Partida Rol por web

Os separais de Amelia y Alberto en no muy buenos términos, no lleváis ni un día trabajando juntos y ya se empiezan a ver los conflictos internos.

Os dirigís a ver a Juana que ahora trabaja en casa de los Montillas. Al reuniros con ella veis que es una chica morena y alta de ropa poco agraciada y modales pueblerinos, al veros parece incómoda y reacia a hablar con vosotros.

-¿Qué quieren de mi? -os suelta directa al grano

Apoyada en una de las paredes, mientras jugaba con el mechero que habia sido de mi hermano. Esa mujer me saca de mis malditas casillas, no se quien se cree que es y sobretodo por que la han elegido para un trabajo asi. Sera por que alguno era cliente de ella, definitivamente parte del oficio mas viejo del mundo. No la despreciaba por eso, sino por su actitud, por como intentaba que todos besaran el suelo a sus pies y una mujer deberia hacerse valer por otros motivos. 

Me mantengo en silencio mientras caminamos hacia aquel bar por llamarlo de alguna manera, para algunos seria mas un antro en el que se podia oler libertad. De López solo se cosas de oidas y de leer su llamemosla columna. Me acerco a uno de los parroquianos ofreciendole un cigarro, para preguntarle si esta hoy López, que vengo de Barcelona para solo hablar con él. Dejo caer un par de los nombres de mis conocidos del movimiento de la Ciudad Condal

Alberto caminó en silecio al lado de Peré, dejó que su carácter se enfriara, mientras estaba atento a las calles que recorrían. No podría decir que conociera Madrid, pero si que conocía muchas calles como las que dejaban atras y aún más como aquellas en las que se adentraban.

Caminaba detrás de Peré dejando que los demás pensaran que era su guardaespaldas, su matón o lo que fuera. Sabía que le miraban evaluándolo, así que se mostró impasible. Siempre en guardia, siempre analítico.

Asintió a sus palabras y trato de no dar ningún mensaje diferente al de "Manda Peré", pues no había peor cosa ante este tipo de personas que no mostrar unidad con aquellos que te acompañan, era como echar sangre en un mar lleno de tiburones.

Os señalan a Lopéz Vazquez, al acercaros a él, esté mira con desconfianza a Alberto, no tanto a Amelia. Un hombre tras él da un paso al frente, indicándoos que es mejor no meterse en problemas, aunque el hombre está calmado y da una calada a su cigarrillo mientras os observa.

-¿Qué os trae por estos lares?

Levanto las manos con tranquilidad y le miro, luego al que esta detras. Esbozo una sonrisa y hago un gesto para que nos traigan una botella de uno de sus vinos tintos con unos vasos para beber. 

-Buscamos información, seguro que has oido sobre una serie de ataques que ha habido sobre ciertas personalidades. Los grises nos estan acusando a nosotros y al movimiento de perpetrarlas, estoy mas que segura de que no es asi.  Pero van a usarlo para volver a entrar en casas y llevarse a gente que nunca mas volveremos a ver

-En efecto, he escuchado esos atentados que han habido y que se lo atañen a alguien llamado el Juguetero, pero nosotros no tenemos nada que ver con él. Él distribuye drogas que embotan la razón del pueblo y lo esclavizan a su consumo, algo que nosotros no queremos, queremos que el pueblo pueda pensar y ver lo que pasa a su alrededor

Una muchacha buena complexión, en edad de trabajar y pueblerina —se dice mentalmente mientras ficha a la joven que tiene enfrente.

—Hola Juana, mi nombre es Sara Montalbán, aunque tu puedes decirme Sarita si gustas. Me acompañan Pablo Beltrán y Rodrigo Alarcón, pero no te preocupes por ellos, son amigos míos —suelta con una cálida sonrisa, buscaba empatizar con la muchacha aunque no había dicho ni una sola verdad.

—Nos ha contratado para ayudar a desenmarañar el ataque que ha sufrido la familia Díaz. Recurrimos a ti porque creo que tu colaboración podría ayudarnos a evitar que más familias, que más niños, sufran lo que tu tuviste que sufrir a manos de aquellos desalmados terroristas... —hace una pequeña pausa mientras espera que sus palabras calen en la pueblerina—. Así que por favor, ¿podrías contarnos lo que recuerdas de aquel día? Por favor, no dejes ningún detalle por fuera, no solo buscamos los hechos, sino también tus sensaciones o sospechas... Cualquier cosa que nos pueda ayudar ¿sabes?

Julia sabía que no sería raro que estuvieran siguiendo a la muchacha de cerca, sin embargo, prefirió no decir nada a fin de no alarmar a los demás. No obstante lo cual, prestó especial atención a lenguaje corporal, buscaba cualquier tipo de indicio que diese a entender que sabía de alguien mirándola, o controlándola.

Heitor escuchó con detenimiento los argumentos de su compañera mientras preguntaba a la mujer. Escuchó con detenimiento apoyado en la pared, mientras que intentaba no ser muy torpe ni exahustivo en su mirada, teniendo prudencia a la hora de mirar a la mujer.

Levanto una ceja mientras escucho atentamente

Saco los cigarrillos ofreciendoles a la mesa y encendiendome uno. Le doy una calada soltando el aire lentamente.

-Pues segun ellos uno de los que participo en los atentados era de los nuestros, de Alcoy.  Y si, ese tal Juguetero utiliza drogas que embotan y matan, pero esta usando a inocentes, a gente de los nuestros o incluso a gitanos, para los grises todos anarquistas. 
Se lo inyecta ¿que medico haria algo asi? un carnicero y si esa droga funciona, el Africano y su amiguito querran echarla mano para que el pueblo no piense, que solo acepte sus deseos. Creo que sabes tan bien como yo que tenemos que encontrar a ese Juguetero

Juana parece bastante reacia a hablar, os cuenta lo mismo que a la guardia civil, lo que ya sabéis, es como si fuera un discurso que tiene aprendido porque lo dice de forma monotona, casi las mismas palabras que salen en el informe. Detectáis mientras habláis con ella que se mueve, en un primer momento pensáis que está nerviosa, pero entonces percibís una rojez en sus ojos, y una de las veces que se le levanta la manga podéis apreciar pequeños orificios en sus brazos

-No tenemos nada que ver, esa gente da mal nombre al movimiento anarquista. He estado haciendo averiguaciones, nadie del movimiento fueron los responsables de lo que pasó en Valencia y Cádiz.

Como ya os he dicho soy el primero que quiero que detengan a ese tal Juguetero, pero no sé cómo ayudaros en eso, no lo conozco, pero una vez escuché a alguien del hampa barcelonés, de la Cachiporra que lo nombró, quizás él pueda ayudaros más

Heitor creyó que aquella mujer no tenía nada más que aportar que lo que había dicho a los agentes. Por un momento creyó que la mujer podía haber dicho algo más pero fue un destello fugaz, al momento vio que estaba confundido, y que la mujer no iba a aportar más de lo que ya había dicho. Heitor miró hacia abajo esperando que la conversación terminara para irse de la casa e investigar a otras personas. En su interior hacia unas rimas de su experiencia pasada intentando hacer un canto interior para pasar el tiempo, mientras los dedos de su mano derecha tamborileaban en la pared.