Partida Rol por web

Tim sabia que sus habilidades no incluian el disparo,con lo que no se avergonzo en decir.

No sere de gran ayuda, solo se disparar con pistola y escopeta y no acierto en demasia.

No se si sere ayuda o estorbo, podria dar a nuestro compañero, no se si podre disparar!!

Las espantosas criaturas voladoras no lograron impresionar a Chester... excesivamente. Un poco sí, porque claro, eran unos seres alados secuestrahombres peligrosos a más no poder, y aquello asusta a cualquiera.

Pero por otro lado más valía agarrar el toro por los cuernos - o por las antenas, o por lo que fuera que tuvieran aquellos bichos - , agarrarse los machos y poner algo de plomo entre la Expedición y los bichos. Chester se colocó el fusil al hombro, apuntó y disparó al primer insecto gigante que se puso a tiro.

¡Tragad plomo, escarabajos hiperdesarrollados!

Menez volvió a cargar otra bengala en la pequeña pistola.

- No se infravalore Timothy. Si yo puedo usted también.-  Con parsimonia la periodista guiñó un ojo, sacó la lengua para apuntar y disparó otra bengala. Aunque era pequeña y tenía el centro de gravedad cerca del suelo, no era fácil disparar encima de un avión.

Bien, veamos aque puedo hacer, querida. Espero no fallar...

Tim apunta guiñando un ojo y trata de disparar el arma.

Sutton intenta apuntar lo mejor posible y dispara su rifle, encomendandose al señor; que, en este caso, encontró muy "conveniente ".

Son..., son..., VUELAN!. Esos bichos vuelan, y llevan a... - Charlene, llevada por el pánico, no pudo decir nada más. Se había colocado en la ventanilla que estaba a la derecha de Chester, había cargado con destreza el rifle y colocado muy a mano la escopeta de galgas, también convenientemente cargada. Todo ello realizado con movimientos precisos y seguros. Claro que eso había sido antes de que los seres se acercaran lo suficiente como para que pudiera verlos bien, porque en cuanto esto sucedió acertó solo a balbucear algo ininteligible y a apretar el gatillo sin ningún tino, de tal modo que su disparo se perdió en el cielo.

Con un temblor de manos que iba en aumento Dominique se debatia entre mirar al exterior y ver algo que no deseaba o mostrar su lado mas oscuro y ocultarse debajo de una lona en el sitio mas rebuscado del avion.

En un instante de sensatez dejo sobre uno de los asientos sus dos pistolas del 45 cargadas y sus dos cargadores de recambio con la esperanza que pudieran valer para algo, acto seguido se hizo un ovillo detras del asiento del piloto tapandose con una manta...

Mas arriba, mas arriba, tenemos que elevarnos o nos comera...

Una nubecilla sacudió los ropajes de una de las formas voladoras tras el disparo de Chester (que fue el único que de todos consiguió acertar). El ser dio un respingo en el aire y juraríais que estuvo a punto de soltar su presa. Sin embargo, no variaron la trayectoria ni un ápice. Se escucharon un par de gorjeos extraños provenientes de ellos. La trayectoria del vuelo parecía que iba a pasar a unos buenos veinte metros del avión, pero conforme avanzaban, también se iban elevando a ritmo constante, lo que quería decir que el siguiente tiro no iba a ser tan cercano como podría parecer. Pero la posibilidad existía.

Alrededor de las formas ahusadas se podían distinguir ahora los sistemas de tentáculos superiores e inferiores, unos extendidos para sostener a la presa y recogidos en torno al torso el resto. También se podía observar que en modalidad de vuelo, el cuello que unía las cabezas de cinco apéndices con el cuerpo estaba retraído contra la ropa que les abrigaba, que formaba ahí algo así como un cuello mao, pero sin abertura frontal, al no existir parte frontal alguna. Alrededor de los cuerpos se podía distinguir, así mismo, el borrón que formaban las alas, que funcionaban como las de los insectos o las de los colibríes, sustentando el cuerpo en el aire mediante la rapidez de los aleteos más que mediante la capacidad de planear (lógico, dado que las criaturas no eran muy aerodinámicas).

Viendo que su disparo se perdió en el vacío, se tomó su tiempo para apuntar al monstruo de la derecha en la zona donde las alas se unen al cuerpo. 

Toma plomo, engendro del demonio.

Sonriendo recarga el rifle y se dispone a realizar otro disparo. Para tranquilizarse saca una petaca con su "medicina" particular.

Mmm, 24 años muy bién llevados. Tendré que encargar un par de barricas.

Tim no acierta a su objetivo, al ver que los captores se elevan, se pone muy nervioso y no acaba de apuntar, puede que un amigo desaparezca por siempre

Lo bueno de la pistola de bengalas es que se le antojaba a Menez como un arma de juguete, fácil de recargar con las torpes manos enguantadas en las manoplas. Apretó el gatillo mientras guiñaba un ojo para apuntar y el cielo volvió a verse coloreado de rojo pro la estela de la bengala sin que esta diera al objetivo.

- Fuegos artificiales.

Chester frunció el ceño. Pese a que el bicho quedaba lejos, estaba bastante seguro de que le había dado. Un disparo como aquel habría tumbado a una persona normal, pero aquellas criaturas no parecían inmutarse por algo tan... civilizado como una bala.

Pero tampoco tenía muchas más opciones. Si hubieran estado más cerca quizás habría probado de lanzarles una de aquellas extrañas piedras que habían encontrado en el suelo de los edificios de la ciudad, pero a aquella distancia era perder el tiempo.

Chester alzó de nuevo su fusil, apuntó a la criatura a la que creía haber dado antes, y disparó de nuevo. Su silueta empezaba a emborronarse en la distancia, pero él no era un mal tirador, y antes de dejar que se largaran con su presa, había que intentarlo todo.

¡BLAM!

La detonación le dejó medio sordo, y el fotógrafo se quedó contemplando a aquellas figuras, que ya se alejaban de ellos sin que pudieran hacer nada más para impedirlo.

Los dos últimos disparos espabilaron a los seres, que aceleraron visiblemente hasta casi perderse en el horizonte. Sobre todo tras la detonación del arma del fotógrafo, uno de los carambolos erró visiblemente y, una vez más, estuvo a punto de soltar a su presa, que se movía mucho.

¡Bien! ¡Sigan disparando! ¡Al de la derecha! Uno de ellos al menos debe quedar vivo. ¿Están calientes ya los motores? Hay que salir tras ellos inmediatamente. Moore se había subido a un ala y casi brincaba de puro nervio. Estaba desconocido. Temblaba por la emoción. La voz salía gastada y ronca por culpa de los jadeos a que le obligaba su estado, conjugados con el frío aire y por el oxígeno que, sin duda, estaba inflamando sus mucosas nasales. Todavía se podía divisar el blanco, todavía al alcance de las armas largas y ya completamente fuera de la capacidad de la pistola de bengalas.

Después del "generoso" trago Sutton recarga el rifle, apunta cuidadosamente e intenta acertar nuevamente entre el nacimiento de las alas. 

Tras el tiro y visto que no hay resultado, decide que va a tener que dejar la "medicina" para otro momento y concentrarse en abatir a uno de los engendros al menos.

God damned,  ¿cuando vamos a poder salir en persecución de esos bichos? Están tan lejos que no hay quién acierte. 

De nuevo cogió una bengala y la introdujo en la pistola. Resultaba un objeto sencillo, tan fácil de usar que hasta un niño podría hacerlo. El problema era la puntería y las ganas de quien la empuñase. Sí, le hubiera gustado hacer que uno de esos carambolos prendiese fuego y cayese, pero la cosa que se llevaban no le inspiraba ninguna simpatía. Ya se imaginaba los titulares.

Expedición Starkweather-Moore. Esta vez es Starkweather quien no regresa.

¿No había, el intrépido explorador, desdeñado todas sus advertencias? Pues de tanto tensar la cuerda ésta había acabado por romperse. Mejor él que no otro. Mejor él que no su inocente hijo, Nandan, que tanta admiración por él ostentaba.

Pobre criaturita.- Y a pesar de toda aquella tensión, de los gritos de Moore porque emprendieran el vuelo para continuar con la caza, por la cabecita de Menez sólo unas terribles imágenes estaban presentes, a la vez que una sonrisita maliciosa se formaba en el rostro. El cuerpo de Rompehuevos diseccionado con precisión, su cráneo abierto y vacío. Dos carambolos inclinados sobre su cerebro aún palpitante. ¡¡Teke-lili, tekeliliiiiii!! Un lamento ensordecedor que rebotaba en un eco sin fin en las gargantuescas montañas. Un lamento que evidenciaba que poco podrían exprimir de aquel inservible cerebro del más inútil del los especímenes humanos que había viajado al polo.

Mala suerte carambolos, la próxima vez tendréis que elegir mejor a vuestra presa.

Menudo tiroteo, menos mal que somos cientificos, no me quiero imaginar si llegamos a ser el 7º de caballeria...

Todos pegando tiros y lanzando bengalas como locos al lado de un avion repleto de gasolina y bombonas de oxigeno, PERO EN QUE ESTAN PENSANDO...

Cuando ya parece que dejan de disparar abandono el escondrijo, recupero mis pistolas y me hago con un pequeño equipo de supervivencia que pongo en el trineo que trajimos. Ya en el exterior, Si esos dos pobres desgraciados son los starkweather, quiere decir que no consiguieron su objetivo, por lo que nuestra posibilidad de sobrevivir aqui vuelve a pasar por llegar al avion de la Lexington.

Hora mismo soy un completo inutil para la expedicion, pero al menos caminar si puedo, por lo que me propongo tomar contacto y hacer que podamos volver todos.

Ahora que ya no hay carambolos gracias a starkweather supongo que el viaje sera "sencillo", por lo que no hace falta que nadie mas arriesgue la vida conmigo...

Esto lo dije en serio, aunque en el fondo esperaba que alguien mas se me uniera en la locura de ir en solitario, pero por otro lado no queria ser el responsable de mas desgracias, todo un dilema.

Bien, parto de inmediato...