Partida Rol por web

Al mirar hacia atrás, al único que puedes ver es a Mark.

Pero, por suerte, a la que puedes ver es aquella chica que os estaba provocando. Subida en un árbol, la muchacha del distrito cuatro estaba con una lanza en la mano, haciéndote gestos con la mano.

Con maestría, conseguiste romper una de las ramas más gordas del árbol y, con paciencia, hiciste una especie de escudo. No sería de gran calidad, pero al menos te protegería de algún tipo de ataque.

Ladeo la cabeza y la miro con curiosidad.

-Te has buscado un sitio bien alto. ¿Tienes complejo de lechuza? Además una lanza no te servirá de mucho si aparecen el resto ¿No crees? Siendo como somos mas de uno los que seguimos vivos... ¿De que distrito eras?- Dije mientras la miraba desapasionadamente.

- ¡Y tenemos a un valiente! -

Savera observó perpleja la aparición de la joven. Había salido de la nada y con mucha tranquilidad. Se aseguró de no revelarse todavía, no al menos hasta que pudiera atacarla por la espalda. Ella era una profesional y ella había prometido acabar con los profesionales, sin importar quién sería el ganador. En primer lugar, ella no pensaba sobrevivir tanto, así que esperó un poco a que la joven se moviera. Debía esperar el momento justo para atacarla.

- ¿Sabes quién más queda con vida? - pregunto a Kura mientras permanezco atento a todo lo que me rodea.

- Del cuatro. Y sé que no sirve de nada, pero no sé vosotros pero yo estoy harta de todo esto - hizo un gesto para abarcar todo lo que la rodeaba -. ¿No te parece poco inteligente por mi parte haberos desvelado mi posición cuando vosotros aún no me habíais visto? Hagamos de esto algo justo pero acabemos ya, estoy cansada de ser espectáculo de masas. Y queda en pie la chica pelirroja, la del seis. Está por ahí - dijo señalando con gesto vago el punto donde la había visto hacía un momento.

Sabías que tu oído no te engañaba. Alguien se estaba moviendo en los alrededores. Habías perdido de vista a Savera, podía ser ella perfectamente, o alguien más que había acudido a la convocatoria.

No terminabas de confiar de todo en Kura, pero quizá lo que decía era cierto. Ella quería acabar con todo eso ya, pero no sabías si fiarte del todo
 

Una idea absurda (¿por qué absurda?) hizo presencia en tu mente. ¿Y si ellos tres no querían acabar contigo? ¿Y si, de alguna forma, tenían un plan para que ninguno de vosotros murierais? Esa duda parecía destruir la fortaleza de la que hacías gala.

Savera se cansó de seguir oculta, sabiendo que aquella chica estaba al tanto de su posición, así que salió y se acercó a Mark, aunque mantuvo una distancia prudencial.

- Me llamo Savera, distrito 4. ¿Tu nombre? Si tenemos que concluir con este circo, al menos sería cortés conocer tu nombre - no quería decir que tendrían que matarse, pero creía mejor salir primero antes que Marcus.

- ¿Por qué revelaste tu posición? Es cierto que es extraño y bueno, no es algo muy común de parte de alguien cuyo distrito está catalogado como los profesionales - tenía los cuchillos en sus manos y su posición era erguida, además de alerta. 

Savera quería salir antes que Marcus saliera porque no confiaba en él. Primero, se había aliado con los profesionales, luego los eliminó y se unió a Mark, pero luego él cayó a una grieta y no tuvo intención de ayudarle. Ella lo dejó malherido y a pesar de su intención de ayudarle, éste fingió debilidad con la intención de que Savera lo curara. ¿Para qué? ¿Para poder atacarla por la espalda? Si él aún no había salido era porque tenía algo en mente y Savera no pensaba permitirse ser una víctima suya. Era mejor que fueran los tres para cuando Marcus atacara porque lo haría. Él ya había mostrado la intensa sed de sangre que poseía.

Con cuidado, mira por los arbustos y trata de localizar a Marcus. Sabía que estaba cerca de su posición anterior pero no sabía dónde exactamente.

- Soy Kura - se presentó a su vez. Todos mantenían una distancia prudencial entre sí, salvando las distancias, manteniéndose las miradas a la espera de que alguno diera el paso que les llevara a enzarzarse en una pelea por su vida -. ¿Te parezco profesional? - abrió los brazos ante sí, sin soltar su lanza, mostrando su pequeña estatura -. Que nos enseñen a disparar un arpón contra peces no significa que nos enseñen a matar, o que queramos venir a la Arena, ¿sabes? - por su tono de voz cualquiera diría que se sentía un tanto ofendida -. Creo que ahora mismo los cuatro somos iguales, queremos sobrevivir. Así que tenemos dos opciones. Una, al menos pelear limpiamente y saber quién nos mata o dos, no matarnos y permitir que sean ellos - dijo apuntando con la lanza hacia el cielo - los que nos envíen sus malditos mutos para matarnos sin mancharnos más las manos. Está la tercera opción de intentar sobrevivir los cuatro pero me pregunto cuánto tardaría alguno en atacar a otro por la espalda.

Me rasqué la cabeza con gesto cansado mientras escuchaba las palabras de Kura.

-Te olvidas de que hay una cuarta opción.- Digo serio.- La de pactar una tregua, fingir que todos nos fiamos de todos durante un rato, llenarnos la tripa de una maldita vez y luego, una vez estemos saciados, decidir si nos matamos, si colaboramos o si hacemos el pino como protesta. 

Me encogí de hombros claramente indiferente a la situación.

-No se vosotros pero lo que es yo, tengo un ligero apetito que con gusto saciaré en la mesa mientras os vigilo para evitar que me apuñaléis por debajo de la mesa con un cuchillo de pescado.- Al final dejo salir una sonrisa.

- Debo decir que no es mala idea la de morir con el estómago lleno, pero olvidan algo. Aún hay un tributo del 12 que no ha revelado su escondite y que tiene la capacidad de regenerar sus heridas con gran velocidad - dijo en tono severo y una cara completamente seria.

- Él es quien debe salir y prometer una tregua - observa la comida y luego el bosque. Estaba allí, Kura ya lo había dicho.

Me giro hacia la pelirroja del 6.

- ¿Un tributo del 12? - pregunto enarcando una ceja. Vaya, yo diría que estoy a plena vista.

La pelirroja estaba empezando a perder la cabeza.