Partida Rol por web

Más allá de las montañas de la locura

Capítulo 1: Nueva York

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06/11/2013, 23:28
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Antes de repartirse por el barco todo el mundo, Moore, que ha ido con todos en los coches, llama la atención de Menez, Field, Pickwell, Hirch, O'Connel, Sutton y Whitston.

Por favor, ¿quieren esperar un momento? Tengo algo que comunicarles. Nadie parece sorprenderse. Moore está continuamente dando instrucciones y encargando tareas a todo el mundo, así que el resto de la expedición sigue su camino.

Señores, señoritas, dice, una vez en una más o menos conseguida intimidad. Se habrán dado cuenta de que ustedes han sido contratados muy tarde, que ya está todo bastante avanzado. Ha sido una casualidad que sean ustedes y no otros, lo confieso. La causa del retraso está en (recordarán algunos las poco discretas palabras del señor Starkweather, ¿no es así?) que ha habido problemas en la organización. Bien, quizá algunos estén ya comprobandolo, metidos en las bodegas del barco ¿no es así?

Sin embargo, me viene muy bien que hayan llegado tan tarde, ya que dichos problemas muy bien podrían estar siendo provocados por algún saboteador, saboteador que ha comenzado a actuar cuando debía pensar que estábamos todos. Eso me asegura (y, por supuesto, les he investigado a fondo, por lo que les pido disculpas) que ustedes no son culpables, ya que no estaban aquí. Así pues, me permito la libertad de pedirles ayuda, para que tengan los ojos bien abiertos y me avisen con total discrección de cualquier anomalía que observen. Permitanme considerarles mi camarilla privada. Ni siquiera Starkweather debe saber esto. ¿De acuerdo?

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07/11/2013, 09:59
Maggie O'Connel

- Sabotear una misión al polo es poner en riesgo la vida de muchas personas, y eso suelo tomármelo a mal. Espero que lo cojan antes que yo, por su bien... -masculló la exploradora.

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07/11/2013, 10:17
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Cuando iban a dirigirse a la salida, Sutton pasó su brazo por los hombros de Aramiker, mostrando claramente una confianza con ella como no tenía con ningún miembro de la expedición.

Oh, querida, espero que sepas disculparme. - su tono de voz, pese al cansancio de los duros días de trabajo, mostraba un tono alegre - Por nada del mundo quisiera que pensaras que trataba de evitarte o no honrar nuestra maravillosa amistad.

Le tendió un papel, que resultó ser un telegrama.

Acabo de recibirlo, querida. - colocó la mano en su pecho. - Y lamento profundamente lo sucedido, me encargaré personalmente de hablar con el director del establecimiento para que sepa lo sucedido.

Además. - añade. - Para mostrarte que no era nada intencionado, te responderé al telegrama hoy mismo, que no se diga que Sir Anthony Sutton III - era la primera vez desde que cualquiera de ellos le conocía, incluida Aramiker, que expresaba su nombre y título completo - no aprecia y valora sus amistades.

 

Se calló entonces cuando Moore se acercó y escuchó atentamente las preocupaciones del hombre.

¡Oh Dios mío!*- murmuró, repasando mentalmente lo dicho por Moore. - ¿Realmente alguien sería capaz de arriesgar, no solo semejante aventura, si no la vida de todos sus integrantes?

No se preocupe por mi parte, Moore, cuente conmigo para mantener la discreción al respecto y tratar de solucionar este entuerto. - se comprometió. - ¿Tiene algún sospechoso en mente?

Notas de juego

* Oh my god! ;)

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07/11/2013, 12:23
Chester Field

Dos malas noticias en un solo día; primero, la entrevista con el loquero. Chester, como antiguo periodista, estaba acostumbrado a ser el que hacía las preguntas, no a responderlas. Aquello de sentar a solas con un desconocido y que te preguntara sobre tu padre, tu madre y cómo te hacían sentir los puros habanos le incomodaba más de lo que le gustaría admitir.

Y la segunda, el saboteador. Maldición, aquello era serio. No se le ocurría nada peor a Chester que una estufa estropeada en medio del hielo antártico... o bueno, sí: una radio estropeada y no poder comunicarse con nadie. O aún peor: un avión que de repente pierde altura en medio de las montañas nevadas. 

Chester se dio cuenta de que si se ponía a ello, podía pensar en docenas de cosas que podrían entrar en una lista de "lo peor que podría pasar". Había que atrapar al saboteador. Si es que había uno, claro. Como había oído decir a alguien, "no culpes a la maldad de lo que puede deberse a simple estupidez". O sea que lo prioritario era seguir con su trabajo de concienzuda revisión para asegurarse de que, si en algún momento todo se iba al infierno, al menos no fuera por su culpa.

Bien, si eso es todo, voy a seguir con la revisión del material. Nos vemos más tarde.

Chester salió de la reunión con su lista de obligaciones y se dirigió de nuevo a la bodega, con la que ya empezaba a familiarizarse.

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07/11/2013, 20:18
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

Ningún sospechoso, contestó a Sutton. De hecho sospecho que puede que no haya ningún saboteador. Lo espero, al menos, pero es algo que tengo el deber de no dejar pasar. Ustedes sean diligentes en su trabajo, y presten atención a los detalles, no hace falta más, pienso.

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07/11/2013, 20:38
Dominique Pickwell

Lo que me faltaba por oir, no solo me endilga la dinamita sino que ademas tenemos a un saboteador en el grupo. No hemos comenzado y ya se empiezan a torcer las cosas.

Por cierto señor Moore, debido a este acontecimiento, se deberian tomar medidas mas excepcionales con el material mas sensible, como la dinamita, los detonadores y la mecha. Propongo que esten en la caja fuerte del barco, que me contesta?

Dejando la pregunta en el aire me dispongo a asegurarme que mi lista este completa y vigilar donde sera estibada, sobre todo el material mas pesado, si se soltase pondria en riesgo la seguridad del barco, otro tanto mas para el saboteador... Que bien otra cosa mas a tener vigilada, me encanta.

Aunque no me lo ha dicho tambien le echare un ojo a los aviones.

Señores, señoritas, encantado de tenerlas de nuevo a bordo, seguro que esta aventura no habria sido ni la mitad de interesante sin ustedes. Para lo que necesiten cuenten conmigo, sera un placer. 

Si me disculpan ire a mis quehaceres. nos vemos durante el almuerzo.

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07/11/2013, 20:45
(Starkweather-Moore, líder) William Moore

¿La dinamita? Quizá fuera necesario. Pero no exageremos. No se si nos las vemos con un saboteador, pero seguramente, de haberlo, no será un asesino. De lo contrario nuestros problemas hubieran sido mucho mayores. Si ha habido sabotaje uno de los objetivos ha sido la gasolina, que no resultó ser de la pureza apropiada. Y, de tener que guardar los materiales sensibles, ¿porqué no ha pensado en la gasolina, que es lo más sencillo? ¿Y cómo guardamos bajo llave varias toneladas?

No. Repito, actuen con normalidad, no se asusten demasiado. Starkwather se teme más alguna jugarreta destinada a retrasar nuestra salida. En cuanto a mi, soy escéptico con todo esto. Por supuesto, los detonadores y las mechas tienen que guardarse en la caja fuerte, eso ni se plantea.

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07/11/2013, 20:54
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Las entrevistas. Te sugiero que me hagas un pequeño cuestionario, para poder ir posteando por los entrevistados según vayan pasando los días. Haré, por supuesto, tiradas de psicología y de descubrir por cada uno. Si te da buen rollo tirar dados, hazlo tú con cada uno, detallando para quién es cada tirada, y día a día. Pero las tiradas tienen que ser ocultas.

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08/11/2013, 19:53
Guardián de los Arcanos

Tras la ligeramente inquietante entrevista privada con Moore, esperaba trabajo. Mucho trabajo.

Sutton, algo desanimado, se preparó para nadar de nuevo en latas. Como un augurio de buenas vibraciones para el resto del día, resulta que aparecieron las dichosas latas de ciruelas. Por si se escapaban, rápidamente (tal y como estaba haciendo todo el mundo, cuando terminaba una inspección) las comprobó (y las probó), las apiló en su sitio, anotó ese sitio y las precintó con un papel engomado donde estampó su firma. Los albaranes, también con su firma, fueron añadidos a la monstruosa pila, en la mesa de trabajo de Moore. Ni las judías ni la nata agria aparecían, empero. Se pasó toda la mañana en su busca. En esas le dio la hora de comer y, como todos, emergió cansado de las bodegas.

Hirch, que debería haber estado comprobando su propia lista, hizo gozosamente peyas, y se fue pausadamente a la suite del propietario, en la cubierta de botes, casi el sitio más alto del barco, con excepción del puente de mando. Era el camarote donde se supone que debía vivir el propietario del barco, pero en pos de la cohesión del grupo, se iba a utilizar únicamente como laboratorio y centro de almacenaje de todos aquellos productos e instrumentos de precisión que fueran demasiado caros como para arriesgarlos en las bodegas, además se usaría como gabinete psicológico del buen doctor, y no estaba nada mal provisto... panelado en maderas nobles, con cortinas de teciopelo tapando los cucos ojos de buey... y un ambiente bien distendido donde recibir a los entrevistados del día: Pierce Abermale, Morehouse Bryce, Thimoty Cartier, Maurice Cole e Hidalgo Cruz.

Field, al que se le estaba dando demasiado bien hasta ahora, tiene un día de perros. No aparece la caja con material para revelado, no aparecen las cocinas Nansen ni los hornos Primus, no aparecen las cajas con cuencos y platos. No aparece nada. Hace cien viajes para consultar los albaranes respectivos. Se supone que todo está ahí. Comienza a ver con otros ojos a los demás desdichados a los que antes compadecía más o menos en falso (orgulloso por su propia diligencia) A la hora de la comida, sube con las manos vacías y el espíritu alicaído...

Menez, al igual que otros, viene con un premeditado plan en la cabeza. Ese plan se estrella desde el principio con "el enemigo". Éste es una bodega enorme, un barco laberíntico (es insultante cómo los marinos parecen moverse como peces en el agua por él) un leve mareo por el sube y baja de las aguas del Hudson y por el olor característico. Sencillamente es incapaz de moverse por entre las cajas. Ni rollos de cuerda alpina, ni pitones de escalada, ni las benditas hachas para cortar el hielo aparecen por lado alguno. Silkes, al que acude para pedir ayuda, le hace una completa descripción de cada uno de los adminículos, de manera que es imposible equivocarse (hasta le hace un dibujo). Pero queda claro que ella tiene que encontrar todo aquello, no Silkes, que bastante tiene con lo suyo. Una vez lo encuentre, me avisa y le echo un vistazo ¿eh?... le acompaño en el sentimiento, añade con algo de compasión sazonada con sorna. Menez sube, al igual que otros, con las manos vacías.

Para Pickwell la mañana es igualmente negra. Nada de nada. Ni hélice de repuesto, ni timón de repuesto, ni bote de descarga... encuentra, en su lugar, un montón de latas de judías (y, al no saber que Sutton mataría por ellas, las deja por ahí, encogiéndose de hombros), un montón de rollos de cuerda de colores muy vivos, una serie de envases de plástico con líquidos raros... cosas, cosas y más cosas. Y otro que sube exasperado a comer.

O'Connel estuvo, en cambio, muy entretenida en diversas labores de carpintería. Se dio cuenta de que la jaula estaba sin montar: había maderas sin cortar, herramientas, un plano, clavos... Snabjorn, durante su parlamento inicial había asentido comprensivo, pero, cuando este hubo terminado, contestó: tranquila jefa yo conozco tema, no preocupe: primero tomar contacto por separado, que conocer gente que va a tirar de ellos, que nos conozcan, luego ya vemos cómo se van conociendo entre ellos... sin embargo, algo de pelea haber. Por cierto, que no hacer falta divisiones, yo mismo hice el pliego de condiciones para jaulas, son individuales. Así que no hay trabajo extra, buena cosa. Cruz resulta ser muy voluntarioso, aunque algo torpe. Parece ridículamente supersticioso, y gasta mucho tiempo haciendo pequeños rituales, pero trabaja duro. Suenan los martillazos durante todo el rato, y, cuando toca comer, suben los tres llenos de serrín, y con algún martillazo en un dedo.

En la comida les esperaba una sorpresa ya que se sirvió en el comedor del barco, y no fue una simple tanda de bocadillos con café, agua con hielo y te helado, sino que constó de primero, segundo y postre, con licor y café al final: las cocinas del barco habían comenzado a funcionar, los marineros auxiliares encargados de la intendencia ya estaban en marcha. Todo el mundo recibió con alborozo el cambio, pero se sintieron doblemente desdichados a la hora de levantar sus cuerpos para volver a la tarea, dado lo copioso del condumio.

Por la tarde, Sutton dio con las judías: bien por Sutton. Él no estaba acostumbrado a estos trabajos, se daba cuenta de que no movía los paquetes de manera metódica, se cansaba, se pillaba un dedo, las cosas parecían oclutarse por si mismas. Pero las malditas judías estaban ahí, así que las puso en el rincón que había elegido, dispuesto a defenderlo con su vida, cumplimentando toda la consabida rutina. El resto de la tarde se la pasó buscando la nata ágria, que se suponía que debía estar en el refrigerador. Algo desmayado, se va a dar un paseo por la bodega, a ver si aparece la manteca, o los huevos... y resulta que, ya al final de la tarde, se encuentra con la nata justo ahí, embarcada en la bodega, por error, y fuera de la nevera, al lado del montón de latas de mantequilla (si, esa mantequilla) Rápidamente, prueba la nata: por suerte no se ha llegado a estropear. Así que la carga con ayuda de López, que está cachas, y la mete en el gran refrigerador, tras poner en orden los albaranes etc, etc...

Hirch, que ha acabado con las entrevistas del día, va valientemente, en busca del baúl con generador, medidores y cabeza de taladro, avisado por O'Doul de lo que tiene que buscar. Y buscar. Y buscar. Le lleva toda la tarde, si, pero al final, aparece.

Field, al fin, encuentra la caja de material de revelado, así que la tacha de la lista, y ya es bastante, por que lo demás no lo ha visto... sin embargo no ha mirado en todas partes, así que se mentaliza para otra dura tarea durante la mañana del lunes.

Menez pasa por su particular ordalía de bodega... y no consigue encontrar nada. Se va poniendo histérica por dentro, poco a poco, aunque su natural entrenamiento hace que no llegue a exteriorizar la desazón.

Pickwell al final del todo, consigue encontrar el timón de las narices. Si. Un timón. Ahí está, por cierto. Se lo imagina con barca y todo. Sudoroso, harto de mover cajas y de dar vueltas, lo consigna escrupulosamente.

O'Connel, que ha dejado ya casi montada la jaula, deja ultimando los últimos martillazos a Cruz y a Snabjorn para ver si puede adelantar algo con su propia lista. O'Connel, o tiene la suerte del principiante, o está acostumbrada a moverse por sitios estrechos, macutos, pilas de cosas y caos organizados como este, porque encuentra rápidamente las latas de sardinas... están en un sitio lógico, piensa, sea cual sea esa lógica. Pero resulta que las sardinas tienen un albarán de recibo (firmado por Starkweather) que dice cláramente aceite de sardina, cuando el albarán de pedido dice bien grande "sardinas en conserva". Bien, pues comienza el trabajo de conseguir sardinas, tras devolver las latas de aceite. No se le da mal. Todas las referencias están muy bien consignadas en la atiborrada pero bien organizada mesa de trabajo de Moore. Llama, pide, consigna en el lugar, deja la nota en la "Montaña de Moore" (así le llama de broma Nils Sorensen, el más hablador de los hermanos gemelos, cuando pasa por ahí, y ve que O'Connel añade una cota más a la cima). Creo que pronto la llamaré Cordillera de Moore, prometo hacer un plano, y se marcha riendo a su trabajo. Los tarros de pimienta y de mostaza están, como piensa ella, en un lugar lógico... Total, que todavía le da la tarde para ir revolviendo distraídamente y, como premio, dar con la salsa de tabasco. Hasta ahí, muy bien. Sobresaliente, incluso. Pero todavía no ha acabado la jornada.

Todo el mundo sale con más o menos penas y alegrías, cansados, quizá, pero medianamente bien. Hasta el momento en el que el grupo de O'Connel comienza a maldecir... están aprovechando media horita más de grúa que queda (la fiera mirada de la exploradora ha convencido al gruista de que deje su preciosa grúa a Cruz, que parece saber manejarla)

Parece que la jaula de los perros no encaja en su lugar.Las jaulas son, en resumen, unas robustas cajas de madera con barras en la parte frontal, hechas a medida para que los huskies (son huskies los perros) estén cómodos en el largo viaje al sur. Una estructura de barras de acero fijada entre el suelo y el techo del almacén, evita que las cajas se muevan con el balanceo del barco en alta mar.

Pues resulta que las cajas son cinco centímetros más anchas y no encajan entre las barras del armazón construido para sujetarlas. Deberán montarse de nuevo, tras adaptarlas, o habrá que desatornillar las barras del armazón, hacer nuevos agujeros (y roscarlos) para hacer sitio a las cajas.

Moore, que anda por ahí, mira al equipo de las jaulas. Supongo que tendrán que arreglarlo, dice pensativo, sin mover un músculo de la cara ni modificar para nada el tono de su voz.

Todo el mundo vuelve al hotel pensando en qué le pasará mañana.

- Tiradas (7)
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09/11/2013, 02:42
Aramiker Menez
Sólo para el director

Menez, aprovechando las soledades de sus caminatas nocturnas, se dispone a pensar en lo acontecido a lo largo del día.

Menudo desastre de organización. Esto en la Antártida y estamos muertos. Piensa Menez en alto, ahora que no la escuchaba nadie.

Tras el breve desahogo, comienza a pensar en un nuevo sistema a la hora de tratar de encontrar lo diferentes elementos que aparecen en el albarán.

 

Tengo que ver a que hora es la cita con el detective. Que cabeza tengo. mañana a las 09:00h....?

 

Notas de juego

A partir de ahora en vez de buscar solamente lo que aparece en su albarán, anotará todo aquello con lo que se encuentre durante la búsqueda, contenido, localización, hora a la que lo encontró y pequeña descripción. Con un Así como hacerse con una copia del resto de albaranes por si encuentra algo de la lista de los otros desdichados y compartir la información por si resulta de ayuda.

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10/11/2013, 13:49
Dr. Arthur Hirsch
Sólo para el director

Notas de juego

uhmmm... ¿Haras tu las entrevistas o las interpretaremos nosotros? Cosa que me gustaría bastante....

Ahora voy con el post y buscaré algo en mi DSM para que quede jugoso el cuestionario.

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10/11/2013, 14:20
Dr. Arthur Hirsch
Sólo para el director

Hirsch se sintió ligeramente reconfortado al sentir que Moore no tenía todo prevista. No sabía especificar por qué, pero le había cautivado el modo en el que aquel hombre parecía estar en todo lugar y controlar todo lo que acontecía. Controla tu propio hubris Arthur, hace tiempo que superaste esa fase y su resurgimiento no haría más que interferir en tu tarea. Sonrió para mostrar su complacencia ante la respuesta del Sr. Moore.

-Con media hora será suficiente dado el gran volumen de individuos a los que entrevistar. Además, esto es solo un preliminar, aprovecharé las horas muertas de la travesía para continuar con el perfil psicológico inicial de cada uno de ellos. Aunque si ninguno pone ninguna pega el tiempo que sugiere resulta perfecto-

Sin hacerle esperar más, pues comprendía que era una persona profundamente ocupada, se levantó de la silla y, tras una educada respuesta se marchó para continuar con sus tareas.

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10/11/2013, 14:30
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

uhmmm... ¿Haras tu las entrevistas o las interpretaremos nosotros? Cosa que me gustaría bastante....

Ahora voy con el post y buscaré algo en mi DSM para que quede jugoso el cuestionario.

¡Tío, que sois 35! Tenía pensado que hicieras un cuestionario sencillo, yo te voy poniendo datos de cada cual según el día y, si te interesa alguien en especial, podemos alargar alguna de las entrevistas.

Por cierto que vas a acabar conociendo muy bien mi propia personalidad, jejejejeje, ya que en realidad las respondo yo todas.

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10/11/2013, 14:33
Dr. Arthur Hirsch

Las reuniones se sucedían sin pausa entre el barco y el hotel, apenas les daba tiempo a pensar si habían resuelto alguno de los pequeños contratiempos cuando se disponían a descubrir que uno nuevo había aparecido. Piezas perdidas, perros, comida enlatada que no aparece y ahora un saboteador… Espero que logremos poner todo a punto antes de partir. Era realmente una tarea estresante y enervante, pero Hirsch se lo tomó con la calma que le habían dado sus años de trabajo duro y constantes tras largas noches sin dormir.

-Hare lo posible por intentar averiguar cualquier sospechoso de tal actitud. Tan solo espero que sea un pequeño caso de estraperlo y afán por enriquecerse con los preparativos de una gran expedición. La posibilidad alternativa resulta cuanto menos inquietante-

Dedicó la mayor parte del día a finalizar sus tareas, incluida la consabida entrevista inicial con Abermale, Bryce, Cartier, Cole y Cruz, y luego se las arregló para encargarse de otro par mas, aquello parecía no tener fin. Al final de la tarde, el Dr. Hirsch se escabulló hacia el Hotel Westbury, parecía que aún tenía algo entre manos.

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10/11/2013, 14:33
Dr. Arthur Hirsch
Sólo para el director

Notas de juego

Jajaja! ¿Al menos a los Pjs? :P. 

Por cierto, no se si resulta interesante que rolee lo del hotel para acomodar al buen capitán. Mi idea es utilizar mi crédito y dinero para comprar al servicio, asegurarme un trato adecuado, que no se le moleste y que lo alojen en una buena suite.

Creo que tendré mañana el cuestionario que pasaré por el despacho de la Facultad para pegarle un ojo.

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10/11/2013, 15:36
Guardián de los Arcanos

Notas de juego

Este sería un buen momento para programar momentos de chat, ya que, si no, la acción avanzaría demasiado rápido con respecto a las sesiones...
Chats con los pj y con los pnj que te interesaran más, una vez hecho un resumen de lo que te cuentan. En cuanto al hotel, es interesante rolear cuanto más mejor, por supuesto.

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10/11/2013, 22:08
(Capítulo 1) Tobías Jams

El Westbury es un hotel venido a menos, en un barrio venido a menos. Tan a menos ha venido el barrio, que resulta sórdido. La gente mira tus buenas ropas y tu piel reluciente de salud, así como tu mirada decidida y brillante, y tus zapatos caros desde oscuros zaguanes. Edificios que antaño fueron casonas, parecen degradados y divididos en miserables apartamentos, y en lo que otrora fueran espacios entre ellos, seguramente ajardinados, se apiñan construcciones baratas.

Has ido tarde ya, y pasas no poco miedo. La profesión de la mayoría de la gente de por aquí, parece depender del mar y su industria. Pocos hombres, por tanto, que no sean viejos. Mujeres cargadas de niños y jóvenes matones.

Es cuando ya casi te has convencido de que hay un error en tus señas, cuando encuentras el hotel.

El interior del Westbury difiere poco de su desastrosa fachada. Alfombras raidas, manchas de humedad en los techos y un persistente olor a alcohol y sudor. El recepcionista parece joven, pero prematuramente casposo. Luce una falsa sonrisa nada más ver tu pinta de señorito bien.

Recibe tus diez dólares con rapidez y deshaciéndose en zalemas. Te enseña su mejor habitación, la 21 (que da bastante pena) y te asegura que tu huesped será tratado con toda atención...

Claro, señor, claro. Haremos todo lo posible por satisfacer a su invitado, señor.

- Tiradas (1)
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11/11/2013, 02:58
Maggie O'Connel

- Maldita sea... y ahora estamos casi sin luz para arreglarlo. Habrá que rehacer el armazón, es más fácil recortar esos travesaños que rehacer todas las cajas. Tendrá que ser mañana me temo... 

Ciertamente poco podían hacer ya, y de no sentirse observada habría soltado unos cuantos juramentos. Tal y como estaban las cosas prefería irse y tomarse un par de pintas. No más tampoco, por la mañana tocaría martillear bastante.

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11/11/2013, 10:04
Lord Anthony Montagu-Sutton III

Sutton estaba completamente agotado y se notaba en las ligeras ojeras que lucía bajo sus ojos.

Su ánimo, en cambio, era el habitual, alegre, dicharrachero, como quien no tiene ninguna preocupación en el mundo. O al menos esa era la actitud que le gustaba dar.

Malditas judías. - masculló mientras pedía un whiskie nada más entrar en el hall del hotel. - Nata fuera de su sitio, ciruelas donde nadie las buscaría y unas judias que deben estar puestas en la quilla... parece que esto está colocado por un infante de tres años.

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11/11/2013, 11:55
Dr. Arthur Hirsch
Sólo para el director

Había pasado mucho tiempo desde que el buen Dr. se adentrara por barrios como aquel. Demasiado podría decirse, tanto que ya no recordaba cómo moverse adecuadamente, cómo evitar llamar la atención con su actitud. Y su ropa y aspecto tampoco ayudaban. Maldita sea, ¿Quién ha decidido meter aquí al comandante? Procuró andar por lugares concucurridos, si aquello era viable, evitar los callejones oscuros, no mantener la mirada a nadie. Pero no siempre era posible. No entiendo como el Sr. Moore ha podido contratar esto ¿O acaso ha sido una petición directa de Douglas? Arthur no sabía que pensar de las posibilidades, cada cual peor.

El establecimiento se encontraba a la altura del vecindario, como no podía ser de otra forma. La premeditada idea de utilizar su crédito para conseguir una buena habitación se esfumó casi de inmediato. Allí funcionaría mucho mejor el dinero. El dinero y la confianza en si mismo –Espero que no haya ningún problema. De ningún tipo ¿Cuál es su nombre?- Intentó que quedara claro que a pesar de sus ropas y aspecto podía hacer cumplir la velada amenaza de que el recepcionista recibiría un buen escarmiento si aquello no se lograba –Y siempre hay más de estos para aquellos que me satisfacen. La fortuna de un hombre está en saber que consecuencias tienen sus actos- Hirsch no deseaba entretenerse demasiado allí, así que salió del hotel lo antes posible. Debía volver a su propia habitación antes de que el barrio se volviera más peligroso…