Partida Rol por web

El toque gélido del invierno había llegado con fuerza aquel año. Los días, ya de oscuros de por sí en aquellas fechas, lo eran aún más bajo las densas y oscuras nubes que parecían negarse a desvanecerse. Las lluvias constantes y la propia esencia del frío, calaban hondo en las pobres almas de aquellos que deambulaban por la ciudad.

La larga jornada diurna estaba apunto de finalizar para los empleados del banco central. Belinda era una joven puertorriqueña embarazada de siete meses muy querida por el resto de empleados. Llevaba trabajando allí desde hacía ya casi ocho años y se podría decir, que era el corazón del lugar. Aquel día ella se encargaba de supervisar las cuentas, dos empleados más se encontraban ya cerrando sus ventanillas, mientras que el veterano vigilante, Bob, se disponía a cerrar las puertas del banco.

Como siempre había sido un día largo y ajetreado, por lo que todos ansiaban regresar a sus hogares para descansar y acurrucarse con sus seres queridos, en especial, Belinda. Sus vidas no eran especiales, eran sencillamente como las de cualquier otro. Solo eran rostros anónimos para la gran mayoría de los habitantes del mundo, pero para unos pocos, aquellas personas lo eran todo.

La puerta del banco se abrió de pronto asestando un tremendo golpe a Bob. El vigilante, aturdido y desorientado no tuvo tiempo de reaccionar cuando varios hombres armados irrumpieron en el banco. El golpe que uno de ellos le propinó con la escopeta le hizo caer al suelo, saboreando su propia sangre y al borde de la inconsciencia.

Belinda, quién ya se encontraba envuelta en su abrigo y preparada para irse, quedó paralizada por el miedo al ver a los siete hombres armados irrumpir en el banco. Su peor pesadilla había comenzado...

Apenas dos minutos y medio después de su entrada, los criminales salían por la puerta principal portando con ellos grandes bolsas con dinero. Montaron en dos vehículos y se dispusieron a perderse en la noche. Las dos furgonetas no tardarían en separarse, logrando así que fuese más complicado poder cogerlos a todos.

Spiderman no se encuentra muy lejos del banco cuando todo el espectáculo comenzó. En la lejanía pudo ver a los criminales salir, pero no sin antes, escuchar un disparo proveniente del interior del banco. ¿Qué haría el valeroso héroe, cuyo retrato robot ofrecido por la policía, lo situaba como un criminal?

Una vez mas, el sol se ocultaba en el horizonte de Manhattan. Como en las historias que se cuentan a los niños, con la caida de la noche, en Nueva York, salen los monstros a las calles. Bajo la fachada de ciudad moderna y cosmopolitana se oculta una jungla de concreto, y cuando el dia muere, los depredadores salen de sus cubiles a alimentarse, llevandose por delante a la gente corriente.

O lo hacian, hasta que un nuevo tipo de depredador comenzo tambien su caceria nocturna.

Los periodicos lo llaman Spider-man, el Hombre Araña, y el parece hacer lo posible para fomentar esta imagen. Aparecio por primera vez hace ya tres inviernos, y desde entonces ha desbaratado numerosas organizaciones de crimen organizado.

Cuando los gritos y disparos provenientes del banco quebraron la aparente tranquilidad del barrio, una figura de negro se abalanzo a su encuentro, columpiandose desde los edificios cercanos. Dio persecusion a los vehiculos, que amenazaban con dejarlo atras. Tras un poderoso impulso de su red, se arrojo hacia arriba y, desde el aire, apunto a uno de ellos, disparandole desde las muñecas la misma sustancia que usaba para desplazarse. Esta se pego a las ruedas del vehiculo, haciendo que se atascaran y detuvieran la furgoneta con violencia. Uno de los maleantes salio disparado por el parabrisa y volo unos metros antes de quedar desparramado por todo el asfalto. Su compañero salio del maltrecho vehiculo arrastrandose, y fue tambien rociado por la telaraña, anclandolo al piso.

Sin perder un segundo, el vigilante volvio a columpiarse  en direccion a la otra furgoneta, que habia ganado terreno. Se impulso y salio despedido hacia esta, aterrizando el techo y hundiendolo un poco. Esta vez, los criminales respondieron con tiros desde el interior, disparando al techo del vehiculo. Las balas lo atravesaron, pero el perseguidor las esquivo con reflejos casi electricos. Cuando finalmente los balazos cesaron, de una especie de pequeña mochila que el vigilante llevaba surgieron dos pares de extremidades: Piernas de arañas, al parecer mecanicas. Estas se aferraron al vehiculo, retorciendo el metal hasta dejar una abertura en el techo por la que Spider-Man pudo entrar agilmente. Unos segundos despues, tras unos ultimos tiros desesperados, el auto se detuvo poco a poco, chocando suavemente contra una pared. Al terminar de amarrar con su telaraña a los inconscientes maleantes, Peter volvio a columpearse hasta el banco, a ver que podia rescatar de la escena del crimen antes de que la policia llegara.

Las armas escupieron decenas de proyectiles tratando de lograr lo imposible, pero ni tan siquiera un millar de armas más habrían servido para evitar que el justiciero de la noche cayese sobre ellos. Envueltos para regalo y un tanto magullados, los criminales no estaban seguros de contra qué se habían enfrentado. ¿Un demonio? ¿Un hombre? ¿Una araña gigante? Lo único que sabían, era que aquella cosa los visitaría durante las próximas noches en sus pesadillas.

Dejando que la policía se hiciese cargo de ellos, Spider-man regresó al banco. Posándose sobre una de las farolas cercanas, pudo comprobar que dos coches de policía ya se encontraban allí. Emergiendo del interior del banco hecho una verdadera furia, un agente de policía veterano se arrancó la gorra y la arrojó al suelo en un vano intento de liberarse de la ira que lo consumía.

-¡Maldita sea! ¡Era una mujer, una mujer embaraza! ¿Qué clase de monstruo dispara a una mujer embarazada? ¡Maldita sea!

Deslizándose envuelto por las sombras, Spider-man se posiciona en un punto desde donde poder observar el interior del banco. El cuerpo de una mujer embarazada yace en el suelo envuelto en un charco de sangre, uno de los agentes de policía habla por radio, mientras que otro trata de calmar al resto del personal del banco. Un día oscuro para la ciudad, donde una pobre mujer ha muerto por algo tan miserable como unos cuantos miles de dolares.

-¿¡Donde estaba el coche patrulla que debería de acercarse cada anochecer al banco!? Sabíamos que era un objetivo prioritario de la banda del halcón negro ¿Quién tenía que estar aquí?

Bajo el umbral de la puerta del banco, otro agente de policía, el compañero del primero, respira hondo mostrando un rostro agotado.

-La fuga masiva de presos de la prisión estatal ha provocado que se movilicen todas las unidades. Esos fenómenos raros se escaparon y no hemos parado de rastrear la ciudad desde entonces. Hemos tenido varios enfrentamientos, pero tan solo hemos capturado a la mitad...y eso tirando por lo alto.

Mientras hablaban, el sentido arácnido de Spider-man se volvió loco. La sensación de peligro fue abrumadora y entonces algo sucedió. A lo lejos resonó una gran explosión, el cielo quedó iluminado por un gran haz de luz azul tras lo cual, una onda de energía barrió la ciudad. Nada ni nadie escapó de ello, ni tan siquiera el gran Spider-man.

¡Piii! ¡Piii! ¡Piii! ¡Piii! ¡Piii!

El despertador de Peter sonó provocando que abriese los ojos de golpe. Juraría que la onda de energía acababa de golpearlo, provocando un cosquilleo en cada fibra de su ser. Pero ahora despertaba en su cama.

"Buenos días Manhattan, hoy se esperan unas temperaturas de entre ocho y doce grados, con grandes posibilidades de lluvia. Así que será mejor que se abriguen y no se olviden el paraguas en casa. Ahora, para empezar el día nada mejor que un poco de buena música..."

La canción Wake Me Up comenzó a sonar tratando así de animar a todos aquellos que como Peter, madrugaban aquella mañana. Lo más extraño no era despertar en su propia cama, sino que todo eso ya lo había vivido...

Al encender la televisión e incluso al mirar por la ventana se dio cuenta de un extraño y aterrador acontecimiento, de alguna forma había vuelto a al principio del día. Un día donde había estado tan sumamente atareado como reportero, que prácticamente había estado aislado del mundo durante aquel día. En aquellos momentos, disponía de menos de una hora y media para presentarse en el Bugle donde le enviarían al aeropuerto, donde debería de seguir la llegada de un importante dignatario de Wakanda y estar presente durante la entrevista, para tomar unas buenas fotografías.

Peter desperto como si lo hubieran catapultado desde un sueño. Se sento en la cama con urgencia, casi agitado. Juraria que, hasta hacia instantes, podia sentir los efectos de aquel rayo en su cuerpo... Y sin embargo, alli estaba: En su cama, como (casi) todas las mañanas. Todo era tan familiar... Demasiado familiar, de hecho.

Se levanto con paso vacilante, aun tratando de decidir si dar credito a aquel "sueño" o no. De alguna forma, en el fondo, sabia que no lo era: Habia sentido su sentido aracnido con fuerza, casi desesperacion. Pero cuando soñaba, sin importar que fuera, este nunca se activaba: Su instinto parecia darse cuenta de que los peligros oniricos no eran reales, de alguna forma. Y desde luego, estaba aquella explosion de luz azul... Todo esto parecia imposible, pero desde luego, desde hacia unos años que debia de haber descartado esa palabra de su vocabulario: Desde que aquellas arañas lo mordieron y ese "dios araña" lo hizo su avatar, un deja vu (por largo y potente que fuera) deberia ser algo mas bien mundano.

Sacudio la cabeza, tratando de despejar sus dudas: No tenia idea de como esto habria ocurrido, pero de seguro iba a sacarle provecho. Se vistio a toda velocidad, decidido a rehacer su dia y evitar la tragedia en el banco: Apuraria su sesion de fotografias en el aeropuerto y volveria al lugar a esperar a aquellos asesinos. Y esta vez estaria preparado: No habria muertos hoy.

A diferencia del día anterior, Spider-man se apresuró a prepararse para cumplir con su obligación para con el Daily Bugle. Por lo que en aquella ocasión no llegó tarde.

-¡Paaaaarrker! ¡Ah, bien! ¡Ya estás aquí! -J. Jonah Jameson, acababa de asomarse por la puerta de su despacho en busca de Parker. Si algo odiaba era llamar a gritos a alguien y que este no apareciese de inmediato. Algo que sucedió la última vez por un pequeño problema con el ascensor. -¿Ves muchacho? Un periodista de verdad no corre a la escena de una noticia. Un reportero de verdad lo intuye y se adelanta a todos. ¿Sabes por qué Parker está ya aquí? Por la gran patada en el trasero que te voy a dar, si tu cara no me recordase a una jodida pizza de piña, saldrías en portada con mi pie asomando por la bocal. Ahora fuera de mi vista, maldito mocoso. -Steve, un joven reportero en prácticas acababa de derramar el café sobre los pantalones de Jameson, lo cual como cabría esperar, no le sentó nada bien. Así que expulsando de su despacho al joven reportero, hace pasar a Parker.

-Tengo buenas noticias, Stacy ha logrado concertar una entrevista con uno de los embajadores de Wakanda. No sé cómo ese huracán rubio lo hace, pero tendremos la exclusiva. Quiero que vayas con ella, tomes algunas fotos y prepares con Stacy alguna de esas preguntas que tanto te gustan hacer a ti. Durante años Wakanda ha estado cerrada para los extranjeros, pero nuestro gobierno ha estado en negociaciones con ellos para estrechar lazos. Hoy Wakanda dará su respuesta, así que puede ser un momento crucial en la historia de nuestro país.

En realidad no lo sería, Wakanda seguiría cerrada, al menos ante la idea de EEUU de construir una embajada allí. Aunque aceptarían con gusto a un grupo de especialistas, para que estudiasen su historia y costumbres. Por supuesto en enviado de EEUU no estaría muy de acuerdo con esa respuesta y la conversación se alargaría más de dos horas. Después harían un descanso para comer y volverían de nuevo a sumergirse por completo en unas negociaciones que desde un primer momento, Wakanda no iba a aceptar. Finalmente, Stacy y Peter tendrían su momento con el emisario de Wakanda.

En pocas palabras, le esperaba un día muy largo y aburrido...¿O tal vez no?

A través del gran ventanal que hay tras Jameson, Peter puede observar cómo algo se abre paso entre las oscuras nubes que amenazan con desatar una gran tormenta sobre la ciudad. Al principio es algo tan lejano y pequeño, que casi le cuesta enfocarlo. Pero poca a poco su tamaño va aumentando a medida que se acerca a gran velocidad. Aquella cosa, sea lo que sea, avanza a una velocidad terminal dejando una estela de color plateado a su paso.

Un gran estruendo provoca que todos en el Bugle se encojan de miedo y miren a su alrededor. Sea lo que sea aquella cosa, acaba de colisionar contra el parque que se encuentra frente al Bugle. La sirenas de decenas de coches saltan debido a la potencia del impacto y no son pocos los cristales en varias manzanas que estallan hechos pedazos.

-¡Qué diablos! ¡PAAAARKER! ¿Qué hace aún aquí? Si nos atacan los comunistas quiero ser el primero en publicarlo. ¡Vamos! ¡Vaya a investigar!

La buena o mala noticia, era que nada de aquello había sucedido la última vez. ¿Qué significaba aquel cambio en la historia?

En aquella ocasión el viaje entre realidades fue tan solo una ligera molestia sufrida como un ligero mareo momentáneo. Tal vez Sombra fue quién peor lo pasó al verse de golpe envuelto por un haz de luz extremadamente brillante. Fue muy molesto, en especial por no estar esperado para ello, pero tampoco resultó herido.

Manhattan, la ciudad en la que se encontraban, poseía un toque muy de los años 20. Para aquellos adictos al cine, les resultaba fácil imaginarse un local clandestino en la esquina de la calle y a mafiosos trayendo alcohol de contrabando.

Los Exiliados habían aparecido a escasa distancia del hogar de Spider-man. Hank había desechado la idea de hacerlos aparecer en el interior de la vivienda, suponía que eso tan solo acabaría llevando a un confrontación con la que no ganarían nada.

Por desgracia Spider-man no estaba en casa, por cómo se encontraba todo, se había marchado de forma apresurada hacía poco tiempo. Aunque sí había alguien más en casa...

Deslizándose por una de las ventanas, una figura cubierta por un largo abrigo y un pasamontañas, rebuscaba entre las cosas de Spider-man. Lo hacía de forma meticulosa como si buscase algo muy concreto y desde luego, no era ni dinero ni joyas. Cada poco tiempo consultaba su reloj como si pese a todo, tuviese prisa.

Pero aquella no era la única sorpresa que les aguardaba a los Exiliados. Debido a las experiencias vividas y al propio entrenamiento que cada uno de ellos poseía, todos se percataron de que algo estaba atravesando las oscuras nubes de la ciudad. Al principio estaba tan lejos que era imposible distinguirlo, pero según avanzaba, pudieron percatarse de que era algo no demasiado grande. Tal vez del tamaño de una persona que descendía a velocidad terminal. A su paso dejaba una estela de energía de color plateado, rebosante de poder. Segundos después, aquella cosa impactaba contra la tierra. No era un lugar muy lejos de donde se encontraba el Daily Bugle.

-Que lugar tan... pintoresco. ¿Habéis visto al "ladrón? ¿Lo traigo aquí y le hacéis unas preg...? -la pregunta quedó en el aire, a medio pensamiento, cuando Sombra percibió al tipo en velocidad terminal cayendo cerca de aquel edificio, el del gran letrero de Daily Bugle.

La estela de energía plateada no auspiciaba nada bueno. Y era de suponer que Spider-man iría para allí. Ahora la cuestión era qué hacer con el tipo del abrigo.

-Bueno, voy a traer al tipejo del abrigo y luego os teleporto a hasta la zona del impacto, ¿vale?

Sombra no esperó confirmación, probablemente por costumbre de actuar solo, tal vez por abreviar y ahorrarse discusiones estériles y farragosas.

Aquella Tierra era un tanto extraña para Karolina. No era el paisaje al que estaba acostumbrada, pero aún así le trajo ciertos recuerdos de su propia Tierra.

Al menos no era una de esas realidades post-apocalípticas. 

Karolina no estuvo distraída mucho rato, pues Sombra los puso en situación rápidamente. No habían llegado a tiempo para toparse con Spiderman, pero había un misterioso ladrón al que seguramente podrían interrogar.

- Muy bien - convino Karolina ante la sugerencia de Sombra -. Acabemos rápido con esto.

Mientras Sombra obraba su "magia" Karolina se giró hacia Cable.

- Desde esta distancia, ¿puedes averiguar algo de nuestro amigo de la estela plateada? ¿O captar los pensamientos de los transeúntes?

La rápida recuperación tras el viaje hizo que Cable agradeciera que el grupo poseyera la Oroshi y no siguieran en el palacio de Cristal.

Si aquello era Manhatan le resultaba irreconocible, parecía que había viajado al pasado, pero le gustaba el toque a las películas de ganster que tenía aquella realidad. Tendrían que ver que tipo de películas tenían en aquella realidad. Quizás algunas emularan a sus realidades.

Hank les había enviado directamente al lugar donde residía el cabeza de red, por lo que con un rápido escaneo al hogar comunicó al grupo de que este no estaba en casa, sin embargo un polizón, saltó sus alarmas y sin perder un solo instante entro en su mente para averiguar que hacía en casa ajena.

Sintió a sombra haciendo gestos mientras escaneaba la mente del polizón y supuso que estaba intentando hablar a través de la conexión mental, alzó un dedo a sus labios para decirle que no siguiera hablando y después de recibir las intenciones de este, sobre todo el pensamiento dirigido hacia el reloj, cuando estaban metidos en una realidad con un bucle temporal. Quizás fuera el que había puesto la máquina que estaba colapsando todo. Finalmente le cedió la palabra tras obtener lo que necesitaba: - Perdona me he adelantado a escanear su mente, ¿qué decías?

Cuando iba a trasladarles que ya había leído la mente del tipo cuando finalizara la cháchara de sombra, al ver como callaba supo que algo no iba bien. Contempló como un hombre caía desde los cielos, nuevamente su mente viajo hacia aquel hombre, a la velocidad que caía era imposible que Cable llegara a tiempo de cogerlo, pero por lo menos podría saber si era un ser especial como ellos.

- Estoy en ello. le contestó a Karolina centrándose en conseguir su objetivo.

La mente de Cable se extiende abriéndose paso en la del hombre enmascarado. Su nombre real es Fancy Dan, uno de los hombres de confianza de un señor del crimen al que Spider-man había derrotado. Gracias a un informante anónimo al que había pagado una buena cantidad de dinero, se había hecho con una lista que contenía diez nombres. Según su informante, uno de ellos era Spider-man.

Aquella lluviosa mañana se encontraba allí con el único propósito de encontrar alguna evidencia de que Peter Parker fuese Spider-man y así, poder trazar un plan para vengarse. No atacaría impulsado por la rabia, no, se encargaría de reunir a sus antiguos compañeros y ejecutores de la mafia para caer sobre Spider-man y matarlo.

La lectura mental se vio interrumpida cuando un mar de sombras se alzó por doquier y tras envolver al criminal, lo engulleron y arrastraron gracias a las artes místicas de Sombra, hasta el lugar donde se encontraban los Exiliados.

El criminal no era especialmente alto, apenas rozaba el metro cincuenta, pero no se dejó intimidar. Tras parpadear un par de veces por verse de pronto en aquel lugar, no dudó y lanzó un rápido ataque contra Cable. Percibir a Sombra era algo complicado, Karolina era una mujer (Lo cual significaba que no era una amenaza) así que decidió ir a por el único que parecía ser peligroso.

Sus puños se movieron con rapidez y con movimientos fluidos. Estaba claro que sabía cómo luchar con las manos. Su pequeño tamaño y la falta de poderes provocaron que Cable se confiase. Un golpe seco en la boca del estómago fue cuanto necesitó para que Cable se encogiese, momento que aprovechó para con gran maestría, agarrarlo y con una llave propia de un artista marcial, proyectarlo contra el suelo.

Cualquier otro habría recibido un golpe brutal y salvaje, pero Cable por puro instinto, detuvo su caída a escasos centímetros del suelo. Flotando en el aire, volvió a colocarse en posición vertical sin mayor problema.

A sabiendas de que se enfrentaba a algún tipo de fenómeno raro, el criminal desenfundó su arma listo para matar a su atacante. Pero una vez más, las sombras se alzaron y los engulleron por completo, a todos.

El viaje a través de aquel mar de oscuridad era...extraño. De alguna forma y durante meros instantes, el mundo de Karolina y Cable quedó reducido a una densa oscuridad. Acompañada eso sí, de una sensación de frío que recorrió sus cuerpos.

Los Exiliados reaparecieron no muy lejos del lugar del impacto. Se encontraban en la azotea del edificio más alto de la zona, para así, tener una mejor visibilidad del punto de impacto. Abajo en las calles, todo era miedo y desconcierto, muchos corrían pensando que se trataba de una bomba, otros mucho más valientes, se acercaban con cautela al enorme cráter de más de diez metros que se había forma.

Escudriñar las mentes de los civiles no aportó nada interesante a los Exiliados, la gran capa de polvo que se había alzado provocaba que nadie pudiese ver nada. Había sido casi un milagro que el lugar del impacto fuese un parque prácticamente desierto a aquellas horas del día.

Poca a poco, cuando el polvo se fue disipando pudieron ver de qué se trataba. El objeto parecía ser de metal ¿Plata? ¿Mercurio sólido? Era difícil de calificar sin acercarse más. Para Sombra aquello era una gran incógnita, pero Karolina ya había visto algo así en el pasado o al menos, había escuchado historias sobre lo que era ese artefacto. Era la tabla sobre la que viajaba Silver Surfer, el heraldo de Galactus.

Pequeñas explosiones captaron la atención de los Exiliados cuando unas arañas mecánicas comenzaron a surgir de las alcantarillas. Su número era tan elevado, que resultaba imposible contarlas. Su objetivo era bien claro, la tabla de Silver Surfer. Ya fuese mediante grandes saltos o usando sus ametralladoras o sus poderosas patas, se abrían paso destrozando todo lo que se cruzase en su camino (Vehículos en gran parte)

Dos agentes de policía que se acercaban al cráter, no dudaron en desenfundar sus armas para tratar de abatir a las arañas. Los disparos golpeaban los cuerpos de metal de las arañas sin provocarlas en la gran mayoría de las ocasiones, más que daños leves. Las arañas no dudaron y comenzaron a abrir fuego contra todo ser vivo que allí se encontraba. Aquello iba a ser una masacre.

Cable sonreía incrédulo cuando el ladronzuelo sacó el arma, sin embargo la sonrisa se le quitó rápido al ver como era envuelto en sombras. Ese viaje estaba destinado a no gustarle. Al acabar el molesto viaje se encontraban en una de las azoteas situadas cerca del impacto, el caos mental que había entre los civiles no le reveló gran cosa pero la figura plateada y su tabla de surf no le gustaron un pelo. Amenaza para este mundo, renegado o aliado. Aquel misterio se quedó en la cabeza de Cable al ver un insufrible numero de arañas mecánicas aparecer por las alcantarillas intentando llevarse la tabla del plateado y llevándose por delante todo lo que pillaba, incluidos a los policías y civiles. Aquello pintaba mal y no tenía nada que ver con lo que habían venido ellos a hacer allí, el tiempo pasaba en su contra y no tenían más que intromisiones. De las cuales una de ellas estaba a su lado, con un intenso brillo en su ojo sus compañero vieron como Fancy Dan caía al suelo inconsciente. Estaba más seguro inconsciente en la azotea que allí abajo.

- Luego nos ocuparemos de él, tenemos cosas más importantes delante que nos van a retrasar de nuestro trabajo real. Arañas mecánicas y máquinas que ponen al tiempo en bucle. ¿Estarán ambos inventos detras de la misma persona? Dudo que haya dos locos de las máquinas tan avanzados en esta ciudad. les comentó a sus compañeros mentalmente. - ¿Amigo o enemigo? ¿Alguien ha conocido alguna versión del plateado en su realidad? demasiadas preguntas en su cabeza pero aquella era la más importante. Lo primero era detener a las arañas pero ¿y si la mayor amenaza fuera el ser plateado?

Dejo las preguntas a un lado lanzándose de cabeza y en picado del edificio, durante la caída estiro sus brazos y creó un disco bajo sus mano de gran diámetro y con bordes afilados con el que cayó con un gran sonido contra el suelo aplastando a un grupo de arañas que estaban agolpadas juntas. Tras caer sobre el disco Cable rodó por el suelo, se hizo en el aire y comenzó a mover el disco por el área atestada de arañas partiendolas por la mitad y evitando a los civiles. Era imposible protegerlos a todos de aquellos seres mecánicos pero trato de mermar su número para evitar mayores perdidas.

Lo del ladrón resultó ser un problema menor, comparado con lo que acababa de suceder en el centro de la ciudad.

Karolina frunció el ceño mientras observaba el misterioso artefacto. Parecía…

- Creo que es algo poderoso - comunicó a sus compañeros a través del vínculo mental -. No deberíamos dejar que esos bichos lo cojan.

Habían venido a hacer algo completamente distinto. Un reclutamiento, y salvar una realidad de un bucle temporal. Pero lo que decía Cable tenía sentido. Aquel rollo de las arañas mecánicas apestaba a genio malvado, uno capaz de construir la máquina responsable de todo aquel lío.

Karolina se disponía a dar órdenes, pero el psíquico se había lanzado ya al combate.

- Destrozad todas las arañas que podáis, proteged a los civiles - dijo mientras la luz multicolor comenzaba a envolver su cuerpo -. Intentaré cubrir el artefacto.

La majesdaniana saltó de la azotea y comenzó a volar a gran velocidad, en dirección a la tabla plateada. Era consciente de que había que salvar las vidas de los civiles, pero si el supuesto villano se apoderaba de aquel objeto podría haber consecuencias peores para aquella realidad. 

Ser líder consistía en tomar aquel tipo de decisiones...

Esperaba que Cable y Sombra pudiesen aguantar durante unos segundos.

El ladrón era un tipo bajito, común, un criminal del montón, o al menos eso parecía en un principio. Pero ya se sabe lo que pasa con los tipos bajitos, todo lo que no tienen en estatura lo compensan con mala leche. Este era el caso. Cuando Sombra teletransportó al pequeño criminal ante los compañeros, éste decidió que la mejor manera de salir del embrollo en el que se había visto envuelto repentinamente era con los puños. Cable se llevó un buen derechazo a la boca del estómago. Eso debía doler. Pero la cosa no fue a más, no iba a permitirlo. Faltaban un par de décimas de segundo para que Cable se desembarazase del tipejo de una u otra manera, así que Sombra se concentró en volver a viajar, esta vez hasta las sombras más cercanas con buena visibilidad de la zona de impacto del objeto de la estela plateada, fuera lo que fuera.

Tras el paso por el mundo de Sombra, la tenue luz ambiente resultaba casi cegadora. Todos llegaron al destino indemnes, aunque uno de ellos llegó boca abajo y agarrado por un tobillo. Era Fancy Dan y estaba sostenido por la oscura mano de Sombra. Resultaba asombroso cómo con un poco de concentración y algo de magia Sombra era capaz de llegar a tocar el mundo tangible... sin perder su inconsistencia o 2 dimensiones. Sombra se asomó al borde del edificio con total normalidad, como quien lleva un cigarro en la boca y observa la calle desde su balcón.

-Menudo desastre allí abajo, ¿no? -dijo mentalmente- ¿Alguna id...? Vaya, me parece que no vamos a tener tiempo de tomarnos esas copas, chicos -añadió cuando se dio cuenta de la aparición de las arañas mecánicas.

Sombra meneó la cabeza, no, no iba a ser ningún paseo. Bueno, para Sombra sí. Con la del polvo que había todo eran sombras. Aunque aquellos bichos se movían con bastante soltura, seguramente tenían sensores que les permitirían moverse incluso en completa oscuridad. Tendría que aplicarse a destruirlas de una en una, atrayendo su atención. Sonrió y recordó viejos tiempos, aunque como siempre su sonrisa apenas resultó perceptible por su naturaleza.

-Pues vamos a detener una plaga.

Dicho y hecho, Sombra soltó a Fancy Dan sobre la azotea, pero le dio un último susto al dirigirse raudo contra él. En realidad a donde se dirigía era a su sombra, que alcanzó en un momento. Reapareció al instante allí abajo, en medio de todo el caos y ajeno a él, pues el mundo material no podía afectarle. Allí tomó de una sombra un bate de beisbol oscuro, opaco y color mate, una sombra más, pero una sombra tangible que pronto comenzaría a aplastar arañas.

El criminal, un diestro asesino maestro en las artes marciales, nada pudo hacer contra los Exiliados. Los poderes que estos esgrimían eran simplemente abrumadores. Sombra jugueteó con él como un gato haría con un ratón y Cable fue aún más directo y se limitó a apagar su mente.

Los Exiliados tenían ahora otro asunto de mayor importancia del que ocuparse. Cable fue el primero en lanzarse al combate, creando un enorme disco de energía telequinética que usó para segar a las arañas mecánicas. Sombra, haciendo honor a su nombre, se deslizó en el abismal mundo de la oscuridad para emerger instantes después en medio del campo de batalla. Extendiendo su poder, aferró las sombras del lugar otorgándolas sustancia y blandiéndolas como si de un gran bate se tratase. La primera de las arañas salió disparada marcando un Home run para el equipo visitante.

Karolina, a sabiendas de las capacidades combativas de sus compañeros, optó por proteger el codiciado objeto que perseguían las arañas. Una brillante cúpula de luz multicolor envolvió la tabla plateada, de la cual emanaba una gran cantidad de poder. Dos arañas chocaron contra la cúpula de luz sin saber bien a qué se enfrentaban, por lo que simplemente alzaron sus patas metálicas y trataron de derribar la protección sin mucho éxito.

A medida que los segundos pasaban, los Exiliados pudieron contemplar con mayor detalle a las criaturas metálicas a las que se enfrentaban.

Había algo en todo aquello que no cuadraba y entonces por fin, se dieron cuenta. Las arañas estaban formadas por engranajes y diversas partes móviles, pero no tenían ni un solo componente electrónico ni mecánico que explicase su funcionamiento. Pero aquello no era lo más preocupante...

No importaba lo poderosos que fuesen los ataques de los Exiliados, aquellas cosas se volvían a levantar y reconstruir en cuestión de segundos. Era como si algún tipo de energía invisible o poder superior las reconstruyese y dotase de vida.

Aquella situación amenazaba con convertirse en una batalla de desgaste, de la cual, tan solo Sombra podría salir bien parado, al menos del bando de los Exiliados. Después de todo, las sombras no se agotan. Por suerte, segundos después de comenzar la batalla contra las arañas, todas cayeron al suelo desmontadas. Era como si el poder que las mantenía unidas se hubiese esfumado de pronto.

En aquellos momentos de calma, la figura de Cable y Karolina resplandecían como dos grandes héroes y salvadores. Los pocos civiles que permanecían cerca de ellos, los contemplaron con ojos cargados de emoción. ¿Serían aquellos dos extraños salvadores, dioses?

La paz y la admiración duraron poco...

Un gran zumbido que fue creciendo en intensidad provocó que los Exiliados volviese a ponerse en guardia. Un haz de energía intensamente poderoso chocó con fuerza arrolladora contra el escudo de Karolina. La violencia del impacto provocó que todo en varios metros a la redonda saltase por los aires arrasando aún más el hermoso parque donde se encontraban.

Las arañas había caído, pero tan solo para volver a fundirse en nuevos seres de metal. Dos enormes sabuesos cargaron con rapidez contra Cable y Karolina, a la vez que de sus espaldas emergían grandes llamas de fuego. Era difícil saber que representaban ¿Un arma? ¿Alas? ¿Un sistema de autodestrucción?

Pero lo que sin duda era mucho más peligroso, fue la nueva creación que se estaba alzando compuesta por decenas de cuerpos de arañas. Aquella gran bestia de metal era la que acababa de usar uno de sus cañones de energía contra el escudo de Karolina. Una bestia que tan solo había usado la mitad de su potencia de fuego.

Peter reboleo los ojos hastiado cuando JJJ comenzo su larga perorata contra el pobre Steve. Sin embargo, cuando se volvio a el, se puso firme. Jameson era un tipo reacio a mostrar emociones positivas, pero era un hombre honrado, y muy a su pesar, Peter lo tenia en muy alta estima.

Lo escucho distraido, sabiendo de sobra cuales serian las respuestas de los Wakandianos y aun pensando en los sucesos del dia y su estraño deja vu. Sin duda algo estaba cocie-...

Una picazon de su sentido aracnido lo saco de sus cavilaciones y le hizo volver la cabeza hacia la ventana. Al principio, creyo que eran solo nubes de tormenta, pero entorno los ojos y al cabo de unos segundos, algo se forma. Algo que parecia dejar una estela tras de si, y se dirigia al Bugle...

Tras el impacto, se aseguro visualmente de que todos estuvieran bien mientras Jameson le gritaba algo que no llegaba a comprender. Salio disparado hacia la escalera: Le hubiera gustado salir por la ventana de un salto, pero aun ahora no podia develar quien era. En el camino, se colo a una habitacion vacia aprovechandose de la confusion y dejo que su arnes (que siempre vestia en su version dimiuta debajo de la ropa) le pusiera su traje. Cuando estuvo listo, salio por la ventana columpiandose, listo para enfrentarse a lo que sea que fuera esa cosa.

En el exterior reinaba el caos y la destrucción. El antaño hermoso parque que se alzaba frente al Bugle se había visto convertido en un improvisado campo de batalla. Incrustada en un cráter de unos diez metros de diámetro, se encontraba un objeto plateado con forma de tabla. A su alrededor, se había alzado una cúpula de energía multicolor, brillante y poderosa.

Una joven que rondaba los veinte años, de largos cabellos dorados y hermosas facciones, se mantenía junto a la cúpula de energía levitando en el aire, envuelta en una tenue aura también, multicolor. En sus manos poseía una especie de pistola de diseño extraño y parecía prepararse para entrar en combate. A su alrededor, decenas de arañas mecánicas, del tamaño de un perro pequeño, surgían de las alcantarillas y avanzaban directas hacia la tabla plateada, dejando a su paso un sendero de destrucción. Las arañas golpeaban con sus metálicas patas o disparaban proyectiles mediante una especie de pequeño cañón que portaban. No les importaba lo más mínimo causar daño alguno a los civiles.

Metido en medio de una confrontación con las arañas, se alzaba otro individuo también joven, cuyo ojo brillaba cargado de poder. El joven, de una edad similar a la hermosa joven, usaba un enorme disco de energía para segar y acabar con las arañas.

Un poco más allá, prácticamente imperceptible, algo se movía entre las sombras. Un ser o una criatura arrancó las propias sombras de su alrededor para crear ¿un bate? y golpear a una de las arañas arrojándola por los aires.

Las arañas, pese a ser tremendamente peligrosas para los civiles y estar causando grandes daños a la propiedad, no parecían rivales para aquel extraño grupo. Tal vez por eso las arañas cayeron al suelo desmontadas sin previo aviso.

Spider-man pudo fijarse de que las arañas estaban formadas por engranajes y partes móviles, pero no había ni un solo circuito ni nada por el estilo que diese sentido a su condición. Era como si algún tipo de fuerza invisible las manejase a su antojo.

La calma duró poco, pues los restos de las arañas se alzaron formando en esa ocasión, tres nuevos adversarios. Salvo que ahora eran de un tamaño mucho mayor y se mostraban mucho más amenazantes y poderosos.

Los dos primeros eran grandes sabuesos del tamaño de un tigre, en cuya espalda se podían apreciar ardientes llamas. ¿Sería un arma? ¿Un método de autodestrucción? ¿Algún tipo de propulsión? Era difícil de saber, pues aquellas cosas no se movían dentro de los límites de la ciencia, al menos de una ciencia que él conociese.

Las dos bestias no dudaron ni un instante en cargar contra el hombre y la mujer voladores. Sus intenciones eran realmente claras por la forma en la que abrían sus grandes y metálicas mandíbulas.

Pero aquellas dos criaturas no eran las únicas que ponían en peligro los alrededores. Del tamaño de un tanque, una nueva criatura/arma arácnida se alzó. El zumbido de su arma cargándose anticipaba lo que estaba por llegar...

El cañón disparó un haz de energía que golpeó con violencia contra la cúpula multicolor. El impacto fue tan sumamente devastador, que todo en un área de varios metros quedó totalmente arrasado. La cúpula quedó agrietada, pero la hermosa joven con un simple gesto de su mano, provocó que volviese a brillar como nueva.

Otra cosa no, pero aquella situación era cuanto menos original. Pese a todos los enemigos con los que había acabado, el roce que había tenido el superhéroe sombrío con los ingenios tecnológicos había sido más bien pequeño. Todo ese despliege de maquinitas steam-punk le resultaba muy exótico.

-Vale, esas bestezuelas no parecen amigables, pero son poco más que unas memas. Despegáos del suelo, dudo que sepan volar. Yo... creo que esa cosa grandota debe tener un montón de sitios oscuros (o con lucecitas tenues que parpadean y tal), así que me voy a investigar. Si os sobra tiempo y le queréis dar un "zambombazo", no os cortéis, no acabaréis conmigo...

Dicho (telepáticamente) esto, Sombra se desvaneció una vez más entre las sombras del entorno, para intentar reaparecer en el interior del tanque. Si lograba llegar hasta ahí, le esperaba una orgía de caos y destrucción... provocada por él.

El tanque era una máquina que carecía de lógica alguna. En esencia, eran tan solo decenas de piezas conectadas entre ellas, unidas por algún tipo de fuerza invisible. Ni tan siquiera el enorme cañón disponía de ningún tipo de dispositivo para efectuar los disparos, la energía simplemente se almacenaba allí para después, disparar.

Sombra extendió su poder creando enormes púas de oscuridad desde el interior del propio tanque, pero el efecto no fue el deseado. Allá por donde surgían las púas, las piezas que formaban el tanque simplemente se desplazaban evitando ser dañadas. Aquello provocó que el tanque adoptase una forma extraña y amorfa, pero no cesó en su empeño de disparar el cañón.

Lo que Sombra sí pudo percibir, fue un extraño cosquilleo al acercarse al tanque. La energía invisible que mantenía al vehículo unido y en movimiento, eran tan sumamente poderosa, que casi podía alcanzarlo. Aquello le hizo fijarse en la energía carmesí que se acumulaba en el cañón ¡Aquella cosa era capaz de dañarlo!

Mientras, lo sabuesos se desplazaban a gran velocidad por tierra. Una de ellas, aquella que avanzaba directamente hacia Karolina, abrió su gran mandíbulas mostrando un infierno de metal y fuego, pues era como si el interior de aquella cosa estuviese formada de fuego.

Con un salto impensable para una mole de aquel tamaño y peso, el sabueso se propulsó con sus poderosas patas traseras dispuesto a desmembrar a Karolina. Propulsado por las llamas que de pronto surgieron de su espalda, la bestia aceleró su avance sin darle tiempo a reaccionar a Karolina. Aquello sin duda iba a doler.

Pero aquello no era todo, el tanque, pese a su forma amorfa, logró efectuar un disparo. Sombra había sido incapaz de dañarlo, pero su actuación había logrado disipar parte de la energía acumulada por el tanque. Por lo que el haz de energía que surgió del cañón no fue a plena potencia.

Observó atónito como todas las arañas que habían derribado volvían a alzarse cuales Power Ranger uniéndose en el Megazord. Allí algo se les estaba escapando de las manos ya que aquel mundo no parecía que tuviera indicios de aquella tecnología. Alzando el vuelo tal y como había indicado sombra observo como este era incapaz de producir daños a aquel gigante de metal, sin duda los ataques directos iban a ser imposibles ante aquella maquinaria. Alguien debía de estar manejándola desde el exterior, al igual que ocurrió en la simulación de calavera debía dejarlo todo durante unos instantes para separar las mentes de la gente que le rodeaba hasta encontrar la fuente que manejaba desde las sombras aquella máquina y noquearla.

Protegido por su propias defensas telekinéticas concentró su mente en buscar un patrón de pensamiento que comandara los actos de aquellas máquinas y les diera un objetivo.