Partida Rol por web

El móvil al que llamas está apagado, bueno, la hora no es la más adecuada, esperas que haya ido bien la cosa.

La noche ha sido bastante complicada para conciliar el sueño, y te has despertado numerosas veces, pero por fin parece que el día llega, detectado más por el aumento de los sonidos a tu alrededor que por la posibilidad de ver la luz del sol.

Apenas has tenido tiempo de reaccionar cuando la enfermera Frings descorre la cortina, Buenos días señor Heller, tengo buenas noticias, como ya se encuentra fuera de peligro tras la intervención, podremos subirlo a una habitación, donde se sentirá mucho más cómodo que con estas cortinas luego se acerca de nuevo a tu posición, algo más seria.

Bueno, antes que nada, quería hacerle unas preguntas, verá parece algo incómoda, este es un hospital privado, y bueno, nadie ha venido a visitarlo para aclara ciertos aspectos referentes, al…bueno, ya sabe, tema económico era evidente que ese no era su trabajo, y que no estaba acostumbrada a hacer ese tipo de consultas, pero seguramente había preferido hablarlo ella misma que meter a alguien de administración a comentar estos temas con uno de los convalecientes.

Cuando contestas que el dinero no es un inconveniente, ella sonríe y pide disculpas algo azorada, y vuelve a ponerse manos a la obra con lo del traslado.

Desde luego la cosa mejora mucho cuando entras con la camilla empujado por la enfermera, una “acogedora” habitación de una sola cama, pero espaciosa y con una amplia ventana que tiene vistas a uno de los parques de la ciudad, un sillón de esos que se abren para que pueda dormir un acompañante, una silla y una mesa junto a la cama completan el mobiliario, además de la otra puerta que conduce al baño.

Tras asentarte en la cama con la ayuda de un par de enfermeros y comprobar que todo está en orden, parece dispuesta a marcharse Bueno señor Heller, para cualquier cosa, sólo tiene que pulsar el botón y una enfermera acudirá a su llamada, te indica con una sonrisa justo antes de salir por la puerta.

Una vez se han marchado, dejo que el sueño me venza de nuevo... Jamás había dormido tanto, aunque bien es cierto que tampoco me habían metido un tajo con una espada. Me alegro de haberles dicho el otro coche, si les llego a decir el bueno no habrían tardado nada en localizarlo con el GPS...

Tan solo pasan veinte minutos cuando vuelvo a abrir los ojos, odio los hospitales... trato de sentarme en la cama, dejando las piernas colgando y agarro las dos muletas. Apoyo primero un pié, el bueno, y luego bajo la pierna mala ayudándome de las muletas para que no tenga que soportar el peso.

Por ahora solo quiero probar a ir al baño, pero si me veo con fuerzas... no tengo tiempo que perder, y he de encontrar a Liesel cuanto antes... No se cuan mala o buena es, pero tengo que descubrirlo. Espero que sea tal y como dijo aquel hombre... Aquiles... eso me ahorraría muchos dolores de cabeza, además tengo que recuperar mi portátil como sea... y mirar mi correo ya.

Así pues, camino como puedo hacia el baño para echar una meada y de paso comprobar que tal ando... Si lo hago bien llamaré a la enfermera para que venga a darme el alta, y poder marcharme cuanto antes.

No crees que puedas escapar de nadie con el par de muletas, pero tampoco te resulta excesivamente complicado manejarte con ellas, aunque algunos de los movimientos te provocan dolor en la pierna herida, no tienes demasiado problema en ir al baño y volver.

Al regresar pulsas el interruptor para llamar a la enfermera y al cabo de unos tres minutos, Giselle aparece en la habitación andando con prisas y un bote de suero nuevo para colocarlo al lado de tu cama, No debería levantarse de la cama señor Heller, la herida podría volver a abrirse, y eso no sería nada conveniente te dice en un suave tono reprobatorio.

Comienza a cambiar la bolsa por la nueva, Dígame, ¿se encuentra mal?, ¿por qué ha llamado? vuelve a mostrar ese tono amable.

Sonrío al ver a la enfermera... Me encuentro mucho mejor, y creo que es gracias a sus cuidados sabe trato de ser cortés, al fin y al cabo me ha tratado de maravilla...

Pero no me gustan nada los hospitales, y creo que ya me basto por mi mismo para andar aunque sea a paso de tortuga. me río... ¿Como ve la posibilidad de darme de alta?

Según lo digo, me siento en la cama, con las piernas colgando y mirando a la doctora.

Lo siento señor Heller, pero yo no soy doctora y no estoy capacitada para darle alta, y además dudo mucho que el médico se la dé teniendo en cuanta que su operación ha sido bastante reciente se encoge de hombros a modo de disculpa.

Mi consejo es que pase por lo menos tres o cuatro días aquí, para asegurarse de que no haya ningún problema, y luego piense en la posibilidad de pedir el alta, pero si quiere avisaré al Doctor Maier, es quien se encarga de su tratamiento te dice nuevamente con amabilidad.

Suspiro... Esta bien... le haré caso, pero solamente porque podré ver sus preciosos ojos un par de días mas. Finalmente he decidido aguantar un par de días, la tranquilidad del hospital vendrá bien... Aun así llamaré a Liesel en cuanto esté solo...

Sin mas me giro y cuando se va la enfermera, me incorporo sentándome en la cama... rebusco el móvil y lo miro... Joder, soy un puto enfermo mental... al final estas psicosis me van a matar... Me levanto y despacio me dirijo al baño, no quiero que si han puesto un micrófono me escuchen.

Nada mas llegar abro el grifo del lavabo y de la ducha y me siento marcando el número...

Llegas al baño y marcas el número de la joven modelo, pero la decepción se apodera de tu rostro a pesar de que era un posibilidad que obtuvieras por contestación la odiada frase, el móvil marcado se encuentra apagado o fuera de cobertura,

Quizás le haya ocurrido algo, es complicado averiguar sus intenciones, pero recordando la expresión de determinación en el rostro de la hermosa chica, seguramente tenía un objetivo concreto, tal vez el tiempo sea importante, si los polis la encuentran antes, puedes darla por perdida.

Aaargggg !!!! grito con los dientes pretos y golpeando con el puño la pared del baño por no poder localizarla... Coño, joder !!! me santiguo tras los improperios y me doy algo de agua en la cara... Tengo que salir de aquí cuanto antes y encontrarla ya... maldita sea, si la matan antes que yo me quedo sin cobrar, y de todos modos, no se si merecía la muerte...

Cierro los ojos dejando que el agua gotee por la cara mientras me miro al espejo... En cuanto pueda salir debo ir a buscarla...

Sin más, vuelvo a la habitación y me tumbo en la cama, será mejor que no fuerce la pierna demasiado si quiero salir pronto...

El tiempo pasa despacio en el hospital, pero conforme avanzan las horas te vas dando cuenta de que si no te hubieran traído, probablemente hubieras perdido la pierna. El médico, al día siguiente por la tarde, te hace un visita con cara de satisfacción, pues las noticias que trae son bastante halagüeñas, ningún tejido importante ha sido dañado, y salvo una fea cicatriz, con un noventa y cinco por ciento de probabilidades, no quedará ninguna secuela.

Te recomienda que la empieces a ejercitar, aunque con cuidado, pues la herida aún tardará en cicatrizar, tal vez mañana te permita usar las ansiadas muletas, por lo menos para desplazarte por el hospital, pero no es conveniente andar demasiado rato, pues la herida no debe tener tirantez, y si vas a sentarte, haz de mantener la pierna en alto.

Luego, tras dar una serie de instrucciones y explicaciones sobre la medicación a ti y a la enfermera Frings, el doctor Maier se retira prometiendo volver al día siguiente.

Alegre por las noticias de que quedan pocos días para poder andar, miro a la enfermera Frings... Giselle, digo con un tono de voz bastante más firme y seguro, Quiero darte las gracias... por todo, me has tratado muy bien y has cuidado de mi guiño un ojo de forma cariñosa... Muchas gracias, de verdad.

Me estiro y miro al techo de la habitación... Ya tengo ganas de volver a caminar, aunque sea con muletas... y con tu ayuda seguro que pronto podré salir.

La joven enfermera se ruboriza un poco ante los halagos que le proporcionas, No es mérito mío señor Heller, sino del doctor y de su propia constitución, yo simplemente hago mi trabajo dice mirando para otro lado y encogiéndose de hombros.

Mañana ya podrá coger las muletas, es comprensible que tenga ganas de estar todo el día postrado en la cama, pero ha de ser cauteloso, lo más importante es que la herida no vuelva a abrirse recoloca el suero y retira el drenaje de la herida.

Al día siguiente ya tienes permiso para usar las muletas, así que por lo menos tendrás algo más de libertad, quedarse en este hospital durante más tiempo, puede ser peligroso, puesto que la policía puede que finalmente encuentra lagunas en tu versión de la historia.

Finalmente, me despierto al día siguiente... es la primera noche que he conseguido dormir medianamente bien, seguramente debido al cansancio acumulado de días anteriores con un sueño de mierda. Me incorporo de la cama, y me siento en ella apoyando ambas piernas en el suelo, pero sin hacer demasiada fuerza con la mala...

Agarro ambas muletas y trato de vestirme, poniéndome la ropa de calle... Esa será la primera prueba que me gustaría realizar antes de tomar la decisión de irme del hospital... Tras eso trataré de llegar hasta la puerta y volver a la habitación... Si estoy bien, me iré en busca de un taxi que me lleve al hotel, tengo que recoger mis cosas y encontrar el coche y a esa mujer como sea...

Dejaré una nota agradeciendo a la doctora Frings su ayuda...

Tras firmar el alta voluntaria, en contra de las recomendaciones de tus doctores, abandonas finalmente el hospital, no hay problemas en encontrar un taxi, y finalmente llegas al hotel a recoger tus cosas.

El camino es doloroso, pues cada pequeño mal movimiento o roce hace que la herida se resienta, aunque sabes que está bien sujeta, y que debes volver al hospital en un par de días a cambiar esos vendajes, pues es muy importante que no se aflojen o la herida se reabriría, la suerte fue que no llego a tocar el hueso, sino seguramente habrías perdido la pierna.

Todo está tal y como lo dejaste en el hotel, y al volver a llamar a la chica, obtienes el mismo resultado, que el móvil está apagado o fuera de cobertura, así que allí te encuentras, en la habitación de tu hotel, con unas muletas y sin ninguna pista realmente sólida. Habrá que agudizar el ingenio para no quedarse fuera de juego.

Tras llegar al hotel, subo a mi habitación, y me dejo caer sobre la cama, descansando... ¡¡ Dios !! Que descanso digo para mi mismo llevando la mano a la pierna un tanto dolorida... Espero que el GPS del coche funcione, lo necesitaré para encontrarlo...

Voy a mi maleta y saco el portatil, rebusco entonces por las armas... Oooo mierda !!!, dejé las dos pipas en el coche, Dios espero que no le hayan pillado con eso, aunque las escondí bien. Saco la pistola de reserva y la dejo sobre la cama tras comprobar que está cargada...

Saco el portátil, y trato de localizar la posición del coche mediante el GPS.