Partida Rol por web

Me emocionaba al ver a tantas Felynes ante mi, todas eran muy adorables y bonitas aunque fuesen diferentes unas de otras, a mis ojos todas eran preciosas y quería achucharlas.

La anciana nombró a una en particular llamada Vainilla a pesar de que su cabello era oscuro, juraría que terminaría siendo una rubia, haciendo alusión a su nombre, pero no venía aquello al caso.

Me levantaría de mi silla y me dirigiría a esta para verla más de cerca, observándola detenidamente y fingiendo una actitud inquisitiva como si estuviese viendo si era buena idea o no aceptarla.

Pero no me duraría más que unos segundos antes de posar ambas manos mías en sus hombros y sonreírle alegremente.

-Encantada de conocerte Vainilla, soy Laika Stroud, puedes llamarme Laika, seamos amigas!- Sería una petición más que una orden, quería llevarme bien con ella y ella que se llevase bien conmigo.

-Me encanta Baba, cuidare bien de ella, no tendrás que preocuparte de nada más que cuando te avise que tengo el dinero para empezar la obra de limpieza....o casi lo olvido, dijiste que debía pagar, cuanto es?- no pensaba negociarlo, Vainilla se veía sumamente adorable y quería explotar cosas, mientras fuese a mis oponentes no me molestaría en lo absoluto, hasta me ayudaría.

Las orejas de Vainilla se movieron un poco cuando dijiste tu nombre y le dijiste de ser amigas, ella asintió antes de soltar un maullido pero no dijo demasiado mas, no parecía muy habladora pero por la cara que ponía no parecía en estar en desacuerdo contigo.

-Jo jo jo...precio si, que tal una moneda de...- Se relamió la anciana antes de que la encargada hiciera un poco de ruido con el libro y tosiera. La anciana miro hacia el mostrador y se notaba que se le había fastidiado el negocio. -Esta bien...diez de plata por tener a mi gata durante un tiempo si. -Pidió mientras sacaba de su túnica una especie de bolsa de cuero vaciá y en ella podías soltar las monedas, enseguida guardo la bolsa en cuanto tuvo el dinero.

-Me quedare aquí y comprare tus artículos, la encargada quiere que empieces a hacer dinero, si tienes algo te lo comprare por un buen precio...jo jo jo.- Golpeo un poco con el bastón en el suelo y las gatas que estaban allí empezaron a corretear de nuevo a la carreta como si hubiera sido una llamada de que podían volver a casa.

No dudaría ni demoraria a la hora de sacar el dinero necesario de la bolsa que antes Felicity me había entregado,lo consideraba un precio muy barato, aunque por lo visto sería gracias a la intervención de esta última que aquella anciana no me hubiese puesto un mayor precio. Luego se lo agradecería apropiadamente.

-Eso es genial, de hecho tengo algo que puede interesarle.- yo tampoco perdería la oportunidad de comerciar y recuperarme un poco.

-Tengo una piel de velociprey y una hermosa piel de Kelbi para ofrecerle, que le parece?-

Enseñaría mi mercancía a la anciana con una certeza de que eran buenos productos, quizás podría aprovechar su estadía para aprender a comerciar mejor.

-Jo jo jo..veamos veamos...- Mientras colocabas las pieles encima de la mesa para que la vieja lo viera, Vainilla se sentó en el suelo, abrió su mochila y viste que en su interior había un montón de barriles como los que llevaba, se estaba como organizando de alguna manera, aunque mas bien se entretenía. Por el momento estaba a tu lado así que era una mas que buena señal.

Baba empezó a tocar las pieles, saco una especie de binocular para examinar si la piel estaba bien cortada o si la habías corrompido durante el camino o a la hora de cortarla. -Una kelbin hembra....ajam....esta velociprey no es para tanto...mmm....no esta mal, la piel de kelbin es mas valioso que la de lagarto...si....- Saco un ábaco de debajo de su túnica y empezó a mover las fichas como si estuviera calculando rápidamente entonces con la ultima bola se te quedo mirando.

-Si....35 de plata por las dos.- Sonriendo, podías ver si era un buen trato o no, por el momento el trato era bueno.

Me emocionaba de solo ver qué Vainilla se sentará a mi lado, aunque sólo fuese para revisar sus cosas dentro de su mochila, a la cual debía recordar no acercarme nunca con un fósforo encendido. Incluso estaba por dejar ir una de mis manos a su cabeza para acariciarla, pero tuve que refrenarme de inmediato cuando Baba se puso a revisar las pieles que le había entregado.

Según ella la piel de Kelbi era mucho más valiosa que la de velociprey, un dato importante a tener en cuenta si quería tener un ingreso adicional además de la recompensa de las misiones.

Al igual que con Vainilla no me lo pensé mucho respecto a su oferta.

-Suena bien para mi, veré de conseguir más pieles de Kelbi entonces- aceptaría el pago y lo guardaría con el resto, 35 monedas de plata no era mal negocio, me estaba acercando de a poco a la moneda de oro y con ello a los servicios de las gatas de Baba.

-Bien eso es lo que tengo por ahora, gracias por su compra- haría una pequeña reverencia respetuosa a la anciana antes de buscar con la vista a Felicity.

-Hoy ha sido un gran dia- dando una palmada a mis piernas para aprovechar el impulso al levantarme, me dirigiría a donde se encontrase.

-Pero el día aún no acaba verdad?- no tenía nada contra Baba, pero no me apetecía tanto invitarla abiertamente a nuestra "cita" con Felicity, aunque si empezaría a formular en mi cabeza como llevarme a Vainilla, si es que acaso no tenía aversión al agua.

-Un gran día sin duda.- Felicity se apoyo en la barra mientras te acercabas, miraba por encima a Baba la cual ya estaba en sus cosas, alguna felyne de tanto en tanto se acercaba y ella la atendía o era ella la atendida por las gatas, seguramente no tardaría demasiado en marcharse a dormir. -Parece que a salido todo bien, nunca se sabe con Baba, se puede poner impaciente y el esperarte no a sido una gran idea, pero de todas maneras, a salido bien, ahora tienes una compañera.

Señalando con la cabeza a Vainilla la cual había dejado de mirar su mochila y ahora estaba como tumbada en el suelo descansando un poco del esfuerzo nulo que había hecho. -Hoy has venido temprano, tantas ganas tienes de ir a las termas?- Recordaba su promesa y parecía estar dispuesta a cumplirla. -Si quieres podemos ir ya, tendremos que caminar un poco, traete a Vainilla, las felynes les encantan los baños y así os vais conociendo un poco mas.

-No te das una idea lo que me urge sentir el agua caliente en mi piel y esa sensación relajante- Me abrazaba a mi misma de solo pensar en aquella agradable sensación recorrer todo mi cuerpo y aunque no admitiría directamente mis pensamientos a voz viva, habían más razones para ir, más ahora que Felicity no tenía problema en que Vainilla se sumase a la expedición.

-Genial, por casualidad tendrás algunos dulces que pueda comprar, nada viene mejor para un baño termal como unos dulces-

Después de aquellas dos cacerías se me antoja a más que nunca el mimarme un poco, sentía que me lo había ganado.

Le haría señas a Vainilla y hasta la llamaría por su nombre para que se acercase hasta donde estábamos con Felicity.

-Iremos a unos baños termales, quieres venir con nosotras?- sería lo que le preguntaría de forma directa en cuanto estuviera lo suficientemente cerca.

Quería hacer de esa noche un motivo de celebración, pues como había dicho Felicity había sido un gran día.

-Jo jo jo...- La anciana sonrió y saco esa risa divertida mientras daba un golpe en el suelo, una de las gatas salio corriendo hacia el carromato y trajo de ella, con una increíble fuerza, una mochila enorme llena de objetos, algunos los podías identificar, otros era mas complicado. Abrió la mochila y saco un paquetito con unos cuantos dangos dulces de diferentes colores. -5 de cobre.- Pidió a cambio de sus dulces, los pagaras o no esto es lo que sucedería.

Vainilla asintió, levantándose de donde estaba y empezando a caminar a tu lado junto a la encargada, esta llevaba una mochila tipo bolso con un par de toallas y dejo a cargo a la anciana Baba de cuidar el gremio, tampoco esperaba que pasara nada.

El camino estuvo lleno de algún que otro comentario o historia, nada trascendental, pero es que estuvisteis caminando alrededor de veinte minutos, así que había tiempo para hablar de todo. Entonces allí, alejado de tu campamento se podía ver una especie de termas, un edificio con al menos esos carteles y la encargada torció un poco la cabeza. -En su momento era un reclamo pero si nadie lo cuida...pero tranquila no hay monstruos, pongo unos repelentes alrededor para que no entren.- Explico mientras pasabais. El lugar estaba un poco ruinoso, pero había lo básico, se podía diferenciar los vestuarios, los tablones estaban sueltos pero no tenían demasiadas astillas, y aunque estaba un poco ruinoso se podía estar medio cómodas.

La encargada encendió un farolillo con unas luciérnagas atrapadas en ellas y te indico que te quitaras la ropa en el vestuario, de hecho tanto ella como Vainilla hacían lo mismo. El cuerpo de la encargada era menos delgada que el de Vainilla, tenia pecho, un poco de vientre pero buena cintura, no estaba fibrada pero aun así estaba bien dotada, solo pudiste ver eso porque se tapo con la toalla. En cambio el pequeño cuerpo de Vainilla era diferente, se notaba grácil, muy delgada aunque no por ello malo, no fibrada pero si entrenada y podías ver que en ciertas partes de su cuerpo, incluida la zona pelvica pero sin tapar sus labios vaginales, había vello del mismo color que su cabello, era normal, era una felyne, ademas de que se podía ver bien la union de su cola. Ambas dos tapadas con toallas fueron a la zona de aguas termales que era un recinto bastante amplio, muy estilo oriental, la piscina de piedra y el agua que emanaba de algún conducto subterráneo, se veía en buen estado aunque la piedra se podía limpiar un poco.

-Sentaos en la toalla, vale?- Advirtió la encargada aunque Vainilla, sin previo aviso, se tiro al agua para nadar como si fuera un pez, salpicando todo a su alrededor.

Pagaría esas 5 monedas de cobre con 1 de plata, valía la pena pagar el precio por hacer más perfecto y delicioso mi momento en las aguas termales.

En el camino compartimos historias con Felicity lo cual lo volvió bastante entretenido en aquella caminata que si bien no había sido larga, tampoco fue corta. Contaría alguna que otra historia de los entrenamientos con el abuelo y como en una ocasión este se reía de mi por huir de un moswine embravecido, que podía haber hecho era una niña en ese entonces, pero ahora que era mayor podía reírme de aquella historia con naturalidad.

-Tendre como una prioridad el mantener en buen estado el baño termal, no solo para nuestro disfrute sino que podría ser un atractivo turístico para la aldea o para volverla un punto de paso de cazadores y comerciantes.- realmente tenía bastantes ideas de cómo mejorar la aldea y estaba claro que para ello requeriría dinero.

Pero no era tiempo de ello, de pensar en asuntos problemáticos y aburridos; estábamos llegando alas termas y mi emoción no hacía más que subir.

Y contrario a lo que se esperase de mi, no me decepcionó el estado de aquel sitio, se veía decente y lo importante no era las piedras del estanque o las tablas, era lo que mis ojos veían.

El cuerpo desnudo de Felicity era generoso en varios aspectos y por lo visto tendía a las curvas más que otra cosa, algo que apreciaba enormemente y me hacía imposible no haber grabado en mi retina su silueta antes de que se cubriese con su toalla. Lo mismo paso con Vainilla pero la gran diferencia es que su cuerpo era más delgado pero se veía ágil y flexible, incluso la presencia de pelaje me hizo fantasear en la idea de averiguar qué tal se sentiría al tacto. Y disfrazaria mis claras intenciones al abrir el paquete de dangos y llevar una de esas dulces bolitas a mis labios y sujetarlos solo con la tenue presión de estos, al menos antes de empujarlo con el índice de mi siniestra. Buscaba provocar las, claro que sí, quería dejarlo en claro, para nada.

A diferencia de ellas no sentía ningún pudor por desvestirme y quedarme así hasta entrar al agua, pero tampoco quería ser demasiado intensa al menos no ahora. Solo cubierta por la toalla al igual que ellas seguiría a nuestra guía y su consejo, a pesar de que mi compañera no lo hiciera, aunque tampoco quería detenerla, la idea era ir allí a relajarse y divertirse y ella lo estaba haciendo.

Por mi parte tendría preparadas tres brochetas de dangos en una de mis manos, ofreciéndole una a Felicity. Con la clara intención que después de que lo recibiese, me quitaría aquella toalla justo a su lado para doblarla y dejarla sobre mi cabeza; me moría de ganas por ver su expresión pero me quedaría con la espectativa de que podría causar en ella un cuerpo como el mío donde mi principal encanto físico recidia en mis caderas y un abdomen plano.

-Ten, para mí hacen más delicioso el baño- le comentaría con una animada sonrisa antes de entrar al agua, como si no hiciera todo ello a proposito,; siendo que cuando llegase el momento de poner mi primer pie dentro del estanque la sensación invasiva del calor del agua y sus vapores harían que me estremeciera a cada cm que mi piel era recubierta por el agua, hasta el momento de quedar sentada en el fondo y reposar mi espalda en el borde del estanque. Aquella mágica sensación fue acompañada del primer bocado ritual de uno de esos dangos, pero estando dentro del agua está vez cosa de sentir esa extraña y única sensación placentera desde el exterior y el interior de mi cuerpo, un deleite personal que no entendía ni buscaba entender por qué me agradaba tanto.

-Siento que llevase una vida sin darme este lujo- mi expresión era de lo más extasiada y feliz, dejando las marcas aquel sentir en mi piel como el tono carmín que llenaba mi rostro y relajaba mis párpados al igual que cada músculo cansado del resto de mi cuerpo.

-Esto si que es vida no lo crees Felicity?- le preguntaría a aquella, esperando que estuviese a mi lado o tendría que verme obligada a acercarme hasta ella y simplemente sentarme a su lado.

-Solo me falta un buen masaje y podría morirme en este preciso momento sin arrepentirme- quizás exageraba un poco pero que podía decir, en momentos así no podía negar ni minimizar lo que sentía.

-Por cierto gracias por esto y por la ayuda con Baba, imagino que no debió ser sencillo hacer que me esperase, no parece una mujer que le guste perder el tiempo- me apegaria a su brazo de forma un tanto invasivamente cariñosa al restregarme incluso como una felyne.

Estaban las dos bastante contentas con el baño, tanto Vainilla como Felicity, esta ultima había puesto la toalla de tal manera que rodeaba su pecho, ocultaba sus partes mas intimas y al mismo tiempo estaba sentada encima de ella, porque las piedras por muy calentitas que estuvieran estaban un poco sucias, no en exceso no tampoco es que tuvieran líquenes pero no estaban limpias. Vainilla por el contrario, mientras tu empezabas a coquetear con la encargada, ella iba nadando, como era pequeña era mas fácil de nadar y podía hasta sumergirse, en algún momento se podía ver que nada estilo perrito con su culito muy hacia arriba y la cola como si se tratara de un timón, se podía ver bien sus atributos cosa que no ocultaba tan fervientemente como la encargada.

Felicity se puso nerviosa cuando acercaste el dango, rechazándolo con educación. -No suelo comer en el agua, es una manía, pero por favor disfrutalo. -Indico mientras no le pasaba desapercibido el como te acercabas a ella, el calor de tu cuerpo y el como poco a poco esta se iba sonrojando al admirar el cuerpo de una guerrera, pero disimulaba lo mejor que podía. -Bueno has estado trabajando así que un baño no estaría mal...tema masaje...no te se decir, yo esas cosas no las necesito.

-Es una buena mujer, a vivido durante mucho tiempo y a visto generaciones de cazadoras, es impaciente si pero a sido fácil de entretener, quería verte porque tiene cierta curiosidad por saber como reflotaras tu campamento...aunque lo que creo que quiere es el dinero que vas a invertir en ella.

Aunque fuese un poco desagradable la sensación de suciedad en mi trasero por el estado de las piedras me mantendría estoica y centrada en provocar a Felicity lo mejor que pudiese pues al parecer estaba dando resultados, o al menos hacerme dudar si el color de sus mejillas se había sonrosado a causa de mi persona o el agua termal, era un buen punto de partida.

Y en cierta forma me causaba un poco de gracia aquella situacion, en la que mientras charla amos con la encargada del gremio, Vainilla se encontraba nadando a gusto, dándonos una mejor perspectiva de uno de sus atributos, ajena a lo que ocurría a metros de ella y a las miradas que pudiese recibir, al menos de mi parte si habrían.

Fingí decepción de la peor forma posible ante su negativa pues aquella mirada penetrante, la misma que portaba cuando estaba tras otro tipo de presas, como ella; no había desaparecido y tras su rechazo atraparia con la lengua y el labio superior de mi boca el segundo dango de mi brocheta para deleitarme con este y regalarle al mundo mi cara de gusto y hasta un pequeño suspiro de alivio tras tragar este.

-Si cambias de parecer tengo más, están deliciosos- por momentos parecía una niña a la que por fin le habían dado su dulce. -Oii, Vainilla, quieres unos dangos?- llamaría su atención, cualquier cosa siempre podía ofrecerle el último dango de mi brocheta o ir a buscar la última brocheta para ella.

Lo que si ocurriese en el momento que me levantase mi cuerpo y quedará con el agua hasta apenas por encima de mis rodillas, algo que habría hecho para que a Vainilla se le hiciera más fácil venir por sus dulces o al menos para que me notase mejor, era que ahora cualquiera de las dos que me acompañas en en aquellas termas podría ver mejor mi cuerpo. Felicity sería quien podría verme con lujo de detalles, como toda mi piel parecía brillar gracias a las gotas de agua que recorrían las sinuosa forma de mi cuerpo, mi busto firme y ligeramente más centrado de la media. Felicity podría ver de primera mano el momento en el que aprovecharse lo de la suciedad en mis nalgas para limpiarme un poco con agua y luego de ello cubrirme con la toalla de modo que mis pechos se vieran más sugerentes y apretados y la parte inferior apenas y tapase mi trasero, como si usase un vestido de falda muy corta y ajustada.

Volvería a sentarme junto a ella, asegurando mi cabello para que esté no cayese al agua con un rodete y la respectiva toalla mejor acomodada, dando un mejor costado de mis brazos, hombros y un busto que apenas y se asomaba del agua.

-A que podría darte un masaje que haga que pienses que son muy necesarios- bromee divertida y provocativa, me gustaba jugar aquel juego de la seducción y soltar todas mis armas una por una.

Cuando ofreciste el dango a Vainilla, esta se te quedo mirando tal como estaba, su cola se movió de lado a lado como contenta mientras se acercaba de la misma manera que había estado nadando todo el tiempo, pero mas que nadando, ahora veías que sus manos estaban como apoyadas en las piedras y lo que hacia era simplemente deslizarse por el agua. Cuando estuvo a rango, olfateo el dango y sin tomar el palo mordió de tu mano y arranco el dulce de la madera degustandolo con delicia, relamiéndose un poco los labios antes de dar como media vuelta y a parte de regalarte una buena vista seguir nadando, no era de muchas palabras eso estaba claro pero le había gustado tu gesto.

Por el contrario, Felicity estaba cada vez mas nerviosa, tus movimientos y flirteos estaban cada vez haciendo mas mella en su pequeña coraza hasta el punto en que ahora al verla estaba de lo mas sonrojada. Tu desnudez la ponía algo caliente y se apretaba bien la toalla como para que no se cayera por si acaso, no podía tener una erección pero podías ver, muy sutilmente como sus pezones empezaban a erectarse tímidamente por debajo de la toalla, aunque era bastante sutil.

-Nunca me han dado un masaje pero si insistes...muéstrame un poco como se siente haber si es tan bueno, estas hablando maravillas de el.- Era como si se dejara llevar por tus palabras. Deslizo un poco la toalla para dejar a la vista su espalda y pregunto. -Como quieres que me ponga?

Adore aquel simple gesto de venir a comer casi de mi mano, Vainilla era más demostrativa que habladora, eso era un hecho como el mismo que era aquella belleza particular suya ligada a la ternura y desconocimiento aparente sobre que para otras era algo igual de dulce que el dango, el tener esa vista que dejaba al nadar en las termas.

Pero volviendo a la razón por la que había venido a esas termas en primer lugar, mi atención se dirigiría en su totalidad a la encargada del gremio.

No podía evitar el regodearme en silencio al ver sus reacciones. Se veía nerviosa pero no por una incomodidad en exceso molesta, sino por qué cada una de mis jugadas parecían haber estado funcionando. Mi sonrisa amistosa se estaba tintando del aire de la picardía en la que estaba pensando, su respuesta solo me hizo comenzar a maquinar de qué forma sería más apropiado y me facilitaría disfrazar mis intenciones reales en ese masaje.

-Nunca? Eso lo cambia todo...soy una experta en lo que a relajación se trata- en cierta forma no mentía, del todo.

-Con que me des la espalda es suficiente-

Frotaba mis manos para que estas ganase mucha temperatura para hacer de aquel masaje algo sumamente delicioso para ella. Una vez estás estuviesen más calientes que el resto de mi cuerpo, comenzaría por aplicar presión en su espalda baja y comenzar a subir, frotando por completo sus músculos para desarmar cualquier nudo con presiones continúas y en movimientos hacia fuera, de mis manos. Aprovechaba la cercanía para dejar mis labios cerca de su oreja y que mis pechos estuvieran rosando apenas su espalda, si podría sentirme aunque no sé si podía presentir el como mis ojos se perdían e su espalda, queriendo ver más pero Felicity era presa de los nervios al parecer.

-Como lo sientes? Espero que bien así ayudó a que te mejores- jugaba con la ambigua confusión que podían dejar a lugar mis palabras, deleitándose del suave tacto que ofrecía su piel inclusive en zonas donde los huesos apenas y son cubiertos por la misma. Mis manos ascendían por su espalda y buscaban sus hombros y nuca para pasar a masajear estos con los pulgares, dibujando a base de presión con mis dedos, dos círculos imaginarios.

-Si te recuestas boca abajo puedo hacer que se sienta incluso mejor- le confesaria aquel secreto que no estaba oculto de nadie y a medida que el masaje avanzaba iba afirmándose más y más en ella, como el momento en el que centre mis atenciones en su cuello, en ese mismo instante depositaria parte del peso de mis senos al afirmarlos contra su espalda, como si fuera perfectamente normal.

-Aguas termales, dulces y buena compañía, soy una chica afortunada- le comentaría en un tono suave pero sin llegar a ser un susurro, un comentario de agradecimiento nada más, tal ves solo eso. O quizás no.

Conforme tu hacías el masaje, con esos eróticos movimientos que daban algo de clara intención de lo que querías, Felicity empezó como a relajarse mientras tus fuertes manos pasaban por su espalda. Tal como podías intuir, de por si no había mucho estrés en su cuerpo pero si en la zona de la nuca y en la zona lumbar, se notaba que estaba mucho tiempo con la cabeza agachada seguramente con el tema del papeleo y la lumbar por cargar peso.

Algún que otro quejido de gusto salia de sus labios mientras que Vainilla seguía a lo suyo, apenas prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor, pero cuando acabo de masticar y degustar el dango podías ver su mirada penetrante mirándoos mas o menos intuyendo la escena, pero no intervino, volvió a nadar como dándote espacio sin intención de molestar al menos no por el momento.

-Quizás en las piernas...- Dijo cuando le comentaste lo de ponerse boca abajo. Se levanto de donde estaba, se le resbalo un poco la toalla dejándote ver en primer plano parte de su vientre y de su pelvis, sonrojada como estaba, parecía muy avergonzada pero no por este desliz, si no por el masaje en si, como estaba el cuerpo mojado no podías saber si estaba verdaderamente excitada o simplemente mojada del agua.

Se tumbo boca abajo dándote mejor acceso a sus piernas, espalda y a sus nalgas, se puso la toalla en la parte de abajo para no ensuciarse porque aunque lo que es la madera estaba relativamente bien no estaba del todo limpia asi que era como estar en la playa. Se movía un poco incomoda por no saber bien bien que decirte. -Era una promesa así que....- Dando referencia a la suerte que tenias. -Pero tampoco nos podemos quedar aquí toda la noche...el agua es buena un rato.

En cada ocasión en la que Felicity agradecía las fuertes presiones de mis manos con esos placenteros quejidos podía sentir un deje de satisfacción personal y una seguridad en lo que hacía, haciendo que pusiera más empeño a la hora de tratar su cuerpo.

Aunque más gratificante fue tener esa pequeña porción de su cuerpo, que antes tapaba con pudor, a la vista por unos momentos, quizás realmente había sido producto de un desliz, pero quería creer que ella también buscaba provocarme, y lo lograba.

Deje que ella se acomodase y luego yo me pondría a su lado para poder empezar el masaje a sus piernas. Estás no eran demasiado musculosas pero su piel se sentía muy agradable al tacto.

-Cierto, cierto, tampoco soy de atragantarme con los dulces- al decir aquello mis manos justo estarían masajeando en la zona de sus muslos, llendo mis manos desde la raíz de su pierna, paseándose de forma sutil al apenas tocar su trasero cuando hacía presión bajo este, pero luego mis manos bajarían hasta detrás de sus rodillas para asegurar no solo una amplia extensión de mi tratamiento por sus piernas, si no más bien un codificado mensaje para ella. Me gustaba jugar el juego de la seducción a mi ritmo.

-Ademas, si abusamos de las termas luego perderá su encanto venir aquí... Por cierto, tienes una piel muy suave y unas lindas piernas Felicity, seguro se te han quedado mirando más de uno que va al gremio- una rodilla traviesa se me escaparía de los labios. No podría ver bien su expresión en ese instante pero esperaba que ella tampoco notase el momento en el que me "montaria" sobre sus piernas para poder hacer el masaje más intenso, teniendo ahora más facilidad para deslizar mis manos, oprimiendo a su paso la cara interna de sus muslos hasta sentir el contacto con la entrepierna y así, empezar de nuevo desde abajo pero esta vez con las manos bien abiertas, abarcando tanto como me fuera posible de sus piernas con mis dedos y subir hasta toparse con sus nalgas, terminando cada proceso de presionar sus muslos con un "accidental" y superficial caricia sobre sus nalgas.

Tendría que detenerme o al menos no ser tan pesada, pero mi egoísmo era más fuerte y mi falta de pudor ante la presencia de vainilla lo hacía peor por qué incluso era una forma de mostrarle a mi compañera el como trataba a las personas que me agradaba.

-Si me dices que te mantienes así solo con el trabajo de papeleo no te creere- me preguntaba qué pasaría si decidiera ser aún más osada que hasta el momento y la duda no demoraría en ser respondida, pues finalmente me animaría a terminar uno de esos extensos masajes afirmando mis manos a su trasero con toda la intención, esta vez no sería un accidente.

-Como encargada, no siempre me he dedicado al papeleo.- El masaje habia dejado a Felicity de lo mas relajada, habías podido apreciar la suavidad de su piel y habías jugado con ella, ahora mas o menos estaba claro que había entendido tus intenciones de seducción, como si aquello fuera un juego y aunque Felicity se estaba dejando, no parecía estar dispuesta a dejarte llegar hasta el final solo con una salida a las termas, y menos acompañadas, aun así notaste un temblor al dejar tus manos en sus nalgas pero no rechazo.

-He estado con algunos monstruos, yo antes trabajaba en la capital y tenia que moverme bastante, ademas de que en alguna ocasión he ayudado a alguna cazadora, pero el papeleo y el tiempo aquí me a hecho estar un poco mas perezosa.- Mas o menos cuadraba el porque su cuerpo seguía estando firme pero ahora tenia ciertas curvas, al no mantener el ejercicio su cuerpo se había acomodado.

-Intentas seducirme?- Pregunto intentando confirmar lo que ambas sabíais cuando preguntaste lo de las miradas. -Hace ya tiempo que nadie me mira, pero quien sabe...con tiempo quizás eso cambie. -Se oculto un poco y al cabo de unos instantes hizo como el gesto de levantarse, suspirando antes de destensar todo su cuerpo y estirarse bien, no tenia toalla en ese momento y te regalo una buena vista de sus músculos destensándose ademas de una buena postura. Cogió la toalla y se la enrollo en el pecho. -Porque no, recoges a Vainilla y volvemos a la aldea?- Sugirió ella mientras la miraba un poco, intentando cubrir su rojez. -Se hace tarde.

-Es necesario que responda?- fue mi respuesta acompañada de una risilla picaresca suficiente respuesta desde mi perspectiva.

Entendía aquella resistencia a mis halagos y el marcarme la línea de hasta donde podría avanzar aquel día, más no vi aquello como un rechazo sino como una aprobación para pasar al siguiente nivel a su debido tiempo. Al menos me había quedado con el premio de deleitarme de poder tocar y experimentar la sensación de su cuerpo hasta saciar mi curiosidad por aquel día, incluso tuve el Bonis de un buen vistaso a todo su cuerpo sin ninguna clase de obstrucción a la vista.

-Si, ya es hora de volver, mañana toca otro día de trabajo duro...Vainilla!!- buscaría llamar la atención de mi compañera. -Es hora de regresar-

Quizás hasta fuese una buena oportunidad para hablar con ella en la posada del gremio, no tenía intenciones de tomar una de las casas vacías aún, quizás mañana, hoy solo quería regresar para tener un poco de tiempo de calidad para conocer mejor a mi compañera antes de dormir, con una hora de charla creía que sería un buen comienzo.

Durante el viaje de vuelta, después de haberos puesto la ropa y ya de camino al campamento, hablaste con Vainilla. Ella seguía mirándote como sabiendo por donde habías ido con la encargada pero no hizo ningún comentario, tampoco sabias si aquellas felynes eran muy celosas pero bueno, te miraba extraña. Comentaste un poco sobre tus aventuras, por donde habías pasado e incluso sobre tus gustos. Ella caminaba pero se notaba que te escuchaba porque cada vez que decías algo de su interés una de sus orejas se movían, pero la felyne te contestaba con mucha brevedad, no se paraba a hacerte grandes frases y si le preguntabas por ejemplo que comida favorita tenia ella te contestaba con un escueto. -Pescado...a Vainilla le gusta el pescado...- Nada mas, pero como mínimo hablaba y tenia un cierto interés en contestarte que ya era bastante.

Al volver al gremio, Baba ya dormía, todas las felynes habían desaparecido menos la que seguía durmiendo encima del carro, como si el tiempo no hubiera pasado, algunas felynes se podían tirar gran parte del día durmiendo y no pasaba nada, no por nada venían de la familia de los gatos. Se te quedo mirando Vainilla y después de asentir se fue corriendo al carromato a modo de que esa era su habitación. -Deberías buscar una casa mañana. -Indico la encargada como observación. -Así podrías empezar a instalarte bien y Vainilla dormiría en el mismo lugar que tu, son reservadas pero por la mañana estará aquí no te preocupes.

La noche pasaría sin demasiados incidentes, cenarías algo, dormirías en el gremio porque ya era bastante tarde y a la mañana siguiente, la encargada estaría con sus quehaceres diarios y efectivamente, Vainilla te estaba esperando en una mesa, jugando con un barril de los suyos mientras balanceaba su cola. Era un día nuevo, el sol brillaba y no parecía que fuera a llover, que depararía el día?

Después de despedir a Felicity aquella noche y un buen sueño reparador, el día empezaría de lo mejor posible para mí, llena de energía y ganas de comerme el mundo, o al menos de avanzar en mis proyectos para la aldea.

Ni bien empezará el día iría tras Vainilla, el día anterior no le había prestado suficiente atención o al menos eso creía, por lo que en cuanto la viera iría a su encuentro.

-Buenos días Vainilla, dormiste bien?- pregunté animada sin sentarme en la mesa con ella, aún no tenía pensado desayunar pues me daba vueltas en la cabeza lo que Felicity había dicho.

-Tengo que ir a elegir una casa donde establecernos, me quieres acompañar?, Solo seremos tu y yo- me notaría animada, a fin de cuentas ya era hora que dejase de dormir en el gremio, debía abaratar costos aunque estos no fueran tan grandes, pero necesitaba un sitio propio.

-Si tienes alguna preferencia sobre alguna casa, sola sin miedo, a fin de cuentas ahí es donde pasaremos a vivir- su opinión era importante y quería que lo supiera, así en cuanto me acompañase, iríamos a revisar el estado de las casas.

Se levanto de donde estaba cuando dijiste de ir a por una casa, cargo su mochila y asintió. -Cálida...que sea cálida...- Es lo único que te dijo antes de ponerse a caminar, seguramente te acabarías acostumbrando a su forma de hablar, probablemente todas las felynes eran iguales, poco habladoras pero activas dentro de lo que cabía.

Empezasteis a mirar por todos lados las casas, algunas estaban bastante ruinosas, una incluso no tenia parte de la pared pero había otras que estaban relativamente bien. Vainilla señalo una de las casas que estaban mas a las afueras y por tanto, aunque no lo pareciera, estaban mejor. Tenia una chimenea que había vivido mejores momentos, un cristal roto en una de las ventanas, pero los tablones estaban bien, también estaba el tejado y no parecía que hubiera problemas de humedades.

El interior era simple y no había demasiada decoración pero con tiempo y esfuerzo todo cambiaría, había una sola cama pero parecía que a Vainilla no le importaba porque al entrar se sentó en un rincón cerca de la chimenea mirando a todos lados.