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A Francesco Foscari, Dux de la Serenísima República de Venecia:

Estimado Francesco, me dirijo a ti mediante la presente para hacerte partícipe de mis buenos deseos y mejores intenciones para contigo y con Venecia. Ambos queremos lo mejor para nuestras casas y nuestros súbditos, pero me preocupa que no todos los príncipes cristianos, y no tan cristianos, deseen lo mismo, pues algunos se comportan como perros rabiosos y aves de rapiña.

Fortuna ha querido que no seamos vecinos directos, pero sí que tengamos vecinos en común que, como tales, pueden suponer una amenaza para ambos. Venecia y Nápoles pueden crecer sin estorbarse, o incluso ayudándose. Toma esta reflexión como una firme declaración de no agresión; que por mi parte no tengo nada contra ti y no levantaré mi brazo contra Venecia si Venecia no amenaza los intereses napolitanos.

Lo dejo a tu sabia consideración.

Un saludo y mis mejores deseos,

Alfonso Rey.

Nos, Sacro Emperador del Imperio Romano Germánico, remitimos esta misiva como respuesta a la previa remitida por Su Majestad Rene d´Anjou, rey de Francia.

Nos place vuestra respuesta, y realmente, convinamos con su alteza en los estrechísimos vínculos que nos unen. Y aceptamos graciosamente vuestra idea de una larga paz de ambos imperios durante la próxima década. También nos congratulamos en aceptar vuestra petición: no impediremos el paso de las fuerzas francesas ni sus movimientos, ni en Turin, ni en Saluzzo. Aunque esperamos que, en el futuro, podamos recibir idéntica cortesía cuando una provincia sea limítrofe de nuestras respectivas propiedades.

Que el Altísimo os guarde y os de sabiduría.

Estimado Mehmed,

Primeramente, deje que me disculpe por la tardanza de esta misiva. Hubiese querido escribirle antes pero asuntos de gran importancia reclamaban mi incondicional atención.

Seguidamente, quisiera mostrarle mi malestar ante las palabras leídas en su misiva, pues pese a mantener buenas relaciones comerciales, un movimiento miliciano como el que indicáis, pretendiendo rodear los territorios venecianos, no sería visto con buenos ojos por los habitantes de dichas provincias.

La peregrina excusa del peligro florentino no sería suficiente para contentar a aquellos que he jurado proteger, máxime cuando es bien sabido que Alfonso I no está contento por la forma en que habéis rodeado los territorios napolitanos, como bien me ha indicado en su misiva.

Por tanto, os ruego no os creéis un segundo foco de conflicto al avanzar vuestras tropas hacia Venecia. De esa forma, podréis contar con nuestro apoyo cuando Nápoles decida poner fin el cerco en el que se ve.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

A la atención del estimo Francesco I Sforza, Duque de Milán.

Primeramente, deje que me disculpe por la tardanza de esta misiva. Hubiese querido escribirle antes pero asuntos de gran importancia reclamaban mi incondicional atención.

No veré hostilidad en la ocupación de Trento, siempre que los territorios venecianos sean respetados en años venideros.

Mis ojos están puestos en Carnola y, de mantener la paz entre nosotros, podremos unir fuerzas en un futuro contra el belicoso emperador Federico III, quien ya me ha hecho llegar misiva en la que me tanteaba mi predispocición hacia las tierras milanesas.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

peligro florentino

Yo no he mencionado en ningún momento Florencia. El peligro es Austria. Y no sólo temo por vos sino también por la seguridad de aquelos de mis súbditos que habitan en la provincia de Serbia.

Solo si marchan día y noche podran mis ejercitos llegar a Serbia al mismo tiempo que Austria tome Croacia y se plante ante mis fronteras.

Me pedis que detenga la marcha de mis hombres pero ¿Qué alternativa proponeis? ¿Cómo esperáis que me defienda de Austria?

Espero vuestra respuesta para enviar la orden a mis hombres de detener su marcha.

Estimado René d'Anjou.

El infiel fue raudo en enviarme misiva con burdas excusas para acerarse a terrenos venecianos con sus tropas así que supongo que habrá intentado alguna argucia similar para querer trasladarse a Sardinia, seguramente hablandoos del peligro napolitano.

Así pues, nos congratula un reparto de las aguas como habéis indicado y el mutuo provecho de una alianza contra el turco.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

Salam aleikum Papa Pio

Muchas son las cosas que nos direrencian, pero son más aún las que compartimos.

Los dos somos cabezas de religión y conocemos la naturaleza humana. Conocemos la importancia de la disciplina y la fé. Conocemos las oscuras pasiones y la ambición que anidan en algunos corazones.

Tanto vos como yo tenemos dos vecinos en común, Nápoles y Venecia. He enviado misivas con mis buenas intenciones a ambos dignatarios y ambos me han contestado con palabras amables. Mas aún es pronto para conocer las verdaderas intenciones de nuestros vecinos comunes.

Si alguno de ellos tuviese negras ambiciones y codicia desmedida, si alguno de ellos quisiera expandirse ocupando nuestros territorios, le insto a que colaboresmos y afrontemos juntos la amenaza.

Le ofrezco una alianza para defendernos mutuamente. No compartimos las mismas creencias pero somos pragmáticos ante todo y vivimos tiempos convulsos.

La paz sea con vos y su Dios le guíe con sabiduría.

Tres dedos han sido rotos al escriba que reprodujo erroneamente mis palabras y os hago llegar mis disculpas por ello.

No obstante, si pretendéis hacernos creer que el austriaco representa un peligro para vosotros como excusa para avanzar vuestras tropas, tendremos que verlo como una clara agresión hacia nosotros y actuar en consecuencia.

Si ya contáis a Austria como un enemigo, estoy seguro que no querréis tener dos en el norte y seguramente prefiráis un futuro aliado cuando Nápoles termine por cansarse de la cercanía de vuestras tropas, como bien me ha hecho saber Alfonso I.

Apreciado Dux

Las tropas austriacas avanzarán en primavera a Eslovenia.

Una vez allí, tan solo Croacia me separará de sus ejercitos.

Sois un vecino muy apreciado para mí. Un vecino al norte es todo cuando deseo. No deseo a Austria como vecino. No ambiciono vuestros territorios, mi lugar es el mediterráneo.

No avanzaré hacia el norte si me dais vuestra palabra de que vos y sólo vos seréis mi vecino al norte. De que vos os ocuparéis de que Austria jamás se acerque a mis fronteras.

Si me lo juráis, ordenaré a mis tropas detener su avance.
 

A Alfonso I de Nápoles.

Me honran vuestras palabras y comparto lo leído en vuestra misiva.

No cruzamos frontera pero sí tenemos otras potencias colindantes en común, como son los Estados Papales y las tierras plagadas de infieles.

A modo de muestra de buena voluntad de cara a mantener las buenas relaciones y prestarnos ayuda en un futuro, os comunico que el turco me ha escrito misiva para tantear mi opinión ante una aproximación por el sur de la península. Por supuesto, he sido tajante en que no me involucraré con un sarraceno y que correré presto a vuestra ayuda si así me lo solicitais.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

Primero informáis de un avance de vuestras tropas y después ofrecéis, a modo de alternativa, el ser protegido de Austria, como si fueséis vos quien hace un favor.

Si Federico III realmente desea atacaros, tal y como vos decís, podréis solicitar ayuda a las potencias vecinas.

Pero retirar una hostilidad y ofrecer como alternativa ser un protectorado, como si fueseis vos con realizáis la dádiva me parece propio de un embaucador.

A Su Santidad Pío III.

Os escribo esta misiva en aras de mantener la cordial relación que siempre hemos mantenido y con intención de evitar los malentendidos que podrían darse si los intereses de ambos coincidiesen.

Por ello, para evitar coincidir en nuestros objetivos, os propongo mover mis tropas a Ferrara y las vuestras a Mantua, de forma que podamos hacer frente al belicoso Franceso I de Milán, quien presupongo comenzará a avanzar hacia el sur.

Quedo pues a espera de vuestra respuesta,

Francesco Foscari
Dux

Estimado Alfonso I Rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Cerdeña, Sicilia y Conde de Barcelona, Rosellón, Cerdaña y Urgel.

Os informo de que he dado órdenes a mi flota en Túnez de avanzar a Western Mediterranean. Si vos avanzáis vuestra flota de Palermo a Tyrrenian Sea, en Verano podré apoyaros para que vos podáis tomar Cerdeña de modo que la tropa que ahora mismo se encuentra anclada en Marsella no pueda detener vuestra conquista.

Una vez controléis Córcega y Cerdeña, nuestras flotas combinadas disuadirán a las demás potencias de fletar navíos.

Atentamente

Mehmed II Fatih, Sultán del Imperio otomano y Califa del islam

A Federico III de Habsburgo,

Escribo esta misiva para haceros saber los sucios tejemanejes que el infiel Mehmed de Turquía está tramando, acusandoos de querer avanzar vuestras tropas contra sus territorios y tratando de inmiscuir a Venecia, de forma que nos enfrentemos entre nosotros.

Por tanto, esperando que el sarraceno no se salga con la suya, me pongo a disposición vuestra para tratar la expansión de nuestros terrenos de forma que no terminemos en enfrentamiento.

Atentamente,

Francesco Foscari
Dux

Salam aleikum Federico III de Habsburgo- Austria Archiduque de Austria y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y Dux Francesco Foscari dirigente de Venecia

Como es natural en principes de vuestro talento y audacia, necesitáis expandir vuestros dominios. Celebro dicha determinación. Sin embargo, como Sultán Otomano no puedo tolerar más de un vecino al norte de mis territorios.

Bajo ningún concepto toleraré que los ejercitos Austriacos se desplieguen en Croacia y al mismo tiempo los de Venecia lo hagan en Dalmatia.

Es por eso que les convino a que hagan un reparto territorial de acuerdo a sus intereses pero que respete mi petición de tener un único vecino.

Espero su contestación y que me informen del reparto pactado.

La paz sea con vos

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam

Salam aleikum Federico III de Habsburgo- Austria Archiduque de Austria y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico

En esta misiva quería reiterarle mis buenos deseos y hacerle ver lo pequeño que es el mundo, pues Venecia no es nuestro único vecino común. Mis navíos surcan el Mediterráneo y pasan con frecuencia frente a las costas francesas.

Puedos ser de gran ayuda en caso de que tengáis un conflicto con Francia. Aunque rezo a Alá para que eso no ocurra pues no anhelo otra cosa que la paz para todos.

Atentamente:

Mehmed II Fatih Sultán del Imperio otomano y Califa del islam

Saludos, Don Alfonso. A decir verdad, vos y el Turco sois los dos únicos grandes líderes con los que no he mantenido contacto, ya que dudo mucho que nuestros intereses lleguen a chocar. Vuestros asuntos navales nos atañen muy poquito, pero no tenemos ningún inconveniente en firmar la paz con Vos: querer buscaros las cosquillas sería tener muchas ganas de cruzar Italia, la verdad.

En cualquier caso, agradecemos el gesto y quedamos a vuestra disposición para lo que fuera menester.

A los pies de su señora,

Francesco I Sforza.

Es curioso eso que me contáis, porque a mí el líder de la casa Habsburgo también me ha hecho llegar su intención de abrirse camino hacia el sur y demostraba poco interés en inmiscuirse en los asuntos milaneses. A decir verdad, no sé cuáles son sus intenciones; espero que no tengáis problemas con él.

Siempre suyo, 

Francesco I Sforza.

Saludos a ambos, agradezco las misivas. No tengo intención de medir mis ejércitos a ninguno de los dos, pues mis inclinaciones son más hacia las artes que hacia las batallas. No tenéis pues que temer por mi.

Guardaos, Alfonso, más bien del turco, pues aunque os cueste creerlo - a mi tuvieron que jurármelo varias personas-, está dispuesto a dejar a un lado la discusión sobre el Dios verdadero para colocaros en medio de una peligrosa pinza de poderes y aislaros en ese sur de Italia que tan buenos caldos produce y tanta envidia suscita.

Respecto a Venecia, quizá esté demasiado lejos para llegar en vuestra ayuda, pero obrad como gustéis.

Mi buen dux Francesco,

Me complace mucho leer tus líneas y ver que estamos de acuerdo en algo que, por otra parte, es estratégicamente claro como el agua.

Sabe que el Turco también me ha escrito para proponerme una alianza; no se puede confiar en esos perros herejes. Más allá de las intenciones que pueda comunicarnos, la situación de sus tierras le deja pocas opciones de actuación; Venecia y Nápoles serán sus objetivos.

Quiero corresponder a tu muestra de buena voluntad informándote de lo siguiente: propuse a Milán y Florencia un tratado de no agresión, informandoles de que quería incluir a Venecia en el mismo. Ambos han respondido positivamente, Sforza sin mención alguna al punto referente a Venecia y Médici dejándolo a mi parecer.

Dejo abierta la posibilidad de que podamos unir fuerzas en un futuro.

Con mis mejores deseos de paz,

Alfonso Rey.