Tirada: 3d10
Motivo: Carisma+Subterfujio
Dificultad: 6+
Resultados: 1, 6, 3
Exitos: 1
-- Bien cuando comienze a trabajar le pregunto a mis compañeros de trabajo, que quienes son esas cinco personas afortunadas que pueden ver al voidova.
-- Ademas me informo de si alguno de sus criados compra en el puesto que yo trabajo.
Gorax intenta encontrar un trabajo pagado con comida y un lecho donde dormir. No se aleja mucho de la posada donde están los demás, las sensaciones que le producen la ciudad le disuaden de exponerse a otros peligros. Además, le interesa mucho más lo que pueda aprender de (o enseñar a) Bigun y encontrar a Durius o algún rastro de él.
- Dimitri, si Durius vino a Bucarest puede que se refugiara en alguna posada mientras encontraba la forma de entrevistarse con el volvoda, como nos está pasando a nosotros. Quizá podríamos buscar pistas sobre su paradero.
Cuando habla con Bigun de sus asuntos lo hace siempre en latín y alejado de los demás.
- Bigun, busquemos un lugar alejado de ojos curiosos donde podamos desarrollar nuestros poderes. Sólo lamento no poder enseñarte tanto como seguramente tú puedas enseñarme a mí.
AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y DOS
TERMINÓ EL OTOÑO Y HA TRANSCURRIDO EL FRIO INVIERNO.
PRIMAVERA
- Valaquia arde en rumores. Se dice que todo el país está a punto de ser devorado y consumido por una horda magiar como nunca antes se ha visto.
- En pleno invierno una negra barcaza fluvial fue vista alejándose del castillo. Se dice que en ella iban el Voivoda y la mayor parte de su Corte.
-Al parecer el gobierno de la ciudad recae ahora en el Chambelán del Príncipe y en otro de sus Dedos, un mercenario misterioso que recorre las calles por la noche al mando de la Guardia de la Ciudad.
BIGUN TARIGEN, DARIU, DIMITRI, GORAX SUYLAS:
- Habéis permanecido todo el invierno en la ciudad, sobreviviendo a la cruda estación trabajando duramente como buenamente habéis podido.
- Son posibles algunos entrenamientos.
- No ha habido suerte con los intentos de aproximarse al castillo.
- Los rumores indican que Lisander estuvo cantando mucho tiempo en la posada, mientras que Durius esperaba una audiencia con el Voivoda.
- Finalmente ambos fueron admitidos en el castillo, pero sólo Durius volvió a ser visto brevemente. Nadie sabe donde está ahora.
-- Un dia me acerco hasta los cuarteles de la guardia, para alistarme como mensajero.
CASTILLO DE BUCAREST:
- "¿Así que quieres alistarte? Bien, podría venirnos bien un mensajero, eso lo dirán los señores... Pero antes de nada, ¿sabes luchar? ¿Qué tal te manejas con un arma? En la Guardia de Bucarest no queremos alfeñiques ni cobardes." -
-- Como buen hombre de esta tierra se usar un arma y aunque no sea un profesional como vos, he vivido los suficientes veranos como para no considerarme un cobarde despues de haber visto lo que he visto recorriendo este buen territorio llevan los mensajes.
CASTILLO DE BUCAREST:
- "Pues si tan valiente eres, vuelve este noche. Si al señor Caprescu le place, tal vez te encargue una misión." -
-- Aqui estare pues nunca falto a mi palabra.
Por la tarde se reunen viajeros y comerciantes en la Posada, así como algunos lugareños sedientos de cerveza.
Dimitri está sirviendo las mesas. Gorax y Bigun están sentados a una mesa, cansados tras todo un día de duro trabajo en el mercado.
Dariu entra en ese momento en la Posada, tal vez procedente de su enésima visita al Castillo de Bucarest.
- "¿Cerveza? ¿Qué, os han admitido ya en la Guardia?" -
Reunidos Bigun, Dimitri y yo, hablábamos sobre qué hacer a continuación.
- Entonces Durius estuvo aquí y se fue. Dudo que dejara señales con las que poder seguirle. Pero... quizá alguno de los guardas de las puertas de la ciudad pueda decirnos a dónde se dirigía. Voy a intentar investigar por vía. Dimitri, ¿crees que merece la pena seguir intentando hablar con alguien del castillo?
-- Me acerco a la mesa donde estan mis compañeros.
-- Buenas, estoy intentando entrar en la guardia de la ciudad como mensajero, haber si desde alli consigo contactar con su jefe y desde este llegar hasta el voidova.
Un borracho de la mesa de al lado parece haber escuchado las palabras de Dariu.
- "¡Ja! ¡El Voivoda! ¿Pero es que acaso no os habéis enterado que ha huido de la ciudad? Ha dejado a dos de sus queridos Dedos y se ha largado. ¡Ja ja ja ja!" -
- "¡Calla, majadero! ¡Sabes bien que la nobleza tiene ojos y oídos en todas partes!" -
- "¡Y a mí qué la nobleza! Ya quisieron matarme una vez y no pudieron... ¡Lisander me salvó!" -
- "¡Lisander! Que Dios haya acogido su alma en su seno. ¿Acaso no recuerdas que hace casi un año se lo llevaron al castillo y no volvió a ser visto? Sin duda sufrió un destino funesto. ¿Cómo es posible que no lo recuerdes?" -
- "Yo no..." - El borracho rompe a llorar desconsoladamente, como un niño.
-- Me acerco al borracho, perdona buen hombre quien era Lissander, un amigo tuyo quiza.