Un hombre alto y de buen físico se pasea por una sala espaciosa. Las paredes son de fría piedra, y en ellas se mezclan sustancia oscuras, moho, barro, y sangre reseca. Argollas y cadenas cuelgan de las paredes, algunas oxidadas y viejas, otras con marcas de reciente uso. El hombre se cubre con una capa y una capucha de un oscuro marrón. Se acerca a una mesada, se quita la capucha, y la deja allí. Su rostro es de facciones duras y poco expresivo, lleva barba de algunos días, y sus ojos marrones brillan ligeramente a la luz de las antorchas.
Se detiene un momento en cada uno de los artilugios que se encuentran por todos lados. Extraños cascos con manivelas, mesas con correas, ganchos y cadenas, sogas suspendidas sobre una viga, una mesa repleta de cuchillos, navajas y otros instrumentos cortantes, algunas finas como las de un cirujano, otras enormes como las de los carniceros. Una gran guadaña reposa en una pared, junto a una rueda para afilar. En el centro de la habitación, contra la pared trasera, se encuentran dos oscuros sarcófagos de hierro, con grabados desgastados sobre ellos.
El hombre sonríe y estira los brazos. Se acerca a una de las mesas, coge un cuchillo largo y puntiagudo de ésta, limpia la sangre con un trapo sucio, y lo deja junto a los demás. Sonríe ligeramente, y su rostro se curva de una forma extraña, resaltando sus rasgos, dándole un aspecto intimidante. Minuciosamente se pasea por la habitación, acomodando herramientas, enrollando cuerdas o moviendo cadenas. Después se acerca a los sarcófagos, y con un trozo de grasa limpia los goznes. Una vez satisfecho, se detiene junto a la puerta y contempla su lugar de trabajo. Coge la capucha, se guarda una daga alargada bajo sus ropas, y sale de la habitación, aún con esa sonrisa en el rostro. Desde fuera se escucha como cierra la puerta, y sus pasos se alejan por los sótanos del castillo.
Bueno...Ya sabes...Aniquilar,matar,extorsionar,asesinar...Cosas sin importancia jajaja¿Y tú que has hecho en nuestra ausencia?-Digo sin parar de mirarle a los ojos.
me muerdo el labio inferior suavemente y desvio la mirada
- pasear - murmuro y me vuelvo a centrar en sus ojos
- ¿que otra cosa puedo hacer? - sonrrio amargamente
- como mujer ... como Szantovich ... no puedo hacer mas que pasear - digo esto como si me pesase en el alma, llegamos casi a la salida del castillo
- si estubiera muerta, tambien podria pasear -
Vaya...Y que te pareceria si en mi proxima mision te llevara conmigo para ver lo que hago y que te diviertas un poco y sobretodo para animarte.No te pasará nada,mis hombres te protegeran bien...-Le digo mientras sonrio.
ladeo la cabeza
- a dimitri no le gustaria - me encojo de hombros
- ni a mi madre - salimos al jardin
- ¿ crees que podria ir ? - pregunto como si fuera algo imposible de realizar
- me gustaria, pero dimitri no me dejara - concluyo perdiendo toda ilusion por ir
Jajaja tu tranquila...Si tu de verdad deseas ir...Iras conmigo.Tu dejame a mi que yo me encargo de Dimitri y de tu madre¿vale?Y bueno deberiamos volver a entrar en el castillo Tudor no soporta el sol...-Digo mientras retrocedo para dentro del castillo.
Miro como tudor no ha salido de la puerta, nos mira desde alli, miro a schuba ...
- vale - doy media vuelta y entro
- ¿ vas a matar a dimitri? ¿ y a mi madre ? - le miro a los ojos con una sonrisa inocente
Jajaja no se si mi señor me lo permitiria...Recuerda que yo tambien cumplo ordenes pero...Si es vuestro deseo...¿Por qué no?-Le devuelvo la sonrisa.
- porque al fin y al cabo, ambos son utiles para mi - pienso
- mi madre me da compañia - miro a schuba a los ojos
- y dimitri de vez en cuando me trae regalos - me encojo de hombros
- no me gustaria quedarme sin compañia y sin regalos - mi mirada era dulce, pero a la vez un poco sadica
Y si te doy yo mi compañia y regalos...¿Cómo lo verias?-Me rio a carcajadas y mi mirada se vuelve como la de un loco.
- entonces, supongo que ya no les necesitaria - me vuelvo a encojer de hombros y le miro dulcemente a los ojos
- pero podrias proporcinarme ambas? soy muy exigente - sonrio delicadamente
- no me gusta cualquier cosa y no toda compañia es la adecuada, schuba - murmuro suavemente
Bueno podrias probar...Vente conmigo en mi proxima mision y si te gusta mi compañia y te lo pasas bien...Los "sustituyes" por mi jajaja(risa macabra)
sonrio acompañandole la macabridad
- podria ser interesante - susurro mirando a la nada, miro a tudor
- a el no le importara compartirte con migo? -
¿A él? jajaja tranquila...No pasa nada...A él ya le daré algo para que se divierta-Vuelvo a sonreir.-Bueno, ¿donde esta el resto de la familia?creo que Tudor queria saludarlos...-Risa macabra.
- creo que con una mujer se entretendria - musito
- mi madre, helena, en los aposentos ... y dimitri no lo se, por aqui y por alla, siempre de un lado a otro ... tal vez deverias preguntarle a constantine, quizas sepa algo -
No creo...Él es de otro tipo de gustos...Bueno pues si hemos zanjado ya "nuestro" asunto me voy que tengo cosas que hacer.¿Quieres que pida a uno de mis guardias que te escolte hasta tus aposentos?-Me quedo mirandola a los ojos esperando su respuesta.
- No hace falta mi señor, yo sola puedo ir a encerrarme de nuevo en mi carcel - digo sutilmente dedicandole una sonrisa llena de ternura, pero mis ojos denotaban algo de odio, ¿ que podia mas ? la ternura o el odio ... hice una suave reverencia y me marche
Por el piso de piedra resuenan los fuertes pasos de un hombre. Hogor, el torturador y verdugo de la casa Szantovich, dobla un recodo y se dirige hacia el cuarto de los carceleros. Llega a la puerta y entra sin tocar. Uno de sus carceleros, que hasta ese momento yacía medio adormecido sobre un banco de madera, se levanta rápidamente y se pone rígido.
-S...s...se...- el hombre vacila, incapaz de decidir que decir. El torturador, impaciente, le interrumpe.
-Cierra la boca, no quiero excusas idiotas.- Hogor se dirige hacia una silla alta y se sienta, recostando la espalda. -Dime, ¿alguna novedad?
Me dirijo al cuarto de los carceleros donde habia escuchado ruidos con mis 4 guardaespaldas.
Voy serio,andando zancadas grandes pero lentas,con decision.Cuando llego al cuarto de los carceleros toco a la puerta y entro sin esperar a que me abran.Veo a Hogor, me presento frente a el mirandole a los ojos y le digo-¿Que son esos ruidos y ese jaleo que te traes Hogor?Si puede saberse...-Le digo mirandolo de arriba a abajo,viendo cada detalle y mirando alrededor para ver la reaccion de los carceleros.
Hogor se coloca de inmediato de pie al ver entrar a uno de los hijos del Conde. De inmediato reconoce las marcadas facciones y la voz de Schuba Szantovich. Al encontrarse con su mirada la sostiene un momento y luego se apresura a bajarla, inclinándose con el respeto que bien sabe debe guardar.
-Señor, que raro el verle por aquí. Me encargo de que los vagos e inútiles hagan su trabajo.- dice, echando un rápido vistazo hacia uno de los aterrados carceleros, que permanece con la cabeza baja. -Nada que deba preocuparle, Señor.