Partida Rol por web

Una vez Radha hubo comprado todo lo necesario hubo el momento de partir. Al igual que la ultima vez que se fue del campamento, una carreta estaba esperando a la barbara para poder partir hacia los altiplanos coralinos, no solo estaba ella, también habían algunas chicas mas que se las notaba estudiosas por sus ropas y por la falta de armas, después de todo iban a una especie de avanzada que investigaba ese extraño fenómeno. Por parte de las felynes no hubo problema, tanto Cocoa como Matcha estaban preparadas, la primera había cargado todo lo necesario y la segunda había repuesto su munición, la que se hizo mas la remolona fue Mochi la cual puso como cara de pena cuando se tuvo que separar de su prey, la cual ladeaba la cabeza continuamente sin entender. Quizás Mochi se había impuesto pero realmente era a la que mas le dolía de las dos el separarse.

Lejos de estar mucho tiempo en la carreta, fue tan solo un día y solo fue por el ritmo que llevabais seguramente Radha podría haber llegado bien en el mismo día pero seria de noche y realmente no era lo mas aconsejable el ir de noche por un lugar que no se conocía. Mas o menos cerca del mediodía, mas de mañana que de tarde el paisaje cambio, paso de ser una llanura a sentirse el olor de la grieta que había visto Radha y adentrado hacia unos días, pero el carromato no paro allí si no que siguió un sendero ascendente y entonces se escucharon los truenos. El cielo que había estado iluminado desde hacia tan solo unas horas ahora estaba cubierto de una espesa capa de nubes negras, no llovía solo había una gran tormenta eléctrica en el cielo que amenazaba con romperse en cualquier momento.

Radha nunca había estado en los altiplanos y sin duda era un lugar de lo mas hermoso, todo lo contrario al valle. El sendero era como si pasarais por la llanura mientras ascendíais por la ladera, pero rápidamente el lugar era como húmedo, se sentía humedad en el aire y finalmente se podía ver lo mas característico del lugar. Era como un valle con muchos acantilados aquí y haya, pequeños senderos que conectaban esas islas de tierra que permanecían inmóviles, se notaban las corrientes de viento conforme mas subíais haciendo que se sintiera un lugar fresco por así decirlo, pero no solo era eso, no era lo mas impactante de ver. Todo estaba iluminado por colores vivos, todo el lugar estaba como cubierto por unos dientes de león y setas que brillaban con luces azuladas y rosadas, grandes setas que tenían coberturas que parecían camas elásticas de los mismos tonos, casi parecía que aquel lugar estuviera sacado del fondo del mar ya que incluso se podían ver corales de tonos rosados y azules adornando el lugar y si Radha los tocaba los podía notar húmedos.

La carreta continuo hasta lo que parecía ser un asentamiento pequeño en una obertura natural de la piedra, teníais que agacharos para no daros con la cabeza cuando pasasteis por un arco de piedra natural a lo que parecía un claro de piedra, allí habían un montón de tiendas, cerca de una docena y muchas mesas llenas de papeles y pergaminos. Había cerca de una veintena de personas, realmente no demasiadas ya que solo 6 de ellas se notaban que eran cazadoras porque llevaban armas para proteger a las científicas, de estas 14 restantes se intercalaban entre felynes y humanas que estaban trabajando codo con codo para investigar el lugar.

Una de las cazadoras se quedo mirando la carreta antes de acercarse y dirigirse a la que parecía mas aguerrida. -Tu eres la ayuda del campamento? Bienvenida al puesto de avanzada, por favor dirígete a esa cabaña, allí te darán mas instrucciones.- Señalando una de las tiendas que tenia grabada el logo del gremio de cazadores. -Un placer contar con tu ayuda.

Siempre que se disponía a salir de cacería Radha sentía que cierta emoción la embargaba y parecía crecer mientras durase el tiempo de preparación y búsqueda hasta llegar a un límite explosivo ya de cara a la acción, no obstante la bárbara recordaba solo una vez en que experimentó una emoción todavía mayor a lo que ya era habitual para ella: aquel trabajo cuando fue al norte, el área nevada donde conoció a Laika y a Vainilla para junto a Cocoa y Mochi enfrentar a dos grandes peligros.

La humana recordaba dicha oportunidad con ligera amargura dado el final que tuvo la pelea contra la Legiana, sin embargo con el tiempo, ya que las heridas tanto físicas como mentales cicatrizaron, para la cazadora el balance resultaba sin duda positivo. En el presente, pues, Radha estaba experimentando un sentir bastante similar, ello porque la visión del carro que finalmente había llegado disparaba tales recuerdos.

Antes de subir, la mujer se aseguró de llevar todo lo que había comprado, pero también aprovechó para darle una última mirada al campamento pues sabía que tardarían un tiempo en el altiplano; ese momento le sirvió para tomar impulso. Tras unos minutos así Radha finalmente avanzó aunque no sin antes darle unas palmaditas en la cabeza a la acongojada Mochi — Anko estará ahí cuando regresemos — le prometió pues le daba pena ver a la Tobi así, pero siendo parte tan importante del equipo como el resto no podía solo dejarla allí. Una vez dentro del carro buscó sentarse cerca de Cocoa, Matcha y la mentaba ardillita ya que en esta ocasión había más gente, sin embargo tampoco pensaba abstraerse durante el viaje, al fin y al cabo, pensó, todas las presentes tenían objetivos similares hasta cierto punto…

*****

El viaje fue un poco largo pero no tanto como creía, de hecho la cazadora pensaba que bien podrían haber tardado mucho menos, que incluso habrían sido capaces de llegar caminando, pero claro, ella no conocía el rumbo y dado que podría haber criaturas peligrosas interponiéndose quizás la opción que tomó fue la mejor, así incluso llegó bien descansada al sitio. Conforme iban llegando al altiplano, la cazadora se sorprendió por el paisaje tan peculiar que las recibió, algo que nunca había visto y que resultaba tan hermoso como maravilloso, lleno de trazas de vida y de cierta humedad; objetivamente hablando quizás aquel no sería su lugar favorito para vivir, sin embargo como “sitio de visita” resultaba bastante llamativo, por no decir memorable. También durante el trayecto Radha preguntó a las dos felyne si alguna había estado allí antes o si habían escuchado hablar del sitio pues ellas solían tener datos que la bárbara desconocía, en paralelo la cazadora iba tratando de jugar con Mochi para que no se sintiera demasiado solitaria al haber tenido que dejar a Anko.

Por fin que ya llegadas al destino que aguardaba por ellas, Radha bajó del carro junto con el resto, cargando tanto su espadón como las otras cosas que llevaba; mientras avanzaban la cazadora aprovechó para ir admirando más de lo que las rodeaba, intentar interactuar con las ajenas o bien crear memorias con sus compañeras, como hablándoles emocionada de lo que sintió al tocar los corales o bien preguntándoles qué les parecía la vista. Más pronto que tarde, sin embargo, llegó aquella que llamó la atención de la bárbara al hablarle…

— Si, de hecho somos todas nosotras — la humana aprovechó para hacer hincapié en que no iba sola, señalando a las dos gatitas y a la Tobi; Radha comprendió que la ajena no sabía y que no había sido su intención obviar a sus compañeras, sin embargo ya que iban a trabajar allí lo mejor era compartir esa información, por lo mismo Radha se presentó a ella misma y a Mochi que no podía hablar, dejando a Cocoa y a Matcha hacer lo propio.

— Vale, gracias; iremos entonces — agregó luego de asentir, sin embargo antes de ir hacia la cabaña señalada quiso añadir en contestación — Al contrario, agradezco la oportunidad por dejarme venir aquí a ayudar; daré mi máximo esfuerzo en serles útil — con peculiar determinación pero sincero rostro, que al fin y al cabo no estaba siendo exagera al decir aquello. Así pues Radha se dirigió junto con sus compañeras a lugar con el logo del gremio preguntándose si dentro habría una cantidad igual de personas, o alguna encargada similar a la mujer que conoció en las montañas. A cada paso el corazón de la bárbara latía más a prisa…

-Kyum!...kyuuuum....- Mochi tuvo que hace de tripas corazón y aguantarse, Anko la estaria esperando cuando volviera asi que acepto las palmadas de Radha y paso un viaje relativamente tranquilo, salvo cuando se puso a jugar con Radha que hacia ruidos de lo mas inocentes pero que quizás a las investigadoras puso algo nerviosas, después de todo Mochi no dejaba de ser una Tobi-kadachi, una criatura bastante peligrosa.

Las conversaciones fueron variando bastante pero no hubo demasiadas novedades, ni una ni la otra habían llegado tan lejos, de hecho Matcha dijo que los altiplanos se consideraban un lugar de peligro y que solo las cazadoras avanzadas se adentraban ya que era un lugar lleno de vida y por tanto peligroso ya que al contrario que las demás zonas donde podía haber algún descanso, en aquel lugar era mas bien difícil esos momentos de paz.

El comentario de Radha no paso desapercibido por las compañeras las cuales se miraron y sonrieron un poco, al llegar Mochi salio disparada del carro con ganas de correr un poco y de estirar las piernas para sorpresa de las investigadoras del lugar que lejos de estar asustadas estaban hasta curiosas por el comportamiento de la criatura. Al decir lo ultimo la cazadora asintió.- Para estar aquí es lo mínimo que hay que dar, habla primero con la investigadora en jefe, ella te pondrá al día. -Repitió la cazadora antes de volver a su lugar y continuar patrullando. Cocoa en cambio no os siguió hacia la cabaña.- Vigilare...a Mochi...ella ponerse nerviosa...durante cambios bruscos.- Comento la felyne mientras que Matcha no dio problema alguno en acompañar a Radha al interior de la cabaña del gremio.

El lugar era espacioso, pero estaba bastante lleno de cosas, un montón de papeles, mesas llenas de libros con pergaminos aquí y haya, la gran mayoría garabateados y algunos en mal estado por culpa de la humedad. Allí habían unas cuantas felynes que estaban organizándolo todo lo mejor que podían y mostrando papeles a una mujer que parecía bastante enfrascada en lo que estaba haciendo. Llevaba una cabellera negra larga que llegaba hasta casi la cintura, llevaba una túnica gremial del mismo color y su cara era seria pero hermosa, parecía una mujer joven pero por su constitución no parecía ser una guerrera ni mucho menos. Tardo unos segundos en darse cuenta de que había llegado alguien, sacudió ligeramente la cabeza y miro a Radha unos instantes antes de que se le dibujara una leve sonrisa en los labios. -Parece que me han traído ayuda, ya era hora.- Se acerco a Radha y le ofreció su mano.- Mi nombre es Gena, soy la encargada en jefe de esta expedición, responsable de todas las que están aquí y representante del gremio. Por lo que he leído de la carta tu eres la nueva dueña del campamento abandonado del norte, he oído que esta siendo reparado, mi enhorabuena.

Radha notó las reacciones ajenas ante Mochi, sin embargo confiaba que, si la Tobi no hacía nada demasiado amenazante, la cortesía sería devuelta por las presentes; incluso les hizo un gesto más de una vez como para quitarle hierro al asunto, pero claro, al final dependía de cada una la impresión que le quedara de Mochi. Así pues la bárbara también aprovechó para mimar a su compañera, y es que aunque querría hacer algo similar con las felyne seguro ninguna la dejaría…

Que ninguna supiera demasiado sobre el altiplano fue sorpresivo pero a la vez no, ya que la bárbara pensó que era hasta cierto punto obvio, pues las gatitas eran jóvenes y al menos Cocoa parecía que no había tenido otras compañeras humanas antes. En cualquier caso enterarse de aquello la emocionó… ¿qué tipo de criaturas podría encontrar allí?

— ¡Vale! — ya ante su colega de oficio la cazadora no dudó en asentir y mostrar una sonrisa ruda, no para intimidar a la ajena sino porque eso le inspiraron las palabras que le dedicó. Sin duda ese lugar se antojaba duro desde el primer momento, quizás el mayor reto que hubiese enfrentado hasta la fecha… pero eso también era parte de mejorar. — Está bien, te la encargo entonces. No creo que tardemos demasiado — ya luego dijo a Cocoa en quien confiaba plenamente tanto por su carácter como por ser la jinete oficial de Mochi, además supuso que si iban las tres, la Tobi podría hacer algún destrozo o meterse en otro tipo de problemas por andar de juguetona; miró a Matcha y tras asentirle avanzaron.

Entrar a la cabaña sorprendió a la humana pues aquello parecía un centro de trabajo muy agitado, distinto a otros edificios gremiales que había visto, los cuales parecían más tabernas que otra cosa. Con cuidado avanzó entre las trabajadoras felinas intentando no estorbarles ni tirar nada, ya que su cuerpo era más grande y por tanto más propenso a accidentes, hasta que llegó con la que obviamente era la figura central allí: una mujer tan hermosa como misteriosa. Debido a tal combinación Radha se quedó mirándola como tonta durante unos instantes, hasta que la voz de la dichosa la sacó de su abstracción…

— Ejem… hola — entonces la bárbara correspondió tanto al saludo como al apretón de manos, siendo que la suya era grande y rasposa, dura gracias a su oficio. — Si, va poco a poco pero es un trabajo constante; gracias — reconoció con una gran sonrisa que compartía espacio en su cara con el rubor — Por cierto, mi nombre es Radha y ella es Matcha, una de mis compañeras junto con Cocoa y Mochi, pero ellas se quedaron afuera — vio pertinente explicar. — Nos enviaron aquí apenas llegamos, que no fue hace mucho, la verdad no nos dieron muchos detalles de nuestro trabajo aquí — también agregó, sin embargo no preguntó directamente pues estaba como a la espera de ver lo que le diría la que dirigía las cosas allí…

Al contrario que la fuerte mano de Radha, la mano de Gena era mas bien suave, era firme si pero no tenia ni por asomo esa fuerza y entrenamiento que tenia la barbara. -Un placer entonces Radha, es bueno que las terratenientes se hagan cargo de sus tierras y ver que una tierra que antes estaba abandonada ahora hay vida es un logro, una vez mas te doy la enhorabuena. Empecemos por el principio, os doy la bienvenida a tu equipo y a ti a este puesto de avanzada, no es que tenga un nombre en particular ya que no planeamos quedarnos mas tiempo del necesario, nuestra presencia podría desequilibrar el ecosistema. Nuestro deber como investigadoras es precisamente ese, observar, catalogar, explorar y entender este mundo que nos rodea.-Mientras decía todo esto, Gena se iba moviendo revisando algún que otro papel hasta que simplemente los dejo a un lado y presto mas atención a Radha, inclinándose ligeramente y apoyando las manos encima de la mesa.

-En el mensaje de ayuda no estaba todo especificado, pero para esto estoy yo aquí. Hace un tiempo pudimos tener contacto con la tribu local de felynes, como espero sepas las felynes no todas trabajan para el gremio ni tampoco viven en nuestra sociedad, hay tribus que al igual que las Shakalakas o otras tribu nómadas viven en las regiones en comunión con la naturaleza, en este caso fue todo un logro el poder contactar con ellas y intercambiar un poco de información. Pero lamentablemente desde que inicio las tormentas no hemos podido contactar mas con ellas, son recelosas, ya no van al lugar de reunión que teníamos y si nos acercamos a su territorio se vuelven agresivas, no al punto de atacarnos pero no queremos conflicto con dicha tribu, como dije no estamos aquí para perturbarlas.

- Aunque eso es una petición personal y secundaria que te doy, si averiguas algo sobre las felynes me gustaría saber que es lo que les a pasado, solo sabemos que empezó cuando empezaron las tormentas, nada mas. Tu trabajo principal es encontrar a una criatura que se esconde aquí en el altiplano, por lo que sabemos es una criatura roja cuadrupeda, muy violenta, es todo lo que sabemos ya que es muy rápida y ataca a las caravanas que nos traen suministros. Queremos que te enfrentes a ella, es una petición del gremio y por tanto seras recompensada con 8 monedas de oro...nada mal no crees?- Sonriendo Gena esperando a ver la reacción de Radha antes de continuar.- De la misma manera nos gustaría que investigaras un poco si sabes de donde a salido esta tormenta. Te preguntaras porque te digo esto...este clima de por si es lluvioso, llueve un dia, sale el sol, quizás dos días lloviendo...tres...pero hace ya una semana que esas nubes no se mueven de donde están, caen lluvias muy esporádicas pero son solo eso, esporádicas. Aunque hace viento las nubes no se mueven por tanto ahí algo que las provoca, queremos investigar pero sin ayuda no podemos salir de este puesto sin estar en peligro, no tenemos suficientes cazadoras.

-Esa seria la petición por la que te hemos traído aquí, te apuntas?

Para ser sincera, el tacto de la mano ajena era agradable, solo que obviamente Radha no lo diría ni lo demostraría pues no tenía la confianza para ello, además estaba trabajando. — Se hace lo que se puede — aunque sí contestó ruborizada ya que tampoco se quería dar aires de lo que no era. Enseguida escuchó atenta a lo que explicaba la llamada Gena, siendo pues que la bárbara agradeció por la reiterada bienvenida y asintió ante las primeras certezas que la ajena ofreció.

Obviamente la cazadora tuvo que seguir con los ojos a su anfitriona y encargada pues verla trabajar tanto era algo entre interesante e inquietante, motivo para que Radha se cansara un poco, pues aunque podía estar peleando por mucho tiempo lo cierto es que la bárbara era débil ante las labores más civilizadas: le aburrían, y ver a Gena haciendo todo ello le hizo pensar que si estuviera en su caso se sentiría como en el infierno mismo…

Al escuchar sobre las felyne Radha instintivamente observó a Matcha, pues la memoria más clara que ella tenía sobre las gatitas era que venían del carromato de Baba, pero también que un día le explicaron que ella solo hacía de contratista y que de hecho todas las felinas percibían un sueldo como cualquier otra trabajadora — Sé… algo así — finalmente respondió aunque sospechosa, pues en cualquier caso aquello fue una grata sorpresa solo de imaginar cómo sería una tribu llena de felyne, pero también despertó una gran duda en ella: ¿existían más nómadas que las Shakalaka?

Bueno, solo si no tomaba en cuenta que ella misma era algo así antes de llegar al campamento…

En cualquier caso de ahí en más Radha se mantuvo en silencio hasta que Gena solicitó una nueva respuesta de su parte — Para nada, solo he recibido tal cantidad una vez… y fue un enfrentamiento que para ser honesta resultó muy difícil y peligroso; ahora veo porqué me dijeron que dar todo de mi era solo el principio — a pesar de lo que pudieran sugerir sus palabras dijo emocionada — Imagino que no conocen el nombre de la criatura, ¿verdad? — solo para asegurarse preguntó mientras apretaba el tirante que sostenía a la vaina de su espadón.

— A ver, si no entendí mal entonces… debo enfrentar a la criatura roja, descubrir en lo posible que provoca esta tormenta extraña, y de paso intentar contactar con las felyne pero sin molestarlas, ¿cierto? — expuso solo para confirmar — De ser así me apunto a todo, yo vine a ayudar y lo último que quiero es ser un estorbo, además, cazar es lo que hago — aseguró — De paso aprecio a las felyne porque tengo dos compañeras gatunas y otras cuantas que viven en mi campamento, la mayoría de veces estaría perdida sin ellas — comentó sin vergüenza mientras le sonreía a Matcha — Ya lo dije antes pero, me esforzaré al máximo — luego aseguró apretando su puño.

— ¿Debería presentarme en algún lugar más o podemos empezar a prepararnos? Por lo visto hay mucho trabajo, así que imagino que mientras más pronto vayamos será mejor, ¿no? — aunque no pudo evitar la necesidad de preguntar aquello, después de todo quizás la emoción y la determinación la habían cegado…

Matcha movió un poco su oreja cuando Radha la vio como confirmando de que no todas las felynes vivían junto con la anciana o en el gremio, pero no dijo mucho mas porque la conversación parecía centrarse tanto en la barbara como en la investigadora. -Lo lamento, si supiéramos que criatura es te lo habría dicho. En este lugar hay muchas criaturas diferentes, desde las Tzi tzi, hasta Paolumu pasando por las legianas, pero una criatura roja...no se de donde habrá salido y menos con la descripción que nos han dado, si tuviera que decir algo parece una variación del tigrex ya que si han dicho que es grande y rápida...pero claro el tigrex no deja de ser una pseudo wyvern, creo que se podría identificar con bastante facilidad...no te se decir, cuando la encuentres y la caces te diré mas sobre ella.

-Ese seria un buen resumen si, si te apuntas perfecto, nos haces un favor a todas. Las cazadoras que tenemos aquí están para asegurarse de que no entra ninguna criatura peligrosa, la mayoría de investigadoras no saben defenderse y la verdad es que si entrara una criatura grande tendríamos un problema. Así que una cazadora externa que se ocupe de estas cosas es una gran ayuda para nosotras, toda investigación sera buena para poder catalogar este lugar y el saber que a hecho que las felynes estén tan tensas seguro que sera valioso.-

Gena fue hacia un montoncito de pergaminos y escribió algo en el, si Radha miraba por encima era como los pergaminos que utilizaba Felicity para validar las misiones. Puso un poco de cera en la parte inferior, sello con un sello especial del gremio y finalmente le coloco un sello confirmando que la misión estaba tomada. -Tu recompensa serán de ocho monedas si logras cazar a la criatura, si logras algo mas podremos hablar de algún tipo de extra, la información es a veces mas valiosa que la caza. -Entregando el pergamino a Radha por si quería confirmar la información que había allí que era prácticamente la misma que había compartido Gena.

-Eso queda en tu competencia, no es muy tarde pero has tenido un viaje largo, puedes tomar un descanso por hoy o dar una vuelta por los altiplanos para reconocer el terreno. Te hemos preparado una tienda en el lado este, cerca de una de las puertas, es pequeño pero creo que cebareis todas. Este lugar es seguro, si necesitas algún suministro extra habla conmigo, no tengo de todo pero algo puedo ofrecerte.

— Tiene sentido — y es que en verdad lo tenía. Mientras seguía escuchando a Gena, Radha vio la respuesta de Matcha que de paso le inspiró cierta ternura, pero al final devolvió su atención completa a la encargada pues no era el momento para ponerse tonta.

— Bueno, conozco a esas tres, pero nunca he visto una variedad roja, solo una aulladora y una belladona —  expuso sorprendida por la variedad de criaturas presentes en el lugar, al mismo sin presumir, solo como una anécdota. A la Tigrex la conocía solo de nombre y un poco de descripción, así que mucho no podía opinar sobre ello. En todo caso a la humana le bastaba con la promesa de Gena sobre decirle más luego de la cacería, implicando que lo lograra, y por esto mismo Radha se sentía impulsada en mayor medida que antes.

¿Qué aguardaría en el altiplano, pues?

No mucho después Radha asintió al discurso más o menos animado de la encargada, pues solo tras ese fue que pudo entender para qué necesitaban a “tanta” gente allí; al tratarse de un lugar peligroso tenía sentido que incluso las combatientes no pudieran moverse demasiado a fin de proteger a las que eran más cerebro que músculo, pero por otro lado la cazadora no pudo evitar echar en falta cooperar en el campo de batalla con otros equipos…

A su vez, saber que podría ofrecer tal cantidad de ayuda fue estimulante.

Radha tomó el papel y miró los detalles porque leer no era precisamente su fuerte, sin embargo el sello del gremio era algo que reconocía tras tantas misiones y además no era como si tuviera sospechas de Gena; tras unos instantes así guardó pues el papel y devolvió su mirada a la encargada. — Espera… ¿significa que si cumplo con todo podría llevarme más dinero u otra cosa? — apenas captó lo que decía la otra sus ojos se abrieron como platos, brillando a su vez como estrellas; para la bárbara el dinero no significaba gran cosa, pero a través de este podía conseguir cosas para el campamento y darle más vida, cosas que sí podía conceptualizar y que básicamente eran la meta de sus actos desde hace un tiempo, eso claro si Gena solo se refería al dinero…

— En ese caso… ¿hay algo para comer? — la cazadora preguntó algo avergonzada pero también risueña, pues se centró tanto en el trabajo que olvidó sus necesidades… hasta que el estómago se las recordó; además, Radha debía tomar en cuenta también a sus compañeras, y dado que el viaje había sido un poco cansado igual y sería mejor iniciar hasta el día siguiente. Una vez le fuera respondida su pregunta y si Gena no tenía más que agregar, la bárbara agradecería y saldría con Matcha de allí, ello para buscar al par que se había quedado afuera…

-La información es muy valiosa en este lugar, si descubres mas o me informas de mas si, podemos negociar un precio. Después de todo para mi el que venzas a esa criatura, sea la que sea, es secundario, vengo aquí porque queremos saber mas de este mundo aunque esa criatura esta poniendo algunas trabas...supongo que se puede considerar una amenaza principal...bueno consideralo como quieras, si traes información intentare pagarte adecuadamente. Ve al barracón, seguro que están preparando algo, allí te darán de comer.- Si no preguntabas nada mas, Gena volvería a sus quehaceres que no eran pocos y Radha podría salir a explorar un poco el campamento en busca de comida.

El campamento, tal como había visto Radha anteriormente, no era excesivamente grande pero si que estaba equipada con lo necesario para sobrevivir, en ese momento habían unas cuantas investigadoras que estaban bastante atentas a Mochi la cual esta siendo sujetada por Cocoa para que no se pusiera muy tensa, aun con todo daba alguna que otra palmada en el suelo.

-Entonces montais esta tobi?

-Que edad tiene?

-Cuanto mide?

-Cuanto pesa?

-A mudado ya las puas?

-De que region viene?

Las curiosas investigadoras apuntaban todo en un papel mientras Cocoa respondía pausadamente a todo lo que podía, cuando la pequeña Tobi vio a Radha no dudo en dar un rodeo a la felyne y salir disparada hacia la barbara escondiéndose detrás de sus piernas como si aquello fuera una especie de muro. La comida era simple, pero olía bastante bien, habían cuencos con una sopa que olía mucho a mar, con grandes trozos de pescado y algas servidos junto a una pequeña hogaza de pan, no parecía que hubiera mucha carne pero al menos la sopa estaba bien cargada y era contundente al paladar.

Si Radha lo deseaba podía ver como era su tienda, era minimamente amplia, mas que una tienda de campaña convencional. El suelo estaba forrado de piel y habían un montón de almohadas aquí y haya a modo de cama para poder descansar, ademas había un par de sacos por si la barbara necesitaba guardar alguna cosa o no quería llevárselo todo con ella de expedición.

— Vale, entonces sin duda lo intentaré con todos mis medios, además de que también quiero ayudar a las felyne — mentó Radha llena de determinación y curiosidad, pues era la primera vez que estaba ante un encargo de esa naturaleza. Dado que la encargada tenía incluso más ocupaciones que ella, sin embargo, la bárbara se despidió antes de indicar a Matcha que fueran a donde les había dicho.

Al salir tuvo otra perspectiva del campamento, lo cual le ayudó para terminar de ver lo que había, no obstante la humana fue incapaz de ignorar lo que sucedía con sus compañeras. — Vaya, es como con las Shakalaka… — murmuró al tiempo que esbozaba con una medida sonrisa, sin embargo no tardó en avanzar — Vamos — indicándole a la arquera.  Pronto la misma Mochi buscó aquella cercanía que Radha no dudó en darle — Ya, Mochi, tranquila, no pasa nada — además le dijo mientras se giraba un poco con tal de llenar a la Tobi de suaves palmaditas y hasta uno que otro cariñito extra, como rascarle tras las orejas o acariciar sus mejillas — Ellas solo quieren conocer más de ti porque eres muy linda — eso más bien se lo inventó en base a suposiciones, pero a su modo era sincera… al menos esa sería la razón que ella tendría. Desde allí la bárbara hizo una señal a Cocoa como de disculpa por dejarla ante las investigadoras, sin embargo al final avanzó…

— Hola, somos nuevas; yo soy Radha, ellas Cocoa, Matcha y Mochi — fue señalando a cada una — Espero nos llevemos bien, aunque, si nos disculpan, debemos comer algo porque el viaje fue agotador… — intentó disculparse y de paso librar a sus compañeritas de molestias raras. Ya en el dichoso barracón la cazadora babeó un poco por el olor de la comida que quizás no era la gran cosa, pero ella tampoco se destacaba por ser quisquillosa y lo cierto era que la cocina de allí tenía un encanto peculiar; obviamente se pidió una sopa y esperaba que las felyne también, si no les compartiría al menos un poco de pescado (y luego pediría más) pues sabía que a ellas les gustaba eso; Mochi tampoco fue olvidada en ese proceso.

Tras dar una buena comida, la bárbara dejó el dinero y fue hacia el interior de su tienda; el lugar se veía cómodo y cálido, ideal para pasar una noche fría, no obstante al estar allí Radha comenzó a sentir un cosquilleo peculiar entre sus piernas…

— Ejem… ¿necesitan guardar algo, descansar un poco? — preguntó ruborizada, y es que aunque más o menos comprendía qué se acercaba, la bárbara no sabía cómo decir sin que se escuchara, bueno, extraño…

-Kyum! Kyum kyum...- Mochi ladro un poquito cuando Radha le dio un par de palmadas y caricias, esta se dejo palmeando el suelo con su cola pero se notaba que era de una forma diferente a cuando estaba asustada y continuo haciendo de las suyas, olfateando el suelo en busca de vete tu a saber que buscaba la Tobi. Cocoa hizo un gesto con la mano de que le daba igual, las investigadoras también se presentaron y se inclinaron de forma respetuosa antes de volver a sus tareas, pero Radha podía escuchar que estaban hablando del comportamiento de la Tobi, quizás nunca habían visto a una tan mansa como aquella.

La comida fue bien recibida por las felynes, ambas empezaron a sorber de sus tazones y de comer el pescado con delicia, en este caso fue Matcha la que dio de comer a Mochi la cual estaba como si fuera una perrita, delante de ella mirando con ojitos a la comida haber que caía, al acercar el cuenco esta olfateo y casi estornudo encima del liquido, pero Matcha fue mas rápida y aparto el cuenco antes de que sucediera. La felyne pidió un par de trocitos de pescado que fueran sin cocer, parecia que la salada mezcla no era del agrado de la Tobi que en cuanto tuvo su ración de pescado entre sus patas se hizo un ovillo y mastico de forma ruidosa el jugoso alimento, parecía que le gustaba bastante.

No hizo falta pagar ya que era una cantina para el campamento, vuestras dietas estaban mas que cubiertas y a la hora de descansar ambas dos felynes se tumbaron en unos cojines, como queriendo desperezarse suavemente. -Un descanso no iria mal....uffff...- Destensándose Matcha mientras arqueaba la espalda hacia arriba, se podian escuchar los crujidos en su espalda mientras daba una preciosa panorámica de su trasero apretado por el pantaloncito, mientras tanto Cocoa estaba atendiendo a Mochi la cual lamia el rostro de la morena como si la estuviera limpiando mientras esta la iba sujetando y rascando la barbilla. -Si...descanso...necesario.- Bostezando un poco y mostrando sus colmillitos antes de que Mochi decidiera que había lamido suficiente, olfateara el suelo y saliera corriendo hacia fuera en busca de mas diversión.

-Dejala, tiene energía.- Comento Matcha suspirando boca abajo mientras se abrazaba a un cojín, todas las armas estaban cerca de los sacos así que podían relajarse. -Estar bien? Pareces roja, no te habrás resfriado verdad?

Obviamente Radha mimó a Mochi hasta que esta por su propia voluntad se separó, ya que la Tobi era tan suave y tierna que resultaba adictivo el contacto con ella… o al menos así lo veía la humana. En cualquier caso le alegró el hecho de que la ardillita pudiese superar los nervios pronto o que al menos encontrara algo para distraerse, como era olfatear las cosas.

¿Tan raro era ver a una criatura no felyne entre humanas?

Radha pensó aquello al darse cuenta del interés que había quedado en las investigadoras incluso tras presentarse; simplemente le costaba trabajo imaginar que fuera así, especialmente porque el mundo era amplio y dudaba ser la única con una compañera así… pero por otro lado quizás era más bien que las ajenas no conocían tanto. En cualquier caso hablaría un poco con ellas pero al final seguiría con lo suyo, sin ánimos de complicarse demasiado la vida con temas que escapaban de su control y que al mismo tiempo todo parecía indicar que no representaban un peligro específico para ellas.

Ya en el comedor, viendo a sus compañeras la cazadora se contagió de su disfrute y así mismo hizo con su comida; claro que ella no era felyne, pero en ese momento lo parecía, una superalimentada y gigantesca minina comiendo caldo de pescado. Incluso Mochi se unió a ello aunque a su propio estilo. Al final terminaron bien llenas y contentas.

Dentro de la tienda Radha se estiro para desperezarse pero solo un poco, ya que mientras más se movía, más notaba aquello entre sus ropas; quizás por lo mismo, luego de hablar la bárbara se mantuvo en silencio hasta que las últimas palabras de Matcha la sacaron de su abstracción…

— S-sí, estoy bien; s-solo necesito… descansar un poco, creo, la comida me dio calor — más ruborizada se excusó y encima nerviosa, pues al tener relativamente cerca a las gatitas no podía evitar que sus ojos se desviaran y lo que antes habría sido un simple estímulo visual ahora despertaba mayor deseo en ella. Inesperadamente Radha sintió un leve y fugaz latido en su entrepierna, pero por lo sorpresivo no pudo evitar gemir muy levemente.

— N-necesito… relajarme un poco — confesó ya que era obvio, ello al tiempo que miraba a ambas, sin embargo le daba un corte terrible pedírselo a cualquiera de ellas porque sabía que Cocoa no era precisamente dada a ello y con Matcha nunca había tenido ese tipo de contacto; si con Galea fue diferente se debió a que ya no aguantaba, además la Maestra Domadora se veía como acostumbrada a tratar con cosas así… ¿pero ellas?

Disimuladamente Radha intentó cubrirse el bulto en crecimiento.

La llamada de la naturaleza de Radha estaba cada vez mas al rojo vivo, era una sensación principalmente incomoda como si algo apretara tu pelvis conforme un calor iba creciendo alrededor de ese extraño miembro que la reina vespoid había creado en la barbara. Era difícil pero no imposible ocultarlo, sobretodo porque la armadura que llevaba Radha no era la mas tapada del mundo, aun con todo conforme mas creciera el miembro mas deseo se acumularía y no bajaría hasta que el veneno de la vespoid no fuera drenado ya que no era algo natural del cuerpo.

-Y eso es malo? Duerme un poco y sentirte mejor.- Comento una relajada y inocente Matcha la cual estaba bastante cómoda donde estaba, aunque ahora miraba con ojos confusos a Radha, como si no entendiera, pero Cocoa movió un poco su oreja y afilo su mirada mientras escudriñaba a la barbara. -Galea comentar...tu enferma verdad?- Pregunto Cocoa mientras se acababa de sentar en los cojines, sin dejar de mirar a Radha, estaba juzgando si pero no parecía que lo hiciera a malas. -No es enfermedad...grave..- Adelanto Cocoa al ver que Matcha erizaba un poco su cola porque no sabia bien bien lo que sucedía. -Tiene veneno...reina dentro.

-Aaaaaaah....vale, porque no decírnoslo?- Pregunto Matcha visiblemente mas tranquila mientras ella también se arrodillaba en los cojines, su cola ahora hacia pequeñas ondas en el aire. -Suerte que Mochi no estar, se pondría muy posesiva.- Empezó Matcha. -Si...haberse puesto agresiva.- Acabo Cocoa.

Ambas felynes se quedaron mirando a la barbara antes de mirarse entre ellas y maullar un par de veces de forma suave, hablando en ese idioma felyne que era prácticamente imposible entender nada. Con un suspiro, Cocoa se levanto de donde estaba y empezó a quitarse la armadura que llevaba, tirándola a un lado mientras que Matcha con un firme movimiento se quitaba la parte de arriba de su armadura haciendo que sus pechos botaran en el aire por unos instantes. -Ayudarte, aparta las manos y relajar, hay que aliviar o si no hacerte daño.

Radha suspiró hondamente pues comenzaba a sentir el calor mayor que en momentos anteriores, como si al iniciar el proceso fue imposible detenerlo sin hacerse cargo activamente; por suerte aquello no le ocurrió durante el camino, pues intentar cualquier cosa allí habría sido mucho más complicado.

Para ser sincera Radha sentía vergüenza de su “miembro”, ya que hasta hace poco nunca había tenido nada así y el hecho de que se hinchara de pronto, marcándose bajo su ropa, la hacía sentir como expuesta, algo irónico tomando en cuenta lo poco arropada que solía ir, pero bueno…

Al escuchar a Matcha, Radha no pudo evitar sentir cierta ternura por lo inocentes que fueron las palabras ajenas, sin embargo no podía quedarse en ello. — Ahm… s-sí, verán… yo... — la bárbara estaba buscando las palabras “correctas” para explicarlo pese a no ser muy buena en ello, no obstante la aguda Cocoa fue más rápida y explicó lo justo pese a la impresión de que estaba juzgando; la bárbara sabía que la morenita era de carácter fuerte, más eso la había ayudado en varios casos, como ahora. — Es tal cual como dice Cocoa — al fin pues confesó dejando que se viera el bulto aunque todavía bajo su ropa.

— N-no lo sé, creo que tenía ¿vergüenza? Nunca me había sucedido algo así, no sabía cómo iban a reaccionar — comentó avergonzada, solo que ahora por habérselo guardado — ¿Agresiva, posesiva? ¿En qué sentido? — además no pudo evitar preguntar ya que en el bosque había notado a Mochi un poco ansiosa, pero nada fuera de lo común…

Ella devolvió las miradas añadiendo curiosidad, pues cada que hablaban en su idioma como que quería intentar entenderlas pero era imposible, por suerte terminó rápido… aunque lo que vino después hizo que la bárbara se ruborizara aun más…

— ¿Huh? P-pero yo… ustedes… ¿aquí? — a pesar del corte que transmitían sus palabras, el cuerpo de Radha fue más honesto ya que la cazadora no tardó en apartar las manos y dejar ver su bulto, el cual había crecido incluso en mayor medida, como si intentara romper sus ropas para salir libre. En esa condición se marcaba de manera muy detallada, dolía un poco pero más que nada hacía sentir a la humana cada latido como si fuera leña que se arrojaba a la fogata de su lujuria. Más pronto que tarde Radha llevó sus ojos a Matcha y luego a Cocoa, siendo que estos brillaban con deseo.

— La vez que Galea se encargó terminó siendo algo bastante intenso… — avisó pues cada vez sentía que podía contenerse menos, de hecho ya hasta jadeaba y sus pezones se notaban bastante erectos bajo la ropa; totalmente ruborizada, la humana se sentó donde pudo y comenzó a abanicarse con su propia prenda superior, no obstante también se mordía el labio inferior al tiempo que su piel comenzaba a perlarse.

Instintivamente, apenas se acercara la primera, la cazadora buscaría darle un par de palmadas destinadas a convertirse en caricias para la base de las orejas gatunas, y si iban al mismo tiempo mientras lo permitieran lo haría para las dos, que para algo tenía ambas manos...

-Mochi ahora...estar bajo tu mando...y manada...si ve miembro de alfa ella ponerse posesiva para poder...tener tu atención.- Explico Cocoa mientras acababa de quitarse la ropa, Radha ya la habia visto anteriormente desnuda pero el tamaño de las felines siempre sorprendía. La piel de Cocoa estaba tostada, de una suavidad envidiable, tenia unos pechitos pequeños que parecían en desarrollo pero que le sentaban bien a su morena figura, ademas de unas piernas firmes pero delgadas, su cola se balanceaba un poco ondulando suavemente en el aire mientras acababa por apartar su ropa con el pie. En contraste Matcha era diferente.

La piel de Matcha era de un color blanquecino que le sentaba bastante bien el semiverde de su cabello, su cola se podía ver saliendo de su zona lumbar luciendo un vientre plano y un cuerpo menos fibrado que el que podría tener Cocoa mas bien era como delicado, así se notaba que tenia mas gracilidad a la hora de combatir. No solo eso, su pecho era mas grande que el de su compañera, generosamente grande pero sin ser excesivo y se podía ver un poco de vello en la zona de su puvis, perfectamente recortado pero dando a la felina un aire un poco mas maduro, ademas de un poco de vello en la base de su cola subiendo por su espalda pero no demasiado. -Cuanto antes extraigamos veneno, mucho mejor, tranquila, no pasa nada.- Aseguro Matcha la cual dejo también sus prendas a un lado mostrándose desnuda del todo.

Cocoa fue hacia la puerta de la tienda y corrio bien la tela y la cerro para que aunque Mochi quisiera entrar se dieran cuenta, ademas de dar un momento mas intimo al trió que se estaba generando. Matcha fue la que se acerco primero a Radha, tomando esa palmada en sus orejas con una sonrisa felina. -Tiene que ser molesto, verdad? -Pregunto Matcha moviendo un poco sus manos hasta el pecho de Radha, donde sin dudarlo fue quitando la prenda superior para dejar el pecho al descubierto y pudiera airearse un poco de mas. En cambio Cocoa al acercarse y ver la mano de Radha, se aparto un poco como mirando la mano de forma afilada. -Nada de cola...advertir...- Maulló la felyne sabiendo la predilección que tenia Radha con tocar la base de la cola de Cocoa.

-Eh? Oh no, tocas la cola? No, es muy difícil contenerse si se hace, nada de cola.- Viendo mas o menos a que se refiera Cocoa, dando un mordisquito en la mejilla a Radha a modo de “castigo” aunque claro, la felyne no podía hacer daño a la fuerte piel de Radha. Al estar tan cerca, los ojos verdosos de la felyne se quedaron mirando a la barbara antes de acercarse para recibir un beso de esta mientras que Cocoa suspiraba y se arrodillaba delante de Radha, empezando a quitar la parte de abajo de su armadura para dejarla al descubierto también.

— Ya… — viéndolo así tenía bastante lógica, al fin y al cabo ella había penetrado a Mochi precisamente para mostrarle de ese modo que ella mandaba en esa “manada” atípica. Una vez entendido eso, pues, Radha pudo concentrarse en quienes tenía enfrente.

Cocoa y Matcha eran distintas no solo en personalidad, sino también físicamente; ninguna superior o mejor que la otra, pues cada una tenía peculiaridades que a su manera las volvían tan adorables como tentadoras a la vista. Consciente de lo anterior, de hecho segura, la bárbara se dedicó a admirarlas parte por parte y ya sin andar con pudor que a ese punto salía sobrando, de modo que como consecuencia natural su rubor aumentó bastante. Matcha tenía apariencia ligeramente más madura que Cocoa, también era como más delicada, mientras que la morenita parecía una muy joven bárbara; teniendo eso en mente no fue raro que en un punto la humana no supiera hacia dónde ver pues quería contemplarlas en todo momento a ambas y concentrarse en cada detalle, pero según se movían de pronto era un poco difícil seguirlas al mismo tiempo.

— Aunque me dijo que no debía hacerlo muy rápido… — contestó a la verdecita. ¿Eso era una razón o una simple excusa para aprovechar aquella oportunidad? Lo cierto era que ni Radha misma lo sabía, sin embargo en ese momento fue capaz de esbozar una temblorosa sonrisa al tiempo que con sus ojos brillando un poco más de lo normal se fijó específicamente en la arquera aunque solo por un instante, mientras Cocoa se encargaba de cerrar.

— Sí, especialmente porque es repentino e incapacitante… — respondió tras un suspiró; la cazadora además aprovechó el momento y la atmósfera para acariciar un poco más a la dulce gatita ya que se estaba dejando, primero palpando sus orejas, luego entrelazando sus dedos en el cabello ajeno, bajando por sus mejillas… aunque no por ello evitó que Matcha le sacara la prenda superior para dejar a la vista el par de firmes pechos que tenía, mismos que no eran demasiado grandes para el estándar humano aunque sí en comparación a los de ellas, más que nada por el tamaño del resto del cuerpo de Radha a comparación.

En el caso de la bárbara su piel era un tanto bronceada al pasar tanto tiempo bajo el sol con ropa escasa, además tenía cicatrices de batallas que se notaban tanto a la vista como por medio del tacto, destacando las sufridas en las últimas batallas pues estaban más “frescas”. Debido a la exiyación acumulada, sus pezones estaban bien endurecidos y erectos, aunque Radha realmente sentía presión  en la mayor parte del área del pecho.

— Vale, vale… nada de cola — un tanto avergonzada la mujer prometió de cara a la desconfianza de su compañera — ¿Pero y las orejas…? — estaba preguntando cuando un leve “auch” se le salió más que nada por la sorpresa de ser mordida así, ya que realmente no era como si algo así la lastimara. El beso con Matcha que siguió fue algo bastante disfrutable, pues la boquita de la felyne era algo que no había probado antes; así mismo Radha se dejó despojar de su última prenda antes de que saliera a la luz su “miembro” hinchado y palpitante, mismo que había adquirido un color rojizo y una temperatura bastante alta debido a la concentración de sangre siendo bombeada; aunado a ello el gigantes clítoris de la bárbara estaba lustroso y un poco pegajoso gracias a la mezcla de lubricante y miel o “semen”, siendo que al mínimo contacto con alguna de ellas reaccionaría estremeciéndose y arrancándole un gemido a la humana.

— Tsk… no creí que… estuviera tan “así” — era difícil de explicar con palabras, pero se refería al estado de su problema. Por si aquello no fuera suficiente, con solo bajar la vista un poco se volvería notable que el resto de la vagina de Radha también se encontraba muy hinchado, como si la bárbara fuese a explotar solo por existir.

Una vez más, Radha intentó acariciar un poco a Cocoa pero con cuidado para disminuir el riesgo de ponerla a la defensiva, además buscó la boca de Matcha con un cariz más activo esta vez, utilizando la lengua para enredar a la ajena mientras la sostenía del mentón y le alzaba un poco el rostro…

-Solo un poquito.- Contesto Matcha a Radha ante la pregunta de las orejitas, aun con todo Matcha se encontraba besando a Radha mientras que Cocoa se ocupaba de las prendas que quedaban. Radha ya había probado en varias ocasiones como era la boca de una felyne y esta no era diferente la resto, era un poco rasposa, no era desagradable porque estaba bastante ensalivada pero aun con todo era una sensación rugosa que parecía que quisiera arrastrar un poco la lengua de Radha.

-Veneno peligroso...- Continuo Cocoa mientras miraba la mano de Radha acercándose a ella, Cocoa se apoyo en la pierna de Radha mirándola un momento antes de como medio suspirar y apoyarse ya firmemente en ella, poniendo su mejilla cerca de uno de sus pechos y la cabeza al alcance de la mano de la barbara. Se notaba que ambas tenían personalidades diferentes, al igual que habían diferentes humanas, Matcha parecía dejarse llevar por las manos y intenciones de Radha, al pasar las manos por su mentón ella obedecía y continuaba el beso que cada vez era mas pervertido y lascivo. Mientras que Cocoa era como reacia a esos movimientos mas cariñosos, como huyendo de ellos aunque cuando parecía abandonarse a esas sensaciones era como que llegaba a buscar la mano de la barbara.

-Empezare...- Cocoa fue la primera en tomar un poco de iniciativa, sus manos pasaron por la base del miembro hasta la punta donde la soltó un momento como sorprendiéndose no solo de lo caliente que estaba si no de lo pegajosa, separando sus dedos y mostrando hebras de liquido amarillento que se había pegado a su piel. -Que extraño...espero al menos saber...bien...- Entonces la morenita abandono el pecho de Radha y se fue recostando en una de sus piernas, tomando el miembro con firmeza con una mano y moviéndolo de tal forma que estaba justo delante de ella.

Radha podía notar como la naricita de la felyne pasaba por encima del glande, su respiración y como olfateaba esa zona era de lo mas linda antes de acercar su boca y empezar a lamer. La lengua pasaba por todo el miembro, desde la base hasta el glande, arrastrando todos esos fluidos que se escapaban de su interior hasta que al llegar a la punta los recolectaba en su boca. Cocoa tuvo un leve escalofrió al probarla y paladeo un poco. -Dulce...- Matcha por el contrario continuaba pegándose al cuerpo de Radha, sin interrumpir en ningún momento ese beso como si quisiera distraer a la barbara, tomando con delicadeza las manos ásperas de la mayor para llevarlas a su cuerpo. -Mhnnn....

Una fugaz sonrisa apareció en los labios de la bárbara al recibir esa respuesta ya que Radha tenía cierta (y obvia) fijación por querer acariciar, lo que combinado con la curiosidad que le daban las felyne pues terminaba propiciando momentos como ese; Matcha no se lo tendría que repetir: la humana volvió a subir su mano y mientras se entregaba a aquel beso de rugosa sensación acarició con su amplia mano la base de las orejas gatunas y parte de la cabeza que las sostenía también, luego avanzó hacia los bordes sin invadirlas, simplemente queriendo descubrir puntos sensibles al tiempo que jugaba con ellas delicadamente; como sus manos estaban endurecidas por las batallas y su forma de vida, incluso su tacto cuidado debería tener cierta aspereza de la que Radha se valía con cierta maña para estimular…

La voz de Cocoa hizo que la cazadora volteara un poco a verla, siendo que esta asintió para darle la razón, no obstante ya que tenía la boca ocupada la humana se encargó de demostrarle su atención a la morenita acariciándola desde la nuca hasta la parte trasera de sus orejitas negras, esto en intervalos que iban de lo lento a lo ligeramente más rápido e intenso, como si le estuviera dando un concienzudo masaje, pues dado que las personalidades ajenas eran distintas y Radha lo entendía, no las iba a tratar exactamente igual…

Ante la indicación de la curandera, la bárbara separó un poco sus piernas con tal de dejarle espacio para maniobrar un poco, así mismo la soltó un rato para que Cocoa pudiese acomodarse a gusto, y solo cuando notara que así era, volvería a acariciarla de aquella manera ligeramente intensa, ahora incluyendo para de su espalda pero sin llegar a la cola.

— Es como miel… — la humana respondió a quien ahora estaba recostada casi sobre su pierna, tratando de explicar. Como para ello tuvo que separarse del beso, entre ella y Matcha quedó por un instante un pequeño lazo de saliva. Las sensaciones que propició Cocoa le provocaron un claro estremecimiento, también gemidos que no se molestó en ocultar, ello porque estaba ya demasiado deseosa y caliente, sin contar que sensible. Al iniciar las lamidas, los dedos de las manos de Radha recorrieron a las felyne por gran parte de sus cuerpos hasta apretar a la arquera un poco más contra ella, por otro lado a la curandera la visitó más cerca de uno de sus pechitos, por un costado, buscando meter la mano para estimularla allí.

Sonrió por el sabor descrito, más ya que el beso de la verdecita era hasta cierto punto demandante, la bárbara se concentró en los estímulos que sentía y un poco en entregarse a ellas, no obstante mientras más se metían en ese juego de tres integrantes, la impulsada lujuria de Radha la hacía buscar el disfrute de sus compañeras también, más y más…

Para ello, sin dejar de abrazarla, posó una mano sobre una nalga de Matcha al tiempo que magreaba, pero no conforme con ello luego buscó deslizarse un poco a fin de alcanzar desde atrás la hendidura ajena, para ello utilizaría solo un dedo, por ahora. Con Cocoa por otro lado siguió insistiendo un poco en el pecho, con caricias entre dulces y un poco más rudas según el impulso aunque sin llegar a lastimar; no es que pretendiera ignorar la parte baja de la morenita, pero antes que nada quería excitarla un poco más y, sobre todo, no hacerla pensar que iría a por su cola, pues tampoco quería molestarla…

Las caricias fueron bien recibidas por ambas felinas, conforme Radha iba tocando se notaba como eran estimuladas porque, incluso con la reacia Cocoa, sus orejas se movían como si tuvieran unos pequeños espasmos cada vez que tocaba la base de estas. La morena se tenso un momento al notar deslizar la mano de la barbara tan cerca de su cola pero no soltó el miembro, mordiéndolo con los labios como para indicar que si se pasaba también lo haría ella, pero no ocurrió nada malo y Cocoa se pudo centrar un poco mas en esos placeres.

Maulló un poco y como que bufo un poco mientras se colocaba de tal manera que seguía apoyada en Radha, entre sus piernas como si estuviera rodeando el miembro con su cuerpo, pero alzo el pecho lo suficiente como para que Radha pudiera atrapar uno de sus pequeños pechos, esta en cuanto paso los dedos por uno de sus pezones podía sentir que estaban de lo mas duritos. En cambio Matcha era como mas demandante hacia Radha, se sentó en una rodilla de esta mientras no dejaba de besar a la barbara y parecía disfruta en cierta medida de los roces, caricias y besos que intercambiaban. Radha podía sentir la humedad de la felyne humedeciendo su pierna pero no en exceso, era mas como notar las cosquillas del vello púbico de Matcha junto con rastros de humedad cada vez que se movía.

Al darse cuenta de que Radha quería jugar con ella, Matcha apoyo ambas manos en los pechos de la barbara y levanto la pelvis para que pudiera llegar a su humedad, notaba como el ano estaba muy prieto conforme pasaba los dedos hasta llegar a rozar los labios vaginales los cuales eran terriblemente suaves y solo con apretar se podían ver que también eran blanditos. Matcha soltó un maullido delicado y se mordió el labio inferior apoyando los labios en el cuello de Radha para empezar a lamerla y morder juguetona.

Por otro lado, Cocoa parecía cada vez mas pervertida, paso de lamer el miembro a agarrarlo con firmeza, masturbandolo con ambas manos mientras la morenita miraba como hipnotizada como el liquido pegajoso iba lubricando el glande, haciendo que tuviera como un aspecto brilloso, al igual que un dulce. Tragando saliva, Cocoa acerca los labios dando un leve beso antes de empezar a hundir el miembro en su boca, la sensación era como cabria esperar, el miembro era generoso pero no lo suficiente como para que la felyne no pudiera metersela en la boca, pero lo mas extraño era la lengua. Era una sensación rasposa pero agradable, la lengua permanecía en la parte de abajo del miembro conforme iba bajando y era una sensación entre molesta y de querer un poco mas. Cerca de la mitad del miembro, Cocoa paro y Radha podía sentir la boca de su garganta pero al mismo tiempo el inicio de su lengua y la felyne no parecia querer entrar mas asi que con una mano marco esa zona y empezó a tragar el miembro, moviendo la cabeza de arriba a abajo haciendo sonidos obscenos cada vez que bajaba, como si tragara agua pero entre jadeos y maullidos.

A pesar de la situación y de las cosas que había enfrentado Radha, la actitud de Cocoa se le hizo amenazante por obvias razones, pero ya que para empezar no pensaba pasarse la bárbara avanzó con seguridad, ansiosa por disfrutar de aquellas que eran estímulo visual y grata compañía; irónicamente gracias al morbo que le provocó la sensación de lo que hacía la morenita, la humana tuvo un estremecimiento que llegó hasta su miembro…

Impulsada por el mismo la cazadora no dudó en ser ligeramente más intensa al tener mejor acceso a la felyne curandera, ya que valiéndose de la amplitud de su mano respecto al pecho ajeno, palpó la totalidad de este. Primero Radha presionó un poco, luego entre índice y pulgar la bárbara capturó el pezón de Cocoa y hasta tiró con cuidado, masajeó y acaricio, aunque eventualmente fue dejando que su mano resbalara por el abdomen ajeno guiada por el calor…

De Matcha no se olvidaría tampoco, y más siendo esta un poco más demandante al menos en ese momento, por lo mismo, Radha dejó a su dedo serpentear sin mucha duda entre los blanditos labios ajenos y explorar, valiéndose de la lubricación de la gatita al entrar. La bárbara hacía movimientos suaves pero constantes, delicados aunque la piel de sus manos era más o menos rasposa; mientras ocurría aquello, la cazadora además aprovechó para separar un poco los labios de la ajena con sus dedos índice y anular, buscando proferirle diversas sensaciones.

En paralelo no pasó desapercibido lo que hacía la arquera, siendo que cuando Matcha fue hacia su cuello la humana también gimió aunque un poco más grave, estremeciéndose; estar con ambas felyne al mismo tiempo resultaba tan peculiar como excitante, capaz de hacer que la bárbara se olvidara de todo lo que las rodeaba a fin de disfrutar, y es que además con tanto estímulo su “miembro” se humedecía cada vez más y más… pero también su vagina que encima tenía leves espasmos; sus pechos, por otro lado, notaban presión en las puntas de lo duras que estaban estas…

Repentinamente Cocoa como que se inspiró más y empezó con un hacer que por unos instantes dejaría a Radha casi inmóvil y muy indefensa, pues el placer que sentía por aquella lengua extraña y por las habilidades de la morenita era enorme; eso la llevó a mojarse todavía más y a querer empujar hacia aquella boquita de tentación, pero al ver que su compañera seguro tendría problemas si lo hacía, la cazadora decidió bajar ya completamente su mano hacia la entrepierna de Cocoa y así comenzar a masturbarla de forma intensa. El objetivo principal fue el clítoris ajeno, botoncito muy a escala de lo que Radha tenía entre las piernas, mismo que fue ligeramente presionado y luego frotado por la bárbara buscando hincharlo.

Pronto se unieron al menos dos más de sus dedos para hacer un masaje triple, ello mientras que también aumentaba la intensidad con Matcha; de ese modo más pronto que tarde se harían audibles también los sonidos que ella lograba al mover sus dedos entre las humedades femeninas de las gatitas, pero también gemidos cada vez más intensos…

— P-para, Cocoa… p-para… — sin embargo Radha pidió muy agitada, casi lastimera de no ser porque sonreía como la pervertida que era; acto seguido alejó un poco sus manos de las respectivas entradas y dio un par de nalgadas a cada gatita como para llamar sus atenciones — Vengan… — todo para indicarles que ambas se sentaran en su pelvis al momento que ella casi se acostaba, dejando visible como única parte erguida a su miembro falso; por su posición, básicamente les estaba pidiendo que las dos se hicieran cargo al mismo tiempo, aunque una vez se acomodaran ella no se iba a quedar sin hacer nada…