Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

TERRITORIO 27: Bistritz.

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01/09/2010, 22:30
Sargento Dominik.

- "Señor, no debéis ir vos solo con esos bárbaros. Os matarán o algo peor..." -

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01/09/2010, 22:58
Durius de Slobozia.

- Mi buen Dominik, si desean matarme podrán hacerlo esté solo o esté rodeado de cien hombres. Aquí, las condiciones las marcan ellos. Hemos venido en una misión de paz y si para su éxito debo arriesgar mi vida, lo haré. Ya no hay vuelta atrás. Haz como han pedido. Sitúate a flecha y media de distancia y mantente en guardia. Sé prudente y, si llegado el caso, yo fallara y muriera, procura sobrevivir. Es una orden - mi voz suena segura, aunque en mi interior hay una tormenta desatada -. Coge tu caballo y huye. Regresa a la capital. El Regente Caprescu debe tener conocimiento de cuanto aquí haya ocurrido. Y si consigues llegar a salvo, tengo otra misión para ti. En palacio hay una mujer de Slobozia con un hijo. Se llama Pavetta y su hijo, Lindor. Si yo muero aquí en Bistritz, hazte cargo de ellos. Es una buena mujer, viuda y a cuyo marido conocí bien. Si la desposas, serás feliz. Doy fe de ello. Y cuida a su hijo como si fuera tuyo. Ahora, ve y conduce a tus hombres y los carruajes al sur. Y una última cosa, si no regresara, libera a mis criaturas. Que ellas decidan su destino. Y si no nos volvemos a ver, Dominik de Valcea, ha sido un honor para mí cabalgar a tu lado. Adiós.

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02/09/2010, 12:37
Sargento Dominik.

- "Sí, mi señor, así se hará." -

El Sargento toma también las riendas del negro corcel de guerra de Durius una vez éste ha desmontado.

Después ordena a todos que le sigan, para montar campamento donde le han ordenado.

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02/09/2010, 12:39
ATAQUE BARBARO.

- Durius es conducido por los magiares hacia el corazón del campamento.

- Los fieros guerreros le miran sobretodo con curiosidad, parecen saber claramente lo que significa la extrema palidez de Durius, o el hecho de que haya llegado por la noche.

- Finalmente, llegan hasta la tienda central del campamento, que está rodeada por media docena de gigantescos hombres lobo en su forma híbrida. Durius capta el odio y la rabia de las criaturas, pero también alcanza a oler en ellas una fuerte vitae vampírica que les ata y controla de forma más eficaz que cualquier cadena.

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02/09/2010, 12:42
Hombre Lobo.

- "Grrrr..." -

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02/09/2010, 12:43
Enviado Magiar.

Dos guerreros apartan finalmente la tela de la tienda, franqueándole el paso a Durius hacia su interior.

Cuando el caballero pasa, ve que el interior está ricamente decorado con pieles de valor difícil de calcular, tesoros, botín y trofeos de victoria.

Hay una lujosa cama con dosel sobre la que yace un ataúd actualmente vacío.

Sentado sobre un sillón de madera tan decorado que parece un trono feudal, se encuentra el Duque Gyula Kadar, caudillo de las hordas magiares que están asaltando Transilvania.

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02/09/2010, 13:20
Durius de Slobozia.

Mi vieja y casi olvidada humanidad, la antigua esencia de Lisander, oportunista y pícara en cierta medida, aflora cuando doy la espalda a mis hombres y sigo al enviado magyar en pos de un destino cuyo conocimiento me está vedado. Por un instante, pienso lo sencillo que hubiera sido, una vez muertos el abad y Sveta junto con todos sus lacayos y acólitos a manos de los licántropos, huir. Sí, huir, ¿porque acaso no es lo que han hecho las máximas autoridades de nuestra tierra, el Patriarca y el Voivoda? O del mismo modo, dada la importancia de esta misión, ¿no hubiera sido más lógico que alguien preparado y fuerte se hubiera encargado de las negociaciones, es decir, Uber Caprescu, el Regente refugiado en el castillo del Voivoda, allá lejos, en Bucarest? Conforme pasa el tiempo, voy siendo cada vez más consciente de la cobardía de aquellos que se erigen en nuestros mandatarios. Refugiados en sus palacios, rodeados de murallas, protegidos por hordas de guerreros sacrifican cuanto necesitan por prolongar su poder. Y cuando no pueden más, huyen, refugiándose en un lugar lejano y maquinan la forma de regresar para ocupar nuevamente su posición original, escudados en su longevidad. Tal vez, la llegada del Duque no haya sido lo peor que pudiera ocurrir, si no fuera porque las víctimas son las de siempre. Los inocentes. No es algo que me preocupe especialmente, a decir verdad, pero hay algo de inmoral en todo ello. El viejo Lisander así lo creería. O quizá sea simplemente que desearía ser yo quien estuviera arriba y no ser un simple emisario prescindible. Aún recuerdo el ataque de Uber al Abad Sempronius y su ilícito acto. Veo su rostro y ropas manchadas de sangre tras beber hasta la última gota de aquel poderoso y casi negro icor del viejo vampiro. Sí, es claro, la cosa radica en almacenar poder, ser más y más fuerte.

Sí, debería haber huido, asentarme en alguno de los viejos territorios ahora sin dueños, y tratar de prosperar. ¡Vaya! ¡Licántropos atados por una viate vampírica! Jamás se me hubiera ocurrido. Impresionante. Y fascinante. Algo a recordar si salvo de esta con bien. Ese maldito poblado licántropo que acabó con muchos de mis hombres, constituiría un buen punto de partida. Peligroso, sí, pero una vez logrado me proporcionaría una gran fuerza. Pero, ¿quién será el que los ha atado de tal forma que hayan de servirle? Es evidente que estas criaturas son puro odio y rabia, y si no fuera por la sangre, causarían un verdadero caos entre las filas magyares. El vampyr que los mantenga bajo su control ha de ser ciertamente poderoso. Y conocido. Basta ver cómo me miran estos hombres. No soy el primero que ven. Y no parecen temer mi presencia.

Hemos llegado. Los soldados abren la tela para que pueda acceder al interior. Vaya, vaya. Sorpresa, sorpresa. El mismísimo Duque Gyula Kadar es uno de los nuestros. Aunque no sé por qué me sorprendo. Bien mirado, y si analizamos los hechos, es hasta lógico. Y si el Duque es un vampyr, ¿habría que deducir que el rey de los magyares también lo es, pese a haber abrazado el cristianismo? Y en estas circunstancias, ¿será posible convencer al Duque de que abrace la cruz? Sin duda, me espera un notable trabajo, cuyo fin no termino de ver claro. Se trata de conseguir la paz para que el collar cambie de perro. Pero seguirá siendo el mismo collar, y seguirá siendo un perro quien lo lleve. Adelante Durius, adelante Lisander, ha llegado la hora de la función, de entretener al público. ¿Qué recibirás hoy? ¿Aplausos y ovas o tomates y una paliza?

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02/09/2010, 13:49
Durius de Slobozia.

Tras detenerme ante el ornamentado sillón, hago una leve inclinación, la justa para demostrar mi reconocimiento hacia su persona sin caer en el servilismo. Espero que mi estancia en la Corte dé sus frutos.

- Duque Gyula Kadar, os doy las gracias por recibirme. Permitid que me presente. Soy Durius de Tremere, Señor de Slobozia y vengo en nombre del Regente Uber Caprescu en misión de paz. Espero que tengáis a bien escuchar cuanto he de deciros.

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02/09/2010, 15:53
Duque Gyula Kadar.

- "Interesante, un señor feudal cuyo nombre no tengo el gusto de conocer. Lo que significa sin duda que sois un señor muy menor, tal vez sin título nobiliario o como mucho el de Caballero o tal vez Boyardo...

Os veo y vuestros rasgos no parecen propios de estas tierras, si bien hay algo de artificioso y forzado en los músculos de vuestro rostro, como si hubiesen sido moldeados.

El olor de vuestra sangre es similar al de la mía, si bien parece algo más diluida y vuestro cuerpo muestra indicios que atestiguan vuestra juventud en el mundo de los Guardianes de la Noche...

Hubiera sido lógico recibir un emisario de esta obcecada ciudad de Bistritz, pero vos venís del sur, de la capital.

¿Un enviado del Regente Uber Caprescu? No me interesa lo que vuestro señor tenga que decir, no es más que otro noble menor e insignificante. Tampoco me interesa la paz.

Vuestro señor ha hecho bien en no venir, pues a estas alturas ya habría separado sus huesos de su cuerpo para construirme una mesita.

No siento el menor respeto por ninguno de los seguidores del prófugo Voivoda, todos ellos serán destruidos o seguirán a su patrón en el exilio..."

Guarda silencio y te mira con una sonrisa extrañamente cálida y agradable.

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02/09/2010, 22:31
Durius de Slobozia.

Petulante, jactancioso, decadente y... peligroso. Todo en él lo demuestra. Su pose, su entonación, sus palabras, la languidez con que se desenvuelve. Bajo su guante de seda encierra un filo acerado. Quizá su discurso hubiera surtido efecto en el auténtico Durius de Tremere o en cualquier señor feudal. Pero yo, aunque bendecido o maldito con el estigma del vampyr, solo soy un campesino que en otra vida aspiraba a levantar faldas y regocijarme en lo que bajo ellas se guardaba, no en conquistar tierras o castillos o ciudades. Muchas veces escuché un no y fui abofeteado o insultado sin que por ello cejara en el empeño de obtener aquello que era lo único que consideraba valioso en la vida de un hombre. A día de hoy, ni siquiera eso me queda. Aunque hoy trataré a nuestro Duque como si de una señora se tratara y quizás, con un poco de suerte, me lo lleve a la cama. Figuradamente, claro.

- Compruebo que sois muy sagaz, mi señor Duque - digo con una amplia sonrisa -. En efecto, soy un señor muy menor. Es más, si mis noticias no son erróneas, las que fueran mis tierras se hallan ahora bajo vuestro dominio, pero reconeceréis que ese es un asunto un tanto baladí. Nada en comparación con el asunto que me ha traído hasta vos y que en apariencia no os interesa. Pero permitidme que dé cumplida satisfacción a vuestra curiosidad. En efecto, mis rasgos no son los propios de estas tierras, lo cual no quiere decir que no las sienta como propias. Pero igualmente reconoceréis, que cierto desapego es altamente recomendable cuando uno debe negociar con dichas tierras y las almas de quienes las pueblan - digo rubricando con un vago gesto de mi mano tal apreciación -. Y sí, mi rostro ha sido modelado - señalo con un tono jactancioso -. Por la propia vida, las batallas y la muerte. Y a fe mía que el efecto de tales sobre mi rostro no es del desagrado de muchas damas. Por otra parte, una vez más habéis dado en el clavo - digo obsequioso, aunque no zalamero -. Soy joven. Demasiado quizás. Y os pido disculpas si mis orígenes, juventud y escasa importancia resultan de vuestro desagrado. Quisiera decir que fui elegido por ser la mejor de las opciones para esta misión, pero yo mismo lo dudo. Mas bien diría que era la única opción - afirmo encogiéndome de hombros y sin perder la sonrisa -. Claro que tal vez mi mentor sintiera cierta debilidad por mí. No sabría deciros. Pero sí puedo deciros que erráis al considerarlo un noble menor. Y entiendo que el gobierno le distraía de sus funciones lo suficiente como para no acudir a vuestra presencia. Si su destino, de hacerlo, hubiera sido acabar como una mesita o un tocador, mmm... - murmuro mirando alrededor -, me atrevería a decir que su tonalidad ósea no hubiera combinado bien con vuestra estancia. Claro, presuponiendo que pudiérais llevar a cabo cuanto decís, aspecto acerca del cual deberéis permitirme albergar ciertas dudas. Pero reconoced que soy joven y yo mismo puedo estar errado - concluyo con un tono absolutamente inocente.

Nunca tuve una representación tan difícil ni un público tan exigente. Unas pocas canciones, normalmente servían para hacer hervir la sangre de mis paisanos y montar una buena juerga. Pero esta tienda en mitad del campamento magyar, en nada se parece a una posada.

- De otra parte, no soy quién para juzgar vuestras filias y fobias. De hecho, y permitidme la confianza, comparto vuestra falta de respeto por algunos de quienes se declaran seguidores del Voivoda. Simples oportunistas. Pero bueno, basta ya de divagaciones, mi señor Duque u os aburriré enormemente. No estoy aquí para parlotear, aunque sin duda sois un anfitrión magnífico. Sí, lamentablemente me veo obligado a tratar de convenceros para que aceptéis esa paz que decís no os interesa.

Ha llegado la hora. Todo dependerá de mi verbo fácil y de saber tañer adecuadamente las cuerdas para captar el interés del Duque. Eso o tengo una muerte asegurada.

- Decidme, mi señor Duque, ¿no estáis cansado de la guerra? Sí, sí, ay sé. Dirigís tropas victoriosas que conquistan paso a paso nuestro país pero, ¿qué obtenéis realmente? Tierras arrasadas, pueblos carbonizados hasta sus cimientos, cosechas quemadas, terruños que no serán trabajados y que se volverán estériles con las próximas lluvias. Y cadáveres. Y unos pocos supervientes atemorizados, si es que no han huído ante vuestra llegada. Mi señor Duque, a través de la guerra solo estáis logrando conquistar un erial. Y dicha conquista exige un importante esfuerzo de vuestra parte. mantener a la soldadesca, alimentos, agua, salarios, reponer los caballos, nuevas levas que sustituyan a los caídos en combate. Por que sí, mi señor Duque. Vuestros hombres también mueren. Pero, ¿qué diríais si os ofreciera en bandeja de plata aquello que ansiáis? - señalo dando un tono de intriga a mi pregunta -. Imaginad estas tierras bajo vuestro gobierno, sin más guerras, sin más derramamiento de sangre, sin más migraciones masivas de población. Lo tendríais todo. Lo que queréis y más incluso. Seríais aceptado como máxima autoridad del país, mimado por la nobleza y la aristocracia local, incluso es altamente probable que os ofrecieran a sus más hermosas hijas para que las desposárais, algo que sin duda consolidaría vuestra posición en el seno de la jerarquía. Las tierras volverían a ser trabajadas, los diezmos volarían a vuestras arcas y el pueblo, a quien no le importa quién le gobierne mientras no le mate, os aclamaría por haber sido magnánimo aceptando la paz. Contáis ya con un poderoso ejército, una parte del cual podríais disolver y que se mezclaría con la población local y aún así, vuestro hombres de armas serían una fuerza de disuasión frente a cualquier conato de rebeldía de algún amante de los viejos tiempos. Mi señor Duque, no dudo de la legitimidad de vuestro título, pero su uso me indica que sois un amante de la jerarquía feudal. Ser Duque es una gran cosa, pero ¿ser el nuevo Voivoda? ¿Amado, respetado y temido por todos? No negaréis que se trata de una oferta interesante y altamente provechosa. Una inversión de futuro. La posibilidad de acabar con una guerra eliminando los gastos que ella os acarrea pero obteniendo todos los beneficios de la victoria. Y todo ello, con un mero acto protocolario de firma y la pantomima de un bautismo cristiano, por aquello de alegrar al brazo eclesiástico, cuyo apoyo os granjearíais de forma inmediata con un gesto tan sencillo - digo en un tono casual -. ¿No lo creéis así, mi señor Duque?

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02/09/2010, 23:54
Duque Gyula Kadar.

El Duque se queda pensativo largo rato tras el discurso de Durius, con la mirada perdida en el infinito.

Después carraspea y vuelve a hablar.

- "Escucho vuestras palabras y no parecen propias de alguien de nuestro Clan, sino más bien de una sanguijuela de Roma o de Constantinopla. Sois osado, aunque debéis ser más humilde y cuidadoso.

Lo cierto es que yo estaba cómodo con el antiguo sistema de liderazgo: cada tribu regida por un caudillo, el más fuerte de sus guerreros. Si surgía un nuevo guerrero más fuerte podía desafiar al caudillo y ocupar su lugar.

Pero luego llegó el feudalismo de la mano del cristianismo para complicarlo todo. Mi rey ya se ha convertido y espera que todos sus nobles hagamos lo mismo. En el fondo la religión me preocupa poco, aunque el cristianismo acota mucho las opciones, con su clemencia cristiana y la prohibición de esclavizar a otros cristianos...

Ah, todo esto resulta cansino. No voy a usar el título de Voivoda, en nuestro reino el de Duque es suficiente como para gobernar un territorio como Transilvania.

Hemos saqueado y esclavizado mucho, todo el este, oeste y norte del país. Falta el centro y el sur.

Ahora recuerdo Slobozia, me dijeron que sólo unos pocos ancianos resistieron. Algunos se rindieron y fueron descuartizados. Mostraron cobardía en lugar de morir como valientes, como el resto.

¿Qué es exactamente lo que me ofreces y qué ofreces a cambio, Durius de Tremere, Señor de Slobozia?" -

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03/09/2010, 19:59
Durius de Slobozia.

- Os pido disculpas si os he ofendido con mi actitud, pero dudo que hubiera atraído vuestra atención de haberme comportado como un servil emisario. A decir verdad, las posibilidades de no salir vivo de esta tienda son lo suficientemente elevadas como para que no sienta la necesidad de ser especialmente cauto, sin por ello faltaros al respeto - digo con sinceridad -. Tal vez ello os dé una correcta perspectiva acerca de la importancia de cuanto os he dicho - señalo pasando por alto el fin de los ancianos que se quedaron en Slobozia y cuyo destino me ha hecho saber, sin duda, como parte de su juego para debilitar mi entereza -. ¿Qué os ofrezco? Pongo en vuestras manos toda Transilvania, sin necesidad de más guerra y muertes. Vos la gobernaréis como más os plazca. Si no deseáis el título de Voivoda y preferís conservar el de Duque, así sea. Transilvania pasará de ser un voivodato a un ducado. Si deseáis rendir pleitesía a vuestro rey o preferís erigiros en un poder independiente, queda a vuestro albedrío. ¿Qué pido a cambio? El cese de la guerra, la firma de un tratado de paz con el actual regente y vuestra conversión a la fe ortodoxa, que no ha de ir más allá de lo meramente nominal, pero que os granjeará el apoyo de la jerarquía eclesiástica. Es cuanto os ofrezco y cuanto pido. Ahora bien, puede que mi oferta os parezca poco satisfactoria y quizá deseéis renegociar.

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03/09/2010, 20:15
Duque Gyula Kadar.

- "Soy leal a mi soberano, y espero que no vuelvas a susurrar palabras de traición como esas.

Veamos, no pienso firmar ningún tratado de paz, de hecho no pienso tratar con nadie leal al Voivoda.

Aceptaré el bautismo cristiano, los cristianos que se rindan pasarán a ser mis súbditos y no serán maltratados ni esclavizados, en tanto se muestren obedientes y paguen sus tributos anuales.

Todos los nobles del país, lo cual te incluye, deberán de jurarme lealtad y renegar de anteriores pactos de vasallaje. Los territorios pasarán a ser gobernados por Condes magyares. Los actuales nobles quederán relegados al control de sus tierras y fincas, y podrán tener como máximo el título de Boyardo, no de Conde, y no podrán ejercer poder político real sobre las gentes de Transilvania.

La actual capital, Bucarest, será destruida. La nueva se alzará en Alba Iuliua, donde fijaré mi residencia.

El Voivoda, el Regente y los anteriores sirvientes del Voivoda quedan desterrados, y serán empalados si son capturados en territorio de Transilvania.

Mas... antes de que empiece a cumplirse todo esto, debes demostrar tu utilidad. Ve a Bistritz y consigue su rendición. Seré acogido en la ciudad como un conquistador, y todos me rendirán pleitesía." -

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04/09/2010, 00:11
Durius de Slobozia.

Cuando escucho sus condiciones, sé que ese será su fin, su desmedida ambición y aun cuando me recrimina haberle susurrado palabras de traición, está sentando las bases de la misma en un futuro. Si es que tiene tiempo, pues la paz y riqueza traen consigo sus propios males, volviendo a los gobernantes ociosos y despreocupados. Y aún así, lo que pide es excesivo. Pero las palabras de mi mentor aún resuenan en mi memoria, "Haz cuanto sea necesario para conseguir la paz". Intuyo que él nunca se vio a sí mismo como una de las cláusulas de dicha paz. O quizás sí.

Sin embargo, su última condición es una trampa y me coloca en una situación comprometida. Conseguir la rendición de Bistritz no será tarea fácil, por no decir casi imposible. El asedio al que la somete Gyula así lo demuestra. Y quizá esta ciudad sea la primera capaz de hacer frente al poder magyar. Seguros de su propia inexpugnabilidad es posible que se muestren reacios a aceptar rendirse frente a un poder extranjero. Pero la supervivencia de Transilvania así lo exige.

- Me encomendáis una tarea harto difícil, como bien sabéis. ¿Es posible que esta sea vuestra forma de deshaceros de un incómodo problema? - señalo sonriente -. Confío en que no sea así, mi señor Duque. Mas haré cuanto pueda, si esa es la forma de obtener que esta guerra que desangra al país finalice. Pero señor Duque, al igual que antes vos me preguntásteis qué os ofrecía a cambio de una promesa de paz, ellos me pedirán igualmente una contrapartida a su rendición. ¿Qué es lo que puedo ofrecerles en vuestro nombre, mi futuro señor, Duque Gyula Kadar? Convendréis conmigo que unas manos vacías no constituyen el mejor refrendo a unas palabras que pudiera llevarse el viento.

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04/09/2010, 00:29
Duque Gyula Kadar.

- "Si consigues la rendición de Bistritz, me acompañarás por todo el país, obteniendo lo mismo.

Las ventajas son claras. Hasta ahora en las zonas conquistadas, hemos matado a todos los hombres, violado y esclavizado a las mujeres, esclavizado a los niños, y saqueado todos los bienes de algún valor. Poblaciones enteras han ardido.

Si el asedio prosigue, Bistritz no aguantará para siempre. Puedo llamar tropas de otras zonas del país, mandar construir máquinas de asedio, o atacar la ciudad por la noche junto con mis guardias Lupinos...

Lo que les ofrezco es un trato cristiano. No habrá saqueo, ni matanzas, ni violaciones, no se tomarán esclavos y la ciudad no será incendiada. Además, su sacerdote tendrá el honor de bautizarme y se convertirán en la ciudad donde todo cambió. Donde la destrucción de Transilvania se convirtió en simple conquista, con un nuevo gobierno." -

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04/09/2010, 00:41
Durius de Slobozia.

- Así sea, entonces. Partiré de inmediato y trataré de conseguir para vos lo que vuestros hombres no han conseguido aún - digo un tanto insolentemente, acompañando mis palabras de una sonrisa encantadora que parece desdecir tal exceso de confianza -. Deseadme suerte, pues será la suerte de todos lo que esta noche se decida.

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04/09/2010, 00:49
Duque Gyula Kadar.

- "Suerte, Durius de Tremere, Señor de Slobozia." -

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04/09/2010, 00:50
Enviado Magiar.

Varios guerreros escoltan a Durius cuando sale de la tienda de mando.

Al acercarse a las puertas de la ciudad uno de ellos toca un gran cuerno para avisar a los de dentro, mientras que otro agita bandera de parlamento.

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04/09/2010, 00:51
Soldado Feudal.

DESDE LO ALTO DE LA MURALLA:

- "¡Malditos magyares y vuestros cuernos retumbantes! ¡Iros al carajo u os lanzaremos una lluvia se saetas!" -

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05/09/2010, 16:04
Durius de Slobozia.

Evidentemente, nada puede resultar sencillo. Esta es, simplemente, una carrera de obstáculos.

- Retroceded - digo a los guerreros que me han escoltado a las puertas de la ciudad - y dejadme eso - señalo tomando la bandera de parlamento -. Soy Durius de Tremere, señor de Slobozia y enviado del Regente Uber Caprescu. Gozo de una momentánea inmunidad concedida por el Duque Gyula Kadar. Estoy aquí para hablar con vuestro gobernante. Solicito formalmente audiencia con él. Y no cuento con demasiado tiempo - afirmo, tratando de contagiar la urgencia de acabar con aquel trámite lo antes posible.