Partida Rol por web

La desolación que envolvió a los Exiliados al llegar a su destino, abrumó con fuerza sus heroicos corazones. Las explosiones atómicas no fueron lo peor, no, lo verdaderamente duro fue el invierno nuclear que se impuso posteriormente en toda América del Norte.

Sabían, gracias a sus ordenadores portátiles, que se encontraban en algún punto de Manhattan. Pero los edificios derruidos, o al menos los pocos que aún quedaban en pie, no eran más que esqueletos de cemento de lo que una vez fueron.

Una gruesa capa de nieve cubría el suelo, la cual se entrelazaba con la ceniza que caía sin fin del cielo. El frío era tan intenso, que todos agradecieron los uniformes especiales diseñados por Oshosi para la operación. Los medidores de radiación marcaban una contaminación mínima en aquel punto, nada peligroso si no pasaban una larga temporada allí, pero todos sabían que existían puntos no muy lejos de donde se encontraban, donde la radiación podía matarlos en cuestión de minutos.

La ciudadela de Siniestro se alzaba a lo lejos, como una enorme garra de metal y cemento, cuya sombra se proyectaba a su alrededor, otorgando al lugar un aspecto aún más aterrador. Los horrores que allí dentro habían padecido incontables inocentes, era algo que sería jamás imposible de medir.

Los Exiliados aparecieron sobre la azotea de un edificio que a duras penas se mantenía en pie. En otro tiempo, en otro lugar, debió de ser una especie de edificio de oficinas. Aunque Parker no tardó en reconocer el Daily Bugle.

El sonido de descargas de plasma los puso en guardia de inmediato y por puro instinto, no tardaron en tomar posiciones defensivas. Pero las descargas no iban dirigidas a ellos. Abajo, sobre la nieve, varios individuos ataviados con ropajes remendados mil veces, corrían para salvar sus vidas. Tras ellos, las fuerzas genéticamente superiores de Siniestro, los Infinitos, avanzaban disparando sus armas.

Varios objetivos fueron abatidos rápidamente y aunque mostraban quemaduras bastante desagradables, ninguno había sufrido heridas mortales. Karolina, que conocía bien aquel tipo de armas o al menos aquellas que funcionaban con plasma, se percató de que las armas estaban disparando con el mínimo de potencia. Sin duda querían prisioneros.

Un vehículo enorme, una especie de gigantesco camión avanzaba tras los infinitos. La parte trasera era una gran jaula diseñada para contener a quizás, ciento cincuenta personas...o algo realmente gigantesco. Pero en aquellos momentos, tan solo estaba siendo usada por apenas una decena de prisioneros.

La partida de caza de los Infinitos, formada por dos decenas de soldados, comenzaron a dispersarse para evitar que sus presas escapasen. Se movían con velocidad y determinación pese a llevar armaduras tan sumamente voluminosas y pesadas.

Una ligera vibración sacudió el brazo de los Exiliados en aquel momento. Calavera había cumplido con su parte y les llegaba informes y fotografías del interior de la ciudadela de Siniestro. Había colocado explosivos en los puntos más vulnerables y había enviado también una ruta que Spiderman podía seguir para reunirse con él. Si es que había sido capaz de diseñar algo para abrir las compuertas.

-En posición y a la espera-

Con aquel último mensaje, Calavera aguardó nuevas instrucciones.

De todos, tan solo ella no portaba traje de protección alguno. La propia naturaleza de sus poderes la protegían de la radiación y del clima. Aquella era una de las grandes ventajas de ser la grande, verde y sufrir una sobredosis de radiación Gamma.

-Esto es peor de lo que había imaginado. Este lugar apesta, si tan solo pudiese ponerle las manos encima a ese tal Apocalipsis...

Los nudillos de Jenn crujieron cuando se los apretó tratando de contener la ira que la dominaba. Ella era una mujer de acción, deseaba poder desmelenarse aplastando a todos aquellos desgraciados que habían transformado el mundo en aquella pesadilla.

-Sé que no forma parte de la misión, pero mira cómo esas sabandijas persiguen a esas pobres gentes...

Su mirada se volvió hacia Karolina a la espera de recibir la orden de ataque o por el contrario, la de seguir en posición. Ojalá fuese lo primero, cómo lo iba a disfrutar...

Acababan de llegar y ya se planteaba un dilema. Salvar a unos pobres inocentes, ¿o seguir con la misión? Karolina se asomó por el borde de la azotea, dejando que el frío y la tenue luz grisácea la envolvieran. 

Si bien el frío era un problema para la joven líder de los Exiliados, la radiación no lo era. Los Majesdanianos tomaban su poder de las estrellas, acumulando su luz y su radiación para alimentar su propio brillo. De hecho, estar en aquel lugar seguramente le estaba cargando las pilas de lo lindo. 

- La misión es lo más importante - dictaminó Karolina mientras observaba a los Infinitos dar caza a sus presas. 

Se disponía a abandonar aquel lugar junto a su equipo, camino a su objetivo, cuando advirtió la expresión de Jenny. Quería ayudar. Altruismo genuino. No podía decir que no a aquello. 

- Así que saquémosle partido - decidió en el último momento mientras se giraba de nuevo hacia los Infinitos -. Si unas fuerzas desconocidas atacan al ejército de Siniestro se verán obligados a enviar refuerzos, o al menos a investigar. Y si no... - miró a sus compañeros y se encogió de hombros -. Bueno, habremos perdido unos cinco minutos, porque es el límite que os impongo para derrotar a estos tipos. Si la cosa se complica nos largamos.

El cuerpo de Karolina se encendió en un estallido de luz multicolor, aunque pasó desapercibido a causa del traje ambiental.

- Exiliados, ¡al ataque!

Aquel lugar era desolador, ¿quien era aquel apocalipsis que se jactaba de gobernar en lugar así? ¿Quién eran sus secuaces que luchaban para mantener el planeta masacrado? No entendía como un ser podría haber generado un mundo de tanta destrucción, pero no estaban allí para comprender y no había nada que pudieran hacer para remediarlo. Tenía que centrarse en su misión, al oir crujir los nudillos de Jenny se dio cuenta de que no era el único que estaba apesadumbrado y con rabia por lo que tenían ante ellos. Posó gentil una mano sobre su hombro y la susurró: - Por desgracia, no hay nada que podamos hacer para arreglar este mundo, ironicamente hemos venido para que se pueda mantener así y darles una oportunidad para ellos mismos restablezcan el planeta. Por el momento prescindiré de usar la comunicación mental para evitar ser detectados por sus psionicos hasta que tengamos que darle la cobertura a Calavera. terminó diciendo al grupo.

Bajo ellos pudieron contemplar una partida de caza, Jen estaba apunto de explotar y Karolina les concedió. - Hagamos un poco de ruido entonces dijo alzando el vuelo y sonriendo a Karolina. Durante el combate usaría sólo sus poderes telekinetikos guardando los telepáticos para más adelante.

Bajo su mascara, Peter se mordio el labio inferior de pura impresion mientras miraba a su alrededor el paisaje devastado. Era algo increible y dificil de aceptar del todo. Incluso aunque la mision anterior fue tambien un mundo destruido, aquello lo afecto mas: El mundo de Doom era uno ya extinto, una cascara vacia que literalmente se caia a pedazos.

Pero este, en este todavia vivia gente aun. Podia sentir la radiacion, el frio... Como era posible que llegaran las cosas a este estado? Aun en esos momentos, conmovido, su mente cientifica no dejaba de funcionar y no pudo evitar preguntarse cuestiones mas pragmaticas, entre ellas, como diablos crecian alimentos de forma viable. No sabia si molestarse o no por esta dualidad...

El jaleo de abajo lo saco de sus cavilaciones. Apreto los dientes, enfurecido, apenas pudiendo contenerse y no intervenir. Miro a Karolina unos instantes, hasta que esta finalmente dio la orden de atacar.

Asintio y lanzo una telaraña a un derruido edificio cercano, balanceandose en direccion a los Infinitos.

La ciudadela de Siniestro, aquella que se alzaba como una gran garra de cemento y metal, se encontraba aún demasiado lejos como para que los poderes de Cable pudiesen ser detectados. Los Exiliados habían aparecido a una distancia prudencial de la ciudadela para así, evitar ser detectados antes de tiempo.

El mundo en el que se encontraban era una abominación para sus ojos. Las calles, pese a estar cubiertas de nieve y cenizas, aún mostraban los cuerpos de aquellos que habían sucumbido en las diversas batallas. En algunos puntos, los huesos se acumulaban como grandes y terroríficas torres que hacían recordar a todos, que tan solo los más aptos eran dignos de sobrevivir.

Los nudillos de Jenn crucieron y una amplia sonrisa se dibujó en sus hermosos rasgos cuando Karolina dio la orden de atacar. Dejándose caer, aterrizó sonoramente junto a un vehículo oxidado que yacía destartalado en la calle. Dos infinitos se volvieron hacia ella con las armas preparadas para disparar. No tuvieron ocasión de hacerlo, el vehículo oxidado, proyectado por la titánica fuerza de Jenn, los derribó a ambos.

-Veamos si ahora sois tan duros contra aquellos que sí saben defenderse. ¡Oh! Quiero ese camión chicos, por favor, dejarlo de una pieza. Creo que podemos hacer una gran entrada en la ciudadela de Siniestro...

Cable alzó el vuelo, puso en marcha todas sus defensas y evaluó la situación. Llegaban para ayudar a los que huían por lo que un ataque directo en aquellos momentos no le serviría cuando varios de los refugiados corrían para ponerse a salvo de dos soldados a punto de disparar.

Sin apenas esfuerzo creo una pared invisible delante de ellos que detendría los disparos y daría tiempo a los refugiados que huyeran mientras los infinitos se centraban en ellos. Aquello prometía ser divertido pero debían ser rápidos, Calavera les aguardaba.

Karolina saltó de la azotea, su cuerpo envuelto en luz multicolor que apenas lograba filtrarse a través del traje. Jenny había sido la primera en lanzarse al ataque, aplastando a un par de los soldados enemigos bajo un vehículo oxidado. 

Cable vio que los enemigos iban a disparar contra los civiles, por lo que se apresuró a alzar una barrera para detener sus disparos.

"Perfecto" pensó la joven majesdaniana. Eso significaba que podía centrarse en atacar. 

Dejando tras de sí su característica estela, Karolina voló directa hacia el grupo. En medio de su asalto, disparó un rayo de luz contra uno de los soldados. El chorro multicolor alzó al soldado del suelo, mandándolo varios metros hacia atrás. El calor de su ataque había derretido la nieve a lo largo de su trayectoria.

Desde el edificio del que se columpio, Peter cayo sobre el enorme vehiculo-jaula. Con sus patas roroboticas, comenzo a abrir una brecha en el armatoste. Tras un crujido del metal, entro de un salto. Se escucharon algunos ruidos ahogados y una o dos pequeñas explosiones dentro, hasta que un minuto despues el vehiculo comenzo a detenerse.

Unos momentos despues, Spiderman salio por la misma brecha de un salto en direccion a las jaulas, y comenzo a trabajar en los barrotes para liberar los prisioneros.

-Creo que aun funciona! grito Peter a Jean, refiriendose al vehiculo Lo usaremos como ariete, o como caballo de Troya?

Los humanos, cubiertos de pies a cabeza con gruesas capas de ropajes y ocultando sus rostros tras máscaras de gas, corrían tan rápido como podían tratando inútilmente de escapar. Pero los Infinitos eran una fuerza diseñada específicamente por Siniestro con un único fin, ser un ejército incansable e imparable, dotado a su vez de unas características físicas, que harían llorar a los mejores atletas del mundo.

Uno de los humanos, una mujer intuyó Cable, saltó por la ventana de uno de los edificios dejando atrás a sus perseguidores. Lo que no sabía, era que acababa de saltar de la sartén, al fuego. Frente a ella, dos Infinitos alzaron sus armas y sin mostrar ni un solo ápice de compasión, abrieron fuego.

De haberlos podido ver, Cable se habría fijado en cómo los ojos de la mujer se abrieron al descubrir que estaba muerta. La distancia que la separaba de los Infinitos era tan escasa, que incluso a mínima potencia, las armas la destrozarían.

No hubo miedo en la mujer, tan solo un gran y profundo odio unido a una ardiente y brillante ira. Su lucha había acabado, la muerte reclamaba por fin su alma. Su lucha, su desesperación por fin acabaría...

...al menos eso fue lo que creyó.

Lo que no sabía, era que sobre ella se alzaba la esperanza.

Una barrera de energía psionica apareció de la nada absorbiendo los disparos de plasma sin sufrir daño alguno. La energía simplemente chocó contra la barrera de forma inofensiva y se disipó. Fue entonces cuando la mujer alzó la vista hacia los cielos y los vio ello, vio por primera vez en su vida la esperanza y el coraje, vio a los Exiliados.

Descendiendo desde los cielos cómo si de una diosa se tratase y dejando a su paso una estela de brillante y cálida luz multicolor, Karolina disipó la oscuridad de los cielos y alzando una sola mano, dejó muy presente lo que estaba por llegar.

Todo sucedió tan sumamente rápido, que los humanos tan solo lograron apartar la vista ante el deslumbrante estallido que proyectó Karolina. No tan solo la nieve se había derretido, si no que uno de los Infinitos acababa de ser proyectado más de una decena de metros hasta chocar contra un viejo vehículo. Su armadura, casi indestructible, al menos para los humanos, yacía destruida y derretida a partes iguales a la altura del pecho. No volvería a levantarse.

Un poco más allá, un borrón negro como la noche se deslizaba entre los edificios con una velocidad casi imposible de seguir con la vista. Cuero negro y metal se fundieron en uno, cuando Spiderman liberó sus patas mecánicas y se abrió paso hasta el interior de la cabina del gran vehículo-camión.

Dos infinitos trataron de detenerlo.

Sus ataques eran poderosos, sus reflejos rápidos, pero por mucho que lo intensasen, Spiderman jamás estaba en el lugar donde sus ataques se proyectaban. ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo era capaz de adelantarse a sus maniobras de combate con semejante facilidad? Aunque la gran pregunta...¿Cómo pudo atravesar sus armaduras y destrozarlos únicamente con sus manos? Solo había una explicación para los Infinitos, Spiderman debía de ser una especie de monstruo.

Un tanto más alejado de donde se encontraba Spiderman, una lluvia de ráfagas de plasma comenzaron a caer sobre Jenn. La gigante esmeralda avanzó sonriente sin inmutarse lo más mínimo por los impactos que recibía. Cualquier otro habría huido ante semejante despliegue de invulnerabilidad, pero los Infinitos carecían de emociones. Por lo que no dudó ni un solo instante en disparar a bocajarro a Jenn en la cara cuando esta se inclinó hacia él.

Aquel último ataque no gustó demasiado a Jenn, quien asestándole un revés con la mano, lo arrojó varios metros hacia atrás y lo hizo atravesar todo un edificio. Para cuando el golpe perdió impulso, el Infinito no podría volver a moverse.

En aquel momento, el comentario de Spiderman, quién ya se encontraba abriendo la puerta de la jaula, provocó que Jenn volviese a sonreír y alzase el dedo pulgar satisfecha. ¿La dejaría cargas contra la ciudadela haciendo sonar la cabalga de las valquirias? O mejor aún...¿La dejarían arrojar el camión a la ciudadela haciendo sonar esa misma canción?

Los Infinitos que aún seguían en pie, se olvidaron por completo de los humanos y se encararon con los Exiliados. Uno de aquellos que habían disparado a la mujer, activó uno de los sensores de su casco y escaneó a Cable.

-Mutante con altas capacidades psiónicas. Catalogado como nivel, 2..3...4...Imposible...nivel 5.

El Infinito que se encontraba a su lado, decidió evaluar por sí mismo a Cable y sus compañeros. Los sistemas de su armadura e incluso su diseño, eran muy superiores. Siniestro era un ser concienzudo en su trabajo, por lo que no era de extrañar que cada remesa de nuevos Infinitos fuese mejor que su predecesora.

-Las capacidades psíonicas del sujeto no lo sitúan en el nivel cinco...Su poder se sale de todas las gráficas, se trata de al menos un nivel seis y no es el único. El poder de todos estos sujetos los sitúa en esa misma escala. Lord Siniestro deseará hacerse con su material genético, activar mejor Terminus y resistir mientras llegan los refuerzos.

Las órdenes fueron aceptadas por el resto de Infinitos y al unísono, todos se sacudieron cómo si acabasen de sufrir un espasmo. Su apariencia física no cambió en absoluto, pero los Infinitos se volvieron tres veces más fuertes y rápidos. Mantener aquel estado acortada su esperanza de vida a cuestión de minutos, pero esperaban conseguir algo de tiempo hasta que llegase la caballería.

Cable fue acribillado por media docena de disparos de plasma, los cuales golpearon inofensivos contra su escudo de energía. Otro de los Exiliados, realizó un gran salto que le permitió alcanzar un quinto piso y de allí, se propulsó contra Karolina con la intención de apresarla y hacerla caer con él. Spiderman se apartó a tiempo de que una tapa de alcantarilla, arrojada por uno de los Infinitos, casi lo decapitase.

Las cosas se habían puesto más interesantes, pero después de todo lo por lo que habían pasado los Exiliados, aquellos seres surgidos de una probeta no supondrían ningún problema para ellos. Aunque como calentamiento, no estaba mal.

El objetivo había sido conseguido, habían podido ayudar a los refugiados a marcharse y ahora los Infinitos se centraban en ellos. Por desgracia no todo iba a ir bien y con sus comunicadores lanzaron el aviso para pedir refuerzos. Habían llamado la atención antes de lo previsto y además ya lo habían identificado como psionico por lo que no se guardaría más el poder de sus ataques telepáticos.

Comenzó a percibir las mentes de Infinitos que había en el lugar y uno a uno los infinitos fueron cayendo ante el poder mental de Cable.

La batalla se estaba desarrollando más o menos como Karolina había previsto. Los Exiliados poseían una fuerza muy superior a los soldados de Siniestro. Tan solo hacía falta ver como Spiderman y She-Hulk se habían impuesto físicamente a sus contrincantes.

Daba algo de lástima, como aplastar hormigas. Pero no debían olvidar quién era el enemigo.

Estaba tan ensimismada observando el combate, que la majesdaniana no se dio cuenta de cómo uno de los enemigos saltaba hacia ella. El Infinito la atrapó en su poderoso abrazo y, entonces, los dos comenzaron a caer del cielo.

Pero Karolina sonreía.

- Eres muy valiente - le felicitó mientras se precipitaban hacia el suelo, dejando una estela multicolor tras de sí -. Espero…

Mientras caían, un estallido de luz inundó el campo de batalla. La energía lanzó al Infinito por los aires, haciendo que se estrellase contra el mismo edificio que había usado para propulsarse.

Karolina flotaba a escasos metros del suelo. Aquello había estado cerca.

Se disponía a asistir a sus compañeros cuando vio movimiento en el agujero que había hecho el Infinito en el edificio.

- Oh…

Vio cómo el enemigo se asomaba, agarrándose a los restos de la pared para ayudarse a levantarse. El hormigón crujía y se pulverizaba bajo sus dedos. Se habían vuelto bastante fuertes, no podía negarlo.

Pero Karolina no dudó en atacar de nuevo.

Un chorro de luz multicolor atravesó el aire a gran velocidad y fue a impactar contra el Infinito que se reponía tras el agujero. El ataque emitía un sonido agudo y variable, casi musical. La majesdaniana mantuvo el rayo durante unos segundos. Cuando juzgó que había sido suficiente dejó que se desvaneciese, ahogando su agudo canto.

El hormigón del agujero estaba al rojo vivo. Y el interior del edificio… Bueno, humeaba.

La joven remontó el vuelo y trató de ayudar a sus compañeros.

Las fuerzas combinadas de los Exiliados, aplastaron rápidamente los esfuerzos de los Infinitos. Con un mero pensamiento, Cable apagaba las mentes de aquellas criaturas nacidas de un laboratorio. Le sorprendió que dispusiesen de algún tipo de escudo psi, pero incluso con ellos, sus mentes seguían siendo demasiado simples como para resistir el puro poder psionico de Cable.

La belleza y elegancia de Karolina tan solo fue superada por su abrumador poder. Deslizándose por los cielos con sutileza, aplastó con gran facilidad a los necios que se cruzaban en su camino. Observarla, era como contemplar a una de las deidades propias de los cuentos y leyendas.

Jenn se sentía algo defraudada, esperaba un gran combate, pero las fuerzas de Siniestro demostraron ser figuritas de cristal, que se rompían con gran facilidad si aplicaba sobre ellas una sola pizca de su poder. Una decepción, una gran decepción la invadió cuando todo terminó casi antes de empezar.

Spiderman por su parte, continuaba anticipándose a los movimientos de sus enemigos, convirtiéndose en un enemigo imposible de alcanzar. Después, tan solo necesitaba una buena combinación de telarañas y golpes para acabar el trabajo. Tarea fácil.

-¡Im-impresionate!

Con el último de los Infinitos derrotado, uno de los humanos que corrían por su vida, se acercó hasta los Exiliados observándolos con una mezcla de admiración y curiosidad. Ahora que la veían de cerca, se trataba de una joven de unos diecisiete años más o menos.

-Nunca había visto a nadie vencer a un Infinito, no sin ayuda y un gran esfuerzo. Pero vosotros acabáis de derrotar a una partida de caza sin tan siquiera sudar. ¿Sois de la patrulla X? Da igual... -Interrumpió de pronto, sin darles tiempo a responder. -Tenemos que salir de aquí, dentro de poco esto se llenará de Infinitos y seguramente traerán a los sabuesos con ellos. ¡Vamos! El refugio no está muy lejos, allí podremos ocultarnos. Los mutantes tenemos que mantenernos unidos ¿No creéis?

El resto de sus compañeros, permanecían a cierta distancia prudencial, no se fiaban de los Exiliados y estaba claro que temían su poder.

-Yo soy Helena, aunque aquí todos me llaman Djinn. A veces nos colamos en la ciudadela a por víveres para los nuestros, pero en ocasiones cómo hoy, las cosas no salen muy bien.

El comunicador de los Exialidos soltó un pequeño pitido indicándoles que disponían de un nuevo mensaje. Era Calavera, quién parecía aguardar aún la respuesta de sus compañeros.

"Las fuerzas de los Infinitos se están movilizando. Al menos uno de los seis va con ellos, el tío de los escudos. Tengo a Kitsune a la vista, quizás pueda apresarla y usarla para abrir la puerta. Mantengo la posición, si en 60 segundos no recibo respuesta, pasaré al ataque."

El combate se resolvió rápido aunque habían echo saltar la voz de alarma. Deberían continuar con su misión lo antes posible, aunque una entusiasta mujer salió a su encuentro. Aquello solo podía suponerles retrasos, la mujer no paraba de hablar y cuando mencionó la incursión para conseguir comida, Cable se mantuvo en el aire y sondeo mentalmente al grupo para ver si podía conseguir el camino que estos habían seguido para acceder a la ciudadela. Tener esa información quizá les facilitaría las cosas.

¬ Karolina, Calavera nos espera, no nos entretengamos. Vienen refuerzos y esta gente corre peligro.

Karolina se mantuvo flotando en el aire, su estela luminosa apenas contenida por el traje ambiental. La muchacha a la que habían salvado le cayó en gracia.

- Eres muy amable por invitarnos a tu refugio, pero tenemos cosas que hacer - le dijo con un tono más suave que el que empleaba con su propio equipo -. Poneos a cubierto, porque las cosas se van a poner feas durante las próximas horas. El reinado de Siniestro acaba hoy.

Calavera les hizo llegar entonces un mensaje. ¿Iba a abrir ya la puerta? ¡Aún estaban lejos!

La majesdaniana tecleó rápidamente una respuesta.

"Espera un poco, no estamos en posición."

Ya se habían entretenido demasiado.

- ¡Exiliados, en marcha! - bramó mientras comenzaba a volar en dirección a la ciudadela.

Tras terminar con la jaula, Spider-man se reunio con sus compañeros de un salto, cayendo justo detras de Karolina.

Sintio mucha pena por la pobre Djinn: El entendia perfectamente lo que se sentia resistir dia a dia, temiendo por la seguridad de los que uno amaba. Agradecio de corazon a Karolina: Con esa afirmacion, daba esperanzas a la gente que seguia a la chica. Seria algo tan grande como acabar con Siniestro... Bueno, casi.

Antes de seguir a la lider, puso una mano en el hombro de la jovencita.

-Nosotros nos encargaremos de Siniestro, pero tu tarea es una mas ardua y compleja, me temo dijo Organiza la resistencia, no para la batalla, pero para la reconstruccion. Buena suerte!

De un salto, volvio a columpiarse de un derruido edificio cercano en direccion a la ciudadela.

Cable extendió su poder para obtener información de primera mano de Djinn. La muchacha poseía una voluntad fuerte, de hecho, todos los miembros de la resistencia la tenían. Aunque aquello no le extrañó a Cable, después de todo, tan solo aquellos con un gran deseo de sobrevivir podían soportar la pesadilla que aquel mundo representaba.

Por supuesto, que tuviesen una voluntad fuerte, no significaba nada para Cable. Penetró en la mente de Djinn como un cuchillo atraviesa la mantequilla y no tardó en obtener lo que buscaba. Se movían a través de los viejos conductos de las cloacas. Tenían exploradores recorriendo el laberíntico lugar y marcando las zonas seguras, así cómo las zonas con trampas o criaturas. Las rutas de acceso cambiaban constantemente, rara vez podían usar la misma más de tres o cuatro veces, pero siempre lograban encontrar una forma de colarse en la ciudadela.

-¡Ey! ¡Joder! ¡Esperad! ¡Puedo ayudaros!

Djinn dio unos pocos pasos para tratar de alcanzar a Karolina o a Cable, pero ambos volaban ya lejos de ella. La muchacha se sintió decepcionada y enfadada a partes iguales. Aunque allí estaba Spiderman para consolarla, cayendo a su lado y posando una mano sobre su hombro. La muchacha a su vez, posó su mano sobre la Spiderman a la vez que sus ojos resplandecieron con un intenso color carmesí.

-Puedo ayudar, en serio...

Spiderman no estaba seguro de lo que acababa de suceder, pero sabía que tenía que ponerse en marcha si no quería quedarse atrás. Así que saltó y disparó una de sus telarañas para impulsarse. Había hecho eso mismo miles de veces en el pasado, pero en aquel momento, algo extraño sucedió.

El impulso fue mayor que nunca, era como si de pronto la siempre presente dama gravedad acabase de desvanecerse. Sentía el cuerpo ligero y dominado por un instinto nuevo en él, extendió las manos hacia adelante y avanzó.

Spiderman, el siempre fiel y divertido trapemuros...¡Estaba volando!

Su velocidad era tal, que ni tan siquiera Cable era capaz de alcanzarlo. De alguna forma, había adquirido la capacidad de volar y no solo eso, si no también un don innato para saber cómo usar su nuevo poder. Tal vez fue la emoción de surcar los cielos con una libertad nunca antes descubierta, pero se dejó llevar por su nuevo poder alejándose demasiado de sus compañeros.

Se les adelantó casi dos cientos metros, no era mucho, pero sí más que suficiente cómo para ser el primero en detectar las tres grandes naves que volaban desde la ciudadela, a la posición en la que se encontraban sus compañeros.

Allí arriba, en mitad de los cielos, era un blanco fácil. Las fuerzas de Siniestro no tardarían mucho en verlo, pero una vez más, un nuevo instinto tomó control sobre su cuerpo provocando que Spiderman, se desvaneciese por completo. No solo era capaz de volar, si no también de volverse invisible.

Las tres naves de la ciudadela iban armadas con potentes armas de plasma y cada uno de ellas, transportaba consigo 30 infinitos. Las fuerzas de Siniestro viajaban en el exterior de la nave ancladas mediante un arnés al casco de la propia nave.

-Jefa, parece que el trepamuros sabe volar. Eso me deja a mí cómo la más lenta del grupo. Si quieres, puedo quedarme atrás para entretener a las fuerzas de bienvenida. Eso centrará la atención de los malos en mí, a la vez que permite a los rebeldes escapar.

Jenni acariciaba el vehículo que había tomado Spiderman poco antes a la vez que sonreía traviesa. Estaba claro que no la importaba lo más mínimo meterse en una pelea en inferioridad numérica. De hecho, casi parecía ansiosa por ello.

"¿Ves? Puedo ayudar si me lleváis con vosotros"

La voz de Djinn resonó en la cabeza de Spiderman.

Se quedó absorto al ver a Spiderman volando, algo no estaba bien en aquello o el trepamuros no les había contado todos sus secretos. Pero no tuvo tiempo de pararse a preguntar, sólo miró a Karolina y se encogió de hombros. Las naves de refuerzo de siniestro se abalanzaban sobre ellos y estaban perdiendo más tiempo del necesario poniendo en riesgo a Calavera. Miró a Karolina a la espera de una orden, ¿Se enfrentarían directamente o cargarían hacia la ciudadela a la abertura que les iba a preparar Calavera? Sus ojos se fijaron en las naves, parecía dificil pasar entre ellas y entrar dentro teniendolas en la retarguardia.