Partida Rol por web

- ¿A que viene ese interés por nuestros parientes?. ¿Tenemos que prepararnos para emprender un largo viaje?. - pregunto con indiferencia porque no acabo de ver a donde quiere llegar, pero me agrada la idea de realizar un viaje tan largo. Miro a mi acompañante esperando su respuesta, a ver si eso explica porque nos han llamado a los dos allí.

-Es muy posible Melongaladh, es muy posible- afirma el principe mientras sonríe irónicamente poco antes de tomar nuevamente un trago.

Talin respira profundamente antes de contestar al noble, incluso cerrando los ojos un momento:

-Por mi parte os prometo que me muerdo la lengua al decirlo, pero sabed que preguntas de ese talante no incumben más que a los enanos. Prefiero la ira de un noble humano, por importante que sea, que la de un clan enano. Por otro lado nos tenéis contratados, tal vez podamos serviros a vuestros propósitos, si es que los sabemos, claro... -finaliza el enano intentando con sus palabras estirar un poco de la lengua a su anfitrión.

Hallas mira a Talin con una mezcla de ira, sorpresa y curiosidad

-¿Desde cuando Talin, hijo de Thralin no se pueden tener noticias de otros reinos?, ¿desde cuando los enanos se han encerrado tanto que no se les puede mencionar?. No os pregunto nada extraño, sólo os pido si tenéis noticias sobre vuestros parientes antes de encomendaros una misión, que puede o no tener que ver sobre lo que os pregunto. -Por fin llega al sitial y se sienta lentamente- Además Talin, ¿desde cuando le está prohibido preguntar sobre los enanos a alguien que ostenta el título hereditario de Amigo de los Enanos?

Tras decir esto esboza una sonrisa un tanto irónica mientras observa a Talin fijamente

-No lo sabía, disculpadme -dice Talin, hincando la rodilla al instante, avergonzado- Sólo sé lo que sabría cualquiera de Nogrod: que Moria es un gran reino enano y que siguen extrayendo el preciado mithril, por el que nosotros pagamos cantidades fastuosas de oro y otros metales extraídos de nuestras cada vez más menguadas minas. Pero también dicen que los orcos han empezado a infestar las Montañas Nubladas y a establecerse en cuevas y grutas, amenazándoles y cortando comunicaciones con muchos lugares. Lamento eso y también lamento no poder ayudaros más. Como imaginaréis, en realidad estoy de camino y tratando de ganar una pequeño capital -siendo enano seguramente se refiere a una pequeña fortuna más bien- para establecerme precisamente en Moria, mi señor- y recuperado ya de su metedura de pata, Talin se alza de nuevo (en todo lo que su escasa estatura le permite), aunque ahora con una actitud considerablemente más humilde y respetuosa.

-Levántate Talin. Estás disculpado. En los tiempos que corren es normal ser desconfiado, es más, se ha de ser desconfiado. -Se levanta- La misión que os voy a encomendar os llevará hasta Moria y tal vez Lórien. Acompañaréis a mi nieto, Barahir en misión diplomática a Moria. Necesitaremos de vuestro consejo Talin para tratar con vuestros parientes de Moria, aunque mi título de "Amigo de los Enanos" nos dará derecho a que se nos oiga, muy posiblemente tendremos que lidiar con su desconfianza.

Mira a Melongaladh -Es posible que la ruta que se elija para dirigiros a Moria os acerque a Lórien. Por tal motivo necesitaremos de vuestro consejo y tal vez vuestra mediación maese Megaladh para tratar con ellos. Aún así no es seguro que partáis en esta misión maese Megaladh. Estoy dándole vueltas a enviaros a otro lugar en una misión similar. Aún así ambos os prepararéis para partir, saldréis mañana por la mañana juntos o por separado.

Se vuelve a sentar. -Por cierto Talin, he hablado con vuestro señor, Lord Camiel, no ha puesto impedimentos a dejaros marchar.-

Mientras el enano se ofende, se exalta y se retracta disculpándose, permanezco serio sopesando la idea de acercarme a Lorien. Cuando el enano se levanta añado:

- Como prefiera, ya me informará de su decisión. 

-Mmmmm, ya la he tomado, iréis en la expedición a Moria. No descarto enviaros a vuestro regreso al lugar que tengo en mente, pero antes consultaré con nuestros aliados, ya que es posible que puedan ocuparse ellos. -Toma un trago- Bien, preparados, partís mañana al amanecer. Podéis retiraros.

Al salir de los aposentos de Hallas, os econtráis con un personaje peculiar, no habéis tratado directamente con él por el momento, pero todo el mundo conoce a Wulf, el sargento mayor de la 2 Compañía del Refugio, no tanto por su eficacia, pero si por sus modales. Al veros cruza entre vosotros a empujones.

-¡¡¡A ver por donde vais!!!, ¿¿¿¡¡¡es que no tenéis ojos en la cara!!!???

Tras decir esto sigue su camino.

-Vislumbro el principio de una gran amistad -comenta el enano en un tono grave, difícil todavía de saber si se trata de ironía al referirse a  Wulf o si se estaba refiriendo a su nuevo acompañante élfico.

Eficiente y bien entrenado, como cualquier enano que haya llegado a edad adulta, Talin empacó las pocas posesiones -desde el punto de vista enano- que llevaba encima y a la mañana siguiente, antes del amanecer, ya estaba esperando las instrucciones para su partida. Por supuesto esperaba que le informaran mejor sobre el motivo del viaje, pero con los altivos humanos nunca se sabía y dada el actual clima de desconfianza, lo mismo no se enteraba hasta que lo hubieran comenzado (o ni eso). No, no estaba de buen humor, aunque puede que fuera un rasgo característico suyo.

Ante el comentario del enano y suponiendo que se refiere claramente a la escoria de sargento mayor que acaba de irrumpir en su espacio personal, el elfo mira al enano y dice:

-Tiene nombre de mascota, igual puedes darle galletas cuando aprenda modales.

Después sigue el camino hacia su tienda (aún compartida porque aún no es sargento) y empaca sus escasas pertenencias para emprender el viaje. 

Ah, había leído lo del personaje y la puntualización de que me trataban bien, pero imaginaba que no tanto. Ok entonces.

Corrigiendo mi comentario en la actuación anterior y mediante puntualización del master plaster:

Me dirijo a mi tienda y empaco únicamente lo necesario dejando el resto de mis pertenencias (aunque sean pocas) en mis "aposentos privados". Será un cutrichil de tienda, pero es mía, mía, my preciouuuuuuuuuuuuuuus

A la mañana siguiente un soldado os va a buscar a vuestra tienda y os acompaña a la entrada oriental del campamento. Allí podéis contemplar una compañía de unos cien soldados vestidos con cota de malla y bacinete de acero, armados con una pica pesada de unos tres metros y medio. Entre los soldados hay algunos hombres de armas y al frente de todos, montado en un caballo, un sujeto alto, con ropas gastadas y media coraza élfica, así como una sonrisa de oreja a oreja. Al veros se os acerca.

-¡¡¡Saludos!!!, soy Tarhad, comandante de la compañía Ragh Crann-Sleagha. Vosotros dos debéis ser el elfo y el enano que nos han asignado a esta misión. ¿Me equivoco?

- No te equivocas Tarhad. Mi nombre es Mellongaladh. - Esbozo una media sonrisa y añado. - Bonita coraza.

-Sí, una bonita coraza. No tiene un aspecto muy recio -digo mirando de refilón al elfo- pero el diseño es *bonito*.

Lógicamente, no me molesto en desmentir o aseverar que somos el elfo y el enano, porque es auto-explicativo.

-Soy Talin hijo de Thralin. Me han informado del lugar al que debo acompañaros, pero no el propósito... -comento, dejando espacio al comentario de Tarhad al respecto.