Partida Rol por web

El enano, consciente de sus cortas piernas sigue corriendo tanto como puede, sin dejar de insultar a los malditos salvajes que ya podrían haber atacado algo más cerca de su hacha, maldiciendo y perjurando sin cesar en tantos idiomas como conoce, hacha en alto y barba al viento...

Yarr, estuvo preparando la honda durante el asalto anterior y debido a lo precipitado de sus acción se puso nervioso y herró el tiro de lejos...

Maldita honda... No sirves para nada!

Tras decir esto la guarda y prepara el cayado...

El tiro de la honda del enano no llega a puen puerto y los hombres comienzan a escabullirse por la frondosa vegetación del bosque...

Los hombres empiezan a desaparecer entre la espesura del lateral del camino, uno de ellos trata de escapar arrastrándose, mientras parece pedir ayuda con las manos, que no es atendida por sus compañeros.

Sooo, Babosón, soo  refrenó Tuldar a su lupina montura, que pugnaba por perseguir a sus presas aterradas  Hahahaha! Al fin han comprendio esos perros sarnosos que se enfrentaban al Senescal de Akich! Es normal que huyan, ya no nos molestarán más.

El camino quedó despejado al cabo de unos instantes, en el aire se escuchó el silbido de proyectiles. Uno de ellos dejó en el suelo y seco a Yarr que murió practicamente en el acto. El enano, bajó de su pony con sorprendente agilidad y se preparó para enfrentarse de nuevo, pero no hubo más proyectiles, sin duda fue una flecha de escapatoria y venganza.

Todavía andaba mosqueado por la última saeta que había disparado y se había perdido en la espesura... volvía a su poni y juanto al viejo zurrapastroso en su carreta cuando escuchó el silbido de un proyectíl, apenas le dio tiempo a reaccionar para interponer su escudo y ya había impactado, por suerte para él, el sonoro chasquido no fue de ningún hueso suyo, pero no era esa la suerte del viejo, que yacía inerte sobre la carreta. Joder, estos humanos son realmente débiles... Sabía yo que no aguantaría mucho en estas tierras... Si no tenía suficiente con perder un par de saetas ahora perdían un hombre y tendrían que enterrarlo y toda esa perdida de tiempo, Estos humanos son ínútiles hasta en sus ritos, ya bien podrían tener otros... Oye Tuldar, este viejo... que hacemos con él, la carreta nos es útil, pero... Además deberiamos de avanzar la comunidad no esta tan lejos...

Los jinetes de Akich se acercaron a su señor, mirando lo ocurrido. Habían perdido a uno de sus cabalgalobos y ahora al humano.

Zeñod, Debediamos llevadnoz el cuedpo y entedadlo maz adelante, aquí puede zed peligdozo.

¡Por todos los demonios de la sima más profunda! gritó Tuldar escandalizado ante las ideas peregrinas del enano y de sus hombres ¿Habeis perdido la chaveta? No puedo creer lo que oyen mis... err... oídos. Tuldar meneaba la cabeza en signo reprobador. Hasta que no terminó su perorata, incluso pareció que tenía en cierta estima al viejo humano.

Enterrarlo más adelante... ¡vamos hombre! gruñó  Lo que haremos en montarlo en la parte de atrás de la carreta, así cuando los lobos tengan gusa ¡se lo damos de aperitivo!

Tú señaló a uno de sus secuaces. Regístrale a ver si tenía algo útil.

El goblin descabalgó de la montura mientras el otro que seguía vivo vigilaba la espesura del bosque.
En los bolsillos tan solo llevaba una piedra azulada de forma cónica, que el habitante de Akich estaba por lanzar al suelo, pero prefirió esperar la confirmación de su amo. Al tocar el cayado, una sacudida lo lanzó a varios metros tras de sí, cerca de la posición del enano.

Maldita zea la miedda del palo eze. ¿Puez no me ha dado una zacudida y me ha dejado dodmido el bdazo?

Cauen... gruñó Tuldar desmontando de Babosón muy contrariado ¿Es que voy a tener que hacerlo yo todo? Trae acá esa piedra, a ver qué dientras es...

Mientras el guardia Goblin obedecía, Tuldar observó con desconfianza el palitroque del humano. Siempre dando problemas estos tipejos... El Senescal goblin cogió la capa del finado Yarr y con ella en las manos proceció a tomar la vara sin tocarla con su piel desnuda en ningún momento...

Al observar la piedra Tuldar no detectó nada extraño, a pear de su forma. Era un cono de piedra tallada de un color azulado intenso.

Al tomar la vara protegiéndose con la capa del anciano, Tuldar notó un calambre en el brazo, que comenzó a vibrar haciéndole convulsionar la mano. El dolor comenzaba mostrarse desagradable.

¡La madre que...! gritó el goblin tras la violenta sacudida, tirando la vara al suelo. Bah, no es más que un palo, no nos vale para nada gruñó regresando a su montura, procurando frotarse la mano contra el pantalón de cuero sin que lo notaran los demás goblins ni el enano. Ditos magos iba mascullando...

Al soltar el cayado en el suelo éste vibró unos instantes. Se iluminó, a la vez que el cuerpo del anciano chamán también lo hacía.

Me palpo la cabeza y salgo de entre los matorrales del camino. Toco mi ropa preguntándome que es lo que llevo encima. Está raida y parece que tengo barba.

¿Quiénes sois? ¿Podéis ayudarme?

Lo tenía todo bastante claro, se hacían con el carro, enterraban al viejo y continuaban...

La torpeza de los goblins ante el cayado del zurrapastroso viejo y los calambrazos que se daban le estaba arrancando una sonrisa, todavía esperaba ver a algún otro torpe goblin con la suficiente osadía como para cogerlo, y aunque le parecía interesante no se atrevería...

Ahora si que estaba mosqueado, en cuanto vio que el viejo salia de entre la maleza y se acercaba tranquilamente a su cuerpo sacó el hacha y amenazó al viejo con osadía Habla ahora brujo, como has hecho eso o que ha sido eso, me niego a llevar a un muerto viviente a la comuna y explicate bien... no dudaré en clavarte esta hacha para ver si eres capaz de repetir ese sucio truco...

No tego ni idea de lo que me hablas viejo enano.-Yarr acentúa las palabras "viejo enano" de manera que suene malsonante.-Acabo de despertarme en medio de este lugar y aun no sé cómo he llegado hasta aquí. Tu pareces saber más sobre mi, que yo mismo, así que mejor explícamelo tu.