Partida Rol por web

Por fin la pequeña comitiva llega ante las enormes puertas de oscura y sólida madera que cierran la Sala de Audiencias del Koldún.
Igor, que volvía a ser una pequeña masa de nervios envuelta en una gran túnica negra y encapuchado por completo, alza una nudosa y temblorosa mano para coger la gran aldaba de metal negro que pendía del centro de una de las hojas.
Confiando en que Aldriu hubiera cumplido y avisado a su señor, llama con tres golpes lentos y sonoros, mirando una sola vez, por encima del hombro, a los invitados.
Espero sepan dar... buena imagen al señor... de esta fortaleza...

Aldriu abrió las puertas de la enorme sala y lanzó una temblorosa mirada a Igor a la vez que se encogía, imitando sin darse cuenta a su amo. El Koldun le inspiraba un terror difícil de describir y las palabras que le había dirigido poco antes habían servido para helarle la sangre.

Miró a los dos visitantes con cierta compasión y se apartó para permitir el acceso al poco iluminado recinto en el que Vladislav Boru esperaba.

Igor asiente quedamente al pasar al lado de Aldriu, comprendiendo a la perfección su estado emocional y fijándose en el gesto de sumisión que le dedica. Él sabía lo que era sentir la pesada bota que el terror al Koldún ponía sobre cada uno.
Abre paso a la comitiva, caminando unos pasos por delante, y al llegar a unos pocos metros del trono de su señor, hace una profunda y marcada reverencia para presentar a los recién llegados.
Estáis ante la presencia de Vladislav Boru, el Koldún del Agua Negra, el señor de esta fortaleza y todas las tierras que la circundas así como de muchas mas allá del alcance de nuestras vista. Sus dominios son tanto terrenales como ultraterrenales y su majestad no conoce igual. Él es el amo del conocimiento, maestro de maestros, sabio entre los sabios. Sus palabras son ley entre estas paredes y su voluntad es fuerte como la tormenta y profunda como las noches. Presentad vuestros respetos como corresponde a alguien cuyo rango sobrepasa al de condes, duques y barones y rivaliza con el de los mismísimos príncipes.
Suelta la retaíla de títulos en voz alta, impresionante, extraña para alguien como él. Se había aprendido esa presentación hace ya muchos años y es la que repetía una y otra vez, modificándola según los gustos de su amo para hacer justicia a su naturaleza o a la imagen que quisiera dar en cada momento.
Una vez finaliza, le dedica al señor una nueva reverencia y se aparta para dejar paso a Fuksas y Dariu, a los que indica con un gesto que se acerquen.

me acerco miedoso, mas que miedoso, extrañado de la situacion, del lugar y del señor del castillo, o como se definiria este lugar. Saludos, soy Fuksas, a su servicio. digo mientras presento los respetos reglamentarios

La titánica e imponente figura oscura del Koldun se alzaba sobre todos los presentes, como un demonio de tiempos pretéritos surgido del abismo infinito. La oscuridad de la estancia no hacía sino acentuar el halo de misterio y tenebrosa maldad que palpitaba alrededor de la oscura figura sentada en el trono.

-Os saludo extranjeros. Sed bienvenidos a mis dominios dijo con una voz gutural que helaría los mismo fuegos del infierno He sido informado por mis siervos de vuestra llegada al lugar y la poca hospitalidad que habéis recibido, aquí se os acojera con las buenas formas que se merecen las personas honradas. Pero ¿De donde venis? Y al formular la pregunta, se acomodó en el trono apoyando su barbilla en uno de sus puños.

SUCESOS DE VERANO: BALGRAD:

- Entre la población se extiende una plaga de sarpullidos debido al calor.

- ¡¡¡Veinte milicianos aparecen muertos una mañana!!! Tienen cortes de espada y hay mucha sangre, aunque la piel de los milicianos está blanca como la leche y todos lucen expresiones del más profundo horror y pavor. Quizá no murieron de miedo, pero éste tuvo mucho que ver. Esta noticia se corre por toda la ciudad con la velocidad de un incendio veraniego. Todo el mundo está asustado. ¿Qué nuevo peligro amenaza las noches de Balgrad?

- "Veinte almas, Don Oscuro. ¿Serán suficientes para saciar tu ansia? ¿O tendremos que convertir esta ciudad en un osario?" -

     -- Antes de entrar intento alisar mi ropa lo mejor que pueda y si hay alguna brizna de hierba o trozo de barro que puedad retirar lo hago lo mas disimuladamente posible.

     -- Haciendo una reverencia, como corresponde cuando hablas con alguien de su rango, Soy Dariu y junto con mi compañero venimos de la ciudad de Cluj-Napoca donde residimos, me alegra comprobar que no todas las personas de estas tierras tienen la educacion que hemos comprobado, como usted bien sabe.

-Yo soy Vladislav Boru, señor de estos dominios a los que habéis sido invitados. Extraño nombre el de vuestra ciudad.¿Está muy lejos de aquí? Pregunta interesadamente la oscura figura al tiempo que se reclina en su trono para adoptar una postura mas relajada pero igual de imponente.

     -- A unos dias a caballo, en el territorio de Klausenburg, quiza lo conozcais y su gobernador es el señor es el Burgomaestre Dumastru Re.

     Hablo mostrando respeto pero sin mostrar temor.

-Interesante... dijo pensativamente y calló un momento, luego volvió a hablar Igor, asegúrate de que nuestros invitados dispongan de las mejores habitaciones, esta noche les daremos el recibimiento que se merecen los forasteros en esta región, probablemente se encuentren cansados y necesiten relajarse, si aceptan cenar mas adelante les serviremos lo mejor que tengamos y hablaremos de su viaje mas tranquilamente. Estoy muy... interesado en lo que me puedan contar.

Giró la cabeza hacia Aldriu y lo miró fijamente.

-Aldriu, tu ve a buscar a Valdav. Hay algo que me inquieta y quiero hablar con el. Dile que el Koldun requiere de sus servicios inmediatamente.

El Koldun se relajó en su trono mientras esperaba a las respuestas de los allí presentes con tenebrosa calma. No estaba seguro de si sus invitados querrían cenar, pero de seguro que querrían descansar.

acepto con sumo gusto su oferta,mi señor digo mientras me inclino hacia mi nuevo anfitrion, sera un placer acompañarle en la cena

     -- Sera un placer cenar en tan grata compañia, sigo a Igor ha nuestros aposentos.

Igor había permanecido en un tercer plano durante el intercambio de palabras entre su señor y los invitados, tratando de no llamar la atención y lográndolo de forma increíble hasta el punto de que él mismo se podría haber olvidado de su propia presencia en la sala del trono.
Cuando es interpelado por el Koldun, salta como sin fuera un muñeco activado con un resorte y cuando su pies vuelven a tocar el suelo se agacha en una profunda reverencia.
¡A sus órdenes mi señor!
Exclama saliendo a la carrera de la gran sala, deteniéndose ante los invitados para añadir con una nueva reverencia:
Si tienen a bien esperar... ¡avisaré al servicio para que lo prepare todo!
Tenía que poner en marcha al poco servicio para que limpiaran y preparan las habitaciones de invitados, que raramente se llegaban a utilizar en aquellos lóbregos subterráneos apartados de la luz natural por capas de tierra, roca y otros sedimentos.

Aldriu asintió en silencio y salió como alma que lleva el diablo por uno de los lóbregos pasillos que salían de la sala, siguiendo el ejemplo de Igor. El deforme lugarteniente era lo más parecido a un padre que pudiera tener en aquel lugar, donde la luz hacía tiempo se había batido en retirada.

Recorrió los oscuros y estrechos pasadizos en busca de Valdav para darle el recado.

Aldriu llegó jadeando a la puerta de los apostentos de Valdav. Se detuvo unos segundos, asustado todavía por el encuentro con el Koldun, y una vez hubo reunido el valor necesario aporreó con fuerza la madera medio podrida.

-El Koldun solicita su presencia, Valdav Krevcheski.

Dicho esto esperó pacientemente a que el susodicho respondiera, bien acompañándole o bien dándole un recado para su Señor.

los golpes secos en la puerta hacen que levante los ojos del libro.Cuando esta a punto de soltar una negra maldición sobre las futuras generaciones de quien osa interrumpirle se oye:El Koldun solicita su presencia, Valdav Krevcheski.
Un segundo , salgo enseguida-responde mientras cierra el libro con un gesto de disgusto antes de decidirse a abrir la puerta.Echa una mirada glacial al sirviente y dice escuetamente :Vamos

Un mensajero del Knezi Blaatu Basarab, Señor Feudal y Conde de Balgrad, se presenta en la entrada del Refugio del Koldun Boru.

Le entrega una misiva al primero que le reciba, para ser entregada al Koldun. La recibe Igor el Ayudante de Laboratorio.

Dice así:

- "Amigo mío. Nos enfrentamos a una nueva amenaza, tal vez otro ataque procedente de los Montes del Agua Negra, como la vez anterior...

Sin embargo, algo raro ha ocurrido esta vez. Alguien o algo se ha infiltrado en la ciudad, aniquilando a dos patrullas completas de milicianos, de diez soldados cada una, con una facilidad pasmosa... Los cuerpos mostraban abundante sangre, es decir, no fueron desangrados... Sin embargo, sí mostraban una palidez extrema y expresiones de terror en sus rostros.

Profundamente misterioso. Una vez más, debo invocar nuestra antigua alianza para que me ayudéis a proteger nuestra ciudad contra esta nueva amenaza.

Firmado:

Knezi Blaatu Basarab, Conde de Balgrad." -

Una vez todo queda arreglado para asegurar una cómoda estancia para los invitados del Koldun, a los que ha dejado en sus habitaciones para que descansen hasta la cena, Igor se dirige al Laboratorio para repasarlo todo, pieza a pieza, por si a su señor se le ocurriera que aquellos recién llegados no eran dignos de su presencia pero si aptos para sus experimentos.
Era imposible anticiparse a los deseos de Vladislav, así que había que considerar cualquier posibilidad para estar preparado.

Mientras se encuentra ocupado, un siervo avisa de la llegada de un mensajero, por lo que Igor se apresura a acercarse a la entrada para recibirlo. Pocas veces llegaban mensajeros hasta la puerta del Koldun. Y cuando lo hacían, solían traer misivas importantes y de urgencia.
Recibe el mensaje y despacha al enviado del Conde con extremada educación -toda de la que era capaz- corriendo entonces por los lóbregos pasillos de vuelta a la sala del trono del Koldun.

Llama con nerviosismo a la gran puerta de madera oscura y trabajosamente labrada, entrando una vez que su señor da permiso, y entregándole la carta, que no había leído, con extrema reverencia.
Una misiva de su amigo el Conde mi señor. Un mensajero acaba de traerla en este mismo instante.