Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 1: Nueva York

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11/11/2013, 15:18
Chester Field

Bueno, podría haber sido peor - comenta con una sonrisa esperanzada a Sutton, ambos whisky en mano.- Al menos el material fotográfico ha aparecido. Y si he encontrado esto, unas cocinas y unos hornos tampoco pueden ocultarse para siempre, ¿no le parece? En cualquier caso, empiezo a estar un poco harto de este juego del gato y el ratón con el barco. Además, me parece que la Señorita Gabrielle hace trampas, la verdad.

Field toma un trago de su bebida - de mucha más categoría que a la que suele estar acostumbrado - y suspira, pensando en lo que le espera el lunes.

Pero bueno, nos hemos ganado un descanso, ¿no le parece? Por mí, las cocinas y el maldito horno pueden esperar escondidos en su rincón de la bodega hasta el lunes; tampoco es que les vayan a salir patas para salir corriendo...

Notas de juego

El fin de semana también se trabaja? No, ¿verdad? 

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11/11/2013, 20:06
Director

Notas de juego

El fin de semana también se trabaja? No, ¿verdad? 

Teniendo en cuenta que el día que acabamos de narrar es domingo... me parece que si, se trabaja. 

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11/11/2013, 20:37
Guardián de los Arcanos

Ese domingo tan ajetreado acabó en el Amherst con unos cuantos tomando copas que, por guardar las apariencias, todavía se servían de un modo discreto (era vox populi que la prohibición iba a desaparecer). También se formó una pequeña timba y mini concierto donde se encontraron Avery Giles, Colt Huston, Lawrence Longfellow, Luis Laroche, Patrick Miles, Peter Silkes, el doctor Green y Maurice Cole. Parece que Giles toca bien la armónica y que Huston le da al ukelele. Se juntan todos en la habitación y forman un buen follón, hasta que las quejas de los que desean dormir (unos por ser disciplinados, otros por estar completamente derrengados) les hace desistir de seguir toda la noche.

Por otra parte, Hirch pide un taxi y sale durante un par de horas y Menez se da un paseo nocturno por el barrio.

La noche, por lo demás, pasa plácida. Todo el mundo duerme como un cesto. Todos excepto los mecánicos y los aviadores. Moore les despierta a las tres de la mañana: al parecer, han llegado los Boeing, y hay que ir a supervisar la descarga y la estiba. Así que salen legañosos, con un café rápido, en dirección al puerto.

LUNES, 4 DE SEPTIEMBRE

La reunión a las 8:00 de la mañana transcurre de manera tensa. El equipo de mecánicos y aviadores han regresado ya, y bostezan en sus puestos, esperando a ver cuál es la causa de que el jefe esté tan taciturno. Al parecer, Moore ha recibido protestas de algunos componentes del equipo científico. Starkweather no ha aparecido, aunque se le ha visto por la tarde, cuando todo el mundo se iba, yendo al barco, para mostrar las instalaciones a algunos inversores.

Moore ocupa su lugar y entra directamente al grano, una vez ha conseguido atraer la atención de todo el mundo.

Señores, he de anunciarles que he recibido algunas quejas sobre el exceso de trabajo que tenemos que soportar estos días, por parte de algunos científicos. Voy a dejar esto claro, todos están bajo nuestra autoridad, autoridad que se basa en preservar la integridad física de todos los miembros de la expedición. Esa integridad física se ha de proteger desde el principio, antes de salir. A nadie se le escapa que dependiendo de lo que hagamos hoy, así lo pasaremos en el polo. Bien. Ahora están aprendiendo, por la vía rápida, qué material tenemos, dónde está, para qué sirve. Están colaborando entre ustedes como iguales. Los científicos harán su trabajo como tales, por supuesto, pero en lo que respecta a decisiones de supervivencia serán ni más ni menos que uno más del grupo ¿han entendido? Esta es una decisión de supervivencia: todo el mundo trabaja. Espero que haya quedado claro. Si alguno de ustedes, señores, desea echarse atrás en su compromiso, está aún a tiempo. Yo quedo a su disposición para lo que sea necesario.

Nadie parece contestar.

Bien, pues, señores: a trabajar. Comienza por orden alfabético a nombrar a los presentes, y se entera de cómo van sus tareas de inventario. Menez anuncia que se va a dedicar a apuntar las cosas que vea (y que reconozca) para, a la hora de la comida, comentar con todos, y así intentar facilitar las tareas de los demás.

Hirch entrevista durante la mañana a Dewitt, Field, Fiskarson, Green y a Giles. Durante la tarde da vueltas y vueltas, sin encontrar nada...

Sutton está de racha. Aparecen las ocho cajas con 22 docenas de huevos cada una, aparecen los cuatro cubos con diez kilos de manteca de cerdo... aparecen las 192 cajas con noventa porciones de 250 g de permmican (y ahora si que se puede traer a los perros) que se pasa un laargo rato contando. Hasta tiene el estómago de probar una. Sutton está desconocido. Con las cinco latas de 25 kilos de bacon, alborozado, va a donde está la mesa de Moore. Ahí no está el jefe, pero si que anda por ahí Packard, el encargado de personal, que hace las veces de segundo de a bordo. Packard, sin inmutarse, le hace entrega de otra lista bien grande...

En gran parte es equipo científico. No se prive de pedir ayuda con cada artículo, Sutton. Buen trabajo, siga así.

Así que, para rematar la faena, descubre unas lonas con un letrero en papel que dice "lona para aviones" y, como es lógico, tacha ese primer artículo de la lista, tras requerir la ayuda de los tres operarios de la expedición en grupo, para moverlas.

Field está de racha, encuentra las cocinas Nansen (o ollas Nansen, que fueron diseñadas por el famoso explorador, científico y estadista Fridtjof Nansen, y que consisten en una ligera estructura con depósito para combustible -alcohol- que está diseñada para aprovechar el calor al máximo y ser muy ligera), los hornos primus (una pequeña bombona con un fogón, y cuyo combustible es el keroseno), las "cajas con platos, tazones y otros", los cubos y las dos variedades de tiendas, las de cuatro plazas y las diseñadas para viajes en trineo. Reconocer y comprobar todo ello requiere la búsqueda y petición de colaboración de miembros variados del equipo, como O'Connel, Silkes o alguno de los hermanos Sorensen. Luego está un rato, al final del día, buscando despistado los lienzos y los sacos de dormir con pluma de ganso... pero eso ya no lo consigue encontrar. Aun así, es todo un éxito: cinco albaranes con sus fichas y sus observaciones hacen que la Cordillera de Moore sea un poco más alta.

Menez, en todo un día de trabajo, encuentra la dichosa cuerda (que Silkes, amablemente, examina, acompañando dicho examen con una explicación de en qué se diferencian estas cuerdas de las de los marineros, y por qué las había extraviado así, ya que parece que las había tenido delante de las narices todo el tiempo) y, convencida de que los pitones y otros equipos para la escalada no están (se le han descrito puntillosamente), llama a la casa que los envió. El empleado de Dalrimple's de Boston le grita (el teléfono no está en su mejor momento), tras revisar todo, todo, y asegurar que el pedido se envió, que la dirección de envío es el hotel Amherst... así que va al Amherst, y pasa parte de la mañana perdida por ahí. Finalmente vuelve, triunfante, con un mozo del hotel llevando muchos bultos: efectivamente, en el hotel, junto al equipo de escalada de Starkweather (que había realizado el pedido) estaba todo. Y esos dos artículos de la lista es lo que Menez consigue encontrar.

Pickwell, sin duda afectado por el madrugón, pasa la mañana sin éxito. Pero, tras una beneficiosa siesta debajo de una lona, la tarde se muestra más propicia, y aparece la hélice de repuesto. Y bien grande que es, pero había quedado debajo de un montón de palets listos para quemar, fuera del barco. Se hace cargo de la estiba (ayudado por Turlow, el primer oficial, y un par de marineros) y, de premio, al tener que apartar un bulto enorme, se encuentra con lo que, preguntando, resulta ser el bote de descarga. Luego ya, derrengado, se pasa el resto de la tarde mirando y acariciando los tres Boeing que ha tenido que revisar y estibar durante la madrugada.

O'Connel se pasa la mañana preparando las jaulas, junto con Cruz y Snabjorn. Finalmente quedan ahí, dispuestas para recibir a los perros. Preparan, además, también, un improvisado espacio en el pantalán, para alojar a los perros en tres tandas, de manera que puedan estar más cómodos que en las jaulas en tanto no se parta de viaje, y que, desde ahí, se les pueda ir manejando mejor.

Por la tarde se dispone a bregar con su lista. Primero: la mermelada (marcada como tal en el resguardo de pedido, con su número) resulta ser una caja llena de botes para conserva vacíos (tal y como marca el albarán de entrega), botes que, como es lógico, hay que devolver y pedir que vengan de vuelta rellenos de mermelada. Lo hace, con muchos gritos al teléfono (parece que la compañía telefónica está de malas, hoy). La salsa de Worchestershire ha sido pedida, pero no está por ningún lado. Y no está. Punto. Ella sabe bien cómo buscar, y se convence de que una caja con ocho tarros de a kilo no se pierde por los rincones. Examina metódicamente tres veces su bodega y otras adyacentes. Total, para lo que vale no es un despilfarro, así que lo vuelve a pedir. Finalmente, y en los ires y venires, ya tiene localizadas las 80 bolsitas de 120 gramos de pasas, así que las consigna, empaqueta, sella y todo lo demás.

- Tiradas (8)

Notas de juego

Listo Sutton, que se me había olvidado :)

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12/11/2013, 01:53
Chester Field

Field no podía (ni quería) ocultar su satisfacción por lo bien que se le estaba dando aquella tarea; empezaba a sentirse como en casa dentro del puente número 3 de la SS Gabrielle, la verdad, y ver que ya había logrado tachar más de la mitad de los elementos de su lista le hacía pensar que pronto se habría ganado un merecido descanso. No sabía si una misión a la Antártida realmente necesitaba seis rollos de papel alquitranado para triunfar donde otros habían fracasado, pero por él no quedaría.

Mientras se pasea por las entrañas de la nave como Peter por su casa, no puede evitar sentir algo de lástima por las mujeres de la misión, a las que también les ha tocado revisar el material. Seguro que no se imaginaban que su emocionante aventura empezaría en una bodega de carga.

Pero probablemente quien más le sorprende es Pickwell, un piloto capaz de perder una hélice. Entiende que Sutton tenga problemas para dar con cosas como botes de leche agria, pero... ¿Una Hélice? Por Dios, no es algo que te dejes olvidado en el bolsillo de tu otra chaqueta precisamente.

Notas de juego

Chester está orgulloso de su lista: 

 

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12/11/2013, 10:15
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Notas de juego

¿Sutton está tan de resaca hoy que no ha buscado nada? xDDDD

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12/11/2013, 15:59
Director

Notas de juego

Uuuups, luego lo arreglo. Me faltan un par de post individuales, además.

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12/11/2013, 16:01
Aramiker Menez

Notas de juego

Ya empezamos con horas perdidas. Una abducción quizá. Te has explorado Sutton?

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12/11/2013, 17:13
(Capítulo 1) Alfred Lemmons

A media mañana, aprovechando la suerte de tener que desplazarte al Amherst a ver si encuentras el equipo de escalada, vas primero a la oficina del detective que te ha proporcionado tu guapo y eficiente secretario. Te bajas del taxi en la décima con la cuarenta y dos, en plena cocina del infierno. El barrio es de clase media degradada. Está lleno de chavales casi desnudos, tiendas, camionetas de reparto, gente yendo y viniendo de pequeños negocios o de compras hogareñas. El calor en este barrio es sofocante. Vas dejando tu rastro de sudor (como todo el mundo) hasta llegar a un portal donde está, discreta, la placa que te interesa:

Alfred Lemmons

Detective Privado

Subes a pie cuatro plantas (el ascensor no funciona) en medio de los típicos sonidos de la vida de la ciudad. La puerta está entreabierta. Entras despacio. Hay una mujer muy delgada que toma tu nombre y te hace pasar a un pequeño despacho con la mesa completamente vacía. Solo llaman la atención cuatro archivadores en un armarito tras la mesa. En ella está sentado un tipo que ya peina canas, bastante atractivo y en buena forma. Se levanta para saludarte.

Bien, señorita Menez. ¿Qué es lo que necesita de nosotros? Dice, tras algo de conversación de circunstancias. Parece algo sorprendido por el aspecto que tienes, aunque disimula bien, y es que salir de una bodega de carga en un barco para subir a un cuarto en la cocina del infierno no es bueno para la imagen... Ahora ya sabes porqué te miraban tanto.

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12/11/2013, 17:39
Aramiker Menez
Sólo para el director

Buenos días, Sr. Lemmons.

Quisiera hacerle una pregunta, porque cree que alguien como yo se presentaría en su oficina de esta guisa?.

En el tiempo que tarda el detective en contestar, Menez trata de recomponerse, y pensar si las caminatas nocturnas sirven para algo.

 

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12/11/2013, 18:03
(Capítulo 1) Alfred Lemmons

¿Para ponerme a prueba, quizá? Sonríe. Creo que está usted muy atareada... y está realizando trabajo físico, algo a lo que no está acostumbrada, por cierto. Sin embargo debe ser de su interés, ya que es capaz de hacerlo. Emmm, tiene una mancha de grasa ahí, señala, aprovechando que ella está arreglándose y parece que no ha visto la mancha. ¿Un taller, quizá? ¿Viene de trabajar en un taller? En todo caso, la historia debe ser digna de escuchar, señorita Menez.

- Tiradas (1)
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13/11/2013, 02:16
Maggie O'Connel

Maggie salió disparada en cuanto terminó la reunión matutina, quería acabar cuanto antes el recuento de su inventario. Había esperado terminar ese recuento en una mañana, o un día a lo sumo, pero su sentido de la organización se topaba con algo con lo que no había contado: el tamaño de la expedición.

Normalmente el recuento de un inventario era tomar la lista, encontrar cada cosa, revisarla, y dejarla en el lugar adecuado. Pero claro, la parte de "encontrar cada cosa" era algo bastante complicado en un carguero tan enorme, lleno de cajas sin etiquetar o mal etiquetadas, y donde intervenían docenas de proveedores. Una vez más puso el máximo empeño en hacer su trabajo, aunque cada cierto tiempo se encontraba pensando en que deseaba zarpar o tomarse un whiskey, o ambas cosas. Su férrea voluntad, trabajada en largas jornadas haciendo ese mismo trabajo en el duro clima ártico, le permitieron no descentrarse más de un par de minutos cada vez. Ojalá pudiese terminar cuanto antes con su parte del inventario y llegasen ya los perros, esa era una tarea, la de atender a los animales, de la que nunca se cansaría.

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13/11/2013, 21:56
Dr. Arthur Hirsch

El Dr. Hirsch pasó la mayor parte de la mañana desaparecido en la habitación que habían dispuesto como gabinete psiquiátrico. En aquella ocasión había podido disfrutar de las primeras entrevistas con Dewitt, Fiskarson, Green y a Giles. Tan solo faltaba el sSr. Field, que parecía haber intentado evitarle durante la mayor parte del tiempo.

-Por favor, acompáñeme, no le entretendré demasiado-

 

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13/11/2013, 21:58
Dr. Arthur Hirsch

Con un gesto le indicó el cómodo sillón que se encontraba en uno de los rincones del gabinete.

-No se tome esto como algo relativo a la medicina. Es un simple retrato de quién somos antes de partir para estudiar nuestra evolución. Será interesante para aprender sobre nosotros mismos. Sea lo más sincero posible, por favor-

Sin añadir nada más, el Dr le tendió un cuestionario al fotógrafo.

 

Durante los últimos dos (2) semanas, ¿cuánto (o la frecuencia) le han molestado los siguientes problemas?

Nada

Poco

Medio

Moderado

Mucho

I.

1. ¿Tiene poco interés o placer haciendo las cosas?

0

1

2

3

4

2. ¿Se siente triste, deprimido o sin esperanza?

0

1

2

3

4

II.

3. ¿Se siente más irritado, de mal humor o enfadado que de costumbre?

0

1

2

3

4

III.

4. ¿Duerme menos de lo habitual, pero todavía tiene un montón de energía?

0

1

2

3

4

5. ¿Inicia muchos más proyectos que de costumbre o hace cosas más arriesgadas de lo habitual?

0

1

2

3

4

IV.

6. ¿Se siente ansioso, asustado, preocupado o nervioso?

0

1

2

3

4

7.  ¿Siente pánico o tiene miedo?

0

1

2

3

4

8. ¿Evita las situaciones que le causan ansiedad?

0

1

2

3

4

V.

9. ¿Presenta dolores sin explicación aparente (por ejemplo, cabeza, espalda, articulaciones, abdomen, piernas)?

0

1

2

3

4

10. ¿Siente que sus enfermedades no se toman suficientemente en serio?

0

1

2

3

4

VI.

11. ¿Tiene pensamientos de querer hacerse daño a usted mismo?

0

1

2

3

4

VII.

12. ¿Escucha cosas que otras personas no podían escuchar, como voces, incluso cuando no había nadie alrededor?

0

1

2

3

4

13. ¿Tiene sensación de que alguien pudiera oír sus pensamientos, o que podía oír lo que otra persona estaba pensando?

0

1

2

3

4

VIII.

14. ¿Presenta problemas con el sueño que afectaron la calidad de su sueño?

0

1

2

3

4

IX.

15. ¿Problemas con la memoria (por ejemplo, el aprendizaje de nueva información), o con la ubicación (por ejemplo, encontrar su camino a casa)?

0

1

2

3

4

X.

16. ¿Pensamientos desagradables, impulsos o imágenes que entran en repetidas ocasiones en su mente?

0

1

2

3

4

17. ¿Se siente impulsado a realizar ciertas conductas o actos mentales una y otra vez?

0

1

2

3

4

XI.

18. Se siente separado o alejado de usted, su cuerpo, su entorno físico, o de sus recuerdos?

0

1

2

3

4

XII.

19. ¿No sabe lo que realmente es o lo que quiere de la vida?

0

1

2

3

4

20. ¿Se siente cerca de otras personas o para disfrutar de sus relaciones con ellos?

0

1

2

3

4

XIII.

21. ¿Bebe por lo menos 4 bebidas de cualquier tipo de bebidas alcohólicas en un solo día?

0

1

2

3

4

22. ¿Fuma algún cigarrillo, un puro o una pipa, o usa  tabaco o tabaco para mascar?

0

1

2

3

4

23. Usa los siguientes medicamentos por su cuenta, es decir, sin receta médica, en cantidades más grandes o más que lo indicado [por ejemplo, analgésico, estimulantes, sedantes o tranquilizantes, la marihuana, la cocaína, alucinógenos, heroína, inhalantes o solventes, o metanfetamina?

0

1

2

3

4

 

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14/11/2013, 01:06
Chester Field

La testarudez de Hirsch hizo que, pese a los intentos de Chester de esquivarle, al final le tuviera sentado en el sillón de su despacho. Había que reconocérselo: podía ser un hombre de lo más obstinado cuando se lo proponía. 

Con cierta, desgana, observó el folio que el doctor le pasaba. Chester se sacó una vieja estilográfica del bolsillo y, con paciencia y una apenas disimulada cara de fastidio, empezó a responder el cuestionario.

Venga pues, terminemos con esto de una vez.

 

 

Durante los últimos dos (2) semanas, ¿cuánto (o la frecuencia) le han molestado los siguientes problemas?

Nada

Poco

Medio

Moderado

Mucho

I.

1. ¿Tiene poco interés o placer haciendo las cosas?

0

1

2

3

4

2. ¿Se siente triste, deprimido o sin esperanza?

0

1

2

3

4

II.

3. ¿Se siente más irritado, de mal humor o enfadado que de costumbre?

0

1

2

3

4

III.

4. ¿Duerme menos de lo habitual, pero todavía tiene un montón de energía?

0

1

2

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4

5. ¿Inicia muchos más proyectos que de costumbre o hace cosas más arriesgadas de lo habitual?

0

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IV.

6. ¿Se siente ansioso, asustado, preocupado o nervioso?

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7.  ¿Siente pánico o tiene miedo?

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1

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3

4

8. ¿Evita las situaciones que le causan ansiedad?

0

1

2

3

4

V.

9. ¿Presenta dolores sin explicación aparente (por ejemplo, cabeza, espalda, articulaciones, abdomen, piernas)?

0

1

2

3

4

10. ¿Siente que sus enfermedades no se toman suficientemente en serio?

0

1

2

3

4

VI.

11. ¿Tiene pensamientos de querer hacerse daño a usted mismo?

0

1

2

3

4

VII.

12. ¿Escucha cosas que otras personas no podían escuchar, como voces, incluso cuando no había nadie alrededor?

0

1

2

3

4

13. ¿Tiene sensación de que alguien pudiera oír sus pensamientos, o que podía oír lo que otra persona estaba pensando?

0

1

2

3

4

VIII.

14. ¿Presenta problemas con el sueño que afectaron la calidad de su sueño?

0

1

2

3

4

IX.

15. ¿Problemas con la memoria (por ejemplo, el aprendizaje de nueva información), o con la ubicación (por ejemplo, encontrar su camino a casa)?

0

1

2

3

4

X.

16. ¿Pensamientos desagradables, impulsos o imágenes que entran en repetidas ocasiones en su mente?

0

1

2

3

4

17. ¿Se siente impulsado a realizar ciertas conductas o actos mentales una y otra vez?

0

1

2

3

4

XI.

18. Se siente separado o alejado de usted, su cuerpo, su entorno físico, o de sus recuerdos?

0

1

2

3

4

XII.

19. ¿No sabe lo que realmente es o lo que quiere de la vida?

0

1

2

3

4

20. ¿Se siente cerca de otras personas o para disfrutar de sus relaciones con ellos?

0

1

2

3

4

XIII.

21. ¿Bebe por lo menos 4 bebidas de cualquier tipo de bebidas alcohólicas en un solo día?

0

1

2

3

4

22. ¿Fuma algún cigarrillo, un puro o una pipa, o usa  tabaco o tabaco para mascar?

0

1

2

3

4

23. Usa los siguientes medicamentos por su cuenta, es decir, sin receta médica, en cantidades más grandes o más que lo indicado [por ejemplo, analgésico, estimulantes, sedantes o tranquilizantes, la marihuana, la cocaína, alucinógenos, heroína, inhalantes o solventes, o metanfetamina?

0

1

2

3

4

 

Nada más terminar, devolvió el folio al señor Hirsch. 

Si esto es todo, tendrá que disculparme si no me quedo a charlar con usted; aún me queda mucho trabajo por hacer, la verdad.

Algunas de aquellas preguntas le habían confundido un poco; tenía problemas para dormir, claro, porque lo hacía en un hotel y por los nervios del viaje; ¿quién podría estar frío como un témpano de hielo ante la perspectiva de un viaje al continente del ídem?

Y en cuanto a la pregunta sobre el tabaco, le pareció de mal gusto; les habían prohibido fumar, ¿y el médico le preguntaba que si fumaba? ¡Pues claro que no! Qué más quisiera él...

Nada 

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14/11/2013, 15:52
Aramiker Menez
Sólo para el director

Para ponerle a prueba, pero sobre todo para recuperar el aliento.

Comenta Menez mientras se arregla la ropa, y se adecenta.

Pertenezco a la expedición a la Antartida, y me gustaría que descubriese todo lo que pueda sobre los integrantes de la expedición.En especial sobre el Sr. Starkweather, Sr Moore, de estos dos quiero saberlo todo. 

Una cosa mas, quiero algún que otro trapo sucio del Sr. Chester Field,

Por los honorarios no se preocupe, preócupese del tiempo, no tiene mucho.

Tras el discurso, Menez cierra lo boca por apenas una decima de segundo y....

Un barco, la mancha es de un barco.

 

 

 

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14/11/2013, 20:40
(Capítulo 1) Alfred Lemmons

Claro, ahora lo recuerdo, si lo tengo aquí, y señala un periódico encima de su mesa.

De acuerdo, señorita Menez, intentaremos satisfacerle en todo, aunque, si lo que dicen los periódicos es cierto, puede que el día 9 no consigamos todo lo que nos gustaría.

Lemmons se levanta, se suena la nariz, pidiendo disculpas (parece algo resfriado) y te pide tu tarjeta y algún dato más que necesita, para enviar los datos, la factura o un informe verbal, según sea necesario.

Hasta pronto, señorita Menez.

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14/11/2013, 20:56
Dominique Pickwell

Se va a enterar de lo que es bueno el tarugo que ha enterrado con palets la helice del barco, ¡menudo lumbreras!

y menudo dia llevo con el madrugon y la fiesta nocturna, menos mal que la siesta me ha rehecho un poco el cuerpo, voy a perderme un rato con mis niñas, me gusta "Sophie" para mi boeing, cuando vea a los chicos de mantenimiento les pedire pintura.

Otra cosa que se me ocurre es llevar cada uno las listas de todo el grupo, asi cuando busquemos nuestras cosas si aparece algo de otra persona anotamos donde esta y se lo decimos a la hora del almuerzo, asi no desperdiciamos el tiempo y seguro que todos lo agradecemos, ahora mismo me apunto esos botes de judias que encontre ayer...

 

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14/11/2013, 21:39
Guardián de los Arcanos

NOCHE DEL 4 DE SEPTIEMBRE

El día había sido cansado, como los otros, pero satisfactorio. Aunque hubiera habido problemas iniciales, todo apuntaba a que con sacrificio y tesón, se resolverían, ya que, al fin y al cabo, el material estaba ahí.

Durante la noche se repitió la sesión musical, en la habitación de Bryce, esta vez. El tema tenía toda la pinta de convertirse en una costumbre. Provocaba cierta irritación ver que el buen doctor Green participaba activamente en dichas reuniones, que transcurrían en una nube de humo tal que aquello parecía un sahumerio, y que fumaba su pipa de extraño aroma sin recatarse.

El día 9 tendremos que abstenernos todos, así que es mejor aprovechar. Decía.

Starkweather apareció para cenar, con muy buen humor, hablando por los codos, llamando a todos por su nombre (formalmente, eso si, pero demostraba una excelente memoria) y agasajando a las damas sin asomo de ironía. Tan rápido como acabaron las copas, se volvió a marchar, dejando tras de si un leve aroma de perfume masculino y tabaco caro.

Moore, como de costumbre, hablaba muy poco, y solamente de problemas prácticos, de cuya existencia parecía estar enterado.

Las bromas sobre cómo la señorita Menez daba vueltas por las tripas del barco, aunque discretas, provocaron inmediatamente reacciones humorísticas, pero no exentas de simpatía. Avery Giles resulta ser el creador de la mayoría de ellas y, además, deleita a todo el mundo con una sentida declamación de un poema de un profesor al que tuvo ocasión de conocer en Oxford, durante un viaje de intercambio, resulta emocionante escucharle, ya que recita bien:

El día ha terminado,
mis ojos se cierran,
pero largo es el viaje
que me espera.

Adiós, amigos.
Oigo la llamada.
Junto al malecón de piedra
La nave aguarda.

Blanca la espuma,
grises las olas;
más allá del ocaso
mi rumbo lleva.

Sal es la espuma,
y libre es el viento;
oigo como ruge
el mar intenso.

Adiós, amigos.
Izadas las velas,
el viento del este
las amarras tensa.

Sombras alargadas
ante mí se extienden,
bajo la inabarcable
bóveda celeste;

Pero hay unas islas
más allá del Sol,
y las alcanzaré
antes de que todo acabe.

Tierras hay
al oeste del Oeste,
donde la noche es quietud,
el sueño, reposo.

Guiado por
la Estrella Solitaria,
más allá
del último puerto.

Encontraré refugio,
hermoso y libre,
y las playas
del Mar Estrellado.

Nave, nave mía.
El Oeste busco,
y campos
y montañas
siempre benditos.

Adiós al fin
a la Tierra Media.
¡Sobre tu mástil
Diviso ya la Estrella!

 

MARTES, 5 DE SEPTIEMBRE 

El Martes todo es jolgorio en el desayuno. Parece que el optimismo se impone. Ya la gente hace cábalas sobre cómo será el viaje, parecen verse en el mar, sobre el barco que van conociendo bien.

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14/11/2013, 21:42
(Prólogo) Tim

La reunión de las 8:00 ha sido rápida, las cosas marchan. Esta misma tarde-noche llegarán los perros, y los equipos de guías y perreros tienen que estar al tanto.

Todo el mundo se reúne en el hall para esperar a los coches, mientras los botones, el portero y el maitre, ya con una práctica nacida de la costumbre, espantan a los tres o cuatro periodistas que rondan por la puerta.

En ese momento, Tim, el recepcionista más dicharachero, hace un gesto al expedicionario más cercano que encuentra, que resulta ser Sutton.

Disculpe, señor Sutton. Aquí hay un hombre que desea entregar un sobre a alguien que esté con la expedición...

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14/11/2013, 21:47
(Capítulo 1) Eric Ruyler

El hombre tiene pinta de estar desastrado por el paro que golpea con fuerza el país. Su traje gastado, su cuello sucio, su corbata hecha un nudo feo y raído... Parece un trabajador manual. Se acerca a Sutton en cuanto ve que Tim llama su atención. Todo el mundo ha ido saliendo o está en el interesante tránsito hacia la calle, por la gran puerta giratoria de hotel.

Disculpe caballero, dice, un hombre en la calle me dio veinticinco centavos para que le entregara esto a alguno de ustedes. Entrega un sobre a Sutton, se disculpa por la intromisión y se va hacia la puerta, a esperar pacientemente a que el paso quede franco.

Notas de juego

A ver si adivináis quién va saliendo como extra en las fotos ;)