Partida Rol por web

Nieve y Hambre, capítulo 1.5: Interludios

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30/04/2019, 18:15
Bedelia

Bedelia bufó entre jadeos, retrocediendo con un par de saltos hacia atrás para colocarse a una distancia prudencial de Will. Por la forma que tenía de mover los pies y apretar la empuñadura del estoque parecía a punto de explotar de furia. Los nudillos comenzaban a competir en color con la nieve, causando un intenso contraste con su cara, que ya llevaba bastante rato roja.

La pasión es inútil si pierdes—escupió con furia—. Perder en un combate no es admisible.

Agitó el estoque con violencia, haciéndolo silbar en el viento del norte y acompasándolo con su propio resoplido de frustración. Miró a Will un instante, con dos puntos a su favor iba a ser difícil ganar aquello, pero Bedelia no era de las que se rendían. Cogiendo carrerilla cargó hacia Will, cubriendo la distancia que las separaba en un par de zancadas. La sureña, irónicamente, era pura emoción, una cara muy distinta a la que adoptaba en su día a día.

Quizás por eso sucedió lo que vino después.

- Tiradas (3)

Motivo: Turno

Tirada: 1d100

Resultado: 83(+140)=223

Motivo: Ataque

Tirada: 1d100

Resultado: 1(+100)=101

Motivo: Ataque (Pifia)

Tirada: 1d100

Resultado: 93

Notas de juego

Hala, pues esto ya se ha acabado xD

Te dejo a ti las consecuencias de la pifia.

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28/10/2019, 07:02
Director

Casi todos coinciden en que Gaïa tiene reglas. Por encima del caos aparente, el universo se retuerce de maneras preestablecidas, con un orden cósmico que ningún mortal ha sido capaz de apreciar sino a través de diminutas ventanas. Es como intentar definir la forma de un animal desconocido viendo solo su la punta de una pezuña, y sin embargo no son pocos los que han intentado enumerar dichas leyes, tarea titánica y absurda según algunos, noble y altruista según otros. Largos tratados filosóficos, religiones masivas y grandes oradores, todos ellos intentando imponer el sentido que ellos ven a una pregunta que quizás nunca será realmente contestada, que quizás nunca debió ser formulada en un primer lugar. Es más que posible, pues, que entre estas leyes exista una especialmente concreta y sin propósito aparente, pero igualmente grabada a fuego en el corazón del mundo:

"Siempre que Will y Bedelia vayan a enfrentarse en un duelo, alguien debe abrirse la cabeza".

Una simple teoría más para explicar por qué de repente el mundo deja de estar colocado en su posición habitual, y caes hacia la nada. Una nueva placa de hielo, probablemente. Aunque no habría sido mala idea, tu instinto de mercenaria te impide soltar el estoque, lo que te desequilibra aún más. Apenas atisbas una breve visión del rostro sorprendido de Will antes de sentir como tu cráneo cruje en el impacto contra el suelo.

Luego, negro.

Las siguientes horas se mezclan en un puzzle incoherente. Manejas un timón hecho de sueños entre las brumas de la inconsciencia, pero apenas puedes contemplar el retazo de una historia antes de saltar a la siguiente. Más tarde, al despertar, todo recuerdo de aquel mar caótico habrá sido borrado... Excepto uno.

En él, caminas entre árboles y nieve, en un paraje familiar. Ves tu respiración en forma de vaho, y notas el frío contra el rostro. El ruido de tus pisadas hundiéndose en la nieve virgen es el único sonido que perturba la quietud del bosque...

Entre los troncos, en la distancia, reconoces la silueta de casas abandonadas. Y sabes que lo están porque ya las has visto antes, en una lejana pesadilla. Al igual que sabes que las gentes que vivían allí emigraron para protegerse del invierno implacable. Así que no te diriges a ellas: tus pasos te llevan a otro lugar, a pesar de que tu cabeza te pide a gritos alejarte.

Y allí, frente a ti, aparece. Un montículo de nieve, sin aparente relevancia. Y debajo...

Impulsada por la determinación que sólo los sueños pueden originar, empiezas a remover la tierra. Hay algo sacrilegio, una sensación de amenaza latente, pero la Bedelía que controla tu cuerpo desea verle, por última vez. Aunque siga transformado en esa... Cosa. Poder mirar sus ojos muertos. Torturarte una vez más.

Pero bajo la nieve no hay nada. Alguien se lo ha llevado.

Al abrir los ojos, la luz de una vela te perfora las pupilas. Debe ser de noche, puesto que la habitación está en penumbra. Una persona lee un libro, sentada junto a la cama: Will. No parece haber advertido que te has despertado.

Al ir a mover la cabeza, un pinchazo te recorre todo el cráneo, empezando en la nuca y acabando en el globo ocular.

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04/11/2019, 19:36
Bedelia

Cava. Cava. Más rápido. Cava para verle. Cava porque ya no estará en ningún otro sitio más que aquí. Cava, Bedelia, por él.

Y así lo hizo, congelándose los dedos en aquella broma onírica que le hacía promesas incumplidas, cavando hasta que sus uñas dieron contra la fría tierra, congelada por el invierno. Y gritó en aquel mar de bruma, desesperada y confundida. Y lloró, abrazándose descorazonada, porque aquel lugar era el único donde no decidía si llorar o no.

Por eso no fue consciente de la lágrima que recorría su mejilla cuando despertó, pero sí notó que aquel lago helado que eran sus emociones tenía una fuga, un pequeño resquicio por el que se escapaba el agua y que debía volver a congelar. Tal vez por eso no pudo evitar que la decepción y cierta ira calaran sus palabras.

Esto sí que es irónico—Trató de levantarse pero un nuevo pinchazo le recorrió el cráneo, obligándola a mantener la cabeza apoyada y a cerrar los ojos en un intento por anestesiarse. Se llevó la mano a la cabeza, buscando sangre.—Al menos no he despertado en mitad de un cubil mientras luchas contra tu mujer, ¿hm?

Tras aquel comentario estalló en una carcajada que cesó casi inmediatamente al sentir un nuevo arrebato de dolor. Se cubrió los ojos con el antebrazo, recomponiendo a marchas forzadas el lago. Reírse era doloroso, llorar era doloroso... El propio dolor físico parecía más benevolente en aquel momento. Habría cambiado mil jaquecas como aquella por librarse del vacío en el pecho.

Apartó el antebrazo unos segundos para mirar a Will a los ojos. Durante unos instantes pareció querer decirle algo más, pero al final volvió a taparse la cara, silenciosa. Y el lago casi se había vuelto a congelar.

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05/11/2019, 19:36
Will

Notas que Will se pone algo tensa ante tu comentario, aunque no sabrías decir qué parte ha sido la causante. Fuerza una sonrisa algo artificial, mientras intenta encontrar algo que decir al respecto. Tras unos segundos, al fin, se decide a hablar.

-No se lo he dicho a los otros. Me dijeron que no era grave, así que no he querido preocuparles.

No ves su rostro, cubierto el tuyo entre tus manos como está, pero percibes cierto titubeo en su voz.

-¿Cómo te encuentras?