Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 1: Nueva York

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14/11/2013, 21:52
Guardián de los Arcanos

Dentro del sobre hay una carta garrapateada a pluma. No tiene firma ni fecha.

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15/11/2013, 00:54
Chester Field

Chester, curioso por naturaleza, espera junto a Sutton a que abra el sobre, mirando un poco por encima de su hombro.

Entregar a cualquier miembro de la expedición... vaya, que me aspen si esto no es de lo más misterioso.

De repente, el instinto de perro callejero se despierta en Chester y trata de alcanzar al vagabundo antes de que se vaya.

Disculpe, buen hombre; ¿quizás por 25 centavos más podría darme una descripción del hombre - o la mujer - que le dio el encargo?

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15/11/2013, 10:31
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Sutton, aunque sorprendido, no pudo evitar la costumbre de meter la mano en su bolsillo y colocar en la mano del desastrado hombre un billete, como si de cualquier botones del hotel se tratase.

Abre el sobre con cuidado y lee la carta, frunciendo ligeramente el ceño según avanzan las líneas y levantando el rostro, confundido, en busca del hombre tras terminar la carta.

Notas de juego

No sé si da tiempo a pillarle o ya ha salido del hotel.

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15/11/2013, 22:35
(Capítulo 1) Eric Ruyler

El tipo, que se va algo asustado por el resultado de su recado, por el pecunio ingente que le está reportando, está haciendo cola para salir por la puerta giratoria, así que es fácil que sea alcanzado por Field...

Claro señor, encantado, me va de perlas. El hombre que me dio la nota se ha ido hace un buen rato, yo estaba esperando aquí, ya que a veces pasa un contratista de carreteras y nos coge a alguno para ir a cargar grava. Era un hombre más joven que yo, pálido... pelo rubio, corto, ehh... cara redonda, bien afeitado y vestido de lo más normal. Chaqueta, pantalón normales, quiero decir.

Morehouse Bryce, que también se ha quedado a ver qué era eso de la nota, observa interesado al tipo.

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15/11/2013, 22:42
(Starkweather-Moore, científico) Morehouse Bryce

Vaaaya. Una nota. ¿Se puede saber lo que dice, señor Sutton? El más serio de la pareja conocida por "los chavales" no es serio para nada, lo que pasa es que Timoty Cartier está todo el rato haciendo niñerías. Para ser paleontologos no está mal. Parecería que tendrían que ser dos viejos fósiles. Pero nada de eso. En cambio, respiran juventud.

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17/11/2013, 06:03
Chester Field

Pálido, pelo rubio, corto, cara redonda, bien afeitado y vestido de lo más normal. Sin duda que aquella descripción no pasaría a la historia como el más brillante ejemplo de prosopografía de todos los tiempos, pero menos daba una piedra.

De acuerdo, muchas gracias. Si alguna vez vuelve a verle, no dude en hacérnoslo saber; estaríamos encantados de hablar con él.

Chester aún no se había enterado del contenido de la carta, pero suponía que alguien interesado en esconder su identidad era alguien a quien valía la pena conocer.

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17/11/2013, 11:07
Maggie O'Connel

Maggie levantó una ceja, curiosa, pero ya se habían formulado las preguntas así que no merecía le pena insistir.

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17/11/2013, 17:21
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Oh. - dijo Sutton agitando la mano en respuesta a Bryce. - Un reportero más molesto de lo normal - sonríe para quitar importancia al asunto - que trata de concentrar una reunión extra para un articulo más detallado.

Todos sabemos lo que se sulfuraría el Señor Startkweather si supiera que se publican detalles extras de la expedición.

Se acerca al hombre mientras se guarda la nota en el bolsillo de interior de la chaqueta y se aproxima al hombre que la entregó, a tiempo para escuchar el final de la descripción.

Al ver que no Field ya había averiguado lo que necesitaba, no insistió más al hombre.

Otro día de estiba en el Gabrielle. - dijo con su habitual sonrisa dándo una palmada al fotógrafo y dirigéndose a la salida.

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17/11/2013, 17:26
Lord Anthony Montagu-Sutton III
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

Iba a tirarla oculta desde el principio pero no me di cuenta, la repito y asume el segundo resultado sin problema ^^

Entiendo que, al ser una mentira, tendría que tirar de cara a Bryce; al resto y a Moore informaré según vaya estando en privado con ellos.

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17/11/2013, 19:43
Guardián de los Arcanos

Te da la impresión de que el hombre es sincero, de que no está complicado en nada extraño, sino que dice la verdad.

- Tiradas (6)
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17/11/2013, 19:48
Guardián de los Arcanos

Te da la impresión de que el hombre es sincero, de que no está complicado en nada extraño, sino que dice la verdad.

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17/11/2013, 19:57
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Moore que se estaba acercando (por el lado de la puerta giratoria por el que se entra) escucha las últimas palabras de Sutton. ¿Un reportero? Bien, ya sabe, resuélvalo. Y vuelve a salir.

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18/11/2013, 00:40
Chester Field
Sólo para el director

¿Y Mr. Sutton, también suena sincero respecto al contenido de la carta? Que no me fío yo de los millonetis con ansias aventureras... :P

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18/11/2013, 01:26
Guardián de los Arcanos

Sutton, parece sincero.

- Tiradas (1)
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18/11/2013, 01:29
Guardián de los Arcanos
Sólo para el director
- Tiradas (5)
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18/11/2013, 01:35
Guardián de los Arcanos

Cuando Sutton mira la nota, has notado una inmovilidad en su rostro poco natural. Te da la impresión de que el contenido de la misma no puede ser una simple nota de un reportero. Por supuesto, su actitud es la de siempre, humor cínico o irónico, pero esa inmovilidad inicial permanece por la forma en que ves que envara el cuello al hablar.

Luego pone una mano sobre el bolsillo donde la ha guardado, en el bolsillo interior de la chaqueta, cuando ya la había retirado. Así obra quien lleva, por ejemplo, más dinero de lo habitual, o quien acaba de guardar las llaves y se asegura, un minuto después, de que sale de casa con ellas.

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18/11/2013, 01:40
Guardián de los Arcanos

Cuando Sutton mira la nota, has notado una inmovilidad en su rostro poco natural. Te da la impresión de que el contenido de la misma no puede ser una simple nota de un reportero. Por supuesto, su actitud es la de siempre, humor cínico o irónico, pero esa inmovilidad inicial permanece por la forma en que ves que envara el cuello al hablar.

Luego pone una mano sobre el bolsillo donde la ha guardado, en el bolsillo interior de la chaqueta, cuando ya la había retirado. Así obra quien lleva, por ejemplo, más dinero de lo habitual, o quien acaba de guardar las llaves y se asegura, un minuto después, de que sale de casa con ellas.

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18/11/2013, 20:00
(Starkweather-Moore, científico) Morehouse Bryce

Morehouse sonríe. Vaya con los muchachos, prueban con todo su arsenal.

Saluda a Timoty Cartier, que está haciendo el bobochorras tras el cristal de la puerta, y va a reunirse con él haciendo un gesto de divertido hastío ante las monerías de su ayudante.

- Tiradas (1)
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18/11/2013, 20:04
Director

MARTES 5 DE SEPTIEMBRE

En algunos periódicos marcadamente amarillos, esa misma mañana:

 

 

Una vez subidos a los coches y traspasado el embotellamiento mañanero, Moore os reúne a todos a las puertas de vuestro sector de carga portuario, justo antes de la verja, y pide a Jim que salga fuera. Jim, para salir, tiene que abrir más candados de los que recordáis. Además, lleva una carpeta que entrega a Moore. Moore os reparte los pases, de los que Jim guarda copia por cada uno de vosotros. En estos hay que apuntar las horas de entrada y salida y, como en el más vulgar de los trabajos de oficina, fichar diariamente.

Podéis observar que, además, Jim tiene un compañero. Un tipo con cara de bestia que, vestido con un uniforme que le viene pequeño, vaga por ahí, mirando mal a todo quisque.

Rellenáis, firmáis y sellan vuestras fichas. Se os advierte que las guardéis con mucho celo. Tras eso, se os presenta oficialmente a toda la tripulación del SS Gabrielle, que, a falta de que venga el Comandante Douglas, está ya al pleno. De hecho, el pobre Turlow, que ha estado al pie del cañón todos estos días, tras ser relevado por los otros tres oficiales al mando, se va a dormir diez horas seguidas. 

¿Que más queda, sino ponerse al trabajo? Todo el mundo adopta la estrategia a la que llegaron Menez y Pickwell por cauces separados: anotan en una hoja a parte todo lo que ven, y hablan de ello por turno tanto en la comida como en la cena. Hasta ahora ha resultado más de ayuda que de estorbo.

Comienza Hirch con sus entrevistados del día: Gilmore, Griffith, Halperin, Huston y Laroche. La tarde la dedica a ver si puede hallar el armazón central con tuberías de taladro, parte muy importante de la taladradora... O'Toul está con él toda la tarde en este menester, con sus comentarios capciosos sobre miembros menos respetables de la comunidad expedicionaria... pero tremendamente puntilloso en lo que respecta al cumplimiento de su deber para con su adorada máquina. Está claro que a este hombre no le sorprendería que su adorado Dios fuera, en realidad, alguna especie de taladradora mística. Y aparece dicha armazón que, por otra parte, no se puede distinguir de cualquier otra parte del buque, ya que consta de tuberías y de piezas para armar... algo así como un mecano gigante.

Sutton, a lo largo del día, encuentra y cataloga varios artículos: las seis capotas térmicas aislantes para cubrir los motores, por las que el equipo de mecánicos estaba plañendo hace días. Encuentra, también, a Field trasteando con el siguiente artículo que busca: una cámara de cine, pequeña pero excelente, trípodes, para usar en el suelo y para acoplar a un avión o a un trineo y una montaña de latas de película de material especialmente grueso y tratado para que no se vuelva demasiado quebradizo con el frío. Amable pero firmemente, empaqueta y cataloga todo, tras comprobar que Field está conforme con su funcionamiento. Las dos guitarras andan por ahí, aunque, en realidad, lo que tiene la expedición es a un virtuoso del Ukelele, en la persona de "Colt" Houston. Las armónicas le llevan el resto de la tarde. Finalmente aparece... el estuche roto, escondido en un rincón. Parece que alguien ha robado las armónicas. Echando pestes por el tiempo perdido, más que nada, reemplaza las mismas (tras fichar su salida y entrada con el amigo Jim) a un módico precio de ocho dólares la unidad y el estuche de regalo. Cataloga todo y acaba su jornada con un suspiro.

Field, aparte de trastear en el equipo fotográfico, se ha hecho casi un refugio en la bodega de entrecubiertas 3. Encuentra los lienzos y los sacos de dormir, las cajas de cerillas "lifebeat", las dos banderas, que están muy dobladas en una caja de madera de cerezo... que alguien ha guardado tan bien que casi no aparecen. Confirma de Silkes que han llegado las botas de nieve, y que están bien, y que también han llegado los diez pares de esquíes, con sus fijaciones y sus palos... En esas ha llegado ya la tarde, y se entretiene comprobando que las doce palas y las seis hachas están en correcto estado de revista y afilado... A Field, en conjunto, el día le parece muy provechoso. Solo teme terminar con esta lista y encontrar, tal y como le ha pasado a Sutton, una más larga todavía.

Menez que, aunque más lenta que los demás, va avanzando poco a poco. Encuentra las hachas para cortar el hielo, que comprueba junto con el muy callado y frío Nils Sorensen y al que retiene para buscar los trineos Nansen... 8 estructuras de tres metros y medio de largo, que no se pierden así como así... aunque lo suyo cuesta encontrarlos. Tras comprobar que los trineos están correctamente montados pasa a lo siguiente, que sigue requiriendo la ayuda del callado montañero: muy cerca están embalados (hay que desembalar, probar y volver a embalar) los cronómetros y medidores para los trineos. Es de la máxima importancia que, junto con un sextante y un mapa, cada grupo de trineos pueda calcular su posición sabiendo cuánto tiempo y a qué velocidad se ha movido, y así saber qué lugar han alcanzado. Nils, siempre mortalmente silencioso y serio, comprueba minuciosamente que los cronómetros y el equipo de medición están bien. Después, él y Menez embalan, sellan y consignan todo. El resto del día transcurre perdiendo el tiempo en dar vueltas, ya que la tropa de marineros que ha llegado ha estado moviendo bultos, para cargar sus propios materiales y, aunque lo "han dejado todo en su sitio después" tal y como dicen, a ella no le parece así... y se queda confusa y desanimada, moviendo cosas aparentemente al azar.

Pickwell pierde mucho tiempo por la mañana intentando hallar el cemento. Una inspección minuciosa le convence de que, sencillamente no está. Luego, mirando los albaranes, se da cuenta de que el número coincide con el del timón de repuesto... dado que el timón está, el error deben ser los sacos. Bien, si no es tan caro, al fin y al cabo. Son sacos de cemento que, a 50 centavos se encuentran en cualquier polígono industrial... el problema es que son 40 sacos. Los pide, contrata el porte, habla con Jim, el guardia, para que le avisen cuando lleguen, y sigue con la lista. Otro problemón: los estuches de dinamita de amonio-gelatina no han llegado. Afortunadamente mira bien todos los papeles, y Moore es un hombre ordenado, así que encuentra el problema en el correo todavía sin abrir que espera a Starkweather en la mesa. Ahí ve unas cuantas cartas de la empresa suministradora Giordano's. Abre una... en ella se advierte al jefe de que su pedido no podrá ser entregado a menos que el firmante del pedido vaya a New Jersey a pedir la licencia preceptiva, a causa de una ley vigente ahí. Así que, para resolver esta contrariedad hay que localizar a Moore o a Starkweather, para que vayan a Newark a mantener un par de entrevistas con la policía del estado de New Jersey y adquirir esa licencia, antes de que la dinamita se pueda entregar. En las otras dos cartas dice, más o menos, lo mismo, pero la tercera amenaza veladamente con una denuncia a las autoridades. Localizar a Moore no le lleva mucho. Entregarle las cartas dirigidas a Starkweather tampoco. Una vez el asunto queda en manos de Moore, sigue con su lista. Los grupos electrógenos aparecen con facilidad, así como las mazas y los martillos. Al final del día, cuando está bebiendo un vaso de agua junto a la verja, con Jim, aparece el camión con el cemento y, para rematar la jornada, se tiene que descargar, subir al barco y estibar los cuarenta sacos, tras pedir ayuda al equipo de operarios, que casi están empacando para ir a descansar. Pickwell y los operarios aparecen tarde para cenar, completamente cansados del trabajo, y Pickwell muy preocupado por la dinamita. Al comentar el tema con Moore, se entera de que Starkweather ha ido a Newark durante la tarde, pasará la noche ahí y mañana volverá con el material.

Todo el mundo ha trabajado lo suyo, pero el ambiente ha sido enriquecido desde que, a las 12 del mediodía, han llegado los perros en un camión de transporte de animales: 36 perros de raza malamute. Llegan asfixiados y nerviosos. Las tres manadas separaradas de manera precaria por unas divisiones poco resistentes que están a punto de ser destrozadas.

Todo el equipo de perreros y de guías polares se apresura a ayudar. Fiskarson, Nils y Gunnar Sorensen, Snabjorn, Silkes y O'Connel, bajo las órdenes de Pulaski, el jefe de trineos, consiguen impedir que las peores peleas se eviten, y que, de paso, se vayan estableciendo algunos principios de jerarquía, distinguiendo a los perros y perras más activos. Lleva toda la mañana, y un par de orejas casi arrancadas a mordiscos (de perros, no de personas). Snabjorn se aplica en curar las heridas, asustado por las infecciones que pueda provocar la temperatura que hace (calor, mucho calor). Una vez instalados en sus jaulas, alimentados, sombreados y dados de beber, los perreros se aplican a trabajar con ellos, con el concurso, de vez en cuando, de todo el equipo de guías.

Así pues O'Connel está entretenida la primera parte del día, ya que, aun teniendo los perros encerrados, debe permanecer con los cuidadores, ya que los animales tienen que conocer a todo el equipo. Además, trabaja independientemente con un pequeño equipo de nueve perros a cuyo trineo será destinada.

Por la tarde, tristemente, se ve abocada a seguir inspeccionando la intendencia. Se le da bien. Encuentra, consigna, ordena, prueba y empaqueta el zumo de naranja, el de uva y el chocolate. Total, parece poco, pero son 300 tarros de cuarto de kilo y 36 tabletas de medio kilo. Entre eso y estar algo distraída por los perros, se le pasa el día.

- Tiradas (7)
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18/11/2013, 22:11
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Notas de juego

¿Entiendo que ya pasaríamos a las copas habituales en el hotel por la noche?