Partida Rol por web

Su embate en conjunto fue detenido con mi escudo, me hacía recordar a la monstruo con la que había luchado ayer, ella tampoco parecía muy pesada o peligrosa en un principio y aquello me había puesto en una situación peligrosa, siendo dos no la sacaría tan barata si llegaba a descuidarme y caer a merced de ellas.

En cuanto empuje con el escudo para apartarlas de mi le soltaría un veloz tajo a una de estas para obligarlas a mantener la distancia o al menos dejarles el mensaje que tras cada ataque suyo, yo sé los devolvería con la misma fuerza o más si podía. Y la sangre de una de ellas manchando la hoja de mi espada era la prueba de ello.

-Yo no seré quién muera- les diría con una mirada desafiante en mis ojos y tapando el resto de mi rostro, cuello y busto con el escudo y aquella postura defensiva que adoptaba.

El tajo había herido de gravedad a la velociprey, tanto que empezó como a tambalearse ligeramente mientras la segunda intentaba morderte pero dio de bruces contra tu escudo. Todo parecía ir bien hasta que la prey que parecía herida se tambaleo una ultima vez pero bajo mucho el cuerpo y te dio un mordisco en la pierna que te hizo sangrar levemente antes de que ambas preys se preparan como para combatir, relamiéndose de nuevo aunque la que se encontraba herida, se notaba que estaba en las ultimas, le costaba hasta respirar.

-Carne...

-Blanda....

No paraban de repetir, al contrario que con las kelbin probablemente no hubiera negociación posible.

No sabía si había sido un descuido o simplemente no había podido reaccionar a una situación tan errática lo suficientemente rápido como para evitar el mordisco de aquella velociprey herida. Ciertamente me había herido en la pierna y quizás por ello también era que había fallado en mi intento por alcanzarla con mi espada.

Trastabille, aunque no al punto de caerme y exponerme demasiado a ser golpeada, pero si lo suficiente y en el momento justo en que había lanzado una estocada que no hizo mas que perforar el aire, sin dar en el blanco original que tenía en mente, ahora solo quedaba rogar tener la suerte de que ellas no acertasen sus próximos ataques.

Me tranquilizaría, respirando profundamente y buscando una postura cómoda para que el dolor de mi pierna no fuera algo que me impidiera moverme, o me molestase demasiado al hacerlo.

No llegaste a rozar a ninguna de las prey lo cual hizo que una de ellas, aun herida, se envalentonara contra ti lanzando un buen zarpazo en uno de tus costados, impacto con bastante daño, no te hizo un daño critico ni tampoco sentías demasiada molestia ya que eras una guerrera curtida en cacerías, pero de todos modos el zarpazo hacia daño.

La segunda prey volvió a abrir la boca pero con un golpe de tu escudo fue suficiente como para dejarla un momento como noqueada antes de que esta moviera su cabeza quitándose ese efecto y volviera a centrarse en ti. Era cierto que te tenían un poco rodeada, pero después de haber acabado con una, ambas dos no aguantarían demasiado en caer si eras lo suficientemente diestra.

Aquel garraso había sido molesto, pero mi abuelo no había pasado años de su vida entrenando a una quejica, menos ante dos presas que se resistían un poco y aún menos cuando debía apresurarme antes de que se hiciera más tarde.

Enfocada en ello esta vez no iría por el camino fácil de ir por la velociprey que se encontraba herida, aquella aturdida por el golpe del escudo sería ignorada de momento para ir tras la más sana de las dos y atravesar su vientre con mi espada, retirandola al segundo de esta ser clavada, aunque con un ligero giro de la empuñadura para hacer la herida aún peor.

Sabía que después de un golpe tan certero solo quedaría una, la herida, y estaría preparada para terminar con esto.

Esto distaba mucho al encuentro el día anterior, yo no era la presa, era la cazadora que debía ser y ver mi efectividad me daba valor.

La herida fue mortal, la sangre empezó a brotar de su vientre mientras gruñía con fuerza al igual que la ultima de las prey antes de caer al suelo desmayada y posteriormente muerta.

La prey que quedaba rasgo el suelo con sus garras antes de saltar a por ti, pero pudiste con su peso, salto a tu escudo y tu abrazada a el pudiste contener su peso y su embestida dando un nuevo golpe con el para aturdirla muy levemente, tirándola hacia atrás mientras te preparabas para el ultimo enfrentamiento. Ambas prey estaban caídas, solo quedaba una sana, lista para acabar contigo.

-Te...devorare....

Una vez más mi oponente se abalanzaba sobre mi, recibiendo un golpe de escudo para apartarlas como premio por su valor y tras de este iría un ataque dirigido a su cabeza.

Tendría que haberlo pensado mejor antes de soltar una estocada a su cuello, ella era ágil y aquel sitio difícil de apuntar correctamente como para lograr darle con facilidad y ahora solo había logrado frustrante por ello y chasquear mi lengua con molestia ante aquel fallo.

-Quedate quieta- replique molesta al ver cómo me eludia con relativa facilidad.

-Graaaaaaaw...glaaaw....- Te gruño, un gorgoteo parecido a una especie de gruñido gutural pero sin ser como el del Tzi tzi, era mas bien algo mas suave.

Te intento morder pero sus afilados dientes quedaron clavados en tu escudo, en esta ocasión intentaste alejarla con un buen escudazo pero esta vez ella fue mas ágil y se aparto de forma grácil, mirándote mientras se relamía, soltando sonidos cada dos por tres con su garganta. Suponías, solo por el tono, que mas te valía acabar pronto con ella porque ese sonido quizás era una llamada.

Quizás la frustración de no poder darle estaba resultando algo problemático y comenzaba a afectar mi forma de pelear.

Una vez más fallaría en mi ataque y la molestia se tornaba en mal humor. Uno que solo aumento ante aquellos sonidos extraños que emitía mi presa; no estaba segura pero si estaba tratando de llamar a más de su manada por ayuda, no sería buena idea quedarse allí por mucho más tiempo.

-Sera mejor que te largura de aquí, no tendrás tanta suerte, el próximo te cortará la cabeza- mi mirada cortaba el aire entre nosotras y ponía todo de mi para mostrar la postura más amenazante que podia.

Tu mirada era fria, intimidante, pero la respuesta de la prey fue girar sobre si misma y intentar darte un buen coletazo obligándote a tirar hacia atrás para que no te diera mientras seguía gritando al cielo.

El sonido de la prey empezó a reverberar en la llanura por las veces que lo había hecho y a lo lejos, por el momento a lo lejos, podías escuchar un sonido mas grave que el suyo respondiendo a la llamada de la prey.

-Mami....te devorara...la cabeza...- Sonriendo mostrando sus afilados dientes confiada.

No había servido de nada el tratar de intimidar la, y como hacerlo cuando al parecer, no había sido lo suficiente el haber matado a dos de sus compañeras, ella estaba sana y con ansias de acabar conmigo.

El sonido de sus gritos no se detenía hasta que unas pisadas se pudieron oír a la distancia, ella había cumplido si cometido y se regodeaba en ello delante de mí.

-Podria devorarme hoy día, pero hoy no será ese dia- estaba molesta y quería acabar con ella pero no estaba del todo segura si podría contra más y si su madre era una velocidrome no me veía capas de acabar con una en este momento.

Daría un salto hacia atrás para crear distancia y guardar mi espada y escudo para poder salir corriendo a toda velocidad lejos de aquel sitio, prefería mi vida que quedarme a ser el hueso de roer de ellas, aunque eso significase perder la oportunidad del despiece. Luego haría en la aldea el ritual de caza por las dos que si había logrado acabar.

Ahora lo único que estaba en mi mente era recordar cambiar de aire con relativa frecuencia para mantener un sprint lo más intenso posible por el mayor tiempo, quería perder a esa Prey a toda costa.

-Corre! Corre corre!- Escuchaste como gritaba desde atrás como si estuviera riéndose de ti mientras volvía a usar ese gorgoteo. Estabas ya lejos pero viste una figura bastante mas grande que la prey, con un tono parecido ya que tampoco tenias una vista de águila.

Pero tuviste que correr, correr para poder salir del rango de visión de las prey, sabias que te estaban buscando pero conseguiste una gran ventaja a la hora de correr que seguramente había sido decisivo para enfrentarte o no a esa criatura.

Te encontrabas en medio de la llanura, el campamento estaba relativamente cerca, podas ir sin ningún problema, aun no era de noche, pero si no te dabas prisa en volver te pasaría lo mismo que el día anterior, que la noche te atraparía con su mano.

Que harías? Habías completado la misión, volverías o seguirías en la llanura?

Odiaba tener que haber huido mientras aquella afortunada se notaba de mi, de haber peleado mejor o haber tenido un poco más de tiempo también hubiese acabado con ella.

Pero no había sido el caso y por fortuna había logrado alejarme lo suficiente como para no tener que toparme con su madre que seguro era más fuerte. Ahora que estaba libre de peligro y podía ver cómo la noche estaba por caer al notar con más atención el entorno, mi siguiente movimiento era claro, regresar a la aldea y contarle a Felicity lo sucedido, esperaba que llevar al menos una piel y mi palabra de honor bastase para que supiera que si había cazado a esas velocipreys y no solo había sido un invento mío.

Pondría marcha a paso rápido para regresar cuanto antes, aunque mosqueada por haber tenido que huir, una parte de mi se sentía mejor de no haber terminado igual que el día anterior.

Victoria agridulce, pero victoria después de todo, habías vencido y habías eliminado a nada menos que tres velociprey, es cierto que se te había escapado la ultima y que casi acaban contigo pero lo habías conseguido. Esperabas que con la piel que llevabas fuera suficiente para que te creyeran, aunque el gremio tenia sus métodos para saber si habías cumplido o no sus cometidos.

Ya estaba anocheciendo cuando no solo viste una luz en tu campamento, habían dos, aunque una mas pequeña que la anterior. Conforme mas te acercabas mas escuchabas un sonido característico, maullidos, muchos maullidos. Una especie de caravana tirada por dos enormes bueyes se había estacionado al lado del edificio del gremio, como si fuera lo mas normal del mundo podías ver a una felyne, una chica gata, encima del carromato durmiendo al amparo de la poca luz que quedaba mientras movía sus orejas contenta de estar donde estaba. Seguidamente una segunda salio del carro, se te quedo mirando, te saludo y fue corriendo hacia dentro del gremio con una bandeja con una taza humeante mientras escuchabas dentro.

-Me estoy cansando de esperar...segura que tienes a una cazadora?- La voz de una mujer, un poco rasposa.

-Si Baba, te lo prometo, vino hace nada pero parece que sabe lo que hace.- La voz de la encargada.

-Me fio de ti niña...pero es que no a venido nadie...Mantequilla! Y mi te!- Grito la mujer antes de que la gata que llevaba el brebaje soltara un maullido y corriera hacia dentro.

Mis ánimos fueron mejorando a lo largo de mi caminata de regreso a a ladea y al gremio y grata fue la sorpresa de ver luces aún encendidas.

Con un simple gesto de forma un puño con una mano y llevar mi codo hasta uno de mis costados simbolizaba finalmente la victoria en aquella cacería y en cumplir mi promesa el mismo día, ahora sí que podía llegar con una radiante sonrisa que me hiciera olvidar el lado agrio de ese día.

Aunque no esperaba encontrar más luces, y menos una caravana en la auqe se podían vislumbrar unas felynes, una más floja que la otra por lo visto. Devolvería el saludo amistoso alzando mi mano en lo que seguía a la gata hacia el interior del gremio, me recordaba al compañero de caza de mi abuelo y quería jugar un rato con ella o atraparla en un amistoso abrazo, pero se la veía ocupada por lo que me contendría lo suficiente. Aunque por fortuna mi atención me llevaría al interior del gremio y a dos voces hablando sobre una cazadora.

Infle el pecho de orgullo al oír a Felicity y se me haría sumamente natural interrumpir aquella charla al entrar sin muchos problemas a la sala donde ambas se encontrasen.

-Felicity, encargo completado, tres velocipreys menos-

Me mostraría radiante y enérgica, llena de confianza como solía ser.

-Veo que hay visitantes, déjenme darles la bienvenida- a fin de cuentas aunque estuviese en el gremio estaba en mi aldea y debía mostrar hospitalidad.

Al entrar lo primero que viste es que no solo habían dos gatas, habían varias mas. Una de ellas estaba como semi tumbada en los pies de una anciana que estaba sentada en una mesa, delante se encontraba la encargada también sentada como hablando con ella y enseñándole algunos papeles, entre medias de esa conversación habías pescado que hablaban de ti. En el local habían varias felynes que estaban trabajando, sobretodo limpiando y ese tipo de cosas, te miraban, movían las orejas, maullaban y seguían a lo suyo, eran una raza de lo mas curiosa la verdad, bastante obedientes si sabias tratarlas pero por encima de todo eran leales, las cazadoras usaban casi siempre una felyne para sus misiones, lo único que tu nunca habías tenido una compañera.

La denominada Mantequilla llevo la taza de te a la anciana, esta estaba muy entrada en edad, era pequeñita, bajita, llevaba un bastón con una extraña bola en su mango, seguramente para deleite de las gatas y te miraba con una sonrisa extraña y hablaba con su voz carrasposa.

-Esta?- Pregunto ella casi sin educación por encima.

-Así es, bienvenida, asi que encargo completado no? Muy bien, habla con Baba mientras preparo tu recompensa.- Sonriendo contenta mientras iba a la barra dejándote el asiento libre y iba a por tu recompensa, sin dudar en ningún momento de que hubieras cumplido el encargo.

-Pareces una cachorra, pero falta saber de que raza, soy Baba, comerciante y cuidadora de Felynes.- Se presento la anciana soltando una risa divertida antes de que la gata del suelo buscara con la mano en forma de zarpita el bastón de la vieja. -La niña me a dicho que vas progresando pero te cuesta.

Ni siquiera una sola pregunta se me había hecho respecto a la cacería, o había una de ciega allí o Felicity tenía sus mañas y trucos para saber sobre mi progreso; aquello sería a preguntarle después, ahora tomaría su silla y me sentaría en esta dejándole a ella el papeleo mientras yo observaba a la anciana y sus gatas.

Era una mujer de lo más peculiar, muy entrada en la vejez pero con una clara experiencia en mantener la compostura al menos. Por mi lado me temblaban las manos y mi expresión reflejaba una inquieta y nerviosa alegría.

Aquellas felynes sin duda eran hábiles con los queaceres domésticos y ya sabía por mi abuelo lo buenas que eran como compañeras de cacería, y por lo visto podía vislumbrar que se acercaba el momento de tener mi propia compañera.

-Todos fuimos cachorros alguna vez madam, pero puedo asegurarle que soy una pura sangre en cuanto a entusiasmo y querer mejorar todos los días...pero si debo pedirle el favor de que me honre con una compañera de caza-

No daría vueltas al asunto, ella tenía muchas felynes y yo quería una como mi compañera, sabía que así mejoraría mucho mi desempeño en los encargos y además me moría de ganas por achuchar una entre mis brazos.

-Aunque me habían contado como eran las Felynes de hábiles para gran variedad de trabajos nunca había visto tantas y déjeme decirle que estoy impresionada, quería saber si usted podría prestarnos algunas para un trabajo de desmalezar y limpiar la aldea? Claro siempre por un precio, no crea que soy alguien que no está dispuesta a pagar-

Quizás podría eliminar a dos vespoid de un solo ataque si negociaba bien con la anciana, además, eso significaría que la aldea estaría llena de esos adorables maullidos por unos días si lo conseguía.

-Compañera de caza eh...- Dijo mientras sin mirar bajaba el bastón y la felyne que estaba buscando la bola empezó como a golpearla con suavidad, divertida, ademas desprendía un agradable olor a canela. -Jo jo jo, mi madre era capaz de llevar muchas mas que yo, pero mi nieta menos, con la edad somos mas propensas a estar con estas gatitas, tal vez de vieja seas capaz...de llevar dos...jo jo jo.- Su risa era como divertida, no parecía ir a malas, pero la edad jugaba a lo que jugaba. Se llevo el te a la boca, tomo un largo trago sin quemarse aunque jurarías que estaba hirviendo el agua y después de humedecerse los labios continuo hablando.

-Precios, precios, prestar te puedo prestar, son necesarias si quieres darle a este lugar un poco de vida.- Mientras hablabas, la encargada puso delante de ti un pequeño saquito con las monedas correspondientes por el encargo, 30 para ser exactas y te guiño el ojo como cómplice sabiendo que necesitarías el dinero para poder negociar con Baba.

-El gremio me exige poder dar compañeras a todas aquellas que se convierten en cazadoras. -Con una sonrisa al principio parecía que te la iba a dar y ya, pero...- Pero no me exige que lo haga gratis, depende de lo que busques, yo te lo puedo ofrecer. Los trabajos de las felynes es otra cosa, depende de lo que quieras yo te daré un precio o otro dependiendo del tiempo que estén. Quieres construir una posada? 2 piezas de oro, quieres hacerte unos baños? 5, por el tiempo y el esfuerzo, quieres hacer una forja? Cogiendo una de esas casas ruinosas que tienes fuera te costaría 1 de oro, todo depende de lo que pidas claro. Desmalezar toda la aldea? Limpiarla? Mmmmm....- Hizo un leve calculo y sonrió moviendo tres dedos. -3 monedas, esto esta echo un asco, lo dejarían bien bien limpio. Ahora bien tu compañera, que quieres que haga por ti?

Podría parece extraño pero no me desalentaba la idea de terminar mi vejez como ella, rodeada de lindas y adorables gatas, pero eso me lo reservaría para cuando colgaste las armas de forma definitiva como cazadora no antes.

Prestaba atención a sus palabras y sonreía hacia Felicity por traer el dinero para las negociaciones, a fin de cuentas lo necesitaría realmente. Aunque por momentos me perdería en sus palabras al notar lo del te. Esa taza estaba humeante y aquella anciana se lo había bebido como si nada, acaso estaba tratando con un kut Ku disfrazado de viejita adorable?

-Luego quiero que me cuente el truco para beber té asi- acordaría de forma rápida para no interrumpirla de forma que pudiera cortar demasiado su explicación sobre los precios, que si bien me imaginaria que no sería gratis, ni barato, por el momento esas sumas salían por completo de mis finanzas.

-Bien en cuanto tenga el dinero empezaré por lo de la limpieza y desmalezar, pero por ahora centremos en mi compañera- dejaría descanzar mis codos en mis rodillas y encorvado la espalda y juntando mis manos bajo mi mentón dejaría en mi un aire de seriedad inusual en mi persona, pues ahora estábamos hablando de cacería concretamente.

-Me vendría bien una compañera que pelee codo a codo conmigo, si bien se pelear bien, aún tengo que volverme más hábil, y mientras tanto los oponentes demasiado fuertes o las multitudes son algo con lo que me cuesta luchar yo sola, puedo pero con una compañera a mi lado podré hacer más y más rápido los encargos por lo que podré tener más dinero para reformar la aldea-

Ahora esa postura seria, sería reemplazada por una donde mis manos sobre mis rodillas me ayudarían a realizar una reverencia estando sentada, bajando un poco la cabeza para mostrar respeto a un futuro ideal de vida, y a aquella que podía darme una ayuda.

-Le pido su ayuda Baba, quiero poner este sitio lindo cómo son de suaves las patas de las felynes-

Una rara referencia pero que me ayudaría a marcar mi punto.

-Jo jo jo...- Al ver que te inclinabas pidiendo ayuda mientras pensaba un poco, apurando el vaso sin hacer ningún comentario al secreto que tenia, de hecho no había secreto, simplemente lo hacia y ya. Se quedo pensativa antes de dar un par de bastonazos en el suelo y, no lo viste, pero del carromato salieron un par de felynes como en fila, entrando en el loca, había un poco de todo, con el cabello rosado, verde, mas delgadas, mas redonditas, con espada y escudo, con muchos cinturones. Pero la vieja señalo a una de cabello negro y un cascabel en el cuello, como todas. Tenia un montón de cinturones de cuero por su traje y en todos ellos habían barriles de pólvora, solo con verlo lo sabias.

En su espalda reposaba una mochila de tamaño medio para ti pero grande para ella, parecía un poco tonta pero en cuanto la vieja sonrió sus orejas se levantaron empezando a prestar atención. -Vainilla ven aquí, creo que podrás hacer este trabajo.

Ella respondió con un simple “nya” muy dulce y casi imitando a la perfección el maullido de una gata antes de ponerse a vuestro lado. -Vainilla es una piromana, sabe usar muy bien la pólvora, puede parecer que se inmola pero no siente dolor porque su piel es bastante dura.- Ella sintió a sus palabras mientras se abrazaba a uno de los barriles como si fuera lo mas inofensivo del mundo. -Es lo mas parecido a lo que buscas. A ti que te parece?

Se quedo un momento en silencio antes de volver a asentir. -Explotare cosas.- Como si fuera lo mas normal del mundo.