Partida Rol por web

El bandido parecía bastante embravecido, y parecía que confiaba en sí mismo. Pero al ver el fuego en las manos de Lya tragó sonoramente saliva, tanto que notasteis cómo ese

El... El viejo ese no vale una mierda. Su poder es el que vale, su poder es lo que queremos, Olott nos dijo que tuviésemos cuidado, y que él era una simple rata, seguro que valía mucho oro. Nuestro... Nuestro jefe vino y descubrió su poder rápidamente. Nosotros vinimos aquí para llevárnoslo con nosotros. No abrió la puerta, y encima intentaron acabar con nosotros.

Parece que le ha entrado algo de pánico.

¡Intentaron acabar con nosotros, mientras que nosotros estamos salvando a esta región de todas las aberraciones mágicas que en ella habitan! Los capturamos y los hacemos luchar entre ellos. Los que pierden se los lleva nuestro jefe, y los que ganan...

Os niega con la cabeza mientras unas gotas de sudor comienzan a bajarle por el rostro

¡No lo sé, pero nos dan mucho oro por ellos si son fuertes!

El enrabietado animal parecía ganar espacio con sus balanceos pero la dasharii apretó los dientes y cerró con fuerza la presa para dejarlo sin aire.

–*¡No! ¡No te digo! ¡Quieto! Ssshhhh, tranquilo, tranquilo. Todo bien. Así, tranquilo, buen chico.*

Alvina se pone a observar sus pensamientos y no le resulta complicado, la mente del bandido es bastante sencilla. Detecta que su mente y su cuerpo desprenden un color marrón. Algunos pensamientos puedes detectar.

Parece que su soberbia inicial ha dejado paso a mucho nerviosismo y tensión.

"¿Fuego?... Kilbo, hijo de put... Y sácame de aquí..."

_{¿Qué quieres falso perro?*}

Te suelta el perro con un apagado ladrido. Parece que el enrabietamiento le está cesando, y lo está haciendo para poder respirar un poco de aire en esa postura que parecía que no se había podido liberar

Un coliseo, esos bastardos los hacen luchar como si fueran simples bestias. Voy a desollar vivo a Olott cuando lo encuentre. - pienso mientras hago sonar las pinzas en el aire.

¿En dónde los tienen y dónde está vuestro campamento? No nos hagas perder el tiempo gusano que ya empiezo a impacientarme y muy pronto lo sentirás en tus carnes. - digo evidentemente exasperado por la sola mención de las luchas clandestinas y el comercio de esclavos.

–*Oh, perdona, no te escucho bien. ¿Crees que si te suelto podrás hablar conmigo sin... aspavientos ni mordiscos?* –ladró la envalentonada pelirroja con una mueca traviesa.

Una vez el cuerpo del animal dio señales de sosiego, la dasharii fue relajando los brazos y abriendo la presa. 

–*Muy bien. Anda, come. Y si te portas bien, te traeré una gran pierna de venado. ¿Cuál es tu nombre? Si no tienes, tendremos que ponerte uno* –continuó en ladridos.

–Bueno, parece que está mas tranquilo ahora, Nornas. Intentaré convencerle para que nos ayude a encontrar a los bandidos –dijo Hrönn en común, mientras se giraba al nervioso clérigo y le posaba una mano sobre el brazo que tenía aferrada la cadena para que se relajara. Luego se percató de la escena que habían montado en un momento y se rió –Ha costado, ¿eh? Esta bestia es un buen ejemplar.

–*¿Te trataban bien esos bandidos? ¿Quieres volver a su campamento? Tenemos tratos con esos amigos tuyos, y necesitamos encontrarlos. Si nos guías hasta el campamento, ganarás tu libertad, ¡y hasta un venado entero! ¿Qué te parece?*

- Vas por el buen camino. Ahora, antes de que mi compañera se ponga caliente de verdad, quiero oír hablar de Kilbo. - La sonrisa de su cara indicaba que Alvina estaba trabajando bien. - Además, si quieres dinero tampoco hay problema en conseguir algo que te motive. Habla y delata al que te ha abandonado y solo tendrás beneficio.

Alatia se mantiene tranquila y relajada.

Sonreí satisfecha con las respuestas que daba, pero tuve que componerme para evitar que se translucieran mis verdaderos sentimientos al escuchar lo que dijo sobre las aberraciones mágicas. Confié en que mis compañeros estuvieran más pendientes del preso que de mí.

Me acerqué hasta él desabrochándole poco a poco su ropa.

- Es buen comienzo. Deja que te ayude a ponerte más cómodo. – le dije sensualmente – Esta ropa debe molestar bastante – quitándosela hasta dejarle en calzoncillos mientras le iba hablando.

- Explícame. ¿Qué clase de aberración mágica os dijo Olett que era el viejo? – siguió con su sensualidad – Hay mucha gente a la que les dicen ratas, pero por muy diversos motivos, ¿verdad? – añadí mirándole con dulzura a los ojos - ¿Qué clase de poder tiene?

- Desde luego han sido muy muy muy estúpidos al no entender que todo lo hacéis por ayudarles. Pobres incomprendidos – seguí con ese tono dulce de niña compasiva sexy. Podía ver con facilidad como tenía una erección involuntaria con los calzones que era lo único de ropa que le había dejado.

Me alejé doblando su ropa con cuidado, dejándola en un lugar apartado donde no se pudiera manchar.

Me giré de nuevo a él y aparecieron unas tenazas con la punta al rojo vivo en mi mano por arte de magia.

- Vamos muy bien. Estoy segura de que no tendremos que usar esto para cortarte ningún dedo. – dije alegre y divertida – Bien, Alatia quiere saber quien es Kilbo y yo quien es tu jefe y dónde está vuestra guarida.

Mientras las mujeres hacen lo suyo, yo sigo concentrado en las herramientas que tenía a mano, pensando en que clavícula dislocaría primero.

¿Tal vez la izquierda, aunque suelen gritar más con la derecha o si sólo le corto los tendones y lo suelto para que caiga al suelo? - me pregunto mientras veo como el hombre está por ser cocido vivo.

¿Van a dejar algo para mi? - pregunto ligeramente preocupado por perderme mi turno de tortura, mientras observo a Lya.

Nornas le tocó el brazo a la bárbaro y le transmitió a ella la guía de Gond.

-Sí. Me temo que ambos lo sois. Un despliegue impresionante, compañera. Por si acaso, ahí va una ayudita. Que la luz de Gond, el forjador del mundo, te ayude.

Estamos cerca... En... En una fortale... Quiero decir... Un... un fuerte, estaba abandonado y lo hemos reforzado. Lo llamamos <<el Fuerte de los Salvados>>.

Su voz balbucea un poco.

Él está extrañado después del comportamiento, y ciertamente le estaba gustando que lo fuese desnudando poco a poco, y parecía que le interesaba bastante Lya. Creía que por haberos dicho algo iba a tener algún tipo de recompensa. En su pecho tenía tatuado unos tentáculos bastante elaborados, los cuales iban en dirección hacia el corazón de aquel bandido.

Él nos dijo que no era un hombre normal y corriente, sino una rata gigante. Podría servirnos como luchador, y luego.. Luego conseguir su peso en oro.

Se ríe con una voz babosona, como si de un magnate de dinero se tratase.

Cuando te alejas, Alatia le pregunta acerca de Kilbo, y en el momento en el que su nombre sale de su boca, él comienza  a palidecer y a echarse hacia atrás.

Al verte acercando con esas pinzas, se echa hacia atrás lo máximo que le permitían aquellas cadenas.

¿Por qué me preguntáis por Kil...? 

Deja la pregunta a medio hacer, y con un gesto casi innato, intentó dirigir su mano hacia su boca, como si la quisiera tapar. Pero las cadenas no le permitían hacer tal cosa. Su rostro era totalmente blanco, como si hubiese visto a alguien que debería haber muerto, levantarse del suelo.

¡¡¿¿Cómo conocéis ese nombre??!! No... no... No puede ser.... ¡Nadie dice su nombre en voz alta!

Agita las cadenas violentamente, intentando romperlas, pero era inútil, estaban perfectamente fijadas a la pared. El tatuaje de su pecho parecía que comenzaba a cambiar de la tonalidad oscura, la más común en los tatuajes, a una tonalidad púrpura totalmente antinatural. Con un simple cruce de miradas todos sabéis que se trata de magia.

Estás oyendo las palabras del bandido, y parece que lo que os está diciendo es cierto; o que al menos la información que os ha proporcionado hasta ahora es veraz.

La mente del bandido parece totalmente alterada. 

¡¡¡No, no, no he dicho nada, por favor, no me hagas nada!!!

Oyes esos gritos nítidamente desde dentro de su mente.

No sabes si no te has percatado hasta ahora, o que siempre han estado allí, pero parece que varias formas serpenteantes de una tonalidad púrpura han aparecido en su mente, y están reptando lentamente a un ritmo constante hacia el centro, donde Alvina se encontraría, y por donde está avanzando, aquella marca púrpura se está manteniendo.

Cuando le sueltas el perro está de pie, recuperando poco a poco aire y la conciencia.

*¿Por qué eres un falso perro? No tengo nombre, vuestra gente me llamaba Destripador. 

Parece que el perro no está comiendo, pero os está mirando con cierto interés, y un tanto de amenaza. 

*Ellos no son mis amigos. Yo quiero luchar y despezadar, ellos no me importan. ¿Libertad? Eso me da igual, yo quiero pelear.

Se ha sentado sobre sus cuartos traseros.

*Quiero matar a lo que hay allí abajo.

Veis como gira su cabeza hacia la silenciosa bodega. Nornas se da cuenta que desde que Berta os dijo que Nager parecía haber recuperado la conciencia, los ladridos del perro había descendido gradualmente.

*Hay más como eso cerca.

Sabes de personas que son capaces de convertirse en bestias, tanto a voluntad, como de manera forzosa, son parte de lo que comúnmente se conoce como licantropía. Algunos se convierten en lobos, en osos, en ratas... Por lo tanto, hay muchas probabilidades de que anciano tabernero, el cual no se encontraba en la taberna, fuese un hombre rata.

*En los bajos fondos se habla de personas capaces de transformarse en ratas y de utilizar ese poder a voluntad para llevar a cabo misiones que un ser humano normal y corriente no podría realizar de manera normal y corriente. Solamente son rumores, aún así...

Esa reacción del tatuaje te ha helado la sangre, desde luego es magia, de eso no hay duda. Pero, ¿qué tipo de magia? No sabrías decirlo, pero ha de ser bastante poderosa, y haberse mantenido en secreto el tiempo suficiente como para desconocer que es.

Piensas que probablemente sea algún tipo de pacto, o magia de unión con otra persona, o entidad. Has leído y oído hablar de amantes que tienen marcas u objetos que reaccionan cuando una de las dos personas piensan en ellos.

*Algunas mafias, en específico las más sofisticadas y con mayores recursos, a veces, utilizan objetos que les avisan en caso de que haya algún soplón en la banda y suelte información.