Partida Rol por web

Al escuchar a Magner, me siento más que predispuesto a ser quien trepe a un árbol, pero Sellesh se me adelanta, por lo que asintiendo ante su agilidad, más que demostrada en su forma de alzarse rama tras rama, me adentro en el bosque, buscando esconder mi cuerpo entre la maleza y los árboles.

Argos intenta ocultarse lo mejor que puede entre la maleza, y aunque le parece que lo hace bien, no esta seguro, ya que no esta acostumbrado a realizar tales actividades.

Todo el grupo a excepción de Sellesh se dirigió al interior de la espesura del bosque circundante. El oficial lunar se encaramó al árbol con increíble agilidad, dejando las riendas de su caballo a Magner, dispuesto en una rama desde la que podría ver al enemigo con facilidad acercarse, pero le dejaba algo al descubierto para un ojo muy bien acostumbrado.

Mientras el resto se dispuso en los matorrales internos, desde los que podrían ver a Sellesh. Magner sujetando a los caballos en uno de los cuales pemanecía desmallado el saoldado ciego, permanecía en pie tras ellos. Mientras Zalkar tratando de no perder la postura de combate se mantenía cercano a un pequeño claro. El sargento Stred, el mejor en mimetizarse con el método, volvió a emplear la técnica del árbol, por lo que parecía parte de uno, de manera que le permitía ver el camino en un espacio corto de él.

El elfo y el emperador se adosaron tras uno de los árboles de la parte más frondosa y esperaron los acontecimientos.

Sellesh ve a lo lejos una sombra negra en el aire es la forma que les detalló Magner sobre el lienzo. De nuevo regresaba. Una ligera polvareda se levantaba en el recorrido del camino. Al cabo de un largo rato divisó a los primeros miembros de lo que parecía un ejército muy numeroso. La vista se perdía en la columna de más de veinte hombres de ancho. No se podría calcular el número total.

En la parte delantera avanzaban a caballo algunos kadvuries, (muy pocos cabalgan y los que lo hacen son o jefes tribales o chamanes de alto rango) por el número que divisa el oficial, debe haber cerca de diez tribus. Tras ellos un buen contingente de centenas de kadvuries con sus lanzas a pie les seguían a buen paso. Lo que más asustó al lunar fue la aparición de unos cincuenta seres, con la misma armadura que la que habían encontrado en el control fronterizo de Górnoran.

Se movían de manera bastante ágil a pesar de ser enormes, tanto como un dragonut. Sus cuatro brazos los movían al unísono al caminar sobre unas robustas piernas. Las armaduras parecían una segunda piel.

Tras esta media centena de neths, una jauría de kadvuries con unas armaduras de cuero que Sellesh nunca había visto les seguían, y eran miles. Entre ellos aparecían algunos otros neths andando con ellos.

Estarían a la altura del árbol en el que se encontraba el oficial en unos 300 pasos los primeros de la comitiva a caballo.

Veis como Sellesh parece algo inquieto, parece tratar de bajar del árbol, pero no lo hace y se agazapa un poco más.

El sonido de cascos se hace cada vez mas fuerte. Se acercan. Os parece que Sellesh está arriesgando mucho, exponiéndose muy a la vista. Está de espalda a vosotros.

Se van acercando, notas el suelo temblar por los cascos de los caballos y las enormes huestes que los siguen.

Desde su posición respectiva todos ven a parecer una inmensa columna de soldados kadvuries montados a caballo y algunos de esos seres de cuatro brazos, que avanzaban en caballos también pero otros a pie, entre miles de kadvuries que ocupaban el ancho completo del camino.

Dos de los salvajes que avanzan por la parte derecha del camino parecen reparar en las huellas de lo que parecen caballos. Las siguen curiosos.Uno de ellos encuentra el rastro de las pisadas de Sellesh que lo llevan hacia las inmediaciones del árbol donde se oculta. El otro anda sin orden aparente, buscando mas huellas.

Al ver como dos de los kadvuries parecen haber detectado nuestro rastro, y en especial el de Selles, aprieto los diente y ambos puños, uno de ellos alrededor de mi arco y el otro, mientras mi mirada vuela hacia Talgor, quizás en busca de alguna idea para solventar la situación.

Si no hacemos algo acabaran detectándolo. - susurro, con imperiosa necesidad.

 se vuelve hacia sus compañeros -estamos cerca en un claro, atraigámoslos hacia el y preparemos una emboscada- sugiere semiagachado -de ser necesario seré yo el señuelo-

Mascullo mentalmente una maldición. En fin.... ¿el kadvurie va a caballo? Solo voy a tener una posibilidad, y mas me vale que el plan salga a la primera

El emperador se quedó paralizado por la sorpresa y el horror que le producía que Sellesh fuera descubierto, había sido un salvaje, pero en los años que lo conocía había descubierto en él un hombre digno de su confianza, por lo que intentó pensar en algo lo más rápido posible, entonces recordó uno de los trucos más básicos, se agachó a recoger una piedra y le lanzó tan lejos como pudo en dirección opuesta a la del grupo y el árbol.

Al ver como el comandante se agacha para coger y posteriormente lanzar una piedra, mi rostro es incapaz de esconder la sorpresa ante tal gesto.

Eso no servirá nada. - me digo a mi mismo, pero tras recapacitar durante un instante, tiempo en que la piedra cae al suelo, produciendo su respectivo ruido, me doy cuenta de que pocas más opciones hay. Es un numeroso ejército, por lo que luchar no es una opción, y huir tampoco, pues nos atraparían en poco tiempo. Por lo tanto, si ese hombre descubre a Sellesh. En ese caso no nos quedará otra que...

Sin permitirme el lujo de alcanzar la cima a la que me guían mis pensamientos, pues soy capaz de intuirla sin ayuda, suspiro muy suavemente, y en silencio, apelo a la suerte para que el kadvuri atienda a la piedra lanzada por Talgor.

U.U

Argos lanza la piedra que se aloja entre los dos kadvuries, que se miran extrañados y miran hacia la vertical del sonido. El que no estaba cerca de Sellesh al alzar la mirada ve el reflejo de la espada del oficial lunar.

Jakatera, senronataak. - Acto seguido el que ha hablado, se dirije hacia la posición de Sellesh y el otro parece andar rápido hacia el camino, pero mirando a su alrededor.

Una piedra que se aloja entre los dos kadvuries, que se miran extrañados y miran hacia la vertical del sonido. El que no estaba cerca de Sellesh al alzar la mirada ve el reflejo de la espada del oficial lunar.

Hay alguien en el árbol, y puede que haya más.

- Acto seguido el que ha hablado en lengua kadvuri, se dirije hacia la posición de Sellesh y el otro parece andar rápido hacia el camino, pero mirando a su alrededor.

Taurnil rápido, acaba con el que se acerca al camino, después intentaremos acabar con el otro.