Partida Rol por web

-No eres la unica cazadora que tiene bestias que la acompañan, pero no es algo muy común.- Fue explicando Mine mientras observaba distraída a la Tobi la cual después de un poco de carrera se sentó cerca de Radha, se tumbo y empezó a lamerse la cola como si estuviera peinandola un poco, a poca distancia de la barbara. -Pues son todo un espectáculo, aunque son muy peligrosas, las cazadoras novatas las suelen evitar porque son criaturas muy peligrosas, la electricidad que generan sus puás pueden llegar a dejar inconsciente a las mas veterana. Tu compañera tiene que tener mucha mano firme para poder entrenar a una Tobi, mi enhorabuena.-

La conversación empezó a girar en torno a las criaturas y parecía que Mine tenia muchas cosas que decir al respecto, iba intercalando mirada entre la Tobi la cual ya estaba medio tranquila y la barbara, no por ser maleducada pero al final la investigadora se centraba en lo que podia investigar.

-Oh si, es muy común...parece que estas interesada en el tema. -Poniendo las manos hacia delante como para que frenara un poco el entusiasmo pero sonrió de todas formas. -Por ver, he visto unas cuantas, dependiendo de la complexidad de la cazadora, vi a una muy joven montar una Tzi Tzi, yo no veo esa criatura demasiado domable pero la llevaba muy firme, aunque podía cargar poco peso. Las Barroth son unas criaturas lentas pero algunas cazadoras las usan para poder trasladar sus campamentos de un lado a otro, pero claro esta el tema del barro, no son muy populares. He visto muchas, una vez tuve la suerte de ver una Barioth en la montaña, una cazadora experimentada llevaba a esa enorme criatura como si de una yegua se tratara...si no has visto alguna es una subespecie de tigrex, las investigadoras la consideramos una prima hermana del diente de sable, una criatura hermosa pero peligrosa, sin duda se necesita mano firme para domarla.

-Siempre y cuando tengan unos ciertos requisitos, un monstruo puede ser domable y montable, tienes que pensar en su anatomía, si te puede servir o no y si es muy territorial. Por ejemplo, una Tobi-Kadachi adulta bien podría servirte, siempre que consiguieras domarla, ya que no es territorial y tiene un tamaño aceptable, en cambio una Rathian por ejemplo no se podría domar, ya que el instinto aflora hacia su nido y por mas que la quisieras domar, al final se acabaría rebelando contra su jinete si se acercara su época de apareamiento.

— Ya… igual es bueno saberlo — comentó animada ante la noción que le daba Mine. Radha también observó a la Tobi quien parecía haberse cansado o bien aburrido de correr; según progresaba la plática, la bárbara sonrió pues aquella a su lado acababa de describir a Cocoa basándose solo en lo que se necesitaba para entrenar a Mochi. — Y la tiene, es de las personas más duras que he conocido — confesó solo de pensar en la morenita, la cual incluso para ser felyne tenía como que algo de dureza especial, característica — Jeje, gracias; las adultas se escuchan bastante impresionantes… aunque se me recomendó mantenerla alejada a ella si veía alguna — luego comentó — Después de todo parece que eso dañaría su entrenamiento o algo así — Radha no lo sabía bien pero recordaba más o menos las indicaciones que le habían dado un par de veces, y tomando en cuenta lo que acababa de decirle Mine, ahora recordaba un poco más. Inclusive llegó a la mente de la bárbara el nerviosismo que mostró Laika al conocer a Mochi y la historia de la guerrera con una Tobi adulta.

Mientras estaba en eso, pues, la humana por un instante se preguntó si Mochi seguiría esa personalidad siempre o si al ir creciendo se volvería más difícil de controlar. Claro que pensar en separarse de ella no era una opción, la quería demasiado para solo contemplar esa idea…

Metidas más de lleno en el tema de las criaturas para montar, Radha quien para nada se sentía ofendida de que a Mine le interesara Mochi asintió para confirmar la inquietud que tenía sobre el asunto antes mencionado.

Siguiendo la línea anterior Radha escuchó atenta a los conocimientos que tan ampliamente le transmitía Mine, siendo que no pudo evitar mostrarse sorprendida al tratar de imaginar cómo sería montar una Tzi Tzi en su caso; por otro lado considerar a una Barroth resultó mucho más fácil, pues de primera mano la bárbara sabía sobre su tamaño, sin embargo gracias a la experiencia que tenía con esa especie también estaba enterada del barro y de lo importante que era mantenerlas hidratadas, ello la hizo asentir cuando la investigadora expresó que no eran del todo populares.

Al ir avanzando y empezar a hablar de las Barioth y las Tigrex, criaturas cuyos nombres ya conocía por encargos pero que no había llegado a enfrentar o a ver, el interés de la bárbara se hizo más obvio todavía. Quizás Mine querría levantar de nuevo sus manos, pues la humana avanzó otro tanto como ansiosa, pero al final por suerte se detuvo. — Bueno, como dije una Tobi no sería muy buena idea, puede afectar para mal a Mochi… — comentó como un poco insegura, pues ciertamente tenía curiosidad de cómo reaccionaría la pequeña ante una adulta de su misma especie, pero por otro lado tampoco era tan imprudente. — Enfrenté una Rathian antes… y creo puedo entender lo que dices de sus instintos, tuve que huir de ella — confesó — ¿Pero no tienen las Tigrex y Barioths personalidades fuertes también? ¿Crees que podría montar a una Kut-ku? — sin embargo luego preguntó cuál cría que tiene más emoción que sentido común, interesada sin duda en las enseñanzas de aquella investigadora a la que encontró por casualidad — ¿Aparte de tener en cuenta todo eso que dijiste, hay algo más? — incluso preguntó; si bien sabía que Mine quizás no podría enseñarle todo, o no tendría tiempo para hacerlo, supuso que con las bases que obtuviera en el presente luego podría preguntarle a Galea, Baba o hasta a la misma Felicity, o al menos pedirles consejo.

De momento Radha no se veía muy distinta a Mochi en cuanto a energías.

-No se muy bien que tipo de entrenamiento estáis haciendo para la Tobi, pero supongo que si que seria contraproducente mostrarle alguna de su raza, después de todo se podría llegar a confundir y mas estando en la edad que esta...esta madurando aun por lo que veo, al menos por tamaño y longitud de la cola.- Fue comentando Mine y explicando a la barbara, parecía estar disfrutando de hablar con alguien o de impartir ese tipo de lecciones. -Hiciste muy bien, las Rathian son las reinas del cielo, son difíciles de vencer, no se que grado de cazadora tienes o experiencia, pero primero obtén dicha experiencia y después podrás cazar a la Rathian sin problema alguno.

-Las Tigrex son muy violentas, por lo general yo no aconsejaría tenerlas como montura, son como un Rathalos si los ves pero mucho mas musculados, su rugido es capaz de reventar los tímpanos de sus enemigos, yo no la aconsejaría como montura, pero esa cazadora consiguió domar a una, no se lo que hizo tampoco le pregunte...cosa que la próxima vez que la vea debería hacer. Mmmmmm....-

Mine se quedo como pensativa con el tema de la Kut-ku como si lo estuviera sopesando, en todo esto Mochi abrió la boca en un largo bostezo y salio caminando hacia la cantina de donde salio, no sabes muy bien como de un trocito de pescado que se quedo mordisqueando en la entrada de la cantina, royendo bien con los dientes mientras lo saboreaba un poco, parecía que la pequeña tenia sus “armas” para conseguir comida.

-Creo que...no, yo tampoco la recomendaría, una Kut-ku es considerada una wyvern menor, su estructura osea es muy delgada para poder volar y no creo que pudieras hacer que entendiera ordenes, su mente es muy primitiva, puedes intentarlo. -Encogiéndose de hombros dando su sincera opinión. -Si lo consigues no dudes en llamarme para verlo. Mi consejo es que si quieres encontrar montura te fijes en las características de la criatura, la caces y preguntes a las felynes, ellas te sabrán decir bien bien si es posible domarlas o no.

Con toda esta charla lo poco de luz que quedaba en el cielo acabo por desaparecer y el cielo empezó a perlarse de estrellas, había buena iluminación en el campamento y Mine no parecía estar haciendo nada que no pudiera aplazas si Radha quería seguir preguntando cosas.

Radha por un momento se quedó callada, pues fuera de lo que le dijo a Mine, lo cierto es que ella sabía poco sobre lo que Baba o Cocoa hacían con Mochi. Tras unos instantes, sin embargo, recordó — Pues debí demostrarle que yo era su alfa… — aunque no libre de rubor así como de una sonrisa traviesa; quizás era un poco descarado de su parte decir eso, pero tampoco dio muchos más detalles. Por otro lado ella también estaba disfrutando escuchar a alguien que sabía más de las cosas, pues no siempre tenía oportunidad de preguntar, o al menos a las investigadoras.

— ¿Grado? Ni idea, yo solo salgo de caza y pues, voy enfrentando a criaturas cada vez más fuertes, según me encarga Felicity — explicó — Es decir… la chica encargada del gremio en mi campamento — aclaró. — Lo último que enfrenté fue a una reina Vespoid, pero también luche contra una Paolumu Belladona, una Diablos Negra, una Legiana, entre otras, eso sí, no a todas me la han encargado — confesó — ¿Cómo puedo saber mi grado? — pero al final volvió directamente a lo que desde cualquier perspectiva le había llamado la atención.

— Hmm quizás la venció de una manera muy obvia, o hizo algo por ella — un poco desanimada pero tampoco al grado de deprimirse opinó respecto a la peculiar montura — O la tuvo desde pequeña — agregó mientras observaba a Mochi, aunque tampoco era como si la bárbara pudiese saberlo con certeza. — Rayos, ahora quisiera conocerla… — suspiró.

— Umm en eso tienes razón, hay una en mi campamento que no para de despertar a todas… — avergonzada confesó — Pero sí, sin duda intentaré encontrar una criatura así y conseguir montarla; me has dicho algo muy interesante — quizás un tanto confianzuda pero bienintencionada en cualquier caso, sin previo aviso Radha se acercó más a Mine y la tomó de las manos para verla frente a frente como si estuviera por besarla, pero al final solo le sonrió como una cría.

A pesar de la cantidad de atención que le prestaba a la investigadora, la bárbara no ignoró ni a Mochi ni a la forma en que esta consiguió comida de algún lado en la cantina, cosa que la hizo ensanchar su sonrisa. — Mírala, utilizando su monería — comentó de forma casual. La humana se quedó un momento en silencio, pasando su mirada de la Tobi al cielo; solo por permanecer allí notaba como un clima agradable, lo que le sugirió que podría ser un buen lugar para visitar incluso si no tuviera trabajo de por medio, pero por ahora estaba el encargo…

— Por cierto, quería preguntar… ¿tú has visto a la criatura roja que ataca a las que viajan en las cercanías? — de ahí que aprovechara para preguntar, pues nunca estaba de más reunir algo de información si para empezar era posible…

Con el primer comentario de Radha, Mine ladeo la cabeza como si se estuviera cuestionando pero después simplemente lo desecho por completo para seguir explicando. -Es tu campamento entonces? Entonces no tienes un grado propiamente dicho, veras, las cazadoras se tienen que alistar en el gremio y entonces se van dando grados conforme van consiguiendo ciertos logros. Pero una cazadora no esta atada a un mismo sitio, las cazadoras mas veteranas tienen que recorrer el mundo para combatir a las criaturas y son llamadas a muchos lugares diferentes, supongo que por eso tu encargada no te dijo nada, solo te da trabajo para mejorar la reputación de tu campamento lo cual no esta nada mas. -Dicho esa explicación se fue sorprendiendo con la cantidad de criaturas que habías vencido. -Vaya...una diablos negra y una Belladona...nunca he visto ninguna de las dos pero he oído historias sobre ellas, subespecies peligrosas...serias de un grado muy alto sin duda.

Mine se asusto un poco cuando Radha la cogió de la mano, hizo como un gesto de quedarse petrificada, paralizada ante el abrupto acercamiento de Radha, no había que olvidar que Radha era una guerrera de piel tosca, alta y musculada, mientras que Mine era una investigadora, de un tamaño promedio, delgada y se podía notar por sus manos que no había sujetado una espada nunca, como mucho una pluma durante mucho tiempo. Por lo que se sonrojo de sobremanera y Radha podía verlo antes de que sonriera. Mine tosió un poco y dio un paso hacia atrás visiblemente agitada, llevándose la mano a los labios para toser pero no era incomoda si no mas bien sorprendida en cierta forma.

Mochi por su lado escuchaba que estaban hablando de ella y levanto las orejas mirando a Radha unos instantes, olfateando hacia su direccion antes de volver a su trozo de pescado, masticándolo pesadamente, paladeandolo.

-Eh?- Como si estuviera saliendo de una fantasía o de sus propios pensamientos. -Oh...ah! Ah si la criatura roja, lo lamento pero no, no se cual es. Tengo muchas teorías pero no tengo ni idea de que criatura puede llegar a ser. Por lo general las criaturas de escamas rojas puede ser un Anjanath por ejemplo o una Rathalos, al menos aquí en el altiplano, pero...las Rathalos no anidan aquí y es muy raro ver una Anjanath, muy muy raro...quizás una Tzi Tzi que estuviera mudando las escamas? Lo lamento, solo se que es una criatura muy rápida con fuertes garras, al menos por el tamaño y profundidad de las marcas que he visto. Pero lo siento, no puedo decir mucho mas sobre el tema.

— Oh, así que es eso… — las palabras de Mine explicaron muchas cosas en poco tiempo, lo cual era ya un logro tomando en cuenta que Radha no era la más brillante. Cierto era que fuera de Laika y alguna que otra que llegara de visita a su campamento o que viera en misiones, la bárbara realmente no había conocido a otras cazadoras, menos hablado con ellas, y aunque en el momento eso la hizo sentir un poco solitaria, más pronto que tarde la humana lo superó — Si es así tendré que esforzarme, así quizás algún día Felicity me encargue algo como lo que le dan a las cazadoras más veteranas — específicamente venciendo la nostalgia con emoción por el futuro, lo cual expresó a través de sus palabras.

— Hmph, te creo. La Diablos fue durísima y sus cornadas dolían un montón, la Belladona lanzaba un aire extraño que debilitaba… a la Diablos no la logré capturar, pero si algún día quieres ver a la Belladona, podrías ir a mi campamento, que está hacia el norte, allí está ella y algunas otras criaturas que he encontrado en mis cacerías — comentó — Así de paso sirve como agradecimiento por todo lo que me estás enseñando — luego agregó riendo mientras se rascaba la nuca.

La reacción ajena no le pasó desapercibida, sin embargo le recordó un poco a comportamientos que a veces tenía la encargada del gremio en su campamento y luego de pensarlo un poco Radha llegó a la conclusión de que tal vez había sido demasiado confianzuda, así que se ruborizó dudando en si hablar o no, al menos por un momento.

— ¿Rápida y con fuertes garras, eh? — en cualquier caso la bárbara sonrió al escuchar aquella descripción, pues tal como antes Mine tocó un punto de ternura en ella, ahora acababa de estimular lo contrario, o sea a su lado más aguerrido; — ¡Suena a que será un reto grandioso! — tan así que exclamó de la nada, levantando tanto los brazos como la voz al tiempo que su mirada roja resplandecía con la sola idea de enfrentar a algo así. Fuera una criatura ya vista por ella o no, en ese momento Radha sin duda estaba más ansiosa por salir a buscarla y luchar, pero ya la luz no era propicia…

-Oh de veras?- Quiso saber de nuevo Mine pero esta vez con un ligero brillo en los ojos como de interés, recuperando un poco su expresión normal y perdiendo parte de esa vergüenza. - Entonces estas capturandolas en vez de vencerlas? Eso no es muy normal, las cazadoras por lo general prefieren cazarlas y asi obtener mas beneficio, pero sin duda me gustaría mucho ver un ejemplar de Belladona, seria todo un impulso para mis investigaciones.

Mine estaba un poco emocionada, tanto como la emocionada Radha que estaba ansiosa por volver a la cacería cuanto antes, lo malo era que ya no había luz y aunque podría ir de cacería por la noche quizás no era el mejor momento ni el lugar ya que no conocía los altiplanos.

-Imagino que también te habrán dado la tarea de investigar a las felynes verdad?- Pregunto Mine mientras se iba colocando un poco la ropa, miro un pequeño reloj de bolsillo y torció un poco la nariz como dando a entender que se estaba entreteniendo un poco pero de todas formas le quería dar ese tiempo a Radha. -Una lastima la verdad, he tenido la ocasión de poder hablar con la tribu y en un primer inicio me parecieron de lo mas agradables.

-De por si eran curiosas y aunque no estaban acostumbradas a la escritura y lectura pudimos compartir conocimientos con ella, en particular me gustaba hablar con una que llevaba unas gafas y parecía estar encantada de hablar sobre patrones de criaturas. Pero por algún motivo, desde que empezaron las lluvias las protectoras de la tribu no dejaron que nos acercáramos. Lo único que te puedo decir de su localización es que nos encontrábamos en terrenos elevados, las zonas mas bajas están plagadas de criaturas así que nos reuníamos en los altiplanos mas elevados, un poco cerca de los nidos, nunca nos dejaron entrar en su pueblo. Pero ahora con acercarnos las felyne guardianas nos vigilaban y si nos acercamos demasiado nos hacen señales de advertencia de no acercarnos.

— De verdad — contestó al tiempo que asentía muy segura de sus palabras. — No a todas, pero trato de hacerlo porque muchas veces no es su culpa atacar a las personas, o son interesantes… de hecho he tratado de solo acabar con las que son realmente peligrosas o en extremo agresivas como para llevar conmigo — acto seguido confesó. — Me han dicho ya algunas veces que no es normal pero… je, no puedo evitarlo; también hay un grupo de Preys con una Drome, una pareja de Barroths, una familia de Girros con una Gran Girros, una Reina Vespoid con su colmena y una Kut-ku — luego ante los ánimos de Mine comentó, aunque ya había mencionado a alguna — Hay unas más cuidadas que otras, pero imagino que podrías verlas a todas con los cuidados necesarios… —

— Sí, Gena me mencionó algo sobre ellas, que al parecer tenían una especie de problema porque de pronto cambiaron su actitud hacia ustedes, ¿verdad? — respondió ante la cuestión ajena. Interesada Radha escuchó el relato de la investigadora, mismo que aportaba pocos detalles respecto a la misión en sí, pero a la vez información que podría serle útil más adelante, como una probable ubicación de la tribu. — Hmph, algo debe estar poniéndolas nerviosas; en mi experiencia las felyne tienden a… juzgar, pero aunque a veces parezca su comportamiento ante todo, suele ser con motivos, en esencia son amables — comentó recordando a sus compañeritas pero también a otras que había visto en el campamento norte, incluso a Vainilla. — Si llego a ver a la felyne con gafas le comentaré lo que me dijiste, aunque primero debo figurarme lo que las inquieta, y claro, encontrarlas… — agregó riendo, sin embargo al mismo tiempo ya estaba considerando cómo podría llegar al área que le había descrito Mine tomando en cuenta que seguro no sería un camino fácil ni tranquilo.

— ¿De casualidad sabrás su nombre? — preguntó solo por no dejar una posibilidad al aire, ya que así podría tener el dato de su parte, si es que Mine lo conocía, no obstante también se había dado cuenta que la investigadora tenía como prisa, así que independientemente de lo que esta le respondiera, Radha agradecería y luego se despediría de ella, curiosa de ver qué más podría encontrar allí.

Conforme Radha iba diciendo todas las criaturas que tenia en su campamento, el interés de Mine se iba haciendo mas y mas patente, sus ojos estaban vidriosos y casi se podía ver como si se iluminaban con el interés mientras sus piernas estaban inquietas como si, si pudiera, saldría corriendo al campamento para ver tantos ejemplares juntos. -Oh es maravilloso maravilloso...cuenta con que iré a tu campamento cuando acabemos con las investigaciones en el valle, tienes una colección magnifica...si sin duda me pasare.-

Era como si estuviera haciendo una promesa, aunque luego cambiaste al tema de las felynes. -Lo siento, no me se sus nombres, bueno si, era un maullido. Como dije era complicado, mucho, el hacerse entender porque saben hablar si, pero no saben escribir ni cosas asi nuestro idioma, se defienden para que nos hagamos una idea. Aunque si hablas con ellas pues al final acabas cogiendo algo y viceversa. Siempre llevaba unas gafitas, la reconocerás enseguida, dile que a sido una lastima el no poder seguir hablando y que espero que no fuera por algo que dijimos. No querría que fuera por nuestra culpa que las felynes se hubieran puesto tan agresivas, como has dicho las felynes pueden ser un poco frías al principio pero son un amor por dentro.

Dicho eso, Mine se despidió de Radha con una inclinación de cabeza, volviendo a decir que iría al campamento de Radha cuando tuviera el tiempo y rápidamente se fue hacia una de las tiendas donde nada mas entrar se podían escuchar voces de “Llegas tarde”, pero no era nada preocupante para la investigadora. Era un poco tarde pero no lo suficiente como para dormir así que los pasos de Radha hicieron que diera un breve paseo por el campamento antes de retirarse a su tienda.

El lugar era fresco, agradable, aunque había una gran concentración de humedad en el aire y eso hacia que el cabello se encrespara un poco, si Radha miraba un poco por fuera podía ver como el lugar había tomado un tinte muy diferente. Las setas enormes estaban brillando de luces de colores iluminadas por un interior bioluminiscente, el césped brillaba de un color verdoso y había grupos de luciérnagas entre amarillas y verdes que iban de aquí para allá dando un ambiente de lo mas mágico y fantástico. Desde la distancia se podían ver algunos movimientos, como si algo pasara por el césped o algo se escondiera, pero eso era muy a lo lejos y no se podía ver bien desde tu posición, sin duda era un lugar muy vivo en contraparte con el valle putrefacto que descansaba debajo de esa tierra.

La noche paso sin contratiempos, la tienda era grande pero tuvisteis que apretaros un poco, Cocoa durmio en su mochila como si fuera una manta mientras que Matcha durmió abrazada a Mochi la cual se hizo un ovillo entre su vientre y pecho, dando suficiente espacio a Radha para poder acomodarse. Hizo falta una manta para no pasar frio porque aunque era un lugar agradable la humedad amenazaba con entrar y calar vuestros huesos.

Ya por la mañana, la primera en despertarse fue Cocoa, que estaba fuera de la tienda desperezándose y moviendo un poco su cuerno, abriendo la concha que tenia en la punta para asegurarse de que la humedad no la había dañado y seguidamente os despertasteis las restantes. No había sol, el sol estaba tapado por aquellas nubes que apenas dejaban que la luz se filtrara, dando una tonalidad un poco grisácea a todo el lugar, pero de todas formas era una mañana agradable para lo que considerara Radha, quizás era el momento de ponerse en marcha.

La bárbara notó fácilmente el entusiasmo ajeno, mismo que sin dificultad se le contagió pues para empezar Radha siempre estaba expectante por aquellas que había llevado a vivir a su campamento; en cualquier caso que existiera alguien capaz de emocionarse así con eso sin duda le agradaba. — Pues genial entonces, porque el lugar va creciendo y tan rápido como puedo voy pagando con el dinero de las cacerías mejoras y otras cosas — explicó ya deliberadamente promocionando su hogar, pero era inevitable; así mismo la promesa que parecía hacer Mine fue aceptada por la bárbara de muy buena gana.

Respecto a las felyne la humana se mostró de acuerdo — Creo que sé a lo que te refieres, ellas hablan su lengua y a veces entienden mejor o peor la nuestra; yo tampoco sé escribir — confesó pero no se veía avergonzada, pues para ella no era muy importante. — No te preocupes, haré todo lo posible por encontrarlas y pasar tu mensaje, ya verás que algo debió haber pasado, porque sí, son un amor por dentro — comentó y de paso prometió por su parte, ya que de inicio tenía interés en encontrar a la tribu de gatitas pero ahora mucho más y en más de un sentido.

Al terminar la conversación se despidió de la chica y mientras esta se alejaba Radha hizo lo propio también. Andando comprobó una vez más que el clima era muy agradable sobre su piel, distinto a lo frío del norte y mucho más fácil de soportar que en la montaña, no obstante tenía cierto punto de humedad que igual y a la larga podría resultar complicado de lidiar con eso. La vista por otro lado era como mágica, algo tan encantador que incluso a una mujer ruda como ella la impulsaba a fantasear y a sentirse soñada, curiosa de todo lo que la rodeaba; instintivamente Radha no dudó en voltear ante los ruidos, pero ya que nada la atacó supuso que había sido todo una falsa alarma. Para cuando sintió que quería descansar llamó a Mochi que seguro andaría a lo suyo por ahí y juntas se dirigieron a su lugar.

Esa noche Radha durmió también medio encima de la Tobi aunque sin aplastarla mucho; el viaje y el sexo la habían cansado así que no tardó en conciliar el sueño, incluso roncó, pues al otro día el trabajo por fin comenzaría. Así pues ella fue la segunda en despertar, un poco confundida y despeinada pero llena de energía. Al salir el clima que había de noche parecía haber empeorado hacia la mentada tormenta, lo cual le quitaba un poco de color al día, pero por otro lado los truenos le recordaban a rugidos de criaturas y eso la emocionaba…

Al salir de la tienda saludó a la morenita y empezó a desperezarse al aire libre; también aprovechó la bárbara que las otras dormían para practicar un poco con su espadón e ir tratando de afilar sus sentidos, no obstante apenas las viera despiertas, diría de prepararse para salir lo más pronto posible, pues además de una posible lucha habían varias cosas por investigar y no quería perder detalles ni tener prisas; aquello iba a hacerlo lo mejor posible.

Tomando en cuenta lo anterior, una vez se completaron las preparaciones Radha salió del área asentada junto a sus compañeras, en este caso rastreando un poco a lo aleatorio pues no sabía exactamente qué debía encontrar, no obstante tenía las palabras de Mine en mente: la bestia roja era más o menos grande, rápida y con garras fuertes…

El tiempo no acompañaba a Radha, la barbara se había preparado y estaba acompañada por sus compañeras, Mochi era la que encabezaba todo, olfateando una y otra vez el suelo mientras iba dando pequeñas carreras pero nunca despegándose demasiado del grupo. Pero de tanto en tanto estornudaba como si el aroma salado de todo la molestara, no acababa de encontrar el rastro y eso era algo que le estaba sucediendo también a la barbara. Aun con toda la preparación y la mentalidad, teniendo todas las pistas necesarias y viendo que la criatura realmente no se estaba ocultando, solo había que localizarla, el lugar no ayudaba.

Moverse por el altiplano era una tarea sin duda difícil, el ver una plataforma por donde se debía continuar o encontrar un sendero era sin duda una tarea complicada ya que aunque el terreno estaba conectado entre si había quedar muchas vueltas para poder acceder a ciertas zonas. Algunas veces se tenia que descender un poco, otras se tenia que escalar por enredaderas o demás para continuar el camino y por ello el camino no estaba muy bien definido. Por instinto, Radha buscaba las carreteras y las iba siguiendo, en busca de algún rastro o de signos de batalla, pero lo que encontraba no era mas que ese lugar fantástico que daba la sensación de estar sumergida en el agua pero sin estarlo. A todo esto, después de una hora caminando y buscando rastros, el cielo trono con fuerza y el altiplano se fue llenando de una débil llovizna que no era lo suficientemente fuerte como para molestar pero si lo suficiente como para que si había algún rastro cerca Radha no lo viera.

-Nunca estar aquí pero...terreno difícil.- Suspirando Matcha mientras iba mirando por todos lados, buscando siempre puntos elevados para poder ver mas lejos, Cocoa se había subido a Mochi la cual estaba cerca de Radha y iba ya sacudiendo de tanto en tanto la cabeza y la cola para quitarse las gotas de agua de encima. Cocoa se fijo en un punto y Mochi se puso como en guardia antes de que, no a mucha distancia, se podía ver como una pequeña serpiente salia del suelo. Tenia un aspecto afable y se asemejaba a una anguila, tenia unas plumas alrededor de su cabeza y parecía estar sonriendo, haciendo unos gruñiditos de lo mas débiles. La piel parecía resbalosa, de un tono azul y blanco amarillento por la parte de la tripita, se quedo mirando al grupo antes de que Mochi saliera a la carrera para atraparla y esta asustada se metiera debajo de la tierra rápidamente, desapareciendo de la vista de Mochi la cual fue escarbando como para atraparla. -Tchs...aparta...- Dando un fuerte tirón a Mochi para que se alejara a lo cual la Tobi se quedo extrañada y fue mirando el agujero por donde se había ido la pequeña criatura mientras Matcha reía. -Gorgosias, bonitas verdad? Difíciles de atrapar, ver una una vez en maceta-

Por el momento el grupo estaba perdido, estaban cerca de la carretera pero quizás se necesitaría buscar mas en profundidad.

La bárbara tendría que reconocer que incluso para alguien como ella andar por el nuevo terreno resultaba cansado; sí, visualmente era una experiencia peculiar, bonita, pero eso no evitaba que tanto andar y tener que dar giros Radha sintiera que no estaban avanzando a bue ritmo; para colmo con el olor era difícil rastrear y eso obviamente no le molestaba solo a ella, pues sus compañeras eran incluso más sensibles a comparación. Más de un par de veces la cazadora tuvo que detenerse a comprobar el camino, pues tomando en cuenta las pistas que tenía debían acercarse a las carreteras para poder aumentar sus posibilidades de encontrar a la criatura roja… y en una de esas oportunidades comenzó la llovizna.

— Sí, yo tampoco he estado aquí antes; este lugar me recuerda un poco a la montaña porque allí también era difícil moverse aunque por distintas razones; me pregunto si lograremos encontrar a la criatura hoy o nos tomará más de un día solo aprender a movernos bien aquí… ahora incluso llueve — tras decir aquello la bárbara levantó la vista aunque tuvo que cerrar pronto los ojos, pues las gotas cayendo provocaron tal reflejo en ella. Por suerte no era una precipitación demasiado fuerte, o se habrían tenido que refugiar, sin embargo con el olor típico a tierra mojada y el agua moldeando la tierra se antojaba cada vez más lejana la posibilidad de hallar algo… hasta que Cocoa y Mochi reaccionaron.

— ¿¡Qué es eso?! — casi como la Tobi, Radha expresó su sorpresa y obvias ganas de ir a por la criaturilla, solo que la ardillita fue mucho más rápida y aun así no logró demasiado. — ¿Gorgosias, huh? Está muy bonita, sí, habría querido atraparla para llevarla al campamento… — con una sonrisa traviesa confesó, pues esa criatura no se veía peligrosa y si Cocoa incluso había visto una en una maceta, quería decir que podían vivir entre la gente. — ¿Dónde la viste? — así que curiosa preguntó.

Independientemente de la respuesta que recibiera debían seguir avanzando y eso era un hecho, así que tras sacudirse de la humedad reunida como si fuera una criatura más, la bárbara indicó la dirección hacia donde pensaba que debían seguir, basándose en un probable sentido de la carretera. Llegadas a ese punto no hace falta decir que Radha se estaba dejando guiar más por la suerte que por una certeza como tal, apostaba, pues… ¿pero eso le rendiría frutos en algún momento?

-Baba comerciar con ella...ser exótica...- Empezó a comentar Cocoa mientras parecía que la suerte estaba de vuestro lado. Radha pudo ver los restos de lo que parecía ser madera, pero no era madera de árbol o de armas, cosa que no parecía abundar demasiado por esos lugares, era madera tratada. Siguiendo ese rastro la barbara y compañía llego a lo que parecía ser el inicio o final de la carretera, dependiendo de como una se lo tomara, había un grueso tronco de seta en medio del camino que bloqueaba la salida/entrada, allí habían restos de sangre y grandes garras repartidos por todo el lugar.

-Atenta...- Susurro Cocoa a Mochi mientras se bajaba de ella y la ardillita empezaba a erizarse un poco el pelaje mientras miraba por todos lados, con las orejitas muy arriba. Matcha por el contrario lanzo su garfio en la parte de arriba del tronco para colgarse de el y mirar hacia el otro lado. -Esta ser carretera principal...si...no haber signos de violencia por este lado.- De un salto se bajo y miro la base del tronco caído. -Esto no ser natural...tener signos de zarpas...

Fuera lo que fuera lo que había pasado allí no era para nada agradable, una criatura había atacado y ahora, si Radha se fijaba mas, el lugar estaba lleno de arañazos por todos lados. No solo en la madera, si no también en el suelo o en las paredes de coral, zarpazos profundos de unas fuertes garras.

-Estar cerca?- Pregunto Cocoa mientras se iba quitando el cuerno de su espalda y se iba preparando para el combate. De repente todo el lugar se lleno de un sonido peculiar. -Cow! Cow cow!- Era un sonido parecido al que haría un murciélago a la hora de buscar un lugar en el que posarse, seguidamente un sonido ronco, como si tragara aire pero era como...diferente, pero sin duda se estaba acercando el sonido.

-Que hacer? Preparar? Esconder?- Pregunto Matcha mientras iba mirando de donde provenía el sonido.

— Umm me pregunto cuánto me daría por una — comentó Radha pensativa tras escuchar a Cocoa, no obstante aquello le pasó rápido, casi en un instante — No, si volviera a ver una y la atrapara, la conservaría — pues al parecer sus instintos de reunir criaturas eran más fuertes incluso que los de su necesidad por dinero. Fuera de eso y ya que pronto encontraron pistas que las condujeron al camino que al parecer buscaban, la bárbara decidió entonces concentrarse en el presente solamente.

El sitio al que llegaron mostraba claros signos de una batalla o ataque, comenzando por la sangre y terminando por el tronco aquel; Radha trató de analizar la escena por si le recordaba al método de alguna criatura como en su momento sugirió Mine, pero no.

Tal como sus compañeras la bárbara subió su guardia también mientras llevaba una mano a su espadón, incluso lo desenvainó. — Ya veo Matcha, gracias — le dijo a la felyne dada la utilidad de su confirmación. Cuando notó mejor las marcas de garras la humana volvió a intentar compararlas con las de otras criaturas como la Rathalos o la Tzi Tzi, pero ninguna se asemejaba al menos desde su perspectiva actual.

— Parece que sí — respondió a Cocoa y pronto el sonido lo confirmó. En ese instante Radha que había estado observando todo a su alrededor tuvo que considerar lo peor: la criatura podría ya haberlas visto, y si no, que no la vieran ellas volvía las cosas complicadas, de modo que intentar tomar la delantera en la ofensiva se le antojaba poco factible. — ¡Nos preparamos! — lo anterior la llevó a decidir tan rápido como pudo, un poco caótica pero dejándose guiar por los instintos. Fue así como se acercó al tronco y con su espadón partió un trozo, mismo que agarró a modo de escudo y luego plantó en el suelo pues no podría manejar su espadón si no lo hacía.

— Detrás de mí; no sabremos de dónde vendrá, pero si nos quedamos entre el tronco y el “escudo” dificultaremos un golpe sorpresa — expuso pues aunque no le encantaba era la opción a la que más chances vio, al fin y al cabo debían también ver si en efecto era la criatura que buscaban.

Colocándose pues detrás de la madera Radha se agachó y se mantuvo atenta…

No había mucho tiempo, Radha tuvo que decidir con celeridad lo que hacer y su decisión fue el tomar un escudo. Sus fuertes manos pudieron arrancar un trozo generoso de tronco de seta para apuntalarlo en el suelo y usarlo a modo de escudo, las felynes rápidamente se pusieron detrás de ella mientras que Mochi estaba a un lado, mostrando los colmillitos mientras sus puás se erizaban por completo a modo de desafió. El sonido continuo en ascenso...-Cow cow! Cow! Grrrrraaaaaagggrrrr...- Era un sonido extraño, difícil de identificar pero no hizo falta identificar demasiado porque la criatura no tardo en aparecer.

Fue rápido, una masa rojiza salto encima de Radha la cual solo podía ver un conjunto de músculos y hueso clavarse encima de la tabla de madera que empezo a crujir por el peso de la bestia antes de que esta saltara hacia Mochi, llevandose consigo la tabla que acabo echa trizas en sus patas, rápidamente los colmillos de la bestia atraparon el torso de Mochi zarandeándola un poco y escupiendola a un lado mientras la Tobi visiblemente mareada hacia esfuerzos por ponerse de pie, ya no tan enérgica mientras Radha podía ver la bestia que tenia delante.

Era puro musculo perfilado de una forma estilizada y letal, totalmente rojiza salvo por unas manchas negras que cubrían un poco el vientre, muslos y gluteos hasta su cola que acababa en una serie de huesos parecidos a los que llevaría un lucero del alba. La criatura iba a cuatro patas, era rojiza y tenia una mirada intensa, azulada, sus orejas eran carnosas y su cabello aunque parecia pelaje era difícil de distinguir de su piel. Tanto en patas como en manos se podia ver un conjunto de garras afiladas que parecían no tener ninguna lógica pero si se observaban detenidamente estaban diseñadas para desgarrar con facilidad la carne y ahora podías entender como habían dejado unas marcas tan profundas en la piedra.

La criatura estaba jadeando, parecía una cachorra que pedia mimos antes de abrir su boca y mostrar un conjunto de dientes superpuestos uno al lado del otro con un gorgoteante rugido antes de apuntalar sus piernas en la tierra, haciendo que el peso la hundiera muy levemente. Mediria aproximadamente los dos metros de alto pero de largo estaba por los cuatro, sus pechos se balanceaba con su respiración agitada, un poco de baba bajaba de sus labios y colmillos, entre sus piernas se podían ver unos labios vaginales oscuros, apretados en su perfilada silueta sin dejar que se viera nada del interior mientras que su potente cola se media de lado a lado sin golpear el suelo, como si se tratara de una maza o una extensión mas de su cuerpo. -Agruuuuuuuuuu!!!

-Una...-Matcha empezó a susurrar. -Una...Odogaron...no...no es posible, vivir en valle putrefacto no aquí!

-Por eso causar tantos problemas...- Acabo de decir Cocoa la cual estaba tan tensa como Matcha, pero no por el peligro que tenia delante si no porque Mochi casi había resultado herida, aunque la ardillita parecía estar bien dentro del susto de haber sido zarandeada con fuerza y lanzada al aire.

Todo pasó demasiado rápido y caótico, como un torbellino, sin embargo de entre la maraña de cosas quizás sería el sonido que hacía la ajena lo que se le quedaría grabado más profundamente a la bárbara. — ¡Cuidado! — Radha avisó dada la cercanía de la criatura y su inminente ataque, mismo que no solo rompió el escudo provisional de la humana sino que terminó arrastrando a la ardillita con ella…

— ¡MOCHI! — entonces la cazadora gritó pues en todas sus cacerías nunca le había tocado ver envuelta a la Tobi en el peligro más directo. Obviamente eso llevó sus instintos protectores a un alza vertiginosa, algo que Radha ni pudo ni quiso evitar, por lo que más pronto que tarde su furia estalló con un rugido que se asemejaba más al de una criatura que al de una persona.

Sin dudarlo, la fiera hecha carne tomó su espadón y corrió a la velocidad más rápida que pudo hacia la mole rojiza de incontables garras, misma que por esas características coincidía a la perfección con las descripciones de la criatura atacando carretas, incluso las felyne lo señalaron, pero en ese momento a Radha no le importaba nada más que tomar venganza por su adorable compañera eléctrica.

Fue así que, dando un fuerte pisotón para cuando llegó frente a la Odoragon, la humana buscó golpear su abdomen con todo el peso de su enorme arma. A efectos prácticos el espadón era comparable en Radha a la cola en forma de maza que tenía la rojiza, y si bien ella misma no era igual de imponente, poseía una desarrollada masa muscular capaz de hacer estallar su fuerza.

Podría ser una cachorra, o al menos hacer como una, sin embargo había cometido el error de tocar a la ardillita y por eso Radha no la iba a dejar estar tan tranquila…

Mochi estaba relativamente bien, esta empezó a sacudir la cabeza una y otra vez mientras Cocoa se acercaba a ella, mirando como estaba la pequeña y examinándola rápidamente, parecía que solo habia perdido un par de puas y poco mas por lo que la felyne le dio una palmada en la cabeza y se subió encima de ella, de inmediato la ardillita le dio un golpe al suelo con su cola y se dispuso a luchar.

Por otro lado una enrabiada Radha estaba dispuesta a vengar a su pequeña compañera, su fuerte golpe hizo que la Odogaron retrocediera por unos instantes, quedándose sin aire por el impacto y, aunque Radha estaba apuntalada y estaba expuesta, sus garras no llegaron a rozarla siquiera. Pero si que llego a hacerlo en el suelo y Radha pudo notar como perfectamente las garras de hueso se hundían en la tierra con enorme facilidad y mas que ser un corte limpio era como un corte que abría al final, removiendo la tierra que había llegado a atrapar.

En todo caso la Odogaron se quedo mirando a su nueva victima, bramando hacia ella y mostrando su hilera de dientes afilados mientras tomaba un poco de distancia y iba cercando a Radha, moviéndose en círculos preparándose para combatir. Matcha por su parte había subido de nuevo al tronco de la seta caída para buscar un buen angulo para atacar a la criatura. -Primera vez...contra Odogaron...pero creo que no ser imposible.- Pudo escuchar Radha desde lo alto.

La bárbara siguió con la mirada a la roja criatura mientras sostenía con firmeza su espadón, como si quisiera mostrar que estaba lista para volver a atacar otra vez en cualquier momento; irónicamente Radha jadeaba un poco por todo el esfuerzo que hizo antes, pero eso ni de lejos era suficiente para cansarla totalmente o para reflejar que estuviera mal; solo debía estar unos segundos quieta y recuperaría el aliento.

La Odoragon por otro lado le parecía una oponente fuerte pero no imposible, quizás porque sus más recientes cacerías habían sido contra criaturas que no perdían en imponencia y salvajismo, o quizás porque, de forma inesperada, aun con el enojo que le causó antes lo cierto es que Radha encontraba cierta inspiración de ternura en la ajena. Quizás estaba loca.

Ante las palabras de Matcha asintió, pues la gatita pareció hacer eco de su pensamiento, acto seguido la cazadora levantó su espadón y lo agitó hacia un lado con el fin de disponerlo para un nuevo ataque… pero eso no era todo. — ¡MOCHI, MANOS! — así pues indicó al tiempo que se lanzaba a la ofensiva, ello para darle oportunidad a la Tobi a que mostrara su propia fuerza también, pues aunque de reojo la pudo ver dispuesta a luchar…

La batalla había empezado y estaba siendo liderado por Radha, su espada en esta ocasión no fue lo suficientemente rápida para atrapar a la Odogaron que rápidamente dio un salto hacia atrás para poder esquivar los golpes de la ruda guerra. La criatura babeaba el suelo mientras iba clavando una y otra vez sus garras, sus ojos azulados brillaban mientras no dejaba de mirar a Radha, esperando en cualquier momento el poder saltar encima de ella. Entonces Mochi aprovecho su momento, Cocoa se bajo de la criaturita para que pudiera tener mayor movilidad y esta no tardo en devolverle el golpe a la criatura.

Entre bufidos y aullidos, Mochi escalo por la cola de la Odogaron para colgarse en su cuello, mordiendo con fuerza mientras la gran criatura mostraba como era de ágil, sus piernas y patas se movían de un lado a otro haciendo grandes giros quedando en algunas ocasiones la Tobi colgando en el aire pero manteniéndose firmemente sujeta por sus colmillitos. Entonces, en una fuerte descarga eléctrica, la Tobi golpeo con electricidad a la Odogaron la cual aulló hacia arriba en un gorgoteo de furia mientras ya se zarandeaba una ultima vez y Mochi salia volando para caer de pie. La pequeña salio disparada hacia Cocoa la cual dio un pequeña salto para subirse encima de ella y dar una palmada en la mejilla a Mochi, al cual estaba muy tensa y seguía mostrando sus colmillos hacia la Odogaron, visiblemente molesta tal vez por como la había tratado antes.

Los aullidos de la Odogaron resonaron por todos lados y antes de que Radha se diera cuenta dio una vuelta completa de 360 grados y golpe con su cola el pecho de la barbara pudiendo notar un fuerte golpe en su cuerpo, no excesivamente doloroso ya que la piel y sangre de la barbara hervían pero si fuerte.

Al abanicar Radha perdió un poco el equilibrio, sin embargo pudo solucionarlo dando un fuerte pisotón; enseguida la bárbara bufó pues eso siempre era molesto, pero fallar no la iba a detener. Nunca la detenía…

Para cuando Mochi atacó la bárbara aprovechó el tiempo alejándose un poco y reacomodándose; cambio su espadón de mano y estiró la ahora libre para desentumirla; apenas lo logró, la humana comenzó a correr rodeando a la criatura, si bien cuando lanzó a la Tobi instintivamente se preocupó un poco y eso la llevó a distraerse por un momento, tiempo suficiente para que la Odoragon realizara un nuevo ataque.

Precedida por su extraño rugido, la rojiza criatura lanzó un poderoso ataque tan rápido que la cazadora no pudo hacer nada para evitarlo. Este resultó ser un golpe con la cola que la hizo toser, pero no fue suficiente para derribarla; inmediatamente después Radha comenzó a correr subiéndose en la cola ajena, lo que la dejaba bastante comprometida, más impulsada por un temerario instinto la bárbara supuso que al correr sobre la enemiga esta podría quedar un poco indefensa también, así pues blandió su gran arma para darle en un costado pero perdió el equilibrio, aunque casi por un milagro la cazadora logró aprovechar esa misma postura rara para blandir una vez más su arma y lanzar un golpe al pecho ajeno con el lado romo, como si fuera una imitación del golpe que acaba de recibir ella.

Curiosamente eso le permitió impulsarse con toda su fuerza, pero a la vez la hizo perder el equilibrio, dejándola en una posición bastante comprometida. Mientras caía, sin embargo, Radha gritó — ¡MATADRRRRAGONESSS! — hacia Matcha, pues quería dar otro golpe fuerte a la rojiza y ver si así la aturdía aunque fuera un poco...