- Mmm...

Weston da un par de pataditas al suelo, pensando.

- No. Puedo mirar los indicios fuera de aquí. De hecho, en la espesura va a ser más fácil, incluso. Podemos irnos cuando digas... jefe.

Jefe. Aquello iba a costar.

-Bien. Partimos hoy entonces. Tenéis dos horas hasta la caída de la nuez, así que a prepararse: yo iré a que nos asignen lo que necesitemos... ¿alguien tiene una idea de algo más que vaya a necesitar?

Dejame pensar Cotter... papel, tinta y pluma para anotar todo lo que descubramos... si si si, siempre es importante anotar todo... nunca se sabe si el que lo descubre podra hacerlo llegar a su destino o debe darselo a otro que pueda compartirlo con los demas... que mas cosas...  una buena mochila... alguna vela... comida para tantos dias... y seria interesante conseguir un libro que relate epidemias pasadas... ¿no?

La patrulla se había preparado...

Con el equipamiento escogido y la carga del deber en los hombros, los ratones se dirigieron a la puerta de Lockhaven, allí saludaron a Rand, uno de los dos guardianes de la puerta, el cual desbloqueo la entrada y despidió al grupo.

Cotter abrió las puertas de par en par, la brisa del mediodía golpeo a los ratones haciéndoles saber que invierno todavía estaba presente y se intentaba imponer a la primavera, pero los pequeños regueros de agua, grandes para los ratones, decían lo contrario, el deshielo era algo que estaba ocurriendo, y tarde o temprano el invierno se retiraría un año más, para descansar y volver, eso era algo que todo ratón temía, que el invierno volviera para no irse. Estaba claro que un ratón adoraba sentarse junto al fuego y tomarse una taza de leche de avena con miel y estar agustito y calentito, pero algún día se acabaría la leche y la miel, y sería necesario el trabajo de un año entero para reponer la comida, ¿qué ocurriría si el invierno se mantuviera durante años? Eso era algo que hacia temblar desde la cabeza a los pies a casi cualquier ratón...

Pero eso no era lo que en ese momento la patrulla se planteaba... rutas, peligros, cura, afectados, ayuda... el deber les había llamado y a él acud

irían, lo que no saben es... pasando qué peligros y superando que dificultades, y eso es, algo que solo Cotter, Weston, Josephine y Liard saben... aunque, ¿para qué adelantarnos a los hechos y contarlo todo aquí?

FIN DEL PRÓLOGO