Partida Rol por web

Usando la escalerilla subes a bordo del carguero. Te sorprende no ver a nadie patrullando o al menos vigilando el barco.
La cubierta esta llena de contenedores apilados, es estribor a babor se forman pasillos entre los contenedores de poco menos de un metro de ancho. Aunque la altura varía ninguna pila de contenedores es inferior a los seis metros de altura.
En la popa se ve la sala de mandos sobresalir por encima de la carga.
Cuando cruzas de lado a lado el barco ves como vuestros enemigos entran por una puerta. Junto a ella, por fuera, se quedan un par de hombres. Intuyes que se trata de mercenarios, como los tipos de Liberty Island.
Llevan subfusiles y se limitan a conversar entre ellos debido a la poca probabilidad de ser sorprendidos.

Tras observar detenidamente la situación cojo aire y me concentro en tomar un aspecto similar al de los mercenarios. Luego desenfundo mi pistola, compruebo que esté cargada y que el silenciador está bien ajustado.

Rapidito y con buena letra.

Oculto mi pistola tras la espalda y camino con normalidad hacia los mercenarios, acercándome por su punto ciego.

Estos servirán.

Los dos hombres siguen hablando tranquilamente mientras te acercas a ellos. Su conversacion gira en torno a lo que haran con el dinero prometido por Poseidon.

- Honolulu, amigo. Una casita, un trozo de playa solo para mi y todas las mujeres que el dinero pueda comprar. ¿Que te parece?

Su compañero va a responder justo cuando te ve aparecer. Para entonces estas a un par de metros.
Lejos de alarmarse su reaccion simplemente es de duda.

- ¿Que haces aqui amigo? Creia que todo el mundo estaba abajo.

Me sigo acercando a ellos mientras les saludo con la mano que no sostiene el arma e improviso una excusa.

-Y yo creo que he perdido mi paquete de tabaco esta mañana. ¿Habéis visto por el suelo uno de rubios? -Digo señalando al suelo, un poco tras ellos.

A ver si pican y se giran un momento...

Incluso tu mismo te sorprendes cuando ambos se giran a la vez para comprobar si realmente hay un paquete de tabaco en el suelo. Como si no pudieras verlo tú que estas de frente.
En cuando giran sus cuellos sacas tu mano de la espalda y disparas dos veces seguidas. Entre disparo y disparo giras el arma para repartir una bala a cada mercenario.
Los dos hombres caen sobre la cubierta con un disparo certero en la nuca, seguramente han muerto antes de tocar el suelo.

Rapidamente compruebas sus pertenencias. Ademas de la ropa y las armas ironicamente llevan un paquete de tabaco rubio y un par de mecheros. Uno de ellos ademas lleva un llavero con tres llaves y una lista de cosas que comprar con un millon de dolares.

Increíble. Ojalá jugara a la lotería... O encontrara ese millón de dólares.

Guardo el arma y agarrando con un brazo cada cuerpo por el chaleco los arrastro entre los contenedores para ocultarlos un poco. Luego les quito sus pertenencias y a otro lugar entre los contenedores cerca de la escalerilla por la que subí, con mucho cuidado de no ser visto. Por último, tiro los cuerpos por la borda y voy a buscar a mis compañeros.

La cabeza de Shadow se asoma por la borda del carguero. Con un breve gesto Hidra y Oleg comprenden que tienen que subir.
Dejais el minisubmarino flotando junto al casco del barco, es muy dificil verlo desde la cubierta sin asomarse especificamente para ello.
Una vez arriba comprobais que estais realmente lejos de la costa.
La cubierta esta llena de contenedores apilados, es estribor a babor se forman pasillos entre los contenedores de poco menos de un metro de ancho. Aunque la altura varía ninguna pila de contenedores es inferior a los seis metros de altura.
En la popa se ve la sala de mandos sobresalir por encima de la carga, es dificil ver su interior y si hay actividad en ella.
Shadow os guia hasta un hueco entre dos contenedores donde estan las ropas de dos mercenarios. Pantalones de camuflaje, chalecos, camisetas y botas militares; el vestidor tipico de un mercenario.

¿Los dueños estan muertos? pregunto mientras me pongo las ropas con gesto de desagrado, no porque las ropas puedan pertenecer a un muerto, sino por tener que desprenderme del agradable tacto de mi traje. Podria examinar su mente para obtener informacion, pero si matas a todo el mundo no me serviran.

Estoy a punto de añadir algo del estilo de "Piensa un poco antes de actuar como un maton" cuando recuerdo la conversacion con Hidra, y decido detenerme en este punto, antes de provocar otro enfrentamiento innecesario.

Ángela comenzó a vestirse rápidamente mirando alrededor cubriéndose un poco con las cajas. La ropa era de unas tallas superior a la suya por lo que podía ponerse las prendas encima, ademas eran algo holgadas, eso sí, pasaría unas calores horribles, pero eso era lo de menos.

-  No deberíamos estar aqui... - Murmuró para sí misma pensando que ya podrían estar frente a Selene informando lo que vieron y habiendo cumplido.

- Bien... tenemos que acabar esto rápido. Shadow, ¿los has visto?.¿Donde están?

-Los dueños están dándose un baño. -Respondo sécamente a Oleg.- Si nos damos prisa, podremos cargarnos a nuestro tío antes de qeu se den cuenta de su ausencia. Seguidme.

De nuevo saco mis pistola por si nos encontramos con alguien, y la mantengo baja mientras guío a mis compañeros ahsta la puerta por la que los ví meterse.

- ¿Cargarnos? ¿Acaso no escuchas o es un problema mental? ¿Para que matar a un intermediario? Lo que Wolfgang posee es mucho mas valioso, posee informacion, y la necesitamos. Luego me volvi hacia Hidra Por supuesto que Wolfgang no quiere que estemos aqui, nadie en su organizacion, pero creia que queriais salvar al mundo. Yo solo quiero salvarme a mi mismo, pero estoy dispuesto a hacer todo lo necesario para lograrlo, y teniendo un enemigo comun, crei que vosotros tambien.

Oleg comenzaba a cansarse de la estrechez de miras de sus compañeros. Lamentablemente se encontraba con dos individuos que lejos de tener iniciativa parecian estar acostumbrados a recibir ordenes, y eso estaria bien si aceptasen las suyas, pero no era asi.

Solo digo que esto no estaba previsto hasta que no nos quedó mas remedio que estar aquí Oleg, porque desconocemos lo que puede hacer ese tipo. ¿Crees que va a cantar tan facilmente?, ¿crees que va a estar solo?. Tendrá un monton de clones raros, de aquellos que se esfuman de un golpe y de los otros mas resistentes, los primeros que nos encontramos, y Shadow se está quedando sin munición. - Murmuró llevando la mano hacia la pistola para asegurarse que ahí estaba y se dispuso a seguir a Shadow.

Cariño, puede que tengas razon, pero por eso mismo cuento con dos grandes heroes a mi lado su tono parecia mostrar una leve burla, suficiente para mosquear a quienes escuchaban pero no tanta como para asegurar que fuese su intencion.

Comprobemos si es tan dificil antes de darlo por sentado. Ademas, crei que estariais encantados de dar vuestras vidas por el bien de la humanidad... y todo ese rollo. En esta ocasion si quedo claro que su tono era burlon, aunque quiza no tanto contra sus interlocutores como contra el propio concepto del sacrificio personal por el bien mayor.

-A callar todos. ¿Quréis que nos descubran?

Hidra y Oleg se cambian de ropa, su aspecto ahora recuerda al de los mercenarios que vigilan el barco. Sin embargo queda claro que en las distancias cortas el disfraz no servirá.
Siguiendo a Shadow llegais hasta la puerta en la parte trasera de la carga, bajo la sala de mando del enorme carguero.
Con sumo sigilo abris la puerta para descubrir que detras hay un pasillo lleno de puertas a cada lado. Algunas indican claramente lo que son, como la que tiene una cruz roja o la que lleva el simbolo de los aseos.
El resto, unas ocho, no tienen mas que un numero y una letra en la puerta.
A mitad del pasillo nacen unas escaleras de subida y bajada.

Por el momento no hay ruido alguno en el interior del barco, tan solo el ligero zumbido de los generadores que retumban por todo el pasillo.

Decidido a no desvelar mi posicion, opto por la telepatia para transmitir mis pensamientos.

La enfermeria, esa es una buena parada. Quiza haya drogas, sedantes, o algo que podamos utilizar. Me dirijo a la misma tan lento como puedo y tratando de no hacer ruido Como os he ofrecido en otras ocasiones, si me lo permitis captare vuestros pensamientos superficiales y los compartire. Es la unica manera de comunicarnos sin hacer ningun ruido.

Suponia que Shadow, nuevamente rechazaria mi oferta, pero Hidra ya habia comprobado que era eficaz, y que yo era un hombre de palabra.

Hidra se había recogido el icabello en una coleta baja para ocultarla con la camisa mientras escuchaba lo que Oleg nos transmitía, le parecía bien, ademas de poder llevarnos material de enfermería por si nos herían.

- Me parece bien Oleg, asi quien sabe podemos hacer tiempo a ver si escuchamos algo, y también para elegir cual va a ser nuestro siguiente paso. - Pensó para que el criminal pudiera leerla.

Hidra miró a shadow y asintió a medida que se colocaba al lado de Oleg para adentrarse en la enfermería.

Espero que no se te ocurra entrar en mi cabeza. -Pienso mientras suelto una mirada fulminante a Oleg.

Luego asiento con la cabeza y señalo a la enfermería, indicando que entremos.

Le lanzo una sonrisa ironica a Shadow.

Eh, ¿por quien me has tomado?

Me dirijo a la puerta de la enfermeria y pego mi oreja a ella para tratar de escuchar algo.