Partida Rol por web

Abrís el hueco, y aunque la mirada del hombre lagarto está clavada en Rhaz se lanza hacia adelante atacando a Willem, quien tiene la suerte de echarse a un lado para esquivar el mordisco y desviar con el filo de su espada la mortal punta de lanza que amenazaba atravesarle como un cochinillo. El espadón de Sutu es esquivado con facilidad por el hombre reptil echándose a un lado.

El segundo reptil toma carrerilla lanzando una olímpica lanzada al rezagado ballestero, ahora, con su última jabalina entre las manos y una herida en el costado, sostiene su asta con ambas manos resoplando nervioso buscando a su víctima mientras sisea unas palabras de desesperación y nerviosismo a su compañero

Shaaask kaaasssss sssss ssshs shs hhhhh'L

Una jabalina es lanzada en mi dirección por el lagarto herido... Shuuuhh... Pasa a unos centímetros de mí. Su gesto estaba confiado, pero empieza a hablar en una lengua extraña cuando ve que no me ha dado. Presiento que quiere atacarme, aunque puede ser peor si ataca a los dos heridos compañeros. Tengo la ballesta preparada y dos cunjuros que nunca fallan. Qué hacer?

Saeta infalibe.

Pronuncio las palabras mientras señalo al hombre-lagarto herido, pero quizá más peligroso ahora mismo... Pero la fuerza mágica le sacude fuerte en el pecho. Puedo imaginar el daño estructural en su organismo.

Saco mi bastón y le miro. 

Sutu no se acobardó, y continuo castigando a la criatura que, rodeada ahora por todo el grupo, suponía un blanco fácil para la hoja de la letal arma del bárbaro.

El hacha describió una media luna en el aire, cuando lo cortó al recorrer la distancia necesaria para inflingir daño al reptiliano ser, y los músculos del bárbaro descargaron toda su fuerza en el golpe con el fín de hacer el mayor daño posible a la alimaña escamosa que siseaba frente a él, entre los gritos de batalla del grupo de humanos.

Rhaz vuelve a cargar su ballesta y lanza otro virote en dirección a lagarto que queda en pie, el virote vuela para rozarle el muslo derecho y provocarle una herida - Mandemos al otro mundo a esta ultima criatura inmunda, ggggshuf - dice el picaro lanzando un saliva al suelo en señal de desprecio.

Una de aquellas criaturas ya había caído, pero la otra se acercaba poco a poco con intenciones no muy amistosas y mi estado seguía siendo malo para combatir. Así que pese a que siempre lo he considerado una cobardía, me prepare única y exclusivamente para defenderme, al menos por el momento. Mejor cobarde y vivo que valiente y muerto.

El hombre lagarto pasa su escamosa y garruda mano por su cuerpo, se siente dañado y observa al brujo con rabia, mira a su compañero herido y grita como la víbora que es. Recorre la pared y llegado frente a Habib se impulsa contra la pared acortando la distancia que queda hasta lanzar su inofensivo ataque al hechicero, quien evita la lanzada con tremenda facilidad haciendo que esta choque contra la pared doblando el asta hasta casi partirla.

ShaaakshaaasssLk

El hombre lagarto grita y sisea, gime al verse rodeado pero enseña los dientes y enarbola su lanza embravecido

Me muevo para que se fije en mí mientras le atacan mis compañeros, sólo un paso en la dirección adecuada.

Ven chiquito, mírame!

Luego le suelto un bastonazo, pero sólo es para que sepa que soy un enemigo armado a tener en cuenta, una advertencia.

Sutu se movió veloz, decidido a terminar con aquello, pero las heridas de combates anteriores seguían pasándole factura, y le costaba afinar con sus ataques, pese a la aparente letalidad del bárbaro tras golpe que había destrozado al compañero del reptiliano ser.

El hacha intentó acertar una vez más, pero esta vez el ataque fue sencillo de evadir por la criatura.

Sutu maldijo para sí mismo, sin lanzar ningún grito, a duras penas controlaba su furia pero era consciente de que debía hacerlo para ahorrar energías y no perder la perspectiva de la batalla en la que les iba la vida.

Rhaz se desplaza hacia una mejor posición y lanza de nuevo un virote fallido - Maldita sea... otra vez no.- se lamenta este en silencio.

Por fortuna el restante de los lagartos hiperdesarrollados había elegido a otro como objetivo. Ahora lo único que me importaba era mantenerme con vida. Si para ello tenía que caer alguno de mis compañeros, mala suerte. La vida era asi de dura. Así que mantuve mi posición defensiva para que mis opciones de supervivencias siguieran altas.

El hombre lagarto se encuentra enfurecido viendo a Rhaztamiel lanzando sus peligrosos y mortales proyectiles, ya lleva uno cuyo plumón sobresale por un lado de su espalda y ahora el muy villano pretende clavarle otro. El hombre lagarto da una vuelta sobre sí mismo apartando a Sutu y Habib en una hábil maniobra y abriéndose paso hasta Rhaz dando un mordisco, el hábil ladrón aparta la cabeza del reptil con su ballesta mientras la lanza de este rasga la capa del aventurero

Por milagro, suerte, o casualidad, la señora fortuna os vuelve a sonreír impidiendo que uno más caiga en esta empresa, pero mientras el enemigo no caiga al suelo, siguen habiendo boletos para ser el siguiente.

Parece ser que los dioses aun no nos han abandonado. O le han abandonado a él, vete a saber. Pero por fortuna parece que el lagarto no tiene mucha hambre pienso al ver como el hombre lagarto no hace más que dar dentelladas al aire. Solo espero que no le dé por fijarse en mí, no le vaya a entrar el hambre de repente. Mientras el combate sigue adelante, yo sigo manteniendo la espada en posición defensiva, no estaré tranquilo hasta que los dos hombres lagarto reposen en el suelo.

Sé que mis golpes no serán decisivos, así que me limito a tantearle para que no me considere un oponente indefenso.

Venga chicos, ya es nuestro!

El picaro rapidamente saca su espada corta dejando la ballesta en la mano izquierda y lanza una estocada a la criatura que esta esquiva con facilidad, el desenvaine de la espada y la ballesta en la otra mano, hacen que el ataque no sea eficiente. - No podemos dejar que nos ataque, a este paso acabará con nostros, debemos intentar todas las posibilidades de ataque que tenemos si no no conseguiremos nada. - dice Rhaz grupo tras fallar su golpe.

Sutu se movió para volver a enfrentar a la escurridiza criatura, y volvió a golpear con el hacha intentando abrir en canal al hombre lagarto, pero una vez más, el ataque no fué todo lo eficaz que el bárbaro hubiera deseado.

Maldita alimaña. Pensó enfurecido. No mereces el beneplácito que la fortuna te está dando... ¡Muere de una vez!

El bárbaro sentía que una vez más, volvían a perder el control de la situación cuando creían que ya la tenían entre las manos.

El hombre lagarto da una vuelta sobre sí mismo y la punta de lanza golpea la pared, Rhaztamiel sonrie satisfecho de esquivar el ataque sin ver como el astuto guerrero da una vuelta al arma para golpearle con el otro extremo en la cabeza, y, aprovechando esos segundos en que Rhaz cierra los ojos trata de morderle la cara y engullir su cabeza como la serpiente devora un conejo tres veces más grande. El hábil ladrón esquiva una vez más el ataque echandose la cabeza hacia atrás y dandose un golpe contra la pared.

Finalmente el hombre lagarto no parece haberle hecho demasiado, aunque ha salido bastante magullado por el conjunto de maniobras realizadas durante el combate, os dais cuenta que es un enemigo que os supera a todos, es demasiado poderoso, tal vez sea mejor huir....

Tras el golpe que le propina la inmunda criatura a Rhaz, este da un paso hacia atras para de nuevo poder lanzar con la ballesta un virote que sale despedido y va a parar al muslo de la criatura quedandose incrustado en él. - Pero es que no te vas a morir nunca malditooo!!!! - grita el picaro enfurecido.

El lagarto se aleja un poco de mí, lo que me da la oportunidad de soltar el bastón, tomar la ballesta que me cuelga del hombro, dispararle, fallar miserablemente y salir hacia la lanza con el conjuro de luz. La cual tomaré en mis manos enseguida.

Está teniendo mucha suerte el hijo de lagarta este! Debe tener algún amuleto protector o un antepasado le protege. Espero que no sea lo segundo.

Sutu vió cómo la cobarde sabandija huía de ellos para recuperar la iniciativa de una buena guardia.

Sin embargo el bárbaro no se amedrentó ante la valentía del reptil, que lejos de acobardarse ante la evidente superioridad numérica de sus adversarios y escapar de ellos, seguía plantándoles cara, tal vez por su naturaleza agresiva, o tal vez por que el grupo integrado por Sutu y sus compañeros no terminaba de combatir eficázmente.

El bárbaro, decidido a lograr su objetivo o morir en el intento, persiguió a la vil criatura y volvió a hacer danzar su inseparable haca, está de forma más precisa y eficaz, descargando una vez más la fuerza de sus poderosos músculos en un golpe cargado de letalidad.

-¡WAAAAAAAAAAARGH! Gritó Sutu en los cavernosos abismos de aquel olvidado rincón del páramo.

A pesar de vuestra desesperanza, el hombre lagarto..... CAE

Sonreís satisfechos, sudando, sangrando, sucios de tierra y con el barranco aún tras vosotros y el largo y oscuro pasillo delante vuestro, tan solo se escuchan vuestras imparables y demenciales risitas ante una victoria del todo inesperada, pues cualquiera hubiera apostado a que esta iba a ser una lucha sin sentido hasta que llegara el fin de los tiempos y sonaran las trompetas del juicio final

Pero no, el enemigo yace en el suelo con la cabeza abierta, y todo ha terminado... al parecer