Partida Rol por web

5 de enero, 2018

Luna nueva

Primera noche del Sol de la Medianoche

Mikel estaba contigo manejando el patrullero, acostumbraba a contar chistes malos y a tirarse gases creyendo que era gracioso, especialmente porque están encerrados.

Conocías su reputación de hombre corrupto, incluso había rumores de que le vendía armas a la Bratva o a quien sabe quién en la ciudad, pero era tu compañero y no eras nadie para juzgarlo.

- A todas las unidades tenemos un 10-17 en el puerto Moore, respondan –

- Aquí unidad Z-31 patrullando cerca de la zona, cambio – dice Mikel mientras llevaba el radio cerca a sus labios –

- Mikel, es algo grave, no vayas solo, ¿esta Lawrence contigo? –

- Así es Rosita, ¿qué pasa? –

- Hay niños Mikel y una mujer – respira profundamente dolida – al parecer los quemaron en un ajuste de cuentas –

- Dios… - dice Mikel sin soltar el botón de comunicación - …vamos para allá –

Por primera vez en mucho tiempo, notas que Mikel estaba realmente callado, tenía una hija, la conocías, iba al North Slope Borough y ya estaba en quinto año, te imaginabas lo que sentía al oír que había niños quemados en una escena del crimen.

Al llegar, notan que ya había bomberos encargándose del fuego.

Se trataba de un vehículo con algunos cuerpos en el maletero, una mujer y dos niños, completamente calcinados y aun humeantes.

- Dios… - vuelve a repetir Mikel mientras se rascaba la barbilla - …hora de trabajar Lawrence – te mira mientras sigue analizando el vehículo –

5 de enero, 2018

Luna nueva

Primera noche del Sol de la Medianoche

Percibes el mensaje de Erika, hacia un frio regular para un lugar como Erebo, pero nada que un lupus como no podía aguantar.

Te pones en marcha hacia una columna de humo de algo que los humanos llamaban Puerto.

Notas que había varios humanos, por lo que debías mantenerte en las sombras de los bosques, tenían esos vehículos con luces intermitentes y cambiantes, uno era de la policía y otro de los bomberos, por lo menos no tenían activadas las sirenas, esas cosas eran realmente molestas para tus sensibles oídos.

Comienzas a percibir varias emanaciones, entre ellas una que confunde a tu olfato, era algo que contenía un poco de Wyrm, pero no era algo malvado, era algo más bien, triste.

Sigues la esencia y notas que paso hace no mucho cerca de ti y se dirigió al hospital, era la esencia de un hombre que entre otras cosas, olía a quemado y a rabia.

Miré de reojo a Maikel mientras se sucedía el informe de la estación. Estreché la mirada y fruncí el entrecejo conforme Rosita hablaba y maldije entre dientes.

Siempre he sido un tipo callado. Llámame estoico, lacónico, o lacedemónico. Está bien, fue un mal chiste, pero lo cierto es que soy de pocas palabras. Ni siquiera cuando me enteré que mis primos eran máquinas de matar de tres metros -llenas de músculo, dientes, y mucha mala leche- me sorprendí demasiado.

En mi infancia siempre se esperó demasiado de mí. Era un debilucho. Para terminar el paquete, nunca tuve mi Primer Cambio. No podría continuar el legado de mi madre, y cuando mi abuelo tomó consciencia de ello, se desentendió de mí para ocuparse de los asuntos del Clan. Lo entendí en su momento y lo entiendo ahora: sencillamente, no estábamos en el mismo camino. Quizás mienta un poco al decir que en ese momento lo entendí... Pero vamos, tenía diez años. Ahora tengo veintitrés y empiezo, por fin, a darme cuenta de que Gaia tenía otros planes para mí.

Soy un Pariente. Un humano con sangre de Garou. Nunca Cambiamos, como nuestros primos, pero podemos alumbrar a nuevos Garou. Normalmente no nos involucramos demasiado en la lucha en las sombras que se libra cada noche en este oscuro mundo, pero incluso para eso tengo mala suerte. A mí me tocó luchar, sin poder convertirme en una gruñona bestia peluda.

Pero volvamos a la realidad, niños y mujeres calcinados. El lugar era francamente un desastre. Me acerqué, haciendo gala del estoicismo que mencioné antes y examiné la escena con una mirada inquisitiva.

Después de recibir el mensaje telepático de Erika fui tal cual me solicito hacía las columnas de humo en un lugar que los humanos llamaban Puerto, tal cual ella describió había una gran columna de humo, hacía un frío bastante marcado pero nada que mi cuerpo no pudiera tolerar, esa era una de las ventajas de un gran pelaje.

La presencia de los humanos era marcada, mantenerme en las sombras oculto fuera de su campo visual era obligatorio, muy aparte de ello la presencia de vehículos era perturbante, solían ser bastante ruidosos cuando los activaban, lo suficiente para que un lupus se marchará, con un poco de suerte se mantendrían en silencio y me permitirían investigar un poco para tener algo que aportar a la manada.

Entre todos los olores de la zona hay uno que llama particularmente mi atención, Wyrm, pero no el típico Wyrm maligno, sino más bien uno un poco triste y tras seguir el rastro, pude deducir que iba en dirección al hospital, la rabia y un olor a quemado inundaban su cuerpo, en ese momento decidí desde un lugar seguro utilizar el enlace mental para informar a los otros y continuar buscando el origen del olor.

Una vez informados procedo a buscar el olor en la dirección origen del rastro, cuidando mantenerme fuera del campo visual humano para evitar problemas, por un momento cruzo por su mente el buscar el rastro del sujeto y atacarlo para sacarle información pero, recordó que Clint y Erika ya tenían allá a 2 personas en esa condición, entre ellas un hombre, por lo que para el fue mejor idea buscar que hacía que esos humanos actuarán de esa manera y más aún ese olor a Wyrm.

Por lo que buscar el origen del problema era la misión en este momento para Garra.

Comienzas a escrutar en la escena del crimen, Mikel por su parte había hecho lo suyo, ir y buscar algún testigo de entre los curiosos que ya se habían conglomerado en ese lugar sin importarle el frio infernal que hacía, ya decían que la curiosidad mata al gato…y de paso a los estúpidos de frio.

Notas que había dos niños y una mujer, todos en el maletero, al parecer fueron descuartizados en otro lugar, ya que no había presencia de tal violencia en el lugar, excepto una pequeña mancha de sangre un poco más alejada del vehículo, posiblemente algún frigorífico cercano, se sabía que la Bratva a veces lo usaban para guardar cadáveres y solo había dos lugares con esas condiciones, el Osaka y el Artic Grocery, un mini mercado de la ciudad.

También había casquillos de bala en la escena, 9mm, relativamente cerca a la mancha de sangre citada antes.

A lo que te llevaba a la conjetura de que mataron a los niños frente a un tipo o tipa y que el mismo fue asesinado luego en el muelle.

Ya cuando habías analizado el lugar, llega un nuevo criminólogo en la zona, se trataba de un hombre de complexión delgada y de impecable vestir, de rostro amable quien se había acercado y presentado como Steven Millhauser.

Llegaste a la ciudad y lo primero que hiciste fue buscar un hotel donde dormir por lo menos algunas horas antes de ir al departamento de policía donde Aasiyah te había conseguido un puesto como criminólogo, tenías que entrar a las 22:00hs lo que en cierta manera te emocionaba bastante.

Pides a la recepción un taxi que te lleve hasta tu destino y el encargado pasa a cumplir con ello.

El taxista era un hombre muy amable, te hablo del lugar, sabia bastante debido a los años de profesión y por ello te facilita su tarjeta para que lo llames cuando sea necesario.

Una vez en la estación, te recibe una mujer de edad media quien te mira de pies a cabeza, la misma te lleva junto al capitán de la estación.

El capitán de policía hace lo propio de todo veterano de policía, te muestra el lugar y te presenta algunos compañeros y rápidamente te lleva hasta tu oficina, donde ni siquiera te pudiste acomodar y nuevamente el capitán te visita para decirte que tenías un nuevo trabajo en el muelle.

Te llevan en un patrullero y ya había varios curiosos en el lugar, también había apenas dos policías en la misma, requisando y revisando cada recoveco de la escena del crimen.

Te presentas ante el que parecía el de mayor rango y este a su vez te saluda.

- Hola señor Steven, yo soy Mikel y este es mi compañero Lawrence, él puede ayudarlo con los detalles, yo seguiré alejando a los curiosos del lugar -

5 de enero, 2018

Luna nueva

Primera noche del Sol de la Medianoche

23:47 hs

Llegué sin más inconvenientes a la ciudad. Le estaba muy agradecido a Aasiyah por el trabajo, estaba deseoso de empezar y conocer a mis nuevos compañeros. Debería de llamarla una noche e invitarla algo cuando me hubiese acomodado en el hotel. Quizás era temporal antes de conseguirme alguna casita o algo para mayor intimidad. 

Le estuve muy agradecido al taxista, se portó de lujo conmigo, me dijo donde eran los mejores restaurantes y a buen precio (algo importante). No dudaba en volver a llamarle en caso de que me hiciese falta. 

Llegó la hora de conocer a los que iban a ser mis nuevos compañeros. Me imaginé que en una ciudad como esta y viendo lo que ocurría... Debería de haber un buen cuerpo policial y un gran número. O eso pensé. 

Nada más sentarme en la silla de mi nueva oficina, entra el  capitán y me dice que tengo un nuevo caso. Muy bien, parece que aquí no me aburriré. Pensé. Sonreí y le dije al capitán:

-Muy bien, esto parece que es una ciudad movidita. Mientras cogía mi maletín.

En el coche de patrulla, entablé conversación con los policías. Preguntándole que tal era la ciudad, mayores problemas que habían encontrado, sitios de ocio... Intentando conseguir una información exhaustiva de la ciudad en la que estaba. Hasta que llegamos al lugar de los hechos.

Habíamos llegado al lugar de los hechos, en el que me esperaba dos policías.

Le tendí la mano a Mikel e hice lo propio con Lawrence.

-Encantado señores, soy Steven.

Se despedía Mikel, que iba a alejar a los curiosos. 

- De acuerdo Mikel, pero diles que no se vayan, podrían sernos útiles. 

Bueno, estábamos allí Lawrence y yo. 

-Buenas noches, ¿podrías darme los detalles? He llegado recientemente a la ciudad, estoy deseoso de empezar. 

Garra se dedicó a mantenerse fuera del radar, podía oler, analizando desde todas las esquinas, utilizando siempre el contra viento a su favor para no ser detectado, se apoyaba en sus instintos más que en su lógica para sobrevivir. Hubo un momento en que se dio cuenta que si realmente quería encontrar lo que buscaba debía mezclarse en la multitud.

Gracias a los rituales de ropa podía mantenerse vestido al momento de cambiar sus formas pero sin duda cambiar a homínido era lo que más detestaba, se sentía muy cómodo con su pelaje, con sus garras y colmillos listos ante cualquier eventualidad, no con unas frágiles manos que para muy poco le eran útiles en la batalla.

Sin embargo, Gaia le había dado esa facultad y bueno era algo que debía aprovechar para hacer su trabajo, busco un punto de acceso al puerto y se oculto cerca para realizar su cambio, sus instintos le ayudaban mucho, cambiar de forma era una de sus cualidades a pesar de detestar hacerlo, salvo por supuesto que fuera para eliminar a el Wyrm en donde su pasión podía ser liberada sin restricciones.

Tras colocarse comodamente empezó a entrar en armonía con su lado humano, sentía como rápidamente sus garras se recortaban para dar paso a dedos y su pelaje desaparecía dando paso a piel descubierta, culminaba siendo un hombre con bastante musculo y ropa de temporada, se dio cuenta como sus sentidos se hacían menos sensibles, cosa que no le gustaba, confiaba mucho en estos para sobrevivir. Por lo que allí mismo se concentró y trato de utilizar uno de los favores que Gaia le había concedido, acceder a sus sentidos de lobo mientras estaba como homínido (Sentidos Aguzados), cerrando sus ojos intento escuchar las voces más lejanas y oler tal cual lo hacía hace un momento.

De allí mismo empezó a caminar en la dirección que había visualizado, hacía ya un rato había visto al nieto de Nanuk, pero decidió mantenerse fuera de su campo visual, lo había visto un par de veces pero este no le conocía en forma humana, solo en forma lupus, aunque quizás Nanuk en algún momento le haya comentado de mi apariencia.

De cualquier manera trataría de tenerlo a la vista mientras hacía mi trabajo. Recostado en una pared por un momento, intente continuar oliendo ese olor a Wyrm, rabia y tristeza que había captado hace rato y decidí caminar ese rumbo a ver a donde me llevaba.

La cosa aparentaba ser mala. No es por presumir, pero tengo un talento natural para el juego detectivesco. Nunca fui ascendido porque procuré hacerme el tonto siempre: te ahorras un montón de trabajo de mierda. Siempre es más fácil patrullar; además, la justicia se hace de primera mano. Podía elucubrar alguna macabra escena sobre lo que acababa de pasar y probablemente acertar, pero mis conclusiones serían para mí de momento, y luego si lograba acceder al informe de los chicos de CSI, me enteraría sobre mi certeza o mi fracaso.

Ahora, si conseguía a los que hicieron esto... bueno, esa es otra historia.

El criminólogo francamente parecía un retrasado. Algo tenía su cara que no terminaba de encajar en aquél sitio. ¿Por qué todos los malditos criminólogos tenían un complejo de Sherlock Holmes? Me preparé para afrontar al pelmazo con algo parecido a una sonrisa.

Lawrence, con la cara convertida aún en una máscara digna del póquer, estrechó la mano de Steven. Era un muchacho joven, vestido con el uniforme de la policía y un abrigo grueso. Aparentaba estar cerca de los veinticinco años, de complexión atlética y fibrosa.

— Fowler —respondió a secas, presentándose—. Acabamos de llegar apenas hace diez minutos... mejor cuéntanos qué ves tú —se encogió levemente de hombros—, mientras llegan los de CSI.

Comienzas a escrutar en la escena del crimen, el policia que se habia presentado como Mikel por su parte había hecho lo suyo, ir y buscar algún testigo de entre los curiosos que ya se habían conglomerado en ese lugar sin importarle el frio infernal que hacía, ya decían que la curiosidad mata al gato…y de paso a los estúpidos de frio.

Notas que había dos niños y una mujer, todos en el maletero, al parecer fueron descuartizados y tirados ahi mismo, usando algunas bolsas para evitar que la sangre brote por todos lados.

También había casquillos de bala en la escena, 9mm, quiza alguien se defendio de los malechores y salio corriendo al ver que no pudo contra ellos, obviamente era una especie de enfrentamiento entre pandillas.

A lo que te lleva a la conjetura de que los niños y la mujer en realidad eran de una poderosa familia y estos buscaron defenderse pero no hubo caso, al final le dispararon con algun arma explosiva de grueso calibre y explotaron todos dentro del vehiculo.

El experto llega y comienza a observar la escena, llevándose ambas manos al mentón y agachándose en varios recovecos de la escena, comienza a analizar hasta que finalmente y quitándose los guantes empieza a decir:

- Anote oficial Lawrence – se aclara la voz y comienza a lanzar sus suposiciones - hay dos niños y una mujer, todos en el maletero, al parecer fueron descuartizados y tirados ahí mismo, usando algunas bolsas para evitar que la sangre brote por todos lados. También hay casquillos de bala en la escena, 9mm, quizá alguien se defendió de los malhechores y salió corriendo al ver que no pudo contra ellos, obviamente era una especie de enfrentamiento entre pandillas, a lo que te lleva a la hipótesis de que los niños y la mujer en realidad eran de una poderosa familia y estos buscaron defenderse, pero no hubo caso, al final le dispararon con algún arma explosiva de grueso calibre y explotaron todos dentro del vehículo – te mira altanero y te repite – ¡¿está anotando oficial?! -

Todos los miembros de la Manada del Dragón se hicieron presentes en aquella escena donde surgía el humo y la emanación de Wyrm, misma emanación que empezaba desde el costado de un vehículo completamente quemado hasta que se perdía en dirección al hospital.

Rayleigh quien se había aparecido en su forma homínida solo se dedica a observar atentamente mas no a escuchar.

- ¿Oyes algo de lo que dicen Garra? – se llevó el dedo pulgar a la boca y comenzó a rascar su uña como señal de ansiedad – ¿y tú Corso? – repite el gesto de la uña – esto no me gusta nada –

Rayleigh quien era conocido del oficial Lawrence, lo mira analizándolo, hasta que desvía la mirada hacia los alcantarillados, estira de la ropa a Garra y se lo señala.

- Tenemos compañía, son 3 o 4 chupasangres… ¿vamos tras ellos? – Garra sabía que había un tratado de paz entre cainitas y garous, pero quien sabe, alguno de esos servidores del wyrm podía darles información, o en el mejor de los casos, una buena batalla -

Garra lograba escuchar atentamente, humanos descuartizados y metidos en bolsas, suena demasiado brutal para ser simples pandillas, de acuerdo a lo que decía el inspector.

Luego de ello Rayleigh lo interrumpe, si, estoy escuchando, noto como el Ragabash desvía la mirada hacia las alcantarillas y avisa de algunas sanguijuelas a lo que Garra responde, estoy seguro que ellos quieren conversar con nosotros, vayamos!!! cerrando con una sonrisa maliciosa en ese momento mira hacía Selene buscando su energía y emprende la marcha hacia la alcantarilla junto al Ragabash y al Galliard.

Sin embargo no puede evitar hacer algo de ruido, pero esto no lo detendría y rápidamente se mete a la alcantarilla de primero.

Intenté contener la risa. De verdad me tenía que estar jodiendo.

No pude aguantar. Empecé a reír entre dientes. La gente que escucha mi risa se enfada, porque las pocas veces que lo hago tiende a ser una risa burlona... y es cierto. Una de las contadas cosas que me causan gracia son los idiotas.

— Déjame adivinar: ¿escuela pública? —Pregunté entre una carcajada y otra. Casi me hace doblarme por la mitad— Maldita sea, lo siento, Steven. Es que me dio mucha risa. Anotaré todo si me lo repites.

Saqué las papeletas de informe policial para tomar nota exacta de todo lo que me dijera. Los chicos del departamento no podían perderse ni una sílaba de lo que decía este sujeto. Era oro puro.

Garra se dispone a perseguir a los chupasangres, pero al tratar de bajar por las escaleras, resbala y cae causando gran ruido.

Rayleigh se tuerce el estómago y comienza a reír a carcajadas ante la escena, incluso se le escapan algunas lágrimas.

- ¿Dios mío, alguien pudo grabar eso? – dice sin parar de reír, luego de recuperar un poco de aire, observa a los curiosos que se voltearon a mirar lo que había pasado – perdonen gente, es que somos obreros municipales y vinimos a arreglar una cañería destruida por el fuego, por favor, cada uno que siga en lo suyo –

Raylegih a pesar de no tener pintas de hombre municipal, logro convencer a los curiosos y estos poco a poco comenzaron a dispersarse del lugar.

- Iré al hospital, por favor, cuida que Garra no se haya lastimado – dice Corso alejándose a su vez –

Rayleigh baja escalón por escalón hasta donde se encontraba Garra quien ya se había levantado, fue una caída de unos 3 metros, sin embargo, no recibió mayor daño que algunos raspones y golpes, daño que pudo regenerarse casi al instante.

- Hombre, a la próxima que quieras espantar a los chupasangres, avisa y no sé, dispara algún arma o algo…no caigas así – Rayleigh sigue olfateando – ¿el rastro va para allá, lo seguimos? – indica hacia una bifurcación a la derecha -

Comienzas a anotar y el tal Steven te mira bastante molesto ante tu risa.

- ¿Acaso quiere recibir una sanción oficial? Recuerde que el detective aquí soy yo y le exijo más respeto maldita sea – se notaba que habías herido su orgullo de investigador – ¿o acaso usted tiene mejor teoría que la mía? Anda, sorpréndeme –

Antes de que puedas hablar, oyes un fuerte ruido tras los curiosos, al parecer alguien se había caído por las alcantarillas, un hombre con el pelo puntiagudo y rojizo, uno de esos típicos punkys comienza a reír, pero luego trata de alejar a los curiosos explicando que era un trabajo municipal el que ellos estaban realizando.

Lo conocías, era miembro de la Camada de Nanuk, se trataba de Rayleigh, el extraño lobo que reía por cualquier cosa.