Partida Rol por web

Sam sintió que se iba a soltar, al final le había subestimado, este cabrón era duro, era fuerte, mas de lo que parecía, casi parecía un vampiro, temió que se soltara y le vaciara la escopeta en la cabeza hasta que aurora acudió en su ayuda y entre las dos consiguieron sujetarlo a duras penas.
Eran una pelota de carne, enrollados los unos en los otros en el suelo, la desesperación se adueño de sam y sin más miramientos saco sus colmillos y mordió a su contrincante donde primero encontró, había mordido cosas mucho peores como para hacerle ascos ahora.

Consiguió reducir al tipo, aún se acordaba del combate de suelo aunque lo tuviese algo oxidado por abusar de la escopeta y la magia. Eso le sacó una sonrisa malvada.

El primer mordisco falló a escasos centímetros con un fuerte chasquido de dentellada que le dejó tirantez en las encías, pero en ese momento, que aprecia culmen antes de matarlo se empezó a divertir, casi podía saborear la vitae de vampiro en su boca y eso le impulsó a seguir buscando un lugar donde morder, daba igual la parte del cuerpo que fuese, solo necesitaba clavarle los colmillos.

El hombre de nuevo volvió a tratar de empujarlas fuera sacándose de encima aunque no completamente a la Brujah. Solo se había liberado de sus agarres pero le seguían encima, algo que ambas aprovecharon para darle un mordisco cada una buscando algo diferente.

Sam fue con una agresión que caracterizaba a su clan y que cuando llego a su objetivo que era el cuello dio un fuerte mordisco. Al tirar la cabeza para atrás se llevo con ella una gran parte del cuello del hombre dejando que un chorro de sangre salga del nuevo agujero que tenia este. Al saborear la sangre de su victima se dio cuenta por su sabor que la sangre era de un cainita, por su dulzura.

Mientras Aurora buscaba alimentarse por lo que aunque su mordisco hizo daño pero con mas cuidado ya que buscaba alimentarse de ese hombre. Sus dientes entraron en el cuello del hombre y empezaron a tomar como podia, llevandose ese dulce sabor a sangre de Cainita que la empezo a alterar. Su bestia estaba contenta en ese momento con lo que recibia y queria mas con ansias fue que se puso a morder al Punk.

Pero con todo el daño que habia recibido este no tardo en volverse cenizas frente a ellas, dejando eso y un gran charco de sangre como prueba de su existencia.

Aurora se habia llenado un poco pero no lo suficiente, por eso su bestia estaba un poco inquieta pidiendo mas sangre de Cainita e incluso te parecio escuchar la sugerencia de ir por Sam. Pero la cabeza mas fria de Aurora podia ignorar con facilidad aquella sugerencia.

No muy lejos por donde se habia ido el hombre que habia perseguido Sam, se escucharon un par de disparos y gritos.

La excitación del combate aún se mantenía en su cuerpo que vibraba pidiendo más.
Bueno, de este no nos tenemos que preocupar de quedarnos vinculadas. dijo Sam agarrando la escopeta que la montañita de cenizas tenía a su lado. La agarró por la culata para observarla.
¿Ahora que hemos compartido un hombre, nos volveremos íntimas amigas? preguntó Sam con ironía, sus colmillos seguían fuera y su mentón y cara aún estaban teñidas de sangre brillante. Había una deje lascivo en su mirada, pero no era sexual, sino como un yonki saboreando su dosis, y esta era adrenalina pura y dura.
Hizo un gesto en la dirección de los disparos. Mientras comprobaba si la escopeta estaba cargada y recogía de las ropas del tipo los cartuchos que pudiera llevar encima para recargar aquel armatoste y la cartera.
Va a venir la policía de un momento a otro. pensó Sam con fastidio sabiendo que se iba a quedar a medias con ese fulano.

Aurora notó como el cuerpo frío que sujetaba comenzaba a perder sustancia y masa hasta convertirse en un charco de sangre y cenizas. En sus ojos aún se notaba el ansia de vitae y de combate pero no podía Saciarla con Sam asi que se calmó a si misma.

Ahí arrodillado le rió la gracia a la Brujah, asintío y añadió su propia chanza.

-Hombres... vivos o muertos... no te duran ni los preliminares.

Comenzó a buscar entre la ropa que pudiese haber quedado. Lo clásico el pantalón o la chaqueta donde pudiese llevar la cartera y un juego de llaves ya fuese de una casa o un vehículo.  Ese cainita tendría un nombre, un refugio y quizá una razón para estar allí. Lo bueno de ser Aurora Salazar es que no necesitaba hacer prisioneros para conseguir información.

Se puso en pie y miró hacia la fuente de los gritos, a su alrededor y por ultimo la escopeta de Sam.  - Siento ser aguafiestas pero hemos venido a por algo, debemos ceñirnos al plan. Volvamos.

Miró con fastidio en la dirección en que se había ido su presa y luego a Aurora.
Tendió la mano a Aurora para ayudar la a levantar se, cuando esta se incorporó tiro de ella para quedarse muy cerca de ella. Los ojos de Sam se clavaron en los de Aurora con hambre y en su boca se dibujo una sonrisa sugerente.
Nos quedamos lo mejor de él, su enorme aparato dijo al cabo de un par de segundos tensos para suavizar actitudes, al decirlo enarco las cejas, como si fuera evidente que el resto no daba para mucho.
Mientras hablaba hizo un ademán con la escopeta para indicar a que se refería.
Los cuadros, hablemos con los góticos sado maso esos... dijo separándose al fin y rememorando el motivo que los había llevado allí en primer lugar. Se vana enfadar, dijeron que nada de disparos. añadió entonando las palabras de forma infantil. Mientras se ponía a caminar contoneando las caderas y cruzando la escopeta tras su nuca con las manos colgando de cada extremo del arma.

En el polvo que era el cadaver no quedaba mucho, cartera o billetera no usaba el punk. No habia identificaciones en su persona pero eso no era raro, perteneciendo al sabbat muchos tiraban cualquier carnet u objeto que le recordara su pasado como humano. Aunque llaves se encontro y por experiencia suponia que eran de una moto.

Tras las palabras de Aurora ambas volvieron donde habian visto el cuadro, donde La Rosa de montreal se suponia que esperaba. En el camino sencontraron con varios cadaveres humanos, posibles visitas de ese museo algunos viejos y otros jovenes pero lo que era seguro que el museo habia perdido para siempre unos cuantos clientes esa noche. Pero para ellas lo que mas importaba era el olor de la sangre que las invadia y las llenaba de deseos.

De cualquier forma siguieron avanzando por los pasillos del lugar y llegaron a donde estaban las puertas del salon donde estaba el cuadro. Solo estaba uno de los guardias ahi, con una pistola afuera con las cual les apunto en un principio antes de reconocerla y bajar el arma.

"Ya terminaron la amenaza?" pregunto vigilando no solo detras de ustedes sino al otro pasillo por el que podian llegar a esa habitacion.

Sam miró al guarida y sonrió, si quería jugar a las preguntitas podían jugar las dos.
Dínoslo tú, el lugar está plagado de cámaras ¿No lo estáis vigilando todo? inquirió Ve a la sala de seguridad a comprobarlo. Ve hizo un gesto con la cabeza para que ahuecara el ala, pero no pareció que el mortal se encaminara en el acto como ella esperaría, por un instante fue incómodo hasta que comprendió que no había funcionado, cada vez lepasaba menos, pero a veces...

La tremere aprovechó para registrar rápido algunos cadáveres y coger el dinero en efectivo de alguna billetera, como abadesa tenia que velar por los intereses económicos de la cofradía.

Una vez llegados al punto donde vieron la dueña del lugar, Aurora entrecerró los ojos cuando notó que seguramente su compañera hubiese usado un don de Cain con esa orden. No le pareció apropiado. En cualquier caso entendió con claridad la estratagema y no estaba segura de que necesitaran robar ni requisar furtivamente la pista del cuadro. 

Nosotras cubriremos esta zona, tu jefa sabe que somos de fiar. *-Dijo para reforzar las palabras de Sam y convencer al guardia.

El guardia miro a Sam detenidamente, en su mirada le dejaba claro que ella no era su dueña. Pero el hombre solo atino a decir. "No." terminado su conversacion con ella en ese mismo momento. Por eso se giro a Aurora incluso antes que ella hablara.

"Mi jefa me dijo que eran de fiar y su palabra es sagrada. Pero debes entender que me dijo que no me fuera de este lugar, mi compañero tuvo el permiso de partir porque uno de los atacantes estaba cerca." le explico con un tono menos duro, aunque tratando de excusarse para no irse de ese lugar. "Pueden entrar si quieren. Mi señora estara en el fondo seguramente." les ofrecio.

Ah bueno, haber empezado por ahi. -Responde efusivamente.

-Pues con permiso vamos a hablar con la jefa que una pelea nunca está de más pero no nos podemos permitir muchas distracciones -Añadió como si la carnicería que recién tuvo lugar en el museo fuese algo cotidiano o normalizado.

Y acto seguido se adentró al fondo en busca la Dominatrix de Montreal.

El hombre las miro, no mucho a Sam y luego miro a los alrededores. Una vez seguro de la situacion abrio la puerta tras de èl para dejarlas entrar. La sala se encontraba como la habian dejado, con ese olor a sangre en algunas de las pinturas y con una pintura en particular que llamaba la atension de Aurora. La pintura que habian buscado.

Al revisar no encontraban camaras en esa sala, ni tampoco personas o vampiros por lo que podian ver. Mirando a la siguente puerta esta estaba abierta y la oscuridad seguia reinando en ese salon donde habia salido Rosa. Aunque tambien mas olor a sangre de lo que habian sentido antes, incluso se escuchaban unas risas y algunos gritos de dolor.

Aquel maldito olor a sangre no ayudaba, tenía ganas de hambre y el guardia estaba ahí, era como un gato observando un ratón, con la cola moviéndose inquieta y las garras preparadas para salir.
Empiezo a tener hambre, jefa, y este tufillo a "fritanga" no ayuda, sugiero acabar con esto cuanto antes y nos vamos de aquí... las risas la dejaron con las palabras en el aire. O han capturado uno y lo esta pasando muy mal o mientras nosotras nos jugabamos el tipo por ella, se han vuelto a su mazmorra a sus que haceres cotidianos... dijo Sam enarcando una ceja.

Sacudió la cabeza como si algo le hiciese daño.  -¿No tienes bien controlada a tu bestia, Samy? -Contestó burlona.

Sin embargo ella misma se tuvo que tapar la nariz, estar en un ambiente tan embriagado de vitae podría descontrolar hasta a un matusalén.

Queria pedir permiso para coger el cuadro, no hacer nada que luego pudiera llevar a tener que dar explicaciones. Pero el cuadro estaba alli, tentándola.

Está bien. Primero comprobemos una cosa. -Señala un cuadro en concreto estirando un brazo. -Ayúdame a descolgarlo con cuidado. ´-Se dirigió hacia uno de los lados de la obra de arte y entre los dos lo dejaron con cuidado en el suelo para poder abrirlo desde atrás y buscar el fragmento de las pistas que buscaban.