Partida Rol por web

¿Se te ha comido la lengua el gato? digo ante el silencio mientras mantengo la posicion mirandote con ojos enigmaticos poniendo mi dedo sobre tus labios e incorporandome para separarlo un penique por tus pensamientos y por... una gota de tu sangre

un paso atras para alejarme con una sonrisa en los labios, el juego sigue, no voy a dar nada, no de momento o tal vez. Los labios se posan sobre los tuyos un segundo para comenzar a separarlos.

Es un juego excitante, mantener la distancia, extender el ansia, postergar el objeto de deseo...

- Ningún animal me ha devorado la lengua. Solo pensaba en lo que me gusta de tí. Por eso me sobraban las palabras.

Me acerco de nuevo, pero esta vez no rehuiré el contacto. Pongo mis manos en su cintura, estrechándola con firmeza.

Tan cerca, sintiendo el contacto de su cuerpo en el mío.

Mis ojos se posan en los suyos.

Tan cristalinos, tan hermosos.

- No precisas pagar por mis pensamientos. Son tuyos. Solo puedo pensar en tí.

En tocarte, en besarte... y en mucho más.

Me acerco a ella cada vez más, buscando un nuevo beso, acercando mis labios separados con ansia, pero sin prisa. Saboreando el momento.

Tal vez tenga que pensar en devorarla yo replico sonriendo y dejando que hagas, que te acerques mas, busques tu lugar, tu punto de partida o de llegada. Sonrio con gesto despreocupado.

Adulador, no se si creerte, bueno, lo hare no tengo por que dudar de alguien como tu. Mi caballero ingles quieta mientras espero un beso preciado, despreocupado, deseado por ambas partes Ian, creo que te he esperado toda la vida y que Simon solo fue alguien que paso para poder conocerte a ti.

Cita:

Devorar.

Un juego entre cazadores

Incluso aunque ella no lo admita, sigue siendo una depredadora.

Me acerco más, lentamente, con la visión centrada en sus ojos, con pequeños paseos hacia sus tiernos labios. Mi boca se abre inconscientemente, con mente propia. Ella también siente el ansia, las ganas...

- Tómala, no me resistiré...

Cita:

No dudes, Sarah. Dudar es para seres inferiores. Nosotros somos seres de instinto, de pasión. Déjate llevar por tu instinto, te dirá lo que me dice a mí. Que me abandone a tí. Que me deje llevar.

Me acerco aún más, con mis labios rozando ya los suyos, como una fina caricia que sirve de antesala a la ansiada unión de nuestros cuerpos. Mi lengua asoma ligeramente, acariciando y humedeciendo su labio superior. Y finalmente, no puedo espera más. Mi intinto me lo pide, me lo exige, con la misma intensidad que el que habita en mi interior me exige sangre si mi cuerpo está hambriento.

Ahora estoy hambriento de tí, Sarah.

Muy hambriento.

Necesito devorarte.

Y este beso es solo el primer bocado.

¿Seguro que quieres que lo haga? replico estatica mientras te acerca sin apartar la mirada.

Lanzo un mordisco hacia la lengua en un vano intento de atraparla y me rio. Mientras mis brazos rodean tu cuello y te atraen a mi y mis labios comienzan a devorar los tuyos mientras no dejo que te separes de mi. Con mi lengua busco la tuya la deseo como la sangre que corre por tu cuerpo no muerto. Deslizo las manos y desabrocho la chaqueta mientras...

El amenazador gesto de morderme no hace sino incrementar mi deseo, la pasión. Su risa me excita, tanto como sentir sus brazos rodeando mi cuello. La aprieto contra mí, con mi mano en su espalda. Mi otra mano asciende, recorriendo su columna hacia su nuca, mientras nuestros labios se entrelazan, puertas que abren el camino de nuestras lenguas, que se unen en una danza húmeda y sensual, abrazándose con idéntica fuerza y pasión que lo hacemos nosotros mismos.

Empujo su lengua con la mía, arrastrándola hacia uno de mis colmillos. El pinchazo es leve, un pequeño corte tanto en su miembro como en el mío. Sangre brotando en pequeñas dosis, mezclándose, fundiendo nuestros cuerpos y nuestras almas. Sangre que no es alimento, sangre es solo placer.

Siento sus manos descendiendo por mi cuerpo, desabrochando mi chaqueta. Mi mano en su nuca aprovecha para descender y volver a ella por delante de su hombro, acariciando su pecho en su camino desesperado hacia su hermoso rostro. Pongo mi palma en su mejilla, pero pronto la deslizo hacia atrás, apartando su pelo y pasando por su oreja hacia su nuca. La sujeto con fuerza, ansioso, excitado, necesitado de ella. La aprieto conta mí. La quiero en mi.

Mi otra mano, aún en su espalda, solo ligeramente por encima de su cintura, asciende por su costado, buscando su pecho, acariciando su piel, la textura de su ropa, buscando su hombro para deslizar su vestido, desnudarla como ella hace conmigo...

Deseo es lo unico que puede calificar lo que sentimos en este momento, la extincion de todo raciocinio solo para poder sentir al otro. Ahora me arrepiento de no tener nada mejor en el avion que esa misera...bueno para los dos sera bastante. Mis manos terminan por arrancar la camisa que cubre su pecho mientras mis labios devoran los suyos con avidez, dejando que la sangre se mezcle y pequeños hilos bajen por nuestras pieles. Doy un paso atras sin apartarme sin dejar que se separe de mi llevandole hacia la parte de atras del avion a donde descansaremos y donde podre recorrer su cuerpo descubriendo lo que mas deseo.

Ian, vas a ser mi perdicion...

Su arrebato de pasion, arrancándome la camisa, acelera mi pasión. Ya no soy capaz de mantener el control, de manejar los tiempos. No como con las mujeres mortales. Sarah no es una presa, es una compañera, una amante. Ansío más de ella, mucho más. Tiro de su vestido, bajándoselo con fuerza. No se si lo habré desgarrado, pero poco me importa. Poco importa nada, salvo la sangre que compartimos, la pasión, la pasional intimidad.

Tira de mí, aún sin separarnos, unidos en una sola forma, en un solo ser que no puede ser dividido. Caminamos torpemente, chocando nuestras pirnas de camino a la parte trasera del avión, donde solo Sarah sabe qué nos espera. Me canso de tan torpes movimientos, y tomo la iniciativa. Mis manos descienden bruscamente, con la fuerza de la necesidad. A través de su torso, su espalda, palpando con fuerza sus nalgas. Tiro de ella hacia mí, levantándola sin esfuerzo, elevándola sobre mi pecho, sin separar mis labios de los suyos sino el mínimo tiempo durante su ascensión. Pronto volvemos a besarnos, a inundar nuestras bocas con una sangre que es nuestra, de los dos. Sus piernas se enroscan en mi cintura, anudadas en mi espalda por los tobillos. Yo la sostengo en alto, abrazándola con fuerza por su cintura, sosteniéndola con firmeza por las nalgas.

Yo te sostengo, amada mía.

No te pienso soltar.

Y camino, aún a tientas, sin ver ni molestarme en mirar el camino. Porque no puedo separarme de ella. Porque somos uno. Porque llegaremos a la parte trasera sin una visión qe no nos es necesaria. La pasión nos llevará.

La pasión nos domina.

Mis labios devoran, tengo ganas de mucho mas, de... me ha dado permiso para probarla, no tendre que...

Me levanta del suelo, sonrio para mi mientras separa mis labios de los suyos, los mios estan rojos, sangre en ellos muestro mis colmillos mientras mis ojos se vuelven mas azules. Un fino hilo sale de la comisura de mis labios, por mi mejilla hacia mi cuerpo blanco como el marmol enmarcado en ropa interior negra.

No me sueltes, no me sueltes aun. Cain, deseo mas, le deseo por completo. choca mi espalda contra una puerta y tanteo con la mano la apertura, tras unos intentos, lo consigo y se abre mientras seguimos el recorrido hasta topar con algo que nos hace caer, una cama de mullido colchon que nos acoje en su superficie.

Llevo a Sarah en mis brazos a través del estrecho pasillo del avión, buscando a tientas el lugar al que pretende llevarme. Chocamos con una puerta, impactando la espada de mi amada contra su dura superficie. Lejos de cortar el mágic momento, el glpe acrecenta la pasión del momento, y Sarah busca a tientas a su espalda la forma de abrir la puerta sin dejar de besarme, de beber de mí, de dejar que yo beba de ella.

Tras varios intentos infructuosos, durante los cuales comienzo a plantearme el derribar la puerta yo mismo a golpes, ésta se abre y nos vemos arrastrados al interior del compartimento, similar a una pequeña habitación. No me da tiempo a observar la decoración, extasiado por los sangrientos labios de Sarah. Tan solo avanzo hasta que algo golpea mis piernas por debajo de las rodillas.

No me da tempo a parar, sumido en la pasión del momento, y la sospecha de lo que tenemos delante hace que tampoco lo intente. Caemos, pero aterrizamos sobre una blanda y acolchada superficie. Una cama. Sábanas rodeando nuestros cuerpos entrelazados, acogiendo la vitae que escapa de nuestras bocas y resbala por nuestros cuerpos.

Mi torso desnudo sobre el cuerpo de mi amante, tan solo cubierta por su ropa interior. Sus piernas rodeando mi cintura, con nuestros organos sexuales mortales tan cerca uno del otro. Ahora el sexo es diferente, hemos trascendido a una nueva forma de vida. Es la sangre lo que compartimos, la sangre lo que nos da la vida eterna, y es la sangre lo que nos proporciona lo más semejante al sexo mortal que puede existir entre dos vampiros.

Separo un segundo mis labios mientras sonrio lamiendomelos con la lengua ensangrentada, mientras me llevo un dedo al torso y comienzo a cortar a hacer una herida sangrienta hasta el vientre momento en que comienzo a subir por el tuyo hacia el pecho haciendo lo mismo. Me chupo el dedo antes de acercarme y besarte en la comisura en el cuello antes de clavar los colmillos con fuerza y comenzar a beber..

Siento la mano de Sarah jugueteando entre nuestros cuerpos, buscando, merodeando. El penetrante aroma de la sangre inunda mi sentidos, todos ellos. Más que antes, más que la que resbala por mi boca. Una nueva herida, a la altura del vientre. Deseo bajar, recorrer su cuerpo hacia ella, besar su vientre y beber de su cuerpo. Pero ella me lo impide. Su mano asciende por mi cuerpo, por mi pecho, abriendo una nueva herida en mi carne.

El dolor es tan placentero cuando se asume en esta forma...

Miro a Sarah y veo cómo se lame el dedo ensangrentado de una forma extremadamente sensual, acrecentando mi excitación. Se acerca y me besa el cuello, haciendo nacer un estremecimiento en mi cuerpo. Éste se acentúa cuando su beso se convierte en mordisco, sus colmillos penetran en mi carne perforando mi piel y haciendo brotar la vitae que me da la vida.

Dándosela a ella. Entregada de buen grado.

Donnnng... donnnng...

Campanas. Campanas de campanario. Un tono de sonido real, sonando en mi teléfono móvil. Pero ¿Donde está? En mi chaqueta, tirada en el pasillo, es un milagro que pueda oírlo desde aquí.

Maldición, justo ahora...

Me alzo en la cama, maldiciendo, renegando. Rujo con fuerza, como una bestia salvaje. Mis colmillos mostrados en toda su extensión, mi melena desordenada, la sangre en mi boca y mi cuello. Seguramente asemejo bastante a un león devorador de hombres. Mis puños se cierran con fuerza mientras mi rugido continúa, furioso. No puedo creer que ese maldito aparato pueda interrumpir este momento, esta sensación, este éxtasis...

Sin embargo, es una sonrisa la que aflora a mi rostro cuando el rugido cesa. Acabo de recordar ¿Qué hora es? Claro, de eso se trata...

• Solo es mi siervo. Quedó en llamarme a lo largo de la noche, para preparar mi llegada. -Miro a Sarah con ojos salvajes, apasionados- Le llamaré más tarde... ¿Por donde ibamos...?

Todo está solucionado. Podemos volver a lo que estabamos haciendo y disfrutando. Desciendo hacia mi amante mostrando los colmillos, como un animal silvestre. Y esta vez busco su vientre, la herida que ella misma abrió. Mi rostro se apoya en su cuerpo, plano, blando, suave, acariciando su piel. Mi lengua brota en busca del elixir escarlata mientras mis brazos se enredan en sus piernas.

Sarah...

Tan dulce y placentero, no sentia algo asi desde hace mucho tiempo y me hace disfrutarlo mas si cabe, la sangre es espesa, se desliza por mi garganta mientras sigo abrazada algo levantada de la cama como si me sujetaran mil manos invisibles. Cuando suena algo, un timbre, campana. Te separas de mi mientras tu sangre cae por tu cuello y tu pecho manchando tambien mi piel, te miro excitada aun, deseando mas.

La mirada, retrocedo un poco en la cama como si fuera un juego mientras enseño los dientes y los acaricio con la punta de la lengua en una sonrisa. Sangre en ellos, en mis labios en mi cara, en mi cuerpo.

Pues no lo recuerdo bien, desde luego que no replico cerrando los ojos al notar la lengua y enredo los dedos en tu pelo Mmmmm Ian bebe, dame el mismo placer que te di a ti, que te volvere a dar

Sus dedos acarician mi cabeza, enredados en mi melena como mis brazos hacen entre sus piernas. Mi rostro se hunde en su fino vientre, carne blanda, dulce, de piel delicada y blanquecina. Y la herida, puerta del amor, fuente de placer, sangre brotando hacia mis labios que la besan. Bebo, devoro, me abandono al placer del alimento divino que nos ensalza por encima de los seres mortales.

No somos hombres, ni animales, pero tenemos lo mejor de ambos.

Y muchos más.

Mi lengua juguetea sobre su húmeda piel, extendiendo su líquido escarlata sobre el lienzo mortecino. Pero no me basta. No me basa la sangre, brotando se su vientre. Me es ajeno a ella, me siento separado, aislado. Es a ella a la que quiero devorar y amar. Asciendo por su torso, extendiendo su sangre con mi lengua. He bebido de ella, pero quiero beber con ella. Sigo ascendiendo, lamiendo levemente su pecho, y ascendiendo más, hacia su cuello. Una ligera amenaza de morderlo, pero tampoco es ese mi objetivo. Detengo mi rostro fente al suyo, con mis ojos clavados en sus dos mares azules. De mis labios aún se desprenden gotas sueltas que se posan en su boca.

Tú, eres mi objetivo.

Mis labios se posan en su boca. No es un mordisco, ni siquiera busco su sangre, aunque ésta esté por medio. Está en mi boca, en la suya, mezclada aún con la mía propia. la sange todo lo inunda, todo lo llena. Es poder y debilidad. Es vida.

Y sin embargo, ahora no me fijo en la sangre. Solo quiero besar estos delicados labios. De forma tierna, dulce. No con desatada pasión, sino con cariño amoroso. No soy el león destrozando a la hiena. Soy el león cuidando de su hembra.

Mi hembra.

Mi compañera.

Mi amor.

Si estuviera viva, estaria muriendo, de puro placer. Cain deseo mas, mucho mas, todo el dolor, todo el placer que pueda darme. No solo es sangre, es mi vida, el deseo de ser solo un cuerpo, una mente, ahora entiendo esas palabras de los monjes cuando me ayudaron en Constantinopla antes de su caida. Las palabras del hermano de Symon

Cierro los ojos mientras noto el escalofrio que me provoca la lengua por mi cuerpo, desearia atraparle que la noche se parara y fuera siempre asi que no avanzara. Mis ojos en tus ojos oceanos de paz, de deseo. Gotas de sangre, un beso suave, amoroso mientras rodeo tu cuello con mis brazos.

Somos uno y nos buscaremos toda la eternidad si nos separamos. La sangre es nuestra promesa

Acompaña mi beso, rodea mi cuello. Unidos, en cuerpo, alma y sangre. Disfrutando como animales en celo, con la furia dela naturaleza desatada. El que habita en mi interior no se revelará ante esto. Él también sabe disfrutarlo.

¿Será siempre así?

¿Es esto el mundo que me espera en el viejo mundo?

¿Así va a ser mi eternidad londinense?

Por favor, que lo sea...

Me abandono a sus labios, sujetando su espalda y apretando su cuerpo contra el mío. No permitiré que se separe de mí. Somos uno, nunca más dos.

Una sonrisa recorre mi rostro mientras los labios dicen todo lo que tengo que decir. Una eternidad esperando para tener a mi amado a mi lado, para volver a encontrar la paz, se que me la dara y cuando llegue el momento.

Separo un poco los labios, estan tan rojos como la sangre. creo que me quedare en tu casa y no me importara como este. Todo el tiempo que desees, hasta que te canses de mi

Mientras habla me dedico a juguetar, a molestar a sus palabras con pequeños besitos en sus labios carnosos, a lamer la sangre que descansa sobe ellos.

Es curioso lo tranquilo y relajado que me encuetro en tan extraña situación. Apenas conocí ayer a esta vampiresa, he abandonado mi tierra y perdido a mi maestra, y me dirijo hacia un mundo que no comprendo. Y sin embargo, he me aquí con total tranquilidad, sediento de pasión por esta mujer a la que siento como el centro de todo cuanto me rodea.

• ¿Hasta que me canse de tí? Eso es mucho tiempo... -Le doy un nuevo beso, acariciando su labio superior. Mi palabas son apenas un susurro, confidenciasde amantes en la intimidad de la alcoba- Pero no me importará ser tu anfitrión hasta el fin de los días...

los besos interrumpiendome me hacen reir. Es como un niño, me gusta, me recuerda tanto a mi cuando acababa de ser convertida y tenia tantos planes.

Pues entonces me preocupare de que no te aburras de mi hasta el fin de los tiempos y que estos tarden en llegar. te acarico la mejilla mirandote a los ojos Tengo tanto que enseñarte y tanto que recordar, que disfrutar. Tengo que aprender a disfrutar de la novida de nuevo y creo que estoy empezando gracias a ti

De nuevo. ¿Acaso no la disfrutaba? ¿Acaso puede alguien no disfrutar de la eterna caza? Ella no caza, es cierto. Quizás sea ese su problema. No puedo imaginar una existencia sin búsqueda, sin acecho, sin persecución y captura. La sangre no sabe igual si no es ganada en la pugna entre el depredador y la presa. No es tan caliente, tan sabrosa. Alimenta el cuerpo, pero no el espíritu ni al que habita en nuestro interior.

• ¿Acaso habías dejado de disfrutar? ¿Tu, con tu belleza y espíritu? Me cuesta creerlo...