Partida Rol por web

El camarero le saco su bebida a Galmor y Atala lo miró con incredulidad.

¡Galmor! ¿No te iras a beber eso? ¿Verdad? Pero para cuando terminó la pregunta el enano ya tenía la barba llena de espuma. ¿Cómo puede ser que algo en este antro sea consumible?

Atala que seguía mirando incrédula como el enano seguía bebiendo sin hacer caso a nada de alrededor suyo. Que fácil es engañar a un enano. Solo basta con ofrecerle un poco de cerveza y ya no existe otra cosa en el mundo para ellos.

Después observo como el gnomo parecía que se animaba a acompañar al enano, algo que Atala no podía hacer.

Pues yo no me voy a quedar esperando en este lugar asqueroso viendo como te tomas una cerveza tras otra hasta caer inconsciente. ¡Me largo de aquí! Si alguien quiere venir conmigo que venga. Estaré en el edificio del frente que tiene bastante mejor pinta que este y parece que allí podremos alquilar alguna habitación donde podamos dormir tranquilos. Y de paso seguro que podemos encontrar alguien que necesite ayuda en algún trabajo con el que podamos ganarnos la vida.

Atala se queda en la puerta esperando un poco haber si el resto le acompañan o prefieren quedarse a ver como el enano se desmaya entre la cerveza.

Galmor arqueó ligeramente las cejas sorprendido por el ataque de camaradería del gnomo. Al verle la media sonrisa entendió su jugada y sonrió ligeramente también. Pero eso fue solo un instante. Justo el que tardó en hablar la joven guerrera. El enano frunció el ceño y le contestó desafiante - No serás tú quien me tumbe a beber cerveza jovencita .Aún no ha llegado el día en el que Galmor Martillodeplata caiga inconsciente por abusar de  tan buena rubia... 

Cuando el tabernero trajo más cerveza  el enano hizo chocar su jarra con la del gnomo y aprovechando la supuesta confianza que le transmitía le preguntó - decidme Anro... Anrroo... Anhrrooo..... gnomo ¿ qué razones han llevado a uno de los vuestros a dejar las profundidades de la tierra... ? Y mientras esperaba una respuesta, bebió unos pocos sorbos más de su ya casi vacía jarra.

El hombreton ve que ingresa el gnomo y no tarda en entregarle un tarro con el dorado brebaje dentro. Y ante las palabras del enano no puede más que reírse.

- Este no es un lugar para señoritas señor enano. Aquí vienen todos los trabajadores cansados y que quieren escaparse al menos unos momentos de los problemas que hay en su hogar. Le aseguro que no encontrará en otro lugar un espacio más varonil que en el que se encuentra situado en este momento. 

Al parecer eso colmo el vaso de Atala, quien con paso firme toma rumbo hacia la posada en frente de la taberna. 

El dracónido asintió las palabras de la mujer. Era curioso esa hembra, tomaba sus propias decisiones, cosa inaudita en su tribu. allí de donde venía las mujeres procreaban y las decisiones las tomaban los ancianos y venerables. Jamás una hembra iba a salir de aventura. Llevaba poco tiempo con los humanos y no dejaban de sorprenderle, aquella hembra sería capaz de tumbar a un humano fornido no le cabía duda, sabía cuidarse ella misma y no necesitaba ningún varón. esta ocurrencia le hizo sonreír, aunque a la vista de los demás esa sonrisa pasaría totalmente desapercibida.

- Ja ja, estoy completamente de acuerdo con Atala - se atrevió a decir, eras las primeras palabras que brotaban de su gutural garganta desde que habían llegado y casi se sorprendió de oír su propia voz - vámonos señor enano aquí sólo hay suciedad.

Ya decidida a ir hacia la posada, escuchas unas vagas palabras del tabernero mientras te vas caminando: No es lugar para mujeres..... lo más varonil que encontrará....

La posada es una estructura de tres pisos construida enteramente en piedra muy finamente labrada y que se nota es bien mantenida, con un tejado de laja del cual salen varias chimeneas. Mientras vas caminando hacia la puerta notas que en la parte posterior posee algunos edificios más pequeños, depósitos quizás y una caballeriza.

La puerta de ingreso es de madera labrada y una vez adentro ves a una mujer de avanzados 40 años, rubia y con una presencia difícil de pasar por alto.

- Bienvenida - te dice calidamente. - ¿En que puedo ayudarla?

Antes de que puedas decir palabra alguna escuchas la puerta abrirse atrás tuyo y vez al azulado dragonborn hacer aparición.

- ¿Compañero suyo? - le pregunta la mujer a Atala.

Heskan se percata de la reacción de la hermosa hembra para estándares humanos. Estuvo a punto de rugir por el enojo, todos reaccionaban así. Sólo trataba de hacerse un hueco en el mundo "civilizado" de los humanos.
Trata de mantener la compostura y trata de esbozar una sonrisa que posiblemente sólo denotaría una feroz mirada y el efecto sería todavía más impactante para la humana.
- Sí, mi nombre es Heskan y tranquila que no prenderé fuego al local - su voz gutural era todavía más impactante que su fulminante mirada.

Fadrique pareció pensar mejor sus opciones y entró en la taberna.

Mirando con cierto desconsuelo cómo la moza se largaba, Fadrique consideró sus opciones. El estómago era lo primero a las mozas, quizá porque estaba más cerca de su cerebro que sus órganos sexuales, y aquel brebaje había llamado su atención poderosamente.

Cabría hacer un experimento, dijo en su tono habitual, mientras se acercaba al enano y al gnomo, es posible que esta investigación de más frutos de lo que pensaba en un principio.

Otra... se dio cuenta de que debía modificar su tono de voz ...¡Otra para mi, señor!

Mientras esperaba ser servido comentó a sus compañeros de barra: es fascinante qué maravilloso invento es este líquido. Satisface la sed y el hambre al mismo tiempo. Su inventor debería ser ascendido a divinidad, loados sean todos los dioses. Aunque hubiera sido una divinidad menor, yo no habría estado disconforme.
 

Pues parece que los problemas de más de uno van a empeorar aún más- dice el enano en clara alusión a los hombres tirados en la mesa. Y cuidado,  me parece a mí que la "dama" que nos acompaña puede ser más hombre de muchos de tus clientes... 

Heskan, después de estos días de caminata sólo quiero beber una buena cerveza tranquilamente. En cuanto el ambiente empiece a desmadrarse iré a la posada a descansar. No os preocupéis por mí que ya soy mayorcito - contestó el enano al imponente dragonborn

Y el enano permaneció en su lugar entablando una tranquila conversación con el svirf, el único del grupo con el que parecía tener algo en común, al menos la corta estatura y el lugar de origen. A tenor de las preguntas que le hacía a su pequeño compañero Galmor parecía bastante interesado por conocer  el lugar del  que  provenía, el clan al que pertenecía y los motivos que le habían llevado a cambiar las oscuras y tranquilas profundidades por la luminosa y ruidosa tierra exterior.  

El gnomo observo tranquilamente la rabieta de la mujer. –Es oportuno tener en cuenta su carácter, en las profundidades sus palabras hubieran sido una afrenta y posiblemente sus tripas decorasen el lugar donde las pronunciase. Afortunadamente para Atala, Galmor dejo ir sus arengas y se encauzó en hacer la charla.

-Tonterías de la juventud, o al menos eso dijo mi padre cuando le revele que me marchaba. El gnomo sonrió al tiempo que aspiraba profundamente, llenando su pecho del especiado aire de la taberna y daba un sorbo a la cerveza. –Vaya cosas que deben entrar en este lugar, en fin. Dijo al tiempo que su seño se fruncía apenas por un instante, de inmediato su rostro se volvió alegre nuevamente.

–Por cierto, mi nombre completo es Anrührefelsen Sthudnelmeck Verlorenensohn, sin embargo incluso en mi idioma es difícil pronunciarlo. Su sonrisa se ensancha. –Los enanos en Mithral Hall me llamaban Anrüh y los drows o humanos Sthud.  Llámame como te apetezca.

Enseguida su semblante tomo un aspecto meditabundo mientras intentaba explicar la razón por la que se encontraba en la superficie. –Todo tiene un momento de luz, uno de oscuridad y entre ambos uno de travesía. En las profundidades y la superficie se han pasado por ambos instantes, una dualidad en que, en el primero todo es abierto, grandes secretos son descubiertos, los dioses otorgan dones y bendiciones, los maestros enseñan conocimientos trascendentes para el mundo e incluso los planos. Las familias crecen, los poblados fructifican y los grandes reinos construyen sus cimientos sobre los que se engrandecen.

Mientras continuaba su rostro se ensombrecía poco a poco. -Durante la oscuridad muchas cosas se pierden, los conocimientos se encierran y los maestros no hablan, todo gira hacia el yo, nada se da hacia afuera. Un suspiro escapo de sus labios al tiempo que su voz baja el tono mientras se va apagando. –Me temo que está por comenzar la travesía, una gran guerra entre ambas fuerzas, una época de grandes cosas, profecías, vida, muerte… Su voz se apaga.

-Pero en estos momentos solo busco terminar este buen tarro de cerveza. Dice mientras su rostro y animo se recomponen y da un largo sorbo a la jarra, parece que aquel no es un placer desconocido para el pequeño gnomo de las profundidades.

Pues como enano de Mithral Hall que soy Anrhü te llamaré  Claro que sí, eso sí que es un nombre como los dioses mandan, no hace falta más...

Galmor tuvo que pedirse otra cerveza cuando vio que el discurso del Gnomo iba para largo.  Cuanto más hablaba el elocuente Anrhü más bebía el enano, que apenas conseguía entender una o dos palabras de cada 5 por la rapidez con la que el svirf se expresaba. Casi sin pestañear Galmor permanecía todo lo atento que podía mientras, sin dejar de mirar a Amrhü en ningún momento, daba un largo trago a la cerveza, parte de la cual y debido a la falta de atención que estaba prestando al dorado manjar, empezó a chorrear por la impoluta barba del enano manchando y empapando sus trenzas.

Cuando pareció que el gnomo había terminado su discurso, el ojiplático Galmor necesitó unos segundos y varios tragos de cerveza más para asimilar toda la información  que había recibido. Tras eso comento:

Entiendo, pero creo que no has respondido a mi pregunta...  

Has dicho algo de una  guerra entre 2 fuerzas.... Eso me interesa ¿ cuándo fue, Entre qué 2 fuerzas, enanos contra drows quizás?

Y por cierto, mi nombre es Galmor Martillodeplata, Hijo de Valmor de los Yunquedorado ¿ Te dice algo ese nombre...?

Buenas! Dice Atala entrando en el establecimiento de la forma más educada que puede.  Si, tranquila, viene conmigo.

Atala se queda un momento mirando la estancia en la que se encuentra y hace un gesto de aprobación con la cabeza.

Lo siento, pero venimos de la taberna de en frente y casi no lo contamos del ataque de suciedad que hemos recibido. Si podrías traernos algo de comer para los dos y yo beberé un poco de aguamiel. Heskan, es así como te llamas, ¿Verdad? ¿Qué quieres para beber?

- Beberé lo mismo, gracias - hace una leve inclinación de cabeza a modo de agradecimiento.
Espera que Atala se siente para acomodarse. Una vez en la mesa comenta tímidamente:
- La verdad es que estoy impresionado de como se las arregla - trata de elegir bien las palabras - Quiero decir, tengo la impresión de que sabes valerte por ti misma, de donde yo vengo las hembras no tienen no son guerreros y sólo se dedican al cuidado de sus vástagos, no he pasado ni un sólo día sin que los humanos dejen de sorprenderme. Encuentro vuestro mundo un tanto extraño y peculiar.

Atala acompaña a Heskan a la mesa y se sienta en frente de él. Bueno no todas somos así, pero tuve que trabajar desde pequeña y aprender a valerme por mi misma para sobrevivir. Después me fuí de casa de mis padres y entre en una academía militar, donde aprendí a luchar. También he tenido suerte porque alguno de mis ancestros fue orco y he heredado parte de su fuerza lo que me a ayudado mucho a salir adelante y ser quien soy hoy en día, pero no tengo ninguna de sus otras características, lo que es un alivio.

¿Qué es de ti? ¿De donde vienes? Sabes usar la magía, ¿Verdad? ¿Donde la aprendiste? A Atala la atraía todo lo sobrenatural y no dudo en aprovechar la oportunidad para agasajar al reptíl para satisfacer su curiosidad.

- Si, suele ser un lugar bastante peculiar la taberna. - dice con un tono algo triste e indignado, mas su cara cambia repentinamente - Pero aquí lo que ofrecemos es calidad y platos abundantes. Tenemos cordero a la llama acompañado con un buen puré de papas y nuez moscada de menú, pero si quieren pedir algo distinto no hay ningún problema. Piénsenlo mientras les traigo sus bebidas.

Va caminando hasta una pequeña puerta que tiene un símbolo tallado en la puerta de un horno de barro humeando, claramente signo de que allí ha de ser la cocina. Unos segundos más tarde vuelve a su mesa y deja unas muy finas botellas labradas con forma de flor y unos pequeños vasos. Las botellas hacen el efecto de dejar caer el néctar de la flor cual cascada de dorados destellos arcoiris por la unión del vidrio y la luz del sol.

- ¿Y bien? ¿Han decidido?

Haltz, probablemente por la hora del día y la poca clientela del mediodía está presto a servirles apenas ve que no tienen más en el tarro. 

De paso les lleva un cuenco con maní para acompañar el beberaje. 

El gnomo sonríe al tiempo que intenta recordar el nombre que menciona el enano, durante sus viajes a Mithral Hall conoció, por lo menos de vista o nombre,  a muchos enanos…

Fadrique se dedicaba con entusiasmo a su jarra de cerveza. Bebía recatadamente pero con constancia de profesional. Cuando aparecieron los manises hizo lo propio, no dando pie a su lengua para que se entretuviera con charlas, aunque parecía atento a lo que se decía, agradablemente atento a las palabras que cruzaban el enano y el gnomo.

Bajo la férula incansable de sus delicados dedos, que tomaban los manises de uno en uno pero sin descanso, el contenido del cuenco menguaba con rapidez.