Partida Rol por web

Nothgoth - Memento Mori

Capítulo 4: Errores

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11/09/2016, 10:15
Director

Las misteriosas criaturas se detienen y parece que durante unos segundos se miran entre sí. Al final, la sombra da un paso adelante y Silvano puede escuchar algo que proviene de su posición. Era muy leve, mucho menor que un susurro, y apenas se entendía lo que estaba diciendo. Pero una palabra sonó por encima del resto: "Silvano". 

Silvano no podía estar cada vez más confundido, sin duda aquellas criaturas iban específicamente detrás de él. Y cuando estaba a punto de responder algo le sorprendió por el rabillo del ojo. Era una luz entre los árboles, en la distancia. Silvano no podía entender porque pero esa luz le resultaba cálida y acogedora incluso en medio de la lluvia. 

Comenzó a avanzar hacía ella, cómo si no tuviera control sobre sus piernas, dejando atrás a sus perseguidores. Y cuando más se acercaba más clara se hacía la luz. Era una persona rodeada por un aura luminosa, por cómo avanzaba y miraba a su alrededor parecía desorientada. La sorpresa y el alivio golpearon a Silvano cómo un puñetazo cuando se dio cuenta de que dicha persona se trataba de Ariadna. En la distancia a la que se encontraba de ella, parecía que aún no lo había visto. 

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13/09/2016, 00:30
Silvano

La luz bañaba caprichosamente el rostro de Silvano y lo cubría de fugaces destellos que le impedían ver con claridad la no tan desconocida figura de la cuál provenía el brillo. Alargó la mano que tenía libre para protegerse los ojos de la luz que lo inundaba, y avanzó hacia ella con parsimonia con intención de apresarla. El corazón de Silvano empezó a latir enérgicamente, nervioso por no estar seguro de lo que iba a ocurrir. Su respiración también se aceleró bruscamente. Notaba los pulmones llenarse con el aire fresco de la lluvia a un ritmo desenfrenado, tan rápido que parecía que en cualquier momento le fuera a estallar su caja torácica. Pese a ello, no sentía que estuviese jadeando, al contrario, su boca y su nariz permanecían inmóviles, como dos flechas clavadas en un blanco. Siguió moviéndose con lentitud hasta la chica, ayudándose de su arco para caminar como si fuera el viejo cayado de un anciano. Con la otra mano seguía protegiéndose la vista mientras intentaba enfocar a su objetivo con mayor precisión. Se olvidó de sus perseguidores un momento y se paró en seco. Tragó saliva y se lo jugó todo a una sola carta. 

-¿Ari-Ariadna? -entonó con una voz frágil que parecía no tener voluntad. El propio sonido de la lluvia hubiera podido vencer con facilidad aquel hilillo de voz que había salido de la boca de Silvano.

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13/09/2016, 13:01
Ariadna Ramphart

Ariadna se gira en la dirección de Silvano, sorprendida. Tras recuperarse de la sorpresa comienza a tropezones. 

¿Sil? - Parece que le cuesta encontrar las palabras. - ¿Que es lo que te...? - Mira a Silvano algo incómoda, casi asustada. Niega con la cabeza. - ¿Dónde está el resto? Pensaba que habían ido detrás de ti... 

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14/09/2016, 20:40
Silvano

-Ariadna, ¿eres tú? ¿Estás bien? ¿No me engañan los ojos? -dice Silvano con un hilillo de voz muy frágil. -¿Estás sola? Los demás no están conmigo. -responde deprisa mientras entonaba sus propias cuestiones. Silvano estaba muy asustado tras el encuentro con las bestias de pesadilla, por lo que la visión de Ariadna en medio de aquel yermo enfangado le había sentado como un auténtico regalo de los dioses. Para Silvano era como si hubiese encontrado un oasis en medio de un desierto. -¡Aprisa! Tenemos que partir. Me persiguen tres bestias demoníacas. -concluye mientras se toma la libertad de coger a la chica por la muñeca. No la cogió con rudeza, pero a pesar por cómo temblaba la mano de Silvano, era obvio que algo marchaba mal.

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14/09/2016, 21:06
Director

Silvano se acerca a Ariadna con intención de cogerla de la mano pero de pronto se detiene al detectar al extraño. Algo comienza a rodear el cuello de Ariadna y ella se tensa asustada. La abstracta forma que le rodeaba el cuello se convierte poco a poco en una mano que agarraba una daga apretada sobre el cuello de Ariadna. Silvano no puede identificar de dónde viene el brazo, de un color blanquecino, cómo si el mismo surgiera de la misma espalda de Ariadna. 

Pero tras evaluar la escena unos segundos, sin poder evitar quedarse paralizado por la mirada de terror de Ariadna, Silvano comienza a distinguir algo. Era una figura humanoide, cómo el resto de las criaturas que había encontrado, pero está no tenía una forma exacta. Cada gota de lluvia que caía sobre la misma parecía distorsionarla y la hacía complicada de ver, pero era generalmente blanquecina cómo el brazo que amenazaba a Ariadna. Y en el lugar dónde la criatura debería tener la cabeza, aparecen de pronto dos ojos rojos brillantes y una amplia y sonriente mandíbula de dientes puntiagudos. 

Por fin nos vemos las caras, Sil, mi joven y alocado asesino. - Era una voz de mujer que Silvano no reconocía, pero provenía de la criatura que había detrás de Ariadna. Su boca no se movía mientras hablaba. Había dicho "Sil", con tono burlón. - Claro que no estoy segura de que cara estás viendo ahora mismo en mí. - Su sonrisa se ensancha. - ¿No es fabuloso el mundo a través de tus ojos ahora mismo? Mucho más... Excitante. Casi siento envidia. 

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16/09/2016, 03:18
Silvano

Pudiendo distinguir aliados de enemigos, una hipótesis se hace paso en la cabeza de Silvano. Lo tenía todo frente a él, un sujeto activo, un sujeto pasivo, un medio y unos resultados visibles. Lástima que para llegar a esa conclusión tuviera que encontrarse a Ariadna en aquella situación. El nuevo ser le transmitía la misma inseguridad que el resto de monstruos que se había cruzado instantes atrás, salvo que este añadía un plus de peligrosidad a sus características por sostener un cuchillo a la altura del cuello de Ariadna. Sin embargo, el hecho de que el ser tuviera el don del habla humana, encorajó a Silvano a plantarle cara verbalmente.

-Para ver tan terrible acto de atrocidad apunto de acaecer contra el mundo, preferiría estar ciego. ¿Quién eres, Ojos Rojos? ¡Identifícate! -dice azotando su arco contra el aire a modo de vara. -¡Suelta a la chica!

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16/09/2016, 17:07
Sweet Lust

- Me robas aquello que me pertenece. - Dice apretando el cuchillo en el cuello de Ariadna, tras lo que la misma suelta un débil chillido desesperado. - Matas a mis hombres. - Vuelve a apretar, la sangre comienza a manar del cuello de Ariadna a una velocidad alarmante. - ¿Y encima te atreves a ordenarme algo tras todo lo que has hecho? Deberías saber quién soy, joven asesino. Me conocen cómo Sweet Lust. Y te aviso de que si te atreves a alzarme la voz una vez más tu vida no será la única que acabará hoy. 

Notas de juego

Pongo la imagen porque quiero ponerla, pero realmente tu no la ves así. 

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18/09/2016, 20:18
Silvano

-"¿Sweet Lust? ¿Sweet Lust?" Sus peores temores se habían confirmado. De nuevo estaban metidos con el agua hasta el cuello, o mejor dicho, lo que tenía Ariadna a medio hendir en el cuello era un cuchillo. En la mente de Silvano, se volvió a evocar el recuerdo del rehén de Smith y el cauteverio de Arc, y recordó que ambas negociaciones para liberarlos no habían salido del todo bien, aunque por suerte para él, ninguno de los retenidos había muerto.

-¡Está bien, tú ganas! -dice Silvano nervioso pero sin mostrar debilidad. -Vamos a hablar. -arroja su arco a un lado para deponer la actitud beligerante contra Sweet Lust. -¿Qué es lo que quieres?

Si fuese por Silvano, él mismo hubiera disparado una flecha contra Sweet Lust y le hubiera desgarrado la garganta, pero estando Ariadna en aquella situación, no podía permitirse eso lujo, ni más errores.

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18/09/2016, 21:22
Sweet Lust

¿Hablar? - Dice Sweet Lust, divertida. - No he venido aquí para hablar, joven asesino. Lo que quiero es verte morir. - La sonrisa se ensancha. - Aquí y ahora, te atravesarás tu mismo con esa bonita espada que portas. Y yo... - Una segunda mano aparece de la nada y levanta la cabeza de Ariadna por el mentón. Ella vuelve a emitir un chillido mientras que la sangre sigue manando con renovaba fuerza, su rostro se estaba volviendo blanquecino por segundos. - Yo me encargaré de cuidar de ella, otra vez. - Una larga y serpenteante lengua aparece entre los puntiagudos dientes del ser, lamiendo la mejilla de Arianda. - Es una pena que llegarás a rescatarla cuando ya había sido usada, pero supongo que podré hacer un apaño. 

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20/09/2016, 05:08
Silvano

Un escalofrío recorre el cuerpo de Silvano. Las burlonas palabras de Sweet Lust se le antojaban como un veneno paralizador que aturdía y azoraba el habla. Intentó recobrar el control del miedo y fijó su mirada en Ariadna, contemplando su rostro y grabándoselo a fuego en la memoria. Si iba a morir, al menos le acompañaría la tez de su amada eternamente. ¿Sería ella su razón de morir? ¿Acabaría todo su sufrimiento de una forma tan sencilla? Agarró tembloroso el mango de su espada todavía adornando su cinto. Dio un paso al frente para enfocar mejor su voz y lanzó una última súplica para salvar a la chica. ¿O más bien era una plegaria para salvarse a él?

-Si muero ahora, nunca sabré si al final la cuidaste o no. Además, todavía tengo en mi poder un artefacto que es menester de tu agrado. 

En ese instante, Silvano rebusca en el interior de sus prendas su bolsa del dinero y la gargantilla con el rubí, sujetando la joya con cierta habilidad para que su puño oculte la cadena de oro a la que iba unida. Finalmente se la muestra a Sweet Lust en la distancia. 

-Esto es lo que has venido a buscar, una gema sin parangón alguno cuya dinastía eclipsaba a la mismísima Khin.

Dicho eso, Silvano abre su bolsa de monedas y deja caer la joya, pero no en el interior de la bolsa, sino sobre la sección de su palma que la propia bolsa estaba cubriendo a los ojos de Sweet Lust. Miró a la sombra esperando una nueva macabra exigencia que no contemplara una muerte de por medio.

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20/09/2016, 22:57
Sweet Lust

El silencio se hace en medio de la lluvia, y el mismo es cortado abruptamente por una risa originada en los puntiagudos dientes de Sweet Lust. 

El joven asesino es también un joven ingenuo. - Dice con diversión. - ¿Acaso crees que todo el daño que me has causado es equivalente al valor de esa baratija? - Su rostro pierde toda sonrisa. - ¡No! - Grita de forma tan repentina y tajante que Silvano da un paso hacía atrás, intimidado. - ¡El joven ingenuo ha intentado engañarme! ¡Y intentar engañar a Sweet Lust siempre tiene un precio! 

La muñeca de Sweet Lust se mueve con rapidez mucho antes de que Silvano pueda moverse un milímetro. El cuchillo corta con precisión a través de la garganta de Ariadna y la sangre de su amada comienza a salir a borbotones. Ariadna no grita, ni emite sonido alguno, sólo mira fijamente a Silvano mientras que en su rostro desaparece toda vida. Al cabo de unos segundos que se hacen eternos, su cuerpo cae al suelo cómo un peso muerto cuando Sweet Lust la aparta con desdén.

- Ahora que lo pienso mejor es mejor así, no merecería la pena llevarsela ya. - Dice Sweet Lust con total tranquilidad, ante el aún atónito Silvano que no puede dejar de mirar el cadáver de Ariadna. - Tengo que reconocer que era mona, pero iba a costar demasiado ocultar las cicatrices del cuello con maquillaje. No saldría rentable. 

Silvano puede por fin apartar la vista de Ariadna y fijarse de nuevo en Sweet Lust. La misma seguía siendo un cuerpo sin forma fija, cómo si estuviera formado completamente de llamas blancas. Y en medio de la blancura, sus ojos y su sonrisa resaltaban igualmente. 

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27/09/2016, 05:50
Silvano

Hace muchos años, Silvano conoció a Su Princesa. La besó en el cuello con picardía, recogió su macuto y salió a hurtadillas por el balcón. Su arpa desgastada había sido testigo de una noche de promesas vacías y de un sinfín de sonrisas complacientes. Pero las palabras se las lleva el viento, y en ocasiones puede soplar con mucha fuerza, haciendo de la dicha inalcanzable. En cierto modo, se arrepiente de haber entrado en su mundo, pero también atesora recuerdos dorados con cariño, melancólico. 

Su relación era feliz: idílica, pero cruel. No muy diferente a una amarga mentira que se escondía entre los pliegues de los abrazos y del cariño de antaño. Una debilidad que se crecía en la comodidad y en la confianza que el uno depositaba en el otro. Un brote de esperanza que había sido arrancado antes de germinar por aquellos que levantaban los muros en la vida de Su Princesa. En consecuencia, la cascada de amalgamas e impedimentas, salpicaban a Silvano burlesca con su acuífera carcajada. 

Recordó largas tardes perdiéndose en las ciudades de sus pinturas, absorto por la magia de civilizaciones de otro tiempo bajo su apetecible mirada. Evocó otro recuerdo embarazoso, tierno, cálido, bautizando aves de plumón bermellón en el patio de su casa. Pero el recuerdo no era nítido del todo y su cara se desvaneció. El hogaño reclamaba lo que era suyo por derecho, la consciencia de Silvano. Y allí, bajo el sotobosque empantanado, únicamente halló un cuadro ante tal paisaje, una sinfonía monocromática compuesta de bermellón, el rojo de Su Princesa.

Las lágrimas se fundieron con las gotas de lluvia que le salpicaban la cara, o quizá ni siquiera estaba llorando. Hizo un ademán de guardarse la bolsa del dinero, pero en su lugar sacó sus dos dagas de entre los pliegues de su ropa y lanzó una de ellas por instinto hacia la hilera de dientes mientras se abalanzaba sobre su arco.

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27/09/2016, 20:21
Sweet Lust

La sonrisa de la bizarra criatura a la que se enfrentaba Silvano se ensancha cuando el mismo lanza su daga con velocidad y precisión. El brazo cambiante de la criatura se mueve con velocidad, daga en mano, y bloquea la hoja de Silvano con la suya sin apenas esfuerzo. La daga que había lanzado Silvano rebota y se pierde en las profundidades de los charcos que los rodeaban. Sweet Lust vuelve a reírse. 

Por fin estamos hablando en un idioma que comprendo, joven asesino. - Se comienza a regodear mientras juguetea con la daga que sostenía en la mano, aún manchada de la sangre de Ariadna. La lanza al aire y cuando la vuelve a coger apunta a Silvano con ella. - Parece que sólo hacía falta un pequeño empujón para que te mostraras cómo realmente eres. - Y tan pronto cómo dice esto, empuja el cadáver de Ariadna con el pie con lo que queda boca arriba. Sus ojos, perdidos en el vacío, parecían mirar directamente a Silvano.

De nuevo, Silvano no puede evitar quedarse paralizado durante unos segundos y es en este momento cuando Sweet Lust aprovecha para atacar. Cuando Silvano vuelve a levantar la vista del cadáver de su amada, la daga de Sweet Lust volaba directo hacía él. 

- Tiradas (2)
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30/09/2016, 03:07
Silvano

Al fallar el baile con su daga, Silvano se centra en recoger del suelo su arco con una hábil sucesión de movimientos encadenados. Observa a Sweet Lust con una mueca de desprecio mientras prepara su próxima salva de flechas de forma mecanizada. Las palabras de la enervante mujer pasan inadvertidas por la cabeza de Silvano, pues sabe bien que lo está provocando para que entre a su juego de sentimientos algarabiados. Sin embargo, al ver cómo la mujer se jactaba sobre el cuerpo inerte de Ariadna, Silvano estalla en ira desatando toda su cólera sin poder mediar palabra con Sweet Lust. Únicamente vocifera inentendible como un perro famélico que solo conoce la tortura y las puyas de su amo, aguardando cada oportunidad que se le presenta para dirigir una potente dentellada contra su cara. Tensa su arco y mantiene su posición. Dispara sus saetas de odio. Pretende esquivar la trayectoria de la daga con un vago movimiento de su cadera que haga virar su cuerpo entero.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Ayyyyyyy, ¡maldito Deus Exxxxxxxxxxxxxxx! Escribo lo que yo hubiera hecho sin tener en cuenta el resultado de la tirada, como si no lo supiera.

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30/09/2016, 16:01
Sweet Lust

Silvano adelanta su brazo para agarrar el arco al mismo tiempo que se echa hacía un lado para rodar lejos de la daga que se dirigía hacía él. Sin embargo, no es lo suficientemente rápido...

A media trayectoria de la esquiva, Silvano puede ver la daga a escasos centímetros de su cara y en un intento desesperado de atenuar los daños echa su cabeza hacía atrás. El tiempo casi se detiene para Silvano con lo que pasa a continuación... La daga atraviesa la mejilla de Silvano, cortando la carne a su paso y termina por llegar el ojo. Silvano puede sentir con todo detalle cómo algo se rompe en su ojo, cómo si estallara, mientras la daga termina de atravesarlo. El mundo a su izquierda desaparece por completo y el dolor aparece de pronto de forma instantánea cómo un latigazo. Instintivamente Silvano pone su mano en la herida y puede sentir el calor de la sangre que manaba de la misma. Silvano grita sin poder evitarlo y cae al suelo (Debido a la trayectoria que ya estaba siguiendo antes del ataque).

La cara le ardía y sentía cómo si fuera a explotar en cualquier momento. El mundo a su alrededor le daba vueltas y tenía el cuerpo paralizado por culpa del dolor. Pero en medio del caos, podía aún escuchar la voz de Sweet Lust. 

¿Ya está? - Decía incrédula. - ¿De verdad eres tú el asesino que acabó con mis hombres? Tendré que volver a confirmarlo, porque has resultado ser bastante decepcionante... - Escucha pasos que se acercan. 

- Tiradas (2)
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01/10/2016, 04:56
Silvano

El dolor se adueña de Silvano sin piedad, no perdona ninguno de sus errores. Grita en busca de consuelo, desesperado. Nadie acude en su ayuda. Los ensordecedores alaridos y los golpes contra el suelo son su único alivio. Grita, respira, se asfixia. Sabe que si todo continua igual, la próxima daga acabará enterrada en su cráneo, garganta o corazón. Entonces, se percata de que todavía tenía agarrado su arco con una mano. La madera que había estado estrujando con tanta fuerza para mitigar su sufrimiento, se había convertido en su única esperanza. Sigue gritando, creciéndose en su propia obra de teatrillo. Su sangre es su maquillaje y sus gritos un giro de guión. Aprovecha su desfallecida figura junto a los retazos de su holgada ropa que le cubren parte del cuerpo para no enseñar a su depredador sus verdaderas intenciones. Escucha sus pasos, calcula la distancia entre él y ella. Ariadna ya no está allí, ya nada le impide usar una flecha explosiva. Aguarda el momento pacientemente mientras sigue regodeándose en su dolor. Con un simple movimiento de brazo todo habría acabado, y si sus cálculos eran correctos, la onda expansiva de la explosión no sería letal para él, aunque dadas las circunstancias, poco importaba ya ese detalle. Le era indiferente el resultado, tan solo quería acabar con la vida de la persona que había aportado tanta miseria y sufrimiento a sus seres queridos.

Silvano sigue con su llanto de cocodrilo mientras palpa la flecha correcta en su carcaj con disimulo. Ya no no se toca la herida. Las cartas estaban repartidas, solo quedaba jugarlas y Silvano estaba dispuesto a arriesgarlo todo en una sola carta, su as de corazones hecho añicos por una pica. Adapta su postura en el suelo para poder apuntar, y con un rápido juego de manos, dispara su proyectil explosivo guiado por su vista y oído.

- Tiradas (1)
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01/10/2016, 10:18
Sweet Lust

A duras penas Silvano consigue palpar una de sus flechas al tiempo que los pasos se acercan lentamente. Mira a su alrededor con su ojo bueno mientras sigue exagerando su dolor (Que igualmente no era poco), pero todo parecía confuso y borroso... La vista no le iba a ayudar esta vez. Se endereza un poco aún tumbado en el suelo y se prepara para tensar su arco con la flecha que había conseguido localizar, dispuesto a disparar lo que sea que tuviera delante. Pero mucho antes de que pueda poner la flecha en el arco, algo le da una patada en la mano y Silvano se ve obligado a soltarlo. Sólo tras eso su vista se aclara un poco y puede ver que la figura amorfa de Sweet Lust ya estaba delante suyo, mirándolo con unos ojos cargados de aburrimiento. 

Sigues menospreciandome, joven falso asesino. ¿Has olvidado que es a ti a quien le falta un ojo? Tenía pensado divertirme un poco contigo pero parece que no sirves ni para calentar. - Suspira y se queda en silencio, cómo si estuviera pensando algo. Silvano, aún aturdido, sabe que aún tiene la flecha en la mano.

- Tiradas (1)
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01/10/2016, 20:46
Silvano

Silvano desoye las palabras de Sweet Lust y sigue intentando derribarla con algo más que su amargura y rencor. Dirige una rápida segada desde el suelo contra el monstruo de sombras allí donde le alcanzan las piernas, abarcando y describiendo un amplio movimiento circular. Con la flecha todavía en la mano, intenta alcanzar su arco poniéndose en pie si su adversario se lo permite.

- Tiradas (1)
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01/10/2016, 21:16
Director

Silvano zarandea las piernas inútilmente, intentando alejar con eso a Sweet Lust. Consigue golpearla, pero la misma ni se inmuta... El dolor lo había dejado casi sin fuerzas. Sweet Lust lo mira con cara de incredulidad. 

Valdrías cómo bufón, sin duda. Quizás eso es lo que eres realmente, un joven bufón. ¿Cómo mataste a mis hombres? ¿De la risa? - La sonrisa del amorfo ser se ensancha. - Quizás deberíamos ajustar un poco esa cara tu verdadero rol, ¿No crees? - Saca otra daga. - Déjame ver esa sonrisa. 

El ser se acerca y pone sus rodillas encima de las piernas de Silvano, apresándolo. Silvano intenta zafarse de ella con los brazos, pero uno es apresado rápidamente por Sweet Lust y el otro no tenía la fuerza suficiente cómo para desviar la trayectoria de la amenazadora daga que sostenía su oponente. La daga estaba cada vez más cerca y Silvano se sentía cada vez más mareado y débil. Había perdido demasiada sangre y había algo más... Su cara estaba paralizada, apenas sentía que pudiera mover los labios. ¿Veneno quizás? 

El filo de la daga tocó la comisura de los labios de Silvano cuando de pronto la lluvia golpeó a Sweet Lust, o al menos eso es lo que percibió Silvano. Sweet Lust salió despedida más de un metro hacía un lado, golpeando un árbol en su camino. Silvano intentó enderezarse con las pocas fuerzas que le quedaban y entonces lo comprendió. Un gigante de agua estaba parado frente a él, encarado hacía Sweet Lust, protegiéndolo... 

Debí haber dejado que ese lobo te matase, medio-Dyr. - Dice Sweet Lust, asqueada. Entonces espera, y parece que el ser de agua gesticula con los brazos pero Silvano no escucha ninguna palabra. De hecho, el sonido de la lluvia se hacía cada vez más y más leve. - No estoy tan loca, medio-Dyr, ha llegado la hora de retirarme. Pero esto no va a acabar aquí. Celebrad esta victoria mientras podáis, pues no me rendiré hasta que todos os convirtáis en alimento para los gusanos. 

Y dicho esto saca un objeto ovalado, a la vista de Silvano lo había sacado de la nada, y lo estampa contra el suelo. Una gran bocanada de humo rodea la escena, nublando la ya de por sí reducida visión de Silvano. Y mucho antes de que se de cuenta el humo se vuelve negro... No, no es el humo. Todo se vuelve negro y el sonido se apaga por completo.

Para cuando Silvano vuelve a recuperar la conciencia, lo primero que advierte es el sonido de la lluvia. Pero no estaba bajo la misma... Estaba bajo techo y tumbado sobre una cama. Tronaba. Silvano abre su ojo, la sala apenas tenía luz pero la misma no habría servido de mucho. El mundo a su alrededor se presentaba complejo y borroso, mostrando formas imposibles. Le ardía la cabeza, le dolía todo el cuerpo, se sentía paralizado... Pero lo que más notaba era la herida en su ojo, o al menos lo que debía quedar de él. Era cómo si alguien tuviera una daga clavada en el mismo y se dedicara a retorcerla una y otra vez. Silvano mueve lentamente la mano hacía la herida, intentando protegerse de su atacante imaginario, y nota que hay algo sobre la misma... Alguien se había molestado en vendarle gran parte de la cabeza. 

Por fin despiertas. - Dice una voz de mujer, pasiva. 

Silvano gira la cabeza en la dirección de la voz, alertado. Y ve que cerca de su cama hay una mesita con una vela casi agotada y una silla. Sentada en dicha silla había una sombra con un hueco dónde debía estar el corazón. La misma sostenía un libro. Silvano parpadea, de forma instintiva. La sombra ahora era Loth, aunque sigue estando algo distorsionada. 

Silvano abre la boca para hablar, pero se la nota seca y sus palabras se vuelven un débil gemido. Loth cierra su libro, lo deja sobre la mesa, se levanta y coge algo que había en el suelo: Una jarra llena de agua. Se la acerca a Silvano. 

Bebe. - Le indica Loth, manteniendo su tono neutral.  

Notas de juego

Puedes hablar después de beber, pero te cuesta bastante así que rolealo bien. 

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05/10/2016, 23:09
Silvano

Silvano se resiente de su letargo, amedrentado por los ecos de batalla que resuenan jocosos en su cabeza. Seguía atolondrado por los efectos de su viaje psicodélico, pero alcanzó a comprender qué o quién le estuvo dando caza durante su persecución con el hombre cuervo y el resto de criaturas de fantasía. La característica silueta descorazonada se mostraba ahora claramente como Loth. De nuevo, varias ideas arremetieron contra él, intentando formarse en su cabeza, pero eran demasiadas y acabaron por enredarse en su mente sin poder llegar a convertirse en palabras. Tenía un nudo en la garganta. Cogió con inseguridad la jarra que le estaban ofreciendo. Se la acercó a los labios y bebió con toda la avaricia de su alma, como si algo malo fuera a suceder si no se acababa toda aquella agua. Pese a ello, no pudo acabarse la jarra, pues en realidad no tenía tanta sed como indicaba su acto de egoísmo. En su lugar, dejó el utensilio de beber a un cuarto de su capacidad. Lo dejó acurrucado firmemente entre sus piernas mientras intentaba incorporarse para finalmente cogerlo de nuevo. Lo sostuvo con fuerza entre sus manos como jaula que apresa a un ave. Entonces, se atrevió a aventurarse en el espejo de su alma. Allí estaba la prueba de que todo aquello no había sido el delirio nocturno de una pesadilla, en su cara.