Partida Rol por web

Cuando me di cuenta ya estaba envuelta en la capa de Dimitr y montada en su caballo delante de él, podía sentirlo allí tras de mí, tibio, casi abrazada por sus piernas y comprendí que nos haría cabalgar hasta llegar a casa, así que me resigné, de buena gana me habría dormido pero no podía, al menos ya no tenía tanto frío como antes y mis manos habían dejado de temblar. Nuevamente pude haber dado las gracias pero no era mi estilo y no lo haría, si lo estaba haciendo era porque quería y nadie se lo había pedido. Además, debía tener un cierto modo de comportarse para con mi padre.

Seguramente es por eso que está aquí, para agradar a padre...

Un repentino mal humor se apoderó de mí y deseé que la tormenta no empezara antes que llegaramos al castillo, si lo hacía, sería muy difícil lograr escabullirme para que padre o uno de mis hermanos no me viera llegar en esas condiciones. Cerré los ojos, dispuesta a no decirle más nada pero sus palabras daban vuelta en mi cabeza como cuchillos afilados y su olor, su cercanía, eran un constante recuerdo de lo que era y la debilidad que lo había llevado a él a montarme con en su caballo.

-¿No has pensado que quizás no me perdí?-pregunté a poco de recuperar el habla y sintiendo sus brazos rodearme para coger las riendas.-¿Qué quizás esperaba que vinieras? Os consideraba un hombre y uno bastante más inteligente...

Me recosté sobre su pecho, cosa que hasta ahora había evitado y entonces cerré los ojos, quizás después del comentario malicioso, pudiera dormir pero no pude, unas pequeñas gotas frías cayeron en mi rostro, abrí los ojos, estaba nevando. Volví de medio lado el rostro para mirarlo a los ojos.

-Os lo dije... No era buena idea seguir, parece que sé más del clima yo que vos.

Parece que al final la tormenta ha llegado.

Avisaré al mozo. Es capaz de olvidarse de que tiene que cuidar a los caballos y hace mucho frío...

Despues de comer algo, aviso al mozo de cuadra para que esté atento a que los caballos no pasen frío durante la noche. Le recuerdo que estos días los alimente bien, no vaya a ser que con estas tormentas les pase algo.

Me dirijo hacia la biblioteca, no puedo parar de pensar en alguno de los pergaminos y siempre está bien darle un repaso antes de irse a dormir.

Camino lentamente, observando a mi alrededor mientras el frío se mete en mis huesos. Cada vez veo mas extraño este castillo para mi, antes aún tenía cosas que me atraían de el, ahora ya solo siento que mis pergaminos son lo único que me mantiene despierto día tras día...

Quizás alguno de los pergaminos me de algun dato interesante. Siempre viene bien leer un poco antes de dormir

Hoy espero no tener esos sueños tan raros...

Mientras mi señor, cavila en sus ideas, oigo resonar los truenos, la temperatura empezó a descender con los últimos rayos del pálido sol, como si la noche fuera reclamada para otros seres de sangre menos calida, viéndolo abstraído, puedo notar como el peso de una gran responsabilidad se apoyan en los fuertes hombros del conde, apenas respiro para no molestarle, mientras observo como empieza a caer la nieve…..

Si,solo estas con el conde,gracias por arregarlo :D

Vaya!todo el dia el cielo nublado, se veia que iba a ver tormenta, habia mucho aire,sera mejor que vaya a ver como estan los caballos y me de una ronda rapida por la ciudad, buscare a estos rufianes y daremos ejemplo por una vez... piensa el capitan Bonslav desde su casa.

Deja la fria manta, con la cual se cubria el cuerpo mientras estaba relajado en su casa pensando en el dia reconfortable de hoy.

Mientras se pone su armadura pesada, se enlaza el cinturon en el cual mete la espada ancha y su daga, ambos materiales de buena calidad, busca sus botas, que desordenadamente habia dejado debajo de la cama y sale de su casa de madera, situada al extremo de la ciudad, cercana al castillo, va a comprobar que tanto que sus caballos, como sus pertenencias que tiene en la parte trasera de la casa estan perfectamente, deja comida y bebida a los caballos para que aguanten un par de dias .

Ahora nieva, esto cada vez empeora mas, ire a buscar a William y Hasam, daremos una vuelta rapida por la ciudad y corriendo otra vez cada uno para su casa. dice mientras camina con un frio considerable debido a la tormenta que tienen encima.

Tras recogerles en sus casas y hacerles vestirse con la ropa de Guardia, a regañadientes salen los tres, William 2º al mando de la Guardia de la ciudad y Hasam, compañero de Bonslav, tambien Guardia, sale a patrullar junto con William y Bonslav la ciudad a horas donde el sol no brilla.

Dan una vuelta por la ciudad para comprobar que todo transcurre con normalidad.

Estas paseando por la ciudad con tus hombres tan tranquilamente,cuando de repente escuchas un sonido que viene de la calle de al lado.Es un grito de una mujer que parece estar en apuros.Tus guardias se quedan por un momento quietos.-¿Has oido señor?Debe de estar en apuros.¿Cual es su orden capitan?-Se quedan quietos mirandote esperando a que des una orden.

El suelo se ha llenado rapidamente de nieve.Hay un grosor importante.
Cuando estais dirigiendoos hacia el castillo,vais tan deprisa y por el peso que hace el caballo Dimitri y Slavinya os cais para abajo y os hundis en la nieve.El caballo no puede continuar cargandoos a los dos.Veis que hay una cabaña cerca de donde estais ideal para pasar la noche y con cuadras para los caballos.
Es una cabaña simple,de madera y no parece que muy grande.A juzjar por la altura parece que tiene dos pisos.

Perdida, alguien me informa de como vamos?

Simplemente que Schuba te andaba buscando por todo el castillo y al ver que no te encontraba a vuelto a su cuarto a acostarse asi que si quieres algo de él ya sabes donde esta.

Una vez que tengo a Slavinya en mi caballo, seguimos camino. Tras poco sendero recorrido mi prima comienza a hablarme, y lamentablemente dice lo que yo pensaba que iba a decir. Mis esfuerzos por mantenerme firme y con la vista al frente eran sobrehumanos, por suerte la nieve que comenzo a caer me ayudaba a mantenerme frio y distante, por lo que no respondi ante las provocaciones de prima.

Cuando Slavinya apoyo su cabeza contra mi pecho, mi corazon comenzo a palpitar con bastante rapidez. Por suerte llevaba puesta mi cota de mallas pesada y ella no iba a darse cuenta, pero yo no entendia lo que estaba sucediendo, me sentia algo mareado y no pude reaccionar a tiempo cuando mi caballo se hundio en la nieve que ya habia acumulado un buen grosor y no nos iba a dejar volver al castillo.

En la caida trate de agarrar con fuerza a Slavinya para que no se lastimara y por ello acabe apoyando el peso de ambos sobre mi pie izquierdo, lastimandome el tobillo aunque no de gravedad. Mi orgullo me permite levantarme, y levantar a Slavinya junto conmigo, sin mostrar dolor o molestia alguna aunque yo sabia que me habia lastimado y pude notar que Constantin lo noto tambien. Aunque como mi fiel guardaespaldas ha aprendido a conocerme durante estos años juntos y sabe muy bien que lo mandaria a colgar por tratar de ayudarme en frente de mi prima.

No muy a lo lejos de nuestra posicion pude divisar una cabaña y con mi prima ya preparada para el viaje me dirigi hacia su montura y le dije.

-Querida prima, creo que es mejor que sigamos en tu montura hasta aquella cabaña que se encuentra al este, alli podremos descansar durante la tormenta y preparar un fuego para calentarnos.

Mientras ayuda a su prima a subir, vuelve la mirada hacia sus vasallos y les dice.

-Constantin, Andrej, saquen mi caballo de la nieve y luego dirijanse a la cabaña.

Cuando Dimitri corroboro que su prima estaba bien asentada en su caballo, tomo a este por las riendas y comenzo a caminar con el en direccion a la cabaña.

Apenas puedo creer lo que está pasando cuando siento como el caballo de Dimitr se vence ante la nieve, ambos caemos sin remedio, la nieve se cuela entre las telas de mis ropajes, el corazón me late acelerado mientras maldigo la suerte que he tenido y maldigo el día que elegí para salir de paseo. No noto que Dimitr se ha lastimado porque enseguida me ayuda a levantarme.

¡Maldición y mil veces maldición! ¡Esto no puede ponerse peor!

Subo a mi caballo y da órdenes a sus guardias, al menos tenemos un lugar a donde cobijarnos del mal tiempo. Si no me presento a la cena, mi padre va a matarme pero merecido me lo tengo, pensaba guardar silencio hasta llegar a esa maldita cabaña, aprieto los dientes para que la boca no me tiemble pues se ha mojado completamente con la nieve. Respiro profundo pero simplemente no lo puedo evitar.

-Esto es lo que pasa cuando me ignora, Señor de Bran-dije con la seria.-Si me hubieréis escuchado cuando os lo dije, habríamos encontrado un buen refugio y ahora no estaríamos a punto de congelarnos...

Claro, yo podía hablar, era fácil para mí, montaba a Veneno y él venía a las riendas pero no sabía lo que pasaba por su mente.

-Si me enfermo y tengo que permanecer días y noches en cama por vuestra culpa, no os lo perdonaré...

Llegamos a la cabaña, abandonada por alguien a quien no le gustaba o el bosque o por alguien que había tenido que morir a manos de algún asesino, eso era lo de menos; lo importante era que teníamos un lugar donde esperar a que pasara la tormenta para luego retomar nuestro camino. Me apeé del caballo sin su ayuda, pretendía estar molesta con él y esperé frente a la puerta a que él la abriera, para eso era el hombre.

Me llegan noticias de que Schuba me buscaba, me dirigo a sus aposentos y gopleo suavemente la puerta
- Schuba? -

Se sonreía un poco cómplice ante las palabras de su hermana, y soltó delicadamente su mano, para mover su mano lentamente así sus cabellos y removerlos de su rostro, ella es una mujer impecable, pero al parecer el anterior movimiento contra sus hermanos la habían movido un poco.

Se acercó un poco más para susurrar su respuesta a modo de secreto.

-La verdad, hubiera asesinado a mi hermano, si te hubiera tocado un solo rasgo de tu perfección...- le sonrió mientras se retiraba, y justo cuando diría algo, entro una exclamación sobre su otra hermana.

Irina, le exigía que hiciera algo ante ese imperdonable hecho.

Sin decir nada más y blandiendo su sonrisa, salió con calma, pero con la mirada llena de fuego, deseado desmembrar a alguien por aquella interrupción.

Salió del castillo, sobre un imponente caballo, que parecía más una bestia prehistórica que otra cosa, los inmensos cascos y musculosas patas golpeaban iracundas el empedrado del exterior, mientras empezaba la búsqueda de su hermanita...

-"Te daría unas buenas nalgadas... para que aprendas..."- pensaba y so sonrisa mutaba a una incluso más melevola.

Dios! exclama al cielo con lo tranquilo que ha sido el dia...ahora lo complicas con gestos mordiendose la lengua mira arriba y maldice como si un Dios de verdad le estuviera escuchando especialmente a él.

Vamos a ver que pasa y rapido, que hace frio y quiero irme a casa ya, al final alguien va a tener que irse calentito a casa veras tu rie entre dientes mirando a Hasam que entiende mejor a que se refiere, que William.

Sera un ladronzuelo o un borracho que este instigando a una moza,vamos a aclararlo... espero que esto quede aqui y no tengamos que llevarle a la carcel que menudo paseito con este frio. Les hago un movimiento de brazo aceptando de que vayamos a mirar cual es el ruido mientras con la otra mano me froto el brazo contrario del frio que haga. Mas vale que sea algo importante porque sino pobre del que la este liando con este frio... cruza por su mente mientras se dirige a la calle de la cual proviene el ruido.

Radovina...-Digo desde dentro de mi cuarto.
Pasa,pasa,esta abierta.-Le digo con voz de dormido.
¿Qué querra ahora?-Me preguntaba.
Tal vez me necesitaba tanto como yo a ella o simplemente se aburre y no tiene otra cosa que hacer...Espero que sea la primera-Soñaba despierto.

Dimitri sentia cada vez mas fuerte el dolor en su tobillo, seguia haciendo lo posible por ocultarlo y por suerte la densa capa de nieve que cubria el suelo le enfriaba la pierna evitando que el tobillo se hinchara. Los comentarios de su prima no ayudaban en su concentracion, ya cansado de tantas quejas de su prima decidio responderle.

-Si no te hubieras escapado, nada de esto hubiese sucedido, y si yo no hubiera estado aqui para venir a buscarte ahora mismo estarias enterrada bajo la nieve. Asi que calla de una vez.

Ella se lo habia buscado, y aunque las palabras de Dimitri sonaron mas fuertes de lo que esperaba, por un momento perdio la formalidad y no sabia como iba a reaccionar su prima. Poco cuidado le tenia lo que ella podia decir en esos momentos, sino lo que su ciclotimico caracter podia llegar a mandarle hacer. Su posicion no era muy buena, ya que ella se encontraba sobre su caballo y el estaba con un tobillo en mal estado.

Poco a poco Dimitri sentia como su Sangre Szantovich iba curando la herida, pero tambien como la misma se iba disolviendo en el proceso. Sus fuerzas menguaban, pero el seguia recto y derecho hacia la cabaña. Ya estaban por llegar, alli podria descansar y para el dia de mañana volveria al castillo como un heroe tras salvar a la hija del conde.

Ademas que otra cosa podia salir mal esta noche?.

Dimitri siguio su camino hasta llegar a la puerta de la cabaña. Esta parecia desierta desde el exterior, pero uno nunca sabe que puede haber en una casa transilvana. Primero acompaño a su prima a dejar su caballo en el establo, luego toco la puerta y espero una respuesta. Al no recibir respuesta alguna, dimitri se acerco al porton de entrada y empezo a ver si la puerta estaba trabada para poder abrirla. Si es que estaba trabada, comenzaria a darle patadas (con la pierna que no le dolia) hasta abrirla.

Había perdido las formas y no me hacía ninguna gracia que me respondiera así.

-Pues si ese es el caso, podéis iros vos y vuestros sirvientes, al fin, si muero bajo la nieve quizás os convertiréis en un héroe haciendo que todo el mundo se libre de mí-dije y en el fondo lo sentía así.-No os pedí que me salvareis de mí misma, así que no esperéis que os lo agradezca...

Noté cierto rictus de dolor en su rostro, demasiadas contemplaciones para averiguar si había alguien en la maldita cabaña, así que sin esperar más, empujé la puerta y abrió sin más. Lo miré esperando que hiciera algo pero nada hizo, como fuera ya me había hecho enojar lo suficiente y no podía aquietar más mi carácter. Me paro frente a él con todo el porte de una Szantovich, con todas las agallas de mi padre y con toda la mala leche que puedo llegar a poseer contra él.

-¿A qué esperas? Sois hombre, soportaréis y sobreviviréis a este frío y a la tormenta de nieve, vos y vuestros hombres habréis pasado sin dudas más penurias que estás-pongo una mano en su pecho.-Estoy cansada de la maldita actitud de todo el mundo de tratarme como si fuera estúpida... Andad, iros, os lo agradeceré más.