Tomé su mano y me puse en pie.
- Dios, esto es cada vez más raro jejeje, pero está gracioso. Me sacudí el polvillo de culo, y asentí. Vale, vamos a buscarte ropa...aunque la verdad sea dicha, estás bien bueno. Sonreí mirándolo para nada discretamente. Eeeeso no quita que si te me acercas te castro.
Me giré sin darle importancia al comentario.
- ¿Vamos?
Aquello era del género tonto...es decir, un tio que no conozco, que me invita por la noche, que paga con billetes que ya lso quisiera yo para mi, y resulta que en un callejón oscuro se transforma en cosa y vuelve a ser humano, esta en pelotas y dice que me va a llevar a alguien para que me diga qué soy...Solo falta Neo y un elfo y hacemos la noche redonda.
Roger sonrió.
Caminastéis hacia su moto, en dónde en las alforjas, tenía algo de ropa que ponerse y cuando se hubo vestido, ya estaba listo nuevamente para la acción. Se colocó sus gafas negras en su sitio y se subió a la moto, arrancándole un rugido cuando le dió al contacto y la enorme máquina comenzó a rugir.
- Bueno, ahora tu dirás. - Dijo el hombretón con una sonrisa. - ¿Te vienes conmigo o te vas en tu minicoche? -
Bueno, ahora además te invita a subirte detrás en su moto.
Que por cierto, era una máquina increible a simple vista.
- Vamos a ver a mi amigo Talon. Él te podrá decir que es todo esto un poco mejor que yo, y bueno, supongo que tener algunos años más que yo también le da un poco más de experiencia en estos temas. ¿Qué dices? ¿Te subes? -
Miré la moto, miré al rubio, pensé que hoy todo estaba siendo una locura y que, efectivamente, yo estaba loca.
Así que me subí en la moto con él y me agarré a su cintura.
- ¡¡¡Haz que ruja!!!
Lo de llamar de esa manera a mi coche ya me hizo menos gracia, pero pasaba de discutir con él...siempre que trataba de decirle algo él me hacía alguna cosa extraña...Así que mejor dejarse llevar un poco esta noche.
Y la moto rugió. Anda que rugió.
Recorrió la cuidad como si no hubiera mañana, esquivando coches y autobuses, y también taxis, a una velocidad de espanto. Por un momento te asustaste cuando pasó cerca de un patrullero de la policia, pero estos simplemente miraron un segundo y siguieron a lo suyo. Como si no hubieran visto nada o simplemente, haciendo la vista gorda.
Tal vez conocían al conductor, ¿quién sabe?
Tras unos quince minutos, llegaste a un parking subterraneo de un edificio cerca de la Sagrada Familia. Supusiste que ese era el lugar por que el parking estaba lleno de motos como en la que ibas y algún que otro coche que te quitaba el aliento.
Roger se bajó de la moto y te ayudo, y juntos, caminastéis hasta un ascensor, el cual se abrió automaticamente al acercarse ambos a sus puertas.
Roger esperó que entres al ascensor, y le da al último piso.
Las puertas se cerraron automáticamente y el ascensor comenzó a subir muy, pero que muy rápido.
Fue en ese momento cuando sentiste como el estómago te dió un par de vueltas de campana.
El muchacho te miró sonriente y negó con la cabeza.
- A todos le pasa lo mismo la primera vez, pero te aseguro que no vas a vomitar... aunque al ver tu cara, ya no estoy tan seguro. -
El ascensor llegó en unos ocho segundos hasta el último piso y cuando las puertas se abrieron, pudiste ver el mejor salón que habías visto en tu vida.
Todo eran antiguedades, pero eran antiguedades extremadamente cuidadas.
Ni siquiera te podías hacer una idea de lo que podía llegar a valer tan sólo ese candelabro que estaba apoyado en una mesa antigua a la derecha de la puerta del ascensor.
Roger salió primero y dió un par de palmadas, haciendo que el salón se ilumine por completo.
- Bienvenido a mi humilde morada. - Dijo una voz que venía desde uno de los arcos de delante.