Partida Rol por web

La espada golpe con verdadera fuerza el costado de la Odogaron, tanto que hizo que la criatura se desestabilizara por un momento, la acción de Radha podía haberse visto como temerosa pero sin duda la espada había golpeado una zona sensible de la anatomía de la Odogaron o al menos así lo parecía. La criatura aulló un momento de dolor y cayo al suelo pero rodó sobre si misma para volverse a levantar, sacudiendo su cabeza de lado a lado bastante molesta por todo lo que estaba pasando y parecía que su enfado iba en aumento.

A la llamada de Radha, Matcha levanto sus orejas y no dudo en ponerse en marcha. Lanzo su gancho contra la pared de coral y empezó a correr por ella usando la inercia del gancho mientras llevaba la larga flecha que ya Radha conocía. La fricción hizo que el metal se quedara al rojo vivo mientras de un tremendo salto la arquera daba una ligera pirueta en el aire, de forma elegante y se colocaba debajo de la Odogaron. La criatura no sabia lo que estaba pasando hasta que una fuerte flecha golpeo su mandíbula haciéndola volver a aullar de dolor y saltando uno de sus colmillos menores, Matcha no dudo un instante y salio corriendo mientras la Odogaron se movía de un lado a otro cortando todo lo que tocaban sus patas, por fortuna no golpeo a Matcha.

-Parece enfadada...seguro hacer daño?- Pregunto Cocoa la cual de momento estaba viendo el combate de lejos. El daño era real, se podía ver las heridas que había causado tanto Matcha y Mochi, como el daño hecho por Radha, pero la criatura parecía estar aun bastante entera. Los ojos de la Odogaron se clavaron en Radha y abrió las fauces de forma amplia antes de lanzarse a por ella, la barbara no pudo contra esa embestida.

De forma dolorosa las garras de la Odogaron se clavaron en ambos hombros de la barbara tirandola al suelo mientras el peso de la criatura la obligaba a no levantarse, la saliva manchada de sangre por el diente perdida caía encima de la cara de Radha mientras la Odogaron impedía que se moviera de donde estaba.

— ¡AAHG! — se quejó la bárbara aunque de momento más por impotencia que por dolor, ello al verse tumbada así por la ajena. Radha sabía que su ataque conectó bien pese a lo raro de la postura que tenía, también que Matcha había dado un gran golpe con su poderosa flecha gigante, sin embargo la bestia roja seguía con bastante ímpetu de luchar y eso era algo que la cazadora respetaba… pero no se iba a dejar vencer por ello.

Más allá la humana escuchó a Cocoa pero en el momento no podía contestarle, más que nada porque paralelamente Radha tomó las garras que la tenían contra el piso y, haciendo gala de toda la fuerza de la que podía echar mano, la bárbara comenzó a empujar hacia arriba con tal de liberarse y apartar a la Odoragon en el mismo proceso. — ¡¡QUITAAA!! — acto seguido exclamó al tiempo que daba un último esfuerzo para hacer retroceder a la rojiza criatura.

Apenas lo lograra, Radha tomaría inmediatamente el espadón que yacía a su lado, esto para lanzar otro nuevo par de ataques hacia esos mismos brazos fuertes de la ajena que la hicieron caer, sin embargo no conforme con ello la bárbara exclamó — ¡CUERNOOO! — pidiendo la ayuda de Cocoa y su canción curativa…

Las garras de la Odogaron fueron separándose de los hombros de Radha de una forma dolorosa, no era agradable ni mucho menos las garras conseguían penetrar en la carne de una forma muy limpia, casi como si fuera mantequilla, aun con todo la firmeza y la rudeza de Radha hacia que el dolor se quedara mitigado y con una fuerza sobrehumana consiguiera hacer retroceder a la Odogaron.

Fue casi como un empujón hacia atrás, la Odogaron dejo de clavarse en Radha para clavarse en el suelo y el golpe de espadón fue casi como una bofetada para una zona malherida de la criatura la cual tuvo que retroceder del todo visiblemente molesta por perder su presa. Al mismo tiempo, mientras escuchaba su reclamo, Cocoa empezó a girar con Mochi mientras arrastraba un poco el cuerno casi a ras del suelo antes de saltar y golpear como un martillo el lecho de coral. La concha se abrió haciendo una melodía acuosa y agradable que invadió el cuerpo de Radha de inmediato, sus heridas parecían dejar de sangrar y el dolor solo era una vieja conocida que se sentía a lo lejos.

Por esa calma Radha pudo agacharse en el momento perfecto en que la Odogaron quiso darle un zarpazo, pero parecía que no todo era bueno. Un nuevo salto por parte de la Odogaron hacia atrás, mirando a las cazadoras con un hilo de baba teñido de sangre bajando de sus colmillos. Su piel rojiza empezó a tomar un tono mas negro, como si se asemejara con el de la sangre y sus ojos azulados parecían brillar con luz propia, se escuchaban, por increíble que parecía, los muslos de la Odogaron tensarse y de su boca salia vapor, como si el interior de la Odogaron estuviera hirviendo en comparación con el exterior.

Recuperándose un tanto gracias al sonido de la morenita, Radha se quedó mirando a la Odoragon mientras que también reafirmaba su postura. Utilizar el espadón le permitía hacer mucho daño cuando acertaba, pero por otro lado requería de constantes reacomodos para asegurarse de poder maniobrarlo bien, además ella encima tenía la necesidad de buscar siempre golpear con el lado romo, debido a su particular filosofía de la cual la criatura actual no estaba exenta. Sí, Radha quería derrotar a la rojiza pero no matarla, sino llevársela consigo pues según lo que dijeron las felyne no era nativa del altiplano…

A pesar de tener eso en mente, la cazadora pudo concentrarse lo suficiente para notar cuando la contraria le atacó, y de esa manera esquivó con rapidez. Estaba por contraatacar cuando se dio cuenta que la criatura como que cambiaba, y eso en su experiencia siempre eran malas noticias pues quería decir que se estaba preparando para algo especial, algo peligroso… y ella no iba a dejar que lo hiciera sin más.

— ¡MATADRRRAGONEEESS! —  

Por ello exclamó al tiempo que corría para rodear a la criatura hasta cierto punto, ya que buscaba llamar la atención, desconcentrarla, y claro, también dañarla por si así lograba aturdirla lo suficiente para sacarla de ese estado. Para ello Radha pegó un salto como los que daba contra la Paolumu una vez estuvo a cierta distancia y gracias a sus fuertes piernas logró impulsarse, de esa manera cayendo con un salto que pretendía sumar su peso a la potencia del arma. No conforme con ello, ya en el suelo la bárbara capitalizó la inercia para lanzar un segundo golpe pero ahora hacia arriba, esta vez usando su fuerza como principal factor explosivo. Su objetivo era la herida mandíbula ajena...

Fue un ataque combinado, efectivamente Radha pudo hacer que la Odogaron furiosa como estaba mirara hacia la barbara siguiéndola a todo lo que estaba haciendo, ignorando lo que estaba pasando a su alrededor. Entonces Cocoa bajo de Mochi y fue Matcha la que la sustituyo sacando la ultima flecha-arpón de su carcaj. -Quedar una solo!- Aviso Matcha gritando para que Radha la pudiera escuchar mientras cargaba la flecha en su arco y le daba un toque a Mochi para que corriera.

El golpe de Radha la obligo a mirar hacia arriba y podías escuchar el crujir de su mandíbula por el fuerte impacto mientras que Matcha, gracias a Mochi, estaba en una pared donde la Tobi había clavado sus garras. En un salto mortal, Matcha salto por encima de la Odogaron y sincronizada con el ataque de Radha le dio un fuerte impacto con su flecha en la cabeza de la Odogaron la cual aulló de dolor, esta vez si, mostrando signos de agotamiento.

El combate ahora mismo estaba del lado de Radha, la Odogaron parecia cansada, entumecida, seguía rabiosa y el color de piel seguía igual pero la baba caia con mas frecuencia, se podia ver como los ojos estaban medio difuminados y la fuerza y fiereza de la criatura se estaba desvaneciendo por segundos. Estaba herida, pero no derrotada y eso es algo que pudo comprobar Radha.

Con una gran velocidad la Odogaron se lanzo contra Radha la cual recibió el impacto de sus garras por su cuerpo y esta vez aunque el daño fue mitigado dolían. Las heridas por lo general se solían cerrar o dejaban de sangrar en un instante pero estas no, las heridas permanecían abiertas y sangraban de forma dolorosa. La Odogaron recupero un poco de compostura y se puso en guardia agitando su pesada cola de lado a lado mientras gruñía y gorgoteaba.

Si bien Radha escuchó a su compañera, no le contestó pues eso rompería un poco su maniobra, más tendría en cuenta esa advertencia de parte de Matcha. Luego del impacto combinado que al parecer hizo bastante daño a la criatura, la bárbara ya estaba de vuelta en el piso, a relativamente poca distancia de la Odoragon y sosteniendo con fuerza su arma. Jadeaba no por cansancio, sino porque la emoción la recorría. Sus sentidos estaban tan afilados como les era posible.

Por un momento le pareció a la cazadora que la criatura caería, pero luego comprobó que ese no era el caso…

— ¡AGHHH! — y lo hizo con su propio cuerpo ya que se ganó nuevas heridas. A diferencia de otras veces, sin embargo, estas parecían como más agudas o profundas, hechas de una manera en que no parecían querer dejar de sangrar, e incluso le provocaban dolor pese a su estado de furia. Radha se estremeció un tanto pero ella tampoco caería tan fácil.

— MOCHI — queriendo demostrarlo exclamó — ¡RRRAYOO! — y al tiempo que su voz rugía aquello la humana se lanzó temeraria de frente contra la criatura, pues si esta se estaba defendiendo la rabiosa bárbara no vio caso en intentar engañarla… debía superarla en fuerza y eso solo podría lograrlo con un ataque frontal, directo. Claro que lo anterior no significó que Radha fuese descuidada, pues al contrario que con otros estilos, el de ella brillaba precisamente en momentos así, ya que por sí sola era imponente y poderosa, pero además contaba con la ayuda de la pequeña eléctrica.

Dio entonces un espadazo en forma diagonal ascendente y luego otro de manera horizontal, aprovechando que para el primero la potencia invertida creó bastante inercia…

El espadón de Radha era como un látigo en sus manos, una y otra vez golpeaba a la criatura con gran soltura mientras sus músculos se tensaban y la blandía de forma maestra. Golpe a golpe la Odogaron estaba sufriendo un gran daño y eso hacia que apenas pudiera corresponder a los ataques combinados de todas las cazadoras que había delante de ella.

Mochi soltó un sonoro “kyum” desde las alturas ya que ella seguía pegada a la pared de coral y dio un salto planeando hasta el cuello de la Odogaron, los dientes de Mochi se clavaron en su cuello con fuerza y una potente corriente eléctrica cruzo todo el cuerpo de la Odogaron haciendo que la criatura aullara de dolor y ahora si parecía que estaba llegando el final de la batalla.

El mordisco lastimero que dio fue apenas bloqueado por Radha la cual podía ver como la Odogaron estaba como desorientada, sus ojos estaban a punto de apagarse por caer en la inconsciencia y el brillo en su pelaje se iba volviendo rojizo de nuevo, estaba a punto de caer. Aun con todo, Radha podía comprobar porque esa criatura era tan peligrosa en su propia piel. Las heridas que habia recibido por parte de la Odogaron seguían abiertas y cada movimiento de la barbara hacia que estas sangraran de forma dolorosa, aun con su sangre hirviendo y su resistencia natural al dolor aquello provenía de dentro y no era fácil de aguantarlo, si la batalla hubiera tomado otro ritmo probablemente aquello hubiera acabado con la barbara, pero no había sido el caso.

A pesar del dolor que sentía en ese momento por las profundas heridas, incluso por encima de su ira, Radha como que sintió algo de pena al ver así a la criatura; por lo que sabía ni debía estar ahí, al fin y al cabo, así que no era muy distinta en situación por ejemplo de Terra, más sin embargo la Odoragon había probado ser mucho más peligrosa así que no podía solo dejarla ir o intentar convencerla de cosas, si hasta atacó a la aguerrida Mochi quien sin duda ahora estaba teniendo su oportunidad de devolvérsela…

Por lo anterior y también porque temía debilitarse rápido si seguía así, la bárbara se dispuso a tratar de acabar con la batalla lo más rápido que le fuera posible. — ¡COCOAAA CUERRRNOOO! — eso sí, primero gritó para ver si la canción de la felyne podía ayudarla a detener el sangrado.

Enseguida la cazadora retrocedió algunos pasos sin quitar la mirada de encima de la rojiza criatura, apretó sus dientes y tensó los músculos, todo para volver a arremeter en línea recta buscando dar un nuevo golpe con toda la fuerza que pudiera sacar de sí.

Cabe mencionar, sin embargo, que cuando llegó a la distancia necesaria y lanzó el primer ataque el dolor la hizo desviarse y perder un golpe, sin embargo Radha no se iba rendir, y por tanto aprovechó el contrapeso para hacer un regreso con más potencia todavía.

Se estaba jugando mucho con ese golpe…

Cocoa no dudo un instante en hacer de nuevo que su cuerno sonara alrededor de Radha, pero parecía que esas heridas no se iban a cerrar así de fácil, ya que sus golpes, aunque desesperados pero certeros, hacían que esas heridas continuaran sangrando provocando bastante dolor a la barbara, cosa que apenas pudo mitigar las canciones de Cocoa. Pero para bien o para mal aquella temeridad habías salido bien para la barbara la cual asesto un ultimo golpe a la Odogaron haciendo que ya, finalmente, la criatura cayera a un lado inconsciente.

Tenia la boca un poco sangrante porque le faltaba un diente, aunque no parecía que importara ya que tenia muchos mas y de igual mortalidad, la respiración de la Odogaron era irregular pero estable dentro de lo que cabía y su cuerpo volvía a ser rojizo. Era una criatura grande, no era pequeña ni mucho menos, quizás haría fácilmente los 4-5 metros de largo y ahora que estaba en el suelo tumbada aunque había perdido parte de su ferocidad seguía viéndose una criatura imponente.

Matcha soltó un largo suspiro de alivio mientras se destenso visiblemente y miraba su carcaj mientras que Cocoa salia en la ayuda de Radha. -Quieta!- Mas que una petición fue casi una orden mientras sacaba un puñado de venda y un cataplasma verde de su mochila. -No mover ni un musculo!- Colocándose al lado de Radha y ir, con la ayuda de Mochi que era usada como banqueta, vendando las profundas heridas que tenia la barbara. Dolían? Si, el cataplasma impidió que la sangre volviera a salir pero de todas formas seguía doliendo, las vendas estaban bien apretadas y eso haría que la recuperación fuera mas fácil, un pequeño precio para una captura tan grande.

-Vale, probar.- Pidió Cocoa ya un poco mas tranquila y con le ceño menos fruncido. Seguía doliendo el moverse pero era algo tolerable para la barbara, las vendas no se llenaron de sangre por lo que se podía considerar que ya ese sangrado se había detenido gracias a los cuidados de la felyne. Mochi empezó a olfatear la cara de la Odogaron con curiosidad hasta que uno de sus jadeos, parecido a un gorgoteo, asusto a la Tobi y salio corriendo hacia detrás de las piernas de Radha.

-Duro combate, aunque satisfactorio.- Aseguro Matcha mientras pasaba las manos por sus flechas un instante antes de recoger el arco y colgarlo en su espalda.- Que querer hacer con ella? Poder ahora acabar con ella y poder sacar mejor partes.

Cuando vio caer a la imponente Odoragon Radha se fue tranquilizando hasta que la furia cesó, pero eso también significaba que el dolor aumentó al ya no estar sus músculos tan tensos ni su adrenalina tan alta; sangrar tanto, si bien todavía no la llevaba al punto de una debilitación extrema, sin duda le estaba pasando factura incluso con la intervención de la canción de la felyne, por ello al saber que la batalla había terminado la bárbara también suspiró y un tanto ojerosa miró hacia donde estaban sus compañeras.

— Estoy quieta, estoy quieta — sorprendida dijo a Cocoa mientras clavaba su espadón en el piso a sus pies; solo eso la hizo sangrar más, pero la cazadora empezaba a marearse así que tampoco era como si pudiera hacer mucho. Al ver lo que hacía la morenita entendió lo que intentaría, así que no resistió cuando esta se acercó. — Tsk… — se quejó cuando la felyne comenzó con el tratamiento, pues aunque su compañera no las estaba lastimando, la medicina esa ardía como pocas cosas; Radha nunca había sufrido heridas así, o bien no las recordaba pues solía quedar inconsciente en las batallas que perdía. Con su gesto de dolor y su menguante firmeza, la bárbara casi parecía una cría a la que estaban curando tras lastimarse por hacerse la valiente… quizás por eso y tomando en cuenta su fisonomía daba especial ternura. Al final terminó como parte momia.

— Duele pero… al menos ya no sangra… — dijo la bárbara tambaleándose un poco pues obviamente debía recuperar energías — Gracias Cocoa, eres genial — aun así expresó sincera, pues saber curar las heridas era hasta más importante que saber hacerlas. Cuando Mochi se asustó, la bárbara también, ya que creyó que la batalla continuaría, pero al parecer solo fue un reflejo de la vencida. — Cuidado, no la vayas a despertar — le advirtió a la pequeña aunque de juego mientras alborotaba su melena con unas palmadas.

— Totalmente de acuerdo — luego contestó a Matcha — Ahora sé por qué podía dañar tanto a los transportes, y es más, de no ser por ustedes seguramente habría terminado perdiendo… su capacidad para herir es temible… —; Radha quería caminar hacia la Odoragon pero ya que Cocoa le indicó que se quedara quieta, así hizo, además parecía que eso ayudó a contener el sangrado junto con la medicina untada. Ante la pregunta de la arquera, la humana se quedó pensativa un instante…

— Bueno, no sabemos que la trajo hasta aquí, bien podría no ser su culpa y solo estar reaccionando al cambio de ambiente, además parece más o menos joven, quizás no cachorra pero… — se quedó mirando a la criatura con un gesto que para aquellas que la conocían debió resultar conocido — ¿Y si nos la llevamos de vuelta al campamento? Quizás allí esté más tranquila* — propuso, siendo que priorizaba la vida de la ajena antes que destazarla, como siempre…

-No saber demasiado la edad...- Empezó a decir Cocoa la cual miro a la Odogaron con el ceño fruncido como si estuviera concentrándose, Matcha no iba desencaminada tampoco pero nego con la cabeza ya que aunque sabían lo que era una Odogaron era muy difícil de identificar su edad. -Quizás campamento sepan, las investigadoras parecer muy listas.- Colaboro Matcha pero todas sabían que eso seria muy difícil.

El campamento estaba protegido pero no en exceso, no habían suficientes investigadoras ni cazadoras como para poner a dos de ellas a vigilar a la Odogaron ademas de que no parecía que hubiera ninguna maestra como Galea, no seria viable. -Otra? Quizas ser peligroso...- Suspiro Cocoa mientras se sentaba para poder descansar cerca de los restos del carromato, pero no por ello dejo de mirar a la Odogaron atenta, Mochi se levanto un momento al recibir las palmadas de Radha.- Kyum kyum....kyum.- Y acompaño a Cocoa, haciéndose un ovillo en sus pies mientras se iba lamiendo un poco las puás, aunque estaba visiblemente tensa.

-No se si mas tranquila, pero Galea saber que hacer con ella, si no quieres matarla claro.- Matcha tomo una flecha con una bolsita en su punta y prendió una pequeña mecha que sobresalía, tenso bien su arco y disparo la flecha hacia arriba dejando una larga columna verde que marcaba la posición de las felynes y Radha.- Queda esperar, aunque no saber como llegar hasta aquí, quizás alguien ver.

Hubo un momento de descanso, Radha podía descansar y tratar sus heridas aunque poco mas se podía hacer, lo bueno era que el cataplasma aunque picaba hacia efecto bálsamo por lo que poco a poco empezaba a sentir esa zona un poco mas entumecida, dormida y no dolía tanto el moverse, aun con todo el efecto era extraño. Paso cerca de una hora que fue entre tensa y relajada, relajada porque todo invitaba a poder descansar exceptuando los gorgoteos de la Odogaron la cual estaba a pocos metros de ellas, Matcha se quedo cerca para poder vigilarla mejor pero ninguna estaba preparada ya que no habían llevado ninguna bomba para dormirla. Después de esa hora, las orejas de Cocoa y Mochi se levantaron y ambas dos miraron al cielo, Cocoa con una sonrisa. -Suerte tuvimos...-

Por encima de vosotras había un globo aerostático hecho con pieles de tonos marrones y amarillas, en ellas habían tres felynes las cuales estaban usando el mecanismo de fuego y hierro para poder bajar el globo hacia donde estabais. El globo no dejaba de ser lo que parecía ser, una cesta que casi parecía una cabina con un gran catalejo en uno de los extremos, el globo era inmenso conforme mas se acercaban y parecía poder llevar bastante peso. Las felynes tenían dos de ellas un tono marrón tostado y la ultima era de tonos mas negros, ambas tres llevaban un uniforme del gremio de cazadoras y sonrieron a base de maullidos al verlas.

-Vale, traducir.- Empezó Matcha mientras hablaba con las felynes. -Son del equipo de reconocimiento, ellas ver la señal, decir que por unas monedas de plata llevar a la criatura donde pedir, siempre que no este muy lejos.- Fue traduciendo Matcha mientras se llevaba una mano a los labios. -Mmmm...poder llevar a campamento y avisar a Galea que querer ver que hacer con ella, no?

— Quizás preguntándole a Mine… — Radha se quedó pensativa por un segundo, pero al final solo le quedaba suponer ya que no tenía bases para asegurar nada, de ahí que entonces se centrara en el tema de a dónde llevarían a la Odoragon, pues ya tenía fija la idea de no matarla y debía sacarla de allí.

— Quizás pero… no sé, sería más peligroso solo dejarla aquí o devolverla a su lugar, ¿y si encontrara la forma de volver hasta este punto? No sé qué la trajo, para empezar… y creo que Galea puede entrenarla como al resto — allí la bárbara demostró gran confianza en la maestra domadora, pero es que hasta el momento no parecía que la felyne tuviera problemas con los trabajos que le llevaba, al menos claro fuera de peticiones repentinas o cosas así. No le pasó desapercibido el hecho de que Mochi estuviera tensa, pero eso era hasta cierto punto lógico dado lo que había tenido que pasar la pequeña, así que de momento Radha decidió dejarla en paz a ver si así se recuperaba de esos nervios, y si no entonces ya vería cómo ayudarle… eso sí, en cuanto pudo le acarició juguetona la puntita de su cola.

— No, no la quiero matar — confirmó ya viendo a la arquera mandar esa curiosa señal que había resultado muy útil antes. Ya que no podían moverse de allí, algo agotada Radha se fue a recordar usando parte del carromato como almohada, así de paso se estaba quieta y la medicina podía hacer mejor efecto. Eso en sí mismo era arriesgado ya que si despertaba la Odoragon tendrían problemas y poco o nada de tiempo para responder, pero la bárbara supuso que si no descansaba también ella, daría igual estar de pie: sus heridas se volverían a abrir.

La humana aprovechó también el momento para mirar con más detalle a la criatura, aunque desde su posición; de tanto en tanto decía alguna cosa a sus compañeras o bostezaba, cercana a agarrar sueño pero sin dormirse. Cuando la morenita y la Tobi reaccionaron, Radha tardó poco en seguirlas también con una sonrisa.

— ¡Vaya! ¡Incluso tienen cosas así! — admirada exclamó al notar el globo, pues ella solo había visto esas cosas desde muy lejos y más de una vez pensó que eran criaturas vivas, pero ya de cerca le parecía un “carromato volador de tamaño pequeño”.  Al bajar las felyne Radha las saludó aunque ella no sabía maullar, así que escuchó la traducción de Matcha. — Vaya, sí que son confiables — reconoció. — Diles si pueden ir al campamento del Norte, donde está la encargada Felicity, y preguntar por la maestra domadora Galea — mientras hablaba aquello la bárbara sacó sus monedas y fue haciendo montones de 10, como siempre, solo que esta vez tenía poquitas; — ¿Con esto sería suficiente? — mostró el dinero a las recién llegadas, exactamente 30 monedas, aunque la encargada de preguntar obviamente sería la traductora…

La cola de Mochi palmeo el suelo cuando noto como la acariciaba, en ese momento hubo un pequeño juego por parte de la barbara y la Tobi la cual aun lamiendo sus puás distraída fue como moviendo la cola de arriba a abajo para intentar que no la tocara mientras que Radha intentaba tocarla, fue algo suave y divertido.

Al ver las monedas las felynes sonrieron ampliamente y empezaron a maullar hacia Matcha la cual estaba siendo la traductora principal. -Decir que si, conocer tu campamento y Felicity, llevarla por ese precio sin problema.- Entonces en ese momento hubo un momento de preparar lo que seria el transporte de la Odogaron. De la cabina se descolgaron dos grandes arneses y entre todas tuvieron que pasarlas por el cuerpo de la Odogaron, era parecido a un arnés de perro y una correa principal que llevaría la mayor parte del peso de la bestia, pero que las demás la estabilizarían. Se coloco un bozal con un extraño mecanismo que parecía insuflar al interior del bozal una esencia que la mantendría dormida y también se colocaron cuatro bolsas de cuero, una para cada pata, cubriendo bien las afiladas garras que poco falto para que no desgarrara el cuero solo por la presión de colocarlas. Eso no impediría que si se despertara podría causar un accidente pero si que ayudaría en menor medida, entonces la ataron bien para impedir su movimiento y asi poderla transportar con mas seguridad y sacaron un pergamino para llevar el mensaje a Felicity.

-La Odogaron es para Galea.- Empezó a decir Matcha y iba maullando para traducirselo a las felynes. -La jefa pretende entrenarla para que sirva para algún trabajo, pagar cuando llegar a campamento, tener cuidado.- Y cuando dijo lo ultimo las felynes maullaron de forma dulce antes de volver a su dirigible. Desde la cabina, ahora se podía ver bien, había como un montón de estanterías llenas de pergaminos enrollados que seguramente eran las ordenes que tenían o los trabajos de las cazadoras, despidiéndose con la mano la capitana de aquel globo le dio un fuerte fogonazo para que el globo empezara a flotar débilmente hasta que comenzó a tomar mas fuerza. Hubo un momento en que la Odogaron parecía pesar de mas pero con un buen tirón de fuego el cuerpo fue subiendo lentamente hasta que ya tanto globo como bestia estaban en el aire, deslizándose por el aire en dirección norte, tomando buena altura para no chocar con nadie.

-Ser importantes.- Empezó a decir calmadamente Cocoa.- Ella dedicarse a vigilar...a cazadoras, ver donde estar, encontrarlas cuando perderse...llamar a equipos de rescate...trabajo pesado pero importante, haber muchas en el cielo si saber donde mirar.

Como si fuera una cría Radha no pudo evitar querer jugar con Mochi, siendo que siguió su cola y la intentó atrapar un par de veces.

Ya ante las felyne la bárbara sonrió como ellas, pues lo que dijo Matcha la tranquilizó en gran medida. — Entonces trato hecho — dijo asintiendo como para intentar comunicarse aunque sea por el gesto, pero confiaba en la arquera para que transmitiera sus palabras ya en idioma gatuno. Si la dejaban, ella trataría de ayudar en lo que pudiera pero tomando en cuenta que estaba recuperándose todavía, así que no iba a esforzarse hasta el límite, pero si la necesitaban tampoco planeaba negarse. En cualquier caso pondría atención a lo que hacían las ajenas y en cómo iba quedando sujeta la Odoragon; Radha no sabía qué tan rápido era viajar en globo, pero dada la distancia se quedó ligeramente más tranquila por todas las precauciones que se tomaron.

A todo lo que decía Matcha ella iba asintiendo para confirmarlo, aprovechando que la gatita traducía. Una vez partieron las felyne ella se despidió agitando la mano, aunque en su rostro quedaba impresa la curiosidad de todo el trabajo que podían tener las ajenas; eso sí, cuando la criatura roja parecía muy pesada para el globo la bárbara se preocupó, pero solo fue un momento…

— ¿De verdad? — no mucho después preguntó ante la historia que decía su compañera morenita — ¿Nos han ayudado alguna vez? — preguntó pensando en las veces que perdía, pues ella siempre pensó que quienes avisaban eran sus propias compañeras, pero podría haber ciertos detalles que ignorara. Tras eso miró al cielo curiosa, y aunque no viera nada más que a las recién conocidas, desde ahora recordaría fijarse de tanto en tanto. — ¿Alguna de ustedes lo ha hecho? Me refiero a volar… — incluso preguntó como si añorara sentirlo por ella misma.

Dado que ya no tenían que cuidar a la criatura  Radha suspiró, y es que quería ir a buscar a las felyne pues ese también era un trabajo que aceptó. — ¿Listas para seguir? — preguntó a sus compañeras mientras veía bajo sus vendas.

-Oh si, ayudarnos, aunque nosotras ayudar a equipo de rescate, ellas estar pendientes de donde estar en todo momento y si tener que buscar una cazadora extraviada ellas avisar cuanto antes.- Empezó a explicar Matcha por encima. -Cuando perderte con Laika...cuando Legianas...nosotras ayudar, pero ellas encontrarte.- Continuo explicando Cocoa a lo que Matcha levanto una ceja de lo mas curiosa. -Encontrar Legianas?-

A la pregunta de si en algún momento alguna había subido a un dirigible ambas negaron con la cabeza y se dispusieron a seguir a Radha, el vendaje por debajo estaba un poco pringoso, el cataplasma había pasado bastante por las heridas y era difícil de ver pero ya no sangraba, el cataplasma tampoco era rojo asi que se podia deducir que el sangrado se había cortado y realmente aunque la zona seguía anestesiada dolía un poquito pero no lo suficiente como para necesitar un descanso mas reparador.

Era por la mañana, el sol se estaba acercando a la parte mas alta del cielo y eso indicaba que aun era temprano así que era el momento de buscar el siguiente objetivo que no era otro que las felynes. Según Mine, las felynes se había alejado de las zonas mas bajas del altiplano por lo que mas o menos Radha sabia hacia donde dirigirse, la otra cuestión era encontrar una ruta viable. Al igual que mientras investigabais el rastro de la Odogaron el camino era incierto, hubo momentos en que tuvisteis que subir por hiedras que colgaban de las paredes o de escalar las paredes solo apoyándoos en los corales. Para poder adelantarse, Mochi y Matcha iban a la cabeza, una montada encima de la otra explorando los caminos y era realmente divertido ya que Mochi planeaba de tanto en tanto para llegar a algunas paredes y Matcha se colgaba de algunas lianas, balanceándose en el aire con gracilidad para llegar a lugares mas altos y indicar tanto a Radha como a Cocoa por donde ir, fue bastante lindo de ver.

Finalmente llegasteis a lo que parecía una especie de cordillera de corales con alguna que otra abertura en la pared por donde se podían ver algunos ojos rojizos, pero las entradas eran pequeñas y una humana no podría caber, como mucho una felyne pero solo si pasaba a agachada o estirada en el suelo. Si te fijabas las partes mas altas se podían ver felynes que estaban como en guardia, pero al contrario que las tranquilas compañeras estas tenían un gesto mas aguerrido, su pelaje estaba como afelpado y se podía escuchar algun que otro bufido por su parte. Radha había encontrado a las felyne o al menos parte de ellas.

— Ya veo, tiene sentido, creo… — contestó a Matcha aunque todavía con la vista fija sobre el globo que se alejaba con todo y la Odoragon, de ahí miró con sorpresa a Cocoa — Por eso fue que pudieron encontrarnos incluso allí — y sorprendida contestó al por fin entender de qué manera lo habían logrado. — Si, hace tiempo fuimos a la montaña tal como ahora vinimos aquí, el objetivo era otra, una Gigginox, pero otra cazadora y yo quisimos probar suerte luego de cazarla…y terminamos derrotadas por una Legiana y sus compañeras; de no ser ella y la compañera de Laika, quizás seguiríamos allí, siendo usadas… — explicó a la arquera tras señalar a Cocoa y a Mochi, aunque no olvidaba que también Vainilla ayudó.

Junto al dolor Radha experimentó un poco de picazón gracias al cataplasma en combinación con el ambiente húmedo, pero incluso eso era un precio bajo a pagar si a cambio conseguía recuperarse de sus profundas heridas. Saber que las felyne no habían volado la decepcionó un poco porque quería preguntarles qué se sentía, pero tampoco era como si no pudiera vivir sin esa respuesta.

Caminó pues junto a ellas, o detrás, según se fuera dando el caso, tratando de rastrear aunque la mayor parte del tiempo era más como una apuesta allí, además tuvo que ponerse creativa a la hora de pasar por lugares difíciles pues ella no era ni tan ágil como las gatitas ni podía planear como la Tobi, sin contar que tenía que cuidarse de no abrir sus heridas. En general mientras buscaban la tendencia fue subir, ya que siguiendo el consejo de Mine no encontrarían a las felyne en las partes bajas.

A pesar de lo anterior la bárbara no se quejaría del proceso pues era hasta cierto punto divertido, sin contar que ver así a sus compañeras que servían como guías la llenaba de curiosidad; eran demasiado adorables, incluso la que iba a su lado. Iban caminando en pos de seguir con la búsqueda cuando, entre un montón de corales dispuestos de forma peculiar, a Radha le pareció ver algo como ojos que las vigilaban; por si solo aquello podría haber sido tomado como una confusión, quizás algún rasgo del coral, sin embargo combinando con el hecho de que pronto la cazadora se dio cuenta de que habita chicas gato más allá, e incluso tomando en cuenta los peculiares agujeros, todo parecía indicar que habían llegado al punto que querían.

— Cuidado — murmuró entonces a sus compañeras, especialmente alertada porque al escuchar los bufidos recordó lo que le había comentado Mine — Me dijeron que pueden ser agresivas si nos acercamos sin más — advirtió — ¿Pero podrían intentar hablarles desde aquí? — no obstante enseguida pidió, ya que lo haría ella misma pero no sabía si le entenderían, e incluso si así era, supuso que podría ser mejor que hablaran primero entre ellas como muestra de buena voluntad. Como tenía dos compañeras una podría traducirle…

— Debemos decirles que venimos del campamento de investigadoras, que derrotamos a la Odoragon y que queremos ver si necesitan ayuda, porque las humanas están preocupadas por ellas — les dijo para que lo tomaran en cuenta en lo que fueran a decirles, si es que para empezar Cocoa y/o Matcha aceptaban su petición…

Las felyne no eran una tribu agresiva, de hecho las felynes no dejaban de ser unas criaturas inteligentes que ayudaban a las cazadoras, al gremio y en general a los humanos para poder coexistir sin demasiados problemas, eran un pilar fundamental del trabajo y economía. Pero existían tribus que decidían no unirse a la civilización, de por si no era malo ya que al igual que las tribus de Shakalakas, esas felynes habían decidido que era mejor convivir con la naturaleza a humanizarse por asi decirlo.

Pero no eran agresivas, se podían hablar con ellas, algunas eran mas habladoras que otras pero por lo general no eran agresivas, cosa que no se estaba cumpliendo en ese momento. Los bufidos fueron en aumento y se podía ver en las partes mas altas unas cuantas felynes que llevaban unos arcos rudimentarios, ni mucho menos tan elaborado como el que llevaba Matcha, aun sin tensar pero con una flecha cargada por si hacia falta dispararla rápidamente. Las felynes se quedaron mirando un momento a Radha antes de asentir. -Lo intentas tu?- Pregunto Matcha a Cocoa a lo cual la morenita se adelanto un poco, no lo hacían por ver quien se pasaba la responsabilidad, Matcha estaba mas armada que Cocoa la cual solo llevaba el cuerno.

Cocoa empezó a maullar y se notaba que las arqueras se ponían tensas a lo que levanto las manos como si estuviera siendo detenida y dejo el cuerno en el suelo. A todo esto, mientras Cocoa se iba acercando a una de las aberturas Mochi estaba olfateando el suelo con curiosidad antes de ir fijándose en las felynes, ladeando la cabeza varias veces confundida sin entender porque estaban agresivas ya que las felynes que ella había conocido no se comportaban así. Entonces de uno de los huecos salio una felyne de pelaje castaño que llevaba un conjunto de sujetador con ropa interior hecho de pieles y todo adornado con plumas y demás para el frio, en su mano había una lanza y parecía que en cualquier momento iba a salir otra. Esta felyne miraba de forma desconfiada a Cocoa y empezó a maullar, un intercambio de maullidos que parecía una conversación pero fuera como fuera no estaba siendo una conversacion trivial. Mientras que los maullidos de Cocoa eran mas dulces los de la guerrera eran mas asperos, agresivos incluso y dejaba muchos momentos de hablar.

Después de un intercambio, Cocoa dejo el cuerno en el suelo y retrocedió sin dejar de mirar a la felyne antes de girar la cabeza hacia el grupo. -Decir que Odogaron...no problema para ellas...ser criatura grande...no entrar en estos lugares y aunque hacerlo...no ser problema para echarla. Decir que no poder hablar ahora...ni ninguna humana entrar en campamento...que ser problema de felynes…

-Que querer que yo decir? -Por el momento Cocoa traduciría lo mejor que podría para hablar con la guerrera.

Radha tragó saliva al ver cómo avanzaba Cocoa, pues a pesar de que confiaba en ella tanto como en Matcha, quienes le preocupaban eran las lugareñas y cómo reaccionarían ante la presencia ajena de la morenita, al fin y al cabo la bárbara ignoraba si eran o no territoriales como otras criaturas (humanas incluidas) o si confiarían en su compañera al ver cómo estaba compuesto el grupo en el que iba.

Lo cierto era que la cazadora había visto a muchas felyne desde que se unió al gremio de cazadoras casi por coincidencia, y si bien siempre mostraba amabilidad y curiosidad hacia ellas, realmente no conocía de aquella raza más que lo que le comentaban sus propias aliadas, de ahí que su preocupación fuera grande. En cualquier caso quería ayudarlas o al menos obtener pruebas de que no necesitaban ayuda, esto no solo para cumplir su misión sino que también para tener algo que reportar a aquellas como Mine o la misma Gena que estimaban a las felyne de esa tribu.

Escuchó pues lo que su compañerita decía aunque no lo entendiera, y cuando salió aquella que parecía una especie de guerrera Radha se tensó un poco por instinto pero no avanzó; en todo momento alternaba su mirada entre las que estaban más allá y Matcha, tratando de hacerse una mejor idea de lo que pudiera estar sucediendo; también miró a Mochi quien por suerte parecía más confundida que nerviosa.

Para cuando regresó la morenita, Radha se quedó pensativa luego de escucharla y por un momento puso expresión seria mientras veía fijamente a la que salió para hablar con Cocoa. — Dile que si no pueden hablar ahora está bien, pero que nuestra misión es descubrir qué las inquieta, así que si no nos dicen nada más, tendremos que investigar; que no pienso tratar de entrar a su campamento si no me dan permiso, pero que estaremos revisando la zona de alrededor. Si aun así no logramos encontrar nada, nos iremos — le dijo tratando de ser lo más breve posible pues sabía que a las felyne a veces se les dificultaba entender el lenguaje humano.

Radha era una cabezona…

Aunque Matcha había derivado la responsabilidad de hablar con las felynes a Cocoa, esta no estaba precisamente quieta. Los ojos afilados de la arquera pasaban de un lado a otro de las cornisas como si estuviera contando cuantas felynes habían guardando el lugar, de tanto en tanto movía los labios como si estuviera hablando consigo misma y sus dedos se movían de forma intermitente pero lentas, como si en cualquier momento fuera a coger una flecha para defender a su compañera. Por el momento no era necesario, había una vía de comunicación y Cocoa movió las orejas un momento antes de asentir. -De acuerdo...-

Volvió a adelantarse ahora con las manos hacia abajo y se puso delante de la guerrera la cual se quedo mirándola mientras Cocoa transcribía lo que había dicho Radha, por un momento parecía que no había ido bien porque la guerrera bufo un poco arrugando la nariz pero luego empezó a responder a maullidos, moviendo las manos un poco antes de señalar hacia arriba. Cuando acabo Cocoa asintió y fue hacia atrás de la misma forma, dejando su arma donde estaba para no causar mas tiranteces.

-No gustar que misión sea investigarlas, pero decir mas cosas. Decir que no da...permiso para entrar en...su campamento, estar prohibido. Pero decir que...si querer investigar razón ir...hacia arriba...Parecer tormenta inquietar a felynes...hacerlas estar extrañas...no dar mas detalles, pero...culpa de tormenta...que origen tormenta estar mas arriba...en nido de rayo...al menos decir eso. Quizás si solucionar ellas hablar mas.

Radha comprendía a Matcha, pues aunque ella no tenía un arma a distancia como la felyne estaba más o menos igual: si veía que alguien atacaba a Cocoa, sin duda respondería, pero por suerte no fue el caso. Ya cuando la morenita avanzó la bárbara tragó saliva y se volvió a tensar, sobre todo cuando escuchó a la ajena bufar.

— Está bien, gracias Cocoa — le dijo con una sonrisa amable a la gatita cuando regresó a contarle aquello — Entonces iremos allá, pero sin duda regresaremos… — suspiró mirando a la que había hablado con su compañera — ¿Podrías decirle eso como despedida? — pidió. Independientemente de eso la bárbara sabía que de momento no lograrían más, así que en cuanto terminara Cocoa y tuviera de vuelta su cuerno daría la indicación de seguir, para ello rodeando el campamento con tal de no acercarse demasiado e inquietar a sus habitantes más.

El “nido de rayo” era un término que parecía pertenecer a un lugar, pero al mismo tiempo se antojaba muy vago como para reconocerlo con exactitud quizás hasta que fuera el momento. Como antes, pues, pero ahora siguiendo la indicación de la anónima, la humana y su grupo se dedicaron a subir más, valiéndose para ello de todo lo que estaba a su alcance en el camino. Tocaría una vez más buscas sin muchas pistas, excepto claro por el nombre, y aunque Radha no sabía exactamente cómo hacerlo, no por ello se rendiría…