Abrazo a mi esposo en busca de consuelo y asiento.
Habrá que saber más sobre todo y creo que solo mi madre nos lo podría aclarar, ella pasó por lo mismo...

Unos días más tarde, Abetorius se presenta en palacio acompañado de un hombre al que no conocéis y que dice llamarse Isaac Mocotoff.

-Mi querida Carienn... Creo que he encontrado una solución a vuestro problema. Este hombre es Isaac Mocotoff, un poderoso mago de la Orden de Hermes aliado de la Casa Tremere. Comentando la situación con él, cree que podríais ser una verdadera maga, y que él podría enseñaros a canalizar vuestro poder.

-En efecto, así es. Pero si no os importa, desearía hablar a solas con Carienn.

Y eso incluye tanto a Abetorius como a Asenoc.

Cualquier cosa que le deba decir a mi esposa me la puede contar tambien a mi.

No obstante os dejare a solas si Carienn lo desea.

Miro a los tres hombres nerviosa e indecisa.
- Lo que me digáis mi esposo puede saberlo...- acabo asintiendo ante las palabras de Asenoc.- Igual lo sabrá después por mi boca, no le escondo nada... Pero si preferís estar a solas, como queráis señor Mocotoff.

-Tal vez si... tal vez no... Pero en primer lugar prefiero que lo sepáis en solitario, y tal vez más tarde decidáis si comunicárselo a vuestro marido o no. Lo que he de deciros son temas que sólo conciernen a aquellos que poseen la magia verdadera. -Abetorius hace un gesto de desagrado ante esa expresión- Lo entenderéis mejor cuando os lo explique.

- Está bien...- accedo.- No tardaré, esposo mío- miro a mi esposo, pues desconozco si le agrada que trate asuntos en privado con un hombre a solas.

Beso a Carienn y acaricio su mejilla.

Avisadme si me necesitais querida.

Tras charlar con Isaac, vuelvo junto a mi esposo. Despedimos a Abetorius y a Isaac y tomo a Asenoc de la mano, llevándolo a nuestra alcoba, lejos de oídos indiscretos.

-Esposo mío, Isaac me ha explicado y me ha abierto los ojos... Hay cosas que no podré revelaros debido a que podrían leeros la mente, pero os contaré tanto como pueda- me siento sobre nuestro lecho y le miro.- Isaac dice que soy una maga y que no perderé el control de mis poderes, que solo debo practicarlos y aprenderlos para aumentar mi conocimiento de los mismos. Es por ello que retrasaré mi decisión de servir a Abetorius como ghoul, hasta que tengamos al menos otro hijo... Si os parece bien...

Sonrio y me acerco a Carienn y le susurro con dulzura.

Son muy buenas noticias amor mio.

A continuacion la beso suavemente y la inclino hasta tumbarla sobre nuestra cama. Hacemos el amor durante toda la noche.

Tras un día entero de estudio en la biblioteca de Asenoc, llegada la hora de la cena me reúno con él. Estoy intranquila por todo el tema de la caza, y temo que Abetorius esté planeando algo contra mi esposo.
- Asenoc, querido...- le miro preocupada, se que puedo confiar en él y contarle cualquier cosa, ya me lo ha demostrado.- Abetorius vino a verme... Me hizo decidir entre vos y yo misma para supervisar la caza, me dijo que en caso de elegiros yo a vos, él no diría nada y lo mantendría en secreto. Yo os elegí porque os veo más que capaz para una tarea así, yo desconozco a vuestros hombres y dudo que vayan a obedecer a una mujer, se que vos también lo preferis así... Abetorius no tardará en comunicároslo, sin embargo, no confío en él. No me gustó su mirada creí que esconde segundas intenciones, cosa que ya me mostró cuando me obligaba a ser su ghoul cuanto antes, por suerte Isaac me explicó- tomo la laño de Asenoc y la aprieto, mientras le miro tratando de impregnarle mi fervor y amor hacia él.- Prometedme tener cuidado...

Beso apasionadamente a mi esposa mientras la abrazo con fuerza.

Tendré cuidado querida. Mi carencia de aptitudes para el combate ya fue demostrada en la fiesta con tu familia. Haré lo que mejor se hacer. Liderar a los que sí saben luchar.

Respecto a Abetorius, tampoco a mí me inspira confianza. Yo también me estoy cansando de sus manipulaciones y secretos. Tampoco me ha gustado ni lo más mínimo que te haya obligado a servirle en contra de tu voluntad.

No obstante es un ser muy poderoso. Hemos entrado en un juego peligroso a la par que lucrativo. De momento sigamos su juego hasta que recibamos el abrazo.

Ya veremos en qué dirección soplan los vientos en el futuro.

Asiento.
- No le serviré hasta que no tengamos a nuestro siguiente hijo, ya lo sabe... Quizás conspire contra vos para ello. Isaac le dijo que puedo ser muy poderosa y que por ello quiere tener control sobre mi- me acomodo entre los gentiles brazos de mi esposo, notando su calor que tanto añoro cuando no está cerca.- Como ya os dije hay cosas que me dijo Isaac que no os puedo contar ahora por si os leen la mente, pero que haré en su momento... Confiad en mi, buscaré una forma para que todo salga bien, querido- sonrío a Asenoc esperanzada, dándole un beso afectuoso en la mejilla.
Si estudio más, conseguiré dominar lo suficiente mis poderes para proteger la mente de mi esposo... Y para romper su vínculo de sangre. Nadie tendrá más poder sobre nosotros que el que nosotros le dejemos...

Los labios de mi esposa me reconfortan. Nada podrá separarme de ella. Ni un vampiro... ni un millon de ellos.

De acuerdo mi vida. Tratare de permanecer con vida y confio en ti para tratar este asunto.
Respecto a nuestro segundo hijo...

Dejo caer suavemente a Carienn sobre la alfombra, frente a la chimenea, donde le hago el amor con pasión.
 

Año de nuestro Señor 1202...

Cuatro años han pasado desde el nacimiento de vuestro primogénito. Cuatro años llenos de experiencias y descubrimientos, tanto buenos como malos.

A vuestro primogénito* han seguido otros dos hijos. El segundo, también varón. Nació con poco más de un año de diferencia con su hermano, en el verano de 1199. Vuestro tercer hijo fue una niña, nacida en el invierno del año 1200. Éste fue un embarazo realmente difícil y complicado, que obligó a Carienn pasar postrada en cama casi la totalidad del mismo.

Durante este tiempo, casi lo único que podía hacer Carienn era leer, estudiar, y practicar sus artes. El parto fue tan difícil y complicado como el propio embarazo. A tenor de muchos, un auténtico milagro que la madre sobreviviera al mismo... y según muchos otros, una obra del diablo. Carienn tuvo que pasar casi tres meses en cama después del parto, en los que nadie sabría si sobreviviría para ver la primavera.

Pero así fue, madre e hija sobrevivieron al duro invierno. Si bien Carienn quedó muy malherida y la comadrona os advirtió de que un cuarto embarazo podría resultar letal y abrir las heridas recientes.

Había llegado el momento de aceptar el ofrecimiento de Abetorius.

A este acontecimiento hubo de sumarse otro desgraciado incidente... el que Nicéforo descubriera que Asenoc era un agente doble. Esto hizo a Asenoc perder la confianza del Ventrue, y su papel de Prelado, a la par que despertaría en Constantinopla fuertes rencillas entre el Clan Ventrue y el Clan Tremere.

A cambio, Asenoc fue recompensado por su leal servicio con el abrazo del mismísimo Abetorius, el mismo día en que Carienn aceptó ser transformada en ghoul. De este modo, el propio Asenoc podría alimentar a Carienn, y el Clan Tremere aseguraba por partida doble dos poderosos miembros y aliados. De éste modo, la lealtad de Carienn hacia su marido, repercutiría en la lealtad hacia el Clan.

¿Qué fue del resto de la cuadrilla?

Nadie lo sabe a ciencia cierta.

Gabriel marchó a Venecia con su Señor. Guillem volvió a Francia. Narsés, según Kothar, volvió a Persia, aunque ni él estaba muy seguro de ello. Valahir acabó abandonando sus tierras y se marchó con su hija a su tierra natal, ayudado por su suegro... Y Admes... Admes entró una noche en el bosque y jamás se volvió a saber de él.