Partida Rol por web

El dragonut se gira extrañado hacia Leanan al oír a la criatura tratarla con tanta familiaridad. La observa unos segundos pensando en si le conocerá y luego mira a su alrededor, atendiendo las palabras del extraño humanoide de los posibles ojos que les acechen. Después se fija en la actitud del perro observando si se siente amedrentado o curioso de la criatura y si sigue su rastro le acompaña en guardia, pero intrigado del florido ser.

Las palabras del extraño ser la tomaron por sorpresa. ¿Cómo sabía esas cosas?

- Oye, lo que seas… ¿Nos conocemos?

No pasó por alto las palabras del curioso ser.

- Pues… -miró al resto de sus compañeros sin saber qué hacer. Era raro todo aquello, pero también cierto que podría haber ojos indiscretos a punto de observarlos- ...tampoco podemos quedarnos quietos como pasmarotes.

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Leanan, no me conoces. Tenemos amigos comunes. - La voz chillona del pequeño ser envielto en hojas acabó en una risa, para desaparecer, diciendo algo extraño. - El portal está medio abierto, no solo los malvados regresan.

La respuesta no era lo que se decía muy esclarecedora, pero... ¿qué hacer?

- Amigos comunes... -dijo pensativa- ¡¿Tienes idea de cuántos amigos tengo?!

Esa era una buena pregunta, pues para Leanan todo aquel que se había preocupado por ella alguna vez era considerado un amigo. Si además se contaba las inumerables expediciones en todas las direcciones posibles... Sí, Leanan tenía muchíiiiiisimos amigos.

- Vale, vale, vale... Te seguimos, porque tampoco es buena idea quedarnos aquí parados -se encogió de hombros- Pero como sea una trampa Zupo te come de un bocado -sentenció entrecerrando los ojos.

"Amigo de un amigo... como si tuviera pocos. Menuda respuesta es esa.", fue farfullando.

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bergotaj escucha la respuesta de la criatura pero parece que no da demasiadas pistas. Ante la amenaza de que el perro muerda a la,criatura piensa que lo más peligroso que puede hacer es que levante la patita y le mee encima. Penetra en el bosque con el martillo en la mano derecha.

¿como sabemos que no eres un espia?  no se yo que amigos podemos tener contigo...seas lo que seas...

¿Un espía? - Meditó un instante. - Sí, pero a vuestro servicio. Daos prisa, ellos saben que estáis aquí, no tardarán en venir.

Miró a sus compañeros tras la respuesta de aquel pequeño ser, limitándose a encogerse de hombros y comenzar a caminar.

- Por cierto, ¿cómo te llamas?

Oteó el horizonte en busca de alguna señal de alerta, guardándose de preguntar más sabedora de que la prioridad era llegar a un lugar menos expuesto.

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Todo a su tiempo Leanan. - Sonrió el ser. - No me llegaste a conocer pero si a oír hablar de mi.

El pequeño ser se lanzó sin pensarlo a la frondosidad del bosque. En el cielo se escucharon desgarradores gritos, sombras negras en el aire procedían del oeste, sobre el mar.

Corred, ya han llegado. - Dijo mientras señalaba las tres aves en el cielo, que a pesar de la lejanía sin duda eran de gran tamaño.

El dragonut se interna en el bosque mirando con desconfianza a las aladas criaturas que rompen la tranquilidad del día.

Agitó la cabeza con una mueca de resignación, "Nada que no hay manera. Como si no conociera a gente de oídas", dijo a su peculiar manera.

Estaba pensando una forma de sonsacarle, ya en el bosque, cuando sobre sus cabezas comenzaron a escucharse extraños gritos. A lo lejos, por el oeste y sobre el mar, se pudieron ver figuras oscuras.

- Zupo, ni se te ocurra ladrar -movió la mano de tal forma que el perro sabía que debía estar callado.

- Tenemos que ocultarnos para cuando esas cosas nos sobrevuelen -compartió con sus compañeros.

El ser les dirige hacie el bosque y pronto se detiene. Un árbol milenario de enorme tamaño con unas escalera de lianas trenzadas es la escapatoria mimetizada del extraño ser.

Por aquí, arriba os lo explicaremos. ¡Vamos, vamos!

Antes de poner un pie en la escalera miró al pobre Zupo que observaba la intención con cierto desconcierto.

- Mmm... no se puede quedar aquí abajo -comentó al pequeño ser- Y no veas lo pesado que está. ¿No hay otra forma de...?

La mujer dejó en el aire la pregunta esperando alguna posible solución, porque lo que no quería era dejar a su amigo en tierra.

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Lord Devirius sigue a Leanan, al ver que la joven miraba con pena a su fiel perro y sabedor del amor de esta joven por sus animales, agarró al can, colocándolo bajo su brazo izquierdo aferrándolo fuertemente.

Subamos Leanan, parece que ese ser huye de algo. No quiero quedarme aquí a averiguar el qué.

El capitán de las tropas leales a Górnoran aceleró el paso para subir tras la joven.

Bergötaj escolta a sus compañeros hasta el enorme árbol sin dejar de posar su mirada en el cielo cada cierto tiempo para comprobar que no les han localizado las criaturas voladoras. Al llegar a la base del tronco mira hacia arriba intentando ver hacia donde se dirigen para después mirar la escalera y rezando para dentro para ver si es capaz de soportar su peso. Una vez que todos los demás han comenzado a subir y después de comprobar que no hay enemigos cerca el dragonut se agarra a la escala y empieza a subir por ella.

No había duda de que se había sorprendido cuando Devirius cogió sin pestañear a Zupo, tanto por su rápida reacción como por la ligereza con la que subía con aquel perro de peso considerable. Aquello le arrancó una sonrisa al poco, así como un leve suspiro que se lo llevó el viento.

Sin dilación fue subiendo la escalera para llegar a lo que se suponía una zona segura, o eso esperaban. "Que hambre tengo. A ver si tienen algo más que raíces y bulbos... ¡puaj!", pensó en voz alta.

El fiel sirviente de Plesel, Lord Devirius y el dragonut siguieron a Leanan.

Mientras el ser les indicaba el lugar para sentarse.

Bien creo que ha llegado la hora. Primero preguntad, haremos las narración más interesante. - Comenzaba a desesperar el extraño y pequeño ser. - Soy muy malo contando historias, no las hago interesantes.

El joven siervo de Plesel se arrodilló para estar a la altura del extraño y pequeño ser.

¿De quién nos hablabas al llegar y por qué nos conoces?