Miro un poco sorprendida a lo que dice Saburido y asiento a lo que dice nuestro compañero, no parecía una misión para novatos que no saben lo que hacen.
Si es como dices y esos vampiros son tan peligrosos y lo poco que podemos saber son mitos sin validez... ¿como nos enfrentaremos a ellos? Pregunto ya que estoy empezando a pensar que va a ser muy maala idea ir allí.
- Vicent, por algo tendréis que empezar, ¿no crees? - Dijo Saburido con una sonrisa, para después, mirar a Sara igual de sonriente. - Verás, Sara, tendréis que improvisar, sacar vuestro poder a la superficie cuando sea necesario. Sé que no tenéis todos los conocimientos para poder dominar vuestra magia al 100%, pero la única manera de hacerlo, es poniendoos en situaciones límites... como esta... Y además... -
Josep carraspeó una vez más.
- Desde siempre se ha hecho así. Las tradiciones hay que respetarlas. -
Y ahí está el centro de la cuestión. Las tradiciones. Todo más firme que las columnas del Vaticano y más inamovible que el Everest. Ah, ¿pero no reside en la repetición y en el orden el poder y la fuerza de la magia? Anda que a bueno han cogido para manejarla...
La verdad es que el comentario del otro chico es un poco impertinente pero tiene toda la razón, y eso que de impertinentes yo no debería hablar. Suspiro.
-Pues nada, así se ha hecho, así se hace, y así se hará -digo, pensando a la vez "hasta que esto parezca el c*** de la Bernarda"-. ¿Qué ritual es ese que necesita el dedo de un mago muerto tan... "prestigioso" como Merlín?
Pero vampiros... podríamos empezar por algo más sencilo y menos peligroso como ¿sacar un conejo de un sombrero? o algun juego de cartas... los juegos de cartas no hacen daño a nadie y todos se divierten con ellos. Ademas las tradiciones estan para cambiarlas... Nunca había sido muy partidaria de hacer las cosas simplemente por que siempre se hicieran así... y menos si eso ponía en riesgo mi vida.
Medio asiento a las palabras de la chica, pero ya se ve que van a ser para nada. Nos las veremos con esos chupasangres para bien o para mal, solo espero que eso de que de dia duermen si sea verdad.
Recojo los fajos de billetes e intento pensar en algo útil
-¿entonces tenemos mano libre para hacer lo que sea con este dinero y con con ehhh la magia que hemos aprendido?-
- Vamos por partes. - Dijo Josep mirando a Vicent el primero. - El dinero lo podéis gastar en lo que necesitéis. Tampoco es tanto dinero, pero os costeará bastantes cosas si sabéis administrarlo. Otra cosa importante es que podréis utilizar la magia siempre que queráis, pero nadie os puede ver. Nunca se sabe frente a quién estáis y a quién conoce esa persona. -
Miro, acto seguido a Sara, a la cual le sonrió.
- Ya no hay vuelta atrás, Sara, lo siento. Yo no dicto las reglas. - Le respondió. - Y Bruno, esa reliquia es parte de un ritual bastante complicado. Tiene tanta magia en su interior que el sólo hecho de mirarla os producirá una euforia bastante grande. Os sentiréis un poco colocados por decirlo de alguna manera. El ritual tiene como finalidad detener a otra cofradía de magos, no puedo deciros más. -
Voy asintiendo lentamente a las palabras de Josep, pero mi cara expresa aun cierta duda. No se yo como se supone que tenemos que tratar con vampiros, y aprender sobre la marcha suena peligroso.
Recojo el sobre y empiezo a estudiar su contenido, un primer vistazo por encima mientras sigo escuchando a Josep "¿colocarnos?¿detener a otra cofradia de magos?" que mal suena, pero esta claro que poco mas vamos a sacarle
-pues si solo tenemos 3 dias tendremos que ir movinedonos. Eso significa que podemos salir de aqui, ¿no?- pensar en volver a casa ahora se me hace extraño, y no se si realmente quiero enfrentarme a mi antigua vida. Tal como desapareci puede que incluso haya una investigación en marcha
Me empieza a subir el ritmo cardíaco de forma involuntaria. ¡O, Dioses, por qué a mí! ¿Por qué yo, sentado en este sillón milenrio frente al mago milenario de tradiciones también milenarias? ¿Por qué tiene que sacar esa alusión a un "dedo mágico que nos producirá euforia"? Quiero reír a pleno pulmón, quiero llamar a las petardas de mis amigas y reírme con ellas (y de ellas) diciéndoles que ya se pueden deshacer de sus consoladores. Quiero dejar a mis amigos emparejados en evidencia haciendo con el dedo mágico lo que ellos no podrían hacer ni con un doctorado en sexología.
Pero no. Me tengo que callar. Tengo que morderme la lengua y mantener el semblante serio porque, al fin y al cabo... ahora somos serios. Es curioso cómo una chorrada semejante pueda hacerme olvidar que nos vamos a meter en un lugar lleno de vampiros porque, al igual que la magia, existen. Toma ya.
No voy a seguir preguntando, a saber las cosas que salen y los chistes de juzgado de guardia que se me ocurren. Asiento disimulando como buenamente puedo. Sin embargo, no me levanto todavía: no sé si mis compañeros han terminado de preguntar y me parecería una falta de respeto por mi parte asumir que así es.
Miro fijamente a Saburido si no me hubiera salvado la vida todo sería más sencillo podría largarme de aquí sin remordimientos. Le vanto un poco la ceja por lo que dice del dedo.
Entonces... ¿algún último consejo de lo que tenemos que hacer antes de que nos vayamos?