Partida Rol por web

De repente, un sonido estremecedor irrumpió en lo que en ningún momento había sido un bosque silencioso. Era el rugido, sí, pero los árboles cayendo...¿qué podía hacer? Si se quedaba corría el riesgo de que su árbol también cayera y si bajaba estaba el hecho de que ese monstruo podía encontrarla y devorarla y, a juzgar por lo grande que parecía, dudaba que una persona bajita como Kura supusiera más que un triste bocado para el animal.

No puedo bajar, se dijo, entre que bajo y no bajo ese ser podría estar aquí y todo parece indicar que corre mucho, mucho más que yo. Tomando una decisión, cogió la cuerda que había encontrado en la mochila y se ató por la cintura al árbol a la vez que buscaba la piedra afilada y la sostenía con fuerza. De ese modo, si tenía que liberarse rápidamente podría cortar la cuerda pero si no, quedaría asegurada en el árbol.

Esto tiene toda la pinta de ser una trampa mortal.

- ¿Rastrevíspulas? - maldigo mientras empiezo a correr para apartarme de esos seres infernales.

- Estaría gracioso morir de forma tan estúpida ahora que me he convertido en la mayor amenaza para el resto de los tributos. - pienso mientras intento que no me piquen sus aguijones.

Muerto. Esta muerto. Como todos aquellos en aquella pelea. Pero yo sigo vivo. ¿Durante cuanto tiempo? ¿Que pasara ahora? No puedo evitar mirar a mi alrededor, en la direccion de los cadaveres, lanzando un suspiro, mientras niego con la cabeza. Yo era medico, se supone que no deberia estar alli, todo lo contrario. Yo debería curar al a gente, no matarla.

Mire a Sam. Estaba allí por ella. Para que ella pudiera volver a casa. Lo que significaba que... Cogi aire, negando con la cabeza, con un largo suspiro, no queria pensar en eso ahora. Yo no queria morir. Ninguno de los presentes queria morir, suponia. Lo que me escamaba era cuantos querian matar. Ese era el problema real.

Quien sabe, quizás esta vez si hay un mapa. Siempre cambia. Siempre es distinto. Cuando comienza a hablar de cuantos han muerto, no puedo evitar sentirme mal. Hablabamos de aquello con demasiada frialdad. Habian muerto personas. Y ahora, en frio, lejos del caos de la batalla y la desesperacion, la culpa me perseguia. Creo que algunos mas de seis o siete... yo diria que...  En ese momento, cae la bolsa al suelo, y salen aquellos insectos ¡Mierda!

Tiro de Sam, para echar a correr, alejarme de alli lo antes posible, haciendo aspavientos con la mano libre para espantar aquellos bichos.

Bueno, no está nada mal, pensé mientras miraba el interior de la mochila. Aun estaría mejor, pero sin duda era mejor que nada. Estaba de buen humor al ver que contaba con mas cantidad de equipo del que habría pensado en un momento. Sin embargo, Al oir el zumbido los pelos se me pusieron de punta.

-¡Rastrevíspulas!- Dije con un gemido de miedo. Inmediatamente eché a correr como un loco hacia el bosque mientras a oia al resto hacer el mismo. 

Al escuchar los ruidos a Jonas se le heló la sangre. Aquellos gruñidos no pronosticaban nada bueno. Era de sospechar que luego de terminar en conflicto entre profesionales/no profesionales al Capitolio se le ocurriría algo para "echarle un poco de pimienta" a las cosas. 

Jonas mira a su alrededor buscando el mejor árbol para subirse. Buscaba uno alto y a la vez con mucho follaje. Intentaría subir al que mejor reuniera esas condiciones entre los que tenía a mano. Lo mejor era buscar uno con ramas bajas para tener puntos de apoyo, ya que si no se le dificultaría mucho elevarse. Sabía que tenía poco tiempo, debía tener las manos y los pies firmes antes de intentar el ascenso.

Concéntrate Jonas, tú puedes hacerlo. Se decía a si mismo.

Si podía conseguirlo tendría una posición privilegiada. Tal vez pudiera seguir las viscisitudes de los otros tributos a la vez de ver que era lo que traía aquella alarma. Sin armas mucho mas no podía hacer, sólo observar atento la continuidad de los acontecimientos.

El movimiento de los árboles me da un vuelco al estómago. Lo único que hace que no me caiga del árbol por el miedo y la sorpresa es el hecho de que, sea lo que sea, esa cosa se está alejando de mi. A pesar de eso, tardo varios minutos en bajar del árbol. No quiero arriesgarme, me ha costado demasiado subir como para tener que volver a hacerlo a corto plazo.

Una vez en el suelo, analizo la situación. No sé muy bien qué camino seguir. Todos me parecen igual de inútiles o peligrosos. Tras unos segundos de duda, opto por seguir la misma dirección que hasta ahora. Desandar lo andado no tiene sentido y, este camino, tendrá que acabar en algún sitio. Pero esta vez lo hago andando. Estoy harta de correr. Además, si hay amenazas como esa suelta, necesitaré guardarme las energías para una urgencia.

Los escucho hablar, mirando a mi alrededor, como esperando a que suceda algo. Es como si todo aquello me tuviera tan impactada que ni siquiera parezco ser consciente de lo que implica, de la gente que ha muerto. Mi mente se ha abstraído y ha decidido que aquello debe ser lo más normal del mundo, o que obviar la realidad es la unica forma de no rallar en la locura. 

Entonces reparo en que Marcus ha cogido la última mochila y se dispone a abrirla. Lo observo, no se sabe muy bien si por casualidad, o por ver qué hay dentro de la mochila. Y entonces oigo ese zumbido, y veo como la mochila se mueve. Mis ojos se abren de par en par y, de repente, la mochila estalla, dejando escapar aquel enjambre de bichos.

-¡Joder! ¡Corred!- exclamo, justo cuando Sean tira de mi. Y yo misma echo a correr, a toda la velocidad que me es posible, sin soltarme de Sean, espantando también bichos con una mano.

Estoy preparada para pelear contra mis compañeros, para pelear contra bestias, contra las inclemencias del terreno y del tiempo pero.. ¿Bichos de una mochila? Aquello era demasiado.

-¡No paréis!

Solo podía esperar que esas cosas no se fijasen en mi. Me quedo quieto y me hago un ovillo en el suelo. Lo mejor que podía hacer era dormir hasta que se pasase el peligro. Seguir moviendome sólo aumentaba el riesgo. Necesitaba materiales y agua, ¿Me había equivocado de dirección? Después de una cabezada, me movería hacia el norte.