Partida Rol por web

Sentí un tremendo nudo en el estomago cuando vi como Oleg usaba a la chica de rehén, lo primero que se me pasó por la cabeza fue que nos la había jugado, que le habrían propuesto unirse al otro bando y había aceptado sin dudarlo. Mis ojos se abrieron de par en par y creo que mi semblante se vio tan blanco como el papel. Todo eso en tan solo unos segundos.

Pero la voz de Shadow me sacó de ese bloqueo. "Confiaba" en lo que había dicho era Oleg, y pienso que no solo por las circunstancias, sino porque él es capaz de leer lo que pensamos. Tragué saliva porque no hubiera leido lo que había estado pensando escasos segundos.

- Bi...bien. De... de acuerdo.- Dije intentando no balbucear. Fracasé.

Carraspeé.

Entonces todo formaba parte de una ilusión. Pero... ¿estaba bien que Oleg siguiese con sus amenazas para hacer cantar a la chica?... ¿Porque continuaba con dudas?.

- En la cámara refrigeradora de abajo hay una trampilla Shadow... Podemos dirigirnos hacia allí. - Dije siguiéndolo, pasando por al lado de Oleg y la chica, dedicándole una corta mirada a ambos. Clavando mis ojos en la chica que parecía asustada, y en los ojos frios y seguros del criminal.

- Personalmente preferiría que os quedaseis por aquí. dije mientras Hidra pasaba a mi lado No estoy seguro de si es la única, y no me gustaría que nadie me interrumpiese mientras la … interrogo. Paladee la ultima palabra con placer.

Mire a mi alrededor y fije la vista en el baño de mujeres. Era un buen lugar, seguramente tendría una pequeña ventana, por lo que la puerta seria su único acceso.

- Ya hemos visto que los tres tenemos nuestra utilidad. no pude evitar cierta ironía en mi voz, pero procure rebajarla Bien, ahora si me das ese cuchillo podréis quedaros fuera y vigilar. No creo que tarde mucho.

Con desgana saco mi cuchillo del cinturón y se lo lanzo a los pies de Oleg.

-Lo limpié esta misma mañana, así que intenta no manchármelo demasiado.

Luego me giro hacia Ángela y niego con la cabeza. Avanzo hasta el comienzo de las escaleras y desde allí me quedo vigilando la el piso de abajo.

-Si ella sabe algo acerca de la trampilla nos lo dirá sin tener que arriesgarnos. El Padrino tiene razón; es mejor que no nos separemos mucho por si tiene amigos.

Me detuve al comprobar que ambos no estaban de acuerdo en que bajaramos a comprobar lo que había tras la trampilla. Perfecto, al menos habían coincidido en algo.

- Está bien. - Digo sin mirar como Oleg coge el cuchillo que le había dejado Shadow. Cuando iba a comentarle algo a éste ultimo, me fijé que se iba convirtiendo en la chica, su poder era curioso y muy util para la infiltración.

- Haz lo que tengas que hacer Oleg. - Dije algo cohibida, no me gustaba que hicieran daño a la gente pero... si esa pesona habia ocasionado todo aquello, nos había engañado... supongo que lo merecia...¿no?.Dudé.

Presté atencion a la escalera y alguna que otra ventana dle pasillo mientras Oleg hacía su trabajo.

Con el cuchillo en la izquierda rodeo el cuello de la chica, y guardo la pistola. Despacio, sin prisas la empujo hasta el baño de mujeres y cierro la puerta.

- Bien, esto funciona asi. Yo voy a leer tu mente, si te resistes te cortare un pedazo. Soy muy bueno, puedo hacerlo bastantes veces antes de que mueras desangrada o te desmayes, asi que tu decides cuanto te va a doler, porque yo obtendré mi información de una u otra forma.

La chica y tu entrais en el aseo femenino. Cierras la puerta dejando a tus compañeros vigilando por si apareciesen mas enemigos y guardas tu pistola para tener una mano libre.
Tras explicar como será el "interrogatorio" aprietas ligeramente el cuchillo contra el cuello de la chica para dejar clara la situacion.

De repente notas algo empujando tu estomago. Cuando miras ves una pistola en la mano de la chica. En ese momento te das cuenta de que igual que puede hacerte ver cosas tambien puede ocultarlas.

- Si ese cuchillo se mueve un milimetro te llenaré el cuerpo de balas. Tiralo al suelo y negociemos mi libertad... y tu vida.

Como he sido tan entupido. Me he dejado engañar como un niño.

Mantengo el cuchillo sobre su cuello, sin moverlo, ni para apretar ni para liberarla.

- Bonita jugada, hay que reconocerlo. Sin embargo creo que el cuchillo esta bien donde esta. No vamos a negociar tu libertad y mi vida, sino tu vida y la mia. Si aprietas el gatillo sentirás el frió beso del metal cortando tu garganta. Tengo entendido que es una muerte dolorosa.

Dejo un momento para que la chica se de cuenta de que voy totalmente en serio.

- Por supuesto estoy dispuesto a negociar. Admito que tenía intención de disfrutar contigo, pero no estoy aquí para eso. Si colaboras, no tienes porque preocuparte. Sabes quien soy, y eso significa que conoces mi código. Si dejas el arma y colaboras no te haré ningún daño. Tienes mi palabra.

No creo que deje la pistola, y no me gusta no controlar una situación, así que cuando vuelvo a hablar trato de concentrarme en darle una orden mental. No creo que pueda conseguirlo, pero tampoco creo que se de cuenta si fallo. Además, no voy a permitir que una chica me ridiculice delante de esos dos.

- Así que… deja el arma.

En cuanto le das tu orden la chica deja caer la pistola. Sorprendida por su propia accion no tarda en comprender que ha sucedido.

- Hijo de puta, sal de mi cabeza.

Resignada ante la nueva situacion intenta buscar algo nuevo con lo que negociar.

- Si me matas mis amigos sabran que algo va mal, antes de que sepas que demonios ocurre esto estará lleno de tipos a los que no podras leer la mente. Sueltame ahora y os diré donde esta su jefe.

Mantengo aun el cuchillo en su garganta, pero sigo sin presionar. Aunque ahora mi voz suena algo mas confiada, casi hasta divertida.

- El trato sigue en pie, guapa. Dame informacion y no te hare ningun daño. Soy un hombre de palabra. Pero como dije desde el principio, no quiero oirlo. Quiero leerlo, asi sabre que es verdad.

Para animarla a que colabore, la agarro con mas fuerza y paseo mi cuchillo por su garganta, pero sin siquiera cortarla. Me conformo con que perciba el frio.

- Bien, ahora sabes que voy en serio. Voy a entrar en tu mente, y si quedo satisfecho te dejare salir sin un rasguño. No hace falta que te diga que ocurrira en caso contrario.

Trato de explorar su cerebro para obtener toda la informacion que tenga. Donde esta la antena, puntos debiles, donde se encuentran el resto de sus compañeros, formas de llegar a nuestro destino, y todo lo que pueda sernos util.

La chica permanece tensa aunque acepta tu palabra.

- Supongo que si te metes en mi cabeza no puedo mentir, asi que tendras suficiente informacion como para dejarme ir.

Comienzas a indagar en la mente de la chica en busca de la informacion referente a Poseidon y toda la operacion en Liberty Island.

El restaurante en el que os encontrais no tiene otra funcion que servir de tapadera para el acceso a la red de tuneles que hay bajo la isla.
Ella no sabe mucho de los tuneles, solo conoce que existen y que la entrada esta en la camara frigorifica del piso inferior.
La antena es en realidad un enorme barco anclado junto a la costa noroeste de la isla, en una zona sin trafico maritimo. La chica se encarga de ocultarlo y que nadie vea la embarcacion llena de antenas y demas sistemas de comunicaciones.
Llegó a la isla en ese mismo barco, asi que desvela la presencia de al menos cinco hombres armados a bordo sin contar a la tripulacion que a la vez hace las funciones de tecnicos. Desconoce cuantos hay en total, solo recuerda a esos cinco tipos con armas. Cree que son mercenarios o miembros de alguna empresa de seguridad privada, por su aspecto descartas que sean clones.
Su pago por un trabajo de apenas tres dias asciende a cinco millones de dolares. El nombre de su contacto te resulta familiar, Peter Wolfgang, el mismo que recababa la informacion del clon que te atacó en los muelles.
Wolfgang se encuentra en el barco, dirigiendo las operaciones desde la isla. Ahora ya tienes su cara y si le ves le reconoceras sin dificultad.

Poco mas puedes obtener de la chica. Vio dinero facil y no hizo demasiadas preguntas, su pertenencia a Poseidon es algo temporal.

La empujo sin demasiada fuerza mientras retiro el cuchillo de su cuello, y aprovecho los pasos que de, por efecto de mi empujón, para coger la pistola que ella ha soltado. Guardo el cuchillo en el bolsillo y cambio la pistola de mano pero no le apunto con ella, aunque tampoco la guardo ni me confio.

- Esto va muy bien. Entiendo que aceptases este trabajo, cinco millones es mucho dinero, pero creo que no te das cuenta de lo que esta gente pretende. Si logran sus objetivos, el dinero no valdrá nada. ¿no me crees? hazte una pregunta. ¿Porque yo colaboraría con los dos cretinos de hay fuera? Supervivencia nena, supervivencia y conservacion de mi status. Los planes de tu patrón incluyen destruir medio mundo en una masacre nuclear, e imponer su dominio por la fuerza. Te pueden pagar cinco millones, y diez, o incluso cien. No importa porque no vivirás para disfrutarlo. Cuando dejes de ser util te convertirás en una molestia.

Si tuviese sentimientos sentiría pena por ella. No tiene ni idea de en que se ha metido.

- Bien. Tengo aun algunas palabras, y ahora si quiero que respondas. ¿como podemos llegar al barco? ¿podemos llegar sin ser vistos? Voy a proyectar una imagen en tu mente, y quiero saber si has visto a alguien con ese aspecto.

Le envio la imagen de uno de los clones.

Te haces con su pistola sin que ella haga nada para impedirlo.
La chica hace caso omiso de tus argumentos sobre el engaño en el que vive. No es consciente de la situacion real y simplemente cree que esta colaborando con terroristas y que puede sacar una buena tajada de todo el asunto.

Cuando preguntas por el barco no puede reprimir una sonrisa, como si hubieses dicho una estupidez.

- En cuanto os acerqueis al barco os veran, esos tios solo tienen que vigilar en una direccion. Hay una pasarela, para cargar material desde tierra.

Al mostrarle al clon asiente con la cabeza tras sorprenderse por la proyeccion.

- Joder, no hagas eso de nuevo. He visto a ese tio por aqui, a veces sale de los tuneles para ir al barco y despues vuelve. Me advirtieron que no hablase con él, tampoco era mi intencion de todas formas.

Sin quererlo me ha dado al fin algo de información util. El problema ahora es que hacer con ella. No podemos simplemente dejarla atrás, o avisara al enemigo, mataría pondrá sobre alerta al enemigo, pues sus ilusiones morirán con ella.

- Bien, salgamos. Y nada de juegos. No me gustaria tener que atravesar esa cabecita con una bala.

Apunto con mi arma para que vea que voy en serio, y salgo con ella al pasillo de nuevo.

Tras unos cinco minutos Oleg sale del aseo femenino con la chica. En contra de cualquier prejuicio que se pudiese tener con sus metodos de interrogatoio la chica no presenta heridas ni lesiones. Camina por delante del mafioso mientras él le apunta con su arma.
Fuera sigue Hidra vigilando los pasillos y ventanas. Shadow se encarga de la escalera, cuando ve que ha terminado el interrogatorio se asoma al pasillo manteniendo el aspecto de la chica.
La original no puede evitar sorprenderse al ver a alguien identico a ella, aunque la sorpresa no le dura mucho puesto que ya conoce le poder de Shadow y su propio poder hace cosas parecidas.
La chica dedica unos segundos a observaros a los tres antes de hablar.

- Ya he dicho todo lo que necesitais saber, ahora dejadme ir. Ese era el trato.

- No. dije fríamente. El trato era que yo no te haría ningún daño. Y yo siempre cumplo mi palabra. No te haré ningún daño mientras no me obligues a ello.

Mire a Shadow y a Hidra.

- Se donde esta la antena. Y tengo un plan para llegar. Pero antes de que hagamos nada hay que decidir que hacer con esta.

Una sonrisa cruel se dibujo en mi rostro. Seguramente, les hubiese gustado que yo me librase de este problema. Podrían haber aceptado que lo hiciera, incluso haberse convencido de que lo hubiesen querido evitar, pero no estaba en sus manos. Pero eso no iba a suceder. Suponía que Shadow no tendría grandes prejuicios respecto a acabar con la chica. Después de todo era una mercenaria trabajando para una organización terrorista que había matado a mucha gente.

Pero Hidra era otra cuestión. Sentí la tentación de introducirme en su cabeza para saber que estaría pensando, pero me contuve, contentándome con disfrutar de la excitación que me producía la situación.

Me acerco al grupo de nuevo y me paro frente a Oleg.

-Mi cuchillo. -Digo mientras extiendo la mano.- Parece que al final no lo has necesitado. ¿Qué tal si nos cuentas ahora quién es la chica y qué está pasando aquí?

A ver qué ha sacado en limpio. Selene y Watai no son demasiado habladores...

Saco el cuchillo y se lo devuelvo cogiendolo por el filo.

- La antena esta en el puerto. Es un barco, anclado, y oculto gracias a las ilusiones de nuestra simpatica amiguita. Tal y como yo lo veo, es posible que la ilusion haya fallado ya, por lo que estaran sobre aviso, aunque si fuese asi, creo que ya tendriamos gente aqui. Si por el contrario no ha fallado, lo hara cuando ella digo señalandola decida probar suerte informando al enemigo de nuestra presencia. El problema es que si la encerramos, no creo que mantenga la ilusion, pues seria como decir que nos a ayudado. Y si la dejamos libre puede que si lo haga, pero tambien puede traicionarnos. Cinco millones son muchos dolares.

Luego mire a Hidra directamente, no por desprecio hacia Shadow, sino porque era la reaccion de la chica la que mas me interesaba.

- Y ahora, antes de que os cuente que mas he averiguado, y os proponga mi plan, hay que decidir que hacer con esta.

La chica había cantado, o eso era lo que había dicho. Oleg nos informaba algo que nos iba a ser muy util, ya teníamos en conocimiento donde se encontraba la antena. Mis ojos se cruzaron con el cuchillo que el criminal le devuelve a Shadow. Alzo de nuevo la mirada hacia Oleg y la chica, mirándolos alternativamente, pero enfoqué en los del criminal fijamente cuando éste pregunto que hacer con la chica. Conocía ese timbre de voz, esa sonrisilla que se estiraba en la comisura de sus labios, y juraría que le brillaban los ojos, seguramente estaba deseando deshacerse de la joven de la forma mas radical que existía. Bajé la mirada inmediatamente cuando su mirada se clavó en la mia, la que me preguntaba que hacer.

Comencé a darle vueltas a la cabeza, al tema. Que hacer con la chica... lo que fuese pero no matarla, no quería cobrarme la vida de nadie, no conocíamos las motivaciones de la chica del porque había hecho eso. A lo mejor estaba perdida, había escogido un mal camino en su vida como lo había hecho Oleg, porque no tenía opción, porque tendrían conocimiento de su poder y vieran que era muy útil en el mundo del crimen, no lo sabía... A lo mejor yo era demasiado blanda, demasiado ingenua y bien pensada y era incapaz de ver que podría ser una persona sin escrúpulos, una mala persona dispuesta a matar a cualquiera que se entrometiese en su camino... como lo hizo aquel que mató a mi hermano.

Levanté la vista con duda, no sabía que era lo que respondería Shadow, pero yo me sentía incapaz de permitir que la matasen.

- Su poder seguramente alcance un rango cercano... Por lo que... pienso que será mejor encerrarla y... y dejarla sin sentido un rato, no sabemos si continúa ejerciendo su poder ahora mismo.- Dije cruzándome de brazos, sintiendome muy incomoda por la situación.

Guardo el cuchillo en la funda de mi cinturón y me quedo mirando a la mujer pensativo.

Así que su precio son 5 millones...

-Lo primero que hay que saber es si ha alertado de nuestra presencia, tal vez eliminando la ilusión o creando otra para pedir ayuda.

Saco mi pistola, la amartillo y se la apollo contra la frente.

-Voy a contar hasta tres, y quiero la verdad. ¿Has dado la alrma? ¿Y el gordo era cosa tuya?

La chica responde a Hidra al escuchar su idea.

- Si me dejais inconsciente no podré mantener la ilusion del barco, sabran que me ha ocurrido algo.

Shadow apoya la pistola en la frente de la chica. Aunque parece asustada finge tener sangre fria y mira directamente a los ojos de Shadow, los cuales al igual que el resto del cuerpo son identicos a los suyos.

- El gordo no existe, solo queria alejaros de aqui para poder terminar mi trabajo. Y no he avisado a nadie, si descubren que he fallado y todo se va a la mierda por mi culpa seguramente no cuenten hasta tres antes de meterme una bala en la cabeza.