Partida Rol por web

Este tipo me estaba cansando, no habíamos estado ni cinco minutos en este lugar y ya había logrado cabrear a las únicas dos personas que estaban con el en la habitación. Así que, sin más, le suelto un bofetón con el revés de mi mano midiendo que no partiera más que un par de dientes pero si lo suficientemente fuerte para tumbarlo si es que no se lo esperaba. Luego lo miro con una expresión bastante amenazante, como si tuviera más de un par de torturas físicas en mente, y le digo -Espérame afuera- Las sílabas de mis palabras son muy marcadas dejando claro que, de no irse, su existencia corría peligro real. Tras esto me giro hacia Aron y le digo de manera seria -Vuelvo a disculparme en nombre de mi subordinado, a su tiempo será castigado como es debido. Cree que el simple hecho de tener una boca es condición suficiente para utilizarla en todo momento, a veces ni siquiera entiendo como ha durado tanto. Si aún así no quiere continuar con esta conversación y quiere que me vaya lo entenderé y lo aceptaré.

Después de recibir el golpe me detengo un momento y aguanto la ira en mi interior, acto seguido miro a Maximilian a la cara, agacho la cabeza y espeto en tono de humillación.

 - Disculpe, mi amo, ya sabe que desde aquel embrujo mi cabeza no es la que era, le espero fuera, disculpe. -

Acto seguido miro al pelirrojo, y sin mediar palabra agacho la cabeza y me voy del local.

Aaron nota la reprimenda, retrocede un poco para evitar recibir cualquier golpe y se fija en la particular pareja frente a él.

Resopla al ver alejarse a Harvey y le grita antes de salir.

- Más vale que no hagas ni una estupidez, te estaré vigilando –

Escuchas la advertencia del pelirrojo y comienzas a bajar por las angostas escaleras que daban al piso de abajo, miras a tu alrededor y no había ya ningún empleado, a excepción de Korav quien estaba leyendo algo en su celular.

Se encuentra parado al lado de la puerta de la entrada, al notar que bajas, te lanza una mirada de pies a cabeza y te señala una taza que tenía a su lado.

- ¿Café? – dice amablemente -

Aaron espero a que Harvey salga para comenzar a hablar.

- Les doy dos días si todos tus compañeros son así y quizá estoy siendo positivo, mira bro, yo me hice gerente de este lugar a pesar de no entender mucho sobre finanzas, solo entiendo que hay hombres dispuestos a hacerse con la ciudad y no necesariamente son vampiros… - se recuesta lentamente sobre su sillón y te mira con sus ojos cafés - …sin embargo, ten en cuenta que fuimos capaces de patearle el culo a una tremere de mil años para que salga de la ciudad, ¿Qué crees le haríamos a ustedes si vienen a jodernos en nuestra propia casa? Y disculpa, no recuerdo tu nombre, pero la advertencia era en serio, si siento que ese tu amigo tuyo vuelve a usar algún poder estúpido propio de los vampiros, no dudare en cortarle la cabeza –

- oooo, muchísimas gracias, eres un máquina, puede ser con un chorrito de vodka? - contesto con mi sonrisa que ha vuelto a reaparecer como por arte de magia. 

- ¿Que haces todavía aquí, por cierto? - pregunto con verdader curiosidad.

"Ojalá ardiera el maldito local con todos dentro menos este tipo. 

- ¿Eres algo así como su hombre de confianza o algo? 

Mi rostro permanece serio mientras respondo a Aron, casi como si no tuviera en cuenta la gravedad de lo último que dijo o simplemente no le importara la seguridad de su compañero -Conociéndolo probablemente intente montarse una fiesta de cumpleaños en tu bar, pero si aún así hace algo tu simplemente dímelo y voy añadir otro castigo a su lista. Va a perder el uso de su brazo izquierdo por unos días por lo acontecido hasta ahora, podría agregar una pierna si te apetece. En los más de setecientos años que llevo haciendo esto he matado a muchas personas y, déjame decirte, la muerte no enseña. Simplemente es eso, muerte. La tortura sin embargo, eso si que enseña. Puede enseñarle a un hombre honesto a mentir, ni siquiera te imaginas cuantas veces logré que algún soldado francés jurara que se había acostado con la esposa de Napoléon je...- La última frase la dije con una mezcla de nostalgia y risa pero inmediatamente volví a ponerme serio -Pero no es eso de lo que vine a hablar. Si crees que tienes controlados a esos estúpidos que se hacen llamar la espada de Caín lamento decirte que estás equivocado. Nosotros hemos hecho un muy buen trabajo confinándolos a solo algunas ciudades del viejo continente, razón por la cual hay muchos con ganas de cruzar el charco y, si me permites la comparación, son peores que las cucarachas. Las noticias de que esta ciudad ahora es "suya" ya se han esparcido y, si no quieres que tu ciudad se convierta en una versión mas sangrienta del mito de Sodoma, sabrás que esa espada oxidada no puede quedarse aquí.

Aaron cruza ambas manos sobre el escritorio, entrelaza sus dedos y te mira fijamente casi sin pestañear.

- Si conoces a tus enemigos, y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro… -

Se acomoda un poco y continúa:

- …es genial Sun Tzu, dos mil años y sus enseñanzas siguen vigentes, pero imagino que de historia sabes bastante ya que habrás vivido lo mismo que tres generaciones cuanto mínimo, por lo que no nos preocupa un grupo de vampiros que creen tener la supremacía del lugar, lo que si me puede llegar a preocupar es otro grupo que venga y arme lio cuando nadie pidió su ayuda…mira, sigo sin recordar tu nombre, pero si quieres un consejo te daré uno: no se metan en mis asuntos y yo no me meteré en los suyos, mantengan sus contienditas de mierda bien alejados de este local y nos llevaremos bien, un chupasangre menos es un dolor en el culo que me ahorro, así que si quieren matarse entre ustedes, adelante, por mi excelente –

Te guiña el ojo y te sonríe.

- ¿Vodka? Tan temprano te puede hacer mal amigo mío, pero quien soy yo para meterme con tu salud, cuesta cinco dólares el chupito –

Se levanta y se dirige a la barra para buscar una botella con forma de calavera transparente.

- Soy el encargado de la seguridad del lugar y mis órdenes son no abandonar el predio mientras Aaron se encuentre en la oficina, no puedo quejarme, son horas extras muy bien pagadas –

Si pagas por la bebida, te servirá tranquilamente, si no es así, simplemente se dará vuelta y lo acomodará.

Al poco rato recibe una llamada.

- Disculpa… - te dice y la atiende - …buen día señor -

- ¿Buenos días? Aquí es mediodía Korav -

- …si, si, aquí son las 7 de la mañana –

- Ya veo...bueno, estoy llamando a Aaron pero no me atiende, ¿se encuentra ahí? -

-…si, sigue arriba, esta con visitas, capaz por eso no tomo la llamada –

- ¿Visitas? Seguro que son Aurora y Leonid, hoy tenían que ir a visitarlo -

-…ah, ¿era hoy? -

- Si, ¿no son ellos los que están con Aaron? ¿Todavía no llegaron esos dos? -

- ... pues no señor, aun no llegaron, pero estaré atento –

- Si ruso, ten en cuenta que no quiero que esa gente pulule demasiado en el pub, asi que cuida bien el lugar por favor -

- …ok señor, perfecto -

- Genial, te llamo más tarde, adiós ruso -

- …adiós –

Corta la llamada y guarda su teléfono.

- Había olvidado que hoy debían venir unos tipos para hablar con el jefe, así que son más horas extras, más dinerito para el buen Korav – ríe levemente mientras termina su café -

Me quito las gafas mostrando que tengo un ojo de cada color, aprovechando el momento en el que mira a mis ojos, porque es difícil no mirar a alguien con ojos distintos, voy a decirle con una voz suave y tierna

- Recuerdas aquella vez en Londres, que bien lo pasamos, ¿no crees? Cuando nos conocimos aquella noche, nuestras miradas se cruzaron, una pena que no fuera a más. - Entonces saco un billete de 10 y añado - 1 para ti y 1 para mi ¿te parece?

Espero a que se tome el chulito  y una vez se lo ha tomado le pregunto:

- Se que no es de mi incumbencia, ¿pero quienes son Aurora y Leonid? y mi amable spnrisa vuelve a aparecer en escena.

-Entonces está arreglado, nosotros no interferiremos con ustedes y ustedes no interferirán con nosotros. Y a buena hora lo hemos arreglado ya que debo irme en breve. La invitación a la apertura de mi club nocturno aún está en pie si es que quieres ir- Me levanto de la silla con una gracia un tanto extraña para un hombre de mi tamaño y me dirijo a la puerta de la oficina dispuesto a marcharme. Pero ,con la mano derecha ya puesta en el pomo de la puerta para abrirla, le dedico unas últimas palabras al hombre de cabellera roja -Nosotros tenemos reglas, señor Locke, y ellos no son más que simples bestias fanáticas. Espero que no tenga que comprobarlo pero, de ser ese el caso, puede ser que llegue a necesitarnos. Si es así no dude en llamar- Tras decir esto saco una pequeña tarjeta de uno de los bolsillos de mi gabardina para luego dejarla encastrada en el marco del cuadro más cercano a la puerta -Por cierto, puede llamarme Max.

Cuando estabas hablando con el gorila, este te sonríe, pero todo cambia drásticamente cuando se duerme repentinamente y notas a un ser bajando por las escaleras.

Era Aaron pero completamente distinto, contaba con una especie de humo negro recorriéndole todo el cuerpo y sus ojos se tornaron completamente azules, como si una tormenta se desatara en sus cuencas oculares, tenía en su mano derecha un sable que irradiaba luz furiosa y caminaba con la otra mano en la espalda, con unos movimientos gráciles formando un porte intimidante.

- Te advertí que no hicieras nada, que te estaría vigilando y a pesar de todo, vienes e intentas meterte con un empleado mío, trate de ser paciente sanguijuela, por lo que ahora espero que sepas alguna oración –

Cuando estaba a punto de terminar la conversación, notas como una especie de humo negro rodea a Aaron, sus ojos se tornan completamente azules, como si una tormenta se desatara en sus cuencas oculares.

Se levanta, tenía un rostro completamente infernal, camina un par de pasos y de su brazo derecho surge una especie de haz de luz que va materializándose velozmente, en un pestañeo, surgió una katana parecida a la que tenía a sus espaldas y te mira.

- Espéreme aquí señor Max, no tardo –

Abre la puerta y sale dejándote una sensación que hacia siglos que no sentías, una especie de cosquilleo en la nuca que solamente se activaba cuando había verdadero peligro.

Según se me encara le miro a sus ojos, y sin echarme atras grito un - ¡DETENTE! - y me preparo para ser atacado, porque en el fondo se que es probable que no funcione.