Partida Rol por web

Siguiendo la corazonada, avanzasteis hasta (9) para descubrir que efectivamente una gran agujero daba acceso a la estancia que anteriormente se encontraba bloqueada.

La sala que habíais revelado (9) mostraba de manera majestuosa una gigantesca estatua de mujer con ropajes egipcios. Dicha mujer tenía las manos extendidas y en ellas parecía albergar un medallón.

Un rápido vistazo hacía comprobar dos detalles:

Uno de ellos era que el medallón parecía estar elaborado de cobre y tenía grabado el símbolo de un sol con una firmeza exquisita.

El otro detalle es que a los pies de la estatua había un jeroglífico que a ojos de un experto podría ser fácilmente traducido, por desgracia no había nadie con vida capaz de hacerlo.

Además, comprobáis que la estatua está decorada con motivos que hacen referencia a la diosa Bastet

Crees que podrías llegar a entender ese jeroglífico?  Pr gunté a Jane.  Sin James, ella era nuestra mejor oportunidad.

Algo pasó por mi cabeza, saqué el medallón de oro de mi bolsillo y lo ocmparé con el de cobre.  Recordaba algo sobre el sol de los infieles que había dicho James, y pensé que, quizás tuviesen algo que ver.

- No, no logro descifrarlo... ¡Mierda! Si estuviera aquí James... - dije mientras observaba el dibujo con atención.

- ¿Qué hacemos con el medallón? Tal vez sea un mecanismo y necesitemos estos medallones más adelante para activarlo... - suspiraba a ritmo algo agitado, por la tensión de la situación - Nos lo llevamos?

Sin tener la información adecuada, creo que lo mejor es tomarlo.  Quizás lo necesitemos.

Dije, y tomé con cuidado el segundo medallón.  Pero rápidamente coloqué el de oro allí por si tenía algún tipo de mecanismo de presión debajo.

Avané hacia la otra puerta y miré al otro lado con cuidado.

No ha pasado nada, creo que lo mejor no sería dejar el medallón aquí. Tal vez abra alguna sala

Mientras Alex se iba distanciando, me quedé en la estancia y tomé el medallón de oro... Esperando que ninguna divinidad me castigara por ello.

El pasillo (p8), cuya longitud a primera vista parecía no tener fin, cobijaba un nuevo jeroglífico que podía ser interpretado por alguien con los conocimientos necesarios, lamentando así el seguir sin un experto a vuestro lado.

La gran sala a la que acababais de ganar acceso (14) era una trampa. Lo supisteis en el momento que las puertas de piedra se cerraron tras de ustedes dejándoos atrapados. Intentasteis abrir la puerta pero no había manera, el mecanismo era demasiado especial como para usar la fuerza bruta.

Fue entonces cuando os disteis cuenta que la única solución ahora era investigar bien el lugar para encontrar la manera de abrir las puertas.

Os llamó la atención que lo único que había allí era un altar donde una daga ceremonial oxidada permanecía sobre él.

En una de las paredes había un jeroglífico, cuyo significado era indescifrable.

¿Qué querría decir aquellas inscripciones en la piedra? ¿una advertencia? ¿una indicación? El hecho de que hubiese un altar y un puñal ceremonial incitaba a la imaginación con desenlaces bastante macabros. ¿Qué es lo que teníais que hacer? ¿Teníais que usar el puñal?

Me acerqué al altar y tomé la daga, luego hice un corte en mi mano y dejé que algo de mi sangre corriese por el altar.

Es una corazonada... pero no tengo idea de qué podría pasar.

Ese altar de ahí y esa daga... No pude acabar de pensar para mi misma que de repente la entrada se bloqueo y ya no podíamos salir.

Respiré y exhale aire con rapidez, justo cuando aún no había podido asimilar toda la situación.

- ¡Alex! - me acerqué hasta él y vi como le brotaba la sangre, me arranqué un trozo de mi camisa e improvisé unas vendas para que parará de sangrar.

Aunque yo también había pensado hacer eso... Vi al altar ensangrentado y esperé para ver si ocurría algo.

Notasteis que en el momento que la sangre tocó la piedra del altar, todo empezó a vibrar de manera leve. ¿Qué significaba? ¿Estaba el altar reaccionando?

Viendo que no ocurría nada, empece a palpar las paredes y a buscar por toda la sala. Intenté presionar las paredes, el suelo y cualquier superficie lisa que pareciera mínimamente sospechosa.

- Sigamos buscando

Esto está generando algo.  Dije mirando aún la daga y el altar.  Déjame probar un poco más.

Deshice la venda y dejé que un poco más escurrirse.  De hecho apoyé mi mano sangrante sobre el altar.

Jane no encontró nada, sin embargo Alex, profundizando en su herida, se percató que la sangre al contactar con el altar generaba vibraciones cada vez más fuertes en la sala.

Por desgracia la puerta no se abría...