Partida Rol por web

-Pues vayamos tras el rastro de Lily, a mi tampoco me haría mucha gracia encontrarme con Dargar y con lo que sea que lanzó aquel terrible alarido. Aunque por desgracia no tenemos ni idea de por donde esta la salida, y tendremos que investigarlo.-Solo de pensar en volver a un combate con unos enemigos tan horribles, se le iban las fuerzas a Rilwen, y por desgracia aun no tenían ni idea de como salir de allí, ni de donde y como podrían encontrar a sus amigos.

Lo que recuerdas básicamente es que los seres que habitan túmulos son llamados tumularios, antaño grandes señores de los hombres, pero que ahora son espectros que aparecen como figuras oscuras y sombrías. Se alimentan de la esencia vital de los seres vivos y sienten un profundo odio por todas las formas de vida. Son bastante peligrosos de enfrentar.

Te quedas mirando la sala y te das cuenta de que hay muchos tesoros de gran valor a tu alrededor. Si te acercaras, podrías mirarlos con calma y ver su buena manufactura, pero no es momento para ello. El halo fantasmal que recubre la armadura empieza a hacerse más consistente. Algo se mueve dentro de ella. Observas horrorizado cómo una forma fantasmagórica, poco más sustancial que las nieblas de noviembre, empieza a tomar cuerpo en el interior de la armadura de placas. Chasqueando y resonando, la armadura se yergue lentamente hasta quedar sentada. Sobre la abertura para el cuello pende un yelmo rodeado por una corona. Una sombría calavera es vagamente visible en su interior. El frío ahora es más fuerte y te golpea sin remedio. Un miedo atroz surge de tu interior exhortándote a que salgas de allí de inmediato, a que huyas hacia cualquier lugar que te aleje de esa criatura. Pero te has quedado como petrificado, tus músculos se niegan a moverse debido al terror que sientes.

Con una sonrisa terrible, el tumulario deja caer sus piernas por el lado del ataúd y se pone en pie, en posición erguida, de combate, con las piernas separadas. Sus acorazados puños blanden un escudo y una espada larga. La criatura parece que va a hablar, pero le cuesta articular las palabras. Detrás de los gastados dientes pues ver el movimiento de una delgada y blanca legua. Sus palabras no se corresponden con el movimiento de las mandíbulas. El habla empieza lenta, para después ganar en velocidad.

-"Durante muuucho tiempo os he estado esperando." Dice con voz rasposa.

Es la voz más horrible que hayas escuchado en tu vida, parece dañarte los oídos. Justo en ese momento, escuchas unas palabras provenientes de alguna parte del complejo, muy débiles, pero que denotan poder. Parece élfico, alguna de las variantes que existen, no sabes cuál. Pero esas palabras que parecen una letanía hacen que el tumulario chille de dolor y deje caer el escudo y la espada al suelo con gran estruendo. Se lleva las manos a la cabeza e hinca las rodillas en tierra. El chillido te ha dejado aún más paralizado, de lo horrible que era. Estás seguro de que si sales con vida de aquí, te perseguirá en tus sueños cada noche, rememorándolo una y otra vez.

Al cabo de unos instantes, que se hacen eternos, logras domeñar el terror y giras sobre tus talones para correr raudo hasta la salida de la sala. Tienes un momento para huir, mientras el tumulario se retuerce de dolor. Llegas hasta donde está el telar que oculta la entrada y empiezas a empujar con todas tus fuerzas para desplazarlo. Poco a poco, y aunque estás aún con el frío y el miedo metidos en el cuerpo, logras ir abriendo hueco para poder salir. Una vez que hay el suficiente espacio, te introduces por él y te vuelves a girar para empujar el telar de nuevo y bloquear la entrada. No sabes si resistirá a una criatura como esta, pero puede que lo ralentice un rato. Justo cuando estás haciendo ésto, un tapiz que colgaba de la pared de tu izquierda cae al suelo haciendo bastante escándalo, lo que hace que pegues un pequeño saltito del susto. Tu corazón ya no sabes si aguantará más situaciones como estas. Justo allí enfrente, pegada a la pared intentando pasar inadvertida, está tu amiga Lily Pulgarverde, pálida como la leche. En su mano sostiene una pequeña honda, aunque parece que está temblando de miedo.

(Leer deprisa)

¡Mierda, mierda, mierda! ¿Qué va a salir por ahí? ¡Tengo que encontrar rápido donde esconderme! Ese enorme tapiz servirá...

Me coloco detrás, tiro un poquito para que me cubra mejor mis peludos pies de hobbit y... !raaasss! La tela roída por el paso del tiempo se deshace como si fuese un helado en pleno agosto en una playa murciana.

Y me quedo allí, con cara de hobbit dispuesta a ser devorada por alguna criatura procedente de ultratumba. 

De esa puerta secreta sale entonces una figura corpulenta y fea que se mueve con desgana. Sus pelos está revueltos como si no se hubiese lavado en décadas. Se mueve con torpeza. Su cuerpo va cubierto por una pesada cota de malla y su cabeza por un yelmo de formas angulosas. Pero lo más terrorífico de todo es ese enorme "hacha de Gláin" que arrastra por el suelo. Listo para cortar mi pequeña cabeza de hobbit...

(Parar de leer deprisa) 

¿Hacha de Gláin?

Si Lily, tu misma has dicho hacha de Gláin. No he sido yo. Has sido tú. Tú envenenada, claro. Porque empiezas a hablar contigo misma Lily. ¿Te habías dado cuenta?   

¡Eh Lily, despierta! Retoma el control de tu propio cerebro. Eso que hay ahí parado es Gláin. Y parece tan ido como tú, porque pese a que te hayas escondido detrás de tu propia mano, parece que no te ha visto...

(susurro) -Chssssss.¡Gláin!. Hola Glain. ¿Eres tú? ¿Mi amigo entrañable? No puedo creérmelo... ¡Gláin!

Y avanzo hacia él bajando el cuchillo y dispuesta a darle un abrazo enorme antes de tirarle de la barba, mirar hacia arriba para encontrar sus ojos y decirle. 

-No sé cuanto tiempo ha pasado, pero lo que recuerdo bien es que los otros estaban en problemas cuando me separé de ellos. Gláin, necesitamos tu hacha de enano otra vez. ¿Estas bien? Sígueme. No hay tiempo que perder-

Y tiro de él en dirección al camino por el que he llegado aquí. 

Tatharina suspiro aliviada, estaba preparada para darle un capón correctivo a unos maleantes pero esto, esto claramente superaba sus capacidades. Si cada enfrentamiento les iba a poner al borde de la muerte no durarían mucho. Se permitió unos segundos para observar esos huesos rasgados por los cortes de Rilwen para comprobar que no se fueran a levantar de nuevo y de paso, retomar el aliento. Después se dirigió a la esquina donde se encontraba su mochila y empezó a rebuscar ágilmente los zurrones más pequeños, que como bien sabemos todos, es donde está el producto de mejor calidad. 

De uno sacó dos pétalos gruesos de color naranja que se tornaban rosas en las puntas (Pétalos de Rosa de Zorro). Los examinó cuidadosamente y, tras verlos en buen estado, se los dejó a Gallind en la palma de la mano. - Con esto sentirás como vuelve tu vigor, no sanará tu herida pero, al menos, podrás continuar conjurando. Le dijo con una media sonrisa, sintiendo no poder hacer más en tan poco tiempo. 

De otro zurrón estrajó una hoja alargada y de un azul cielo intenso (Hoja de Castigo de Nieve). Transmitía una fragancia fresca como la menta. Se acercó a Tolman y le explico como debía emplearse. - Debes arrugar la hoja contra tu mano y moverla en círculos hasta que se calienten sus aceites, seguidamente debes pasarla por esa herida tan fea que tienes ahí, verás que se cerrará pronto pero te aviso, escuece. 

Finalmente se plantó delante de Rilwen. - No te pienses que no tengo nada para nuestra salvadora. Por tu arrojo en combate y como agradecimiento, a ti te encomiendo los pétalos de Gloria. Entre sus palidos dedos asomaban unos diminutos pétalos, como los que se pueden arrancar de un diente de león pero de un intenso color dorado. - Para que puedas seguir batallando igual de fiera que hasta ahora. Claramente había admiración en sus palabras. 

- En cuanto al rumbo a seguir, creo que Gláin se las apañará solo, es un curtido guerrero al fin y al cabo. Hizo una breve pausa mirando a Tolman, intentando elegir bien las palabras. - Lily en cambio... con sus muchas cualidades, me preocupa más. 

-¡Muchas gracias Tatharina, eres muy amable!-Le digo a la beornida cuando me ofrece la hierva y sus amables palabras.-Tras recoger nuestras cosas iremos a buscar a Lily, luego tendremos que buscar a Glain. Y como salir de este horrible lugar.-Y como la hierva que me ha dado la beornida.

Una vez finalizada la contienda y habiendo derrotado a uno de los esqueletos, cada uno empieza a moverse rápido por la estancia. Gallind se aproxima al montón de objetos y recoge sus pertenencias, para después echar un vistazo a su alrededor. Rilwen hace lo mismo, además de coger las cosas de Gláin. Tolman se acerca también a recoger sus bártulos y como buen hobbit rebusca entre el montón de cosas que hay allí amontonadas. Tatharina recoge su mochila y sus zurrones y empieza a repartir hierbas curativas, ya que el combate os ha dejado muy tocados a algunos. Mientras que las dos mujeres hablan sobre qué camino tomar y aprovechan ese momento para tomarse las hierbas, el elfo y el hobbit siguen con su investigación.

Gallind puede ver que los muros, el suelo y el techo están hechos de anchos bloques de piedra, con bajorrelieves de desfiles reales y ofrendas de tributo. El suelo está cubierto de una gruesa capa de polvo, allí donde no ha sido pisado. Además, por el camino por donde se llevaron a Gláin se ve su rastro a través del polvo, al haber sido arrastrado. Al volver la mirada a las paredes, ve que el extraño resplandor verduzco que os ilumina parece proceder de algún tipo de hongo que crece en la piedra. Hay unas pocas zonas en la pared norte, más o menos por el centro, donde despertasteis, donde los hongos no parecen crecer con tanta facilidad.

Tolman se afana en rebuscar entre el montón de objetos de la esquina, que parece ser una mezcla de pertenencias personales de distintos viajeros. Después de un rato puede catalogar más o menos lo que se encuentra en él. Se gira para atender a la explicación de Tatharina sobre cómo tomar la hierba medicinal, para después comentaros lo que hay en la pila de objetos.

Todos miráis hacia el pasillo oscuro, pero solo se ve unos cuantos metros adelante. Éste avanza recto hacia el sur.

Una vez decidido, había que ponerse en camino, a seguir tras los pasos de Lily. En voz baja dice a sus compañeros:-Bueno pues en marcha, vamos a seguir el camino que cogió Lily, que os parece si Tolman y yo vamos delante con sigilo y alertas, para tratar de escuchar y/o ver alguna amenaza, y unos pasos detrás Tatharina y Gallind.-Y se dispuso a seguir el camino por el que se fue la mediana.

Por fin el combate había finalizado, por el momento. El otro esqueleto había salido corriendo por un motivo desconocido, solo esperaba que no se encontrase con Lily o Gláin.

Rebuscó rápidamente entre el montón de objetos antes de aplicarse la curación, recordó las palabras de Tatharina y comenzó a realizar los movimientos con las manos que había descrito hasta ver brotar el aceite. Cogió aire y apretó los dientes antes de aplicarlo esperando el escozor que se supone iba a sentir.- Pfffft.- Dejó escapar aire a presión entre sus labios fruto del dolor que sentía.- Si que escuece Tatharina, si que escuece. Pero te agradezco la ayuda, espero que podamos continuar. Sobre eso, el tesoro es amplio pero no tenemos tiempo que perder y como dice Rilwen debemos avanzar, hay que encontrarles cuanto antes. Luego veremos que podemos usar con mayor calma.- El hobbit siguió a su compañera a modo de avanzadilla intentando ver en la oscuridad sin alertar a lo que allí pudiera esconderse.

- ¡Esperad! Les espetó antes de que se adentraran en la oscuridad del pasillo. - Si vais a ir en cabeza permitidme auxiliaros. Se acercó tímidamente a la pareja y colocó sus manos en sendos hombros en una postura torcida, pues la diferencia de estatura entre ambos era notable.

Estaba nerviosa pues hacía mucho que no utilizaba este sortilegio, ya que fue el primero que aprendió de Fanuira, pero en la vida hay cosas que no se olvidan por mucho tiempo que pase y esta era una de ellas. - Muilelya yéva muina meldo. Sintiendo el sabor metálico de la magia y sintiéndose ella más cansada, supo que había funcionado. - Podéis partir, tened cuidado por favor.

En la retaguardia avanzaba junto a Gallind, atenta a cualquier sonido, pues temía que en su estado, él no podría estarlo. Aguanta Lily, vamos a por ti. Solo un poco más y volveremos a abrazarnos.

Gláin jadeaba a causa del esfuerzo realizado. A pesar del gran aguante por el que los miembros de su raza eran conocidos, el miedo experimentado en aquella estancia, el haber tenido que huir a la máxima velocidad que sus cortas piernas le permitían, ataviado con su cota de malla, y la distancia recorrida, habían conseguido dejarle más cansado de lo deseado.

- ¡¿Bien?! - pensó, malhumorado, ante la pregunta formulada por la mediana - ¡Por Aulé, nadie que haya visto a ese horrible ser puede estar bien! - Se estremeció al recordar el antinatural grito soltado por la criatura, y por unos breves instantes se preguntó qué es lo que hubiese ocurrido si, desgraciadamente, hubiese tenido que enfrentarse a él. Lo más seguro es que, desarmado como estaba, a pesar de su pericia en el combate, hubiese perecido a los pocos segundos de empezar a pelear.

El enano abrió la boca con la intención de empezar a hablar. Quería contarle a su amiga el gran peligro que corrían, pero al ver el lamentable estado en el que ésta parecía encontrarse, y ante la urgencia del resto de sus palabras, decidió callar. Si sus compañeros estaban en apuros, ¡era su deber acudir en su ayuda!

- Te sigo, pequeña - dijo, al fin, y comenzó a caminar tras Lily.

Rilwen observa como la beornida les toca en el hombro a Tolman y a ella y les lanza un hechizo, con el que parecen fundirse con el entorno.-Muchas gracias Tatharina, así es más fácil que veamos cualquier amenaza antes de que nos detecten. A ver si damos pronto con Lily, y podemos volver a por Glain, a quien no sabemos quien se llevo a rastras y sin sus cosas.-Y emprendo el camino a la búsqueda de la mediana, en sigilo y alerta ante cualquier peligro o pista que podamos encontrar.

Observa ambos pétalos naranjas que le diera Tatharina y devolviendo una amable sonrisa los aplica suavemente para recuperarse. La energía vuelve a su cuerpo y siente como retorna el vigor. - Gracias. - Dice aún sonriente. Y deteniéndose en los detalles de la cueva que los rodea se pierde en sus pensamientos uno momento. Ve la forma de la cueva, y sus pormenores, mientras escucha a Rilwen ya ir ideando los siguientes pasos que debería tomar el grupo. Aunque posiblemente no le presten atención, él asiente suavemente con la cabeza a cada idea que Rilwen comenta. Luego escucha como Tatharina se aproxima a ellos y les bendice con una capa de sombras que los haría invisibles aún a los ojos más aguzados. - Bien hecho. Ha sido una estupenda idea. - Le dice con amabilidad. Se apoya en su cayado y agrega. - Ya me siento bastante mejor. - Antes de partir se acerca al montón de objetos que hay en el montículo y con la punta de su cayado los revuelve lentamente. De entre todas las cosas algunas llaman su atención y se inclina para recogerlas. - Dame un momento Thatarina. Y estaré contigo. - Toma tres o cuatro de las cosas del suelo y se reincorpora para unirse a la comitiva. Con cuidado y con sus ojos atentos se aproxima a la beornida y al sendero que el grupo ha decidido seguir. 

¿Desarmado? Yo juraría haber visto su hacha... Maldita sea esa aguja debía estar recubierta con alguna sustancia alucinógena. 

-No me encuentro bien Gláin. Me he pinchado con algo al forzar la cerradura que guardaba estas habitaciones. Es por allí. ¡Corre! Yo intentaré seguirte. Los demás estaban peleando contra unos horribles esqueletos que estaban muertos y vivos a la vez-. 

-Toma mi cuchillo. Será mejor que nada de momento. Yo llevaré mi tirachinas. Aunque dudo de que sirva para algo en este espacio tan reducido. Si no recuerdo mal tu hacha puede estar tirado en el suelo junto a donde me desperté hace un rato-

Y sin más intento correr tras mi compañero hacia la salida. (es decir de vuelta al combate en el que abandoné un poco miserablemente a mis compañeros) 

- Gracias, pequeña - dijo Gláin, aceptando gustoso la daga que la mediana le ofrecía - aunque no creo que sirva de mucho contra la criatura que acabo de dejar atrás - pensó a continuación, acordándose del tumulario con el que se había encontrado en aquella sala, y sintiendo como un escalofrío recorría su espina dorsal. Estaba seguro de que nunca, por muchos años que viviese, iba a poder olvidar dicho encuentro, ¡y los miembros de su raza solían ser bastante longevos, pudiendo llegar a alcanzar los 400 años!

- "Durante mucho tiempo os he estado esperando" - las palabras pronunciadas por aquel ser se abrieron hueco en la mente del guerrero, haciendo que se estremeciese - Céntrate, Gláin, no es momento de pensar en eso ahora - se reprochó, obligándose a volver al asunto que ahora les ocupaba. Sus compañeros estaban enfrentándose a unos esqueletos y necesitaban toda la ayuda posible.

El enano miró con preocupación a su amiga.

- No sé mucho de estas cosas, pero lo más probable es que te hayas drogado, accidentalmente, mientras intentabas llegar hasta aquí - dijo a la vez que fruncía el ceño - pero estoy seguro de que los elfos, o Tatharina, podran ayudarte en cuanto consigamos acabar con nuestros adversarios - Un poco de optimismo les vendría bien a ambos - Súbete a mi espalda. Yo cargaré contigo - el guerrero se agachó para facilitar la tarea a la mediana - Así evitaremos que podamos separarnos de forma accidental. ¡Ya verás como conseguimos salir de ésta! -

Y así, con Lily a sobre su espalda, Gláin comenzó de nuevo a avanzar hacia el lugar en el que se encontraba el resto del grupo, siguiendo las indicaciones que ésta le daba.

Después de decidir cómo vais a ir avanzando y de prepararos para lo que surja, Rilwen y Tolman encabezan la marcha. Aparte de ser muy buenos ocultándose, ahora tienen la ayuda de los conjuros de Tatharina, por lo que prácticamente se funden en las sombras. Detrás, irán Gallind y la beórnida. El elfo, se ha quedado rebuscando y cogiendo algunas cosas del montón de objetos. Cuando los cuatro estáis listos, os adentráis en la oscuridad del pasillo. Los dos que van de avanzadilla harán señales a los de atrás si ven algo raro.

Andáis hacia adelante y veis que después de unos metros, el pasillo gira a la derecha. Se abre a una pequeña estancia igual que la anterior, pero con una particularidad, y es que en la pared norte hay una puerta de madera de roble entreabierta. Los muros, el suelo y el techo siguen siendo anchos bloques de piedra. Aquí también el techo y las paredes desprenden ese leve resplandor verduzco. Al fondo y a la derecha, parece que hay otro pasillo. Suponéis que llevará de vuelta a la sala anterior, por lo que pensáis que este complejo es un rectángulo. Lo que no habéis visto todavía es una salida al exterior, a menos que sea esa puerta.

Os acercáis sigilosos a la puerta de roble que tenéis enfrente y que parece muy resistente. Tiene remaches de hierro y parece ser que estaba cerrada con un gran cerrojo y un candado. La madera es muy vieja, densa y pesada, y no se ven los goznes por este lado. El suelo está cubierto de polvo, a excepción de la zona cercana a la puerta y un pequeño camino que viene del pasillo de la izquierda, como si hubieran arrastrado a alguien pesado. Al otro lado se abre una nueva cámara y parece que no hay nadie por esta zona.

Efectivamente, el enano no llevaba el hacha encima. Al parecer, el veneno de la aguja estaba produciendo efectos alucinógenos en la pobre hobbit. Al ver al enano, casi saltó de alegría, pero el tiempo apremiaba. Rápidamente relató lo que estaba pasando en el lugar donde había dejado o, mejor dicho, abandonado a sus amigos. Al parecer, los dos esqueletos que habían arrastrado a Gláin hasta la sala central del tumulario, estaban ahora luchando contra los demás compañeros. El grito dado por el tumulario os hacía indicar que algunos de los otros había usado algún conjuro que le había hecho daño. Lily, al ver que Gláin iba totalmente desarmado, le cedió su pequeña daga, mientras que ella empuñó su honda. El enano, tan bonachón como siempre, decidió ayudar a su amiga, llevándola en sus anchas espaldas. Se agachó un poco para facilitar que ella subiese, pero había que ver si ella quería ir encima. Eso lo veríamos en unos segundos. Con la decisión firme de irse inmediatamente de este maldito lugar, y nunca mejor dicho, los dos iban a salir de aquí e ir en pos de ayudar a los otros compañeros. ¿Qué tal les iría a ellos?

Las hierbas que te proporciona Tatharina obran rápidamente una curación extraordinaria, cerrando casi todas las heridas. Al coger varias cosas del montón, te das cuenta que el pergamino dañado, que aún tiene una parte entendible, parece tratarse de un pergamino viejo con algún extraño conjuro. Está escrito en élfico, en la alta lengua de los noldor. Solo se puede leer la parte del final, que dice así:

¡Fuera, frío tumulario!

¡Deja estas tierras luminosas!

Mar y estrella, tierra y viento.

¡Que se acabe tu tormento!

Gláin avanzaba por el sinuoso camino, siguiendo las indicaciones que la narcotizada mediana le daba, tan rápido como sus cortas extremidades inferiores le permitían, rogando que ésta no se equivocase por culpa del efecto de la droga. Permanecía alerta, intentando, a pesar de la escasa iluminación, percatarse de todo lo que acontecía a su alrededor, pues el enemigo podía estar escondido en cualquier parte, aprovechando la familiaridad del lugar, y no quería que le pillasen con la guardia baja. De forma instintiva llevó su mano hasta el lugar en el que había guardado la daga que Lily le había entregado.

- Aguanta, amiga. Pronto estaremos con los demás, y podrán quitarte ese veneno que circula por tu cuerpo - dijo, susurrando, al mismo tiempo que, mentalmente, suplicaba a los Valar que así fuese y que les permitiesen llegar pronto al lugar en el que se encontraban sus compañeros.

Llegaron hasta una gruesa puerta que estaba abierta y daba a otra sala, solo había una salida. eso era bueno y malo, bueno porque no tenían que pensar por donde ir, solo había una opción y por allí estarían sus amigos, pero malo ya que también estarían los enemigos. Le hago un gesto a Tolman de que vaya con mucho cuidado y continuo con precaución entrando en la sala. Atenta a cualquier indicio, puede haber algo o alguien en cualquier lugar.