacia las escaleras que nos llevarán de nuevo a la planta baja.

- Con cuidado,, no sabemos lo que nos vamos a encontrar.. y con luz es más fácil disparar digo aunque nada más acabar de decirlo me doy cuenta que yo no sé siquiera si sería capaz de dar al blanco con luz y poca distancia.

Poco después, los cuatro compañeros encaran las escaleras de vuelta a la planta superior tras cruzar el sótano 

Todos dan por hecho que en la casa no debe haber nadie más... Los Skilton, ¿dónde estarán?

La amarillenta luz que emiten el par de bolmbillos que cuelgan del techo del pasillo principal de la planta baja del convento transmiten de todo menos la seguridad que la luz da a los humanos. Las sombras se proyectan más grandes sobre el suelo y las paredes. Grotescas. Inquietantes.

Llegáis a la puerta que da acceso al hall de entrada y que después lleva a la puerta de salida. La dejásteis cerrada y cerrada sigue. Al otro lado debe estar el cuerpo muerto y ya rígido del pobre Marcos Saenz. 

- Ya lo sé joder!- responde a Jimmy como si su oido no hubiera escuchado las chanzas de su hermano y fuera capaz de filtrarlas por sí sólo- pero no tengo ni puta idea de como vamos a hacerlo. A lo mejor cuando amanezca pasa por el camino algún coche al que podamos parar.

Sin embargo, cuando se escuchó diciendo ésto, teniendo el cuerpo de su hermano mayor ante él, agitándose nerviosamente por los escalofrios que sufría, supo que no tenían tiempo para esperar a que eso ocurriera. Incluso las posibilidades de que día algo cambiara en aquel lugar eran remotas.

- Una cosa está clara. Aquí vive gente y todos los hemos visto. No creo que vivan aquí aislados así que tienen que tener algún vehículo o algo de gasoil, aunque sea una garrafa de cinco litros. Si quieres podemos buscarlos pero lo malo es que Greg no puede ya ni moverse y no podemos dejarlo sólo. ¿tú que dices?

Sube la escalera y entrecierra un poco los ojos hasta que se acostumbran de nuevo a la luz.

- No sé si no es mejor idea quedarse en la casa ahora que tenemos luz. En la biblioteca volveremos a estar a oscuras, y los tres tarados pueden estar esperando.

Mira a los dos únicos compañeros que parecen mantener la cordura, esperando que decidan por ella. La idea de quedarse en la casa sigue pareciéndole especialmente atractiva, y más aún ahora que tienen luz para poder explorarla sin sobresaltos.

Jimmy pasa la mano entre las greñas de su pelo mojado, pensativo...

Pues o va uno de los dos y el otro se queda aquí con Greg, o hacemos una camilla con los tablones de una estantería y nos lo llevamos, más no se me ocurre y tu no se si podrás cargar con él, con ese pie tan jodido...

Mira el pie lastimado de su hermano, sin saber muy bien cuan grave será. En el fondo no puede evitar mirara a Steve a los ojos con orgullo, incluso con esa herida sigue adelante sin desfallecer.

- Por lo menos no estamos a oscuras mi talante positivo se impone ante la escasa y amarillenta luz que ahora baña el pasillo.

- ¿Qué hora será? lo que deberíamos ver es de intentar emprender camino hacia un teléfono.. No quiero perder ni un sólo minuto de luz natural dado que el camino hacia cualquier lugar civilizado es medio largo.

Ricky ha llegado hasta la puerta y se ha parado, el hacha colgando de su brazo inerte y la mirada perdida. Cuando su instintivo camino se ve detenido por una puerta cerrada, el deportista se da la vuelta y, aunque sus ojos nunca enfocan a ninguno de sus compañeros, parece buscar en las formas humanas familiares que le acompañan alguna confirmación.

Mientras los otros hablan y deciden, Rick no parece tener voluntad suficiente para tomar la decisión por sí mismo. Queda quieto, con la boca ligeramente entreabierta, mirando a la pared.

Los dedos de su mano derecha se mueven despacio, rozando el mango del hacha y palpando sus asperezas. Sintiendo la realidad de ese objeto.

Steve permanece pensativo un instante. Mira a la chimenea, como lo haría él chaman de alguna tribu selvática en busca de augurios que determinaran el futuro de cosechas y respuestas divinas, sin ver nada más que el danzarin crepitar de las llamas y las figuras que el humo va dibujando mientras asciende. Tiene las piernas cruzadas, uno sobre la otra, y no puede evitar echarse mano al pie lastimado...Jimmy tiene razón...No solían darse esas dos palabras juntas en una misma oración pero ahora que se había enfriado el pie sentía un mayor dolor con sólo moverlo un poco arriba y abajo. Si tuviera que caminar no tendría muchos problemas y seguramente podría aguantar el dolor pero cargar a Greg y encima sobre un terreno tan embarrado como el de ahí fuera le costaría demasiado trabajo.

Mira a su hermano, escrutando en sus ojos el posible efecto que los porros hubieran podido tener en él. Debe estar al cien por cien, de no ser así no podría dejarle ir. Finalmente, traga saliva, poniendo fin a la divagación interna...- Yo me encargo de Greg. Tu puedes correr más que yo ahora y te cundirá más. Si fuera tú yo no volvería a entrar al convento pero supongo que no me vas a hacer caso, así que dime donde tienes pensado mirar para saber donde buscarte si no vinieras. Tienes media hora, OK? Ten muchisimo cuidado...

No le hacía ninguna gracias dejar a su hermano solo pero era la única solución. Greg no podía esperar más...espero que esto fuera lo que Greg hiciese en mi lugar...

- Jimmy!- le llama cuando este se preparaba para salir de la biblioteca- Toma. ¿no querias esto?- dice extendiendole la pistola...

La situación parece de nuevo fuera de control, y los Skilton apenas han tenido tiempo para descansar. No obstante, y contra todo pronóstico, deciden separarse de nuevo con un único fin: salvar a Greg. Es imposible saber cuánto aguantará. ¿Diez minutos? ¿Media hora? ¿Un día? Nadie puede decirlo con claridad, pero a la vista de la tenue luz amarillenta de los bombillos de la biblioteca, el mayor de los Skilton presenta un estado lamentable. Una palidez extrema propia de una hipotensión marcada que a buen seguro podría acabar con su vida. Pero los conocimientos médicos de Jimmy y Streve no llegan a sacar esas conclusiones. Greg está sufriendo un choque anafiláctico como consecuencia del veneno inoculado por la araña. Una viuda negra, por algo la llaman así.

Con bastante sentido común, y dadas las circunstancias, será Diamante quien se quede en la biblioteca mientras Jimmy se lanza a cumplir el objetivo que lleva planteado desde que llegaron aquí: buscar combustible. Los Skilton han explorado gran parte del recinto, y ciertamente lo menos registrado es el Edificio Principal del Convento. Por eso Steve hace lo que hace. Sabe perfectamente a donde irá Jimmy, además con buen criterio. Así que le ofrece la pistola. Cargada y lista para quitar de enmedio a cualquiera que quiera joderle a él a o sus hermanos.

Sin más, toma el arma y sale disparado bajo la lluvia. Tanto Steve como Jimmy tienen la inquietante sensación de que esa puede haber sido la última vez que se vieron... vivos.