Partida Rol por web

En menos de media hora, Damion, vuelve y os guía a través de Aguasprofundas hasta la Orden Vigilante de Magos y Protectores cuya sede se encuentra en la Torre de la Orden.

Por el camino, lo poco que veis de la ciudad es que es muy grande, quizás la mayor que habéis visto en toda vuestra vida, hay todo tipo de razas (no malvadas por naturaleza) mayormente humanos pero también enanos, elfos, medianos, semielfos, gnomos y semiorcos. Hay mucho bullicio ya a esta hora temprana. 

Al llegar a la Torre y llamar a la puerta, tras esperar un breve instante os atienden diciendo que sólo pueden entrar practicantes de la magia arcana y que para practicar esa magia en la ciudad deben hacerse del gremio por 40 po.

—Tengo entendido que "buenos días" en un saludo más apropiado —le dijo Dhelen al burócrata que les había atendido, con el sarcasmo rebajado por la sonrisa meliflua—. Me han indicado que pregunte por una elfa llamada Naibrar. ¿Podría hablar con ella, mi buen desconocido?

Oh, buenos días, sí Naibrar la conozco, esperar aquí cierra la puerta de la torre y tras unos breves momentos de espera abren de nuevo, está el señor que os atendió primero que es quien abre la puerta y tras él se adelanta hasta vosotros una elfa rubia de pelo lacio largo rubio y ojos verdes, complexión delgada, una estatura de 1.75m aproximadamente. Muy hermosa, va vestida con una larga túnica color verde a juego con sus ojos y lleva un cetro en su mano izquierda así como un anillo. Al veros dice Saludos, me indicó mi compañero que me buscábais, decidme ¿qué queréis de mi?

Dhelen se olvidó inmediatamente de la misión, de sus compañeros y de todo lo que no fuera aquella hermosa elfa.

Si te digo lo que quiero de ti sin invitarte antes a una copa me pegas un bofetón —pensó para sus adentros con cierta sorna.

—(élfico) Agua dulce y risas ligeras, Naibrar —saludó Dhelen a Naibrar, a la manera tradicional de la Buena Gente y utilizando su idioma—. Yo soy Dhelen Tarvor. Tenemos un amigo común, Maxer Hlarr, el Defensor de Suzail.

El mago regaló a la elfa una sonrisa.

—(élfico) ¿Estás ocupada? Me gustaría invitarte a tomar algo y eh... hablarte de cierta investigación que tengo entre manos.

Thorian se mantiene observante y cauteloso en aquel lugar. Si bien ha conocido muchos lugares en su vida, es mas probable que este comodo en una choza comun escasa de lujos o en campo de batalla. Mientras escucha como Dhelen desborda con palabras que desconose y lo mas probable que halagos, se mantiene a la espectativa.

- Saludos - responde Thorian al saludo de Naibrar. El entiende los motivos por los cuales Dhelen ha estado elogiando a la dama elfa, pero Thorian no comprende del todo esos modos. Tanto tiempo en el monasterio y en la guerra han hecho que pierda el encanto de su juventud. - Me surge una duda, Señorita - Dice temiendo ofender a la doncella. Los elfos son bien conocidos por su longevidad, lo que le dificulta mas el saber la edad de ella. - Es acaso necesario algun permiso para hacer uso de los dones que mi Dios ha otorgado en la ciudad? Me temo que no conozco este lugar, y odiaria causar problemas innecesarios - Esto ultimo dice mientras observa a Alexander. - Sir Alecander, quizas haya tiempo mas adelante de degustar un poco de licor, antes de continuar con nuestra mision. Me sentiria honrado si aprovechasemos esa oportunidad tambien para intentar conocer a la gente del lugar.

Despues del comentario gracioso de Thorian el pensamiento de una montura alada no dura mucho en la cabeza de Alexander ya que  se sorprende al ver la gran metropolis que es Waterdeep, encuentra extraño que sea tan cosmopolita, los lugares que ha recorrido hasta ahora era menos diversos racialmente hablando, no le molesta tal cosa ni mucho menos, le sorprende simplemente, después en la entrada de la torre la belleza de la elfa tambien fascina a Alexander pero desecha cualquier idea que no tenga que ver con su cometido, después se pierde en la conversación en un idioma que no entiende, después responde a la invitación de Thorian 

- me parece buena idea, siempre es bueno tener amigos alli donde vayas.

Naibrar se percata de que los acompañantes de Dhelen no entienden élfico por lo que responde en común en primer lugar oh mi viejo amigo Maxer ¿cómo se encuentra? ahora cambia a élfico estaré encantada de escuchar lo que me tienes que decir tras lo cual sonríe, continúa en común conozco una taberna cerca de aquí "El cazador escarlata" pero antes de ello ¿alguno va a usar magia arcana en la ciudad? si es así ahora es buen momento para pagar la cuota, son 40 po y nunca se sabe cuando va a hacer falta.

Luego vuelve a hablar en común respondiendo a Thorian para la magia divina no hay que pagar al gremio, eso sólo lo tienen que hacer los que usan magia arcana. 

Tras ello se mantiene a la espera de vuestra respuesta.

Dhelen sonrió de medio lado y levantó un dedo.

—Bueno, soy un aficionado al Arte —dijo, aunque sus conocimientos de lo arcano superaban con creces sus palabras—. Me vendrá bien esa licencia. Aquí tienes.

Sacó cuatro monedas de platino de la bolsita y las depositó en la mano de Naibrar. Hecho esto le ofreció el brazo para que caminara junto a él. Guiñó a sus compañeros.

—Bueno Naibrar, ¿de qué conoces al bueno de Maxer? —le preguntó mientras dejaba que les guiara a El Cazador Escarlata—. Estáis... ya sabes, ¿juntos?

Alexander respira aliviado al ver que no hay prohibición ante su magia divina, tampoco es que la use mucho, pero ira mas tranquilo pensando que puede no rompe ninguna ley. Alexander sonríe al ver como Dhelen habla con la elfa.

La elfa coge el dinero se lo entrega al que os abrió la puerta y tras unos breves momentos dan a Dhelen un documento con su nombre y firmado y sellado por el gremio por el cual se le autoriza a usar magia arcana en la ciudad nosotros aquí nos quedamos con una copia del documento por si se te extraviase. 

Después sale Naibrar y os acompaña hacia la taberna mientras habla con Dhelen espera un momento, empieza a decir, Dhelen, ahora caigo fuiste uno de los discípulos de Maxer ¿verdad? lo conozco de hace tiempo como "aficionados" a la magia que somos ambos. Encantada de conocerte en persona. 

 Estáis... ya sabes, ¿juntos?

Oh, no, no tengo ese placer

Mientras habláis llegáis a la taberna tiene un salón común y tres salas independientes, ahora mismo hay una sola mujer que se encarga de todo. El salón principal es pequeño en comparación con otras que conocéis, tiene cinco mesas con cuatro sillas cada una, ahora mismo sólo hay dos mesas ocupadas. Una de ellas hay dos individuos embozados de los cuales no veis sus rasgos. En la otra mesa hay un ciudadano con arreos de pesca. Los tres individuos están desayunando una sopa y tomando un zumo.

En un tablón al lado de una chimenea que caldea el salón principal hay colgado un papel donde pone el menú del día: sopa de rabo de buey, conejo en salsa de jengibre y de beber zumo de pera.

En cuanto llegáis, la tabernera que estaba limpiando se acerca a vosotros saliendo de detrás de la barra ¿qué deseais mis señores? 

Naibrar se gira hacia vosotros ¿sala independiente o salón común?

Alexander sigue al resto a la taberna, se queda mirando el menu... zumo de pera.. desde que dejo du hogar no recuerda haber probado esa fruta, la pregunta de la elfa le saca de sus pensamientos, privada o común??

-Que nos recomiendas tu?

Dhelen devolvió a Alexander la sonrisa cómplice y después contestó a la elfa.

—El placer es mío, Naibrar. Maxxer me ha hablado mucho de ti, pero me gustaría conocerte mejor de primera mano —dijo Dhelen con una sonrisa encantadora—. Cuéntame, ¿cuál es tu función dentro de la Orden Vigilante de Magos y Protectores? ¿Burocracia o ves algo de acción?

El Elegido de Savras acompañó a la elfa hasta la taberna, y le volvió a sonreír.

—¿Mis señores? Oh, por favor, tutéame. Somos colegas en el Arte —dijo y le guiñó un ojo—. Yo no tomaré gran cosa, hemos desayunado hace un momento. Pero no me importaría tomar una segunda taza de kaeth. ¿Tú qué vas a tomar? Nosotros invitamos, claro.

Aunque él prefería el reservado, dejó que Naibrar diera su opinión al respecto.

Por el camino responde a Dhelen de momento burocracia pero si se me necesita debo estar disponible para lo que se tercie, ya sabes.

Una vez en la taberna de acuerdo pues, al reservado mejor, yo tomaré el zumo de pera comenta Naibrar mientras se dirige a una de las salas independientes.

Una vez allí en la sala Naibrar sigue hablando con Dhelen ¿y bien? ¿cual es esa investigación que traéis entre manos? no creo que hayáis venido hasta aquí solo para conocerme tras el comentario sonríe

Al poco de sentaros allí viene la tabernera con el zumo de pera para Naibrar y el kaeth para Dhelen a la par que pregunta ¿los otros señores van a tomar algo?

—Conocerte no ha sido la razón por la que he venido a Aguas Profundas —admitió Dhelen, sonriendo con galantería—, pero puede ser la razón para quedarme. ¿Te han dicho alguna vez que tienes unos ojos muy hermosos, mi querida Naibrar?

Amplió su sonrisa y volvió a compartir una mirada cómplice con sus dos compañeros antes de aclararse la garganta.

—Como miembro de la Orden Vigilante de Magos y Protectores supongo que tendrás acceso a información sobre los magos más importantes de Aguas Profundas... —empezó Dhelen—. ¿Qué nos puedes contar del señor de Bajomontaña?

Ante la no respuesta de Alexander y Thorian, la posadera se va.

Sois muy galante y...atrevido dice sonriendo la elfa. 

¿He escuchado bien?¿preguntas sobre Halaster Capanegra? No te recomiendo que lo busques, está loco y es, quizá, el mago más poderoso que exista. Y no es precisamente una bondad de persona. Ha creado toda una mazmorra bajo la ciudad y se dedica a entretenerse matando aventureros cuando se aburre de jugar con ellos.

Alexander pide un zumo de pera, no recuerda el sabor de la fruta y es pronto para beber algo con mas graduación, el semblante juvial de Alexander cambia al escuchar semejante descripcion del tal capanegra, de ser cierto lo que cuentan, tienen alguna posibilidad con un mago que es tan temido?? Los pocos magos a los que se ha enfrentado le dieron problemas, no concibe que clase de poder tiene ese tal capanegra que parece tener en jaque a la ciudad sin que estos se opongan.

- Nadie en la ciudad ha podido oponerse a ese mago loco? Dice mirando a Naibrar

Thorian no había ido hasta allí para merendar, si merendar, porque Thorian merendaba cuando quería, aunque en ese momento no quería. No obstante pidió un zumo de pera. Grumoso, viscoso, casi era compota, un verdadero insulto para el paladar. ¿Aunque, se podía esperar otra cosa de un zumo de pera? ¡Desde luego que no! 

Se limpió la boca y los pelillos del bigote con la manga. Aún tenía la boca llena de grumos de aquella porquería. ¿Cómo se atrevían a insultar a sus clientes con algo tan desagradable? Aunque a decir verdad, a esa elfa con la que su líder trataba de intimar, parecía gustarle aquel brebaje. Se encogió de hombros. 

- Cosas de elfos supongo... - Pensó. 

Estaba bastante cansado del viaje, pero sobre todo de darle vuelta al asunto que les traía de cabeza. Debían recuperar un libro poderoso, porque una Voz así se lo había ordenado a Alexander y a Dhelen, y aunque eso ya era de por sí bastante sospechoso, se estaban empeñando todos en no ir al grano. Se incluía entre ellos. ¿Había sido el quién había propuesto lo de ir a conocer a la gente del lugar? 

- ¡Por Helm! ¿En qué estás pensando? - Se dijo a si mismo. - Si la voz ha entregado ofrendas de tal calibre a sus elegidos, está claro que el libro es realmente importante. Si hay una facción maligna tras él como sospechamos... - Negó cona cabeza. - ¡Basta de formalismos, paseos de placer y zumos horribles! 

- Supongo que esos somos nosotros. - Le respondió a Alexander. - Hemos venido aquí para algo. - Sonrió. Entonces miró a la elfa. - Dejando de lado los zumos de compota...- Carraspeó. - ...casi me ahogo con él. Tenía que masticarlo... No se... - Meneó la cabeza. - ¡Basta de zumo! - Necesitamos saber cuantos más datos mejor. Lo que nos has dicho solo nos sirve para saber que no va a ser fácil, pero eso ya lo sabíamos... 

Ese extraño brebaje le había despertado al fin. Debían centrarse y dejarse de diplomacia, halagos y sobre todo de brebaje de pera. Si querían llegar al fondo del asunto, debían esforzarse mucho más y ponerse en marcha. ¡Pero hacerlo de verdad!

Dhelen miró a su amigo Thorian con disgusto.

—No sé por qué insistes siempre en pedir zumo de pera —le amonestó el Elegido de Savras—. No solo no te gusta, es que te descompone las tripas. Ya tuve suficiente la última vez. Esta vez yo me voy al truco de la cuerda y tú te quedas fuera.

Aquel al que apodaban Mago Blanco, pero en realidad era negro como la tea bufó para enfatizar su opinión sobre el asunto.

—No es solo un mago loco, mi estimado amigo Galadriel. Antaño fue un Elegido de Mystra, y si se volvió tarumba fue por mantener en pie más hechizos activos en Bajomontaña de lo que ningún otro mago ha intentado en la historia de Faerûn. Mejor si evitamos enfrentarnos a ese hombre. Y decir su nombre también, por lo que pueda suceder.

»Naibrar, encanto —dijo, regalándole una sonrisa de dientes blancos que contrastaba fuertemente con su tez oscura—. ¿Qué nos puedes contar de Bajomontaña? ¿Conoces sus defensas, sus habitantes? ¿Tenéis mapeado alguna parte de sus estancias?

Se mesó el mentón cuadrado.

—¿Tienes algo que hacer esta noche? —agregó.

A ella le gustaba el zumo de pera, siempre cuando estuviera bien exprimido, fuese muy líquido y no tuviera grumos. Cuando comprobó como el señor Kyverion se quejaba de su bebida, la elfa realizó un gesto con la mano mientras canturreaba unas palabras arcanas. Su zumo de pera quedó exquisitamente dulce y en perfecto estado, de modo que tomó un suave sorbo y se limpió los labios con la lengua.

-¿Puedo llamarte señor Tarvor? -preguntó, acomodándose en la silla y cruzándose de piernas. Su túnica era de verde gasa, tan ligera y con una abertura en todo lo largo de la falda, lo que provocó que se atisbara el muslo cuando se acomodó-. Bajomontaña es una fortaleza creada por ya sabéis quién, aunque eso ya lo sabéis, ¿no? Creó su torre de magia, comenzó a aislarse de las personas y se dedicó a atar criaturas de otros planos a este. Luego, eso, hizo lo que dices y terminó por crear una serie de pasajes llenos de trampas que los aventureros descubrieron y trataron de explorar, sin éxito.

Dio otro sorbo a su zumo de pera, disfrutando del sabor.

-Y no, nadie quiere meterse con ya sabéis quién, es un problema de los grandes y un enorme dolor de cabeza -comentó sonriendo-. ¿Qué es lo que queréis hacer en Bajomontaña, exactamente, que necesitáis saber lo que hay en sus salones? ¿Sabéis que anteriormente fue un reino enano?

Dejó el vaso encima de la mesa y apoyó una mejilla sobre la mano, mirando al arcano con interés.

-La verdad es que no tengo planes más allá de esta conversación.

- ¡Un reino enano! - Golpeó sobre la mesa. Su copa de zumo de pera se tambaleó, pero no se derramó una sola gota. ¿Cómo iba a hacerlo si aquello era más sólido que un meritorio? - ¡Siempre es un reino enano! ¡Que sorpresa! ¿Por qué diablos cuando los abandonan no los destruyen hasta sus cimientos? ¡Luego siempre se llenan de gente malcarada y con intenciones perversas! ¡Y todos sus nombres empiezan por Ank... Algo... O algo así...!

Thorian debía relajarse. Él no era así. Parecía que aquel zumo de pera se le había subido a la cabeza. No estaba acostumbrado a ese tipo de brebajes y mucho menos cuando eran tan espesos que empezaban a parecer puré. 

- Lo siento. - Se disculpó. - Creo que me he exaltado un poco. - Dijo con la mirada gacha. Tomó aíre y volvió a alzar la cabeza. - Pero ya saben lo que dicen del zumo de pera... - Se fijó entonces en la elfa. - ¿Cuándo demonios has ido a la peluquería? - Le preguntó. Entonces miró a su taza de zumo de pera. - Ya... El zumo de pera... - Negó con la cabeza. Entonces tomo la jarra y dio un trago de zumo de pera. - Horriblemente adictivo. - Se encogió de hombros. - Entonces no hay planos, ¿eh? - Alzó las cejas y se limpió de nuevo los morros con la manga. - Tenemos que ir a tomar prestado algo que tiene el mago loco. Necesitaremos ayuda. ¿Vendrás? Te podemos compensar con creces. - Le ofreció. - Sobre todo mi amigo. - Ladeó la cabeza hacía Dhelen y sacó una sonrisa.