Partida Rol por web

Miro como toda la gente me mira con asco, si yo no les habia echo nada, serian tontos ... mis ojos ... porque todos los odiaban? porque estar sola era " pecado " ? porque otra gente devia decidir si yo tenia que ir sola o no, o si hablaba o no? odiaba todo aquello, esa gente me hacia odiarles, era culpa de ellos que sintiera ganas de acabar con todo el mundo pero ... no debia alterarme, ya debia estar acostumbrada ... me levante de la fuente mirando como la gente trataba de alejarse de mi ... paso una mujer con un niño
- buh - murmure desganadamente, la mujer se tenso cogiendo al niño asustada y nege con la cabeza, gente tonta, era todo lo que me rodeaba, camine de vuelta, despues de todo , no era agradable estar alli

Luego de recibir algunas noticias de los pueblerinos, me pongo a andar entre los caminos del pueblo mirando los efimeros intentos de vivir un momento de felicidad, del pueblo en si festejando cosas sin sentido.

Por lo menos obtuve un vaso de vino...

Pienso divertido mientras voy caminando por entre los festejos del pueblo con mi vaso de vino en mano. Subitamente no puedo evitar vislumbrar una figura conocida a un lado de una de las fuentes.

Pero por todos los cielos, si es Radovina

Me acerco con paso firme y semblante serio, tirando mi vaso de vino a un costado. Que rayos se piensa que hace, paseandose ante el comunacho sin escolta. Noto como austa a una mujer cuando llego a su alcance, la tomo por el brazo mientras le digo.

-Que piensas que estas haciendo?, como se te ocurre salir del castillo y caminar por las calles del pueblo sola. Acaso perdiste la cabeza?.
Te vienes ya mismo hacia el castillo conmigo.

Todavia tomandola por el brazo le hago una seña a mi mozo de cuadras que me acompañaba, para que traiga los caballos.

Mire a mi hermano y su enfado, no pude evitar sonrrei levemente
- solo paseaba, mi escolta estaba ocupado, no iba a pasarme nada malo - susurre como si la cosa no fuera con migo y siendo " arrastrada " por mi hermano
- ademas, es divertido, si se asustan de mi sin hacer nada, porque no dar motivos? - volvi a susurrar girandome a ver a la mujer, la cual aun aferraba a su hijo con temor
- yo no tengo la culpa de haber nacido con estos ojos - musite mirando a mi hermano de forma penetrante

Mirando a su hermana con desden, mientras esta se diganaba a contestarle, se contuvo para no darle con el reves de su guante en frente de toda la gentuza.

-De que rayos estas hablando? A quien demonios le importan tus malditos ojos. Eres una Szantovich, esa ya es razon suficiente para que te teman. Acaso no has aprendido nada de etiqueta junto a nuestra madre? No puedes caminar sola por estos lugares, solo espera que ella se entere y lo ultimo en lo que pensaras sera en esos estupidos ojos rojos de los que tanto te gusta alardear.

Cuando el mozo de cuadras viene con mi caballo, monto y la ayudo a ella a montarse atras. Una vez afirmados sobre el animal salgo a galope hacia el castillo.

Muchas cosas han pasado en este tiempo y debo meditar cual sera mi proximo paso. Puede que ya sea tiempo de que visite a mi legitimo padre y reclame lo que es mio por derecho. Con ese poco hombre como primo y represententante joven de la casa Szantovich muerto, alguien debe dar la cara y mostrarles a esos vulgares campesinos que es lo que pasa cuando no se respeta a la casa Szantovich.
Un nuevo viaje esta por comenzar para mi, y necesitare todo el apoyo que mi tio pueda darme para volver a Kronstadt y conquistarla. Una vez que tenga mi propio reino, extendere mis dominios e Influencia por Transilvania hasta llegar a ser el nuevo Jefe de la casa Szantovich.

Mientras nos acercabamos al castillo una sonrisa maliciosa se dibuja en mi bello rostro, que se ilumina con la dorada luz del sol de la tarde. Podria morir por esos pensamientos, pero que es la vida sin algo de riesgo.

Aprete los puños con fuerza, otra razon mas para odiar al mundo ... preferi no decir nada mas ... entonces recorde algo que una vez alguien me dijo ...
- hermano ... lo siento mucho, no debi hacerte enfadar - murmure desde encima del caballo buscando su mirada
* radovina ... si no puedes con tu enemigo, unete a el ... ya tendras tiempo de derrotarle * sonrrei devilmente

Mire a mi hermano y note como si no quisiera contestar ... decidi simplemente dejar pasar la situacion, tenia ciertos ... planes

Luego de dejar a Radovina en el castillo, me dirijo a mis habitaciones. Tras un tiempo de meditacion, creo que es necesario empezar a pulir mis habilidades para ser el momento oportuno en elq ue pueda ir a reclamar mi reino.

Kronstadt sera mia, con el tiempo...

A la mañana siguiente, fijando un cronograma de entrenamiento intensivo, comienzo mi rutina de ejercicios con diversas actividades para mejorar mi destreza corporal. En los bosques circundantes al castillo me dedico a escalar altos arboles, luego comienzo mi sesion de tiro de lanzas, y por ultimo termino el dia con un enfrentamiento de lucha contra algunos soldados voluntarios.

Siguiendo este arduo entrenamiento todos los dias, siento como mi cuerpo va mejorando su reaccion y es mas ductil para tareas a las cuales no estoy acostumbrado. Mis sentidos se agudizan y puedo discernir y controlar practicamente todos los movimientos de mi cuerpo. Poco a poco me acomodo mas y mas a mi ser, hasta sentirme completamente uno con el. Todas estas diversas actividades me ayudan a entender el funcionamiento de mi propio cuerpo aplicado en distintos campos y formas, por lo que mi flexibilidad y destreza aumentan significativamente.

Una vez en el castillo, camino lentamente, como si todo a mi alrrededor tubiera prisa menos yo, mi forma de caminar es pausada, mi mirada fija en la nada ... parecia un fantasma deambulando por esos lares ...

SUCESOS DE OTOÑO:

- Andronicus, el Astrólogo del Conde, ha visto en los astros la muerte de una importante personalidad de Transilvania.

SUCESO:

- Andronicus, el Astrólogo del Conde, ha visto en los astros la muerte de una importante personalidad de Transilvania.

Helena se acerca a Radovina que caminaba, al parecer, sin rumbo fijo y sin prestar especial atención a nada.

La mujer salió de entre las sombras y dejó ver su bello rostro que la luz bañara sus rasgos, el cabello lo tenía recogido en una larga trenza. Su vestido era largo, negro y rozaba el suelo. Tenía encajes por el torso y por las mangas que trasparentaban la piel que debajo cubría. Un hermoso y caro collar, a juego con los pendientes, adornaban su cuello.

Hola Radovina, ¿dónde has estado? - su madre se acerca a ella con la mirada fija y gesto serio - te he buscado por el castillo - Helena estaba a la vez preocupada y enojada de que su hija hubiese podido salir del castillo.

Cruza los brazos esperando a la respuesta de su hija la cual preveía no sería la verdadera.

Alzo la vista y veo a mi madre, la cual me pregunta, estaba segura de que si le decia que habia salido del castilla y sola, se enfadaria mas que de costumbre, ¿ podria mentirla ? acabaria dandose cuenta ... si le mentia y encima se entaraba de que habia salido, se enfadaria el doble, por salir y por mentirla, vaya madre ... obligada a decirle la verdad por no cargar cno el doble de su ira ... la miro a los ojos con la cara mas inocente que puedo, haber si asi se rebaja algo su furia y se enternece un poco ... por su expresion veo que no funciona demasiado, no era de mucho hablar, asi que le conteste con un simple
- dando un paseo - desvio la mirada con la esperanza de que no quisiera preguntarme mas

- Constantin y Andrej, dos de los hombres de más confianza del Caballero Dimitri Szantovich de Bran, entrenan con él cada mañana.

- Saben que no pueden relajarse, pues su señor ocasionalmente sufre ataques de locura asesina y un entrenamiento puede convertirse en un abrir y cerrar de ojos en una lucha desesperada por la supervivencia.

- Al mismo tiempo, saben que deben tener mucho cuidado, la vida de un noble vale mucho más que la de un plebeyo y si algo le pasara a Dimitri, los dos serían empalados hasta morir.

CONSTANTIN EL GUARDAESPALDAS:

- Eres hijo bastardo del Caballero Zaius Szantovich, el padre de Dimitri y Radovina (y hermano mellizo de Helena Szantovich). Desde hace muchos años sirves a Dimitri como guardaespaldas personal, el Conde Radu Szantovich el Mayor te encargó personalmente la tarea, pues temía que el Conde de Bran atentase contra la vida de su hijo Dimitri. Eres uno de los mejores espadachines de Transilvania, aunque nunca presumes de ello ni haces alardes. Eres silencioso y actúas o hablas sólo cuando es necesario.

ANDREJ EL QUIEBRAHUESOS:

- Eres un hombre fuerte y brutal, criado en los bajos fondos de Ploiesti, la capital de la Tirsa de Prahova. Te has ganado el miedo y el respeto de mucha gente mediante la fuerza de tus puños. Hace algunos años, el Caballero Dimitri Szantovich te observó en acción y decidió ponerte a su servicio. Ha sido un gran cambio, de vivir en los más sórdidos callejones a vivir en un castillo al servicio de un importante Caballero noble. Estás agradecido, y le haces el trabajo sucio a tu patrón, no importa lo vil o mezquino que sea el trabajo. Si un mercader estafa a tu señor Dimitri le rompes los dedos. Si un borracho mira lascivamente a su hermana, quizá mañana amanezca con unos cuantos dientes de menos... Tu señor no te ha ordenado aún matar, pero si hiciera falta tu fiel cuchillo estaría a su servicio como lo están tus puños.

Helena se calma un poco - sabes que no me gusta que salga y te mezcles con la plebe... - cierra los ojos para serenarse un poco - ¿por qué no entras, creo que necesitas un cepillado de pelo? - la mujer intentaba ser amable por lo menos con sus hijos, sabía que había estado fuera de palacio, que poco refinada, estar ante el populacho... pensaba mientras caminaba junto a su hija - por lo menos habrás visto algo de interés en tu escapada fuera de palacio, ¿no es así? Hija, tu sabes que lo único que quiero es lo mejor para ti - su voz sonaba convincente Helena acarició el rostro de su bella hija cerrando fuertemente el puño tranquilízate solo ha salido a dar una vuelta...

Acabo de despertar.

No sé qué ocurrió anoche pero la cabeza me da vueltas. La ropa está en el suelo y el cuchillo, limpio, sobre la mesa. Es buena señal.

Me empiezo a vestir, mirándome en el espejo. Mi cuerpo, curtido en mil batallas y plagado de cicatrices, refleja una adolescencia complicada. Mis brazos musculosos delatan las muchas horas de entrenamiento para llegar a estar donde estoy, sirviendo a Dimitri.

Me ato las botas y me pongo en pié. Abro la puerta para salir en busca de Dimitri. Me apetece trabajar.