Excelente. En ese caso, si no hay ninguna instruccion mas, partire de inmediato.
Estoy deseando ver que soy capaz de hacer.

Me dirijo hacia la entrada del castillo donde me estaran esperando los hombres de Nicéforo y el carruaje. No sin antes pasar a despedirme de las doncellas que tan apasionadamente me entregaron sus caricias. Les regalo un apasionado beso acompañado de un fuerte y sexualmente sugerente abrazo y me despido de ellas... temporalmente.

Volvere pronto... y os hare volar de nuevo...

Durante el viaje me pregunto hasta que punto sera poderoso Nicéforo. ¿De que sera capaz? He leido muchas historias sobre volar, convertirse en niebla o en murcielago, hechizar a las mujeres con la mirada, fuerza sobrehumana...
¿Y como se adquiere mas poder? ¿Con la edad? ¿Bebiendo sangre? Hay muchas preguntas sobre los vampiros para las que no tengo respuesta todavia. De momento seguire las indicaciones de Nicéforo al pie de la letra y le hare las preguntas cuando le haya demostrado mi valia.

Nicéforo ha preparado para ti una guardia de ocho hombres (uno de ellos a caballo) que te acompañarán en el camino de vuelta y a visitar al conde que se ha atrasado en el pago de los tributos. También te acompaña un escudero para atender a tus necesidades. El viaje en carruaje pasa casi volando, ensimismado como te encuentras tratando de asimilar todo lo que acaba de ocurrir. De vez en cuando acuden a tu mente retazos de la vida de Nicéforo, como si formaran parte de tus propios recuerdos. Ves a Nicéforo en el campo de batalla, dando órdenes a sus hombres... Es evidente que él es el general, este recuerdo es más fuerte que los demás, tal vez posea algún significado especial para él, no lo sabes con certeza. Está claro que en ese recuerdo era todavía mortal, en las imágenes ves una Constantinopla en estado de guerra, atacada por sus propios habitantes, una locura de batalla de hermanos contra hermanos... Y de repente caes en la cuenta. ¡¡¡No es posible!!! Son las revueltas de Niká... Pero eso sucedió hace más de... ¡¡¡Seis siglos!!!

Los hombres te sacan de tu ensimismamiento, el carruaje se ha detenido. Te asomas a la ventana y descubres que te encuentras en el patio de un pequeño castillo. Tu escudero abre la puerta y pone la pequeña escalera que te ayuda a bajar y a subir. En la puerta un hombre que identificas como el Conde Marcos, de quien te hablaba Nicéforo.

-Disculpad la fría recepción, no esperábamos a un prelado del prefecto hoy. Por favor, permitirme compensar este descuido con una agradable comida. Justo ahora me disponía a comer con mi mujer. Será un honor que nos acompañe. Lord... No termina la frase, esperando que te presentes.

Adoptando un porte elegante respondo...

Mi nombre es Lord Asenoc. A estas alturas ya debes saber que esto no es una visita de placer.
Veo que tienes una familia encantadora y no querria interrumpiros mas de lo necesario.
Estoy seguro de que sois conocedor del motivo de mi visita. Asi que ire al grano.

El Prefecto Nicéforo es un hombre generoso y magnanimo que cuida muy bien de los suyos.
En la actualidad esta muy consternado por el hecho de que uno de sus vasallos mas queridos como sois vos no esteis pagando vuestros tributos. A bien sabeis la importancia de mantener una relacion de confianza mutua...

Vuestro razonamiento de malas cosechas no parecen ser del todo "digamos"... certeras. Hemos sabido que vuestras cosechas son tan buenas como cabria esperar.

Decidme entonces buen señor... ¿cual es la razon para que os ausenteis en vuestras obligaciones para con el Prefecto?
 

-¿Esta es la forma de responder a una invitación? -El humor del conde cambia de improviso mostrando una enorme ira- ¿Yo os invito a compartir mi mesa y respondéis con un insulto? Bien, tengo pues un mensaje para Nicéforo...

-¡¡¡EMBOSCADA!!! -El grito de uno de los hombre de Nicéforo te hace percatarte de los arqueros en las almenas, al tiempo que el hombre se pone delante tuyo cubriéndote con su escudo de una flecha dirigida a tu cabeza. El escudo desvía la flecha lo suficiente para evitar que se incruste entre tus ojos, pero al desviarla corta profundamente tu mejilla derecha. Los hombres de Nicéforo, superados en número te meten deprisa en el carro, mientras cubren tu retirada. Tienes la extraña certeza de que todos ellos morirán para evitar que te alcancen.

¿Qué pasa aquí? ¿Ese conde está loco? ¿Cómo se le ocurre intentar matar a un prelado del Prefecto? Mañana por la mañana tendrá mil hombres a su puerta. Aquí hay algo más... Ese hombre oculta algo más que unos tributos impagados.

Lo que más te disgusta no es haber fallado a Nicéforo, no es haber sido humillado... Es la horrible cicatriz que adornará tu cara por toda la eternidad. Marcado como un delincuente. Sientes una ira que nunca habías sentido antes, una ira completamente irracional que te lleva a destrozar el carruaje por dentro con tus propias manos. Cuando te calmas, con las manos destrozadas y sangrando, coges tu espada, para ver la herida de tu rostro. Para ver como de horrible es la cicatriz...

Buscas el ángulo perfecto, y ante tus atónitos ojos ves como la herida se cierra de forma increíble, sin dejar ni rastro. Miras tus manos, los dedos en carne viva a causa de los golpes al carruaje... y ves que las heridas se cierran solas.

Este intento de asesinato ha sido una clara provocacion a Nicéforo. Estoy seguro de que este hombre conoce de sobra la capacidad militar de Nicéforo y no lo creo tan estupido como para no preveer las consecuencias.

Sin duda esto es una trampa. Y ademas estoy seguro de que no esta solo. El solo no podria reunir las tropas necesarias para vencer a Nicéforo. Esto es una revolucion y este hombre no es mas que un titere. Debo contarselo todo a Nicéforo. El sabra cual de sus vasallos debe estar liderando al resto.

Mientras viajo de camino a la fortaleza de Nicéforo no dejo de dar vueltas al asunto de la revuelta.

Si se han atrevido a atacar directamente a Nicéforo es que deben estar seguros de sus posibilidades en un combate abierto. Aunque probablemente en sus calculos no habian contado conmigo ni con mis tropas... lo cual quiere decir que Nicéforo no me ha elegido solo por mi simpatia. Necesita un aliado de confianza y yo voy a cumplir con sus espectativas. Despues de todo el me ha dado un regalo mucho mas valioso

Cuando llego al castillo busco inmediatamente a Niceforo y le cuento lo ocurrido asi como mis teorias al respecto.

Mi señor. No creo que debamos enfrentarnos en combate abierto. Creo que tenemos un tiempo limitado antes de que ellos decidan atacarnos directamente pero si lo aprovechamos bien cortaremos la cabeza de la bestia antes de que eso ocurra.

Estos hombres suelen ser cobardes. Sin un lider que los guie se dispersaran como el humo frente al viento. Adicionalmente... me gustaria el honor de arrancar el corazon al Conde Marcos con mis propias manos...

Llegas al palacio de día, Nicéforo todavía duerme. Dejas dada la orden de que le avisen en cuanto esté disponible. -si quieres hacer algo mientras tanto, dilo- Nicéforo te recibe en cuanto se despierta, lo que viene a ser una hora más o menos después de anochecer.

-Me temo que ese conde no es la cabeza de la bestia... Sospecho que esta provocación esconde intereses ocultos. Debemos actuar con precaución y descubrir que pretende realmente antes de intentar nada. Tengo la impresión de que quiere que le ataquemos. No... No vamos a hacer nada. Al menos no vamos a hacer nada visible. Es imposible que ataque Constantinopla, y los nobles que le rodean siguen fieles a nosotros... de hecho uno de ellos eres tú. No dispone de hombres para iniciar una guerra por si sólo. Todo esto es muy raro. Te puedo asegurar que el Conde Marcos caerá, y cuando lo haga te lo dejaré para que hagas justicia como mejor te plazca.

Bien, necesitamos información. Un espía nos vendría bien. Baja a la ciudad y busca a Kothar -Nicéforo sonríe al ver tu expresión-, Kothar es uno de los vampiros más poderosos de esta ciudad. Dicen que tiene más de veinte siglos de edad, aunque por lo visto ni el mismo sabe cuantos años tiene. Le has caído en gracia, por lo que supongo que aceptará una petición de ayuda mía de mejor grado si se la presentas tú. Kothar sabe todo lo que pasa en la ciudad, y su red de espías tiene infinitos tentáculos. Si alguien en esta ciudad sabe algo de todo esto, es él. Y si no lo sabe, debes conseguir que le pueda la curiosidad... Kothar es como un gato, tiene la imperiosa necesidad de saberlo todo de todos cuanto le rodean.

Dicho esto, Nicéforo te alimenta con su sangre, reponiendo tu reserva.

Mientras espero a Nicéforo me acerco a las dependencias de los herreros...

Buenos dias Señores. Hoy he tenido una situacion digamos... afilada y me gustaria contar con vuestros servicios.

Necesito que fabriqueis un Camisote de Mallas tan fino que pueda llevar debajo de la ropa sin que se aprecie. Basta con que me cubra desde el cuello hasta la cintura para proteger los organos vitales. A la altura del corazon, tanto por delante como por detras, quiero un refuerzo con una placa.
 

Comprendo que es un trabajo dificil y muy delicado. Quizas incluso mas orientado a un joyero que a un herrero pues los anillos deben ser muy pequeños. Pero estoy seguro de que os las arreglareis.

A continuacion me voy a esperar a Nicéforo haciendo lo que mejor se hacer. Bebiendo vino y pasandolo bien con las mujeres. Una vez haya hablado con Niceforo le contesto..

Muchas gracias mi Señor. Parto de inmediato a buscar a Kolthar. Aunque por lo que me ha dicho sobre el probablemente ya sepa que lo vamos a buscar y sea el quien me este esperando.

Voy al punto donde me cruce con el por primera vez y me pidio limosna.

Cuando llegas al Gran Bazar gran parte de los negociantes locales ya han cerrado, y las tabernas decentes también. Sólo permanecen abiertas algunas tabernas de aspecto poco deseable, y la gente que pasea por las calles no es la misma que de día. De aspecto malencarado, el Gran Bazar de noche tiene una apariencia bastante desagradable. Acumula la suciedad de todo el día, que hasta el amanecer no se retira de las calles. Paseas sólo por las calles, para llamar menos la atención, pero no ves a Kothar por ningún lado.

Parece que no hemos tenido suerte. No obstante voy a perseverar. No volvere a Nicéforo con un fracaso a mis espaldas.
Si Kolthar tiene una red de espias estoy seguro de que algunos mendigos o taberneros del lugar deben estar en su lista.

Me acerco a varios mendigos de los que encuentre y les digo que estoy buscando a Kolthar. Y que si lo ven le digan que lo esperare en una de las tabernas que sigan abiertas. No importa si me dicen que lo conocen o no. Les doy el mensaje igualmente.

Tambien hago lo mismo con algunas prostitutas y taberneros. Despues me voy a una de las tabernas (la mas vacia) y me siento en el rincon mas oscuro y solitario que tengan. Les pido cualquier bebida que tengan (aunque no me la voy a beber) y me quedo esperando hasta que amanezca.

Si Kolthar es un vampiro no va a venir aqui de dia. Asi que esa es mi hora limite...
 

Esperas todo lo que puedes en la taberna, pero no hasta el amanecer, puesto que las tabernas cierran poco más allá de las ocho, debido al toque de queda impuesto por Nicéforo para el Gran Bazar (las tabernas decentes cierran a las siete, que es el toque de queda. Las otras cierran a las ocho porque han sobornado a los guardias. Nicéforo eso lo sabe y lo consiente porque cree que es mejor así.)

Kothar no se ha presentado, y el tabernero te indica que es la hora de cerrar, ya no queda nadie más que tú. Resignado sales de la taberna para hallarte a Kothar sentado en un barril, dándole de comer a unas ratas. Al verte salir levanta la cabeza y te saluda alegre.

-Buenas noches, Lord Asenoc. He oído que me buscáis. Supongo que es referente a la traición del Conde Marcos... ¿Me equivoco?

Este anciano leproso tiene algo que te pone la piel de gallina. De día no te daba esa impresión, pero de noche da la sensación de ser uno con la noche. Es evidente que se encuentra en su elemento.

Vaya. De haber sabido que tenias alergia a las tabernas sucias y malolientes te habria esperado en la calle.
Yo mismo acabo de descubrir que tambien poseo esa alergia.
 

Me acerco tranquilamente a el.

En efecto se trata de eso. No te equivocas. ¿Podrias ayudarnos con este asunto? Necesitariamos algo de informacion para tratarlo con el menor impacto posible. No deseamos una guerra abierta que acabe con muchas vidas de gente inocente que nada tiene que ver con las ambiciones de sus nobles.

Kothar sigue dando de comer a las ratas, feas y deformes, grandes como gatos, mientras habla contigo. Parece encontrar divertido la repulsión que te producen semejantes animales. Las ratas te miran con un brillo de antinatural inteligencia en sus ojos. Supones que las tiene amaestradas.

-Eres un hombre sorprendente, Asenoc. -parece que tus palabras le han agradado y sorprendido- Me recuerdas a los grandes reyes de antaño. Al verte, me siento como Noé, me invade la esperanza de que todavía haya alguien que merezca la pena ser salvado antes del Gran Diluvio. Por ese motivo voy a darte un regalo, la oportunidad de descubrir de primera mano quién es ese Conde Marcos, quienes son sus aliados y que es lo que planea. Acude mañana al anochecer aquí mismo, vestido como un mendigo y sucio, con ropas oscuras o negras y capucha. Iremos a visitar al Conde.

Kothar se pone en pie, se despereza y saluda con la mano a alguien que anda detrás de ti. Al girarte no ves a nadie, y al volver a mirar a Kothar, éste ya no está. Tan sólo te encuentras con la mirada curiosa de las cuatro ratas que Kothar alimentaba, que sentadas sobre sus dos patas traseras levantan el hocico en tu dirección.

Consigo algo de comida que Kholtar haya dejado y se la voy lanzando a trocitos a las ratas mientras pienso...

La oferta de Kholtar parece muy peligrosa. Podria ser una trampa. E incluso aunque no lo fuese quizas yo no este a la altura de enfrentarme al enemigo. De todos modos tiene la confianza de Nicéforo y esto es suficiente como para correr el riesgo.

Al dia siguiente hago lo que me pide. Acudo a la cita vestido del modo mas andrajoso posible. Con las ropas negras y capucha como Kolthar ha pedido.

Espero que esto merezca la pena...
 

Al día siguiente, tal como prometió, Kothar se encuentra en el punto indicado, montado en el caballo de guerra más flaco y enfermo que puedas imaginar. La piel parece caérsele a tiras al pobre animal en algunos puntos, y una de las pezuñas, en carne viva, deja ver los huesos que sujetan al animal. Parece encontrarse en un estadio avanzado de sarna. No lleva puesta ninguna silla. -Menos mal que vengo de mendigo, y menos mal que no puedo enfermar, por lo que dijo Nicéforo, porque esto es realmente asqueroso- Dudas siquiera que ese animal se tenga en pie, como para llevaros a los dos a trote ligero hasta el castillo del Conde Marcos.

Entonces te fijas en algo extraño. La gente no parece apartarse de Kothar ni del asqueroso animal. Al contrario, quienes pasan cerca saludan con deferencia y respeto, como si saludaran a un noble de alta cuna.

-Sube, no tenemos toda la noche. -Kothar te tiende la mano y subes-. Agárrate fuerte, no quiero que te caigas.

¿Que me agarre fuerte? ¿Pero en serio este animal puede caminar?

Kothar parece decirle algo al oído al caballo, y este empieza a caminar despacio al principio, hasta salir del Gran Bazar. Pero al instante empieza a correr como nunca antes habías visto correr a ningún caballo. Parece impulsado por magia negra, no resopla, no se cansa. Corre directo hacia la muralla -nos vamos a matar- y cuando parece que os vais a destrozar contra el enorme muro, de un salto se planta en lo alto de la muralla y sigue corriendo por la misma. Es una carrera frenética, tal cual subió al muro, salta y se adentra en el bosque.

-No es seguro para nosotros ir a través del bosque, nunca lo hagas, pero es mucho más rápido para nosotros y el tiempo apremia. Espero que no tengamos problemas.

El animal sigue corriendo dando las zancadas más grandes que se puedan imaginar, sin cansarse. Cualquier animal a estas alturas estaría ya desmayado. Ves pasar árboles enormes cerca de vosotros y grandes ramas, pero el caballo las esquiva con una destreza increible. En mucho menos tiempo del que hubieras imaginado llegáis a un valle y el caballo disminuye su marcha. Al fondo del valle, está el castillo del Conde Marcos. El caballo se acerca despacio al muro del castillo, y como un gato que se sube a una valla, salta a lo alto del muro y después al suelo, en el interior del patio del castillo. El caballo se para y Kothar se apea, indicándote que hagas lo mismo. Le da una palmada cariñosa al animal y ves como lo alimenta con su sangre. Después, el caballo se sienta plácidamente.

-Bien, de ahora en adelante iremos sólos. Si has de decirme algo, debe ser al oído y muy bajo, para evitar delatarnos. Mientras estés en mi presencia, nadie puede verte ni oirte. Muévete despacio y no toques nada. Si lo prefieres, podemos hacernos pasar por quién tu quieras, como un guardia de su tropa, aunque esto es más arriesgado y podrían descubrirnos. Ya me dirás... ¿Qué hacemos ahora?

Incluso los hombres del Conde tendran restricciones de acceso a algunas areas. Creo que la invisibilidad sera mas util en este caso.

Permaneceremos invisibles por el momento. Adelante...

Es curiosa la sensación de invisibilidad. Te das cuenta de que realmente no es invisibilidad, porque por los espejos por los que pasáis os veis reflejados. Es más bien una artimaña mental que afecta a quienes os miran. Os ignoran, de la forma más exagerada posible. Cuando queréis pasar una puerta, esperáis a que alguien pase y os coláis delante de él. Esa persona en ese instante se queda parado un momento, como pensando algo, como si fuera a decirle algo a alguien, y cuando ya habéis pasado vosotros, pasa él. La gente en los pasillos os evita de forma inconsciente. Resulta curioso, fascinante, y divertido.

Por otra parte, el castillo del Conde Marcos parece no ser consciente de la guerra que se avecina. Apenas se ven soldados, y toda la gente dentro del castillo parece llevar una vida normal. Os encontráis indagando las principales dependencias cuando veis pasar una figura imponente. Un hombre de unos 60 años, ataviado como un noble de alta cuna, aunque parece más un vikingo que otra cosa.

-Vamos a seguirle -te indica Kothar.

El noble parece conocer el castillo, es evidente que no es la primera vez que está en él. Al seguirle, os lleva a la almena de una torre alta que hace de observatorio. Allí se encuentra el Conde Marcos, mirando el horizonte.

-Tu plan es una solemne majadería, Marcos. Esta vez te has pasado. -El noble increpa al Conde Marcos sin molestarse siquiera en saludarle. Por el trato que le proporciona, da a entender que no le debe ningún tipo de pleitesía.

-Vi la marca del Wyrm en ese hombre, igual que en el otro. Estoy convencido de que es el sirviente de un vampiro.

-Ya... Igual que en el otro. Por eso ordenaste matarlo, ¿no? Al menos con el otro lo hiciste bien y no te pudieron vincular al asesinato, pero esto es una chapuza.

-Me da igual, seguro que caerán en mi trampa. Mis hombres ya están apostados en el bosque. Cuando manden las tropas, que las mandarán, caerán sobre ellos y capturaremos a ese maldito vampiro.

-¡¡¡NO!!! -De repente el noble da una orden tajante, avanza un paso y lo ves crecer (literalmente) unos veinte centímetros y aumentar de musculatura de forma brutal. Con una sola mano, coge al Conde Marcos y lo levanta del suelo, dejándolo en vilo sobre el vacío. Cuando vuelve a hablar, su voz es mucho más gutural, mucho más grave. -Tu insolencia podría hacer que todos nuestros planes se vengan abajo. Vas a ir a Constantinopla y vas a llevar los tributos que adeudas, ¡más intereses! Vas a aceptar el castigo que se te imponga, me importa poco si te condenan a morir crucificado. En primer lugar, lo vas a hacer por un bien mayor que tu propia vida... Y en segundo lugar lo vas a hacer, porque si no lo haces, lo que te voy a hacer yo va a ser mucho peor que la crucifixión. ¡¡¡¿¿¿ENTENDIDO???!!!

-S...si... -El Conde Marcos apenas puede hablar con la mano del hombre atenazando su garganta. Tras esto, el noble le deja dentro de la torre de nuevo y dándole la espalda vuelve a recuperar el tamaño normal y se va andando deprisa, sin mirar atrás.

-Creo que debemos irnos. Por ahora con esto es suficiente, y debemos volver antes del amanecer. -Te susurra Kothar al oído.

Mientras volvemos a Constantinopla no dejo de pensar en lo ocurrido.

Que poderes más increíbles he presenciado hoy. Un corcel medio muerto resulta ser tremendamente poderoso gracias a la sangre de Kolhtar. Su modo de afectar las mentes para que no puedan vernos. Además hay otro vampiro. Capaz de aumentar su tamaño y fuerza a un nivel extraordinario. ¿Sera Nicéforo tan poderoso? Un día de estos le preguntare.

Ya en presencia de Nicéforo le cuento lo ocurrido.

El Conde Marcos está bajo las órdenes de un Vampiro como lo estoy yo de las tuyas. Si bien parece no ser muy inteligente el pobrecito. El intento de asesinato frustrado lo ha desenmascarado. Su plan era organizar una emboscada en el bosque a nuestras tropas. Al parecer a su amo no le ha parecido un buen plan y estaba muy enfadado. Le ha ordenado pagar sus tributos y someterse a cualquier castigo que le impongamos incluso aunque este sea la muerte.

Esto es un punto a nuestro favor. El Conde Marcos se ha dado cuenta de que ahora está solo. Ha fallado y ha perdido el favor de su amo. Quería arrancarle el corazón con mis manos pero creo que ahora nos hará un mejor papel vivo. Deberíamos interrogarlo cuando venga ofreciéndole nuestra "protección" para que nos desvele todo lo que sepa sobre el plan de su amo. Después de todo este lo envió aquí a morir.

Propongo hacerle firmar la cesión de todas sus tierras y tropas a nuestra causa, que nos cuente todo lo que sabe y después hacerlo desaparecer.

​-En efecto, nos hará mejor servicio vivo, pero me temo que te equivocas en algo... Lo que viste allí no es un vampiro, sino un hombre lobo, nuestro enemigo ancestral. -Nicéforo parece preocupado- Sospecho que algo muy grave se lleven entre manos.

Por supuesto que el Conde Marcos debe ser castigado, desposeido de sus títulos y tierras por atacar a un prelado del prefecto... Pero le dejaremos vivo. He oído que algunos familiares de los hombres lobo son capaces de, por decirlo de algún modo "oler la maldad". Maldad que según ello, todos nosotros representamos. Debo pensar en ello... Cuándo venga debe encontrarlo todo normal, sin ningún margen de sospecha... Para que acuda a los hombres lobo que conozca y les cuente lo que ha visto. Eso les desconciertará y tal vez nos de más tiempo para pensar en una solución.

Nicéforo pasea por la sala meditabundo, mirando por las ventanas. -Creo que será mejor que no estés cerca cuando el Conde Marcos venga. Por ahora no necesito de tus servicios. Ven la semana que viene y te encomendaré tareas nuevas. De momento puedes regresar a tus tierras y seguir con tu vida normal.

Confio en que sepa lo que esta haciendo. No me fio mucho del Hombre Lobo y del Conde. Hablare con la guardia para que aumenten la vigilancia y la proteccion de Nicéforo durante la visita.

Como desees. Aunque esto no me huele nada bien...

Me retiro y voy a mis aposentos habituales en casa de Nicéforo. Hago que me traigan vino y mujeres. Pasare la noche alli.
Viajare mañana y evitare mi ruta habitual hacia mis tierras. No voy a darles la oportunidad de emboscarme.

Una vez en mi casa busco en la biblioteca de mi padre todo lo que tenga que ver con ocultismo, vampiros y demas. Tambien hago llamar a mi mayordomo personal para que me cuente lo que sepa sobre mi padre y el tema de los Vampiros.