Partida Rol por web

Gallind miró el tomatito, luego a Tatharina y le agradeció. - Gracias. Le daré un uso adecuado. - Y lo guardó en uno de los bolsillos de su camisa. Luego vió como el enano perdía la paciencia y desaparecía entre los arbustos. Sin siquiera pensarselo demasiado siguiendole fue Rilwen. - ¿Tu que piensas hacer? - Le dijo a Tatharina, la única que aún estaba en el claro y se recostó de lado sobre su capa élfica con una mano apoyada sobre la cien y su mentón. - No estuvimos quietos, ni siquiera lo suficiente como para poder recuperar el aire. - Y con una mueca bondadosa y cómplice agregó. - Si vas, te sigo. Tampoco es que haya mucho que hacer por aquí. Me aburriré si me quedo el último y solo. - Respiró profundamente, y exhaló con desgano.

-ummmm. Es interesante lo que tenemos aquí Tolman. Todo parece indicar que este lugar es utilizado por los bandidos de Imledair para vigilar la puerta de Bree y poder controlar la salida de carros con mercancías desde la distancia-

-Parece que las huellas tienen algunos días y que aquí no hay nadie ahora, pero no podemos estar seguros de que no vayan a volver. Afortunadamente desde aquí arriba controlamos el panorama y veo difícil que puedan sorprendernos. En todo caso, voy a la ladera oeste para hacer las señales a nuestros compañeros y que suban a ver lo mismo que hemos visto nosotros. Quizás Rilwen sea capaz de sacar algo más de información de estos rastros-

- Vigila tú el otro lado. No quiero verme sorprendida en este lugar-

-¡Ah! No olvidemos borrar nuestros rastros al irnos. Será mejor que los bandidos no sepan que hemos estado aquí. 

y sin más Lily corre hacia la ladera oeste para desde allí enviar la señal acordada indicando que no hay peligro en la cima de la colina. 

Esperaré a que suban y cuando estén a mi altura les diré lo que hemos encontrado y que me parece importante no llenar el lugar con nuestras huellas. Así que lo mejor sería que sólo Rilwen se acerque a los restos de la fogata. 

En la falda de la ladera oeste, la que mira hacia el lugar donde nos paramos a comer y muy cerca de la cima de la colina, veis la señal acordada. Un reflejo fijo que apunta hacia vuestra posición.

Gláin alzó uno de sus cortos pero robustos brazos para apuntar con el dedo hacia la cima de la colina.

—¡Es la señal! ¡No hay peligro! —gritó exultante.

Sin más preámbulos, volvió a cargar con las mochilas y, ayudándose con el asta de su hacha como si fuera un bastón, inició el ascenso con una gran sonrisa.

Desde luego es del todo interesante Lily, parece que hemos dado con un puesto de vigilancia como bien dices, hay que ser cautelosos pues seguramente habrá más en otras direcciones seguramente rodeando Bree.- Tolman se rascó el pelo pensativo.- Lo que me sorprende es que no haya nadie y que las huellas sean de hace unos días, lo lógico es pensar que la vigilancia es permanente para encontrar todas las víctimas posibles. ¿No te parece? Ten cuidado al moverte, no podemos fiarnos.

Dicho esto a modo de despedida hizo caso a la pequeña hobbit y se dirigió a observar el otro lado de la ladera, con la mosca detrás de la oreja pues no le parecía normal que las huellas fuesen antiguas, si el fuese un bandido estaría vigilando permanentemente. Solo esperaba que no hubiese ninguna sorpresa desagradable.- Tienes razón.- Dijo para si mismo.- Hay que asegurarse de borrar los rastros. 

Cuando ya estaba a punto de pasar el tiempo acordado de espera, o eso pensaba Rilwen, Lily apareció en el borde de la cima y usó el espejo para hacer una señal fija. 

Por fin la señal, y además la de que no hay peligro! Yo también me alegro mucho Gláin de finalmente ponernos en marcha. Recojamos nuestro equipo y comencemos la ascensión. 

Y volvió a colocarse las mochilas a la espalda, y luego tras echar una ojeada a sus amigos y ver que todos estaban preparados para continuar el camino, comenzó el ascenso a la colina. Aun a pesar de que tal vez no había ningún peligro, trato de ser sigilosa y estar alerta. Fue unos metros por delante de Gláin que seguro que sería mucho más ruidoso. Y vigilo los alrededores por si alguien pudiese estar vigilando.

Tatharina levantó la vista hacia la cima de la colina. El brillo del espejo atenazó sus miedos, era casi una señal de esperanza. Después se puso en pie con un suspiro. Se acabó el descanso, supongo que no tendremos otro así en un tiempo. Volvió su cabeza hacia el elfo que había interesado por su opinión y le contestó con su voz cantarina: Fíjate Gallind, parece que nadie tendrá que quedarse aquí triste y solo. Lily nos llama y, por suerte, parece que está todo bien.

Durante la ascensión trató de no hacer ruido aunque sin preocuparse demasiado, ya que caminaba al lado de Gláin y él siempre iba a armar más escándalo. Pese a que la chica era delgada no estaba acostumbrada a caminatas largas, así que, durante los tramos más inclinados de la ascensión resoplaba continuamente, visiblemente cansada. - Gláin Dijo entre bocanadas de aire - ¿Cómo eres capaz de moverte tan ágilmente con esas patas tan cortas y cargando con dos mochilas?

Craso error, por intentar hablar perdió la concentración en su respiración y empezó a sentir un dolor agudo en el costado. Ahora estaba cansada y tenía flato.

Sin dejar de andar cuesta arriba, el enano se dio la vuelta con una sonrisa.

—¿Ágilmente? —preguntó. La risa que se le escapó acabó sonando más como un jadeo por el esfuerzo de la ascensión—. Ágil es ese orejas largas del arpa, no esté viejo enano. Creo que las copiosas cenas en las postas de caravanas me están pasando factura. Y ese elfo no levanta ni polvo al andar...

Negando con la cabeza siguió marchando, machacando el suelo con cada paso con sus botas claveteadas. 

—Ya falta menos —masculló unos minutos después. Al volverse, se percató de las dificultades de Tatharina para mantener el ritmo—. ¿Te encuentras bien? Agárrate, que tiraré de ti —dijo ofreciéndole el extremo del asta de su hacha para remolcarla cuesta arriba.

La nube empezó a pasar y dejó paso de nuevo al sol. Abajo, estabais algo nerviosos porque los hobbits no habían hecho aún ninguna señal y estabais discutiendo si subir o no. Pero ahí estaba, una luz reflejada desde unos arbustos en la cima. ¡Era la señal de Lily! Sonriéndoos unos a otros, cogisteis los bártulos y salisteis de vuestro escondite. La ascensión se hizo algo pesada para el enano y la beórnida, pero para los elfos fue un paseo sin dificultad. Rilwen era la única que iba más en plan sigiloso, parapetándose en los pocos elementos que había de cobertura. El sendero zigzaguea hasta llegar a la cima de la colina, donde podéis ver más claramente que está cubierta de árboles, arbustos bajos y piedras.

Poco a poco, vais ascendiendo hasta llegar a lo más alto. Veis que el sendero termina en una especie de claro, rodeado de vegetación y de piedras. En la otra punta, podéis ver otro sendero que desciende de la colina por su cara sur. En silencio, os vais acercando al claro. Parece que no hay nadie, a excepción de los dos hermanos hobbits. Desde esta altura, se divisa todo el entorno: Bree, el Gran Camino del Este, las colinas circundantes, etc. En un lado del claro, al resguardo de una peña, veis un montón de cenizas.

Lily se acerca al borde de la cima y se coloca entre unos arbustos, intentando divisar el sitio donde están escondidos sus amigos. Saca un pequeño espejo de su chaquetilla y mira al cielo. En esos momentos una nube ha tapado el sol, aunque se mueve rápido. Después de unos minutos, el reflejo del sol está desviándose desde el cristal hasta la posición de los demás. Una señal fija, esa era la señal de que no había peligro. Mientras, Tolman está en el lado sur mirando los alrededores, por si hubiera algún bandido escondido, pero a parte de algunos animalillos y pájaros, estáis solos aquí arriba. Por lo que vuelves con Lily y los dos juntos veis cómo vuestros compañeros empiezan con la ascensión. Los elfos van los primeros, más deprisa, con Rilwen moviéndose por las escasas rocas y arbustos, intentando pasar desapercibida. Un poco más atrás, el enano y la beórnida suben algo más lentos y haciendo más ruido. Al cabo de unos veinte minutos, más o menos, alcanzan la cima y los tenéis enfrente vuestra. El sudor perla la frente de Gláin y Tatharina.

Por fin llegaron a la cima de la colina, no había nadie, y allí estaban Lily y Tolman esperándoles.

Habéis descubierto alguna cosa de interés, algún rastro?

Se acerco a los restos de una hoguera y trató de saber el tiempo que podía hacer desde que se apago. 

Y también si había algún rastro reciente, que podría indicar la dirección que habían seguido los ladrones.

Por aquí.- Dijo Tolman para indicar que se acercaran a su posición.- Hemos descubierto un rastro de cuatro personas de hace unos tres días, parece que desde esta posición observaban a los viajantes para decidir quiénes serían sus víctimas. He estado buscando algún otro rastro o pista pero no he tenido mucha suerte. La verdad que me sorprende pues esta posición es muy buena a mi parecer y que hayan pasado tantos días sin que volviesen a venir me escama un poco la verdad...¿Qué opináis vosotros?

Gláin soltó la mochila de Tolman a los pies del hobbit. La ascensión había sido larga y cansada, como bien demostraba la saludable capa de sudor que cubría la frente del enano. Con los brazos en jarra, el naugrim resopló fuertemente y tomó una bocanada de aire para llenar los pulmones.

—Menuda subidita... —dijo cuando consiguió recuperar una respiración normal—. Así que era un puesto de vigilancia...

Mirando aquí y allá, paseó por la cima hasta detenerse al lado de Rilwen, que examinaba de cuclillas las viejas cenizas.

—¿Hace tres días, dices? —preguntó al hobbit—. No sé porqué decidieron irse, pero no puede tener nada que ver con nosotros. Hace tres días ni siquiera te habían encarcelado todavía... Tal vez decidieron mover sus actividades hacia el Gran Camino del Este para no llamar la atención. Demasiados asaltos en el Gran Camino del Norte podían haber resultado sospechosos. Quién sabe... En todo caso, tenemos un rastro. Y si somos capaces de seguirlo, quizás lleguemos hasta su campamento por la puerta de atrás.

Gláin asintió mirando hacia las tierras salvajes al sureste de la colina. En algún rincón de esa región desconocida se ocultaba la guarida de Imledair. Palmeó distraídamente el hoja de su hacha, como si intentara sosegar el hambre de sangre del acero cubierto de runas enanas.

—Si ya habéis comprobado que no hay nada más aquí, será mejor que bajemos de esta colina. Aquí arriba estamos expuestos a miradas indiscretas.

Rilwen estaba tan absorta buscando indicios en la cima de la colina que había olvidado devolverle la mochila a Lily.

Toma Lily, tu mochila. 

Supongo que no estarán de forma continuada en esta colina, vendrán con frecuencia para vigilar quien transita por los caminos e ir seleccionando presas para sus fechorías. Y de paso entrar en contacto con sus compinches cada cierto tiempo.

Luego prestando más atención al sendero que desciende por la cara sur, comento.

Tal vez este sendero y las huellas dejadas por los ladrones en sus idas y venidas, puedan acercarnos a su campamento. Aunque no sabemos cuantos son, y un enfrentamiento directo puede ser muy arriesgado, temerario. Pero si les pillásemos por sorpresa, tal vez en mitad de la noche, tal vez podríamos dejar a un buen número de ellos fuera de juego, y tendríamos alguna oportunidad.

Ahora tenemos que pensar en nuestro siguiente movimiento, tras descansar un rato de la subida.

Lily recibirá a sus compañeros antes de que alcancen la cima. 

-Hemos encontrado un puesto de vigilancia. Hay rastros que nos parecen de hace unos tres días y una hoguera apagada y fría. También un pedazo de cuerda y este clavo para herraduras. Además hay un rastro de huellas que baja hacia el sureste- 

Lily muestra el clavo entre sus dedos índice y pulgar.

- Quizás Rilwen pueda sacar alguna otra conclusión de ese lugar. Pero antes de que subamos a examinarlo... ¿No creéis que deberíamos tener mucho cuidado de no dejar también nosotros nuestro rastro? Creo que no deberíamos subir arriba a pisotearlo todo y dejar nuestro particular "hemos estado aquí y vamos a por vosotros", escrito en el suelo-. 

-Por otro lado... Además de ir en busca del campamento se me ocurre también la opción de esperarles por aquí y emboscarles cuando vengan. Por lo que hemos visto en las huellas no suelen ser demasiados en venir a la vez. Eso nos daría ventaja, aunque cierto es que también es posible que nos pasemos aquí acampados varios días sin ver aparecer a nadie. Pero desde luego esta posición nos otorgaría una enorme ventaja comparado con avanzar hacia un campamento que con toda probabilidad estará vigilado. Si caminamos por la senda lo más probable es que ellos sepan donde estamos bastante antes de que nosotros sepamos nada de ellos. Lo veo como caminar directamente hacia el fuego- 

-Sí, claramente creo que nada perderíamos por esperar aquí al menos un par de noches y ver si aparecen esos bandidos por algún lado. Desde esta atalaya tenemos una panorámica perfecta de todos los alrededores. Sólo necesitamos paciencia- 

Y dicho esto Lily asiente para sí misma habiéndose convencido durante su discurso de que esa es la opción más sensata. 

Ah, y obviamente recojo mi mochila del suelo y me la echo a la espalda.

Es una buena idea Lily, podríamos cogerlos por sorpresa y seguro que no serán muchos. Y no tenemos mucha prisa, el problema es que no sabemos cuántos días pueden pasar antes de que regresen. Yo estoy de acuerdo contigo. A ver qué opinan los demás. Toma, aquí tienes tu mochila.

Y le doy su mochila en la mano, yo no tiré al suelo la mochila de Lily, dije que se la daba.

—No me da buena espina... —rezongó el enano al escuchar la propuesta de Lily.

Gláin echó un vistazo ladera abajo, por la vertiente sur. Más rocas, arbustos y destinos inciertos. Miró al cielo con desconfianza y negó con la cabeza.

—Si los bandidos han cambiado este punto de vigilancia por la taberna abandonada, tal vez no vuelvan en mucho tiempo. Quizás nunca... —dijo sin dejar de mirar al lejano horizonte, hacia las tierras salvajes al sureste de la Colina de Storch—. ¿Y qué me decís de los buenos habitantes de Bree? Cada buhonero, comerciante y viajero que pase un por la ciudad sabrá con solo entrar al Poney Pisador que los... héroes locales... —dijo con una mueca de desagrado—, han salido en pos de los bandidos. ¿Cuánto tardarán esos rumores en llegar hasta Imledair? 

El enano se dio la vuelta al fin hacia sus compañeros. Cruzó los brazos sobre su robusto pecho y siguió negando pesimista con la cabeza.

—Esperar... No, no me da buena espina...

Ignorando al resto, tras tener que subir la cuesta sin otra opción, Gallind se dispuso a observar el claro y la colina. Se acercó cuidadosamente a donde estaban el rastro y los restos del fuego y observó detenidamente. Luego saltando de piedra en piedra con la agilidad de un gato y la alegría de un niño se dispuso a vislumbrar con sus ojos claros el suelo y la lejanía. Cláramente buscaba discernir en que dirección iban los rastros. Y casi sin pensarlo demasiado dijo en un tono monótono y apagado. - Estoy de acuerdo con Glain, hay que seguir hacia delante. Lo mejor es avanzar. No quiero tener a Imeldar persiguiendo a sus perseguidores alerta por los posibles rumores que corran. 

Tatharina llegó unos minutillos más tarde que sus compañeros, había parado a descansar en una roca cercana a la cima y ahora avanzaba despacio con una mano apretándose el costado. Esto me pasa por intentar seguirle el ritmo a Rilwen, una experta montaraz. Avanzaba corriendo de tronco en tronco y está fresca como una lechuga... Mientras tanto yo aquí muriéndome por un poco de ejercicio... No sé si les voy a ser de alguna utilidad...

- Eyyyy, hola Lily, Tolman. ¡Qué bien veros sanos y salvos! Nos teníais muy preocupados allí abajo. Sin mucho éxito, intentó cambiar su mueca de cansancio por una sonrisa. - Buf, esto está alto eh. Incluso con las nubes de tormenta la vista es preciosa.

Recuperado el aliento se acercó a Gallind que, al igual que Rilwen, parecía inmune al cansancio y estaba saltando de piedra en piedra. - ¿Qué miras en el horizonte? ¿Algo ha llamado tu atención? La beórnida se puso a mirar en la misma dirección, entre el follaje de los árboles en la distancia y siguiendo el contorno de las colinas más bajas, intentando adivinar que observaba su amigo elfo.

- ¡Pues yo también creo que deberíamos partir! Alzó la voz desde la distancia, intentando hacerse oír. - Como bien ha señalado Gláin, creo que el tiempo corre en nuestra contra. Se acercó al corrillo que se había ido formando - Si tenemos intención de aprovechar el elemento sorpresa a nuestro favor, no debe faltar mucho para que los informantes de Imledair le expliquen el poco discreto espectáculo que montó el Tío Holfast.

Rilwen escuchó como la mayoría prefería continuar y tratar de encontrar la guarida de los ladrones.

Muy bien, pues continuemos. Tratar de no dejar muchas huellas de nuestro paso, para que no sea muy evidente nuestro rastro, nunca se sabe.

Es cierto que no sabemos cuando puedan volver, y podría ser una larga espera en la que llegasen noticias de nuestras intenciones hasta oídos de los ladrones. Aunque ir a su guarida tiene también muchos riesgos, no sabemos cuantos son, y tras una sorpresa inicial podemos vernos desbordados por un número muy superior de enemigos.

Propongo que sigamos las huellas de los ladrones hasta su guarida, pero caminando en paralelo casí todo el grupo, para no dejar unas huellas muy evidentes. Y en lo posible tratar de no llamar demasiado la atención, cuando bajemos, podemos ser divisados desde lejos.

Y a continuación trato de encontrar y poder seguir el rastro de los ladrones. Pero no estaba muy centrada pensando en si estaban haciendo lo más adecuado, o tal vez deberían esperar, y eso hizo que no fuese muy precisa a la hora de seguir el rastro de los ladrones.